Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 5: “Celos”:

 

 

—¿Entonces mañana por fin tu pierna será libre? —Rió Sakura, amiga de Naruto desde la infancia.

—No te rías. Han sido las tres semanas más largas de toda mi vida —se lamentó.

 

La chica rodó la mirada, pensando que su amigo era un exagerado. Esa tarde había ido a visitar a Naruto, a pesar de verle en el instituto, y el chico le insistió que fueran al parque para ver a los demás jugar a fútbol. Jugar a fútbol en el parque era una costumbre que habían mantenido desde la infancia.

 

Kushina había puesto el grito en el cielo, riñendo a Naruto y prohibiéndole poner un pie fuera de la casa de nuevo. Suficiente hacía tolerando que hubiera vuelto a clases una semana antes de retirarle la férula.

 

Viendo que Naruto no se daría por vencido, Sakura decidió mediar entre ellos prometiéndole a la mujer que obligaría a Naruto a permanecer sentado en el parque.

 

La mujer, fiándose de la adolescente que parecía ser bastante sensata para su edad, consintió que Naruto fuera.

 

—Si quieres podemos descansar un poco —propuso deteniéndose cuando entraban al parque.

—Sakura-chan… —protestó en un susurro. No quería que la chica le viera como un débil—. Estoy bien —aseguró—, además, ya casi hemos llegado.

 

La chica asintió dispuesta a retomar el camino, pero no lo hizo al sentirse observada. Estudió su alrededor, descubriendo que sus sospechan no eran equivocadas. Había un hombre de cabellos negros mirándola desde la distancia.

 

Sonrojada apartó la mirada y discreta tiró de la manga de Naruto, impidiendo que retomara el camino.

 

—¿Qué? —La miró.

—Un hombre me está mirando. A nuestra izquierda —le dijo bajito, a pesar de que desde esa distancia era imposible que aquel desconocido la escuchara—. Es muy guapo.

 

Con curiosidad Naruto barrió el parque con la mirada, estudiando todo su lado izquierdo hasta que vio a quién se refería.

 

—¡Sasuke! —exclamó para sí mismo, pero ella le escuchó también.

—¿Le conoces? —preguntó con interés. Naruto abrió la boca, dudando qué decir. Pero a ella ese nombre se le hacía familiar; mucho—. Un momento… yo conozco a un Sasuke, ¿pero de dónde? —se dijo pensativa.

 

Naruto trató de seguir su camino, pero Sakura le agarró del brazo con firmeza, logrando que casi cayera al suelo por el brusco frenazo y la falta de equilibrio al caminar apoyando sólo un pie.

 

—Llegaremos tarde… —trató de decir.

—Ya lo recuerdo. —Sonrió—. Es ese chico… ¡Sí! Es Sasuke nii-chan. Tu Sasuke nii-chan.

—¡No es nada mío dattebayo! —aseguró muy a su pesar, apartando la mirada al sentir un pequeño calor acumularse en sus mejillas.

 

Pero ella ignoró esa protesta y rió recordando su niñez, cuando Naruto se pasaba los días en la escuela hablando de “Sasuke nii-chan”, relatando las cosas que hacía con el chico como si fuera lo más especial del mundo. Naruto narraba una salida al cine con su nii-chan como si fuera algo grandioso que sólo él había hecho.

 

—¡Vamos! —exclamó ella.

—¿Eh? —Antes de poder reaccionar, Sakura le tomó del brazo y tiró de él, obligándole a caminar con las muletas si no quería caer de boca al suelo—. ¿Qué?, ¿a dónde?

—A saludarle.

—¡No! Espera… ¡Sakura-chan!

 

Sakura sonrió fascinada cuando al estar más cerca pudo verificar la belleza del hombre con sus propios ojos. Sí, sin duda era ese chico que vio por primera vez cuando tenía siete años. No había cambiado demasiado, pero ahora era sumamente atractivo, ¡y la estaba mirando!

 

En silencio, los ojos negros fueron desde el rostro de la emocionada chica hasta posarse en el agarre que ella mantenía en el brazo de Naruto. El rubio usaba con dificultad las muletas por la forma en que ella le sujetaba.

 

Silenciosamente se preguntó por qué esos dos se habían acercado a él. A la chica no la conocía de nada, y sobre Naruto, no esperaba que éste volviera a acercarse a él.

 

—Hola —saludó ella con una amplia sonrisa. Apretó el agarre en el brazo de Naruto, incitándole a hablar para que la presentara formalmente con el apuesto chico, pero el rubio sólo miraba el suelo como si hubiese encontrado algo fascinante allí—. Naruto… —masculló en su oído en tono amenazante.

 

Un escalofrío desagradable trepó por su espalda, presagiando el enojo que empezaba a invadir a Sakura.

 

—¡Ah! ¡Sí’ttebayo! —balbuceó alzando la mirada al instante—. Sakura-chan, él es Uchiha Sasuke…

—Tu Sasuke nii-chan —se mofó ella, sin ver el tic que sacudió una de las rubias cejas.

—Sasuke, ella es Haruno Sakura —agregó para finalizar la presentación.

 

Tras eso trató de alejarse, pero Sakura se afirmó con más insistencia a su brazo, manteniéndole cerca. Naruto era el punto en común entre Sasuke y ella, si Naruto se iba no tendrían nada de lo que hablar. Con Naruto allí sería más fácil iniciar una conversación.

 

—Tu presentación ha sido tan sosa… —replicó ella antes de mirar al pelinegro—. Soy Haruno Sakura, amiga de toda la vida de este torpe. Nos hemos visto algunas veces hace años, cuando fuiste a recoger a Naruto al colegio, o cuando fuimos al cine. Naruto siempre hablaba de ti, decía que eras la persona que más admiraba y que de mayor…

—¡Sa-Sakura-chan! —interrumpió un poco acelerado. Maldición, sus amigos se empeñaban en contarle a Sasuke a la mínima oportunidad que en el pasado se la vivía hablando de él—. ¿Qué te parece si nos vamos? Seguro que Sasuke está muy ocupado.

—En realidad no —habló Sasuke finalmente. Después de aquella información creía recordar de forma fugaz a la chica—. Esta tarde no tengo que ir al hospital.


Naruto rodó la mirada cuando su intento de huida se fue al traste.


—Vaya suerte —se lamentó en un susurro.

—¿Hospital? —reiteró Sakura con cierta preocupación—. ¿Estás enfermo? —Aunque en su opinión el hombre tenía un aspecto realmente saludable y fuerte.

—Hago practicas en el hospital.

 

Los ojos verdes de Sakura brillaron de fascinación, casi sacudiendo a Naruto para liberar la emoción que sentía.

 

—¿Un futuro médico? —Miró con cierto reproche a su rubio amigo—. ¡Naruto, no me habías dicho nada!

 

Como respuesta Naruto chasqueó la lengua. Lo último que quería era hablar de Sasuke. Además, desde que descubrió cuando tenía ocho años que ese teme no le soportaba, dejó de hablar de él a sus amigos.

 

—¿Nos podemos ir ya? Seguro que el partido ya ha empezado. Nos estamos retrasando, Sakura-chan.

—¿No estarás pensando en jugar con el pie así? —intervino Sasuke, recordando haber visto unos metros atrás a un grupo de chicos jugando un partido amistoso de fútbol.

 

A Naruto le sorprendió que Sasuke se dirigiera a él, y dejó a un lado la tentación de no contestarle nada y marcharse sin más. No iba a explicarle que él iba como simple espectador.

 

—Haré lo que quiera… —El puño de Sakura estrellándose en su cabeza le interrumpió y la arrancó un grito de dolor—. ¿¡Por qué has hecho eso!?

—¡No le hables de esa forma tan insolente! Sasuke sólo está preocupado.

 

Naruto estaba hastiado de escuchar a los demás decir que Sasuke estaba preocupado por él. ¡Eso no era cierto!

 

—¡Sasuke!

 

El fastidio de Naruto aumentó al escuchar la voz de Karin. Por su parte, Sakura miró confundida a la chica pelirroja que se acercaba corriendo hacia ellos. ¿Quién era?

 

—Karin —mencionó Sasuke, recordando entonces que iba caminando con la chica rumbo a casa cuando inevitablemente se detuvo al distinguir a Naruto, dejando a la chica avanzar mientras parloteaba sola.

—¿Qué haces aquí? La gente me miraba raro porque iba hablando sola —reprochó, y entonces clavó una fulminante mirada en Naruto—. ¿No te cansas de fastidiar nuestras citas?, ¿acaso tu madre no te dio una buena lección para que dejes de hacerlo?

 

Sakura se sintió confundida con lo que dijo la pelirroja. No sabía que Naruto se había estado entrometiendo en lo que parecían ser citas entre esos dos. Entonces reparó en que Sasuke no era un hombre soltero y sintió cierta desilusión.

 

—Karin —la llamó Sasuke, indicándole de esa forma que se calmara. La pelirroja obedeció a regañadientes.

 

Con un movimiento airado Naruto apartó la cara. ¿Quién se creía que era esa bruja? Para empezar él ni siquiera deseaba estar allí, frente a Sasuke. Era incómodo.

 

—¡Hum! —bufó—. Sakura-chan quería que le presentara a Sasuke, es todo —se excusó.

 

Ambas chicas se estudiaron con la mirada. Karin se acomodó las gafas en un gesto de superioridad y se abrazó al brazo de Sasuke mientras sonreía complacida.

 

—Lo siento, pero Sasuke ya está ocupado.

 

En un acto reflejo Sasuke abrió la boca con intención de negar que ellos tuvieran algo. Pero entonces miró a Naruto y decidió que era mejor guardar silencio.

 

—Ya lo veo —fue todo lo que dijo Sakura sin ningún tono en concreto, mientras su inner sacudía y abofeteaba a Karin por ser tan engreída.

—Además —prosiguió la pelirroja—, tú ya tienes novio, ¿no es así? —Sonrió divertida, señalando a Naruto con un movimiento de cabeza.

 

Sólo entonces el rubio volvió a prestarle atención a la conversación, con los ojos tan abiertos por la sorpresa como Sakura.

 

—¿Qué? —preguntó Haruno estupefacta. ¿Ella novia de Naruto? ¡Jamás!

 

Pero entonces notó que Naruto se arrimaba a ella, demasiado para su gusto. Y lo que su rubio amigo dijo en aquel momento la dejó muda.

 

—E-eso… Soy novio de Sakura-chan dattebayo.

 

Sakura no supo cómo reaccionar los primeros segundos, quería gritarle, golpearle y después exigirle que le contara por qué había soltado semejante mentira.

 

Karin tampoco pudo negar la sorpresa. Sólo lo había dicho para molestar al par de adolescentes, no esperaba que fuera cierto.

 

—¿En serio? Eso es maravilloso, ¿no es así, Sasuke? —Esa molestia llamada Uzumaki Naruto desaparecería de su camino junto a Sasuke.

 

Sasuke sólo pudo asentir con un escueto movimiento de cabeza, sin poder decir nada y tratando de aparentar que aquella afirmación no le había provocado absolutamente nada.

 

Pero el retorcijón en su estómago era cada vez más molesto, y cuanto más miraba a la chica de cabellos rosas, más aumentaba. ¿Tan pronto le había cambiado Naruto?, ¿los sentimientos que decía tener hacia él ya los había puesto en otra persona en tan poco tiempo? Sólo habían pasado dos semanas y media desde la última vez que se vieron en casa de Naruto.

 

Una parte de él meditaba que vista la situación, había sido correcto mentirle a Naruto y decirle que Karin es su pareja, así había podido comprobar que sólo había sido un capricho adolescente. Tal vez Sakura también lo era. Y la otra parte sentía una profunda decepción. Había deseado que los sentimientos de Naruto fueran sinceros, que le demostrara que no era un niño, que podían estar juntos a pesar de la considerable diferencia de edad.

 

Pero ahí moría todo, sin ni siquiera haber empezado.

 

—Es maravilloso que ambos tengamos parejas de nuestra edad. ¿No lo crees, Naruto? —siguió diciendo Karin. La tal Sakura y Naruto parecían ser de la misma edad.

 

Los ojos azules enfocaron los negros apenas un segundo antes de dedicar una sonrisilla tensa a su prima.

 

—Sí, es perfecto.

—Pero Naruto… —susurró Sakura cada vez más incómoda con la situación. ¡No entendía nada!

 

Sasuke frunció el ceño, adoptando una expresión severa antes de marcharse.

 

—Vamos, Karin.

—¡Voy! —La pelirroja sonrió con cierta malicia antes de mirar al rubio—. Tienes razón, es perfecto así. Imagina lo raro que sería tener por ejemplo… no sé… una pareja diez años mayor que tú, Naruto. Eso sería de risa.

 

Aquellas palabras le confirmaron a Naruto que Karin sospechaba profundamente sobre sus sentimientos por Sasuke, y no supo cómo sentirse al respecto los primeros segundos. Después la incomodidad le sacudió junto con la sorpresa.

 

Parpadeó al ver la mano de Karin extenderse hacia él.

 

—Ahora que tienes novia, no tengo nada contra ti. Seamos amigos de nuevo —ofreció.

 

Efectivamente, su prima sospechaba.

 

Naruto dudó un momento, hasta que finalmente tomó la mano de su prima y la estrechó, iniciando tiempos de paz entre ellos. Naruto sentía que seguía detestando a Karin, pero era mejor intentar llevarse bien, a Kushina le gustaría.

 

Cuando la pelirroja se despidió y les dejó solos, Sakura finalizó el teatro y estalló, empujando a Naruto con tal brusquedad que el rubio casi cae de no ser porque se sostuvo con las muletas.

 

—¿¡Pero qué haces, Sakura-chan!? —La chica tenía un carácter horrible en ocasiones.

—¿Me puedes explicar qué es lo que acaba de pasar? ¿Desde cuándo tú y yo somos novios? ¡No vuelvas a usarme para darle celos a esa Karin!

—¿¡Qué!? —gritó sorprendido, casi atragantándose con la saliva.

—¿Crees que no lo he notado? Pretendías darle celos a esa chica mucho mayor que tú, probablemente es de la edad de Sasuke. Por eso ella te ha dicho esa indirecta sobre la edad, ¡lo he notado!

 

Naruto sacudió la cabeza, negándolo todo.

 

—¡No es así! Karin es mi prima, ¡no quiero darle celos’ttebayo!

 

El enojo de Sakura se evaporó al instante, dando paso a la confusión.

 

—¿Es tu prima?

—Sí, bueno… en realidad de mi madre, pero eso no importa. El caso es que ella no me gusta —afirmó rotundo.

 

La chica se llevó una mano a la barbilla pensativa, tratando de atar cabos, pero había algo que se le estaba escapando.

 

—Si no querías darle celos a Karin, ¿entonces qué pretendías? —Después rió ligeramente al pensar algo—. Ya sé, querías darle celos a tu Sasuke nii-chan —bromeó.

 

Pero Naruto no rió la broma o protestó como esperaba que hiciera. Su amigo sólo se había sonrojado y dándole la espalda se había marchado. Pero lo había visto, ¡se había sonrojado!

 

—Oh Dios… —susurró estupefacta, dando un par de zancadas para alcanzar a su amigo que de repente parecía ser mudo—. ¡Querías darle celos a Sasuke!

—¡N-no! —replicó. Al ver la obvia mirada de molestia que le dedicaban los ojos verdes, suspiró dándose por vencido—. No quería darle celos, sólo… quería demostrarle que su rechazo no me afecta.

—¿Su rechazo…? —reiteró para sí misma, incrédula—. Naruto, ¿de qué me he perdido?, ¿hasta dónde has tratado de acercarte a Sasuke? Porque has tratado de acercarte, ¿cierto?

 

Naruto suspiró hondo una vez más. No le resultaba agradable la idea de confesarle a su amiga su fracaso amoroso. Pero si ella se enojaba le haría conocer el dolor, y era mejor evitar eso.

 

—Le dije que me gusta y le he besado… dos veces —confesó cada vez más bajo. Aunque la segunda vez no supo si podía considerarse un beso, ya que sólo alcanzó a rozar sus labios.

 

Pero su discreción se vio frustrada cuando la chica casi gritó.

 

—¡Beso! ¿¡Te gusta Sasuke!?

—¡No grites, Sakura-chan! —masculló totalmente sonrojado, mirando a su alrededor.

 

Pero su amiga siguió manifestando su sorpresa, ignorándole.

 

—No puede ser… ¿Por eso siempre has rechazado a las chicas que se te han declarado en el instituto? —Sin esperar respuesta continuó—. ¡Ahora todo tiene sentido! —Encaró a su amigo y le tomó de los hombros, zarandeándole—. ¿Desde cuándo te gusta Sasuke?, ¿cuándo pensabas contármelo?

 

Naruto vio que todo le daba vueltas por la energía con la que era zarandeado. Sakura se estaba poniendo histérica. Cuando ella por fin se detuvo, pudo concentrarse para juntar palabras y responder.

 

—No estoy seguro’ttebayo, creo que desde el año pasado. Y no pensaba contarlo, Sakura-chan. No al menos hasta que Sasuke me hubiera correspondido, pero eso…

—Ya veo que es un poco complicado —interrumpió—. Pero no sabía que te gustan los hombres.

—Yo tampoco dattebayo —confesó ligeramente sonrojado.

 

Sakura sólo pudo soltar una pequeña risa por la respuesta inocente de su amigo. Naruto le devolvió la sonrisa, aliviado y contento por la facilidad con que la chica le había aceptado, sin rechazarle ni dedicarle malas miradas por gustarle un hombre.

 

—Tú siempre tan despistado, Naruto —retomó el camino, siendo acompañada de su amigo—. ¿Y qué harás ahora?

—Nada. Sasuke es novio de mi prima. Si él fuera gay tendría alguna posibilidad, pero… —Suspiró—. Ni siquiera sé qué he visto en ese tonto.

 

****

 

—¡Sasuke! ¿Me escuchas?

 

El nombrado parpadeó y miró a su compañera sin muchas ganas.

 

—¿Qué?

—¿Por qué te ves como si estuvieras malhumorado? Hace un momento estabas tranquilo.

 

Sasuke rodó la mirada, conteniendo las ganas de soltarle un bufido burlón y decirle que si lucía molesto es porque lo estaba. Pero sólo regresó la mirada al frente y guardó silencio.

 

—Es más, deberías sentirte aliviado —insistió ella.

—¿Por qué?

—Porque Naruto dejará de molestarnos. Él ahora tiene novia, no volverá a entrometerse en nuestras citas. —Dando una sonora pisada, Sasuke se detuvo en seco. Karin no tardó en imitarle, mirándole curiosa—. Quizá no lo habías notado, Sasuke, pero Naruto se te acercaba con “intenciones molestas”

—¿Intenciones molestas? —reiteró escueto.

—Llámame loca si quieres, pero estoy segura de que a Naruto le gustabas. ¿Por qué si no se habría estado entrometiendo en nuestras citas desde hace tiempo?

 

Por un instante Sasuke no pudo ocultar la sorpresa que le causaron las palabras de Karin. Ella había sido consciente de esa situación y nunca dijo nada al respecto.

 

—No había de qué preocuparse. Al parecer sólo era un capricho adolescente —comentó, por primera vez interesado en saber qué le respondería Karin al respecto.

—Todo indica que sí. Naruto es un niño inmaduro, seguramente ni siquiera sabe lo que quiere. Ya ves, hace poco iba tras de ti, ahora está con esa chica… ¿después qué?

 

Sasuke apartó la mirada, teniendo que darle la razón a Karin por mucho que le molestara. Ella tenía razón. Sabía que hizo bien en rechazar a Naruto, pero no podía evitar sentirse un poco dolido en el fondo.

 

¿Qué haría con esos sentimientos hacia Naruto? No por ser sentimientos recientes eran menos importantes. Se sentía pisoteado por un mocoso de diecisiete años.

 

—Me voy a casa, Karin —soltó de pronto, sorprendiendo a la chica.

—¿Eh? Pero dijiste que me acompañarías a casa. Quiero presentarte a mis padres y…

—Karin —interrumpió inmutable, sin mirarla—. Sólo lo diré una vez: nosotros no tenemos una relación. No como tú crees.

 

La chica no tardó en saltar sobre Sasuke, aprisionándole el brazo como acostumbraba a hacer mientras le miraba llena de preocupación.

 

—¿Po-por qué dices eso, Sasuke? Estamos bien juntos. ¿Y qué pasa con las veces que nos hemos besado?

—Tú me has besado —corrigió—. Y no se volverán a repetir —sentenció soltándose del agarre y marchándose sin más.

 

Karin miró estupefacta cómo se alejaba Sasuke. ¿Qué mosca le había picado? Habían estado bien en su relación, hasta ese momento.

 

No podía rendirse. Sasuke la quería. Tal vez estaba estresado por las prácticas en el hospital.

 

****

 

Al día siguiente, Sasuke apartó la mirada de la ventana de su habitación cuando escuchó unos toques en la puerta, mostrando a Mikoto un segundo después.

 

—Sasuke, tu desayuno se va a enfriar —le dijo por tercera vez aquella mañana.

—Ahora voy —respondió también por tercera vez.

 

Pero esta vez Mikoto no asintió sin más y se marchó, sino que entró y se acercó a su hijo.

 

—Sasuke —le llamó preocupada—. ¿Ocurre algo?, ¿va todo bien en el hospital?

—Sí —respondió mirándola por un momento.

—Sé que algo te preocupa, Sasuke —aseguró. Después de todo era su hijo y ella le conocía mejor que nadie—. Ayer al llegar a casa te encerraste aquí y no quisiste cenar.

—Todo está bien —insistió.

 

La mujer suspiró. Era muy difícil que su hijo se abriera a contarle sus problemas.

 

—Si tú lo dices… —dijo dándose por vencida. Cuando Sasuke quisiera hablar, la buscaría. O eso esperaba.

—Mamá. —La detuvo antes de que ella se marchara—. Papá… es cinco años mayor que tú, ¿cierto?

 

Aquella pregunta la tomó por sorpresa y la confundió ligeramente, pero tomó asiento en la cama dispuesta a contestar.

 

—Así es. ¿Por qué lo preguntas?

—Por nada en especial. —Tras un breve silencio continuó—. ¿No fue extraño para papá enamorarse de alguien cinco años menor?

 

La mujer rió ligeramente, haciendo sentir a Sasuke un poco incómodo.

 

—Al parecer no, porque terminamos casados y con dos maravillosos hijos. —Al escuchar la respuesta Sasuke se sintió un poco tonto—. Pero a tus abuelos, especialmente los paternos, sí les molestó un poco la idea. Ellos decían que yo era una niña inmadura, y mis padres decían que Fugaku quería aprovecharse de mí.

—¿Y qué pasó entonces?

—Les demostramos que nuestro amor era sincero. Al final no tuvieron más remedio que aceptarlo. —Miró curiosa a su hijo—. Nunca te habían interesado este tipo de cosas.

 

Sasuke olvidó lo que iba a decir cuando a través de la ventana vio pasar a Kushina, unos pasos más atrás iba Naruto. Justo entonces la pelirroja se detuvo para esperar a su hijo y caminar juntos. No pudo evitar observar con todo su interés al rubio hasta que le perdió de vista. Entonces percibió que Mikoto estaba diciendo algo y él ni siquiera la estaba escuchando.

 

—Llámame romántica si quieres, pero pienso que el amor lo puede todo, incluso la diferencia de edad.

 

Sasuke giró realmente interesado, mirándola.

 

—¿Aun si esa diferencia de edad fuese de diez años?

—Si hay amor verdadero, ¿por qué no? El amor lo puede todo —insistió. Sin esperar respuesta se puso de pie—. Y ahora baja a desayunar —dijo un poco más seria, queriendo sonar autoritaria sin lograrlo demasiado.

 

Asintió al mandato de su madre y fue tras ella a la cocina. El amor lo podía todo. Tal vez Mikoto tenía razón. Pero en su caso no había amor por ambas partes. Él todavía trataba de comprender si sus sentimientos eran amor verdadero, mientras que Naruto ya le había cambiado por una chica de su misma edad.

 

Molesto sacudió la cabeza. No tenía sentido preocuparse, ni siquiera pensar en Naruto. Debía dejar todo aquello de lado, y sin dudar lo lograría.

 

—Por cierto, creo que tu hermano vendrá a visitarnos esta tarde. Hoy tiene el día libre, como tú —explicó con una sonrisa.

 

Sasuke escuchó aquello con atención, y Mikoto no esperaba que su buen humor se vería truncado tan temprano.

 

—Cuando desayune iré a verle.

—¿Por qué? —Rió ligeramente—. ¿Tanto le extrañas? Ya te he dicho que él vendrá.

—Quiero que me acompañe a buscar un apartamento. Hace días he estado pensando en independizarme.

—¿Tan pronto? —preguntó entristecida.

—Mamá, tengo veintisiete años —respondió con un calmado tono obvio—. Itachi se independizó antes que yo.

 

Afligida, la mujer se llevó las manos al pecho y suspiró hondo. Sabía que tarde o temprano llegaría ese día. Todavía recordaba cuando, con veintitrés años, Itachi se independizó. Le entristeció su marcha, pero su hijo menor todavía estaba en casa y eso la consolaba, por eso pudo dejar ir a Itachi “más fácilmente”. Pero ahora con la marcha de Sasuke, Fugaku y ella se quedarían solos en casa.

 

—Pero sabes que no molestas en casa, Sasuke. Puedes quedarte cuanto quieras.

 

El menor dedicó una breve mirada comprensiva a su madre antes de responderle.

 

—Sé que no molesto —fue todo lo que dijo.

—¿Y dónde tienes pensado mudarte?

—Cerca del hospital. Kabuto, mi tutor, ha hablado bien de mí a los superiores y han decidido que si apruebo el examen final me contratarán cuando termine las prácticas.

 

La sonrisa volvió a los labios de Mikoto y corrió a abrazar a su hijo.

 

—¡Pero qué buena noticia!

 

****

 

Durante la tarde, Itachi se preparaba para salir de su apartamento rumbo a la casa de sus padres cuando la visita inesperada de su hermano lo había evitado.

 

Itachi sabía que era muy extraño ver a su hermano por allí. Sasuke no solía visitarle, muy rara vez lo hacía. Más bien esperaba a que él fuera a casa y así podrían verse.

 

Sabía que Sasuke prefería actuar como si no le extrañara.

 

Por eso, también era consciente de que si Sasuke se había dignado a ir hasta allí era por una razón importante. Su hermano le había contado que se emanciparía y le había pedido que le ayudara a buscar un apartamento cerca del hospital donde hacía las prácticas y donde probablemente en el futuro trabajaría. Como buen hermano mayor no dudó en aceptar la petición de ayuda y le prometió que el próximo día que tuviera libre de trabajo, contactaría con él para ponerse manos a la obra.

 

Después de aquello Sasuke permaneció tan callado que Itachi se preguntó si su hermano se había quedado mudo de repente. Decidió hacerle hablar.

 

—¿Y cómo va todo por casa?

—Bien. Sin novedades —respondió escueto.

—Me alegro. No he ido por casa desde que me confesaste que alguien diez años menor que tú te quita el sueño.

 

Itachi reprimió una pequeña risa al ver que su comentario había logrado reacción en su hermano. Tal vez alguien poco observador no se habría percatado. Primero Sasuke había parpadeado sorprendido, por una milésima de segundo sus hombros se habían tensado, y finalmente había clavado una ceñuda mirada en él cuando logró colocarse una máscara de seriedad.

 

—Nunca confesé nada.

—Tampoco lo negaste.

 

Sin poder contenerse, Sasuke chasqueó la lengua con disgusto al verse descubierto. Itachi tenía razón, en ningún momento negó tener sentimientos por esa persona diez años menor.

 

Estúpido Itachi sabelotodo… Con él cerca era imposible tener secretos.

 

—Tal vez siento algo, pero eso no importa ahora.

 

En su mente, Itachi se felicitó a sí mismo por haber sido capaz de hacer confesar a Sasuke algo como eso con casi nulo esfuerzo. Siempre había sabido qué botones apretar en su hermano para lograr su objetivo.

 

—¿Por qué no?

—Tiene novia —soltó sin más.

 

Itachi abrió los ojos sorprendido, pensando que la chica que a su hermano le gustaba era lesbiana. Sasuke lo tenía imposible para ser correspondido. ¿Pero entonces por qué esa chica le había dicho a Sasuke que le gustaba?, ¿acaso la muchacha era bisexual? Sí… probablemente era eso.

 

—Entiendo… —fue todo lo que atinó a decir.

—Mis sospechas eran correctas. Al final no era más que un capricho adolescente para él.

—¿Él? —reiteró, cada vez más confundido. Se preguntaba si había escuchado bien.

 

Casi al instante Sasuke cayó en la cuenta de que Itachi no sabía nada de sus sentimientos por Naruto. Itachi había pensado todo el tiempo que él estaba interesado en una chica, y no se molestó en hacerle creer lo contrario. Dudó entre morderse la lengua o golpearse la cabeza contra la pared más cercana por su metedura de pata.

 

—Pensaba que era una chica —volvió a hablar Itachi.

—Nunca dije eso —atinó a contestar.

—Pero me referí a esa persona como “ella”, y no lo negaste.

 

El apartamento de Itachi de repente resultó ser asfixiante para Sasuke, y lo único que quería era salir de allí cuanto antes. Caminó hacia la puerta, siendo seguido por Itachi que de todas maneras tenía planeado salir para ir a visitar a sus padres.

 

—¿Quién es, Sasuke? —No pudo contener por más tiempo esa pregunta.

 

Jamás había sospechado siquiera que Sasuke estaba interesado en un chico. Su tonto hermano menor a veces era una caja de sorpresas.

 

—No pienso decírtelo —respondió seco.

—¿Por qué no?, ¿acaso le conozco? —De otra forma no entendía que Sasuke se negara a decirle el nombre de ese muchacho. Si era alguien que él no conocía, ¿qué más daba saber su nombre?

 

Con incomodidad y molestia, Sasuke giró a verle un momento.

 

—Deja de preguntar, Itachi. Eres molesto.

 

Itachi supo al instante que no era momento para continuar insistiéndole a su hermano con preguntas. Y supo también que si Sasuke se había enojado, era porque la respuesta a su última pregunta era afirmativa.

 

¿Así que era alguien que él conocía? ¿Quién podría ser? Alguien diez años menor que Sasuke…

 

—Vamos de una vez, Itachi —apremió Sasuke. Sabía que el repentino mutismo de Itachi sólo podía significar una cosa: estaba pensando quién era el muchacho que había despertado sentimientos en él. Conociendo a su hermano, sólo era cuestión de tiempo que lo descubriera.

 

¡Estúpido Itachi sabelotodo…!

 

El resto del camino hasta la casa de sus padres estuvo salpicado de pequeños intentos de conversación iniciados por Sasuke. Habría deseado estar en silencio, pero manteniendo una conversación podría lograr que Itachi olvidara momentáneamente su empeño en descubrir la identidad del chico diez años menor.

 

Todo parecía ir bien, hasta que a unos metros de su hogar vio a una molestia acercarse. Jamás olvidaría la cara de esa mocosa, era la novia de Naruto.

 

Haruno Sakura, pensó con rencor, deteniéndose al notar la mirada de la muchacha puesta en él en cuanto le captó. Por la forma en que se miraban, Sasuke sabía que ambos tenían cosas que decirse. Sakura no le estaba dedicando precisamente una mirada enamorada como hizo horas atrás en el parque.

 

Ella pasó de largo a Itachi, quien no se había percatado de que su hermano se había detenido, y se detuvo frente a Sasuke que parecía esperarla. Cuando Sakura abrió la boca dispuesta a decir algo, Itachi habló.

 

—Sasuke, ¿ocurre algo? —preguntó, observando con ligera curiosidad a su hermano con aquella adolescente que jamás había visto. Quizá Sasuke la conocía del hospital.

—Itachi, espérame en casa. Enseguida te alcanzo.

 

Dudó unos segundos, pero finalmente asintió y retomó el camino. Pero no dejaba de preguntarse quién era aquella chica y qué relación tenía con Sasuke. ¿Eran conocidos?, ¿amigos?

 

—Habla —ordenó Sasuke cuando se supo a solas con ella. Sabía que lo que iba a decirle estaba relacionado con Naruto. ¿De qué otra cosa hablarían si no?

 

—Creo que ayer, en el parque, tu novia tuvo una impresión equivocada sobre mí —empezó a decir, seria pero inocente—. Seguramente ella piensa que te miraba de forma especial porque me gustaste, pero no es así, yo tengo a Naruto.

 

La mandíbula de Sasuke se tensó al escuchar la última frase. Ahí estaba, el nombre de Naruto ya había salido a colación. Pero no dijo nada de momento y permitió que ella continuara con su monólogo.

 

—Somos muy felices juntos, jamás pondría mi atención en otra persona ahora que le tengo a mi lado. Naruto es un chico muy deseado, en el instituto no deja de recibir cartas e invitaciones para salir.

 

Ahora los puños de Sasuke se cerraron con firmeza, tensándose un poco más por la molestia que le causaban esas palabras. Reconocía la sensación, eran celos. Tenía celos por una persona que no le correspondía, ¿podía ser más patético?

 

—Así que, dile a tu novia que no se preocupe —finalizó con una sonrisa.

 

Acompañando a Naruto hasta su casa el día anterior, su amigo le había relatado todo sobre Uchiha Sasuke y sus sentimientos por él. No pudo evitar sentirse molesta al pensar que Sasuke le había dado esperanzas a Naruto al decirle que no tenía novia y que se las había arrancado de un plumazo cuando su amigo descubrió que todo era mentira. Y ahora que había visto a Sasuke, se había dicho a sí misma que ayudaría a Naruto para demostrarle a Sasuke que a su amigo no le afectaba su rechazo y que había continuado con su vida.

 

Tal vez era culpa de Naruto por esperanzarse sólo con escuchar que Sasuke no tenía novia. No tener novia no le convertía en gay. Pero como amiga suya, su deber era apoyarle en lo que pudiera, y eso haría.

 

Naruto se sentiría menos humillado si hacían pensar a Sasuke que no se sentía afectado en absoluto.

 

Sin borrar su sonrisa caminó dispuesta a continuar rumbo a su hogar. Pero no esperó que al pasar junto a Sasuke, éste la tomara de la muñeca en un agarre innecesariamente firme. Sofocó una queja y le miró con molestia.

 

—Suéltame. ¿Qué crees que haces? —masculló enojada, tirando para liberar su muñeca apresada, pero fue inútil.

—Eres una ilusa. Puede que hoy Naruto esté interesado en ti, pero mañana pondrá su atención en otra persona. —Tiró de la chica para colocarla frente a él, liberándola finalmente.

 

Sakura se acarició la muñeca, mirándole confusa por aquellas palabras.

 

—¿Qué sabrás tú de Naruto? Ni siquiera le conoces.

 

Las palabras fueron directas, y aunque odiaba admitirlo, también hirientes. Sakura tenía razón, no sabía nada de Naruto. En el pasado tuvo cientos de oportunidades para conocerle, cuando Naruto le asaltaba en plena calle en busca de iniciar una conversación y él le ignoraba deliberadamente.

 

—Le conozco lo suficiente —aseguró con firmeza, aunque en el fondo sabía que no era cierto—. Naruto sólo es un mocoso que no sabe lo que quiere.

—¡Naruto no es un mocoso! —replicó, tan ofendida como si la hubieran insultado a ella—. Cuando pone sus sentimientos en una persona, son sentimientos firmes.

 

Sasuke tuvo que morderse la lengua para no escupirle en la cara que hace unas escasas semanas Naruto le había dicho que él le gustaba y que le besó dos veces. ¿Sentimientos firmes? Al parecer Sakura era tan ingenua e inmadura como el propio Naruto.

 

Suspiró hondo. Tenía que serenarse, no servía de nada dejarse arrastrar por los celos y el enojo. Era un adulto, debía saber controlarse en cualquier situación.

 

—Como digas —concedió con un forzado tono neutro—. Disfruta de los “sentimientos firmes” de Naruto —ironizó marchándose, dando la discusión por finalizada.

 

Parpadeando totalmente sorprendida, Sakura miró a Sasuke alejarse, preguntándose si había sido su imaginación o si Sasuke se había mostrado celoso un momento.

 

Al entrar en casa, Sasuke contuvo las ganas de estrellar la puerta en un intento de liberar el enojo que sentía. Sabía que eso llamaría la atención y acarrearía preguntas indeseadas. Pero por más que lo intentó no pudo disimular su expresión de disgusto.

 

—¿Todo bien, hermano? —preguntó Itachi con discreción cuando entró en la cocina, donde Mikoto preparaba la cena mientras tarareaba una canción.

 

Sasuke asintió con una agria expresión. Pero en el fondo sabía que nada estaba bien. Sólo quería regresar sobre sus pasos y ordenarle a esa molestia de pelo rosado que se alejara de Naruto. Y después ir a casa de Naruto y reclamarle a ese dobe el fijarse en alguien más cuando recientemente le confesó sus sentimientos a él.

 

El suave agarre de Itachi en su brazo le incitó a caminar fuera de la cocina, dirigiéndose a su habitación. Sasuke sabía que su hermano pretendía sacarle información, y eso le irritó más.

 

—No voy a decirte nada, Itachi. Olvídalo, no estoy de humor.

 

Itachi decidió que no era buen momento para saber qué le pasaba a su hermano, aun así le guió a su habitación y trató de eliminar esa expresión de molestia en su cara, cosa que parecía ser imposible.

 

¿Qué había ocurrido entre Sasuke y esa muchacha de cabellos rosas?

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola! :D

 

El dato del capítulo de hoy es que si el databook de Naruto no está mal traducido… sí, Fugaku es cinco años mayor que Mikoto :3 Es información real.

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).