Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 34: “La novia de Sasuke”:

 

Fue una sorpresa para Sasuke encontrar a Itachi y Konan en casa de sus padres. Hacía días que no les veía, concretamente desde el día que regresó de Suna. A sus padres tampoco les veía desde entonces, quizá desde antes. Tomó asiento en el sofá de la sala, junto a Mikoto.

 

─Pero mira a quién tenemos aquí, mi hijo el desaparecido, ha vuelto.

 

Sasuke chasqueó la lengua ante el comentario de Fugaku. Sabía que sus padres se tomaban muy a pecho el hecho de que estuviera largas temporadas sin verles y llamarles. A veces parecían olvidar que él ya tenía una vida y sus propias obligaciones.

 

─He tenido mucho trabajo ─se excusó sin más.

─No lo dudo ─respondió─. Has tenido tanto trabajo que hasta olvidaste que el cumpleaños de tu padre fue la semana pasada.

 

Atónito, Sasuke miró la fecha en su Rolex. No podía creer que hubiera olvidado que el dieciséis de agosto fue el cumpleaños de su padre. Con sus problemas con Naruto no se había permitido pensar en otra cosa ni en nadie más.

 

─Lo lamento ─respondió, algo avergonzado interiormente.

 

Una mano de Mikoto se posó en la cabeza de Sasuke, acariciando los cabellos de la nuca mientras le sonreía afable.

 

─No le hagas caso a tu padre, sólo está sobreactuando. ─Se acercó para poder susurrarle al oído─. Cuando nos reunimos a cenar para su cumpleaños, Itachi propuso llamarte para que vinieras y papá le prohibió hacerlo. No quería interrumpirte en tu rutina porque sabe que estás ocupado y necesitas pasar tiempo con tu novia.

 

Cuando Sasuke alzó la mirada, el gesto severo había desaparecido del rostro de Fugaku, ahora estaba relajado.

 

─Ah… ─Suspiró el hombre─. Estos niños… a la mínima oportunidad se olvidan de sus padres y reniegan de ellos, pero un padre jamás se olvida de sus hijos y jamás reniega de ellos. ─Señaló a Sasuke y después a Itachi─. Lo comprenderéis cuando seáis padres.

 

Una expresión de puro disgusto se adueñó del rostro de Sasuke al imaginarse a sí mismo con hijos. A sus veintiocho años seguía detestando a los niños como cuando tenía diecisiete. En cambió, Itachi sólo asintió con un tranquilo movimiento de cabeza, sabiendo que era la respuesta que su padre quería recibir.

 

─Hablando de eso. ─Fugaku se acomodó en el sillón que ocupaba y se interesó repentinamente en Konan─. ¿Cuántos nietos piensas darnos a Mikoto y a mí?

 

Konan se ruborizó un poco ante lo repentino de la pregunta. Miró a su pareja, pensando que sería más prudente que respondiera él. No quería meter la pata y romper las ilusiones de Fugaku contándole que no estaba en sus planes de futuro cercano tener hijos. Y así lo hizo Itachi.

 

─Es muy pronto para eso, papá, apenas llevamos siete meses saliendo. Además, primero tendríamos que casarnos y después vendrían los nietos.

 

Fugaku asintió totalmente complacido. No veía el día en que Itachi contrajera matrimonio y su primer nieto llegara.

 

─Esto merece otro brindis.

 

En silencio, Sasuke observó a su padre tomar una botella de sake que descansaba en la mesilla frente a ellos, servirse en un pequeño vasito y beber el contenido de un tirón. Ahora comprendía por qué Fugaku estaba extrañamente hablador aquella noche. Pero era raro ver a su padre bebiendo de esa forma en casa, normalmente salía a algún bar para hacerlo, y casi siempre acompañado de Minato Namikaze.

 

Intrigado, se acercó a su madre que permanecía sentada a su lado para susurrarle.

 

─¿Por qué está bebiendo papá? No es habitual que lo haga en casa.

 

Mikoto negó, dándole la razón, y le respondió con voz susurrante.

 

─Konan nos ha contado que va a abrir un pequeño negocio en el centro. Un café donde venderá sus postres. Papá dijo que la noticia merecía un brindis, empezó a beber y… ya ves, está feliz.

 

Sasuke se dedicó a mirar con interés a su padre. Ciertamente estaba más parlanchín, desbordante de felicidad. Su padre no era un hombre que se dejara doblegar fácilmente por el alcohol, así que asumía que había bebido demasiado con la excusa de festejar la buena noticia.

 

Dejándose llevar por un impulso extraño en él, se puso de pie, captando la atención de todos.

 

─Tengo algo importante que contar ─habló con firmeza.

 

En su estado de ebriedad inminente, quizá Fugaku no tomaría tan mal saber que su hijo menor era homosexual. Era a él a quien le preocupaba verdaderamente darle la noticia. Tenía más fe en Mikoto, esperaba que aunque ella le rechazara, con el tiempo volviera a recibirle entre sus brazos.

 

Pensó que ese sería el momento perfecto para contar la verdad. Si Naruto, un mocoso de diecisiete, había sido capaz de reunir el valor para dar ese paso tan complicado, él no se quedaría atrás.

 

Uchiha Sasuke no era un cobarde.

 

─¿De qué se trata, hijo? ─Intrigado, Fugaku se sirvió otro vasito de sake, quizá la noticia merecería otro brindis.

─Yo… ─. Aunque había pronunciado aquella primera palabra con determinación, su voz desapareció. Parecía haberse quedado mudo. Nervioso, trató de retomar la palabra─. Yo…

─¡No puede ser! ─exclamó Fugaku, azotando el vasito contra la mesa y derramando parte de su contenido─. ¡Se trata de tu novia, ¿es eso?! ─Antes de que Sasuke pudiera decir algo, añadió─: ¡Está embarazada! ─Lejos de mostrarse disgustado, la ilusión estaba pintada en la mirada normalmente impasible de Fugaku.

 

Con el alcohol adueñándose de su sistema, el hombre estaba dejando a la luz todos sus anhelos.

 

El vasito que Itachi sostenía se le escurrió de los dedos y fue a parar al suelo ante la conjetura de su padre. Por suerte estaba vacío. Raudo lo recogió y tosiendo una disculpa lo depositó en la mesa.

 

─¡No puede ser! ─creyendo en la suposición de su esposo, Mikoto se llevó las manos a la boca para ahogar una exclamación de sorpresa─. ¿¡Seré abuela!?

 

El nerviosismo encogió un poco más el estómago de Sasuke al ver a sus padres sacando sus propias conclusiones, para colmo no podían ser unas conclusiones más erradas.

 

¿De dónde demonios habían sacado eso? Ni en mil vidas planeaba tener un hijo.

 

─¡No! ─exclamó todo lo firme que pudo para hacerse oír y que no dudaran de él─. No tiene nada que ver con eso.

 

La creciente alegría del cabeza de familia se esfumó de un plumazo al escuchar la tajante negativa. ¿No iba a ser abuelo? Decepcionado, se volvió a acomodar en el sillón que ocupaba.

 

─¿Entonces de qué se trata? ─Esperó todo lo paciente que su alcoholizado sistema pudo soportar, pero Sasuke no decía una palabra─. Hablando de eso, ¿cuándo nos vas a presentar a la chica? Ni siquiera sabemos su nombre ─le reprochó. Su sueño de ser abuelo se iba al traste.

─Pronto… ─casi masculló. Las interrupciones de su padre le estaban irritando. Aunque él tampoco ponía mucho de su parte para hacerse oír, en el fondo, una pequeña parte de él agradecía aquellas interrupciones que le impedían revelar la verdad.

─Pronto ─reiteró con cierto disgusto─. Siempre dices eso, pronto. Pero sólo dejas pasar el tiempo, yendo de novia en novia… Sasuke ─De pronto le miró algo severo─, ya no eres un adolescente para andar de flor en flor. Necesitas sentar la cabeza, formar una familia.

 

Queriendo echar una mano, Itachi intervino en aquella conversación que a luces se veía era incómoda para su hermano pequeño.

 

─Papá, deja de presionar a Sasuke. Necesita encontrar a la mujer indicada, y eso no es sencillo.

─¡Pamplinas! Cuando yo tenía la edad que Sasuke tiene ahora, tú ya habías nacido, Itachi. Y cuando tenía tu edad ─Señaló ahora a su primogénito─, Sasuke nació.

 

Hastiado con aquel tema de conversación, Sasuke se encaminó a la salida de la sala, sus firmes pisadas delataban su mal humor.

 

─Hijo ─llamó Mikoto─, ¿a dónde vas?

─A la cocina, a comer algo ─siseó con el mejor tono educado que pudo reunir.

─¿Pero no ibas a contarnos algo?

 

Sasuke se detuvo cuando estaba por cruzar el marco de la puerta, con la mandíbula tensa y las cejas fruncidas.

 

─Quizá en otro momento ─respondió finalmente, marchándose.

 

Itachi esperó unos prudentes minutos, escuchando a Fugaku renegar un poco más sobre su deseo de ver a niños correteando por la casa, hasta que Mikoto intervino finalmente para que dejara de incomodar con ese tema y volvió a sacar conversación sobre el inminente negocio de Konan.

 

Entonces, mientras las mujeres hablaban, se puso de pie y fue a la cocina, donde Sasuke más que comer parecía jugar con la comida.

 

─¿Qué pretendías antes, hermano? ─preguntó apenas entró en la cocina.

 

Sasuke alzó la mirada de la comida y la enfocó en su hermano. Parecía tan desanimado como si hubiese recibido la peor noticia de su vida.

 

─Soy patético, Itachi. ─Sintiendo el estómago cerrado, empujó el plato lejos. Intrigado, el mayor tomó asiento frente al otro─. Eso que viste fue mi intento de confesar mi homosexualidad.

─¿Qué? ─Al darse cuenta de que había alzado el tono de voz, se aclaró la garganta y se obligó a usar un tono moderado─. ¿Por qué querías hacer eso?, ¿por qué de repente?, ¿por qué ahora?

 

El menor recargó un codo en mesa y descansó la barbilla sobre su mano, apartando la mirada.

 

─Estuve hablando con Naruto… me contó que sus padres saben sobre su orientación sexual, incluso Kushina sabe que yo le gusto. Me sentí un cobarde a su lado, Itachi ─confesó con frustración.

─Lamento informarte que nuestros padres no son como los de Naruto-kun, no creo que lo tomen tan bien. Ya has visto cómo se han emocionado ante la idea de un nieto.

 

Un feo escalofrío sacudió el cuerpo de Sasuke por el recuerdo de ver a sus padres babeando ante la idea de un posible nieto.

 

─Itachi, espero que les des muchos nietos para que a mí me dejen en paz ─susurró desganado.

 

Una sonrisilla nerviosa curvó las comisuras de Itachi. Quería formar una familia, pero en su proyecto de futuro le parecía bien simplemente un hijo, como mucho dos. Aunque no quería aventurarse en ese tema, ni siquiera era algo que hubiera hablado con Konan, a lo mejor ella no quería tener hijos.

 

─Hablando en serio, Sasuke, ¿lo has meditado bien? ─Entrelazó los dedos y le miró atentamente─. ¿Estás seguro de esto?, ¿te has detenido a analizar los pros y los contras?, ¿es lo que realmente quieres?

 

Tras un pequeño silencio, respondió.

 

─Lo único que quiero es ser tan libre como Naruto. Mientras que yo vivo cargando todos mis secretos y escondiéndolos de los demás, Naruto se desprende de ellos con facilidad; vive siempre tan despreocupado y feliz…

─Pensaba que la despreocupación de Naruto-kun te resultaba fastidiosa, siempre te has quejado de eso.

─Es fastidiosa ─concordó, asintiendo─. Pero en este momento me gustaría ser al menos un poco como él, pienso que viviría más relajado.

 

Sasuke sabía que de no ser porque él se lo impedía, Naruto ya habría confesado a sus padres su relación con él, incluso a sus amigos. Una vez más, transmitía sus inseguridades y miedos a su novio, pero le costaba horrores ser tan despreocupado como Naruto.

 

Tenía una reputación que mantener, un trabajo que proteger.

 

─No te presiones, Sasuke. Ve a tu propio ritmo, será lo mejor.

 

La presencia de Mikoto ingresando en la cocina, les hizo guardar silencio. Curiosa, ella miró el plato casi intacto de su hijo.

 

─¿Eso es todo lo que vas a comer?

─No tengo demasiado apetito.

 

Cuando ella tomó asiento, ambos supieron que Mikoto había entrado con ánimos de iniciar una conversación.

 

─Sasuke, lamento lo que ha pasado antes. Tu padre está algo bebido…

─Eso puedo verlo ─respondió empleando un tono obvio pero calmado.

 

La mujer alargó un brazo, tomando la mano de su hijo menor y dedicándole una pequeña sonrisa.

 

─Pero a mí puedes decirme esa noticia que antes querías contar. Te escucharé, sin interrupciones.

 

Al instante Sasuke clavó una inquieta mirada en los ojos de su hermano, preguntándose si sería correcto confesarle la verdad en ese momento. Quería hacerlo, pero otra parte de él prefería seguir escondiéndolo. Era más cómodo huir de los problemas.

 

─No es algo tan importante, es sólo que… ─Suspiró, creando una pequeña tensión en los hombros de Itachi debido a la expectación─, he terminado con mi novia.

 

Ahora fue Itachi quien suspiró al escuchar la mentira y decidió abandonar la cocina. Recordando el estado algo ebrio de su padre y su afán por sacar temas de conversación incómodos aquella noche, probablemente estaría incomodando a Konan con cualquier cosa.

 

─¿En serio? ─Se sorprendió la mujer y después curvó las comisuras en una sonrisilla desanimada─. Bueno, si era lo mejor para ambos…

 

Por encima de cualquier cosa, Mikoto quería la felicidad de sus hijos. No importaba si Sasuke decidía pasar el resto de sus días con una chica o un chico, aunque el no tener nietos las entristecería, pero todo fuera por ver feliz a su hijo.

 

Tenía la sensación de que Sasuke estaba algo perdido con respecto a su vida amorosa. Los últimos meses había estado iniciando relaciones que terminaban poco después. Nunca había llegado a presentarles alguna de sus mencionadas novias por más que Fugaku le insistiera en ello.

 

─Por eso luces tan decaído, ¿cierto? ─Le acarició una mejilla de forma breve─. No logras encontrar a la mujer ideal para ti. ─Sasuke decidió continuar con la mentira y asintió en un suave movimiento de cabeza─. No dejes que eso te aflija, tarde o temprano esa persona aparecerá.

─Claro ─murmuró. En su mente vislumbró a Naruto por un breve instante.

 

Decidiendo hacer desaparecer ese semblante en su hijo, Mikoto cambió totalmente de tema.

 

─Por cierto, ¿te has enterado de lo que ha pasado en el parque Senju? Dijeron que unos chicos salieron heridos…

─Naruto fue uno de ellos ─interrumpió con calma.

 

Una expresión de estupor apareció al instante en el rostro de la mujer. ¿Naruto? ¿Su Naruto? ¿Él?

 

─No puede ser… ─balbuceó─. ¿Estás seguro?

─Tan seguro como que fui yo quien le curó las heridas.

─¿Tú? ─reiteró, todavía presa de la sorpresa─. ¿Pero cómo? ¿Tú también estabas en el parque cuando todo ocurrió?

 

Antes de que su madre continuara sacando sus propias ideas, Sasuke respondió.

 

─Naruto fue a buscarme a mi apartamento y me pidió que le curara, le preocupaba presentarse frente a sus padres en ese estado.

 

Mikoto le dedicó una gran sonrisa de aprobación a su hijo ante ese buen gesto que tuvo con Naruto. A pesar de que en su adolescencia le cayó realmente mal, ahora Sasuke estaba compensando con sus actos los desprecios del pasado.

 

Pero mientras Sasuke le relataba lo mismo que Naruto le contó, la sonrisa desaparecía de los labios de Mikoto.

 

****

 

Cuando Kushina logró que Minato dejara de crearse películas mentales, según él de terror, donde Naruto les decía que Sasuke es su novio, le dio un beso de buenas noches y le dejó recostado en la cama que compartían. Ver a Naruto tomando la mano de Sasuke había aturdido tanto a su esposo, que éste no se sentía con ánimos para “jugar” aquella noche.

 

Ella sólo pudo rodar la mirada. Minato era un paranoico. Ella sabía de los sentimientos de Naruto, por supuesto no olvidaba aquella vez que vio a Sasuke teniendo la osadía de besar a su hijo, pero todas sus sospechas de una relación entre ambos se fueron al traste cuando Mikoto le llegó tiempo atrás con la noticia de que Sasuke tenía novia. Cada cierto tiempo Mikoto le contaba que Sasuke había cambiado de novia, al parecer el chico no lograba encontrar a su media naranja.

 

Pero entonces, ¿por qué Sasuke besó a Naruto? No tenía sentido. ¿Tal vez Sasuke se había sentido confundido sobre su orientación sexual y había besado a Naruto por eso?

 

Cuidadosa apoyó la oreja contra la puerta de la habitación de Naruto, podía escucharle tararear una canción, aunque de vez en cuando exclamaba cosas incoherentes. Intrigada abrió la puerta lo suficiente para ver. Naruto reposaba bocabajo en la cama, podría apostar que estaba jugando algún juego de carreras en su móvil porque a veces podía escuchar el chillar de las ruedas contra el asfalto y el sonido lejano de motores.

 

─Vaya, estás de muy buen humor a pesar de lo que te pasó con esos hombres’ttebane.

 

El adolescente se sobresaltó al escuchar la inesperada voz y al instante giró. Un segundo después se escuchó el ruido de un coche derrapando y estrellándose.

 

─¡Ah! ¡Perdí! ─se lamentó volviendo la mirada a la pantalla.

 

Kushina percibió que Naruto evadió darle una respuesta. Ese niño ocultaba algo. No era normal estar la mar de feliz después de haber recibido una paliza. Cuando se sentó en la cama y Naruto la encaró, pudo reconocer en los ojos de su hijo el mismo brillo de enamorado que descubría en los ojos de Minato desde que empezaron a salir.

 

Podía jurar, sin lugar a dudas, que esa felicidad era provocada por una persona: Uchiha Sasuke. Seguro que Naruto estaba tan animado por haber sido curado y acompañado por él.

 

─¿Por qué tan feliz? ─insistió.

─¿Por qué va a ser’ttebayo? ─Soltó una falsa risita─. Salvé a mi amiga de una desgracia, soy algo así como un héroe ─presumió.

 

La mujer asintió, sintiendo el orgullo llenar su pecho. Pero sabía que Naruto mentía.

 

─Entonces, ¿Sasuke no tiene nada que ver en esa felicidad?

─¿Sa-Sasuke? No sé a qué te refieres, mamá ─respondió esquivo, apartando la mirada.

 

Kushina suspiró, pero no se rindió.

 

─Naruto, todo el tiempo que Sasuke estuvo aquí, tenías la misma cara de tonto enamorado que ponía tu padre cuando me miraba y todavía no se atrevía a decirme sus sentimientos.

 

Un pequeño calor se acumuló en las mejillas del chico al verse descubierto. ¿Minato también lo habría notado?, ¿tan mal se le daba disimular?

 

─Por otro lado ─continuó hablando ella─, te vi muy confianzudo con él. Hasta le tomaste de la mano. ─Le miró atenta─. No sabía que tenías ese nivel de confianza con Sasuke.

 

El rubor se transformó en palidez cuando escuchó aquello. Sorprendido, miró a su progenitora.

 

─¿Le tomé de la mano? ─reiteró incrédulo. Fue un acto inconsciente, ni siquiera recordaba haberlo hecho.

 

Y esa fue toda la respuesta que recibió de Naruto, aunque esperó algo más, sólo hubo silencio.

 

─Hijo… no es que pretenda herirte con mis palabras, pero… ─titubeó─. Sobre Sasuke… deberías desistir de tus sentimientos ─aconsejó.

─¿Acaso no me crees capaz de hacer que Sasuke se fije en mí?

 

La pregunta sorprendió a Kushina. No esperaba que Naruto tuviera tal confianza en sí mismo como para verse capaz de enamorar a un heterosexual. Guardó silencio un momento, sin saber cómo continuar la conversación sin hacerla más incómoda.

 

─Tú… Tú eres un gran chico, ¡y eres muy guapo! ─exclamó llena de orgullo─. Podrías conseguir un novio en un abrir y cerrar de ojos. Pero Sasuke… sólo olvídale.

─No me interesa nadie más ─renegó apartando el rostro con un movimiento airado, fingiéndose ofendido.

─¡Deja de ser terco’ttebane! ─exclamó frustrada.

 

Naruto se obligó a morderse la lengua para no confesar que Sasuke era su novio. ¡Joder, de verdad quería contárselo a Kushina para que ella dejara de compadecerse de él! La sensación era incómoda y odiosa.

 

─Yo decidiré cuándo rendirme ─sentenció sin mirarla.

 

Frustrada, Kushina acercó una mano con intención de dar un violento tirón en una de las orejas de su hijo y gritarle lo necio que era hasta que lo comprendiera, pero al recordar sus heridas se detuvo. Bufó.

 

─¡Niño terco! ¿Acaso te gusta sufrir?

─¡Si es por Sasuke todo está bien!

 

Entonces la puerta se abrió una vez más y unas suaves pisadas se escucharon. Minato entró, luciendo un poco ojeroso, como si llevara una eternidad sin dormir cuando en realidad no había pasado ni media hora.

 

─Kushina, no puedo dormir.

 

A ojos de Naruto, su padre de pronto lucía como un pequeño niño indefenso. Nada más le habría faltado un oso de peluche bajo el brazo para completar el cuadro.

 

La pelirroja se acercó a su esposo.

 

─¿Qué ocurre? ─preguntó guiándole a la salida para acompañarle a la habitación de ambos.

─Cada vez que cierro los ojos veo a Naruto tomando la mano de Sasuke. Y entonces, Naruto aparece frente a mí y me dice que ese engreído Uchiha es su novio. ─Se llevó las manos al rostro, dramático─. Ese mocoso no me va a robar a mi hijo. ¡No lo merece! Naruto es demasiado para él…

 

Naruto no alcanzó a escuchar más desde su cama, casi sin parpadear por la sorpresa. Se alegró de no haberse dejado llevar y confesarle a Kushina su relación con Sasuke. Su padre no estaba preparado para verle con un novio, y no sabía si su madre lo aceptaría o reaccionaría tan alterada.

 

Pensó que su plan de hacer quedar a Sasuke como su salvador frente a sus padres arreglaría todo y Minato volvería apreciarle. Pero había metido la pata al darle la mano en un acto inconsciente.

 

─Al final resulta que Sasuke tiene razón y es mejor esperar para hablar con nuestros padres ─se dijo y suspiró, ocultando el rostro entre sus brazos─. Mi plan se fue a la basura’ttebayo…

 

****

 

A la mañana siguiente, Naruto caminaba por uno de los pasillos del hospital siendo seguido por su madre. Kushina se había empeñado en llevarle allí para que fuera revisado más a fondo. A pesar de negarse, no logró salirse con la suya.

 

Como era de esperar, no tenía nada de importancia, y lo único que el médico pudo mandarle fue si acaso un analgésico.

 

─¿Lo ves? Te dije que estaba bien ─repitió.

─No puedes culparme por preocuparme por ti. Cualquier madre en mi lugar habría hecho lo mismo.

 

Naruto no respondió nada y se limitó a pasear la mirada a su alrededor mientras esquivaba a otras personas. Tal vez, con un poco de suerte, podría ver a Sasuke.

 

─Mamá, ¿puedes esperarme? Quiero ir al baño dattebayo.

─Claro, te espero aquí ─respondió deteniéndose.

 

La sonrisa triunfante no tardó en aparecer en los labios de Naruto. Rápido corrió hacia las escaleras, subiéndolas de dos en dos, hasta llegar al siguiente piso. Sasuke siempre estaba allí, y con un poco de suerte podría encontrarle solo en la Sala de descanso, como aquella vez que fue a devolverle la chaqueta.

 

Con rápidos movimientos, sacó su teléfono y tecleó unos mensajes para Sasuke:

 

Estoy en el hospital.

 

¿Podemos vernos?

 

¿Estás descansando?

 

Conteniendo un suspiro de emoción, caminó hacia la puerta de la Sala de descanso y con sigilo movió el pomo, abriendo apenas una rendija para comprobar si se escuchaban voces dentro. Para su mala suerte, escuchó dos voces masculinas. Adiós a su oportunidad de quizá encontrarse con su novio a solas en aquel lugar.

 

─¿Y cómo era ella? ─Se escuchó provenir desde el interior una de las voces.

─Una mujer rubia, alta, de ojos azules… buen cuerpo ─hizo hincapié en lo último.

─En resumen: estaba buena.

─Muy buena. ─La voz ahora empleó un tono picarón─. Pero Sasuke no quiere decir su nombre, ese chico es muy reservado. ─Chasqueó la lengua.

 

Al otro lado de la puerta, Naruto parpadeó confuso. ¿Sasuke? ¿Había escuchado bien? Con todo el sigilo que pudo reunir, empujó ligeramente la puerta para ver el interior, ignorando a otros pacientes que le miraban curiosos.

 

─Ya sospechaba que la novia de Sasuke sin duda debía ser un bombón. Quiero decir, él es apuesto después de todo, puede conseguir cualquier mujer.

 

El otro hombre rió con ganas.

 

─Uy, ¿pero qué tenemos aquí? ¿Te gusta el doctor Sasuke? ─preguntó burlón.

─Claro que no. Saber reconocer la belleza de un hombre no me convierte en gay, ¡te recuerdo que estoy felizmente casado con mi esposa!

 

Cuando Naruto logró apreciar el interior, encontró a dos hombres sentados junto a una pequeña mesa, cada uno con un vaso en la mano. La pequeña habitación olía a café. Ambos hombres eran mayores que Sasuke, hasta se atrevía a decir que probablemente le doblaban la edad.

 

─Esa mujer debe ser una fiera en la cama. Ya viste el enorme chupetón con el que llegó Sasuke hace tiempo. ─Ambos rieron ante aquel recuerdo. Ver a Sasuke tratando de tapar aquella marca sin éxito durante varios días les tuvo bastante divertidos a todos.

 

Una mano posándose sobre el hombro de Naruto, le sobresaltó por completo.

 

─Tú, niño, ¿qué haces aquí? ─preguntó un médico que estaba por entrar en el lugar y se encontró al rubio curioseando.

─Yo… ─balbuceó sorprendido─. Buscaba el baño, pero me he perdido. ─Rió nervioso─. ¡Pe-pensé que era esta puerta!

 

Tranquilizándose, el hombre le soltó mientras emitía un suspiro y señaló hacia su izquierda.

 

─Es por allí.

─Oh, ¡gracias! ─exclamó con una falsa sonrisa, alejándose.

 

Pero Naruto no fue al baño, volvió a dirigirse a las escaleras para volver con su madre, no quería hacerla esperar demasiado.

 

De camino a casa se mantuvo en silencio, recordando lo que había escuchado. La conversación de esos hombres no tenía sentido. Sasuke no tenía novia. Tal vez hablaban de otro Sasuke… quizá… ¿Cuántos doctores Sasuke podría haber en ese hospital?

 

─¿Por qué tan callado’ttebane?

 

Kushina no había terminado la pregunta cuando el teléfono de Naruto empezó a sonar. En la pantalla, éste vio parpadear el nombre de su novio, así que se alejó un par de pasos y respondió dispuesto a disimular.

 

─¡Sakura-chan, hola!

 

El ceño de Sasuke se arrugó ligeramente, desconcertado. ¿Naruto le había llamado Sakura? Caminó al otro extremo de la pequeña sala de descanso para no ser escuchado por los tres hombres que estaban allí, empleando un tono susurrante.

 

─Soy Sasuke, idiota.

─¡Lo sé! ¡Lo sé! ─Sacudió una mano como si su interlocutor pudiera verle─. Justo acabo de salir del hospital, mi madre se empeñó en que me revisaran después de lo de ayer. Ya sabes… eso que te conté… anoche.

─No sé de qué estás hablando, usuratonkachi. Espera, ¿tu madre está contigo ahora?

─Sí.

─Entiendo ─respondió. Ahora la palabrería de Naruto por fin cobraba sentido. Estaba disimulando frente a Kushina─. ¿Todo bien en el hospital?

─Perfecto. Magulladuras sin importancia. Curaron la herida en mi cara de nuevo y me mandaron un analgésico. ─Antes de que el otro pudiera decir algo, retomó la palabra─. Adiós, nos vemos más tarde, Sa… kura-chan. ─Y sin más colgó.

 

Sasuke miró en silencio el teléfono en su mano y se encogió de hombros sin darle mayor importancia a aquello. Era normal que hubiera cortado rápido la conversación si Kushina estaba cerca.

 

─¿Hablando con tu novia, Sasuke? ─curioseó uno de los hombres en aquella sala, mientras otros dos soltaban una suave risita.

─Todavía no nos has dicho cómo se llama ─comentó otro.

 

Reprimiendo una mirada fulminante, Sasuke les encaró por un instante. Después, caminó hasta su taquilla personal y guardó su teléfono. Sus compañeros le jodían cada vez que tenían oportunidad, queriendo saber más de su vida privada. Pensó que el hecho de que corriera el rumor sobre que “su novia” había sido vista en el hospital callaría las habladurías, pero sólo parecía haberles aumentado la curiosidad. Y no sólo ellos, de vez en cuando Ino también le preguntaba sobre su supuesta novia. ¿Acaso no tenían nada mejor que hacer que andar metiéndose en la vida de los demás?

 

Pero sabía que no le convenía quedar mal con sus compañeros de trabajo, a quienes veía durante horas seis días a la semana. Lo ideal era tener buenas relaciones, quién sabe si alguna vez necesitaría un favor de alguno de ellos en el futuro.

 

─Es asunto mío ─respondió finalmente, sin sonar agresivo en absoluto a pesar de la respuesta─. Nos vemos después. ─Sin esperar contestación se marchó.

 

****

 

Horas después, ya entrada la tarde, Naruto lucía en alto su magullada cara, sonriendo presuntuoso. Se recargó en la pequeña fuente del parque donde solían beber entre partido y partido. Sus amigos en ese momento le rodeaban, llenándoles de preguntas a Kiba y a él respecto a lo ocurrido el día anterior.

 

─No sabría decir si lo vuestro fue una imprudencia o un acto heroico ─comentó Shikamaru, rascándose la nuca con cierta pereza. Temari estaba a su lado, y junto a ella, Gaara.

─Por supuesto fuimos héroes dattebayo. ─Sonrió, llevándose las manos a la cintura. Por suerte la herida en el labio había dejado de abrirse a cada instante─. ¿No es así, Kiba?

─¡Seeh! ─Sonrió tan arrogante como su amigo.

 

Pero la felicidad de Kiba se esfumó cuando Neji se le acercó, mirándole con tal intensidad que parecía leerle el alma. Eso le causó un escalofrío, pero después éste le palmeó un hombro.

 

─No eres tan escoria como yo pensaba ─dijo Hyuuga sin miramientos─. Supongo que no me molestaría que alguien como tú pretendiera a mi prima.

─¿En serio? ─Se ilusionó, pero después reaccionó en lo primero que dijo─. Espera, ¿me has llamado escoria? ─masculló ceñudo.

─Gracias por salvarla ─dijo como toda respuesta, alejándose y yendo con Hinata que cruzaba unas palabras con Sakura.

 

Sin saber si sentirse indignado o feliz, Kiba se limitó a cruzarse de brazos y bufar. Al menos ahora Neji no trataría de matarle si le veía demasiado cerca de Hinata.

 

Una vez que Naruto se había cansado de presumir su acto épico frente a sus amigos, camino hacia Sakura y tiró suavemente de ella, llamando su atención.

 

─Hinata, te robo a Sakura-chan un momento ─le dijo con una sonrisilla de disculpa. La chica sólo asintió, indicando que no había problema.

─¿Ocurre algo, Naruto? ─preguntó Haruno intrigada, dejándose llevar por su amigo.

 

Caminaron un poco hasta que estuvieron bastante alejados de los demás. Después, el rubio recargó la espalda en un árbol y sacó una llave del bolsillo del pantalón. Queriendo pavonearse una vez más, metió el dedo en la anilla del llavero y empezó a hacer girar la llave. Sakura le observo en silencio. Conociendo a Naruto, sabía que le estaba presumiendo aquella llave, la cual tenía adherida un pequeño llavero con forma de rana. La pregunta era, ¿por qué?

 

─¿Y esa llave? ─preguntó, sabiendo que él quería que curioseara sobre aquello.

 

Entonces Naruto soltó una risa floja entre dientes, sin dejar de hacer girar la llave en su dedo.

 

─No lo adivinarías nunca, Sakura-chan.

─Sorpréndeme.

─¡Es una copia de la llave del apartamento de Sasuke! ─exclamó con emoción, deteniendo el giro de la llave y mostrándosela con detalle.

─¿¡Aah!? ¡No puede ser! ─exclamó incrédula, abriendo los ojos de par en par─. ¿Pero cómo…?, ¿no estabais peleados?

─Estábamos ─reiteró─. Ya sabes… Sasuke no puede vivir sin mí’ttebayo.

 

Sakura rodó la mirada con hastío. Naruto era muy tonto si pensaba que ella se iba a creer eso.

 

─¡Deja de alardear! Seguro que te dio la llave porque tú se lo pediste. Apuesto que no le has dejado en paz hasta que te ha hecho caso.

─Qué exagerada. ─Se rascó la nuca un poco avergonzado. De hecho sí le había pedido la llave a Sasuke, pero no tanto como ella pensaba.

─Sea como sea, el caso es que esto significa que todo está bien de nuevo con Sasuke. Me alegro. ─Sonrió, tomándole de la mano en un gesto amistoso que el otro respondió con un ligero apretón antes de soltarla.

─Sasuke me curó y me acompañó a casa. ¡Me prestó ropa suya! ─Sus ojos brillaron al decir aquello─. No se la pienso devolver nunca. Esta noche dormí abrazando su camiseta dattebayo ─confesó sin ningún rastro de vergüenza.

 

Contraria a la reacción que Naruto esperaba, su amiga estalló en carcajadas que expresaban lo divertido que le había resultado el comentario. Sólo entonces al rubio le invadió un poco de vergüenza.

 

─¿Qué es tan gracioso?

─Tú ─contestó empleando un tono obvio.

 

Había visualizado a su amigo durmiendo, abrazado a la camiseta de su novio como si fuera un niño pequeño. Era extraño imaginar a alguien de casi dieciocho años haciendo eso.

 

─Como sea ─renegó Naruto con las mejillas un poco rojas─. ¿Podemos cambiar de tema? Me gustaría comentarte algo extraño que me pasó hoy.

─Claro, claro… ─Asintió, dejando la risa a un lado.

 

Naruto suspiró y se rascó la cabeza, dudando por un momento cómo empezar con el relato. Finalmente, empezó a explicar todo lo ocurrido desde que salió de la consulta del doctor aquella mañana.

 

─¿Sasuke tiene novia? ─Se sorprendió.

─Eso era lo que quería preguntarte, Sakura-chan ─dijo de inmediato─. ¿Crees que él me… está engañando? No sé si preguntarle, si es cierto no es como si él fuera a admitirlo después de todo.

─¿Crees capaz a Sasuke de algo así? ─respondió con otra pregunta al no saber qué decirle.

─Yo… ¡no! ─negó enérgico─. Pero ellos dijeron… ¿Qué debería hacer?

─Lo mejor sería hablarlo con él, ¿qué tal si es un malentendido? ¿Dijeron el nombre de la supuesta novia?

─No, justamente ellos se quejaron sobre que Sasuke no les quería decir el nombre de ella. ─Suspiró un poco inquieto─. ¿Y si Sasuke me acusó de tener sentimientos por Gaara porque él tiene sentimientos por otra persona? Esta mañana había estado pensando alguna forma para agradecerle por lo de la llave, pero ahora no sé qué hacer

 

La chica liberó un hondo suspiro. Sabía que Naruto esperaba un sabio consejo de su parte, y aunque la halagaba que la tomara como un modelo a seguir, no sabía si ella podría ser de gran ayuda en aquella situación. ¿Y si Naruto seguía su consejo y eso sólo empeoraba todo?

 

─Uum… ─titubeó pensativa─. El gesto de Sasuke ha sido muy lindo, significa que después de todo te quiere más cerca, ¿no es así? No creo que tenga una novia, eso sería ridículo ─desestimó.

─¿Y cómo puedo retribuirle dattebayo?

─¿Por qué me preguntas cosas tan complicadas? Nunca he tenido novio, no es como si fuese una experta en el tema ─admitió sonrojándose.

─No tengo a quién acudir, lo sabes.

 

Sakura se cruzó de brazos fingiéndose indignada. Estuvo por replicarle a Naruto ser su última opción, pero en el fondo sabía que Naruto tenía razón. ¿Con quién más podría hablar sobre sus preocupaciones? Tal vez Itachi, pero imaginaba que no sería agradable hablar con él sobre la posible infidelidad de su hermano menor.

 

─Está bien, está bien… Sobre la forma de retribuirle, ¿qué tal un regalo? No un regalo cualquiera, algo especial, un detalle personal… algo que cuando Sasuke lo vea, automáticamente piense en ti.

─Pues… ─murmuró pensativo, rascándose la nuca─. ¿Una fotografía mía?

 

Tras pensarlo un segundo, ella sonrió y asintió. Después de todo no era tan mala idea.

 

─¡Eso es! Seguro que te has tomado fotografías junto a Sasuke. ¿Por qué no enmarcas alguna y la colocas en algún lugar visible del apartamento de Sasuke?

─Eer… bueno…

─¿Qué? ─Le dedicó una seria mirada al notar que a Naruto no le parecía buena idea.

─Es que eso es de niñas, no sé… es cursi’ttebayo.

 

La chica se cruzó de brazos, llena de indignación.

 

─Pues entonces ve a pedir consejo a tus amigos los hombres con sus consejos masculinos y no cursis ─respondió irónica, a punto de marcharse, pero un agarre en la muñeca la detuvo.

─¡No te vayas! Espera ─susurró acelerado─. Lo siento.

 

No tenía nadie más a quien pedirle consejo. Tal vez Itachi, pero sospechaba que él respondería algo como “Cualquier cosa que venga de ti le gustará a mi hermano, Naruto-kun”, y él no quería esa respuesta, quería algo concreto.

 

─La fotografía sería una forma de dar un toque cálido al apartamento de Sasuke ─explicó Sakura, todavía algo seria mientras se liberaba del agarre─. Algo que indicaría que ese lugar es de ambos.

─¿…tú crees? Yo sólo imagino a Sasuke riéndose de mí.

─Tonterías ─desestimó─. Y hay algo más que cada vez que Sasuke lo mire, sin duda se acordará de ti.

─¿Qué cosa?

─Te daré una pista: era una de tus tres cosas preferidas durante la niñez, y no es el ramen.

 

Naruto hizo memoria. Una de sus cosas preferidas, que adoró y que ahora quería con total intensidad, era Sasuke. Otra de sus cosas preferidas era su pequeño triciclo, y la tercera cosa era…

 

─¿Mis girasoles?

─¡Bingo! ─Chasqueó los dedos─. Un ramo de girasoles adornando su apartamento ─propuso parpadeando con una mirada soñadora, imaginando el romántico momento en que su amigo le regalara el ramo a su pareja─. Cada vez que Sasuke lo vea, pensará en ti.

 

El rubio sólo sonrió nervioso, sin convencerle las ideas de Sakura mientras ésta exponía las razones por las que sus ideas eran perfectas.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola! :D Gracias a todos por leer y comentar.

 

Me ha sorprendido que el 99’5% de las preguntas fueron para Sasuke, precisamente para el personaje que menos le gusta hablar, jaja… XDD

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).