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Presente por Izumi Beloved

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Notas del fanfic:

 Los personajes de Naruto no son míos.

Drama.

 

Este fic entra en la campaña la edad de Oro Sasunaru.

 

Agradezco infinitamente a mi amable Beta... 

 

Alexis sunymoon 

 

Es la primera vez que alguienme ayudacon un fic y eso me teien muy contenta :D

Notas del capitulo:

Casi nunca hago notas pero me siento muy contenta.

Presente

Por: Izumi Beloved

“El reloj en mi corazón es un verdadero farsante”

“Detrás del edificio escolar”, así decía la carta anónima de una de las chicas. Naruto incluso había faltado a las clases  de voleibol para llegar a tiempo. Su madre le había enseñado a no ser descortés y su padre que la puntualidad era una virtud que ya pocos valoraban .

—Naruto-kun—

Escuchó a lo lejos la hermosa  voz  de una chica, la reconoció al instante y sonrío de oreja a oreja mostrando sus delineados y perfectos dientes.

—¡Hinata-chan! —su sonrisa fue desapareciendo cuando notó lo nerviosa que estaba y el paquete que traía en las manos.

Tartamudeaba… y su mente no dejaba de pensar en la manera de tratar la situación sin verse como un asexuado indiferente; miró hacia el cielo apretando los puños mientras caballerosamente escuchaba el bello discurso de la chica .

No lo hacía para levantar su ego… claro que no, Uzumaki Naruto no era tan imbécil como los otros chicos. Años atrás se había enfrentado a esta clase de situaciones y siempre eran  frustrantes. No importaba el lugar, aquella mirada llena de esperanzas e ilusiones terminaba hecha añicos cuando los labios color durazno del encantador príncipe se abrían para dar una respuesta negativa.

—Hinata, eres una mujer muy bonita —acarició con sutileza su larga cabellera— en otras circunstancias yo me habría enamorado de ti,  pero…no es mi tiempo— susurró por lo bajo observando los ojos cristalinos de la chica, las lágrimas brotaban mientras intentaba sonreír restándole importancia.

—No, perdona mi imprudencia. Yo… jamás podría llegar a ser tu pareja ¿verdad? —el rubio negó con su cabeza mientras depositaba un dulce y gentil beso en la mejilla de la muchacha.

—Agradezco tus sentimientos, en el futuro conocerás a alguien excepcional y entenderás que todo por lo que hayas pasado tuvo una razón de ser. Actualmente, —se sonrojó— El lugar de mi corazón lo ocupa alguien más. Lamento mucho si mi actitud te hizo creer que entre los dos podría formarse algo — inclinó su cabeza en forma de respeto y prosiguió su camino.

No volteó aunque escuchó el ahogado sollozo de la joven.

 

 

 

 

*** 

Llegó a su casa que, como de costumbre, se encontraba vacía, retiró su uniforme escolar para vestirse con una camisa de tirantes y unos pantaloncillos negros, era verano y hacía mucho calor. Acto seguido prendió el ventilador y colocó un poco de música para relajarse.

Todas las chicas que se le habían declarado seguramente serían buenos prospectos a los ojos de sus padres, era una verdadera  lástima que a Naruto no le gustara ninguna de ellas.

A sus escasos diecisiete años, Naruto había abandonado su hogar para irse vivir con un viejo conocido de la familia doce años mayor que él. Sus padres permitieron su estancia en casa de Sasuke a cambio de perfectas calificaciones y que ayudara al mayor en las labores domésticas.

La compañía del pelinegro siempre le había resultado atrayente al hiperactivo rubio, y pronto lo que sería una estancia no mayor a los seis meses se extendió a un año, él se había  aferrado a Sasuke y a todas sus condiciones.

Naruto amaba en secreto  a Sasuke y estaba a punto de cumplir un año con ese amor no correspondido.  El menor  intentaba hacer bien su trabajo y era feliz con los pequeños gestos afectuosos que su casero  tenía con él, la última vez pudo sentir la fuerte y fría mano del azabache  desordenar sus hebras de cabello doradas. Naruto era feliz con eso y solo asentía a lo que Sasuke decía, no es que fuera sumiso, simplemente aún no tenía deseos de separarse de él.

Comenzó a quedarse dormido  en el tatami de madera teniendo una increíble vista del pequeño jardín lleno de flores  que Sasuke había construido especialmente para él;  la casa de mayor era tan minimalista, que los últimos días de otoño  Naruto se sintió morir ante la preciosa caída de las hojas rojas y doradas del árbol de Gingko.

“Te aseguro que este lugar también tiene color” Naruto recordó las palabras de Sasuke mientras bebía licor de arroz, ese día… el mayor había bebido de más e intentó besarlo. El adolescente aún recordaba el inminente rechazó que le profesó al pelinegro arruinando el romántico momento; tal vez esa fue su única oportunidad y lo había estropeado.

Generalmente Sasuke no era romántico y las pocas veces que mostraba esa parte de él, Naruto huía como si se tratará de un mal presagio.

“Sasuke se aburriría de mí si le abro mi corazón” Se repitió mentalmente dejándose llevar por el ensordecedor sonido de las cigarras.

Escuchó la puerta abrirse, Sasuke entró dejando caer una paleta en el dorso del rubio, el frío en su estómago le hizo revolcarse un poco.

—Estoy en casa— ironizó Sasuke  sin perderle la vista al adolescente que tocaba su vientre para hacerlo entrar en calor

—¡Teme! —

—Compré paletas de hielo y cervezas—su parca voz no había cambiado en absoluto —las dejaré  en la nevera—

Naruto abrió el paquete  y se recostó nuevamente sintiendo el calor abrasador sobre sus piernas. Comenzó a lamer la paleta lentamente mientras escuchaba a Sasuke hablar un fluido inglés con alguien del otro lado de la línea.

Se sentía pequeño.

La vulnerabilidad comenzó a expandirse sobre él intentando contener las lágrimas mientras degustaba el sabor dulce de la paleta azul, el fresco sabor de la paleta se mezcló entonces con sus saladas  lágrimas que caían sin poder contenerlas nunca más.

Pronto Sasuke cumpliría  los treinta años… Naruto no podía alcanzarlo, ellos ni siquiera habían intimidado aún, si lo pensaba bien el moreno a veces llevaba chicas a la casa, Karin era un poco más bipolar y Sakura parecía ser el tipo de chica que el mayor elegiría.

Hinata le había recordado la gran brecha que había entre Sasuke y él. Un  adulto y un adolescente jamás podrían estar juntos y más si se trataban del mismo sexo.

Sus temas de conversación no eran los mismos, no compartían similitudes y la única razón por la que Sasuke se había aferrado a Naruto podía extinguirse de un momento a otro.

Lamió nuevamente de la paleta observando a Sasuke reír.

Tampoco sabía mantener conversaciones en inglés, no tomaba cerveza y odiaba los tomates.

—Me gustas —susurró a lo bajo.

Sasuke volteó y alcanzó a ver los labios de Naruto moverse. La paleta de menta se derretía sobre su mano y pequeñas gotas de sudor caían  sobre su pecho y hombros. Era una imagen un tanto erótica, cada vez que el rubio lamía y succionaba esa paleta helada le recordaba lo enfermo que estaba al desearlo. Hizo contacto con aquellos ojos azules tan puros y honestos; evitando cualquier otro tipo de malsano pensamiento, se inclinó para golpear suavemente la cabeza  de Naruto con el dedo índice.

—Te pondré a pulir el piso si tan solo una gota dulce cae sobre el tatami— Naruto se levantó de inmediato sonrojado susurrando palabras sin sentido. El pelinegro sonrío y siguió su camino por la casa mientras llamaba a Sakura para un encuentro exprés.

Intentaba conciliar el sueño sin éxito alguno,  cada vez que Sakura iba a la casa su corazón no dejaba de romperse. Quería llorar, pero también intentaba mantenerse fuerte. Fue al cuarto de baño y se mojó el rostro por tercera vez en la noche.

“Si él es feliz, yo estaré bien” se repetía mentalmente.

Bajó por un vaso de agua y escuchó los tacones de Sakura andar por la casa a la salida. Desaliñada y usando apenas su abrigo rojo salió de la casa molesta; ni siquiera había notado a Naruto. 

Minutos más tarde, Sasuke  bajó las escaleras con apenas su pantalón de pijama gris, tranquilo y ecuánime tomó una cerveza helada del refrigerador para hacerle compañía al  menor.

—Así que aquí estabas— Sasuke sonrío revolviendo la rubia cabellera del chico con cariño.

—Sakura acaba de irse—reiteró Naruto bajando la vista.

—Podrá volver cuando quiera— Sasuke relajó los hombros sin prestarle mayor importancia.

Naruto apretó con ambas manos el vaso de agua intentando decir alguna frase coherente sin mucho éxito.

—¿Saldrás con ella el día de tu cumpleaños? — preguntó Naruto intentando realizar una conversación normal

—¿Por qué querría salir hoy con ella?—

—¡Mierda! —Naruto se  acercó al calendario que estaba pegado a la cocina, hoy era veintitrés de julio y él había confundido las semanas.

—Eres un dobe— río entre dientes Sasuke dejando la  lata de cerveza a medio terminar en la mesa —Iré a dormir,  te daré tiempo para que pienses en un buen regalo de cumpleaños—

—¿Qué quieres de regalo de cumpleaños Sasuke? ¿Te hago un pastel? Sé que no te gustan las cosas dulces, pero podría preparar la crema con menos dulce, bueno…tú sabes debes apagar las velas y pedir un deseo-ttebayo—

—Esas cosas van bien contigo Naruto, elige  lo que tú quieras. Para mí es un día como cualquier otro—

—¡PARA MÍ NO LO ES!— no supo en que momento había levantado la voz, su corazón se agitaba fuerte y el sonrojo de sus mejillas  no podía ser cubierto simplemente con sus manos— Digo… bueno yo… —parco, indiferente… el rostro de Sasuke seguía igual—Quiero festejar tu cumpleaños, quiero que hagamos algo que te haga feliz—

Sasuke se levantó del banco encarando a Naruto. Sus bellos ojos azules tan profundos  y puros le recordaban lo débil que era para no soportar más, anteriormente había escuchado a Naruto susurrar su nombre, quería esperarlo el tiempo que fuera necesario pero ya no podía alargarlo más. Esa misma noche, Sakura lo había corroborado cuando escucho el nombre de Naruto salir de los labios de Sasuke.

—¿Tú harás mis deseos realidad? — esperaba que Naruto dijera que no y diera por terminada esa plática. Sonrío pensando que el pastel de frutillas sin crema dulce estaría bien.

—¡Lo intentaré—ttebayo! —asintió Naruto decidido.

—Te quiero a ti —comenzó a jugar con palabras reales — Marcarte como mío, si tú lo deseas—  acarició las mejillas de Naruto observando como retrocedía tres pasos. Sonrío dejando las bromas para subir a su habitación.

—La tarta de frutillas está bien—finalizó Sasuke  subiendo las escaleras  y dejando atrás a un Naruto con pijama infantil.

—Lo quiero— lloraba Naruto queriendo creer que las palabras de Sasuke no eran broma—Yo quiero… estar a tu lado—susurró por lo bajo—no solo este año, si no el próximo también  y dentro de diez años si las cosas salen bien—intentó limpiar las lágrimas de su rostro mientras la sonrisa de su rostro desparecía— pero sé que Sasuke-san no lo está tomando en serio, por eso yo… tengo miedo, de que sepas mi sentir —

Sasuke continuó su camino rumbo hacia su habitación, parco e indiferente como Naruto lo conocía.

—Dobe, ¿qué esperas para subirte? —Sonrío— la noche es larga y aún me debes mi regalo de cumpleaños—

Naruto subió aún tembloroso,  tal vez Sasuke aún bromeaba. Tal vez…

No hubo más que pensar, Sasuke  había juntado sus labios con los suyos  en un dulce beso.

—Te he tomado en serio desde que llegaste aquí, pero estoy dispuesto a esperar — sonrió—un año más, dos años más… refúgiate en mi  Naruto, porque eres mío desde el primer día que pisaste esta casa—

Notas finales:

Gracias por leer... 

Este fic espero publicar una vez al mes...

con Yonjuunana seguiré adelante al igual que mis otros fics, y en puerta creo empezaré otro.

 

Lo sé... lo sé...

 debo acabar alguno... 

U_U

 

Lamento no tener un orden con mis ideas... 


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