Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 26: “Adiós, Naruto”:

 

─¿Qué hace ese tipo aquí? ─La voz alarmada de Kiba no tardó en escucharse cuando vio a su amigo Naruto llegar acompañado de Sasuke─. ¿Y por qué traes esa ropa?

 

Los demás estaban tan contrariados como el propio Kiba, excepto Sakura. Era raro ver a ese hombre allí. A pesar de que en el pasado fue la adoración de Naruto, ellos habían visto meses atrás que esos dos no parecían llevarse muy bien. Incluso ayudaron a su amigo evitando que ese tipo se le acercara en algunas ocasiones. Por otro lado, Naruto no vestía la típica ropa que usaban para jugar fútbol, sino el uniforme universitario y una mochila al hombro. Como llegaba tarde al encuentro con sus amigos, no quiso pasar por casa para cambiarse de ropa.

 

─¡Hola a todos! ─saludó animado─. “Ese tipo” es Sasuke, Kiba.

─¡Ya lo sé! ─respondió empleando un tono obvio─. ¿Pero no se supone que no querías verle?

─Oh, ¿en serio? ─preguntó inocente y giró para mirar a Sasuke que permanecía unos pasos tras él─. No. Nos llevamos bien. Somos amigos ─dijo sin más, aumentando la confusión en sus amigos.

 

Un escalofrío recorrió a Kiba cuando al mirar a Sasuke, éste le dedicó una sonrisita petulante. Recordó sus encuentros pasados con ese hombre. No le daba buena espina verle cerca de su amigo, ese hombre era peligroso.

 

Se llevó los dedos a la boca y emitió un sonoro silbido que captó la atención de todos. Fue cuestión de segundos escuchar unos ladridos que se acercaban. Un perro blanco de gran tamaño llegó junto a él, agitando la cola.

 

─¡Oh, has traído a Akamaru’ttebayo! Hace mucho que no le veía. ─Se acercó, acariciando brevemente la cabeza del animal que de nuevo agitó la cola, complacido.

─Les decía a los demás antes de que llegaras que estoy dando clases de adiestramiento canino. ─Perfiló una sonrisa inocente─. ¿Quieres una demostración?

─¡Claro!

 

Con breves órdenes Akamaru se sentó, le dio la pata a su dueño a modo de saludo, y después se recostó y permaneció inmóvil, fingiéndose muerto. Naruto aplaudió admirado. Kiba ordenó a Akamaru que se sentara y se arrodilló a su lado mientras le acariciaba el lomo. Ahora venía la mejor parte. También estaba enseñando a Akamaru a atacar si se lo ordenaba. Tomando la quijada del animal, le obligó a enfocar a Sasuke, quien observaba con silencioso desinterés la demostración de adiestramiento. Tras susurrarle con disimulo una escueta orden al oído, el animal caminó lentamente hacia su presa, empezando a gruñir y enseñando los dientes de modo amenazante al tiempo que los pelos de su lomo se erizaban.

 

Todos parpadeaban confusos al notar el cambio repentino y las claras intenciones del animal. Sasuke permaneció inmóvil, sería peor si hacía movimientos bruscos. Sin embargo, Naruto agitó las manos al aire tratando de llamar la atención del canino.

 

─¡Akamaru, no! ¡Siéntate! ─le ordenó señalándole─. ¡Siéntate! ─insistió, pero al ver que no era obedecido, miró a Kiba con desesperación─. ¡Kiba, detenle’ttebayo!

─Me gustaría hacerlo… ─mintió Kiba con falso nerviosismo─. Pero no sé qué le pasa, tal vez olió algo en Sasuke que no le gusta.

─¡Eso es absurdo, Akamaru nunca se ha comportado así!

 

Justo entonces el animal dejó de gruñir paulatinamente, cuando estaba a escasos dos pasos de su objetivo, y se puso a olisquearle. Empezó por los pies y ascendió por las piernas, conforme lo hacía empezó a mover la cola. Reconocía el olor de Naruto en su presa. Finalmente toqueteó una de las manos del adulto con el hocico, demandando caricias. Un poco inseguro Sasuke le palmeó la cabeza y el animal tomó asiento, totalmente tranquilo.

 

Todos suspiraron aliviados, excepto Kiba que chirrió los dientes con irritación.

 

‹‹¡Me has fallado, Akamaru!››, pensó frustrado. Todavía tenía que pulir más su entrenamiento. No entendía qué había olido Akamaru en ese loco que le resultaba agradable. ¿Tal vez llevaba comida encima?

─¡Akamaru, no! ¿Por qué querías hacerle daño a Sasuke? ─le riñó Naruto, acercándose─. Perro malo, ¡perro malo!

 

El animal dejó escapar un gemidito de protesta. No entendía lo que el humano que conocía de toda la vida le decía, pero por su tono de voz entendía que le estaba reprendiendo. Se dejó caer recostado en el suelo y con una pata se cubrió los ojos, fingiéndose muerto.

 

─Ciertamente es extraño que Akamaru se comporte así ─comentó Shikamaru en voz baja, siendo sólo audible para el dueño del animal─. Tú no le has ordenado a Akamaru atacar a Sasuke, ¿cierto?

─¿Y-yo? Claro que no, ¿por quién me tomas? ─replicó ofendido, y sin más se alejó corriendo al campo improvisado─. ¡Empecemos de una vez!

 

Desistiendo de jugar de momento, Sasuke tomó asiento en las pequeñas gradas. Sakura se sentó a su lado llevando la mochila de Naruto, siendo seguida por el gran perro que se recostó cerca de ellos.

 

─No se lo tengas en cuenta a Akamaru ─dijo la chica─. Él nunca es así, no sé qué le pasó.

─No importa ─se limitó a responder.

 

Mientras Sasuke mantenía la mirada clavada en el partido recién iniciado, Sakura le observó de soslayo, tomándose su tiempo. Francamente, Sasuke era un hombre muy guapo y de porte elegante, no le extrañaba que Naruto estuviera prendado de él.

 

Dio un respingo al verse atrapada en su escaneo visual cuando el adulto la enfrentó.

 

─¿Qué?

─Na-nada… Sólo que… hace mucho que no te veía ─balbuceó sonrojada por la vergüenza.

─Um ─masculló, regresando la mirada al partido.

─¡Sasuke, mírame dattebayo!

 

La exclamación de Naruto atrajo la atención de ambos un momento, justo en el instante en que éste lanzaba la pelota a la portería, pero fue detenida por el portero. Era Lee, el adefesio de ojos saltones, lo reconocía.

 

─Y… bueno… ─Escuchó de nuevo la voz de Sakura─. ¿Y cómo te va con Naruto?

─Eso es asunto mío ─contestó sin mirarla.

 

La chica arrugó el entrecejo con fastidio.

 

─¡Naruto es mi amigo!

─El hecho de que sea tu amigo no te da derecho a saber todo. Es asunto nuestro.

 

Sakura chasqueó la lengua. Quizá Sasuke tenía razón. Pero le causaba curiosidad el hecho de que su amigo mantuviera una relación con un hombre como Sasuke. Apenas le conocía, pero se veía que él y su amigo parecían ser muy diferentes; como la noche y el día. Sin embargo, ya llevaban algunos meses saliendo.

 

Unas eufóricas exclamaciones captaron la atención de ambos de nuevo. Algunos de los chicos celebraban un gol, pero la voz de Naruto destacaba entre las del resto, ya que más que celebrar parecía estar quejándose.

 

─¡No! ¡Idiota, suéltame!

 

Como venía siendo costumbre, Kiba había ido al encuentro de su rubio amigo. Lo abrazó. Pero no conforme con eso, posó las manos en las nalgas de Naruto y lo alzó ligeramente del suelo, girando un par de veces. Para no caer, se vio obligado a tomar los hombros de su captor.

 

─¡No puedo creerlo! ¡Has conseguido marcarle un gol a Lee, justo ahora que acabamos de empezar el partido! ─exclamaba Kiba.

─¡Bájame’ttebayo! ─demando pellizcándole las mejillas con saña.

─¡Ouch!, ¡qué agresivo! ─protestó soltándole.

─¡Muy bien, Kiba, Naruto-kun! ─exclamaba Lee desde la portería alzando un puño─. ¡Ese es el espíritu! ¡Somos un equipo amoroso y ferviente después de todo!

 

Ninguno de los dos entendía lo que el otro decía, pero no le dieron mayor importancia, era normal en él hablar así y verse ridículo al hacerlo sin que le importara.

 

En las gradas, Sasuke tensó la mandíbula y apretó los puños. ¿Así que ese retrasado seguía con los toqueteos hacia su novio? Lo mataría, determinó poniéndose de pie.

 

─¿Sasuke? ─preguntó Sakura─. ¿Ya te marchas? ─Pero no recibió respuesta. Le vio caminar hacia pleno campo, más específicamente hacia Kiba─. Oh, no… ─susurró, teniendo un mal presentimiento─. ¡Naruto, qué buen gol! ─exclamó para llamar la atención de éste. Cuando lo logró, señaló a Sasuke con manoteos exagerados, tratando de alertarle.

 

El rubio tardó un poco en procesar lo que ocurría, pero justo a tiempo reaccionó y corrió al encuentro de su novio, quien parecía desprender un aura oscura.

 

─Sa-Sasuke, ¿qué haces? ─le susurró con una sonrisilla nerviosa. Al notar que éste tenía intención de rebasarle, le detuvo tomándole de los brazos y caminó unos pasos para alejarlos del resto─. ¡Teme! ─le riñó en voz baja, tratando de llamar su atención─. Cálmate, ¿quieres que ellos sepan que somos novios?

 

Sólo eso logró calmar al adulto. Era cierto, si iba allí y le reclamaba a Kiba el hecho de haber manoseado esa parte de Naruto que él todavía no se atrevía a tocar, sería extraño y empezarían las preguntas incómodas. Pero eso no significaba que sus ganas de darle un escarmiento al retrasado manos largas hubieran desaparecido.

 

─¿Eh? ─preguntó confuso Chouji, el otro portero─. ¿Qué hace Sasuke aquí?, ¿quiere jugar? ─preguntó en voz bastante alta para ser escuchado.

─No ─respondió Naruto, casi empujando a su novio fuera del campo─. Sólo quería decirme una cosa, ya se iba…

─Sí.

La afirmación de Sasuke sorprendió especialmente a Naruto, quien le miró perplejo y dejó de empujarle.

 

─¿Qué has dicho?

─Voy a jugar.

─¿En serio? ─Sonrió ampliamente, mientras que Sasuke mantenía un rictus serio─. Ven a mi equipo, a ver quién te cede su puesto…

─No ─sentenció─. Iré al equipo contrario. ─señaló a Lee─. Me uniré al equipo del engendro de ojos saltones.

 

Naruto agitó los brazos para tratar de silenciarle, pero no pudo evitar que Sasuke llamara de esa forma a Lee que ni siquiera se dio por aludido.

 

─Perfecto. ─Escucharon decir a Shikamaru, quien con pereza se llevó las manos a la cintura y caminó fuera del campo─. Te cedo mi puesto. Yo iré a descansar.

─¿Quién es el engendro de ojos saltones? ─cuestionó Lee lleno de ignorancia, mirando a su alrededor. Neji se limitó a soltar una seca risa burlona, pero no le respondió.

─¿Por qué al equipo contrario, Sasuke? ─preguntó el rubio, confuso. Antes de recibir respuesta, continuó─. ¡Ya sé! ¿Quieres que midamos fuerzas? ¡Perfecto dattebayo!

 

Sasuke no dijo nada, sólo se limitó a mirar con intensidad a Kiba, quien tragó saliva con pesadez y por algún motivo sintió que de repente su vida corría peligro. Y su presentimiento no tardó en hacerse realidad. Al principio Sasuke se mantenía bastante pasivo, pero notó que por alguna razón ese tipo se activaba y se lanzaba al ataque cada vez que él tenía en su poder el balón.

 

Y más que querer quitarle el balón, parecía que Sasuke trataba de romperle la pierna a base de patadas contundentes pero disimuladas. Varios ataques después, no se atrevía a acercarse a la defensa, que era el puesto que ocupaba ese loco. Tampoco se sentía con el valor de gritar falta, ese tipo podría matarle.

 

Tragó saliva cuando un jugador le arrebató el balón a Naruto y se lo pasó a Sasuke. El adulto posó un pie sobre la pelota y le dedicó una mirada prepotente, retándole a acercarse para arrebatárselo. Inuzuka gruñó con el orgullo pateado y se acercó decidido al adulto, mientras Naruto cubría a Neji, el otro defensa.

 

Cuando Kiba estuvo lo suficientemente cerca, Sasuke esquivó el ataque con un hábil regate. Después, con rapidez y precisión metió el pie bajo el balón y lo lanzó hacia arriba, golpeando éste de lleno en la cara de Inuzuka.

 

─¡Bastardo! ─gritó el castaño, cubriéndose la nariz con ambas manos. Lagrimones de dolor empezaban a acumularse en sus ojos. El golpe había sido realmente doloroso, era un milagro que no le estuviera sangrando la nariz─. ¡Lo has hecho a posta! ─le acusó.

─Claro que no ─respondió con tranquilidad, y a continuación señaló a un adolescente que portaba gafas de sol─. Sólo intentaba hacerle un pase aéreo al delantero, no es mi problema que tú pusieras en medio tu gran cabeza.

 

Kiba gruñó con ganas de querer saltarle al cuello a ese tipo, pero era más alto y por ende más fuerte que él, así que por eso no se atrevía. Naruto se interpuso entre ellos, tratando de imponer paz.

 

─Sólo fue un accidente. Cálmate, Kiba’tteba.

─¿¡Y todas las patadas que me ha dado también son un accidente!? ─rabió.

 

Al instante los ojos azules se clavaron en Sasuke con seriedad, buscando una respuesta a esa acusación.

 

─Hace años que no juego, estoy desentrenado y me falta precisión ─se excusó el adulto con naturalidad.

 

La discusión se detuvo cuando un alegre saludo se hizo oír sobre sus voces.

 

─¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ─Todos miraron sorprendidos a Suigetsu, que se acercaba con una sonrisa, pero ésta desapareció al ver a alguien inesperado─. ¿Sasuke? ¿Qué haces tú aquí?

─¡Lo que faltaba! ─exclamó Kiba alejándose un poco, todavía enfadado─. ¡El novio de Naruto!

─Como Suigetsu ya no venía por aquí, pensaba que no estaban saliendo ─comentó Chouji.

 

El rostro de Sasuke se transformó en uno de suma seriedad. Su entrecejo se arrugó y apretó los labios para obligarse a guardar silencio. ¿Qué habían dicho?, ¿Suigetsu el novio de Naruto?, ¿de dónde habían sacado eso? Exigiendo una respuesta miró a Naruto, pero éste sólo se encogió de hombros mientras le dedicaba una risita nerviosa. ¿Acaso no iba a negarlo? Se acercó a su novio con intención de cruzar unas palabras confidentes con él, pero Suigetsu se les unió como si alguien le hubiese invitado a unirse a la conversación.

 

─¡Hombre, Sasuke! No sabía que en tu tiempo libre te gustaba estar con la gente, ¿desde cuándo eres tan sociable? ─Le palmeó la espalda con una mano.

 

Para evitar que el enojo de su pareja continuara en aumento, Naruto intervino.

 

─Suigetsu, hace mucho que no te veía dattebayo.

─¿Y de quién es la culpa? ─cuestionó con un drama sobreactuado─. He estado pasándome por aquí semanas… no, ¡meses! Y nunca había rastro de ti o de tus amigos. Pensaba que te había tragado la tierra.

─Lo lamento ─dijo con sinceridad─. Todos hemos estado ocupados con los exámenes de admisión a la universidad, y ahora que hemos entrado en la universidad no tenemos mucho tiempo para juntarnos.

─No tienes que darle explicaciones, dobe ─intervino Sasuke.

─Merezco esas explicaciones ─masculló Suigetsu.

 

Un poco exasperado, Naruto alzó la mano pidiendo calma entre ambos adultos que comenzaban a fulminarse con la mirada.

 

─Es suficiente. Siempre habéis sido amigos, ¿no es así? No tenéis que discutir por tonterías.

─Sasuke no entiende el concepto de amistad ─comenzó a decir Suigetsu, bajando el tono de voz─. En la mínima oportunidad te traiciona.

─No soy el único que no entiende el concepto de amistad.

─¿Qué quieres decir? ─Arrugó el entrecejo en señal de desconcierto.

─A pesar de que Naruto te ha dejado las cosas claras, sigues buscándolo ─acusó, hablando también casi en voz baja.

 

Suigetsu chasqueó la lengua y se cruzó de brazos, ignorando a Naruto que les hablaba de nuevo tratando de que se calmaran.

 

─¿Celoso, traidor? Te ves demasiado patético así.

─Tú también lo eres yendo detrás de alguien que sólo quiere tu amistad.

 

Frustrado, Naruto soltó una exclamación que hizo callar a los adultos. Le molestaba que le estuvieran ignorando y que estuvieran peleando por él. Si querían seguir discutiendo, ¡allá ellos! Él vería desde las gradas cómo se mataban.

 

─¡Tomaré un descanso! ─les dijo a sus amigos, antes de caminar hacia las gradas.

 

Los demás adolescentes se miraron entre ellos, y al no tener los jugadores suficientes decidieron ir también a las gradas para descansar y charlar entre ellos. Saludaron a Hinata sentada junto a Sakura, quien había llegado escasos minutos antes que Suigetsu y no la habían notado por estar inmersos en el partido.

 

─No sabíamos que ahora de repente te llevabas bien con Sasuke ─comentó Shikamaru, recostado sobre las gradas y mirando entretenido las escasas nubes del cielo.

─Parece no entenderse con Suigetsu ─comentó Neji, viendo a los adultos hablar.

─Oh, eso… ─respondió Naruto, fingiendo no haber escuchado a Shikamaru─. Son amigos, pero a veces se comportan como idiotas –se limitó a decir.

 

Mientras tanto, la tensión entre Suigetsu y Sasuke parecía suavizarse por momentos.

 

─Ya sé, Sasuke. Te propongo un reto.

─¿Un reto? ─repitió. ¿Qué tenía que ver eso con la discusión de hace un momento?

 

Suigetsu fue a recoger el olvidado balón cerca de la portería donde antes estuvo Lee, y regresó con Sasuke.

 

─Un partido, como en los viejos tiempos. Pero lo peculiar del reto es que jugaremos solos, tú contra mí. El que marque el primer gol, gana.

─No ─respondió al instante, dando media vuelta con intención de marcharse. No iba a seguir perdiendo el tiempo.

─¿No? ─reiteró Suigetsu jugueteando con la pelota en sus manos─. ¿Ni siquiera si te digo que si me ganas dejaré a Naruto en paz definitivamente? ─Sonrió entre dientes al ver a Sasuke detenerse en seco, sin girar. Pero sabía que le estaba escuchando, que le interesaba su oferta─. Pero… ─añadió─, si yo gano tú dejarás a Naruto en paz definitivamente.

─Lo que propones es absurdo ─respondió, encarándole finalmente─. Naruto quiere estar conmigo ─afirmó, complacido de restregárselo por la cara al otro que arrugó el entrecejo.

─No me interesa saber lo que piensas ─replicó con molestia─. Esta es mi oferta, ¿la tomas o las dejas?

 

En silencio Sasuke meditó la propuesta. Sacarse a Suigetsu de encima sería lo mejor que podría ocurrir. Por otro lado no estaba seguro de su capacidad, hacía muchos años que no jugaba, sabía que estaba oxidado. Además, sabía que Suigetsu había jugado alguna vez con Naruto y sus amigos los mocosos, quizá Suigetsu tenía cierta ventaja sobre él ahora.

 

─Estoy esperando tu respuesta ─apremió.

─Está bien. Si gano, ¿prometes cumplir tu palabra?

─¡Claro! Pero si yo gano quiero verte hoy mismo dejando a Naruto.

 

Sasuke sopesó que aquel reto era infantil. Pero… quién sabe cuándo podría tener una oportunidad como aquella de sacarse a Suigetsu de encima. ¿Acaso no podía hacer como Karin? Rendirse y recuperar la dañada amistad.

 

─Mirad, parece que van a jugar ─comentó Lee a sus amigos, viendo a Suigetsu dejar el balón en el centro del improvisado campo, estando ambos adultos frente a frente.

─¿Jugar? ─reiteró confuso Naruto. Ciertamente eso parecía, pero le extrañaba que en el estado en que estaba la amistad de esos dos, se pusieran a jugar.

 

Suigetsu alzó un dedo con aire entendedor, dispuesto a plasmar las reglas.

 

─Prohibidas las patadas, empujones, escupir al contrario y cualquier tipo de agresión. El juego será uno contra uno, sin límite de tiempo. El que marque el primer gol será el ganador, sin opción a prórroga.

─¿Eso es todo? ─preguntó con cierto tedio.

─Es todo ─confirmó.

─¿Cuándo empezamos?

─Ahora mism… ¿¡Qué!? ─gritó.

 

No había terminado de hablar cuando Sasuke había tomado posesión del balón casi con aquella rapidez que le conoció en sus años de estudiantes.

 

─¡Serás bastardo! ─le gritó corriendo tras él, tratando de darle alcance─. ¡Eso no es justo!

─No he roto ninguna de tus reglas. ─Antes de llegar a la defensa, pateó el balón en un tiro raso, dirigiéndose éste con rapidez al centro de la portería─. No seas mal perdedor.

 

El otro corrió todo lo que le daban las piernas, tratando de alcanzar la pelota antes de que entrara en la portería. ¡Joder! Había perdido cierta condición física. En sus años de estudiante habría podido detener esa pelota, después de todo Sasuke no había lanzado tan fuerte, como si quisiera mofarse de él por no haber podido alcanzar la pelota antes de tiempo.

 

Masculló una maldición cuando alargó la pierna con intención de detenerlo, pero no llegó a rozar el balón por escasos milímetros y éste finalmente entró en la portería.

 

─Serán tontos… ─comentó Kiba despectivo desde su lugar, acariciando la cabeza de Akamaru sentado a su lado─. ¿Qué hacen jugando ellos dos solos?

─Yo tampoco lo comprendo ─respondió Neji, encogiéndose de hombros.

 

Todos se encogieron ligeramente al escuchar a Suigetsu gritar tan fuerte que parecía que estuviera al lado de ellos.

 

─¡No has jugado limpio! ¡Exijo una repetición!

 

Sin darle importancia, Sasuke camino hacia las gradas mientras respondía.

 

─No he roto ninguna de tus reglas ─repitió─. Y no hay opción a prórroga, tú mismo lo dijiste.

─Sasuke ─le llamó Naruto cuando éste estuvo lo bastante cerca─. ¿Se puede saber qué estáis haciendo?

 

Pero el pelinegro se limitó a tomar asiento en las gradas, junto a Naruto pero no demasiado cerca. Estaba un poco cansado después del breve partido y la reciente pequeña carrera. Chasqueó la lengua, siendo consciente de que había perdido condición física. Tener un trabajo donde pasaba largas horas sentado no ayudaba, y cuando llegaba a casa estaba tan fatigado que lo único que quería era continuar sentado. A este paso, cuando cumpliera los treinta tendría la misma condición física que un hombre de cincuenta. No había sido consciente de ello hasta ese momento.

 

Finalmente Suigetsu llegó con el balón bajo el brazo, dispuesto a continuar protestando.

 

─¡Exijo una prórroga!

─No ─sentenció Sasuke─. Acepta tu derrota. ─Le dedicó una intensa mirada─. Ahora ─demandó.

 

Entendiendo lo que esas palabras querían decir, Suigetsu chasqueó la lengua y arrugó profundamente el entrecejo. No esperaba perder en su propio reto, no imaginó que Sasuke estaría tan avispado al momento de tomar la pelota. Había sido un iluso, y ahora había perdido…

 

Sin meditarlo demasiado soltó la pelota, tomó a Naruto de las manos y tirando de él le atrapó en un abrazo que sorprendió a todos.

 

─Joder… ─masculló Kiba─. Ya están con sus cosas de gays. Akamaru, tú no mires ─le dijo, cubriéndole los ojos con una mano. El animal gimoteó desconcertado, pero se dejó hacer.

─Na-Naruto-kun… ─balbuceó Hinata sonrojada, cubriéndose el rostro con las manos.

 

Cuando se recuperó de la sorpresa, Naruto se removió hasta liberarse, pero no pudo ir demasiado lejos porque Suigetsu volvió a tomarle de las manos.

 

─¿Pero qué estás…?

─Naruto ─interrumpió, mirándole fijamente a los ojos. Escuchó a Sasuke carraspear, expresando su molestia, pero le ignoró─. Tengo que decirte adiós.

─¿Te vas de viaje’tteba?

─No. Ya no intentaré más acercamientos contigo ─aclaró.

─Ah, eso… ─Miró un poco incómodo a sus amigos, especialmente a Sasuke. Suigetsu podía haberle dicho todo eso a solas─. Pero no entiendo, ¿acaso no somos amigos?

─Ni siquiera como amigos. Me alejaré completamente de ti.

─¿Qué? ─Se sorprendió─. Pero no quiero perderte…

─Naruto ─riñó Sasuke con tono severo. Le había molestado escuchar eso.

 

El nombrado giró, dedicándole una mirada de fastidio. Sabía que a Sasuke no le gustaba su amistad con Suigetsu, pero no quería que su novio mandara en su vida y decidiera qué amigos podía o no tener. Él era libre para decidir.

 

La voz de Suigetsu cerca de su oreja le sacó un respingo.

 

─Si tu relación con el frígido de Sasuke no funciona, búscame. Yo estoy dispuesto a darte todo ─le susurró, haciendo especial hincapié en la última palabra.

 

Naruto parpadeó sorprendido, procesando aquellas palabras a marchas forzadas.

 

Para empezar, Suigetsu aceptó que fueran amigos, ¿por qué le decía aquello? ¿Y por qué llamaba frígido a Sasuke? Incómodo no pudo evitar sospechar que el hombre sí había escuchado su conversación de meses atrás con Sakura-chan, donde le explicaba a su amiga que Sasuke rechazaba sus acercamientos.

 

─Escuchaste mi conversación con Sakura-chan meses atrás ─afirmó en un susurro confidente, avergonzado.

─Todo ─confesó, sabiendo a qué conversación se refería─. Lo tuyo con Sasuke jamás funcionará, pero dejaré que tú mismo lo compruebes. Seré paciente.

 

Naruto abrió la boca dispuesto a decir que no quería que le esperara, que nunca le iba a corresponder, incluso si su relación con Sasuke no funcionaba. Lo único que quería de él era su amistad, ya se lo dejó claro en el pasado, ¿por qué no lo entendía?

 

Tuvo que admitir que Sasuke tuvo razón cada vez que le aseguró que a pesar de que le dejó clara su postura, Suigetsu todavía quería de él más que una amistad.

 

Quiso decir muchas cosas, pero la presencia de su novio deteniéndose junto a ellos, lo impidió.

 

─Suficiente, Suigetsu ─casi susurró el pelinegro, irritado ante la cercanía entre ellos mientras se susurraban quién sabe qué─. Esfúmate ─ordenó severo.

 

Por alguna razón Naruto sintió que no debía meterse esta vez, así que no protestó ante la forma ingrata en que su novio trató a su amigo de toda la vida. No fue consciente del momento en que Suigetsu se despidió y se marchó. Sólo permaneció en su lugar, pensativo. Sasuke y Suigetsu se conocían demasiado bien, había podido comprobarlo al confirmar las sospechas de su novio.

 

Si Sasuke tuvo razón en sus sospechas sobre Suigetsu… ¿eso significaba que Suigetsu también tenía razón en sus sospechas sobre Sasuke?, ¿realmente su relación no iba a funcionar? Ya llevaban cuatro meses juntos, para él era un tiempo considerable, día a día se habían ido conociendo. Todavía tenían que conocerse más. Pero estaba ese pequeño detalle que a veces le molestaba en demasía… Sasuke era frío y mesurado a la hora de mostrar afecto. Lo más lejos que llegaron en sus besos y toques fue aquel día que Sasuke le regaló su preciado teléfono móvil, y de eso ya habían pasado tres meses.

 

¿Sasuke siempre era así?, ¿siempre iba a ser así? No quería ser egoísta y presionarle pero… cuando las chicas cuchicheaban en clases sobre sus relaciones siempre comentaban que los primeros meses, incluso en los dos primeros años, todo era más vehemente. Si Sasuke se comportaba así a los cuatro meses de relación, ¿cómo sería un año después? ¿Acaso lo máximo que iba a obtener de él eran unas palmaditas en la cabeza y unos besos castos?

 

No, no… debía calmarse. Se estaba yendo por las ramas. Bien… el sexo no lo era todo. A lo mejor Sasuke intentaba acostumbrarse a la sensación de estar con un chico. Después de todo él antes tuvo algo con una chica, con Karin. Con su prima no tuvo una relación seria pero, ¿con ella fue igual de frío y mesurado?

 

─Naruto ─llamó Sasuke al verle perdido en sus pensamientos.

─¡No puedo creerlo! ─La voz de Kiba se hizo escuchar─. ¡Tu novio acababa de cortar contigo, Naruto! ¡Delante de todos! ─Su rubio amigo giró para verle, y le preocupó ver la inquietud en su mirada─. ¿Estás bien? ─Se acercó y le palmeó la espalda─. Te ves afectado. ¿Realmente te gustaba ese tipo?

─No ─respondió Sasuke con molestia, adelantándose a cualquier cosa que pudiera decir Naruto. Kiba le dedicó una mala mirada, pero le ignoró con descaro.

 

Consternada, Sakura se acercó. Ella conocía toda la verdad, sabía los verdaderos sentimientos de Naruto, era imposible que le hubiera afectado saber que Suigetsu no iba a intentar más acercamientos, debía ser algo más.

 

─¿Naruto? ─preguntó, deteniéndose frente a éste.

 

El mencionado reaccionó, descubriendo a Sasuke a su derecha, Kiba a su izquierda, y a Sakura-chan delante de él.

 

─Estoy bien. ─Sonrió, desechando sus preocupaciones.

 

De nada servía torturarse. Todo iba bien con Sasuke, los dos estaban cómodos con el otro, ¿cierto?

 

─No te preocupes, amigo ─le confortó Inuzuka─. Seguro que aparecerá otro tipo mejor que ese. Además, Suigetsu no me gustaba, era mayor para ti.

 

El otro se limitó a soltar una risita como respuesta, pero no dijo nada. En silencio, Sasuke estudiaba con la mirada el perfil de su novio. Suigetsu le había susurrado algo a Naruto que le había turbado. Empezaba a conocer cada detalle, cada expresión, cada silencio. ¡Estúpido Suigetsu…!

 

─¡Naruto-kun, no sufras! ─Se escuchó la enérgica voz de Lee─. Ahora que estás soltero de nuevo, puedes disfrutar del fuego de tu juventud con nosotros, ¡podremos vernos un poco más!

─Como diría Shikamaru ─intervino Kiba, apoyando las palabras de Lee─: El amor es problemático. ─Giró para mirarle─. ¿Cierto?

 

Nara chasqueó la lengua. En otro momento habría estado totalmente de acuerdo, pero ahora… esa rubia de carácter rudo y orgulloso, tres años mayor, le tenía atrapado.

 

─Algo así ─musitó al ver que esperaban una respuesta de su parte.

─¿Algo así? ─reiteró Kiba. A Shikamaru no parecía fastidiarle el asunto del amor, eso era extraño, muy extraño.

 

Presintiendo que se aproximaban preguntas incómodas, Shikamaru se puso de pie y se sacudió la ropa.

 

─Tengo que irme.

─¿Ya? ¿Por qué?

─Tengo asuntos que atender ─respondió esquivo.

 

Inuzuka se llevó las manos a la cintura, dedicando una mirada crítica a su perezoso amigo.

 

─Oh, ya. Asuntos que atender ─reiteró con retintín─. Sospecho que son los mismos “asuntos” que atendía Naruto cuando salía con Suigetsu y se tenía que ir más pronto, o algunos días ni siquiera venía. ─Se acercó unos pasos a Shikamaru─. ¿No me digas que estás saliendo con alguien?

─Claro que no, eso sería problemático ─respondió con fastidio, apartando la mirada.

─Pero hay alguien ─aseguró, acercando sus rostros.

 

Naruto agradeció dejar de ser el centro de atención, empezaba a sentirse demasiado incómodo. Todos estaban centrados en Shikamaru, quien deseaba que se lo tragara la tierra. Sólo Sasuke seguía a su lado, mirándole fijamente. Le dedicó una tenue sonrisa, dándole a entender que todo estaba bien, y después se entretuvo en mirar al normalmente pasivo Shikamaru siendo engullido por la vergüenza.

 

Neji, quien solía permanecer en silencio, intervino. En el fondo tenía cierta curiosidad.

 

─¿Podría tratarse de aquella rubia…?

─¿Eh? ─cuestionó Kiba, meditando─. ¡Cierto, esa chica mayor que nosotros! ¡Shikamaru, no me digas que estás saliendo con ella!

 

Viéndose acorralado, finalmente confesó.

 

─No estamos saliendo, pero hemos hablado algunas veces. Hace unas semanas descubrí que tenemos un amigo en común, estábamos en la biblioteca y ella se acercó a hablar con mi amigo. Él me la presentó, se llama Sabaku no Temari.

─¿¡Sabaku no Temari!? ─El grito de Naruto capturó la atención de todos─. ¡No puedo creerlo! ¡Shikamaru, estás de suerte dattebayo! ─exclamó repentinamente efusivo, manoteando mientras se acercaba a su amigo─. En mi clase, en nuestra clase… ─Se corrigió mirando a Shino que asintió en silencio─, hay un chico que se llama Sabaku no Gaara.

─Cierto ─concordó Shino.

─Gaara nunca me ha hablado a fondo sobre su familia, no sé si tiene hermanos, pero… ese apellido no es muy común. Me llevo bien con él, puedo preguntarle, y si Temari es su hermana le diré que te ayude.

 

El otro se rascó la nuca con cierta vergüenza que disfrazó de desinterés.

 

─¿Realmente crees que tu amigo va a querer ayudar a un desconocido? Eres demasiado iluso, Naruto.

─¡Tú déjamelo a mí, Shikamaru! Gaara me dijo que tal vez vendría al parque, puedo presentártelo.

 

Pero pasó casi una hora y Gaara no apareció. Hacía más de media hora que Shikamaru se fue. Continuaron en las gradas, hablando cualquier trivialidad mientras junto a ellos, Naruto y Kiba se pasaban el balón, mareando a Akamaru que trataba de arrebatárselos.

 

─Naruto ─llamó Shino con seriedad─, hace más de una hora que espero que nos presentes a Sasuke de manera formal. Deberías hacerlo. ¿Por qué? Por qué si no…

─Sí, sí… ─interrumpió, despistándose el momento suficiente para que Akamaru aferrara el balón entre sus patas. Cuando Shino empezaba con sus monólogos de daba escalofríos─. Está bien.

 

Tras presentar a Sasuke, no pasó mucho más hasta que algunos decidieron marcharse a casa, Naruto fue uno de ellos. Los demás se despidieron de él deseándole fuerza para superar la ruptura con Suigetsu. Sasuke no pudo evitar rodar la mirada, sintiendo la tentación de rebatirles que la pareja de Naruto era él, pero hacer eso no sería prudente. Acompañó a Naruto hasta su casa, el camino estaba siendo demasiado silencioso. No le habría molestado de no ser porque sabía que eso no era normal en su novio.

 

─¿Qué te susurró Suigetsu? ─cuestionó de forma directa, rompiendo el hielo.

─¿Ah?, ¿qué? ─Le miró un instante─. Nada importante dattebayo.

─Pues eso nada importante te tuvo afectado un buen rato ─señaló lo evidente.

─No, sólo… bueno, no esperaba que Suigetsu se alejara de mí de esa forma.

 

Se detuvieron al darse cuenta que acababan de pasar de largo la casa de Sasuke, meditando a la vez que no era prudente acercarse juntos hasta la casa de los Uzumaki.

 

─¿Entonces te afecta que Suigetsu se aleje? ─Su expresión se debatía entre la sorpresa y la molestia. ¿Tanto apreciaba Naruto a ese tarado?

─Es que fue extraña la forma en que lo hizo. Cuando llegó se comportaba como siempre, y después sin más me dijo eso y se fue. ¿Por qué? ─Le miró suspicaz─. ¿Le dijiste algo?

 

No es que no le hubiera sorprendido el súbito alejamiento de Suigetsu, pero no iba a decirle a Sasuke que lo que realmente le mantuvo inquieto fue lo que le susurró. Sabía que no serviría de nada torturarse pensando si su relación iba a durar, que era mejor vivir el presente, pero por un momento no pudo evitarlo.

 

─No seas idiota, claro que no ─negó al instante.

─¡No soy idiota! Sé cuánto te molesta verme cerca de Suigetsu.

─Tonterías ─negó de nuevo, apartando el rostro con un porte digno.

─Deberías confiar más en mí’ttebayo, como yo lo hago en ti. Pasas horas con Karin cada día, tú mismo me dijiste que ahora os estáis tratando más, ¿entonces debería estar celoso? Después de todo tuviste algo con ella en el pasado.

─No ─rebatió con seguridad para no dejar lugar a dudas.

─¿Entonces por qué no confías en mí? ─La frustración fue palpable en su voz─. Hace mucho que suspiro por ti, lo sabes. He luchado contra tu estúpida terquedad y prejuicios para poder estar contigo, le he dejado claro a Suigetsu que sólo quiero su amistad, ¿qué más tengo que hacer para que confíes en mí?

 

Sasuke quedó desarmado ante aquel ataque lleno de sinceridad. Viéndolo de ese modo, Naruto tenía razón en todo.

 

─Confío en ti ─aseguró segundos después.

─¡No! No lo haces ─protestó, irritándole el descaro con el que Sasuke negaba lo evidente─. ¿Por qué…?

─Confío en ti ─insistió, hablando un poco más alto para hacerse escuchar. Suspiró, siéndole difícil pronunciar las siguientes palabras─. Es… en mí en quien no confío.

─¿Qué?

 

Parpadeó confuso. No entendía lo que su novio acababa de decir. ¿Que no confiaba en él mismo? Pero Sasuke no parecía por la labor de explicarse, por la expresión en su rostro daba la sensación de que le incomodaba hablar sobre sus intimidades, incluso parecía que le había costado un mundo decir aquello. Pero si Sasuke no se abría a él, ¿cómo podrían funcionar? En el tiempo que llevaban saliendo, su novio nunca había sido dado a hablar sobre sus inquietudes o anhelos, siempre guardándolo todo en su interior.

 

Pero él quería saber más de Sasuke, poder comprender sus inquietudes y apoyarle en sus anhelos. Para él, esa era una falta de confianza y conexión entre ellos. Las parejas se contaban todo y se daban mutuo apoyo, ¿no es así? Al menos así veía que se trataban sus padres.

 

─Sasuke… ─le llamó, sin rastro de enojo─. Quiero comprenderte, pero si no hablas conmigo no podré hacerlo.

 

Los puños de Sasuke se apretaron, tratando de dejar su hermetismo a un lado, al menos por una vez. Naruto lo merecía.

 

─No termino de comprender por qué estás conmigo ─susurró─. Qué es lo que te gusta de mí. Somos totalmente diferentes.

 

Sorprendido, Naruto guardó silencio unos segundos, tratando de encontrar la conexión entre las palabras de Sasuke y su desconfianza. Esperó, pero él no dijo nada más. La verdad es que esas escasas palabras no le ayudaban mucho a comprenderle.

 

─¿Qué importa que seamos diferentes? Te quiero ─respondió con simpleza, como si fuera lo más obvio del mundo.

 

Un suave rubor se coloreó en las mejillas de ambos y apartaron la mirada un instante. Después, Sasuke suspiró, dispuesto a continuar hablando.

 

─¿Y si con el tiempo… descubres que no soy lo que esperabas?

─Eres lo que esperaba dattebayo ─aseguró─. Esperaba que fueras un teme gruñón, y eso eres ─bromeó, tratando de suavizar el ambiente, pero no sirvió de mucho.

 

¿Por qué Sasuke destilaba esa inseguridad en sí mismo? Nunca había pasado. O quizá sí y él no había sido capaz de verlo, como cuando Itachi le hizo ver el desagrado de Sasuke hacia Konan.

 

─Hablo en serio. ─Le dedicó una seria mirada que no dejaba cabida a más bromas─. Tal vez un día decidas que prefieres a otra persona a tu lado. Alguien como tú, hiperactivo y extrovertido; o quizá alguien con una edad más cercana a la tuya con quien puedas compartir vivencias y un círculo de amigos.

 

Él no podía ofrecerle nada de eso a Naruto. Debido a la brecha de edad no habían compartido grandes momentos juntos, y mucho menos un círculo de amigos. Una pareja de su misma edad podría darle todo eso: mismo horario, podrían hacer planes a largo plazo porque tendrían vacaciones a la misma vez… quizá incluso se graduarían juntos en la universidad.

 

¿Y él qué le ofrecía? El poco tiempo libre que su absorbente trabajo le dejaba, y por lo tanto ante Naruto sólo se mostraba un hombre fatigado, más mentalmente que físicamente, que lo único que quería la mayoría de los días era acurrucarse en el sofá. Todo eso sin mencionar que menospreciaba sus acercamientos una y otra vez.

 

A veces no podía evitar preguntarse a sí mismo: ¿por qué Naruto permanecía a su lado?, ¿qué podía ofrecerle para que deseara estar a su lado más tiempo?

 

Por eso los celos le atacaban. Temía que Naruto descubriera que cualquier otro tipo era mejor que él. Jamás en su vida se había sentido tan poca cosa, al contrario, siempre se dio ínfulas ante todos. Pero cuando veía a Naruto, radiante como el sol, por momentos pensaba que merecía algo mejor. Y entonces las mismas preguntas volvían a martillear en su cabeza, como un círculo vicioso interminable.

 

─Lo siento. ─La disculpa de Naruto se escuchó poco después─. Yo… no sabía que te sentías así, pero… ─Arrugó ligeramente el entrecejo, riñéndole con la mirada─. En serio, Sasuke, ¿todavía tienes esos pensamientos? ─Deseó abrazarle para confortarle, pero estaban en plena calle peatonal, alguien podría pasar. O peor, alguno de sus padres, después de todo estaban cerca de sus casas. Alargó una mano, y rozó la del mayor en un sutil roce cariñoso─. ¿Por qué sigues pensando que voy a terminar prefiriendo a otra persona?, ¿no te ha quedado claro que quiero estar contigo? Confía en mí.

─Confío en ti.

 

Entonces, el recuerdo de la voz de Itachi martilleó en la mente de Sasuke por un segundo:

 

Si de verdad confías en Naruto-kun, ni Suigetsu, ni cualquier persona que se acerque a él debe preocuparte.

 

─Si realmente confías en mi, saca esos pensamientos absurdos de tu cabeza ─ordenó.

 

En el fondo a veces a él también le preocupaba no ser lo suficiente para Sasuke, que quizá acabaría prefiriendo a alguien más maduro y calmado, de una edad semejante a la suya. Pero se obligaba a desechar esos turbios pensamientos que no conducían a nada. Se decía a sí mismo que le demostraría cuánto le quería para que Sasuke ni siquiera tuviera oportunidad de meditar en dejarle.

 

─Comprendo cómo te sientes, Sasuke. A veces me pasa igual. Pero si tú quieres estar conmigo y yo quiero estar contigo, ¿dónde está el problema? ─trató de animarle, sonriendo ligeramente.

─Así que no soy el único con pensamientos absurdos después de todo ─comentó un poco más relajado.

 

¿Así que Naruto tenía las mismas inquietudes que él? Nunca lo había notado.

 

─Me temo que no. ─Sonrió─. Pero es mejor vivir el presente. Torturarnos con el futuro no servirá de nada.

─Buen consejo, supongo.

─¡Lo es! ─aseveró─. Si después de cuatro meses seguimos juntos, es porque no lo estamos haciendo tan mal.

 

Finalmente Sasuke asintió, una expresión afable en su rostro; y Naruto agrandó su sonrisa, satisfecho por haber confortado a su pareja. La mayor parte del tiempo era Sasuke quien le cuidaba, y eso le creaba el deseo constante de querer retribuirle en agradecimiento.

 

Empuñó las manos para contener las ganas de abrazarle y besarle. No estaban en el lugar más indicado para ello.

 

─Me voy a casa’ttebayo. Mañana prometo llegar puntual ─aseguró alejándose. No era esa la forma en la que quería despedirse de su pareja, pero no podía hacer otra cosa─. ¡Hasta mañana!

─Naruto ─le llamó cuando éste ya se había alejado varios pasos.

─¿Qué?

─Gracias.

 

El corazón de Naruto palpitó eufórico dentro de su pecho. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios, desbordante de felicidad. Bien, si se acercaba y le daba un rápido beso no pasaría nada. ¿Qué probabilidad había de que les descubriera alguien? En ese momento no pasaba nadie por la calle.

 

Determinado se acercó.

 

─¡Sasuke, qué sorpresa! ¡Oh, también está Naruto! ¡Hola!

 

El rubio se detuvo en seco cuando estaba a escasos cinco pasos de su pareja, alarmado al reconocer la voz de Mikoto. Ambos alzaron la mirada, descubriendo a la mujer que les saludaba con la mano desde una de las ventanas de la segunda planta de la casa Uchiha.

 

─Mamá ─nombró Sasuke ligeramente turbado. ¿Cuánto hace que ella estaba allí?, ¿habría visto algo?

─Hola, Mikoto ─saludó Naruto, tratando de aparentar normalidad, pero en el fondo tan inquieto como su novio.

─Qué alegría verte, hijo. ─Sonrió la mujer, y después miró al rubio─. Y tú, Naruto, con tu entrada en la universidad te has vuelto un muchacho ocupado, ¿no es así? Vives cerca de mí pero te veo incluso menos que a mi hijo ─se lamentó, recargándose en el alfeizar de la ventana.

─Sí ─atinó a responder, esbozando una sonrisilla.

 

Sasuke le dedicó una significativa mirada de despedida antes de encaminarse a la casa de sus padres. No tenía pensado pasar por allí, pero ya no tenía otra opción. Debería abandonar la costumbre de acompañar a Naruto tan cerca de casa.

 

─¡Ya sé! ─exclamó Mikoto─. Naruto, ¿por qué no pasas y me pones al día de tu nueva vida en la universidad mientras tomamos té?

 

Al escuchar aquello, de inmediato Sasuke giró a verle cuando se disponía a abrir la puerta con su propia llave y negó con la cabeza, indicándole que rechazara la invitación. No le parecía cauto que les vieran juntos, ni siquiera que relacionaran que ellos podrían tener cierta amistad.

 

─N-no tengo mucho tiempo, Mikoto ─se excusó el adolescente.

 

La mujer compuso su mejor expresión afligida, como si el rechazo le hubiera dolido profundamente.

 

─Te he dedicado tantos momentos de mi tiempo desde que naciste, y ahora tú no puedes concederme unos minutos para aliviar mi preocupación por ti.

 

El corazón de Naruto se acongojó al instante, y por más que Sasuke trató de indicarle con gestos que no cayera en la trampa sentimental de Mikoto y que se marchara a casa, había sido tarde.

 

Bajo esa sonrisa inocente y aquella apariencia de no haber roto un plato en su vida, Mikoto a veces sabía cómo tornar las circunstancias a su favor.

 

─¡No! No quise decir eso dattebayo, en realidad justo ahora tengo tiempo.

 

La mujer celebró su victoria en su interior, expresándolo con una cara de asombro estudiado.

 

─¿En serio? Entonces entra, ¡entra! ─apremió antes de desaparecer de la ventana.

 

Cuando entraba en casa, soportó que Sasuke le reprendiera con la mirada.

 

─¿Qué? ─protestó el rubio en un susurro.

 

Pero no pudieron decir más porque Mikoto bajaba las escaleras con rapidez. Abrazó a Sasuke y después tomó una de las manos de Naruto entre las suyas, dando la bienvenida a ambos. Les invitó a entrar en el salón y tomar asiento, y no pudo evitar señalar, al notarlo, que Naruto había crecido un poco más.

 

─De seguir así terminarás siendo tan alto como mi hijo ─comentó.

 

Naruto sonrió ilusionado. Actualmente le costaba un poco menos alcanzar los labios de Sasuke si lo comparaba con las primeras veces que le besó, cuando ni siquiera eran novios. Por otro lado Sasuke le recorrió con una disimulada mirada. Quizá era por el hecho de verse prácticamente cada día, porque él no percibía en Naruto ese crecimiento que comentaba su madre.

 

Después Mikoto les pidió ponerse cómodos mientras ella iba a la cocina para calentar té y sacar algunas pastas. Sabía que a Sasuke no le gustaban demasiado, sin embargo, a Naruto le fascinaban las galletas para acompañar el té.

 

Sigilosa entró en el salón, portando un platillo de pastas en las manos y esperando encontrar a los dos jóvenes quizá in fraganti. Ambos estaban sentados en el sofá, pero cada uno estaba casi en un extremo y ni siquiera estaban hablando entre ellos. De acuerdo, había sido un intento fallido. O esos dos disimulaban muy bien que tenían algo, o quizá sí era cierto que Sasuke tenía una novia, tal y como le contó Fugaku hace aproximadamente dos meses.

 

─¡Pastas! ─celebró Naruto cuando la vio dejar el platillo en la mesita frente al sofá.

─Come cuanto quieras ─invitó─. Iré a preparar el té ─dijo abandonando la sala de nuevo.

 

Pero era mentira. El té ya estaba preparándose desde que entró en la cocina la primera vez. Lo que hizo fue ocultarse junto a la entrada de la sala, dispuesta a espiar a los dos jóvenes. Por varios minutos lo único que vio fue a Naruto comer galletas, a continuación le ofreció a Sasuke y éste rechazó, todo sin apenas cruzar miradas entre ellos. Estaba por darse por vencida cuando finalmente Naruto habló.

 

─Han pasado años desde la última vez que coincidí contigo en esta casa’ttebayo.

─Cierto. ─Se limitó a decir.

─¿Extrañas vivir aquí?

─Un poco al principio. ─Se encogió de hombros, recargando un codo en el brazo del sofá.

 

Mikoto deseó poder acercarse. Podía escuchar lo que decía Naruto porque era algo escandaloso, pero no así lo que decía Sasuke. Su hijo siempre tan sereno al hablar.

 

─A mí a veces me asusta un poco el pensar en independizarme ─confesó con una sonrisilla de vergüenza adornando sus labios.

─Es normal, todavía eres un niño.

─No soy un niño ─masculló ceñudo.

 

Tras un corto silencio, la mujer se dio por vencida y fue a la cocina, regresando minutos después con una bandeja en sus manos en la que portaba tres vasos de té y una pequeña tetera. De nuevo les había descubierto en sumo silencio; Sasuke recorriendo la decoración de la habitación como si nunca la hubiera visto, y Naruto comiendo galletas.

 

─¿Qué hacíais juntos en la calle? ─preguntó directa pero con amabilidad, tomando asiento─. ¿Ibais a dar un paseo?

─No ─respondió su hijo, tomando un vaso de té─. Nos encontramos por el camino y nos estábamos saludando, es todo ─mintió con descaro.

 

Mikoto miró a Naruto que asentía con la cabeza. Ella no podía rebatir si era cierto o no, ya que al pasar por la ventana simplemente vio a Sasuke y a continuación captó a Naruto que se acercaba, pero nada que pudiera dar pie a pensar mal o confirmar sus ligeras sospechas. Tal vez debería dejar de sospechar sobre ellos. No parecían tener otro trato que el de amistad. Bien, le alegraba que a pesar de todo sus hijos mantuvieran una relación amistosa con el de Kushina.

 

Pero, ¿entonces qué significó aquel beso entre ellos que Kushina vio?, ¿quizá hubo algo breve entre ellos y ahora sólo mantenían una amistad? Las ganas de preguntarles directamente le quemaban los labios. Sin embargo, aparentando normalidad se dedicó a preguntarle a Naruto sobre la universidad, y a Sasuke sobre el trabajo.

 

Cuando pudiera pondría al día a su amiga. Ambas debían sacudirse la incertidumbre de encima, cada vez estaba más claro que lo de sus hijos era una simple amistad. Que los sentimientos de Naruto hacia Sasuke eran unilaterales. Sabía que esos sentimientos seguían ahí, Kushina se lo confirmó de nuevo no mucho tiempo después de que Naruto lograra ingresar en la universidad.

 

Lo sentía por Naruto, pero por más que le ilusionara de cierta manera tenerle dentro de su familia, no obligaría a Sasuke a fijarse en alguien que no quería.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola a todos! :D Muchísimas gracias por leer y comentar. Teniendo en cuenta estos tiempos que corren donde es muy difícil recibir un review, me siento muy afortunada de contar con este grupito de personas que se toma su tiempo para comentarme, algunos incluso lo hacen en cada capítulo o casi. De verdad, ¡muchas gracias! *corazones*

 

Para quienes preguntaron, por días estoy mejor de la tendinitis, y otros días peor, esta cosa (?) es muy lenta para curarse.

 

Y para quienes quieren spoiler, en el próximo capítulo aparece Gaara :) Además será un capítulo extra largo: tiene como treinta o treinta y dos páginas. Para los que se quejan de mis “cortos” capítulos de 17-20 páginas, se van a hartar de leer XD

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).