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Diez años por Takaita Hiwatari

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Diez años:

Takaita Hiwatari 

Capítulo 3: “Gustar”:

 

 

Naruto abrió los ojos con pereza, encontrando un techo blanco que para nada era el de su habitación.

 

─¡Doctor, ha despertado’ttebane!

 

La voz inconfundible de su madre le hizo parpadear. Cerró los ojos por un instante cuando una pequeña luz le cegó un ojo y después el otro. ¿Qué demonios…?

 

─La respuesta de las pupilas es correcta. ¿Cómo te llamas?, ¿sabes por qué estás aquí?

 

El chico se movió un poco, incómodo y adolorido, comprobando que estaba en una habitación de hospital.

 

─Me llamo Naruto ─musitó levantando una mano y tocándose un lado de la cabeza, estaba un poco inflamado.

─¿Sabes por qué estás aquí? ─insistió el hombre.

 

Naruto entonces fijó la mirada en el médico. Era un hombre joven, de cabello gris recogido en una coleta y gafas redondas. Trató de meditar por qué estaba allí, y segundos después lo recordó.

 

─Me caí por la ventana’ttebayo.

─¿Te duele la cabeza? ─asumió al ver que no dejaba de palparse un lado de la cabeza, formando una mueca de dolor, confirmando que al parecer se había golpeado esa zona con la caída. Al ver al chico asentir, el médico palpó la zona y se incorporó─. Traumatismo craneal… ─comentó mirando tras él─. ¿Qué haríamos en esta situación, Sasuke-kun? ─preguntó acomodándose las gafas con un dedo, observando al mencionado situado tras él.

 

El dolor de cabeza quedó en un segundo plano para Naruto al escuchar ese nombre. Al instante se incorporó para quedar sentado, quería verle. ¿Sasuke realmente estaba allí?

 

─Sasuke, ¿qué…? ¡Ng…! ─Como sincronizadas, una potente punzada de dolor proveniente del tobillo derecho y una sensación de vértigo le interrumpieron cuando trató de moverse más─. Mi pie… ─musitó.

 

El hombre les indicó tanto a Kushina como a Naruto con un gesto de mano que se mantuvieran tranquilos mientras retiraba la sábana de la cama de hospital y revisaba el tobillo del que Naruto se aquejaba. Estaba ligeramente inflamado y comenzaba a tornarse de color púrpura. Con cuidado hizo que el rubio moviera el pie girándolo a los lados despacio y moviéndolo arriba y abajo, ganándose más quejas sofocadas de parte de Naruto.

 

Angustiada, Kushina se acercó a Sasuke para hablar en privado con él. No quería que Naruto escuchara. Para que la habitación no estuviera saturada de gente, sólo la habían dejado entrar a ella.

 

─Sasuke, ¿qué tiene Naruto? Sé sincero conmigo. No es nada grave, ¿cierto?

─No puedo negarlo, Kushina. Es probable que para confirmarlo Kabuto sensei mande hacer por ahora una radiografía de cráneo y otra de pierna. Aparentemente ha sufrido un traumatismo craneal, y hay que descartar que sea grave, el hecho de que haya estado inconsciente tanto tiempo no es buena señal. Por otro lado hay que averiguar qué tipo de daño tiene en la pierna.

 

Kushina ensombreció la mirada, sin sentirse más aliviada, pero agradecía la sinceridad del chico.

 

─Tal vez se ha fracturado la pierna.

─Es poco probable, pero no lo descarto. Tal vez una fractura sin desplazamiento, una fisura, o en el mejor de los casos un esguince.

 

Unas breves palmadas captaron la atención de los dos que mantenían la conversación.

 

─Bravo, Sasuke-kun ─felicitó Kabuto que se había acercado a ellos─. Sin duda serás un gran médico. Ahora sólo eres un estudiante en prácticas y ya destacas sobre el resto de tus compañeros. Ahora sé por qué Orochimaru sensei hablaba maravillas sobre ti cuando me dejó a tu cargo.

 

Sasuke contuvo las ganas de rodar la mirada al escuchar el nombre de uno de los profesores que tuvo en la Universidad de Medicina. El viejo Orochimaru parecía obsesionado con él desde el primer día que le conoció. El hombre tenía grandes expectativas puestas en él, por eso le había dejado a cargo de quien en el pasado fue otro de sus grandes alumnos: Yakushi Kabuto.

 

Mientras todo eso ocurría Naruto se había entretenido mirando con fascinación a Sasuke. Nunca se lo había imaginado vistiendo la bata de médico, y eso sólo aumentaba la admiración que sentía hacia el mayor. Pero además de admiración, estaba ese sentimiento especial en el que cada vez se hundía más y no hacía gran cosa por salir.

 

Pero el molesto dolor de cabeza le pedía que se recostara de nuevo, y así lo hizo. Segundos después vio a Sasuke aparecer en su campo de visión y una tenue sonrisa boba se dibujó en sus labios hasta que el mayor se decidió a abrir la boca.

 

─Usuratonkachi ─fue lo primero que le dijo, en un tono severo que le indicaba a Naruto que se avecinaba un regaño─. ¿Cómo pudiste caerte por la ventana? ─Naruto apartó el rostro, sin ánimos de querer confesarle aquello─. Contesta ─demandó afilando la mirada.

 

El rubio tragó saliva de forma sonora, sintiendo peligrar la poca integridad física que le quedaba.

 

─Sólo… miraba una cosa. Me despisté y caí’ttebayo.

─¿Mirabas una cosa? ─reiteró monocorde, aunque interiormente sorprendido. ¿Sólo por mirar una cosa se había caído por la ventana? ─. ¿Qué mirabas? ─Al menos quería saber la importancia que tenía aquello que le hizo a Naruto tener semejante despiste.

─Ya te lo he dicho, una cosa. ─Al ver que la expresión de Sasuke se endurecía, se sintió sudar frío y se precipitó en tomar la palabra de nuevo─. Pe-pero eso no tiene importancia ahora.

─Los resultados de las pruebas dirán si tiene importancia o no. Podías haberte matado con esa caída, te has dado un golpe en la cabeza.

 

Por un momento Naruto no supo si sonreír por la preocupación de Sasuke, o enojarse por estar siendo reprendido como un niño pequeño.

 

─Pero en realidad caí sobre mi pie derecho, después creo recordar que caí de lado y me golpeé en la cabeza ─explicó señalándose la zona derecha de la cabeza.

─Al menos tu memoria parece que no se ha visto afectada.

 

Kabuto se acercó después de terminar su charla con Kushina, explicándole el procedimiento que seguirían con Naruto, y junto con una enfermera se llevaron al rubio en una silla de ruedas para realizar las pruebas.

 

Kushina suspiró aliviada cuando, después de un tiempo que le pareció interminable, tanto ella como Minato vieron que regresaban a Naruto a su habitación e inmediatamente el doctor se acercaba a ella.

 

─Señora Kushina, ya tenemos los resultados, han sido mejor de lo que esperábamos. ─Apenas dijo aquello, escuchó a Kushina liberar un profundo suspiro, como si hubiera estado conteniendo el aliento hasta ese momento─. Naruto sufre un esguince de primer grado. Si tenemos en cuenta la magnitud de su caída, es toda una suerte este diagnóstico. En principio el pie debería estar recuperado en tres semanas. Hay que aplicar hielo con regularidad para la hinchazón, los moretones y el dolor; descanso y mantener la pierna en alto. Ahora sólo falta que vengan las enfermeras para colocarle una férula. Si el dolor es muy molesto, dele analgésico o antiinflamatorio.

 

La mujer asintió rápidamente, esperando escuchar más, pero el hombre se había entretenido leyendo el informe de Naruto entre sus manos.

 

─¿Y sobre el golpe en la cabeza’ttebane? ─De nuevo contuvo el aliento, jugando nerviosa con sus manos.

 

Con calma, Kabuto se acomodó las gafas y en silencio leyó unos segundos más hasta que por fin clavó la mirada en el rostro compungido de la mujer.

 

─Traumatismo craneal leve. ─De nuevo escuchó a Kushina liberar un profundo suspiro─. Pero no hay que relajarse, a veces los síntomas de un traumatismo craneal se demoran en aparecer y resultan ser más graves de lo que aparentan. Naruto deberá permanecer aquí veinticuatro horas para hacerle un seguimiento cada hora. Si nota algo extraño en él, cualquier cosa, llámeme. ─La mujer asintió con una expresión grave─. Si todo va bien, mañana volverá a casa. Para el dolor también puede usar analgésico o antiinflamatorio, pero nunca aspirina.

─Entendido. Gracias, doctor Kabuto. ─Finalizó con una ligera reverencia.

 

Desde su cama, Naruto se cruzó de brazos. ¿Por qué Sasuke no estaba allí ahora?

 

─Ya dije que no era nada grave.

─No hay que confiarse, Naruto. Sólo mantente tranquilo, y si te sientes mal no dudes en avisar a tu madre para que ella nos haga llamar cuanto antes.

 

En ese momento la puerta se abrió y Naruto no pudo evitar sonreír pensando que se trataba de Sasuke, pero sólo entró una enfermera. Era una mujer joven, de pelo corto y oscuro. Tras ella, entró otra enfermera, quien era nada más y nada menos que…

 

─¿Karin? ─pronunció Kushina, sorprendida al ver a su prima.

 

Desde su lugar Naruto escuchó con interés el intercambio de palabras entre ellas. También se preguntaba qué hacía allí Karin, y precisamente vestida con ese atuendo. Karin explicó con orgullo que había estudiado enfermería y que ahora, al igual que ocurría con Sasuke, estaba haciendo prácticas en el hospital. Ocupándose de ella estaba Shizune, quien era una de las enfermeras más brillantes del hospital y que en su tiempo de estudiante fue el ojito derecho de Tsunade Senju, antigua profesora y actual directora de la Universidad de Medicina.

 

Cuando Karin clavó la mirada en él, Naruto notó un brillo de molestia en sus ojos mientras empujaba un carrito lleno de enseres hacia la cama.

 

─No te conformas con estropear mis citas con Sasuke que ahora también estás aquí. ¿Qué tienes en contra de que esté cerca de Sasuke? ─siseó.

 

Se removió incómodo ante la mirada fulminante de la chica, pero no iba a responderle la verdad. Por suerte Shizune también se acercó, mirándole con una sonrisa antes de encarar a su pupila.

 

─Kabuto-san dice que el paciente sufre esguince de primer grado en el tobillo derecho. Te dejo a cargo de ponerle la férula, ya sabes cómo se hace.

 

Naruto se retrepó en la cama, tratando de huir al ver la sonrisilla satisfecha que de pronto había aparecido en los labios de la chica.

 

─Lo haré encantada.

 

Minutos después Naruto vio su vida pasar frente a sus ojos cuando Karin dio un violento apretón al vendaje que estaba colocándole en el tobillo y un dolor punzante le recorrió. Podía notar que la chica lo había hecho con saña.

 

─Esto por haber fastidiado mis citas con Sasuke ─masculló resentida.

─¡Eso ha dolido! ─replicó.

 

Al instante Kushina y Shizune se acercaron con preocupación. Shizune revisó minuciosa el trabajo que estaba haciendo Karin.

 

─Eres muy quejica para ser un hombre ─comentó Karin con total calma, ganándose una mirada fulminante del rubio que la hizo sentir satisfecha. Ojo por ojo.

─Karin ─la llamó su tutora─, recuerda no apretar demasiado el vendaje, puede ser perjudicial.

 

Todavía preocupada, Kushina tomó la mano de su hijo.

 

─Sé que duele, sólo aguanta un poco más’ttebane.

 

Naruto dedicó una mirada frustrada a su madre. Karin le había hecho quedar como un débil, y agradeció que en ese momento Sasuke no estuviera allí.

 

─Hecho. ─Sonrió Karin cuando finalizó su trabajo─. Ya puedes dejar de lloriquear, Naruto. No ha sido para tanto.

─Bruja… ─masculló para sí mismo, resentido.

 

Minutos después por fin le dejaron a solas con su madre y no tardó mucho en quedarse dormido. Las pastillas que le habían dado las enfermeras estaban haciendo efecto y el dolor estaba cediendo. Por un momento se negó a tomarlas pensando que Karin le envenenaría, pero una mirada severa de Kushina que pronosticaba sufrimiento le hizo desistir.

 

Transcurrió casi una hora cuando la puerta de la habitación volvió a abrirse, sacándole una ligera sonrisa a la mujer.

 

─Sasuke.

 

El mencionado la saludó con un sutil movimiento de cabeza y se acercó a la cama, notando que Naruto estaba dormido. Revisó el contenido del portapapeles que llevaba bajo un brazo.

 

─¿Cuánto tiempo lleva dormido?

 

Kushina miró su reloj de pulsera un instante antes de responder.

 

─Alrededor de media hora’ttebane. Sasuke ─le llamó antes de que éste pudiera hacer o decir algo─, gracias. Si no hubiera sido por ti…

─No fue nada. ─Le restó importancia sacudiendo su mano libre, recordando que había ayudado a los Uzumaki mientras la ambulancia llegaba. Volvió a su trabajo─. ¿Naruto ha permanecido tranquilo?

─Sí, estuvimos hablando un poco, después dijo que estaba aburrido y se quedó dormido.

 

En silencio, Sasuke anotó unas palabras en el portapapeles, pero ese silencio fue roto por el gracioso rugir de unas tripas. Sasuke pensó que se trataba de Naruto, pero al girar descubrió a la pelirroja sonriendo avergonzada mientras se acariciaba el estómago.

 

─Con todo lo ocurrido no he comido nada desde esta mañana’ttebane ─confesó sonrojada.

 

Con un movimiento de cabeza Sasuke asintió comprensivo.

 

─Minato también debe de estar hambriento, ve con él a la cafetería del hospital ─propuso. Al ver la inseguridad en la mujer, agregó─. Yo me quedaré con él hasta que regreses ─aseguró.

─¡Prometo no tardar! ─exclamó marchándose al instante.

 

Cuando la puerta se cerró, Sasuke se acercó a la cama y tocó el hombro de Naruto para despertarle. Tuvo que repetir la acción un par de veces más para que el rubio diera señales de vida.

 

─Mamá… un poco más

─No soy tu madre.

 

De inmediato reconoció esa voz y abrió los ojos de golpe, mirando incrédulo al chico a su lado. Sonrió interiormente. ¡Sasuke había ido a verle!

 

─¿Cómo te llamas?

 

La pregunta de Sasuke le interrumpió antes de que pudiera decir algo y le dejó confundido.

 

─¿Ah? Yo… Naruto. ─¿A qué venía esa pregunta de nuevo?

─¿Sabes por qué estás aquí?

─¿De nuevo con eso? Ya lo dije, me caí por la ventana cuando trataba de ver… algo. ─Frunció el ceño al ver un dedo de Sasuke moverse frente a sus ojos, y no pudo evitar seguirlo con la mirada, cosa que pareció dejar satisfecho al mayor─. ¿Qué haces?

─Yo soy quien hace las preguntas aquí ─respondió anotando nuevamente algo en su portapapeles─. ¿Cómo te sientes?

 

Naruto se cruzó de brazos con fastidio.

 

─¿Lo preguntas porque de verdad te interesa, o porque es tu obligación?

─¿A qué viene esa pregunta? ─Entrecerró los ojos, estudiándole con una seria mirada. Al no recibir respuesta, continuó─. Limítate a contestar mis preguntas.

─No voy a contestar hasta que tú respondas mi pregunta dattebayo.

 

Con fastidio Sasuke colocó el portapapeles bajo el brazo. Si Naruto quería ser infantil, le daría un poco de su propia medicina.

 

─Está bien, responderé tu pregunta. ─Al ver la sonrisa del rubio, levantó la comisuras─. Lo haré cuando me digas qué era ese “algo” que querías ver cuando te caíste por la ventana.

─¿Qué?

─No esperes recibir sin dar nada a cambio, dobe.

─¡Y tú un teme! ─exclamó, pero frunció el ceño al sentir una ligera punzada de dolor en la cabeza─. Está bien, está bien… me siento mejor gracias a las pastillas, supongo ─admitió.

─Eso está mejor ─respondió complacido al ver que el otro dejaba su terquedad de lado─. ¿Has sentido desorientación, rigidez, o algo anormal?

─Estoy aburrido, me duele el pie y la cabeza. A parte de eso, nada más. ─Al ver que Sasuke volvía a anotar algo en el portapapeles, continuó─. ¿Cuándo podré volver a casa?

─Si todo va bien, mañana

 

Naruto sonrió satisfecho con la respuesta, pero la sonrisa se desvaneció después. Al menos estando en el hospital podía tener a Sasuke cerca, y en ese momento había cruzado más palabras con él que en los diez años que llevaban de conocerse.

 

─¿Irás a visitarme a casa? ─Cuando los ojos negros se clavaron en él, sonrió rascándose una mejilla ligeramente avergonzado─. Ya sabes… para revisar mi estado’ttebayo.

 

Sasuke se encogió de hombros.

 

─No me parece mala idea.

 

Un poco inseguro, Naruto se movió ligeramente a un lado y palmeó el colchón invitando a Sasuke a sentarse a su lado. Pero aquello no ocurrió, el pelinegro sólo levantó una ceja y se mantuvo en su lugar.

 

─¿Puedes sentarte? Quiero decirte algo.

─De pie también te escucho.

 

Naruto chasqueó le lengua con irritación y tomó a Sasuke del brazo, dando un tirón seco que le obligó a caer sentado junto a él.

 

─Sentado me escucharás mejor ─sentenció.

 

El mayor le dedicó una seria mirada por la confianza del otro, aunque esperó en silencio para escuchar que era eso tan importante; pero Naruto no decía nada, sólo jugueteaba con sus manos un poco sonrojado.

 

─¿Y bien?

 

Entonces sintió otro agarre en el brazo seguido de un tirón y unos tibios labios presionando los suyos, tratando de moverse con torpeza. Parpadeó estupefacto, y cuando segundos después reaccionó dispuesto a alejarse, la otra mano de Naruto se ciñó a los mechones de su nuca, atrayéndole más.

 

Empuñó una mano con intenciones de darle un puñetazo, ¿a qué estaba jugando ese idiota? Pero un segundo después recordó el traumatismo craneal del rubio y sólo eso evitó que éste recibiera un buen golpe. Pero igualmente se removió para delatar su incomodidad, logrando que Naruto le soltara.

 

─¿Qué demonios…? ─masculló, mirando incrédulo al menor. El golpe de la caída le había afectado más de lo esperado.

 

Por un instante Naruto sonreía con satisfacción pero avergonzado a la vez. Por fin se había atrevido a hacerlo. Pero… Su sonrisa desapareció. Sasuke no parecía contento con eso. Aunque pensándolo detenidamente, era comprensible, Karin era su novia.

 

Aunque no pudo evitar pensar por un momento que le habría gustado ver la cara de Karin si les hubiera descubierto en aquel momento. Habría sido épico. Karin gritando, Sasuke tratando quizá de explicar la situación…

 

─Usuratonkachi. ─La voz seria de Sasuke rompió el silencio que se había formado─. ¿A qué estás jugando?

─¿Qué…? ─musitó sorprendido─. ¡No estoy jugando! Estaba deseando hacer esto durante mucho tiempo…

─Siento haberte hecho esperar, Sasuke ─se lamentó Kushina ingresando en la habitación.

 

Al instante Sasuke estaba de pie, anotando algo más en su portapapeles.

 

─Está bien, Kushina. ─La miró un instante antes de dirigirse a la puerta.

─¡Gracias! ─alcanzó a exclamar antes de que la puerta se cerrara. Sasuke parecía tener prisa por marcharse, seguramente tenía mucho trabajo. Se sentó en la cama junto a su hijo─. Papá ahora está comiendo algo, pero cuando termine él se quedará contigo unas horas, ¿te parece bien? ─Antes de recibir respuesta, volvió a preguntar algo que le pasó por la cabeza─. Por cierto, ¿Sasuke ha dicho algo?, ¿te ve bien?, ¿podrás salir de aquí mañana? Aunque supongo que eso lo decide el doctor y no él’ttebane ─se dijo pensativa.

 

Al no recibir respuesta enfocó la mirada en su hijo. Naruto estaba cabizbajo y de repente lucía bastante serio, incluso podría atreverse a pensar que estaba deprimido. La preocupación la inundó al instante y posó una mano sobre la de su hijo con aire protector, logrando captar al fin su atención.

 

─¿Sasuke ha dicho algo malo sobre tu diagnóstico? ─No imaginaba otro motivo por el que su normalmente alegre hijo de un momento a otro estuviera en ese estado de tristeza.

─¿El diagnóstico…? ─reiteró en un susurro─. Sasuke dijo que si todo va bien, mañana podré salir de aquí.

 

La mujer suspiró profundamente, aliviada.

 

─¿Entonces por qué tienes esa cara? ─Su preocupación se tornó en curiosidad.

─¿Qué cara? ─preguntó apenas mirándola.

─Te ves triste. ─Deslizó una mano por los rubios cabellos que siempre le recordaban a los de Minato─. ¿Por qué?

─No es nada’ttebayo ─casi susurró apartando la mirada por completo del rostro preocupado de su madre.

 

Kushina se cruzó de brazos, pensativa. Algo debía de haber ocurrido en los minutos que ella estuvo fuera de la habitación, y en ese tiempo sólo Sasuke había pisado la habitación. Atando cabos en su mente, recordó que anteriormente también había visto esa expresión en Naruto. Primero fue cuando Naruto estaba deprimido porque quería un hermano mayor como Sasuke. Después de aquello, con el tiempo volvió a ver esa expresión en su hijo. Si la memoria no le fallaba, por aquel entonces Naruto contaba con ocho años, y sin razón aparente empezó a frecuentar cada vez menos la casa de Mikoto hasta que en poco tiempo dejó de ir por allí definitivamente. Al principio Naruto había estado muy deprimido, pero cuando ella le preguntaba qué le pasaba, Naruto decía que estaba bien.

 

Habló con Minato sobre la preocupación que sentía por el estado de ánimo de su pequeño, y ambos llegaron a la conclusión de que tal vez tenía problemas con algún amigo del colegio. Después de todo a veces Naruto les decía que tenía riñas con un compañero de clase llamado Kiba.

 

Pero dejaron de darle mayor importancia cuando Naruto retomó su ánimo habitual con el transcurso de las semanas.

 

Ahora pensaba que aquella tristeza de Naruto en su infancia coincidió más o menos cuando dejó de ir a visitar a Sasuke. Tal vez se debía a eso.

 

Pensándolo fríamente, todos aquellos momentos tenían un punto en común: Sasuke.

 

─¿Has peleado con Sasuke? ─casi aseguró, pero Naruto no se movió un ápice y tampoco respondió─. Tienes esa expresión.

─¿Qué expresión’tteba? ─susurró sin ánimo.

─La misma que tenías cuando dejaste de ir a visitar a Sasuke. ─Entonces por fin Naruto volvió a mirarla─. Nunca te pregunté por qué de un día para otro habías dejado de visitarle’ttebane.

─Te escuché hablando con papá sobre mí. Le dijiste que no sabías cómo hacer que dejara de ir a casa de Sasuke porque era evidente que mi compañía le resultaba molesta.

 

Kushina parpadeó sorprendida. Nunca imaginó que Naruto pudiera haber escuchado a escondidas esa conversación que tuvo con Minato. Era cierto que a veces trató de evitar que Naruto fuera a casa de Sasuke proponiéndole otro plan como jugar en casa, ir al parque o al cine, pero su pequeño siempre prefería la compañía del adolescente. Naruto era inocente y no notaba la expresión de hastío que aparecía en Sasuke en cuanto le veía plantarse a su lado con una radiante sonrisa. Pensaba que su hijo merecía rodearse de gente que apreciara su compañía, y a ser posible de una edad más parecida a la suya. Sasuke era diez años mayor, así que en parte entendía que al adolescente le resultara poco entretenida la compañía de un niño.

 

─Yo… lo siento, Naruto ─atinó a decir─. No era mi intención que escucharas eso. ─Debió de ser desagradable para él escuchar que la persona que tanto admiraba no le soportaba.

─No es tu culpa. Gracias a eso abrí los ojos y me di cuenta de que era mejor no ir por esa casa.

─Pero…

─Sasuke es un idiota ─interrumpió con cierto resentimiento.

 

Kushina esperó que Naruto dijera algo más que explicara su estado de ánimo, pero sólo hubo silencio.

 

─¿No me vas a decir qué ha pasado?

─No es algo que merezca la pena contar ─respondió recostándose de nuevo justo cuando entraba una enfermera con un carrito lleno de bandejas de comida. Al ver el uniforme de aquella mujer no pudo evitar recordar a Karin. Sasuke tenía novia, era evidente que no tenía ni la más mínima oportunidad con él.

 

No tenía que haberle besado. El idiota había sido él, no Sasuke.

 

****

 

─¡Naruto, ¿cómo tengo que decirte que no fuerces el pie’ttebane?! ─gritó Kushina saliendo al jardín.

 

El rubio sintió un feo escalofrío treparle la espalda y miró a su alrededor sin saber dónde meterse. Pero era tarde, Kushina le había pillado in fraganti regando sus preciados girasoles mientras con su mano libre se sostenía en una muleta.

 

─Yo… yo… ─Siempre pensaba que cuando su madre se enojaba parecía un demonio. Al verla acercarse con el puño en alto se encogió asustado─. ¡Recuerda el golpe en mi cabeza dattebayo! ─exclamó, y cerró los ojos suplicando por su vida.

 

Sólo por eso Kushina se contuvo del buen golpe que pensaba darle en la cabeza al terco de su hijo. Hacía dos días que había salido del hospital, y a pesar de que el doctor Kabuto le había recomendado reposo, cuando se despistaba un minuto Naruto huía de su habitación. Por un momento pasó por su cabeza esconderle las muletas a Naruto, pero conociendo lo cabezota que podía llegar a ser su hijo, sería capaz de desplazarse saltando sobre su pie sano, y eso sería peor porque podría caerse.

 

Naruto vio a su padre como su salvador en el momento en que éste salió al jardín al escuchar el escándalo.

 

─Kushina… no deberías enfadarte tanto… ─comentó con una sonrisa nerviosa, en el fondo también temiendo por su vida. Kushina tenía un carácter muy violento en ocasiones. Recogió la otra muleta de Naruto, abandonada en el suelo, y se la extendió a su hijo que la tomó─. Y tú Naruto, haz caso a tu madre y ve a descansar.

 

Al instante Naruto asintió, dedicándole una mirada agradecida a su padre antes de marcharse caminando con ayuda de las muletas. Le había salvado de una muerte segura.

 

Cuando estuvieron solos, Kushina suspiró y se acarició la frente.

 

─El doctor Kabuto dijo que el pie podría hincharse si no lo mantenía en alto. Es tan terco’ttebane…

 

El sonido del timbre les llamó la atención.

 

─Yo iré. ─Se adelantó Minato, pero fue seguido por su mujer que ya no tenía nada que hacer en el jardín. Sonrió al ver quién había tras la puerta─. Sasuke-kun, qué sorpresa verte por aquí.

 

El mencionado saludó con una ligera inclinación de cabeza que fue correspondida por Minato, quien se hizo a un lado para darle paso a su hogar. Vio a Kushina a unos pasos y la saludó de la misma manera.

 

─Asumo que vienes a ver a Naruto. ¿Me equivoco? ─Sonrió el adulto.

─Así es.

 

Antes de que Minato pudiera decir algo más, Kushina se adelantó.

 

─Sígueme. Está en su habitación.

 

En silencio subió las escaleras tras la pelirroja. Todavía recordaba dónde estaba la habitación de Naruto a pesar de los años que habían pasado desde que estuvo allí, y sólo fue una vez la que pisó esa habitación, no así el resto de la casa. Recordaba lo independiente que parecía ser Naruto a pesar de su corta edad, y ahora que lo analizaba con más frialdad, a pesar de ser un niño de siete años, Naruto no era tan irritante y molesto como otros niños. Si en el futuro tenía un hijo y éste se parecía un poco a como era el pequeño Naruto… tal vez no sería tan malo si lo comparaba con los mocosos irritantes que le tocó encontrarse en el cine cuando fue con Naruto hace años a ver aquella película infantil sobre ninjas.

 

─¿Sabes, Sasuke? ─La voz de Kushina sacó al nombrado de sus pensamientos─. Desde que te conoció, Naruto te ha admirado. Cuando era pequeño no dejaba de hablar de “Sasuke nii-chan”. ─Sonrió con añoranza─. Estuvo muy triste cuando dejó de ir a tu casa. Él… supo que no era de tu agrado y eso le afectó. ─Sasuke se detuvo a unos pasos de la puerta de la habitación de Naruto, preguntándose a qué venía todo aquello─. Aquel día… después de que revisaste a Naruto, él tenía de nuevo esa expresión de tristeza. Y una hora después el doctor Kabuto fue a revisar a Naruto y dijo que tú no habías querido ir. ─Su expresión se tornó más seria─. ¿Qué pasó entre vosotros? ─preguntó directa.

 

Tu hijo me besó quién sabe por qué, pensó Sasuke con sarcasmo. Si le decía eso a Kushina le daría un infarto. Por un momento pensó en decir que no ocurrió nada, pero Kushina había visto a su hijo triste según decía, así que la mujer no creería que su hijo se había puesto triste de la nada.

 

Pasó saliva y finalmente respondió sereno.

 

─Eso es algo que mejor deberías hablar con Naruto.

─¿Entonces sí ocurrió algo? ─afirmó.

─Podría decirse que sí. ─El tono ligeramente incómodo le delató─. Habla con Naruto ─insistió.

─Él no quiere decirme nada’ttebane. ¿Tan grave fue lo que pasó?

─¿Mamá? ─La voz de Naruto al otro lado de la puerta les hizo guardar silencio, y el rubio continuó─. ¿Con quién hablas? ─Podía escuchar una voz masculina amortiguada por la puerta, y juraría que no era Kiba.

 

La puerta se abrió, revelando a una sonriente Kushina que asintió en gesto aprobatorio al ver que Naruto había obedecido y estaba en la cama con la pierna vendada en alto, apoyada sobre un par de cojines.

 

─Alguien ha venido a verte ─explicó, sin responder la pregunta de su hijo.

─¿Es Kiba? ─Clavó una sorprendida mirada en el móvil que sostenía en la mano─. Acaba de decirme hace un momento que venía a verme, es imposible que ya esté aquí…

─No, no es Kiba’ttebane ─interrumpió. Tras un gesto de mano de su parte, Sasuke ingresó en silencio, viendo ambos la expresión incrédula de Naruto. Quedaba claro que era la última persona que el rubio esperaba ver─. Sasuke ha venido a interesarse por tu estado.

─Oh… Estoy bien. ─La respuesta de Naruto fue un poco cortante. Como si de repente estuviera él solo en la habitación, empezó a teclear en el teléfono, tal vez escribiendo un mensaje. Escuchó carraspear a Kushina, indicándole disimuladamente que aquello era un gesto maleducado para con la visita, así que a regañadientes dejó el móvil en la mesa de noche y miró a Sasuke─. Seguro que estás muy ocupado en el hospital’ttebayo.

 

Los otros percibieron de inmediato que aquel inocente comentario era una invitación disfrazada para que el chico se marchara. Kushina estaba totalmente consternada, ya que recientemente Naruto le había confesado que Sasuke le gustaba, y sin embargo ahora estaba actuando muy frío con él. ¿Tal vez lo hacía porque ella estaba allí?, ¿quizá lo de su gusto por Sasuke era algo pasajero típico de su edad y había descubierto que en realidad esos sentimientos no eran sólidos?

 

─Mamá, ¿puedes dejarnos solos?

 

Un poco insegura la mujer asintió y salió. Entonces Naruto no dudó en tomar las muletas y caminar a la puerta con torpeza, abriéndola y revelando a su madre tras ella, quien pretendía escuchar la conversación. Sospechaba que su madre haría eso. Le dedicó un gesto desaprobatorio, ella siempre le había enseñado que no estaba bien escuchar tras las puertas, y desde aquella vez que escuchó tras una puerta a sus padres diciendo que Sasuke no le soportaba no volvió a espiar conversaciones ajenas.

 

─Yo… ya me iba’ttebane. ─Sonrió abochornada, marchándose esta vez de verdad.

 

Naruto suspiró y cerró la puerta, descubriendo a Sasuke que parecía mirar con interés a través de la ventana.

 

─¿Qué haces aquí? ─Se ayudó con las muletas para llegar a la cama, recostándose de nuevo.

─Kabuto me ha pedido que venga a revisarte, al parecer tu madre le contó que vivimos cerca.

 

Los ojos azules se enfocaron derrotados en el techo. Claro, debía de haberlo imaginado, Sasuke no se interesaría por él de ninguna manera. Sólo estaba allí por petición del doctor Kabuto.

 

Estúpido Sasuke…

 

─Dile al doctor Kabuto que estoy bien. Ya no me duele la cabeza, sólo un poco el pie dattebayo. Las pastillas me están ayudando mucho.

 

En silencio Sasuke asintió mientras con confianza abría la venta y se asomaba, estudiando la vista que se apreciaba desde allí.

 

─Está bien ─fue todo lo que respondió.

─¡Hey! ─replicó incorporándose un poco molesto por la confianza de Sasuke que parecía buscar algo─. ¿Qué haces?

─Trato de descubrir qué fue lo que captó tanto tu atención como para que cayeras por aquí ─confesó escueto, provocándole un escalofrío a Naruto sin saberlo. Al mirar a la izquierda descubrió su casa, si se inclinaba un poco hacia afuera la podía ver completamente. Justo en ese momento vio a su madre, Mikoto, aparecer caminando tranquilamente llevando unas bolsas de compras entre sus brazos, y entrar en su casa.

─¿Puedes marcharte? Ya te he dicho lo que querías saber. ─Se cruzó de brazos con molestia.

 

Sasuke se alejó un poco de la ventana para mirar a Naruto.

 

─No. No sé todo lo que quería saber. Todavía no me explico cómo pudiste caer desde aquí.

 

Con irritación Naruto chasqueó la lengua, sonrojándose un poco al recordar el motivo estúpido por el que casi se abre la cabeza hace unos días. Inspiró hondo. Lo mejor era decirlo, así Sasuke se iría de una vez.

 

─Te vi besándote con Karin. Me sorprendió y me caí, es todo. Ahora vete ─dijo un poco acelerado.

 

Sólo entonces la expresión neutra de Sasuke desapareció y dio paso a una de sorpresa, verdadera sorpresa.

 

─¿Por eso…? ─Caminó hasta la cama─. ¿Sólo por eso te caíste?

 

Por la expresión que estaba adoptando Sasuke, Naruto juraría que ese teme era la segunda persona que deseaba golpearle en menos de una hora. ¿Y ahora qué había hecho?

 

─Sí, fue por eso’ttebayo. Y ahora te agradecería que te fueras a reírte a tu casa ─renegó sonrojándose más, inevitablemente avergonzado. Sasuke debía pensar que era un dobe.

─Dobe… ─Ahí estaba. Sasuke pensaba que era un dobe─. ¡Pudiste haberte matado, y sólo por eso!

─No es como si yo hubiera querido caer por la ventana ─replicó molesto─. Fue la sorpresa de verte besándola, estaba celoso… ─finalizó en un tono más bajo, casi para sí mismo.

─Ni siquiera la estaba besando ─aseguró firme─. Admito que ella se estaba acercando con intención de un beso, pero iba a impedirlo.

 

Naruto abrió la boca dispuesto a negarlo, pero lo cierto era que desde su posición en ningún momento pudo ver sus bocas unidas, más bien veía la espalda de Sasuke y a Karin indeseablemente cerca de él.

 

Pero aquello no tenía sentido.

 

─¿Por qué rechazarías un beso de tu novia?

 

Sasuke casi siente deseos de reír mientras tomaba asiento en la cama con confianza. Naruto le miró molesto. No le había invitado a sentarse ahí, pero no dijo nada.

 

─¿Karin?, ¿mi novia? ─Arqueó una ceja─. ¿De dónde has sacado eso?

─Karin me dijo que había estado interrumpiendo vuestras citas. Que yo sepa, los novios tienen citas.

 

Una suave risita de Sasuke rompió el silencio, desconcertando más a Naruto si es que se podía.

 

─Sólo hemos ido al hospital juntos, o a la biblioteca a estudiar. ¿Eso son citas? No soy un romántico, pero creo que el concepto de cita no es ese. Soy consciente de lo que Karin siente por mí, pero…

─¿Pero…? ─le animó a continuar cuando guardó silencio.

─Yo no siento lo mismo.

 

Con aquella confesión Naruto no sabía si alegrarse o mantenerse como si nada. No quería crearse falsas esperanzas, ese teme parecía ser más frío que un témpano de hielo, y el hecho de que no le gustase Karin no le convertía automáticamente en gay.

 

No, lo mejor era no crearse falsas esperanzas.

 

Parpadeó al escuchar a Sasuke susurrar algo.

 

─¿Qué? ─le preguntó.

─El beso… ─repitió Sasuke sus palabras anteriores, sin mirarle.

 

Un sonrojo sutil apareció en las mejillas de Naruto, quien agradeció que Sasuke no le estuviera encarando en ese momento.

 

─Pensé que quedó claro lo que significaba ─explicó casi en voz baja.

─¿Desde cuándo?

─Desde el año pasado, creo.

─… ¿crees? ─reiteró sin ningún tono en especial.

 

El calorcito en las mejillas de Naruto aumentó en contra de su voluntad.

 

─Es la primera vez que tengo esta clase de sentimientos, al principio fue un poco confuso ─admitió.

─Tienes diecisiete, ¿cierto? ─Creyó leerlo en el informe médico de Naruto.

─Sí. ─Asintió, desconcertándole esa pregunta que para él nada tenía que ver con el tema.

 

Para Sasuke ahora tuvieron sentido los recuerdos donde Naruto con el paso del tiempo cada vez más se unía sin invitación a Karin y a él cuando estaban juntos, logrando que la chica se fuera indignada. O los recuerdos donde Naruto trataba insistentemente de mantener una conversación con él, pero estaba tan cansado del estudio intensivo y las largas horas en el hospital que acababa desechando cualquier intento de conversación y se marchaba a casa.

 

Y ahora que recordaba, todo empezó el día que curó la rodilla de Naruto. Quizá ese dobe había confundido su preocupación con otra clase de sentimientos. Sólo fue amable en un intento de compensar el desplante que le hizo siendo un niño, además que como futuro médico sintió la necesidad de tratar la herida.

 

─¿Eres consciente de que soy diez años mayor que tú?

─¡Lo sé’ttebayo! ─Le miró─. Pero ¿y eso qué?

 

Sasuke le devolvió la mirada, asumiendo con aquella pregunta que Naruto en realidad no era consciente de la diferencia de edad entre ellos. Ni siquiera una buena amistad podría nacer entre ellos.

 

─Eres un niño.

 

Las rubias cejas se fruncieron. Esas palabras le habían ofendido como si hubieran sido un insulto.

 

─¡No soy un niño!

─Mientras seas menor de edad, lo eres ─sentenció poniéndose de pie, pero un agarre firme en la muñeca le detuvo y le obligó a sentarse de nuevo.

─No me importa la edad, Sasuke teme ─dijo decidido.

─Dices eso porque no estás pensando fríamente la situación…

─¡Digo eso porque me gustas! ─replicó al instante, sin meditar sus palabras.

 

Cuando reaccionó, apartó la mirada avergonzado, sintiendo arder su cara esta vez. Sasuke también desvió la mirada, sin saber bien cómo afrontar la situación. Aquello no parecía ser una broma en absoluto. El agarre de Naruto en su muñeca dio un firme apretón que le llamó la atención. Al girar a verle, parpadeó inevitablemente sorprendido cuando sin poder prevenirlo el rubio se acercó hasta que sus labios se rozaron, pero al instante cortó aquella unión antes de que Naruto pudiera llegar a más.

 

─Es mejor que busques a alguien de tu edad ─habló un poco acelerado, disimulándolo a duras penas, mientras se incorporaba.

─Sasuke…

─Es tarde, tengo que irme

─¡Pero…!

─Mantén reposo y no fuerces la pierna ─ordenó antes de salir, sin darle opción al otro de decir una palabra más.

 

Naruto contuvo el aliento unos segundos y después lo dejó salir en forma de pesado suspiro, lamentándose por su impulsividad. Había hablado y actuado sin pensar.

 

─Lo he estropeado todo ─se reprochó.

 

Pero pensándolo fríamente, no había gran cosa que estropear. Sasuke y él ni siquiera eran amigos, eran conocidos. Para Sasuke, él sólo era el hijo de la amiga de su madre.

 

No tenía posibilidad alguna de que Sasuke se fijara en él.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola a todos! :)

 

Muchas gracias por los comentarios, ¡son mi gasolina!

 

Para el próximo capítulo aparece Itachi, que muchas me han preguntado por él :) También sabremos más sobre los pensamientos y sentimientos de Sasuke, que de momento son terreno virgen (?) en esta historia, jajaja… XDD

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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