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Diez años por Takaita Hiwatari

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Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 29: “Suna”:

 

─Karin.

 

El llamado hizo detenerse a la pelirroja cuando estaba por abandonar el hospital, viendo a Sasuke acercarse.

 

─¿Qué tal tu día? ─preguntó ella cuando le tuvo a su lado, saliendo juntos del edificio.

─Como todos, supongo. ─Se encogió de hombros─. ¿Sabes algo de Suigetsu?

 

No había tenido oportunidad de preguntarle a lo largo de la jornada laboral, ni siquiera habían coincidido en la sala de descanso alguna vez.

 

─Ese idiota… ─masculló Karin con la simple mención del otro─. No fue a trabajar, tuve que llamar a su trabajo e inventar una excusa. Después entre Juugo y yo le llevamos a su apartamento. El idiota todavía iba demasiado borracho, ¡tuve que golpearle!

─¿Por qué?

 

La mujer dudó un poco en responder, pero finalmente lo hizo.

 

─Bueno… empezó a decir obscenidades sobre Naruto… ─Disimuladamente miró a Sasuke, percibiendo que un tic asaltaba una de sus cejas, delatando el repentino mal humor que trataba de disimular─. Tuve que dejarle inconsciente de un puñetazo, estaba llamando la atención de la gente en la calle, ¡era vergonzoso! ─Suspiró─. Por suerte Juugo estaba tan preocupado por Suigetsu que no se salió de control.

 

Fue inevitable golpear al bocazas de Suigetsu cuando éste empezó a confesar, a voz en grito, sus más pervertidas fantasías con Naruto. Que si quería hacerle esto o aquello. Pero no entraría en detalles con Sasuke, no quería provocar una guerra entre sus amigos.

 

Un suave gruñido de su acompañante fue la única respuesta que recibió.

 

─Pasé la noche en su apartamento, cuidándole, aunque el idiota no lo merezca. ─Se cruzó de brazos─. ¿Quién le manda beber tanto? Al menos tuvo la decencia de agradecerme antes de que me marchara. Decía que no recordaba mucho de la noche anterior y que le dolía la cabeza. Pero yo le recordé que confesó que te extrañaba y que hizo las paces contigo. ─Soltó una risita socarrona─. Debiste haber visto su cara en ese momento, Sasuke. ─Pero el otro no rió con ella, seguramente estaba algo molesto por lo que le había contado. Bufó─. Suigetsu debería hacerse a un lado ─renegó.

─Sólo necesita tiempo ─respondió, tratando de ser comprensivo y paciente.

 

Un poco más adelante sus caminos se separaron. Era agradable volver a tener la amistad de Karin, y agradecía que tratara de mediar entre Suigetsu y él. Pero Suigetsu necesitaba tiempo para asimilar la derrota.

 

Al llegar a su apartamento le extrañó no ver a Naruto esperándole en el pasillo. Algunos días su novio estaba ahí incluso antes de que llegara. No le dio importancia y se dedicó a darse una relajante ducha fría. Hacía demasiado calor. Después sustituyó la bata médica en su mochila por una limpia y ordenó un poco en su apartamento. Pero el tiempo transcurría y Naruto no llegaba, eso era extraño. Sin querer esperar más le escribió un mensaje:

 

Estoy en casa.

 

Esperaba que Naruto no entendiera que ese escueto mensaje significaba “Ven, te estoy esperando, idiota”. No quería verse ansioso. ¿Por qué tardaba tanto en contestarle? Ya habían pasado tres minutos. Entonces recibió respuesta:

 

Hoy no puedo ir :’( Estoy castigado.

 

Sasuke estuvo por preguntar por qué, pero entonces recordó que Naruto llegó tarde a casa la noche anterior. Genial, pensó con sarcasmo, Naruto castigado. ¿Y ahora qué iba a hacer el resto de la tarde? Se había acostumbrado tanto a su presencia, que ahora que se veía solo no sabía qué hacer. ¿Tal vez darle una limpieza a fondo al apartamento?, ¿visitar a Itachi?, ¿visitar a sus padres?

 

Antes de poder ser consciente de lo que hacía, marcó el número de Naruto. Ya que no podría verle, al menos quería escucharle.

 

La voz de su novio se escuchó risueña al otro lado de la línea.

 

─¡Sasuke!

 

En cambio la suya se escuchaba en un tono agrio.

 

─¡Usuratonkachi! ─reprendió─. Te dije que te fueras a casa, pero no, tú tenías que pegarte a mí como una lapa.

 

Tras un pequeño silencio, el rubio respondió.

 

─Wouh, bien, yo también te quiero ─farfulló irónico─. Si sólo llamas para regañarme, tuve suficiente anoche con la furia de mi madre’ttebayo. Además, ¿quién besó primero a quién? No empecé yo ─señaló.

─El punto aquí es que por tu imprudencia estás castigado ─desvió la conversación de inmediato.

─Lo que digas, teme. ─Rodó la mirada.

─¿Cuánto tiempo te ha castigado Kushina? ─cuestionó más tranquilo.

─Gracias a mi padre, sólo hoy. Por suerte Gaara ha venido a pasar la tarde conmigo.

─Gaara ─reiteró.

─¡Oh! Y no sabes lo mejor: Gaara me ha invitado a pasar unos días en su casa, en Suna dattebayo. ─Conforme hablaba se percibía en aumento la emoción en su voz─. ¿Sabes cuánto hace que no veo el mar? Hace tantos años… que ni siquiera lo recuerdo. Quizá tendría como unos cinco años.

─¿Quieres ir? ─interrumpió, percibiendo el interés en su novio.

─¡Por supuesto!

 

El entrecejo de Sasuke se arrugó de forma sutil. No conocía a ese tal Gaara, pero parecía estar introduciéndose muy rápido en la vida de Naruto. Por lo que sabía se sentaban juntos en clase, hacían los trabajos juntos, incluso algunos días se habían reunido con la esperanza de juntar a uno de sus amigos los mocosos con la hermana de Gaara… ¿y ahora se iban juntos de vacaciones?

 

Caminó intranquilo por la sala del apartamento, regresando a él viejos temores. Intentó serenarse. ¿Qué probabilidad había de que ese Gaara fuera gay, y para más énfasis, se fijara en Naruto?

 

─Pero… ─La voz de Naruto le trajo a la realidad─. Papá no me deja ir ─finalizó con un repentino tono lastimero. Sasuke se sintió aliviado al momento─. Dice que como no conoce a Gaara, no le parece prudente. Que quizá el verano que viene me dejará.

 

Sasuke sonrió ligeramente. Por una vez la actitud sobreprotectora de Minato le venía como anillo al dedo.

 

─Me parece sensata la actitud de tu padre.

─¿Qué? ─preguntó incrédulo─. Gaara no es un asesino serial, Sasuke. Además, no íbamos a ir los dos solos, nos acompañarían Kankuro y su novia; y Temari y Shikamaru.

 

Por alguna razón a Sasuke le pareció peor aquella opción. ¿Qué era aquello?, ¿un viaje de parejitas?, pensó con desdén.

 

─Como sea, tu padre ya dijo que no.

─No pienso aceptarlo’ttebayo ─sentenció, y después sonrió pícaro─. Insistiré. Pondré esa carita que hace flaquear a mi padre.

 

Dobe manipulador, quiso decirle, pero en cambio se mantuvo en su postura. Quería hacer entrar en razón a su novio. De ninguna manera quería que fuera.

 

─Eres menor, tu deber es obedecer a tus padres.

─¡Ahora mismo estás hablando como un amargado, teme! ─replicó molesto─. No es como si me fuese a ir sin su consentimiento, sólo insistiré para obtenerlo.

─No insistas ─ordenó.

 

Fastidiado, Naruto estaba a punto de despedirse y colgar, pero la voz de su novio escuchándose de nuevo le detuvo.

 

─Si quieres ir a Suna, yo te llevaré ─aseguró. La exclamación incrédula al otro lado casi le deja sordo. Chasqueó la lengua─. Sólo necesito tiempo para preparar todo.

─¿Eh?, ¿qué? ─balbuceó confuso─. ¡Espera! ¿Cuándo vamos a ir?, ¿cómo? Además, si mi padre no me deja ir con Gaara, ¿qué te hace pensar que me dejará ir contigo?

─Tú deja todo en mis manos, usuratonkachi.

─¡P-pero…!

─Yo también quiero ver el mar, así que ya no tienes que ir con Gaara, irás conmigo ─sentenció, y sin más colgó.

 

De acuerdo, ya tenía algo que hacer. Lo primero era buscar por internet alojamiento en Suna para al menos un par de noches. Si Naruto quería ver el mar, le llevaría al mar.

 

Mientras tanto, todavía confuso por la reciente conversación con su novio, Naruto abandonó el baño del piso de arriba, donde se había encerrado para hablar, y se encaminó a la sala, donde estaba charlando y jugando al videojuego de ninjas con Gaara cuando recibió la llamada.

 

¿De verdad Sasuke iba a llevarle a Suna? Un momento, ¿Sasuke y él solos?

 

****

 

Tres semanas después, todo estaba listo para la escapada a Suna. Lleno de euforia, Naruto llegó a la estación de tren portando una pequeña maleta con ruedas. Entre la gente buscó con la mirada a su novio. Le encontró no muy lejos, revisando la hora en su reloj de pulsera. Junto a él había otra pequeña maleta con ruedas.

 

─¡Sasuke! ─exclamó acercándose.

─Llegas tarde ─riñó con gesto severo.

 

Curioso, Naruto miró la hora en su teléfono. Eran las nueve y cinco de la mañana. Despreocupado se encogió de hombros.

 

─Sólo cinco minutos’ttebayo.

─Agradece que el tren no ha llegado puntual, me habría ido sin ti ─aseguró.

 

Naruto rumió un insulto, pero cuando la mirada de su novio se clavó en él, le dedicó una sonrisilla inocente.

 

─No es mi culpa. Mi padre me abrazó y no me quería dejar ir ─se excusó, y después sus labios se curvaron en una tenue sonrisa nerviosa─. Mamá tuvo que dejarle inconsciente con un golpe.

 

Para obtener el permiso de sus padres, Naruto había tenido que mentir una vez más y contarles que iría a Suna con Kiba y Hana, la hermana mayor de éste. Al ir con un amigo de toda la vida, y además acompañados y supervisados por una adulta, Kushina accedió encantada, mientras que Minato lo hizo a regañadientes.

 

Por momentos el remordimiento por mentir a sus padres le martilleaba, pero con la verdad por delante jamás podría ir a Suna.

 

Cuando llegó la hora de marchar, Kushina le despidió con un amoroso abrazo, le deseó que se divirtiera y que no cometiera imprudencias en el agua. Sin embargo, Minato se abrazó posesivo y no le quería dejar marchar, preocupado por si algo malo le ocurría. Para cuando se vio libre y logró salir, lo último que vio fue a su madre echarse al inconsciente Minato sobre el hombro con una naturalidad alarmante y llevarlo a la sala.

 

En cuanto subieron en el tren, Naruto se adueñó del asiento junto a la ventana y casi pegó la cara al cristal, mirando hipnotizado el paisaje una vez que se puso en marcha.

 

─Hace mucho que no salía de Konoha’ttebayo ─comentó sin apartar la mirada.

 

En silencio, Sasuke recorrió a su novio con la mirada. Naruto vestía una camiseta de tirantes gruesos, un holgado bañador naranja con espirales rojas que le llegaba casi a la rodilla, y unas chanclas. Sólo con verle se deducía que iba a la playa o a la piscina.

 

─Ya veo que vas preparado.

 

Su comentario logró que Naruto apartara la mirada del exterior y le encarara con una sonrisa. Por su parte, él vestía una camiseta de manga corta, unas cómodas bermudas y unas chanclas.

 

─Por supuesto. Hasta me he puesto protector solar en casa para no perder tiempo. ¡En cuanto llegue me lanzaré de cabeza al mar! ─determinó apretando los puños.

 

Las comisuras de Sasuke se curvaron ligeramente, satisfecho al ver la felicidad de Naruto. Había sido un poco complicado encontrar hospedaje en Suna. Al ser verano la ocupación del lugar estaba a rebosar y la gente hacía sus reservas con meses de antelación. Por suerte encontró alojamiento para dos noches en una pequeña cabaña en primera línea de playa. Pasarían viernes y sábado en Suna, y el domingo por la mañana volverían. Era la única opción disponible, todo estaba ocupado.

 

Para obtener esos días libres en el trabajo, había tenido que tomar dos días de los doce que le pertenecían de sus vacaciones anuales y cambiar las citas de los pacientes programados para esos días. El lunes y el martes le esperaba trabajo extra, pero si era por Naruto no le molestaba demasiado.

 

Naruto no había exagerado cuando dijo que al llegar se lanzaría de cabeza al mar. En cuanto tuvo en su poder la llave de la cabaña y abrió la puerta, Naruto había entrado como una exhalación.

 

La cabaña era pequeña, sólo disponía de dos habitaciones: un dormitorio que contaba con dos camas individuales, televisor, aire acondicionado y un pequeño frigorífico; y un baño con todo lo necesario. Naruto ni siquiera se había detenido a mirarla, simplemente lanzó su maleta sobre una de las camas, tomó una toalla del interior y corrió afuera mientras apremiaba a Sasuke a seguirle.

 

Sasuke largó un suspiro de resignación.

 

─Qué infantil… ─susurró cuando se vio solo, negando con la cabeza.

 

Minutos después, cuando se aplicó protector solar a conciencia y se puso el bañador, abandonó la cabaña y fue a reunirse con su novio. Todavía no había mucha gente, ni siquiera era medio día. Reconoció la toalla y la camiseta de Naruto hechas un gurruño cerca de la orilla, y las chanclas al lado. Ese tonto era un desastre. Se desprendió de sus propias chanclas y se ocupó de extender su toalla y después la de Naruto.

 

─¡Sa-Sasuke…! ¡Mírame, Sasuke!

 

Reconoció la voz de Naruto. Le buscó con la mirada y le vio subido sobre una tabla de surf, tratando de mantener el equilibrio a pesar de que el oleaje era débil. Curioso se preguntó de dónde demonios había sacado esa tabla. Cuando Naruto alzó los brazos y los agitó para saludarle enérgico, perdió la estabilidad y cayó al agua.

 

Inquieto avanzó un paso, preguntándose si Naruto sabría nadar, pero no tuvo tiempo de dar un paso más cuando le vio emerger y nadar con naturalidad mientras empezaba a reír. Unas risas más se escucharon. Tres muchachos de quizá unos quince años estaban a su lado. Uno de ellos montó la tabla y los otros nadaron empujándola, alejándose de Naruto tras despedirse. Sasuke rodó la mirada, pensando que si Naruto no confraternizaba con alguien allá a donde iba se moriría.

 

Fue cuestión de segundos que un empapado Naruto saliera del agua y se acercara corriendo, tomándole de las manos y tirando de él para guiarle al agua. Se dejó encandilar por la sonrisa en el adolescente rostro y el brillo de felicidad en los ojos azules, y para cuando se dio cuenta estaba con el agua hasta las rodillas y Naruto le sometía a un intenso escaneo visual.

 

Un poco incómodo, arrugó el entrecejo.

 

─¿Qué? ─cuestionó tajante.

 

Al instante Naruto le soltó y con repentino nerviosismo empezó a desviar la mirada en todas direcciones, sin saber bien a dónde enfocar. Mientras metía a Sasuke en el agua con él había reaccionado en que era la primera vez que veía a su pareja tan ligero de ropa. Fue inevitable recorrerle de abajo a arriba. Sasuke lucía un bañador con forma de pantalón con bolsillos al igual que él, pero el de su novio era ligeramente más corto y un poco menos holgado. El elástico de la cintura era de color blanco y el resto de color negro.

 

Después subió al torso, no estaba muy trabajado pero a él le gustaba, y le gustaba mucho más el tono blanco en su piel.

 

─S-sólo miraba tu bañador, es… bonito dattebayo.

 

Sasuke estudió la prenda mencionada como si fuera la primera vez que la veía.

 

─Supongo. Lo que está claro es que tengo mejor gusto que tú. Sólo tú usarías un bañador como ese.

 

Ahora fue Naruto quien estudió su propio bañador y después miró enfurruñado al adulto.

 

─¿Qué tiene de malo?

─Ese tono naranja es molesto a la vista, y esas espirales son espantosas.

 

Con un gruñido que delató su vergüenza y enfado, Naruto saltó sobre Sasuke y trató de derribarle para hundirle en el agua. Pero como era de esperar, siendo Sasuke diez años mayor y con un cuerpo más desarrollado que el suyo, no era fácil, y menos todavía porque no le había tomado desprevenido como cuando saltaba sobre él en su apartamento.

 

Con pocos movimientos certeros, Sasuke había invertido los papeles e hizo caer a su novio de espaldas al agua.

 

─Ríndete ─le dijo cuando le vio emerger azorado y volver a ponerse de pie, tosiendo un poco─, y acepta que tu bañador es ridículo. Quizá debería permanecer lejos de ti y actuar como si no te conociera ─añadió con una sonrisilla maliciosa.

 

Como era de esperar Naruto se lanzó de nuevo sobre él, y con la misma facilidad volvió a tirarle al agua.

 

─¡Teme…! ─farfulló con frustración.

 

En algún momento los intentos fallidos de Naruto por derribar a Sasuke se volvieron un juego, salpicándose mutuamente y lanzándose al ataque en cuanto uno de los dos se reponía.

 

En un breve descuido de Sasuke, Naruto saltó en su espalda y se afirmó a él con brazos y piernas. Rió socarrón al notar los intentos fallidos del pelinegro por liberarse de su agarre y lanzarle al agua.

 

─Esta vez no podrás deshacerte de mí ─dijo convencido. A continuación bajó el tono de voz y se acercó para susurrarle al oído─, Sasuke nii-chan. ─Y acto seguido le lamió el contorno de la oreja.

 

En décimas de segundo, Sasuke se pinzó la nariz con una mano y se dejó ir hacia atrás, hundiendo a ambos en el agua y aprisionando por un momento a su novio con su cuerpo. ¡Usuratonkachi pervertido!, pensó incorporándose. Un escalofrío involuntario le había sacudido cuando lamió su oreja.

 

Giró, tratando de aparentar estar más enojado que avergonzado, cuando escuchó al rubio toser.

 

─¡Bastardo…! ─Tosió de nuevo, incorporándose un poco patoso─. ¿Qué eres’ttebayo?, ¿una orca asesina? ─preguntó indignado. Había tragado agua.

─La próxima vez te lo pensarás dos veces antes de hacer una estupidez como esa ─reprendió.

─¿Qué estupidez?, ¿lamerte la oreja?, ¿llamarte Sasuke nii-chan? ─Sonrió de lado cuando se restableció, llevándose las manos a la cintura─. ¡Jeh…! Apuesto que en el fondo te excita.

 

El adulto miró a su alrededor un poco incómodo, podrían ser escuchados por bañistas cercanos a ellos. Eliminó la distancia entre ellos, quedando a un escaso paso.

 

─¿Qué sabrás tú sobre lo que me excita o no? Mocoso descarado ─masculló ceñudo.

 

Supo que jamás debió haber preguntado eso cuando vio la expresión de su novio cambiar. Su mirada destilaba picardía, y sus labios se curvaron de forma sutil.

 

─Estoy ansioso por descubrir qué es lo que te excita. ─Se movió un poco, amenazando con eliminar la distancia entre ellos─. Quizá esta noche…

─Hora de comer.

 

Las palabras de Sasuke fueron tan repentinas que Naruto no pudo evitar parpadear aturdido, viendo cómo su novio caminaba hacia la orilla como si nada estuviera pasando.

 

─¿Eh?

─Es hora de comer. Vamos ─ordenó sin más.

 

Segundos después Naruto comprendió que aquello fue una treta de su novio para huir. Ni mucho menos estaban cerca de la hora de comer. Enfurruñado una vez más, se cruzó de brazos y pateó el agua en un intento de salpicar al otro, pero ya estaba lejos de su alcance.

 

─¡Serás cobarde…!

 

Pero Sasuke fingió no comprender a qué se refería y continuó caminando. Tan sólo giró un instante fugaz, verificando que era seguido por el rubio.

 

Era mejor fingir demencia. Ese idiota no se contenía ni siquiera estando rodeado de gente. Era raro, normalmente Naruto no hacía aquellas cosas en público.

 

─Como digas ─fue todo lo que respondió.

 

El día pasó en un suspiro. El sol estaba ocultándose, tiñendo el cielo de tonos azules, rosados y anaranjados; todo un espectáculo que Naruto no pudo evitar fotografiar con su teléfono cuando caminaban por la playa. Acababan de abandonar un restaurante muy cercano al mar y se dirigían a la cabaña.

 

─¡Me encanta Suna! ─exclamó tomando otra fotografía al colorido atardecer. Cerró los ojos e inspiró hondo, sintiendo la sutil brisa marina mecer sus cabellos─. Gaara es muy afortunado al tener una casa aquí. Podré venir con él muchas veces.

 

A Sasuke empezaba a caerle realmente mal ese Gaara y ni siquiera lo conocía. Pero después se sacudió ese tipo de pensamiento absurdo. Gaara sólo era un amigo, no era una amenaza, ese tipo no era homosexual. Aunque… quizá era mejor confirmar aquello.

 

─Naruto.

─¿Sí? ─respondió, verificando en su teléfono que las fotos habían salido bien.

─Gaara… ¿tiene novia?

 

Naruto dejó de lado lo que hacía y le dedicó a su pareja una mirada de confusión. Sasuke no era del tipo curioso, así que el que tuviera aquella duda le sorprendió.

 

─No. Al menos que yo sepa ─añadió al instante─. ¿Por qué lo preguntas?

─¿Y novio? ─respondió con otra interrogante.

─Ah… no ─balbuceó, sintiendo aumentar su confusión─. De repente pareces muy interesado en Gaara’ttebayo.

─¿Así que no es gay? ─afirmó en la pregunta.

─No. ─Frunció ligeramente el ceño─. ¿Por qué tanto interés en Gaara?

─Simple curiosidad ─desestimó encogiéndose de hombros.

 

De acuerdo, al menos ahora sabía con certeza que no tenía que preocuparse por ese tipo. En el fondo tenía razón en sus sospechas. ¿Qué probabilidades había de que ese tipo fuera gay, y que para rematar se fijara precisamente en Naruto?

 

Pero el rubio no quedó conforme con aquella escueta respuesta. Se movió, posicionándose frente al mayor.

 

─¿Y desde cuándo tú eres curioso?

 

El teléfono en la mano de Naruto comenzó a vibrar y sonar. En la pantalla reconoció el número de su hogar. Respondió, comprobando que se trataba de Kushina que llamaba para saber cómo le estaba yendo el día y para desearle dulces sueños. La conversación fue breve porque Minato reclamaba su tiempo en el teléfono. Sin embargo, la charla con su progenitor también fue breve porque Kushina no le permitió extenderse y volvió a tomar el teléfono para pedirle que fuera prudente y que hiciera caso a Hana en todo.

Mientras hablaba, Sasuke le indicó entre gestos que estaría en la cabaña. Cuando se despidió de sus padres no caminó a la cabaña, sino que tomó asiento en la arena, contemplando los diversos tonos que iba tomando el cielo conforme el sol se ocultaba y cómo las primeras estrellas aparecían. En Konoha no se podían ver muchas debido a la contaminación lumínica.

 

Arrullado por el sonido de las pequeñas olas rompiendo contra la orilla, inconscientemente empezó a hundirse en sus pensamientos. En los últimos meses su vida había cambiado mucho. Primero su relación con Sasuke, el hecho de confesarle su orientación sexual a su padre había sido otro acontecimiento importante; también la entrada en la universidad que le acercaba a su sueño de ser maestro de escuela.

 

Pero por otro lado estaba ese remordimiento que sentía cada vez que mentía a todos, especialmente a sus padres. A veces le gustaría confesar sin más su relación con Sasuke, gritarlo a los cuatro vientos. Hubo un tiempo en el que pensó que sus padres lo aceptarían de buen grado, pero últimamente empezaba a dudarlo. A Minato le caía mal Sasuke, incluso le había aconsejado que no tuviera un novio como él, que tuviera un modelo a seguir que no fuera Sasuke. Tiempo atrás, Kushina le aseguró que le parecería bien una relación con Sasuke, pero ahora empezaba a pensar que ella lo dijo simplemente porque veía imposible que Sasuke quisiera tener algo con él.

 

¿Cuánto tiempo más iba a tener que mentir a sus padres?

 

Asumía que les sorprendería muchísimo la noticia, pero confiaba en que ellos aceptarían a Sasuke con el tiempo. Sasuke era un conocido de la familia, sabían que era un buen tipo; entenderían que la relación de ambos no era un juego o algo pasajero. Quizá a su padre le costaría un poco más, pero lo terminaría aceptando.

 

Al menos eso quería pensar.

 

─¿No vas a entrar?

 

Alzó la cabeza, viendo a su novio de pie a su lado.

 

─Sí ─respondió poniéndose de pie. No le había escuchado acercarse. Entonces percibió la cantidad de estrellas que había en el cielo, ya no quedaba el menor rastro de los rayos del sol─. ¡Woah! ¿Has visto eso dattebayo? ─Efusivo señaló el cielo. Con menos emoción, Sasuke también alzó la mirada y asintió─. ¡Nunca había visto algo así! ¡Me encanta! ─De forma precipitada saltó a los brazos del mayor, estrujándole en un abrazo─. Gracias por haberme traído aquí.

 

Una sutil sonrisa curvó las comisuras del adulto. Aunque en un principio había decidido hacer ese viaje con Naruto para impedir que lo hiciera con Gaara, al final no había sido tan mala idea. Salir de la rutina de vez en cuando no venía mal, y si sobretodo podía provocar esa felicidad en su novio, mejor.

 

Permanecieron un momento abrazados, en silencio, disfrutando de la calidez del otro aprovechando la soledad del lugar, sintiéndose arropados por la noche mientras se fundían en un corto beso.

 

Cuando entraron en la cabaña escasos minutos después, Naruto no pudo disimular la tonta expresión de sorpresa en su cara.

 

─¿Qué? ─preguntó Sasuke al notarlo.

─¿Por qué hay dos camas?

 

El pelinegro rodó la mirada, pensando que su novio era un poco lento de reflejos. ¿Ahora se daba cuenta de que había dos camas?

 

─Sólo quedaba libre esta cabaña.

─¿Seguro? ─Le miró suspicaz.

─¿Qué estás insinuando? ─Hurgó en su maleta, buscando el pijama y ropa interior.

─Apuesto lo que sea que elegiste esta cabaña porque tiene dos camas. ¡Pensaba que íbamos a dormir juntos! ─confesó sin más rodeos.

 

Sasuke chasqueó la lengua para sí mismo. Sabía que era arriesgado hacer ese viaje con Naruto, los dos solos.

 

─Aplácate, hormona con patas ─ordenó caminando al baño─. Te digo que esta era la única cabaña libre. Si no me crees, es tu problema. ─Sin más se encerró en el baño.

 

Naruto gruñó con fastidio.

 

─¡No soy una hormona con patas’ttebayo! ─renegó yendo tras él. Trató de abrir la puerta, pero el teme había cerrado con seguro.

 

Soltando un bufido de molestia se dispuso a entretenerse viendo la televisión. Pensó que al estar los dos solos podrían tener… un ambiente más íntimo, pero su novio no parecía tener intención de cambiar su actitud cerrada respecto a ese tema.

 

Sasuke no tardó demasiado en abandonar el baño vistiendo un pantalón corto de pijama y una camiseta de tirantes.

 

─Todo tuyo ─habló el pelinegro, señalando el baño.

 

Al cruzarse en sus caminos, Naruto le robó un fugaz beso, apenas fue un tosco apretón de labios.

 

─Dejaré la puerta entreabierta por si quieres espiarme mientras me baño. ─Rió, pero la mano de Sasuke estrellándose en su cara y obligándole a alejarse un par de pasos le sacó una queja─. ¡Eso ha dolido! ─se lamentó llevándose una mano al rostro. Un par de lagrimitas de acumularon en sus ojos.

─Ve a bañarte ─instruyó pasándole de largo, ignorando el estado de su novio.

 

Parecía que Naruto disfrutaba provocándole. ¿Acaso no entendía una negativa? Peor, ¿no entendía varias negativas? Ya no sabía cómo darle a entender que no es no. Un poco inquieto se recostó en su cama sin retirar las sábanas siquiera. Sospechaba que aquella sería una noche muy larga. ¿Cómo dormir tranquilo en la misma habitación que un adolescente hormonado con la cabeza llena de pensamientos sobre sexo? La sensación era más inquietante cuando recordaba que él era el objeto de deseo del adolescente hormonado.

 

Para colmo Naruto no había mentido. Había dejado la puerta entreabierta en una descarada invitación para él. Debía admitirse a sí mismo que la tentación era grande. Claro que le gustaría ir y mirar, incluso acercarse para unirse a Naruto en su baño y de paso cumplir sus más tórridas fantasías sexuales. Imaginaba que la hormona con patas debía tener algunas, y él con gusto las haría realidad.

 

En cuanto dejó de escuchar el constante correr del agua, de nuevo tomó una salida rápida. Le dio la espalda a la cama de su novio y fingió dormir. Quizá así podría salir ileso aquella noche. Poco después le escuchó abandonar el baño.

 

─Ah… me siento tan relajado’tteba…

 

Naruto había callado de golpe. Suponía que debía de haberse percatado de que él dormía. Escuchó sus pisadas más cerca.

 

─Sasuke, ¿estás dormido? ─preguntó en voz baja.

 

El adulto mantuvo el tipo como pudo, fingiendo dormir. Aunque después se preguntó si Naruto no haría algo tratando de aprovechar que estaba “dormido”.

 

Tras unos tensos segundos, le escuchó acomodarse en su propia cama y la luz se apagó. Entreabrió un ojo, preguntándose si estaba a salvo. Parpadeó estupefacto cuando, a pesar de que no habían pasado ni tres minutos, empezó a escuchar suaves ronquidos apenas perceptibles. ¿Tan rápido se había dormido ese tonto? Esperó un tiempo prudencial por si acaso Naruto también estaba fingiendo, pero al parecer no era así. Entre el viaje, y el intenso día en el agua, Naruto había caído rendido.

 

Sintiéndose más tranquilo, se acomodó bocarriba y suspiró hondo. No tardó mucho en quedarse también dormido. Cuando volvió a abrir los ojos, no había rastro de Naruto en la pequeña habitación y además era de día. Adormilado, tomó asiento en la cama y se pasó una mano por los cabellos.

 

─¿Naruto? ─preguntó. Quizá estaba en el baño. El silencio fue su única respuesta.

 

Comprobó que por poco pasaban de las nueve de la mañana. Se encaminó al baño y como sospechó, estaba vacío. Probablemente estaba en la playa. Cuando estaba completamente aseado y listo para salir, Naruto entró con sigilo.

 

─Oh, estás despierto dattebayo. ¡Buenos días! ─exclamó tomándole del rostro y presionando sus labios─. Anoche te quedaste dormido muy rápido. Aunque creo que yo también, estaba realmente cansado.

─¿A qué hora te has levantado?

─Estoy en la playa desde las ocho ─respondió soltándole, tomando su móvil del interior de su maleta─. Me sentía tan emocionado por estar aquí que no podía quedarme en la cama un minuto más ─explicó sonriente─. He pensado que tomaré unas fotos, ¡te esperaré en…!

─No es necesario, voy contigo. ─Abandonó la cabaña tras su pareja, olvidando aplicarse protector solar─. ¿No deberíamos desayunar primero?

─Después ─respondió al instante─. Primero quiero estar un rato aquí.

 

A esa hora no había mucha gente todavía. Los más madrugadores, como Naruto, ya habían ocupado su lugar en primera línea. Sasuke apenas tuvo tiempo de desprenderse de las chanclas y de acomodar su toalla junto a la de Naruto cuando se dio cuenta de que éste le estaba tomando fotos.

 

─Deja eso ─renegó alargando un brazo con intención de arrebatarle el teléfono, pero Naruto lo impidió retrocediendo un paso, y al hacerlo chocó con una mujer que paseaba por la orilla.

─Lo siento ─se disculpó presuroso el rubio, y antes de que ella continuara su camino, lo impidió─. Señora, esto… ¿podría…?

 

La mujer, una morena rolliza de unos cuarenta y tantos, entendió lo que el chiquillo le decía cuando le vio señalando el teléfono. Aceptó y después de que éste le explicara dónde debía pulsar para tomar la fotografía, esperó a que los dos chicos se posicionaran.

 

Naruto se abrazó a Sasuke, pero éste al instante le alejó de un tosco empujón, mirando un poco inquieto a su alrededor y especialmente a la mujer que esperaba para fotografiarles. La miraron desconcertados cuando ella rió.

 

─Quieres mucho a tu hermano, ¿no es así? ─le dijo a Naruto─. Recuerdo que mi hermano mayor también era arisco conmigo cuando éramos más jóvenes. Sólo tenle paciencia ─aconsejó.

 

Habilidoso, Naruto aprovechó el estupor que causaron en Sasuke las palabras de la mujer para abrazarle, y ella no tardó en tomar la primera captura. Después, Naruto alzó su mano libre en forma de uve y la mujer tomó otra fotografía.

 

─Gracias ─dijo, tomando el teléfono de las manos de la mujer. Comprobó que ambas fotografías habían salido bien─. Pero no es mi hermano.

─¿No? ─curioseó ella. Ciertamente no se parecían en nada. Quizá eran primos.

 

Sasuke no tuvo tiempo de saltar sobre Naruto y dejarle inconsciente de un golpe cuando éste soltó la bomba.

 

─No. Es mi novio.

 

Tras un pequeño silencio en el que Sasuke pensaba que la mujer haría un drama, y que les gritaría toda clase de improperios, finalmente ella se echó a reír a carcajadas y palmeó la cabeza de Naruto.

 

─Pequeño bromista… ─Rió alejándose, despidiéndose con un movimiento de mano.

─¿Bromista…? ─se susurró totalmente sorprendido─. ¡Pero si es cier…! ¡Ugh! ─El codo de Sasuke hundiéndose en sus costillas le sacó el aire─. I-idiota… ─insultó apenas en un hilo de voz, tocándose la zona afectada.

 

Sin poder disimular su mal humor, Sasuke le tomó de un hombro con firmeza para obligarle a que le encarara.

 

─¿En qué demonios estás pensando?, ¿cómo se te ocurre decirle la verdad?─ reprendió severo─. ¿Has perdido la cabeza?

 

Sin comprender su enfado y sintiendo una ligera molestia por la firmeza con la que Sasuke le aferraba el hombro, se deshizo de su agarre con un palmetazo y retrocedió un paso.

 

─¿Qué te pasa? ─respondió a la defensiva─. Esa mujer no nos conoce de nada. No es como si fuera a ir a contárselo a nuestros padres’ttebayo. ¡Aquí nadie nos conoce! ─Señaló, extendiendo los brazos en una invitación a que el otro observara su alrededor y le diera la razón.

 

En aquel momento Sasuke entendió por qué desde ayer Naruto parecía mostrarse más desinhibido en público cuando en Konoha no solía hacerlo.

 

─Eso no lo sabes, idiota. Soy médico, trabajo en uno de los hospitales principales de Konoha, cualquiera de estas personas puede haber estado en mi consulta, o estarlo algún día. Pueden reconocerme.

─¡Estás exagerando! ─Al darse cuenta de que había alzado el tono de voz, inspiró hondo y trató de hablar más calmado─. Y si así fuera ¿qué? Eres adulto, puedes hacer lo que quieras.

─Podría tener problemas en mi trabajo.

 

Por más que Naruto trató de comprender el razonamiento de Sasuke, no lo logró. Entendía que tuvieran que guardar las apariencias en Konoha, incluso entendía que tenían que mentir a sus padres, aunque en un principio le costó; pero no podía entender por qué tenían que fingir estando a kilómetros de Konoha, en un lugar donde nadie les conocía. ¿Y qué si alguna de esas personas había sido o sería paciente de Sasuke? No es como si fueran a hacer cosas indecorosas frente a todo el mundo, pero le ilusionó pensar que podrían comportarse más relajados estando lejos de Konoha.

 

En su opinión, Sasuke a veces era demasiado paranoico. ¿Por qué no se relajaba un poco, al menos por una vez?

 

Aunque no iba con su estilo, prefirió morderse la lengua para dar por finalizada la discusión. Sasuke no entendía su punto de vista y él no entendía el de Sasuke, lo mejor era detenerse.

 

─Está bien, como digas ─concedió a regañadientes.

 

Se acercó y casi le incrustó el teléfono en el torso. Por inercia Sasuke lo tomó, recordándole a aquel día que discutieron por Suigetsu y Naruto le devolvió el teléfono de la misma forma que lo hacía ahora.

 

─¿A dónde vas?

─A bañarme. ¡Y no me sigas’ttebayo! ─ordenó con palpable mal humor─. Podrían vernos juntos ─masculló al final, con un tono irónico.

 

Un bufido de molestia escapó de los labios de Sasuke y apretó el teléfono en su mano. ¿Por qué Naruto era tan terco? No era tan difícil comprender que él como médico tenía una reputación que mantener y una reputación que darle el hospital. No es como si él estuviera de acuerdo, pero así eran las cosas. Si en su trabajo saltara la noticia de que mantenía relaciones con un menor, y para colmo una relación homosexual, sabía que sería cuestión de minutos quedarse sin empleo. La noticia correría a los demás hospitales, no podría conseguir empleo; no al menos en Konoha y alrededores.

 

La palabra “prudencia” parecía no existir en el vocabulario de Naruto, y eso le irritaba profundamente. Con el humor y el inicio del día truncados, Sasuke se puso las chanclas y caminó alejándose de la playa, buscaría algún lugar para desayunar.

 

Una hora después, con el estómago lleno y el humor restablecido, Sasuke regresó sintiendo cierto remordimiento. Quizá se había excedido aquella mañana, después de todo esa mujer ni siquiera había creído a Naruto. Por otro lado, fue él quien inició con aquella relación de la que una hora atrás se quejaba que le traería problemas. Y si sumaba a todo eso los rechazos cada vez más frecuentes a los que sometía a Naruto… No. A este paso su relación tenía los días contados. Naruto iba a terminar por cansarse, y con motivos, y terminaría con todo.

 

Le costó un poco localizarle entre la gente. Ahora había más que cuando se marchó. Finalmente le encontró sentado en la orilla, trazando incansable círculos en la arena que las olas se encargaban de borrar cuando llegaban hasta él.

 

Se rascó la nuca, sin saber cómo romper el hielo. Normalmente era Naruto quien propiciaba la reconciliación de ambos, sin importar quién hubiera empezado la discusión. Respiró hondo antes de acercarse, tomando asiento a su lado. Guardó un pequeño silencio, como esperando que el rubio dijera algo que le facilitara las cosas, pero no fue así.

 

─¿No tienes hambre? Es tarde ─Fue todo lo que se le ocurrió decir para iniciar una conversación.

─No ─respondió sin un tono en concreto, con la vista clavada en la arena─. Estoy bien.

 

Un retorcijón estrujó las entrañas del adulto. Se supone que estaban en Suna por dos motivos: el primero para evitar que Naruto fuera con Gaara, y el segundo pero no por eso menos importante, para hacer feliz a su novio. El primer objetivo estaba más que cumplido, pero estaba fallando lamentablemente en el segundo.

 

En el fondo comprendía a Naruto. Seguro se sentía herido con cada rechazo, y aunque sabía que no se rendía con facilidad tampoco era de piedra.

 

─Quizá… ─Dejó sus pensamientos de lado al escuchar hablar al rubio─, debería volver a casa’ttebayo.

 

¿Qué? Sin duda había escuchado mal.

 

─¿Qué? ─No pudo evitar decirlo en voz alta.

─He estado pensando en lo que dijiste, quiero comprenderte pero no lo consigo. Sin embargo, no quiero causarte problemas.

 

Sasuke permaneció en silencio unos segundos debido a la sorpresa que aquellas palabras le causaron. Y comprendió que efectivamente, si continuaba con aquel comportamiento terminaría perdiendo a Naruto.

 

─No seas idiota ─le dijo, dejando ver parte de la inquietud que le invadía─. No me causas problemas, bueno… algunos a veces porque eres demasiado impetuoso, pero…

─¿Lo ves? ─Finalmente alzo la mirada y le encaró. Lucía afectado. Poquísimas veces le había visto así─. Tú me buscabas, querías que estuviéramos juntos, pero cada día me apartas de tu lado. Esta mañana dijiste que te puedo causar problemas, y ahora tratas de negarlo dattebayo. ─Inclinó la mirada y suspiró─. Quiero ir a casa ─sentenció.

 

Por primera vez Sasuke sintió su relación realmente en peligro. El tiempo se detuvo en el instante en que le vio ponerse de pie y encaminarse a la cabaña. El fin de semana que debía de ser un viaje breve pero perfecto que siempre recordarían con cariño, quedaría en sus memorias como un total desastre.

 

─Naruto, estás hablando sin meditar las cosas ─dijo mientras entraban en la cabaña, apretando en su mano el teléfono que le regaló a su todavía pareja.

─Te equivocas. Lo he estado pensando desde que te fuiste esta mañana ─respondió, acomodando la maleta sobre la cama y revisando que no faltaba algo─. Puedo regresar solo, estaré bien.

 

Presentía que si dejaba a Naruto salir por esa puerta, sería el principio del final si no hacía algo para evitarlo.

 

─Naruto. ─Le obligó a detenerse, tomándole con suavidad de la muñeca─. Hablemos. No puedes irte así. Una hora no es suficiente para meditar.

 

El rubio suspiró despacio en un intento de contener un bufido de irritación. Se liberó del agarre de Sasuke y tomó algo de ropa de la maleta.

 

─Me gustaría darme un baño antes de irme.

─Naruto, escucha. No seas impetuoso…

 

Se vio obligado a guardar silencio cuando la puerta del baño casi se estrella en su rostro al cerrarse. Trató de abrirla para entrar tras el otro, pero estaba cerrada con seguro. Todo lo contrario a la noche anterior. Sin lugar a dudas Naruto no le quería cerca, no al menos en ese momento.

 

Sabiendo que había metido la pata hasta el fondo, no le quedó más remedio que tragarse su fastidioso orgullo que a veces le traía incluso más problemas que el propio Naruto.

 

─Lo siento ─habló alto, recargándose contra la puerta. Siempre era su novio quien se disculpaba, incluso si no era su culpa. Si por una vez era él quien se disculpaba no se iba a morir─. Esta mañana hablé sin pensar… me puse nervioso.

 

Tras segundos que se le antojaron eternos, Naruto abrió la puerta. Todavía parecía estar afectado, y por sus ojos brillosos parecía estar conteniendo las lágrimas.

 

─Sasuke… si no quieres seguir conmigo dímelo ahora, a la cara. Lo entenderé ─prometió solemne─. No más mentiras dattebayo.

─Si quisiera terminar esto no estaría intentando detenerte, dobe.

─Pero dijiste que…

─Olvida lo que dije ─interrumpió, restándole importancia.

─¡No quiero causarte problemas! Sé que a veces soy impetuoso y molesto, pero no soy egoísta. Quiero lo mejor para ti.

 

Realmente Naruto quería marcharse y terminar con su relación pensando que así le hacía un favor, que era lo mejor para él.

 

─Si de verdad quieres lo mejor para mí… ─habló pausado, extendiéndole el teléfono al otro, quien lo tomó inseguro─, quédate. ─Al notar la reticencia en Naruto, repitió, con mayor firmeza─: Quédate.

 

Finalmente, una pequeña sonrisa comenzó a aflorar en los labios del rubio, saltando aliviado a los brazos de su pareja y rodeándole entre sus brazos. Sasuke no tardó en devolver el gesto, y Naruto juraba que su novio nunca antes le había abrazado de la forma en que lo hacía en ese instante: con firmeza y necesidad.

 

Permanecieron abrazados un largo momento, confortándose el uno al otro. Cuando Naruto trató de alejarse, se vio sorprendido por los labios contrarios, pero no se negó en absoluto a aquel beso.

 

Todavía no era capaz de entender el punto de vista de Sasuke, pero empezaba a sentirse avergonzado por su reciente proceder.

El tiempo que estuvo solo, en la orilla de la playa, un cúmulo de pensamientos bombardeó su cabeza, y llegó a la conclusión de que Sasuke ya no le quería a su lado, por eso decidió que lo mejor era volver a Konoha. No quería causarle problemas. Pero todo había sido un malentendido. Si Sasuke no le quisiera a su lado no le habría detenido.

 

─Ahora sí tengo hambre dattebayo ─susurró contra los labios de su pareja.

 

Sasuke sonrió ligeramente, soltándole al fin. Por suerte, todavía mantenía a Naruto a su lado, no le había perdido.

 

─Vamos, te llevaré al lugar en el que estuve antes.

─Estaría bien poder comer algo de ramen ─comentó mientras se encaminaba a la salida.

─¿Acaso no puedes comer otra cosa que no sea ramen? ─Le siguió.

─¡Nop!

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola! :D Gracias a todos por leer. Especialmente gracias por los comentarios, favoritos y alertas.

 

En el capítulo anterior tuve un problema en el momento de la actualización en Fanfiction y la página no registró el capítulo. No me llegó mensaje diciéndome que la actualización se había realizado de forma correcta, tampoco quedó reflejada que la fecha de actualización fue el día 6 de mayo (me seguía poniendo la fecha de actualización del capítulo 27, el día 15 de abril) No sé si a las personas que tienen ticado el fic como “follow” les llegó un mensaje avisando de la actualización.

Me dueles, Fanfiction :’)

 

Respecto al capítulo: quizá alguien piense que la preocupación de Sasuke por ser descubierto en Suna es desproporcionada. Pero, contaré una anécdota que me ocurrió hace años y que recordé al leer/corregir el capítulo: La playa más cercana me queda a poco más de dos horas de camino. El supermercado al que siempre voy a comprar me queda a casi una hora de camino, en dirección opuesta a la playa. ¿Que qué tiene que ver esto? Un día estaba en la playa y vi a una mujer y su pareja discutiendo con un par de mujeres ya bien entradas en años. Ellas acusaban a la pareja de estar usando las hamacas que tenían reservadas. (No sé en otros países, pero aquí algunas playas tienen una sección de hamacas con sombrilla y las puedes alquilar por horas, días o semanas.) La cosa es que esas mujeres tenían alquiladas las hamacas todo el verano, pero no consiguieron que la chica y su novio se las dieran. ¿Y quién era la chica? Una de las cajeras del supermercado al que siempre voy. Me costó reconocerla sin sus cien capas de pintura en la cara, pero era ella. Desde entonces cada vez que voy al supermercado y veo a la chica, pienso: Roba hamacas, le robaste sus hamacas a un par de mujeres rozando la vejez, me avergüenzas, casi golpeas a dos mujeres por unas hamacas… -insertar el meme del perrito con cara de “fruta vida”- El mundo es un pañuelo.

 

Siento la nota tan larga, no lo volveré a hacer (?) #SorryNotSorry XD

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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