Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Salto al cambio por Cinnamon

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ni la serie no los personajes de Naruto me pertenecen.

Para los que no saben, hoy es el cumpleaños de nuestro Uchiha vengador favorito~ ¡Sasuke! Así que un grupo de autoras nos pusimos la tarea de escribir fics inspirados en una imagen que Takaita Hiwatari nos ofreció. Como reto que es, la imagen que me tocó me hizo sentir limitada pero también me dio la oportunidad de escribir en un estilo que hasta ahora quería intentar pero no me atrevía... ¡Así que prearense para mi primer dark-fic! O intento de uno n.ñ

Quizá no sea taaan dark, soy quien prefiere el humor, fluff y romance así que no seas muy duras (?) Besos y gracias por leer :)

"Edad de oro SasuNaru"

Notas del capitulo:

Son las 11:33pm del 23 de Julio, culpen a mi tia y su deliciosa torta por mi demora.

 

 

Comenzó con un libro. Un libro con cuero color pardo cubriendo sus tapas, sus hojas desgastadas y su contenido apenas legible. Un libro entre pergaminos, folders y fichas de misiones por entregar. Un libro que apareció entre tal desorden que su presencia no causó extrañes. Un mero libro de apariencia inofensiva.

Pero no lo era.

Porque cansado de estudiar los pergaminos que Tsunade y Kakashi le habían asignado, su cubierta oscura entre tanto papel amarillento llamó su atención. Hastiado de estudiar, memorizar y repasar normas, leyes, sanciones, protocolos y formas debidas de actuar; los versos en rima y el ritmo juguetón de las estrofas fue un alivio en el que se vio perdido por solo unos minutos pues no llegaba a entender el contenido de las otras páginas.

Y ahora, ahora podía ver el peligro de ese libro en la materialización de ese poema, de sus profundos deseos, de su no aceptada necesidad.

—Dame la mano—pedía con esos ojos que Naruto había visto muy pocas veces en Sasuke. Porque Sasuke no pedía ayuda, era demasiado Uchiha, demasiado orgulloso para pedir algo por mucho que lo quisiera o lo necesitara. Sasuke no usaba palabras, mucho menos esa expresión, Sasuke hacía lo contrario, te alejaba, te negaba la ayuda y aun así, por mucho que se quejara luego, cuando todo estaba solucionado él te miraba con la expresión de agradecimiento más genuina que uno puede conocer. Y eso bastaba. Al menos para Naruto esa expresión de afecto y aprecio de un Sasuke que no podía siquiera decir gracias, era suficiente.

O eso creía.

—Naruto, por favor.

Porque ahora este Sasuke era tan sincero con sus expresiones, sus sentimientos claros en su rostro, en sus palabras, sin arrepentimiento de mostrárselos a Naruto. Su rival, su amigo sí, pero siempre un rival.

—El tiempo se acaba.

¿Y no era gracioso saber que solo podía oír al Sasuke frente suyo y ni siquiera un susurro de los gritos que sabía que provenían de detrás de él? Sabía que Sakura y Kakashi y quizá todos sus amigos estaban ya en los límites de la burbuja que había creado Sasuke. Este Sasuke, el que tenía en frente. Porque Sasuke, el Sasuke real seguro estaba junto al resto gritando también su nombre. No se atrevía a girar para comprobarlo, solo sabía que estaría ahí.

Pero ese Sasuke, el Sasuke que estaba fuera de la burbuja de energía negra (no blanca como solía ser con el verdadero Sasuke, algo que debía molestarle pero por alguna razón no lo hacía) no era su Sasuke. No era quien estuvo con él las últimas dos semanas, entrenando, conversando, cocinando y hasta compartiendo una cama, caricias, besos y- y-

—¡Naruto! —era la voz de Sasuke gritando de dos direcciones.

Giró a ver a un Sasuke retorciéndose para ingresar a la burbuja, su rostro lleno de furia y sus ojos mostrando signos de desesperación, algo por lo que Naruto reiría si fuera posible.

Volvió a ver a su Sasuke, su expresión abierta, su mano alzada, con esas ropas que aún veía en sus sueños del Sasuke que pasó persiguiendo toda su adolescencia y esa energía negra que era la mejor muestra que esto era una simple ilusión, un jutsu negro, prohibido, magia, lo que sea que fuera el poder escondido entre hojas apolilladas.

Era darle la mano e irse a donde este Sasuke, el suyo, decía que lo llevaría, a un mundo mejor, un universo donde ellos podrían estar juntos, donde se amaban y todos lo aceptaban y no había problemas y él era Hokage y todos vivían felices. Confiar en que era verdad y con el simple gesto de tomar su mano se transportarían a una mejor realidad o no.

O alejarse y darle la espalda a este Sasuke. Negarse la posibilidad de un universo donde sería feliz y quedarse aquí. En su realidad. Con un Sasuke roto, herido, de poco rango emocional y que guardaba sus sentimientos como si  ocultarlos fuera lo único aceptable. En una realidad donde ya sabía lo que pasaría, Sasuke se iría inevitablemente con Sakura y él, como todos profesaban, tendría que aceptar los sentimientos de Hinata, casarse, tener hijos y- y fin.

Fin. Porque estaba así escrito y así debía ser, así todos lo esperaban y estas dos semanas quedarían olvidadas y todos ignorarían que pasó como ignoraron por doce años al demonio que siempre tuvo dentro.

Semanas que él no olvidaría…

 

-oOo-

 

Pues la realidad escrita es una,

Y la que deseáis distinta es,

No temas anfibio mío,

Que salta, salta y a otra llegareis.

Si lo que aquí no te satisface,

Y deseáis felicidad al instante,

No temas sapito mío,

Solo salta, salta y otro mundo tendréis.

Si tu amor no te corresponde,

Mudo, ciego y sordo es,

No temas pequeño mío,

Salta, salta y te lo daré.

 

Naruto rio ante los versos curiosos y lo fácil que sería todo si con simple desearlo o ¨saltar¨ la felicidad y lo que uno deseara sucediera.

Giró la hoja para darse cuenta que el resto era ininteligible.

Con un gruñido de resignación cerró el libro y lo volvió a dejar en el caos que era su escritorio. Seguro Sakura o Shikamaru lo habían traído junto con sus tareas del día, algo que hacía que por un momento odiara a sus amigos. ¡Estudiar era una técnica de tortura! ¡De veras!

Alzó la vista y cuando vio el reloj colgado sobre la puerta abrió los ojos en asombrada emoción. ¡Las diez! A esta hora Sakura ya estaba en el hospital y nadie estaría vigilando que no escapara.

Así que con una sonrisa se levantó del confinamiento que estar detrás de un escritorio y en silencio caminó hasta la puerta. Sin hacer ruido alguno la abrió, salió y la cerró. No Sai, no Shikamaru, no Ino.

Yosh. A entrenar. Pensó emocionado mientras corría por los pasillos de la torre Hokage que se había vuelto su prisión y lugar de estudio por órdenes de Tsunade. Al sentir el frio aire chocar contra su rostro apenas saltó de una de las ventanas de la torre pudo saborear su libertad.

Sin detenerse corrió hasta uno de los campos de entrenamiento donde sabía que nadie lo molestaría. Al menos tendría unas tres horas antes de regresar a su departamento y caer exhausto después de un rápido baño.

Si le hubieran dicho que entrenar para ser Hokage no solo significaba físicamente, sino también leer montañas de pergaminos y libros más antiguos que el viejo Onoki lo hubiera pensado dos y hasta tres veces. Esta tortura mental y física –porque quedarse quieto por horas no era lo suyo, su trasero comenzaba a perder forma- era, a veces, demasiado y la idea de darle la tarea a Shikamaru junto al puesto de Sexto Hokage era tentadora.

—Si sigues escapando así me haré millonario.

La voz repentina casi le hace perder el equilibrio, pero reconociéndola solo cambió de pierna y se impulsó con mayor fuerza para llegar a la otra rama.

—Y yo pensando que la fortuna Uchiha era infinita—respondió mientras buscaba alguna forma de huir de su persecutor. Maldito Sasuke.

—Sorpresa. No lo es. Así que el dinero extra no me hace daño.

—¿Si quiera tienes el pergamino de la misión? —bufó en molestia cuando sintió que Sasuke solo estaba jugando con él. El maldito estaba casi a su lado, un impulso y lo capturaría.

—No hoy-

—¡Entonces deja de seguirme!

—Pero si te llevo de regreso estoy seguro que me darán algo a cambio.

—Ja, ja—rio en sarcasmo. Molesto por la presión de todos y el no poder tener un momento a solas. — No misión. No Naruto—dijo cuando encontró un escape y se impulsó con fuerza a la izquierda.

—Solo deberías hacer lo que te exigen—dijo Sasuke minutos después cuando le dio el alcance. No lo había podido perder pese a todas las vueltas que había dado. No pensaba ir a su sitio de entrenamiento y llevar a Sasuke ahí, el muy avaro lo arrastraría de ahí a los pies de Tsunade solo por cumplir la misión y recibir el dinero de esta.

—Hago lo que debo hacer, pero a veces uno necesita relajarse—trató de explicar. Algo que no creía posible ante el gruñón de Sasuke. Después de todo, desde que la guerra terminó y Sasuke regresó, ya no era el mismo.

—Solo los holgazanes como tú se escapan de sus obligaciones, Naruto.

O quizá seguía siendo el mismo idiota arrogante que era de niño.

—Shikamaru lo hace—recalcó mientras lanzó un sello explosivo y se impulsó hacia la dirección opuesta. Quizá ya no necesitaría ir a entrenar, esta persecución estaba resultando bastante satisfactoria.

—Otro vago—llegó la respuesta minutos después. Su voz para nada alterada por lo que había corrido y esquivado mientras Naruto lo intentaba perder. Maldito entrenamiento anbu y maldito entrenamiento Hokage que solo lo agotaba mentalmente y le hacía perder el ritmo.

—Podrías entrenar conmigo, como solíamos hacerlo—sugirió cuando parecía que Sasuke se había aburrido de perseguirlo. Extrañaba entrenar con Sasuke. Hace mucho que no se ponían a prueba.

Sasuke bufó en burla antes de contestar.

—Has perdido tu toque—fue lo único que dijo antes de realizar unos movimientos con sus manos para segundos después, Naruto verse obstruido por un barrera de fuego por delante, un mano en su nuca y un cuerpo solido por detrás.

—¡Es porque me tienen encerrado por horas en esa oficina! —gritó en frustración, el sueño, la cólera, la impotencia.

—Si solo te concentraras en terminar-

—¡Es demasiado! —Gritó molesto ante el tono despectivo de Sasuke. Su amigo, rival que ahora más parecía un Sai cuando acababa de salir de Raíz.

—No lo es, te estas-

—¡Entonces ayúdame! Estoy seguro que si al menos-

—No.

Naruto no dijo nada, sorprendido por la firmeza y frialdad en su tono, sin dejar de estar alerta por la repentina fuerza en la punta de sus dedos contra su nuca.

—¿…Sasuke?

—Solo regresa y termina tus obligaciones, Naruto—ordenó con firmeza.

Segundos después los dedos helados desaparecieron, llevándose consigo a su mejor amigo y la separación que se había formado entre ellos en algún momento. Si solo supiera cuándo y cómo remediarlo.

Naruto se tiró en el pasto, rendido y cansado de todo. Sasuke había estado actuando raro por meses y él no sabía qué hacer, menos con el poco tiempo que tenía ahora que lo mantenían siempre tratando de que se aprendiera todas esas tontas normas. Kakashi y Tsunade solo lo veían con lástima porque él no era como Tsunade nieto de un Hokage que se la pasó su niñez rodeado de lo que consistía el trabajo o como Kakashi, un genio. Lo peor era que nadie se atrevía a contradecir al par de viejos que se encargaban de ¨su correcta educación¨, Homura y Koharu.

No, eso no era lo peor. Lo peor, peor, era que ni él podía oponerse porque si lo hacía tendría sus mañanas libres, y eso significaba salir y ver a sus amigos y conversar con ellos y- y- y confrontar a Hinata.

No es que odiara a Hinata, ella era genial, una buena amiga y muy amable. Pero todos estaban expectantes de lo que resultaría de ellos. A penas se encontraban en las calles todos se quedaban en silencio esperando alguna dramática confesión de amor y a la semana matrimonio y quizá hijos a la semana siguiente. ¡Era demasiado!

Pero eso no detenía a Sakura e Iruka-sensei, ¡Iruka-sensei!, de planear la boda, la vestimenta y hasta quienes o no invitar. Al menos estaba feliz que planearan ramen gratis. ¡Pero ese no era el punto!

Todos estaban planeando su vida. Todos se creían capaces de decir lo que era mejor para él. Repentinamente todo aldeano de Konoha tenía en sus manos el voto para decidir su vida, cuando años atrás él ni existía. Era- era exasperante.

Lo peor, peor, peor era que él no quería decepcionarlos.

¿Y no era ese el peor mal?

Pues la realidad escrita es una,

Y la que deseáis distinta es,

No temas anfibio mío,

Que salta, salta y a otra llegareis.

Sonrió ante el recuerdo de aquella estrofa. Su realidad deseada sería el poder hacer lo que él quisiera sin que esperaran de él más de lo que él planeaba para él mismo. Ya tenía dieciocho, era un adulto. Él podía decidir lo que creía bueno para él o no. Nadie podía escribir su futuro, nadie podía obligarlo a hacer lo que no quería.

Si lo que aquí no te satisface,

Y deseáis felicidad al instante,

No temas sapito mío,

Solo salta, salta y otro mundo tendréis.

Salta, salta. Sería fácil si solo pudiera hacerlo. Un mundo donde pudiera ser feliz, un mundo donde todo lo estresante desapareciera y la relación con Sasuke que tenían volviera. Siguió repitiendo la estrofa en su mente. Podía escuchar los ronquidos de Kurama en un rincón de sus pensamientos, desinteresado desde horas atrás sobre los problemas humanos.

Kurama que siempre que estaba de humor lo oía quejarse pero que también se cansaba y dormía de largo ignorando sus quejidos. Un amigo que no esperaba pero que agradecía tener y que no molestaría con sus penas.

 Si tu amor no te corresponde,

Mudo, ciego y sordo es,

No temas pequeño mío,

Salta, salta y te lo daré.

Por una razón extraña Sakura ya no aparecía en sus pensamientos, Hinata mucho menos, cuando pensaba en su amor no correspondido. Hace mucho que el amor hacia Sakura se había convertido en amor fraternal; y el cariño que le tenía a Hinata solo era amical. Y ambos eran correspondidos. Así que la única relación que apareció en su mente era la casi destruida relación con Sasuke.

Mudo, ciego y sordo.  Sasuke ya no le hablaba como antes, cuando podían platicar horas de tonterías y de cosas tan serias como sus pasados. Sasuke ya no lo veía como amigo, a veces parecía que solo era una mera misión nocturna. Sasuke ya no lo escuchaba, ni sus pedidos, ni sus palabras, ignoraba las veces que Naruto quiso conversar con él o hablarle de sus problemas, su actitud despectiva y su mirada indiferente.

Salta, salta… ¿Qué debía de saltar? ¿Cómo? ¿Cuándo?

Naruto se levantó. Esto era algo ridículo. Quedarse echado sobre el pasto esperando que algo mágico pase era algo idiota y de lo que Sasuke disfrutaría burlarse. Así que se levantó y volvió a su departamento.

Un baño y cinco horas después Sakura llegaría a sacarlo de la cama y arrástralo hasta su horrenda prisión, para que de nuevo, en la noche, intentara escapar.

Al menos, quizá, tendría una corta charla con Sasuke. Antes de que el maldito lo atrape y lo lleve de regreso a su jaula.

 

 

Notas finales:

Ok, antes que nada este no es mi fuerte :/

Solo espero que termine tal como esperaba, pero como dije dark fics me gustan pero esta es mi primera vez intentandolo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).