Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 9: “Tarde o temprano”:

 

 

Itachi pudo contener una ligera risita justo a tiempo y enseriar su expresión antes de que Sasuke le mirara.

 

—No puedo creer que Naruto-kun hiciera algo como eso, besarte delante de Karin.

—Créelo —insistió Sasuke—. Además, dijo que sabía perfectamente que entre Karin y yo no hay nada. ¿Cómo demonios se enteró? Alguien debió decírselo, y con ello tiró abajo mi fachada de una relación con Karin.

 

Esta vez Itachi no pudo contener una pequeña sonrisa y clavó la mirada en Sasuke. Su hermano se había delatado frente a él, en el calor del momento acababa de confesar algo como eso.

 

Ciertamente, el usual carácter templado de Sasuke había desaparecido en ese momento. Su hermano se había presentado en su apartamento, cosa muy poco habitual, y sin siquiera saludarle había empezado a relatarle las constantes visitas de Naruto antes de Navidad; y después, el encuentro con el par de Uzumaki horas atrás mientras tomaba asiento en un cómodo sillón de piel.

 

—¿Así que le estabas haciendo creer a Naruto-kun que mantenías una relación con Karin? —Al hacerle ver a su hermano su metedura de pata, éste enmudeció y apartó la mirada—. ¿Por qué? —A pesar de percibir que estaba siendo ignorado adrede, insistió—. Sasuke…

—Naruto no sabe lo que quiere —fue todo lo que respondió.

—¿Así que lo hiciste para que te dejara en paz?, ¿es eso?

—Itachi. —Suspiró—. Naruto es un niño —habló en tono obvio, como si con aquella escueta frase todo estuviera aclarado.

 

Itachi caminó unos pasos y tomó asiento en otro sillón situado a unos pasos frente a su hermano, dedicándole una analítica mirada que no le gustó para nada al menor.

 

—¿Estás seguro de que Naruto-kun es un niño?

 

Al instante Sasuke entrecerró la mirada al percibir que su hermano estaba tratando de decirle algo.

 

—¿Qué insinúas, Itachi?

—Naruto-kun te habla sinceramente sobre sus intenciones y sentimientos, mientras que tú te escondes en una falsa relación cuando es evidente que sientes lo mismo. —Al ver que su hermano iba a replicar, alzó una mano indicándole silencio. No había terminado de hablar—. Así que, ¿quién es el niño aquí?, ¿Naruto-kun, o tú?

 

Sasuke le miró ofendido con aquella, desde su punto de vista, estúpida pregunta. ¿Estaba insinuando que un mocoso de diecisiete años era más maduro que él?

 

—Es evidente quién es el niño, Itachi. Te creía más brillante.

 

Deseó no haber dicho eso cuando vio a su hermano mayor ponerse de pie y comenzar a pasear con elegancia por la sala de forma pausada, como si estuviera en mitad de un juicio. Itachi había entrado en modo abogado, lo sabía.

 

—La madurez no va ligada a la edad, Sasuke —explicó, conociendo los pensamientos de su hermano en ese momento—. Eres brillante en los estudios, y te considero un hombre maduro, pero no en lo referente al amor. ¿Qué es lo que temes, Sasuke?

—No temo nada. Y deja ese jueguecito de abogado —ordenó, pero fue ignorado.

—Sé que diez años es una diferencia de edad importante, pero si a Naruto-kun no le importa, ¿por qué a ti sí?

 

Sasuke masculló una maldición contra su hermano cuando éste desapareció de su campo de visión. Segundos después escuchó el característico clic de la cerradura. Giró interiormente alarmado, descubriendo que Itachi había cerrado con llave. Aquello iba en serio, Itachi no pensaba dejarle ir hasta hacerle confesar lo que quería saber.

 

Maldijo la hora en la que se le ocurrió ir allí a relatarle lo ocurrido con esos Uzumaki chiflados y obsesionados con él.

 

—¿Acaso soy inmaduro por dudar de los sentimientos de un mocoso? Tengo dignidad, no pienso ser el juguete de nadie, mucho menos el de un niño.

—Eres inmaduro por no enfrentar la situación directamente y escudarte tras mentiras para salir airoso de la situación —aclaró—. Estás tan obsesionado con la diferencia de edad, que ni le has prestado importancia al hecho de que ambos sois hombres.

 

Sasuke parpadeó sorprendido, reparando por primera vez en ese detalle importante. El rubio idiota le gustaba, era por eso que no le había importado que ambos fueran del mismo sexo. Pero la diferencia de edad era un obstáculo imposible de salvar.

 

—Será mejor que dejemos esta conversación para otro momento…

—Y ahora huyes —señaló Itachi.

 

El menor se detuvo en seco, molesto consigo mismo cuando la voz de Naruto llamándole cobarde retumbó en su cabeza. Fulminó a Itachi con la mirada. ¡Joder, no era un cobarde!

 

—¿Me estás llamando cobarde?

 

Itachi metió las manos en los bolsillos del pantalón y se encogió de hombros.

 

—Si hablaras con Naruto-kun y aclararas las cosas…

—¡No hay nada que aclarar! —Bufó irritado, pasándose una mano entre los cabellos para apartarlos de su rostro. Respiró hondo, tratando de serenarse—. Está bien, lo acepto, ese idiota me gusta.

—Ese es un buen comienzo.

—Pero la diferencia de edad entre nosotros me molesta, mucho. —confesó. Cuanto antes le dijera a Itachi lo que quería oír, antes le dejaría abandonar ese asfixiante lugar—. Supuestamente le gusto a Naruto. ¿Pero qué pasará después? Luego se fijará en otra persona. No puedo confiar en que los sentimientos de un mocoso sean firmes, yo a esa edad ni siquiera sabía lo que quería.

 

Ambos hermanos suspiraron. Sasuke al sentir que se había quitado un peso de encima, mientras que Itachi porque al fin descubría el por qué de la reticencia de su hermano.

 

Todo se resumía en que Sasuke temía entregarse en una relación con Naruto y terminar lastimado si en un futuro éste decidía dejarle por otra persona que nuevamente captara su atención.

 

Pero si Sasuke poseía un temor como ese, significaba que lo que sentía por Naruto-kun era algo más que un simple gustar. ¿Sería Sasuke consciente de ello?

 

—Eso no lo descubrirás si no lo intentas. Habla con él. Dale una oportunidad —le animó.

—No lo haré, Itachi, y no hay más que hablar —sentenció hastiado. Dedicó una seria mirada a su hermano—. Además, no comprendo por qué estás apoyando a Naruto en vez de estar a mi favor. Siempre dices que quieres lo mejor para mí.

—Quiero lo mejor para ti —reiteró con decisión—. No lo dudes. —Un bufido irónico de Sasuke fue la respuesta que recibió. Su hermano no le creía del todo—. Naruto-kun es un buen chico, no creo que seas una simple diversión pasajera para él. De ser así, yo mismo le obligaría a permanecer a kilómetros de ti.

 

Sasuke alzó las comisuras de los labios en una suave sonrisa divertida al percibir la actitud protectora de su hermano.

 

—Sé cuidarme solo. Gracias —respondió con una sutil ironía. Ya no era un niño que necesitaba de la protección de su hermano mayor. Finalmente se puso de pie—. Y ahora abre la puerta, me marcho —instruyó.

 

Itachi asintió y mientras se dirigía a la puerta, volvió a tomar la palabra.

 

—Sólo respóndeme algo más. —Por estar dándole la espalda a Sasuke, no pudo ver a éste rodando los ojos con hastío—. ¿Qué vas a hacer con respecto a Naruto-kun? —Una vez que quitó el seguro a la puerta, encaró al menor—. Acabas de decir que él te gusta. ¿Vas a ignorar tus sentimientos para siempre?

—Es lo más inteligente —respondió asintiendo con la cabeza.

 

Se encaminó con cierta prisa a la puerta para evitar que Itachi pudiera decirle algo más, pero no abandonó a tiempo el apartamento.

 

—¿Entonces no te importará el día que Naruto-kun se canse de tus rechazos y decida poner sus sentimientos en otra persona? Tarde o temprano eso es lo que ocurrirá.

—Sé que tarde o temprano se interesará en otra persona —concordó—. Es justo por eso que no pienso darle ni una mísera oportunidad a ese idiota —sentenció marchándose.

 

Itachi liberó un profundo suspiro, dejando escapar cierta frustración en él. Sasuke era terco. Y aunque fuera su hermano menor, sí, admitía que era un cobarde. Temía profundamente enfrentar a Naruto-kun para no caer ante el chico, era su forma de protegerse. Pero con ese comportamiento Sasuke sólo se estaba haciendo daño, y de paso también se lo hacía a Naruto.

 

Si continuaba rechazando a Naruto-kun y mintiéndole, ciertamente llegaría el día en que el rubio se cansaría de intentarlo y pondría su atención en otra persona. Era perfectamente entendible si eso ocurría.

 

Sólo esperaba que Sasuke reaccionara y reuniera el coraje necesario antes de que fuera demasiado tarde.

 

****

 

Al día siguiente, por la tarde, Naruto había ido junto a sus amigos a visitar a Lee al hospital. Kiba se burlaba de lo patosos que eran sus amigos: Naruto cayó por la ventana de un segundo piso tiempo atrás y Lee ahora caía por unas empinadas escaleras.

 

Lee no tardó en replicar avergonzado, explicando que trataba de hacer una acrobacia y subir con la bicicleta en la baranda de las escaleras, logrando sacar carcajadas de algunos de sus amigos.

 

Sin embargo, Sakura percibió que Naruto no estaba replicando que él no era torpe, sino que se mantenía en total mutismo, mirando a través de la ventana de la habitación. Aquello era muy extraño. Con disimulo se acercó, logrando ver el perfil preocupado de su rubio amigo.

 

—Naruto —le llamó en un susurro confidente—. ¿Todo bien? Hoy has estado muy callado. —Días atrás había estado muy animado al saber que contaba con el apoyo de Itachi, y verle tan serio ahora parecía no ser buena señal—. ¿Se trata de tu Sasuke nii-chan de nuevo? —afirmó. En silencio, el chico apartó el rostro, preocupándola más—. Naruto… —insistió inquieta.

 

Con movimientos discretos tomó a su amigo del brazo y le guió fuera de la habitación. Una vez lejos de los demás, el rubio apoyó la espalda en la pared del pasillo.

 

—Creo que Itachi me mintió cuando me dijo que entre Sasuke y mi prima Karin no hay nada —habló con pesar.

—¿Qué? —respondió sorprendida—. ¿Por qué Itachi haría algo como eso? —No conocía al hombre lo suficiente como para afirmar o negar que éste sería capaz de hacer algo tan cruel, por lo que no podía replicar a las palabras de Naruto y tratar de consolarle.

—No sé… ¡no sé por qué lo hizo’ttebayo! —respondió, interiormente disgustado con Itachi. Empuñó las manos con frustración contenida—. Pero ayer fui a ver a Sasuke, y Karin estaba en su apartamento. Ella me dijo que estaban teniendo una cita.

 

Sakura ahogó una exclamación de sorpresa. Debió de ser un golpe duro para su amigo encontrar una situación como esa.

 

—¿Y qué pasó?, ¿qué hiciste?

 

Posó una mano en el hombro del rubio y lo acarició, tratando de confortarle. Lamentablemente, al final ella sí iba a tener que estar ahí para recomponer los pedazos rotos de Naruto.

 

—Yo… traté de aferrarme a las palabras de Itachi y creer que entre ellos no hay nada. Besé a Sasuke frente a Karin…

—¿¡Qué!? —interrumpió estupefacta.

—¡A-actué en un impulso! Por celos dattebayo… —finalizó hablando más bajo.

 

En su momento le pareció que hizo bien al besar a Sasuke, no se arrepentía de haberle declarado la guerra a su prima. Pero después de meditarlo con calma durante la noche las dudas empezaron a carcomerle. En primer lugar y según las palabras de Itachi, si entre Sasuke y Karin no había nada y jamás hubo nada más que unos besos, ¿por qué ella estaba en el apartamento de Sasuke? Nadie sabía que él iba a ir allí en ese momento, por lo que Sasuke no tenía necesidad de fingir nada, ellos realmente estaban teniendo una cita. ¿Qué estaban haciendo cuando él llegó?, ¿interrumpió algo?

 

Había declarado la guerra a Karin, una guerra que estaba perdida antes siquiera de empezarla.

 

¿Y si Itachi se equivocó cuando le aseguró que entre Sasuke y Karin no había nada?, ¿y si le mintió deliberadamente para humillarle?, ¿era mentira que él le gustaba a Sasuke? ¡No entendía nada! Sólo sabía que se sentía profundamente enojado con Itachi, con Karin, con Sasuke… ¡quería patearles a los tres!

 

—Naruto. —El llamado preocupado de su amiga le volvió a la realidad—. ¿No crees que… todo este asunto con Sasuke ha llegado demasiado lejos? Deberías olvidarle —aconsejó cautelosa—. Dijiste que Itachi te aseguró que le gustas a Sasuke, pero… ¿no crees que si eso fuese cierto, Sasuke pondría un poco más de su parte cuando tú te acercas?, ¿no crees que quizá Itachi malinterpretó las cosas?, o tal vez te mintió quién sabe por qué.

—Eso es porque Sasuke cree que yo le veo como un pasatiempo, por eso no…

—Aun así —interrumpió un poco severa—. Ese necio ni siquiera te deja respirar el mismo aire que él. Me estoy cansando de verte feliz un día y al otro totalmente hundido. Si ese tonto de Sasuke no quiere nada contigo, él se lo pierde.

 

Una tercera voz, totalmente inesperada para ambos, se unió a la conversación empleando un tono despectivo.

 

—Por fin alguien dice algo sensato. Sasuke no quiere nada contigo. Entiéndelo.

 

Sakura y Naruto miraron llenos de sorpresa a Karin, quien vestía el uniforme de enfermera y llevaba una carpeta entre sus manos. Estaban tan sumidos en su conversación que no repararon en la presencia de la chica.

 

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas —comentó Sakura con el mismo tono ácido.

—Simplemente pasaba por aquí, fue imposible no escuchar vuestros lamentos. —Sonrió ligeramente con falsa inocencia, mirando a su primo—. ¿No me digas que estás aquí porque quieres ver a Sasuke? Deja de arrastrarte tras él, te ves patético así.

—¡Claro que no! —replicó más alto de lo que deseó, rabioso—. Hemos venido a visitar a un amigo.

 

Con su mano libre, Karin se acomodó las gafas y removió algunos rojos mechones para colocarlos tras la oreja. No pudo evitar que su sonrisa se ensanchara por lo que estaba a punto de decir.

 

—Debiste haber visto lo que Sasuke hizo después de irte. Corrió al baño a lavarse los dientes —explicó soltando una sonora carcajada—, aseguraba que ese beso fue repulsivo. —En su interior sonrió satisfecha al notar el gesto compungido de Naruto, aunque su primo trataba de evitarlo le resultaba imposible—. Aunque no lo creas te aprecio, Naruto, es por eso que te daré un consejo: olvídate de Sasuke. Estamos saliendo. De hecho llegaste en un momento muy inoportuno, interrumpiste nuestro momento a solas, justo cuando Sasuke estaba más fogoso…

—Ni Naruto ni yo estamos interesados en conocer los detalles —intervino Sakura al notar el mutismo de su amigo—. Ahórratelos —ordenó.

—Cierto. Olvidaba que estoy hablando con unos niños —se mofó—. Este no es un tema de conversación adecuado.

 

Sakura miró preocupada a su amigo. Naruto no tenía buena cara, las palabras de Karin parecían haberle dolido más que un puñetazo en el estómago. Después fulminó con la mirada a la pelirroja, quien sonreía victoriosa sin poder ni querer disimularlo.

 

—Volvamos con Lee —pidió Sakura a Naruto, pero antes de poder moverse un ápice Karin intervino de nuevo.

—Naruto, será mejor que abandones tu jueguecito de conquistar a Sasuke, o me veré obligada a contarle a tus padres lo que estás haciendo. Seguro que no les agradará saber que te estás entrometiendo en una relación.

 

Los ojos azules se entrecerraron con molestia. ¡Cómo la detestaba…! Lo triste del asunto es que aunque odiara admitirlo Karin tenía razón, se estaba entrometiendo en una relación. Pero había algo en lo que se equivocaba.

 

—Sasuke no es un juego de conquista. Él me gusta de verdad’ttebayo.

—Naruto, déjalo —ordenó Sakura. El espíritu combativo de su amigo se empeñaba en presentar batalla en una guerra perdida—. Vamos con Lee —insistió, queriendo zanjar aquella situación.

—Pero como has podido notar él no está interesado en ti —contestó Karin, ignorando la presencia de Sakura—. Sé un chico listo y deja de perder tu tiempo y dignidad. No tienes oportunidad.

 

Naruto abrió la boca al instante queriendo replicarle algo, pero no sabía qué. De nuevo le invadió aquella conocida sensación de tiempo atrás: se sentía patético. Pero esta vez era diferente. En el pasado fue gracias a Sasuke. Ahora se sentía así gracias a la mentira de Itachi, los rechazos de Sasuke y las palabras hirientes pero terriblemente ciertas de Karin.

 

Y cuando pensaba que la situación no podía empeorar, el tiempo pareció detenerse cuando vio a Karin mirar hacia la derecha y sonreír como una boba. Al seguir su mirada descubrió que Sasuke caminaba hacia ellos.

 

—Sasuke —le llamó Karin con emoción cuando estaba a unos pasos de distancia, logrando que el otro reparara en sus presencias.

 

El pelinegro se detuvo en seco al ver a Naruto con esa chica molesta de cabellos rosas. Temió que con lo impulsivo que era ese condenado rubio, se acercara en ese momento y le abrazara o le plantara un beso sin importarle que el pasillo estuviera lleno de pacientes y personal médico.

 

Pero no ocurrió nada de eso para su confusión y alivio. Aunque no pasó inadvertido para él que los ojos azules no le observaban con el brillo peculiar de siempre. Naruto le dedicó una extraña mirada, no sabía descifrarla con exactitud. ¿Enojo?, ¿tristeza?, ¿decepción?... Y la tal Sakura no se quedaba atrás, ella parecía querer matarle allí mismo sólo con poner sus ojos verdes sobre él.

 

¿Qué demonios estaba pasando ahí?

 

Abrió la boca para decir algo cuando vio a Naruto darle la espalda y entrar en la habitación junto a él. Su instinto le advertía de que algo estaba pasando ahí y no pudo evitar preocuparse. ¿Le había ocurrido algo malo a Naruto?, ¿estaba en el hospital porque se había herido de nuevo? Aunque a simple vista le veía en perfecto estado físico. Quizá alguno de los padres de Naruto estaba hospitalizado y por eso tenía aquella expresión y había entrado en una habitación de pacientes.

 

Después Sakura intensificó su mala mirada, si es que se podía, dedicándosela tanto a él como a Karin. ¿Quién se creía que era esa mocosa para mirarle así?

 

—Puedes estar tranquilo, Naruto no volverá a darte otro de sus “repulsivos besos”. Se mantendrá lejos de ti para siempre —aseguró con acidez, entrando en la habitación.

—¿Qué? —no pudo evitar preguntarlo a pesar de que Sakura ya no estaba allí.

 

¿A qué había venido eso? ¿Repulsivos besos?, ¿de qué estaba hablando?, ¿y qué sabía ella sobre los besos que le daba Naruto? Inmediatamente su ceño se frunció y clavó la mirada sobre la única sospechosa posible: Karin.

 

—¿Qué ha pasado? —exigió saber. Escuchar que Naruto se iba a mantener lejos para siempre le había dejado una sensación desagradable de vacío que trataba de ignorar. ¿Sería cierto lo que Sakura había dicho?—. ¿A qué besos repulsivos se refiere?

—Yo tampoco entiendo gran cosa, Sasuke —aseguró la pelirroja con estudiado tono inocente—. Pasaba por aquí y escuché a esos dos hablando sobre ti. Al parecer mi primo se cansó de jugar contigo y buscará a alguien más.

 

Sasuke negó con la cabeza, aquello no tenía sentido. Ahí había pasado algo más.

 

—Sakura, esa chica. —Señaló la puerta por la que entró—, es novia de Naruto... creo. ¿Por qué buscaría él alguien más? —¿Realmente Karin había escuchado a Naruto decir algo como eso?

—Ah… no sé —balbuceó—. Ya sabes cómo son estos jóvenes de ahora, no saben lo que quieren. —Rió restándole importancia y sin más continuó su camino.

 

Cuando estuvo un poco alejada de Sasuke no pudo evitar reír bajito. Había sido tan divertido devolverle a Naruto un poco de la humillación que éste le hizo pasar ayer… Su primo le había declarado la guerra y ella la había ganado con una facilidad abrumadora. Ahora Sasuke sería suyo. De cualquier forma Naruto nunca tuvo oportunidad, su adorado Sasuke no era gay. Pero se había quitado un estorbo del camino.

 

El día anterior se había aparecido por sorpresa en el apartamento de Sasuke con la excusa de pedirle un libro sobre anatomía humana. Cuando el otro le permitió la entrada en su hogar no dudó en iniciar un coqueteo con él, coqueteo que Sasuke ignoraba no sabía si deliberadamente. Cuando se atrevió a acercarse lo suficiente como para tratar de robarle un anhelado beso, alguien llegó a interrumpir, nada más y nada menos que su “estimado” primo Naruto.

 

Cuando éste se marchó, Sasuke la dejó fuera del apartamento por más que insistió en llamarle y golpear la puerta. Y aunque aquello la molestó, no la haría rendirse con Sasuke.

 

Antes de doblar la esquina giró por un instante, viendo a Sasuke todavía parado frente la puerta por la que entraron Naruto y Sakura. Volvió a reír, estando segura de que ya no tenía que preocuparse más por tener a Naruto rondando a Sasuke.

 

—Hola, Sasuke-kun.

 

El saludo de uno de tantos médicos volvió a la realidad al mencionado. Le conocía por haberle visto varias veces en la sala de descanso. Balbuceó una respuesta, viendo con interés que el hombre iba a ingresar justamente en esa habitación. Cuando la puerta se abrió analizó el interior lo más rápido que pudo. Logró divisar, postrado en la cama, a ese mocoso poco agraciado físicamente y que se atrevió a besar a Naruto. El dobe dijo su nombre una vez… ¿Lee? Vio a varios adolescentes más, y entre ellos descubrió a Naruto y a Sakura frente la puerta, dándole la espalda a ésta. La chica rodeaba con un brazo los hombros del rubio en un abrazo confortable mientras parecía hablarle casi al oído.

 

Los celos le invadieron a la par que el desasosiego. Algo le pasaba a Naruto, ¿pero qué?

 

Entonces la puerta se cerró. Una cosa era rechazar a Naruto sentimentalmente, y otra muy diferente preocuparse por el estado del chico. Después de todo ese usuratonkachi le provocaba sentimientos que nadie más lograba despertar, era inevitable preocuparse.

 

¿Sakura era sincera cuando dijo que Naruto se mantendría alejado para siempre? Pero eso era bueno para él, ¿cierto? Debía sentirse contento y aliviado, ya no tendría que lidiar más con un mocoso de sentimientos inseguros que no sabe lo que quiere. Ya no tendría que preocuparle más el hecho de que Naruto pudiera aparecer por su apartamento en cualquier momento y robarle un beso.

 

Por supuesto, estaba muy contento por ello, por fin había obtenido lo que tanto deseaba, y más pronto de lo esperado.

 

Pero la incertidumbre retorciendo su estómago y los latidos dolorosos de su corazón no le dejaban prestar atención a esa supuesta felicidad.

 

Dos semanas después y sin rastro alguno de Naruto, aquella imaginaria felicidad se había evaporado por completo, dejando un vacío en su interior. Pero seguía forzándose a sí mismo a sentirse contento porque había obtenido lo que quería. Además, Naruto había estado dos semanas sin buscarle, ¿y qué? Ese tonto había permanecido anteriormente días sin buscarle y finalmente terminaba volviendo a él, tarde o temprano.

 

¿Entonces por qué ahora se sentía tan intranquilo?

 

Todo era culpa de las palabras de Sakura:

 

Se mantendrá lejos de ti para siempre

 

En el transcurso de la quincena, Sasuke había realizado el examen de especialidad básica con muy buenos resultados. Pero ni siquiera eso logró animarle un poco. En su interior una parte de él ansiaba contarle su logro a Naruto, esperando que éste le felicitara con un abrazo y un impulsivo beso.

 

Durante sus momentos libres de descanso, algunos días había rondado la puerta de la habitación de Lee con la esperanza de poder toparse a Naruto “accidentalmente”, pero justo cuando deseaba encontrárselo la suerte no estaba de su parte. Ya no tendría más oportunidades porque supo que Lee había sido dado de alta días atrás.

 

Adiós a las oportunidades de ver a Naruto.

 

A pesar de todo seguía forzándose a sentir alegría en su interior, pero cuanto más trataba de enfocarse en esa alegría, más percibía el frío vacío en su interior.

 

****

 

—Naruto-kun, qué casualidad.

 

El mencionado se detuvo en seco al escuchar la inconfundible voz de Itachi tras él. Giró reuniendo un ánimo que no sentía, viendo al mayor lucir como de costumbre un impecable traje y portando un maletín en una mano.

 

De haber adivinado que se toparía con Itachi en el camino del instituto a casa, habría dado un gran rodeo para no verle.

 

—Estaba reunido con un cliente que vive por esta zona —explicó cuando le alcanzó—. ¿Vas a casa?

—Sí —respondió con un escueto tono obvio al que Itachi no le dio importancia.

—Hace días que no nos vemos. Quería hablar contigo sobre Sasuke. ¿Has intentado un acercamiento? Tampoco he podido ver a mi hermano en este tiempo.

 

Naruto se mordió la lengua para no soltarle una larga lista de insultos. Odió la amabilidad de Itachi, imaginando que tras esa máscara de chico educado, en su interior el mayor se estaba mofando de él.

 

—No. Y ahora tengo que irme, tengo prisa dattebayo.

 

Esta vez Itachi no pudo pasar por alto la actitud esquiva y fría del chico.

 

—¿Has tenido un mal día? —preguntó tratando de caminar a su lado, pero el rubio aceleró el paso para impedirlo—. ¿Naruto-kun? —preguntó confuso.

—Itachi, déjame en paz. No quiero saber nada de ti y mucho menos de Sasuke.

 

Aquellas palabras le hicieron detenerse, totalmente sorprendido. No concebía que Naruto-kun pudiera haberle dicho algo como eso. El chico siempre había sido amable con él, y además suspiraba por Sasuke.

 

—¿Por qué…? —No pudo terminar la pregunta cuando el rubio se marchó corriendo—. ¡Naruto-kun! —le llamó, pero fue ignorado.

 

Ni en uno de sus complicados juicios Itachi se había sentido tan estupefacto como en ese momento. ¿Qué había pasado ahí? Naruto jamás había sido así de grosero con él.

 

Algo había ocurrido. Intuía que podría ser culpa de Sasuke. Quizá su tonto hermano menor había rechazado una vez más al rubio. Pero eso explicaría que Naruto no quisiera saber nada de Sasuke, ¿pero por qué también estaba enojado con él? No había hecho nada malo, todo lo contrario, tiempo atrás se ofreció a ayudarle con Sasuke y el rubio había parecido muy agradecido por ello.

 

Raudo se encaminó a su apartamento mientras tecleaba un mensaje de texto para su hermano. Media hora después, cuando Sasuke pudo ir a la sala de descanso a tomar un café, revisó su móvil, leyendo el mensaje:

 

¿Has discutido con Naruto-kun?

 

Confuso arqueó una ceja. ¿A qué venía un mensaje como ese tan de repente? Se encogió de hombros y tecleó una respuesta rápida:

 

No le he visto desde hace dos semanas.

 

Esperó recibir una respuesta de Itachi, pero no fue así, y un poco preocupado regresó a su trabajo cuando el tiempo de descanso finalizó. ¿Ocurría algo con Naruto? Estaba tentado a tomar el teléfono y llamar a Itachi para saber por qué le había preguntado aquello sobre Naruto.

 

Pero finalmente, no lo hizo.

 

****

 

En cuanto Naruto puso un pie en su casa y avisó a sus padres de su llegada, recibió el llamado de Minato. Sin desprenderse de la mochila fue en busca de su progenitor, quien sostenía el teléfono en su mano.

 

—Itachi está al teléfono, quiere hablar contigo. Es la tercera vez que llama.

 

Naruto se obligó a no dejar ver la molestia que le invadió con la simple mención de ese nombre, no quería preocupar a su padre. Armándose de valor tomó el teléfono y prudente esperó a que Minato se marchara.

 

—¿Qué quieres? —cuestionó directo.

—Naruto-kun, me has dejado preocupado. ¿Estás bien?

—Perfectamente dattebayo. Sólo quiero que me dejes en paz.

 

Sin dar tiempo al mayor de decir algo más, colgó. Subía las escaleras rumbo a su habitación cuando el teléfono volvió a sonar. Inseguro regresó sobre sus pasos, no podría ser Itachi de nuevo, acababa de decirle que le dejara en paz.

 

Apenas descolgó cuando volvió a escuchar la voz de Itachi.

 

—Permíteme si dudo que estés perfectamente, Naruto-kun. —El tono de Itachi ya no era amable, sino un poco serio. Al parecer le estaban molestando las evasivas, pero eso a Naruto le traía sin cuidado—. ¿Sasuke te ha hecho algo? Habla conmigo, Naruto-kun, quiero ayudarte.

 

Naruto suspiró hondo, con hastío. Le irritaba el teatro de amabilidad de Itachi.

 

—No quiero tu ayuda, no la necesito. Sasuke no me interesa’ttebayo.

 

Colgó nuevamente, en esta ocasión con enojo contenido. El pobre teléfono no tenía la culpa. No iba a darle a Itachi más material para que se burlara de él, no iba a consentir que Sasuke volviera a rechazarle, ni que Karin le humillara de nuevo. Estaba cansado de esos tres.

 

El teléfono sonó nuevamente, y Naruto no tardó ni dos segundos en contestar.

 

—¿Qué parte de que no quiero saber nada de Sasuke ni de ti no entiendes? —preguntó irritado.

—No voy a tener en cuenta tus palabras porque sé que tú no eres así —respondió Itachi—. Está bien, si no quieres hablar lo respetaré. Pero cuando quieras hacerlo búscame y te ayudaré.

—¡Por supuesto! Cuenta con ello’ttebayo —respondió con un tono entre enojado y sarcástico, colgando con violencia.

 

El pobre teléfono no tenía la culpa, ¡pero necesitaba desahogarse con algo! ¡Estúpido Itachi…! ¡Estúpido Sasuke…! Renegando se encaminó a su habitación y soltó la mochila sobre el escritorio. Percibió un conocido y arrugado papel justo al lado, era el horario de Sasuke que Itachi le proporcionó. En un arranque de enojo tomó el papel y lo rompió en pedazos. Ya no lo iba a necesitar.

 

A pesar de la rabia que sentía, en el fondo no se arrepentía de haber intentado acercarse a Sasuke una vez más. Había sido el mayor fracaso de su vida, pero ¿y qué? Al menos no podría reprocharse a sí mismo el no haberlo intentado. No había sido un cobarde.

 

De paso toda esa situación le servía como impulso para ayudarle a deshacerse de lo que sentía por Sasuke. Con el tiempo encontraría un chico que sí supiera valorarle, estaba convencido de ello.

 

****

 

Sasuke abandonó el hospital con cierta prisa, vistiendo todavía la bata blanca. Estaba en horario de trabajo, pero estando en la sala de descanso recibió un mensaje de Itachi que le indicaba que le esperaba afuera y que era urgente.

 

—¿Qué pasa, Itachi? —Esperaba que fuera algo verdaderamente urgente como para justificar que abandonara el hospital en horario de trabajo.

—Eso me pregunto yo, ¿qué pasa? No sólo tengo que enfrentarme al rechazo de Naruto-kun, también al de mi propio hermano. Desde hace días no respondes a mis llamadas.

 

Sasuke metió las manos en los bolsillos de la bata, tratando de darse un poco de calor. Afuera estaba muy fresco en comparación con la cálida temperatura dentro del hospital.

 

—He estado ocupado —respondió esquivo. No había querido responder a las llamadas de Itachi por si a éste se le antojaba someterle a otro interrogatorio. Pero había algo que había captado su interés en las palabras de su hermano—. ¿Naruto te rechaza?, ¿por qué?

—¿Seguro que tú no tienes nada que ver en eso? —Le dedicó una mirada de sospecha—. Naruto-kun clamaba por tu amor, y ahora no quiere saber nada de ti ni de mí. Entiendo que no quiera saber de ti después de tus constantes rechazos, ¿pero de mí por qué?

 

El menor sacudió la cabeza al recibir demasiada información de golpe, alzando una mano para indicarle a su hermano un poco de silencio y asimilar todo lo que le decía.

 

—Como te dije el otro día en el mensaje, hace semanas que no le he visto. Además —Apartó la mirada, observando a la gente ir y venir. ¿Que Naruto clamaba por su amor? Itachi no sabía lo que decía—, no es tan raro que ese dobe no quiera saber nada de nosotros. Ya te advertí sobre él. No sabe lo que quiere.

 

Un firme agarre en los hombros le obligó a enfocar la mirada en Itachi, quien parecía realmente preocupado por el tema. Su hermano le estaba dando demasiada importancia, Naruto siempre había sido así, cuando se cansaba se alejaba y después regresaba para seguir incordiando.

 

—Hablé con Naruto-kun hace un tiempo. Me contó sobre sus sentimientos por ti.

—¿Que hiciste qué?

—Él es sincero, Sasuke. Estás tirando a la basura una valiosa oportunidad que quizá no vuelva a repetirse.

—Itachi —le llamó un poco severo, moviéndose para liberarse del agarre—. Esa tal Sakura es la novia de Naruto. O lo era, no lo sé, porque ese tonto cambia de…

—Naruto-kun me confesó que jamás tuvo una relación con esa chica —interrumpió—. Es una mentira que te contó para dejar de sentirse humillado por tu rechazo.

 

Aquella noticia causó impacto en Sasuke, quien parpadeó sorprendido sin saber qué decir. ¿En qué momento habló Itachi con Naruto?, ¿de qué hablaron?, ¿por qué su hermano no le había contado nada? Por otro lado, estaba lo que le dijo Karin sobre que había escuchado a Sakura y a Naruto hablando acerca de que el rubio se había cansado de jugar con él y buscaría a alguien más.

 

—Eso fue algo muy estúpido —atinó a decir.

—No es el único que ha hecho cosas estúpidas. ¿Te recuerdo la falsa relación con Karin tras la que corres a esconderte cada vez que ves a Naruto-kun?

 

El entrecejo de Sasuke se arrugó con molestia, ofendido.

 

—¿Me estás llamando cobarde?

—¡Sí! —casi exclamó, por primera vez un poco exasperado por la actitud de su hermano—. No paras de complicar la situación con tus mentiras. Sé un hombre y enfrenta a Naruto-kun. Recházale, acéptale, pero haz lo que sea de una vez.

 

La molestia de Sasuke desapareció paulatinamente al percibir que Itachi le estaba riñendo como nunca antes había hecho. Ni siquiera cuando era un niño y había hecho alguna travesura su hermano mayor le había reprendido de esa forma.

 

—Yo no…

—No es tan difícil, Sasuke. Si no quieres saber nada de él díselo a la cara y tu problema habrá acabado. En cambio, si lo quieres a tu lado me temo que tu último rechazo fue la gota que colmó el vaso. Te advertí que Naruto-kun tarde o temprano se cansaría. —Liberó un suspiro tratando de serenarse, acomodándose el nudo de la corbata de su traje. Continuó hablando, ahora con más calma—. ¿Sabes, Sasuke? Siempre acusas a Naruto-kun de ser un niño inmaduro que no sabe lo que quiere. Pero desde mi punto de vista, el niño inmaduro que no sabe lo que quiere, eres tú. Al menos él sí tuvo el valor para intentar algo.

 

El menor no daba crédito a todo lo que escuchaba. Itachi realmente estaba enojado con él, o más bien enojado con su actitud con respecto a Naruto. No sabía qué contestarle. Su hermano aprovechó ese silencio para soltar una escueta despedida y marcharse.

 

Sasuke permaneció en la puerta del hospital sin moverse algunos minutos, repitiendo las palabras de Itachi en su mente. Por primera vez empezó a ver la situación desde otra perspectiva, y entendió que a pesar de ser el adulto se había estado comportando como un niño. Mientras que Naruto, a pesar de ser el niño, había enfrentado la situación con cierta madurez que él no mostró en ningún momento.

 

Naruto mintió sobre su relación con Sakura, pero lo hizo porque él le mintió primero sobre su relación con Karin. Su actitud sólo había servido para crearle más problemas a Naruto y a él mismo, incluso a Itachi que ahora sufría el desprecio del rubio.

 

Por primera vez se dijo que debía hacer algo con respecto a Naruto. Iba a enfrentarle.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Mi primera actualización del año. ¡Feliz 2016 para todos! Espero que estéis pasando unas agradables fiestas :D

 

Bueno, mi trabajo se alargó más de lo esperado (terminé casi en navidad), y después vino la navidad con sus compromisos familiares, así que hasta ahora ha sido imposible actualizar :’) Creo que los astros se alinearon (?) o algo, porque nunca he recibido tantos reviews en Amor Yaoi. Estoy sorprendida.

 

Esta actualización podría considerarse como mi regalo de Reyes para vosotros XD ¡Que tengáis unos felices Reyes! :D

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).