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Café Sakura por Miraku

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Notas del capitulo:

Holaaaa!!!!! Jejejejejejeje epero que no me maten ewe:

ADEVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas de lemmon, si no te es de agrado este tipo de situaciones, mejor pásalas.

Sin más a leer:

—Maldito. —dijo Kotaru; quería matarlo, ya ha soportado mucho de lo que ha hecho su padre, pero esto era otro límite rebasado.
            Akira, limpió la sangre que salió de su labio inferior a causa del fuerte impactó que su hijo le dio, volteó a ver a Kotaru y sonrió, ¿¡cómo en un momento así él sonreía?! Eso no le daba buena espina al peli negro. Yuuki por su lado está temeroso, su cuerpo lleno de las marcas que dejó aquel hombre, temblaba, tratando de levantarse y limpiar la saliva de Akira, lloraba, quería que todo fuera un sueño, no, una pesadilla.
            Kotaru, golpearía en cualquier momento, no permitiría que nadie tocara así a Yuuki y sin pensarlo dos veces volvió a atacar a su padre fuertemente con el puño en la nariz. Akira para responderle, al ver que el chico le iba a volver a golpear, lo tomó con suma fuerza del codo del brazo con el que iba a dar su ataque, apretando y así jaló un nervio de Kotaru, el cuál se hizo para atrás por la sorpresa; Akira tomó la ventaja de ello y golpeó a su hijo, al ver que cayó al piso, con su pie hizo presión a su cabeza contra el piso. Kotaru soltó un gemido de dolor, Yuuki estaba asustado:
            —¿Ves lo que has provocado, hijo? —comenzó Akira, poniendo más fuerza en su pie.— Además, me estaba divirtiendo, no tenías por qué hacer tanto escándalo… Tu novio Yuuki es más exquisito de lo que pensé.
            Akira sacó una pistola de su saco y apuntó a Kotaru, que por estar en el suelo y con el pie del mayor presionando para no pararse, estaba indefenso.
            —P-por favor, deja a Kotaru… —suplicó Yuuki con sus ojos hinchados, pero sin querer acercarse a Akira.
            —Lo siento niño, eso no pasará, pero no te preocupes, solo se escuchara un estruendo y todo acabó, después me encargaré de ti, si te da asco la sangre, cierra los ojos.
            Akira preparó el tiro y sonrió victorioso.
            Todo pasó rápido, en un solo pestañear acabó todo, el espantoso sonido de la pistola se dio, el grito de Kotaru se ahogó en esas cuatro frías paredes.
            Pero al mismo tiempo de aquello, Yuuki tomó un adorno de un caballo que parecía ser de algún material bastante duro, y sin dudarlo golpeó en la cabeza a ese hombre que intentó matar a su pareja, al momento del impacto Akira dio el disparo, nada más rozando un hombro de Kotaru, y el hombre cayó al suelo, inconsciente. Se abrió la puerta y Mizuki entró apresurada y preocupada, al ver la escena, se asustó y rápidamente fue a llamar a la policía y paramédicos, fue y abrazó a Yuuki. Kotaru con su otro brazo se acomodó en al piso, y presionó en su herida, el rojo carmín de la sangre, consecuencia de este gran problema, corría manchando su ropa volteó a ver y al cerciorase de que Yuuki estaba en buenas manos, suspiró aliviado.

Vendaban el hombro de Kotaru, quién tenía una expresión de seriedad, mientras que a Yuuki lo revisaban por si tenía alguna raspadura o algo por el estilo. Mizuki hablaba con un oficial, argumentando todo lo que ella sabía, entregando las cartas de amenaza que ella recibió como parte de prueba de que Akira realmente fue una amenaza. Por su lado, cuándo ese apuesto hombre despertó, lo arrestaron, y venía bajando y salió del edificio (todos los demás se encontraban afuera) sonriendo con serenidad, pues al parecer por su avaricia y egoísmo terminó perdiendo, su difunta esposa antes de morir dijo algo parecido: “Akira, por favor, entiende que si sigues así, no terminarás bien, te amo a pesar de todo y quiero que abras los ojos, lo que planeas hacer, te dejará en las peores condiciones.” Y después de esas palabras, la mujer, cerró sus verde azulados ojos para siempre, tal vez sin descansar en paz hasta que su hijo lograra hacer ver a su padre lo que estaba a punto de hacer, ¿ahora si la pudiera ver, cómo estaría? ¿Feliz?, ¿Triste?, ¿Calmada? No sé sabía, pero por su lado Kotaru, no se sentía nada confiado, no podía olvidar lo que le acababa de pasar a Yuuki, quién por su lado cuándo le preguntaron si deseaba levantar cargos a Akira, él negó y sonrió triste, pues a pesar de que ese hombre lo intentó lastimar, y tal vez con heridas de por vida, no sabía por qué pero no quería hacerlo, ¿será por lastima? Quién sabe.
            —Yuuki, ¿estás seguro de lo que escogiste? —preguntó Mizuki abrazando al chico.
            —¿Para qué te miento? No lo sé, pero creo que fue lo mejor a escoger…
            Kotaru, se sentía culpable, miró de reojo a su novio y bajó la mirada para ver sus manos, las cuales hizo puño, apretando con fuerza…

Ya pasaron cerca de dos semanas desde que el padre de Akira fue llevado a la corte, sin derecho a un juicio pues había demasiadas pruebas en su contra y fue condenado a prisión por: abuso, robo, lavado de dinero, extorción y homicidio en primer y tercer grado. Si Yuuki hubiera aceptado levantar cargos por intento de violación, ese hombre se pudriría varios años más en la cárcel de lo que ya estará. Kotaru y su novio, entrelazando sus manos fuertemente para darse apoyo, principalmente al mayor; vieron como Akira pasaba por esas puertas que lo llevarían al hoyo, algo que repugnó por completo a Kotaru era su gesto tan tranquilo y sereno, además de que sonreía ante las cámaras y cuando volteó a verlo sonriendo. Kotaru lo fulminó con la mirada.
            En dos días será el cumpleaños de Kotaru. Cuándo el cumpla su mayoría de edad -21 años- él tenía que firmar una herencia dejada por su abuelo y madre, dónde él se quedaría con los viñedos que la familia Kogara poseía, estos se encontraban en California, Estados Unidos. Además de que pasaría a su nombre una, realmente, generosa cantidad de dinero y dos mansiones que eran propiedad de su abuelo, ¿gran herencia, no? Kotaru prometió aceptarla y hacerla crecer, y eso era lo que haría. Pero, de alguna forma no podía superar que el hombre que le dio la vida, casi viola a su pareja, se sentía culpable, sentía que debió llevárselo consigo a la reunión en la Universidad por más aburrida que esta fue, toda la culpa sentía que caía en él, ¿será cierto?
            Mizuki se encontraba en su habitación viendo la pantalla de su computadora y golpeando su escritorio con una pluma, suspiró cansada, todos los amigos de Kotaru que viven en Osaka, su lugar natal, le negaron la invitación que ellas les dio, para que vinieran a ver a su amigo en su cumpleaños número 21, debido a los estudios y que ese día varios no podían ir, dejó esa reunión para la próxima semana, donde ahí todos aceptaron emocionados. Cerró el portátil y decidió salir, pasó caminando y vio como Kotaru estaba pintando en un bastidor, sus pinceladas eran bruscas y rudas, estaba soltando su ira e impotencia que sentía, Mizuki miró al suelo triste, tenía que alegrar a su amigo. El chico no se dio cuenta de la presencia de la castaña. Mizuki tomó su abrigo y bolso, hacía aire esa tarde, caminaba por las calles con un rumbo en mente: “El Café Sakura” tenía que hablar con Yuuki y su confidente Mary, pero eso sí, le daba nervios ver a Nagisa, pues no han hablado desde la vez que la besó, y realmente la castaña no se arrepintió, le había gustado, tal vez se estaba enamorando de esa testaruda italiana, aunque no lo quisiera, pero siempre se encontraba en sus pensamientos. Suspiró nuevamente y entró al enorme lugar, rezando para que tuviera la oportunidad de ver a Nagisa. Mizuki tomó asiento y esperó a que la atendieran.
            —Mizuki, hola ¿qué deseas? —era la tía Mary, sonriendo como siempre.
            —Mary, hola solo tráeme un café y la galleta que siempre compro.
            —Tienes suerte, Yuuki las acaba de hacer hace unas horas, están en su punto.
            Mizuki sonrió como asentimiento y vio como la mujer se iba por el pedido de ella. A lo lejos vio como Nagisa atendía a otros clientes y sonrió, ¿Nagisa estará enojada? Esperaba que en lo más profundo de su corazón, la italiana la quisiera aunque sea solo un poco como Mizuki la quiere a ella, vaya que la imaginación era muy extensa.
            —Hola Mizuki. —saludó Yuuki a la chica mientras se sentaba a su lado.
            —Hola Yuuki, ¿acabaste ya tu turno?
            —Sí, ¿y qué te trae por aquí? —preguntó ansioso el menor.
            —No vino Kotaru, chico, lo siento pero anda encerrado pintando, está resentido por lo que te ocurrió, se siente culpable y no se quita esa idea de la cabeza, ¡ni siquiera por qué va a ser su cumpleaños lo deja pasar ya!
            Yuuki bajó la mirada, realmente le importaba a su novio.
            —¿Su cumpleaños es en dos días, no? Este sábado.
            —Sí… Y no he logrado que los amigos de Kotaru, que viven en Osaka vinieran, puras excusas…
            —¿Entonces qué le harás exactamente?
            —Pensaba hacerle una pequeña fiesta sorpresa, a él no le gusta los grandes detalles…
            —¡Y el plan debe seguir en pie! Llama a Wataru y pregúntale con quién se lleva bien en la Universidad, yo te ayudo con la fiesta en general.
            —¿De verdad harías eso por mí y Kotaru?
            —¡C-claro!
            A lo lejos, Nagisa vio como Mizuki y su hermano se abrazaban, y en vez de tal vez aprovechar aquella situación y echar a perder la relación de Yuuki y Kotaru, se sintió molesta, muy molesta, no quería que nadie tocara a Mizuki, ¿¡por qué?! Debe ser culpa del trabajo que ha tenido, ha sido demasiado, sí debe ser eso, tiene que ser eso.
            Mientras Yuuki y la castaña estuvieron un rato más hablando junto con Mary quién se le unió un rato después sobre el cumpleaños de Kotaru y lo que se haría por él, ya todo estaba listo, ahora solo había que poner manos a la obra. Cuando Mizuki se fue, Yuuki y Mary recogían y limpiaban las mesas del establecimiento, hablando amenamente, hasta que se tocó un tema delicado:
            —Tía, ¿sabes cuándo se irá Mauro a Italia de regreso?
            Mary sintió temblar.
            —N-no, no lo sé cariño…
            —¿Segura?, Tía por favor dime… Sabes que me es incómodo tenerlo cerca.
            —Y mucho más ahora, ¿qué le pasa por la cabeza? Primero te haces su pareja, luego él termina engañándote y haciendo que no quieras volver un tiempo a Italia para que al final vuelva detrás de ti, algo trae entre manos.
            —¿Será lo mismo de la otra vez?
            —No lo sé… Yuuki, ya no me contaste que pasó el día que volviste de la casa de Kotaru hace dos semanas, estabas nervioso y no saliste de tu habitación en todo el día…
            —N-no pasó nada tía, no te preocupes.
            Yuuki sentía que su excusa no serviría con su tía, temiendo un interrogatorio, hacía como si nada pasó y limpiaba y cuando Mary iba a preguntar, Mauro lo “salvó”:
            —Mary, Augustina te está buscando y está enojada, creo que deberías ir con ella y rápido.
            La nombrada lo vio de forma despectiva y preguntó dónde se encontraba su “linda” hermana, a lo que Mauro señaló escaleras arriba. Cuando Mary se fue, Mauro se quedó viendo a Yuuki, quién hacía como si él no estuviera ahí. Mauro lo veía con deseo, con ganas de hacerlo gemir su nombre, con sentir y arcar ese cuerpo como suyo. Yuuki por su parte, sudaba en frío y deseaba estar con su pareja. El mayor se acercó al chico y posicionó sus manos en las caderas de Yuuki para acercar su boca a su oreja derecha y lamerla, Yuuki se estremeció:
            —Tu novio ese… ¿te ha tocado aquí? —preguntó divertido Mauro, mientras apretaba el trasero del chico con fuerza y deseo.
            Yuuki se asustó, no quería recibir ese tipo de toques a menos que fueran de parte de Kotaru. Algunos quedan traumados fuertemente cuando son violados y a veces cuando fueron en un intento dé, Yuuki logró dejar aquello, pues sabía que tenía a Kotaru y solo quería entregarse a él; pero Mauro le daba miedo, no era la primera vez que lo tocaba, y lo tenía bien amenazado, Mauro sabe sobre la relación de él y Kotaru y temía que soltara su lengua con sus padres y provocar más problemas de los que ya pasan la joven pareja.
            Mary bajó a todo correr y golpeó una puerta para hacer que Mauro soltara a Yuuki y sonriera, y tan bien que se la estaba pasando con el chico tocando su cuerpo, bueno todo a su tiempo, tenía que salir bien. Mauro le dio un beso en la mano a Yuuki y se retiró como el caballero que era dando una sonrisa sínica a Mary, esos dos no se llevaban para nada bien.

Al día siguiente, Yuuki tenía el día libre (como casi todos los viernes) y quedó en verse con Shin y Mizuki para hacer la comida de la fiesta y el pastel de cumpleaños de su novio, mientras tanto Wataru se encargaría de distraer a su amigo por si era necesario, ya que no querían que se acercara al parque de sakuras, por seguridad. Cuando llegó Wataru al departamento que comparten los dos estudiantes, tocó y al no recibir respuesta alguna, sacó la llave que le dieron para entrar con su amigo y estarse con él. Entró y se dirigió al estudio del peli negro, dónde ahí se encontraba pintando como los últimos días, después de hacer los deberes de la Universidad -que siempre logra acabar muy rápido- se sentaba y pintaba. Habían varios bastidores y papeles cartón con dibujos de tonalidades y temas que a simple vista no eran muy agradables, el placer estético no se producía de forma positiva, los rasgos y pinceladas eran perfectas sí, pero el resultado lo opacaba: niños de colores grises entre multitudes de gente con colores brillantes en la lluvia, personas arrinconadas y escondiéndose de su propia realidad a escala grises, flores secas de frente y por atrás una escena difuminada casi imposible de ver de un abuso, y ahora mismo Kotaru pintaba un niño sentado en un muelle viendo al agua, parecía ser una foto por el realismo con el que se trabaja el chico, los colores perfectamente bien balanceados, la expresión del chico tan real que lo sentías. El agua cristalina y brillosa, los detalles del muelle, la madera gastada y vieja, sin dudad Kotaru tenía un talento innato:
            —¿Ahora haces pinturas de temática emo? —preguntó Wataru viendo los trabajos.
            —No.
            Kotaru no dejó su labor para ver a su amigo.
            —Hermano, ¿quisieras voltear a verme cuándo te hablo?
            —¿Qué pasa si no lo hago?
            Wataru suspiró, realmente Kotaru se sentía mal por lo sucedido, claro que era difícil de sobrepasar que la persona que te dio la vida, fue la misma que quiso arrebatar la inocencia de quién más amas.
            —Oye, sé que te debes sentir fatal, pero escucha: ¿nos has pensado en lo preocupados que estamos tus amigos? Sé que ver como tu padre casi viola a tu pareja no es algo que queramos ver, pero las cosas pasan porque tienen que pasar, es inevitable lo que queremos que sea evitable, pero a tu novio no le pasó nada malo. Aunque… Yuuki se siente triste, casi no le has hablado, Mizuki, mi Shin y yo nos preocupamos, ya no vemos al mismo chico distraído que sabe rechazar bien a las chicas de la Universidad que se le declaran, el romántico con su novio, el artista que es mi amigo, el que ayuda a quién lo necesita, yo extraño a ese Kotaru, yo no quiero al Kotaru que se comporta como un emo.
            Aquellas palabras hicieron ver a Kotaru, que era cierto, se estaba comportando como un patán, solo sentía que todo recaía en él, pero no, por culpa de su estado las personas que más quiere estaban mal. Volteó a ver a Wataru y sonrió:
            —¿Vamos por dulces? —preguntó Kotaru sonriendo.
            Wataru sonrió complacido, ese era el amigo que quería ver.
            —Ya te estabas tardando con esa pregunta, vamos.
            Ambos chicos salieron del departamento, platicando de tonterías. Kotaru volvió a estar bien.

Era sábado, el cumpleaños de Kotaru, el chico fue despertando a la hora que más le dio la gana, eran casi medio día, y por fin Kotaru se dignó en despegarse de le almohada, salió de su cuarto con rumbo al baño, se lavó la cara y se vio en el espejo, hoy cumplía 21 años, hoy se hacía mayor de edad, sonrió levemente y fue a desayunar. Al llegar a la cocina no veía a su amiga por ningún lado y antes de llamarla, vio una nota junto con un desayuno, la tomó y decía:

“Kotaru salí a la Universidad porque quedé en verme con una amiga para acabar un trabajo llegó en la tarde, suerte y por cierto: ¡No toques los pastelillos de café que tengo en la cocina! Los tengo contados.
Nos vemos, Mizuki.”
            Kotaru sonrió feliz, siempre su amiga así y sin importarle la advertencia que le dejó su amiga, decidió acompañar su café con uno de los postres de Mizuki, sabía bien, eran esponjosos y suaves, lo mejor para nada secos. Después de desayunar, decidió bañarse para llamarle a Yuuki y ver si podía salir con él, tenía que disculparse con él y su comportamiento que ha tenido, Yuuki fue el más afectado de ello y se olvidó de él por completo tenía que hacer algo para remediar su error. Se vistió con unos pantalones negros una playera roja corta y debajo de ella un blanca de manga larga, y cuando cepillaba su cabello vio el regalo que Yuuki le dio al día siguiente de haberse convertido en pareja: Un arete con el dije colgante del país de Italia y sus tres colores representantes: verde, blanco y rojo, sonrió y se lo puso para después agarrar su cabello en su clásica coleta baja. Se sentó en la sala y tomó su móvil para mandarle un mensaje a Yuuki:
            “Yuuki, ¿estás libre en estos momentos?” escribió y envió el recado. Pronto hubo respuesta.
            “¡Sí! ¿Por qué?”
            “Bueno, voy para allá y salimos ¿te parece?”
            “Me parece increíble. Te espero…”
           
Kotaru iba a escribir un te amo pero decidió que lo mejor sería decírselo en persona, tomó su chamarra, su cartera y llaves y salió corriendo de su casa. Llegó al muy concurrido café entró y buscó con la mirada a su pareja y lo que se encontró fue a Mauro quién se acercaba a él, con su galante sonrisa:
            —Mira a quién tenemos aquí, el patético novio de Yuuki, ¿vienes a verlo? —dijo sonriendo de forma falsa.
            —Eso no importa. —contestó de forma despectiva el chico.
            —Calma con tu ánimo, solo preguntaba, tienes suerte, la piel de Yuuki es tan deliciosa y suave…
            Y justo cuando iba a contestar Kotaru, Yuuki llegó feliz y abrazó a su novio, quería verlo ya, había mucho que hablar.
            —¿Nos vamos, Kotaru?
            Kotaru sonrió y asintió, se dieron media vuelta y salieron, Yuuki entrelazó su mano con la de su pareja y se abrazó al brazo que agarraba, para después sonreír y darle un beso en la mejilla, Kotaru le sonrió y besó rápidamente en sus labios al castaño.
            —Te amo, ¿ya lo dije antes? —lo último lo preguntó en forma de broma Kotaru.
            —Sí, ya lo has hecho, pero no me cansaré de que lo hagas.
            Ambos siguieron caminando, esto era una buena oportunidad, así Mizuki podrá encargarse de la fiesta  sin preocupaciones de que Kotaru apareciera y arruinara su propia sorpresa. Fueron a sentarse en las bancas y Kotaru le dio un beso en la frente a su acompañante, Yuuki le sonrió por fin pasaba tiempo con quién más amaba, necesitaba verlo así, sonriendo como siempre él era, y sin dudarlo atrapó la boca del mayor en un dulce beso, como si de una reconciliación se tratara, Kotaru aceptó el gesto, tomando al chico por la cintura y acercándoselo más a su cuerpo, Yuuki puso sus manos temblorosas en el amplio pecho de su novio. Se separaron lentamente y se miraron a los ojos felices:
            —Yuuki…
            Kotaru se abrazó al chico aspirando su aroma, para después disculparse al oído de Yuuki, argumentando que por culpa de su comportamiento, no le dio la atención que se merecía él, por su parte el chico sonrió ampliamente y aceptó las disculpas feliz y le deseo un feliz cumpleaños, Kotaru abrió los ojo y sonrió, u novio se acordó del día, entonces Yuuki tomó de la mano a Kotaru para ir a una cita, ya quería volver a tenerlas con el mayor. Fueron a varios lugares, en el centro comercial se había abierto una pista de hielo, y Kotaru invitó a Yuuki quién le vio con un puchero sabía que él no sabía patinar por lo que todo el paseo de ese lugar, el mayor aprovechó para tener cerca el cuerpo de su novio quién se aferraba fuertemente a él para no caer. Después fueron a comer, donde los celos de Kotaru salieron a la luz, un chico le invitó a Yuuki a bailar en la pista de baile que había en aquel restaurante, Kotaru enojado y celoso por como Yuuki le sonrió al desconocido, tomó de la mano al menor y se fueron de ahí, Yuuki entendió el comportamiento de su pareja y simplemente para pasarle el coraje le dio un beso, arreglando el problema, dejándolo en el olvido. Fueron a varias tiendas, reían y se sentían bien uno con el otro, ambos encajaban, sus personalidades completaban la del otro, ese día fue simplemente perfecto. Yuuki recibió un mensaje de Mizuki donde decía que ya todo estaba listo, que llevara a Kotaru al departamento para que viera la sorpresa.
            —Kotaru, ¿vamos a tu casa?
            La pregunta tomó por sorpresa al mayor.
            —¿A qué viene eso, Yuuki?, ¿Seguro que quiere ir?
            Kotaru abrazó la cintura del chico y aspiró el aroma del cabello del italiano, lamiendo el lóbulo de la oreja.
            —Ahh, s-sí p-para ver p-películas…
            —Bueno… vamos.
            Y así tomaron rumbo al departamento del mayor.
            Al llegar al edificio, subieron por el elevador hasta el piso ya conocido por ambos, caminando iban, para Kotaru fue un lindo día por su cumpleaños, pues los pasó con Yuuki, aunque sinceramente también le hubiera gustado celebrarlo con sus amigos. Yuuki esperaba a que su pareja abriera la puerta, quién en vez de hacerlo, con sus dos manos tomó la cintura del chico, obligándolo a que lo volteara a ver y ahí, lo tomó en un apasionado beso, moviendo de forma hábil sus labios lo hacía Kotaru sobre el castaño, quién le dio permiso a su novio para que jugara con su lengua, se entrelazaban y la del mayor daba círculos sobre la del menor, tomaban aire de bocanadas y seguían, Kotaru cortó la caricia y fue bajando al cuello del menor, una de sus zonas preferidas para atacar, comenzó dando besitos y donde los dio, lamió y hasta mordió enrojeciendo la blanca piel del chico, quién suspiraba, su novio sabía dónde acariciar y como debía hacerlo para provocarle esas deliciosas sensaciones. Pronto fueron succiones y mordidas más fuertes, haciendo que Yuuki jadeara de placer, pero entre la neblina de la lujuria cayó en cuenta, ¡los demás están dentro de la casa esperando al cumpleañero!:           
            —K-kotaru… para, a-ahora no… —dijo entre jadeos el menor.
            —¿Estás seguro? —respondió con una pregunta el mayor, mientras pegaba su cuerpo más al del chico, rozando su entrepierna con el trasero de Yuuki.
            —Ahh, s-sí, p-para, m-mejor luego ahh…
            Esa repuesta fue todo lo que necesitó Kotaru, si era necesario y si Mizuki se encontraba en el departamento, la sacaba, ahora solo deseaba estar con su pareja, ya no podía aguantar más, quería hacerlo suyo, y parecía que Yuuki no iba a poner resistencia. Abrió la puerta y:
            —¡Sorpresa!
            Menudo susto que se llevó Kotaru, quién abrió los ojos como platos al ver que todos sus amigos estaban ahí, Mizuki, Wataru, Shin, y dos amigos con quienes se llevaba en la Universidad, Kiyoteru y su pareja Haruto. Kiyoteru es un hombre serio, demasiado alto, más que Wataru y Kotaru, su cabello es negro y lo tiene largo como Kotaru agarrado en un coleta y el cabello que cae lo pasa por un lado de su hombro, flequillo de tres secciones con mechones rebeldes y fluidos, de las partes exteriores sobresalían unos de lado, usa unos lentes delgados de armazón negro, piel blanca y sus ojos serios de color dorado y con perforaciones en ambas orejas, es estudiante de arte en el ámbito de la fotografía. Haruto, un chico de cabellos cafés lacio y en puntas, flequillo de raya que parte de la derecha, bastante alborotado, piel blanca, de estatura como de Shin solo que un poco más alto, serio y callado excepto con su novio, sus ojos son azules obscuros, él es estudiante de arte en el ámbito del cine.
            —Wow… Gracias amigos. —dijo Kotaru sorprendido.
            Wataru abrazó al cumpleañero por los hombros:
            —¿No podías esperar a entrar a la casa para darle a Yuuki lo que le corresponde? Sus gemidos se escuchaban desde afuera, hermano.
            —De haber sabido de que me harían una fiesta sorpresa, no le habría hecho a Yuuki lo que le estaba haciendo.
            Todos abrazaron a Kotaru deseándole lo mejor y la fiesta comenzó, la música se escuchaba y pronto llegaron unas amigas de Mizuki, ya que como era la única mujer se iba a ver extraño; las amigas de la castaña estaban como en un sueño, los chicos más atractivos de la Universidad en un mismo techo:
            —Mizuki, grande la suerte que tienes. —dijo una de las amigas de la nombrada. Todas estaban sentadas en la sala, mientras que los hombres estaban en el comedor.
            —¿Por qué lo dices?
            —¿Eres ciega o qué? Tienes como amigos a los tres chicos más guapos de toda la Universidad, ¿cómo hiciste que Kiyoteru aceptara una invitación tuya?
            —Bueno, cómo él es amigo de Kotaru no fue difícil…
            —¿Y qué?, ¿No te gusta uno de ellos? ¡Dinos! ¿Cuál te es más apuesto de los seis? —preguntó otra chica.
            —Chicas, cálmense, no, ninguno de ellos me gusta, me gusta otra persona y no está aquí. Ahora si tuviera que escoger al más apuesto, sin duda me llevo a Wataru.
            —Qué bueno, porque yo me quedaba con Kiyoteru.
            Las cuatro mujeres presentes se echaron a reír y continuaron hablando de quién era el más apuesto.
            La velada sin duda fue fenomenal, todo platicaban animados, se divertían, bromeaban entre sí, se tomaron varias fotos como recuerdo, una típica reunión de universitarios. Ya eran casi la una de la madrugada, y todos los invitados se retiraron. Yuuki ahora daría su regalo a su novio. Shin se fue con Wataru, Haruto prácticamente jaló fuera a Kiyoteru, la chicas se despidieron del cumpleañero suspirando como enamoradas por la caballerosidad del chico, Mizuki se fue con la que mejor se llevaba:
            —¿Y por qué te vas?
            —¿Y por qué no? Calma Kotaru, mañana me regreso y créeme me vas agradecer que no haya estado aquí esta noche. Adiós amigo, y de nuevo feliz cumpleaños.
            Mizuki y Kotaru se abrazaron fuertemente, eran muy unidos. La chica sonrió y se fue, dejando sola a la pareja.
            Kotaru suspiró y miró a su alrededor, la sala, comedor y cocina, tenía que ser recogida, pero mejor no, suspiró cansado, y miro al baño, probablemente Yuuki se estaba cambiando, pero espera ¿con qué? El chico no llevaba maleta alguna durante la cita. Kotaru no le dio importancia y se fue a cambiar él, y una vez hecho eso, tomó un libro y se puso a leer, únicamente su lámpara de mesa iluminaba el cuarto, toda la casa estaba a obscuras. La puerta de su cuarto se abrió, debía ser Yuuki, Kotaru volteó a ver y se sorprendió por la exquisita imagen que tenía en frente suyo: Yuuki sonrojado, con una camisa de vestir negra de él, le llegaba justo debajo de su trasero, dejando a la vista la piel de las piernas del chico, agarrándola de la parte inferior de en frente. Yuuki caminó con paso decidido hacia su novio, se subió a la cama y le sonrió, tomó el libro y lo dejó de un lado, acarició el pecho del mayor, queriendo recordar cada roce que hacía, con una mano acercó a Kotaru hasta sus labios los cuales se unieron en un exquisito beso, la lengua del castañito ansiosa de jugar con su acompañante, lamió los labios del peli negro, se entrelazaban y la lengua de Kotaru se metió en la boca de Yuuki inspeccionando todo lo que estaba a su paso, sus respiraciones se volvieron agitadas, y queriendo más contacto, Kotaru tomó el trasero de Yuuki por sobre la tela y lo sentó en su abdomen el pequeño cuerpo de chico quién pasó u pierna a cada extremo del tronco de Kotaru, Yuuki posó sus manos en el rostro de su novio sin cortar el apasionado beso, y se ahogaban los gemiditos que comenzaban a salir de su boca por el delicioso masaje en el trasero que le daba Kotaru, apretando y tomando cuanta carne podía de forma lenta y tortuosa. Se separaron y Kotaru volvió a la labor que dejó a medias en el pasillo, mordiendo en las marcas rojitas que ya tenía la piel de su amado, y succionando, lamía otras partes, con una mano dejó el masaje y fue desabotonando la camisa que traía el chico, bella sorpresa, esa era la única prenda que traía puesta, pues sentía como el pene de Yuuki comenzaba a reaccionar a las caricias y sus testículos rozaban contra su ropa; metió su mano y acarició la piel del chico, llegó a uno de los pezones y comenzó a estimularlo dando círculos en el centro y con el dedo pulgar e índice lo pellizco:
            —Ahh… Kotaru… —gimoteó Yuuki.
            Kotaru se acercó al oído del menor y después de haberlo lamido con su húmeda lengua, le susurró:
            —Ahora no hay nadie que me detenga más que tú, ¿me impedirás hacerte mío por completo?
            —N-no, ahh no lo haré…
            El boleto de derecho fue concebido. Kotaru volvió a apresar los labios de Yuuki, mordiendo su labio inferior, haciendo que Yuuki moviera las caderas en busca de contacto, y con sus temblorosas manos fue levantando la playera que traía Kotaru, quién se separó del beso y ayudó al chico a quitarse la molesta prenda, dejando a la vista el bien formado pecho de su novio, Yuuki se sonrojó y volvió a unir sus labios con Kotaru, mientras acariciaba de forma inexperta la piel del mayor, excitándolo de sobremanera, las manos de Yuuki eran suaves y tibias. Kotaru volvió a acariciar el trasero de Yuuki, pasando un dedo por el ano del chico lentamente:
            —¡Ah Kotaru!
            El nombrado sonrió, adoraba como decía su nombre el chico, ahora bajó a besar el otro pezón que le hacía falta atención, primero comenzó dando lamidas circulares, y luego comenzó a chuparlo de forma sensual, dejando que su saliva corriera fuera, mojando la piel del menor luego fue mordiendo la punta y jalando, y con la mano libre se acercó a la entrepierna de Yuuki y comenzó nada más a acariciar la punta de su pene dando círculos y apresándolo para ir subiendo y bajando, dando inicio a un tortuoso y a la vez exquisito vaivén, sacando gemidos de la deliciosa voz de Yuuki, quién los soltaba en el oído de Kotaru, mientras ponía sus manos en los hombros del mayor, teniendo cuidado de la herida del chico, que estaba bajo una gasa. Yuuki nerviosamente mordió el cuello del mayor, dejando notorios rastro de saliva, que succionaba para seguir besando parte del hombro sano de Kotaru, quién sonreía en sus adentro mientras seguía degustando del pezón del chico.
            La masturbación hacia Yuuki fue cada vez más rápida, subiendo y bajando, los gemidos de Yuuki inundaban toda la habitación, la hábil mano de Kotaru hacía un trabajo exquisito, el líquido pre seminal comenzaba a chorrear, mojando el pantalón del pijama del mayor, quién seguía mordiendo el plano pecho del chico, lamiendo y dejando su saliva sin pudor alguno, Yuuki rozaba inconscientemente sus testículos con el miembro de Kotaru sacándole gemidos así mismo, y despertando cada vez más al pene de su novio, ansioso de querer salir. Volvieron a unir sus labios frenéticamente, la saliva resbalaba por la comisura de sus labios, sus lenguas hacían su juego ya bien conocido, del cual son adictos, pronto Yuuki iba a eyacular, por lo que Kotaru con dos dedos tapó la punta para hacer presión, y con su otra mano le quitó la camisa a Yuuki y la lanzó a un lado de la cama, junto con la playera que él traía, dejando por completo desnudo a su pareja, se separó del beso para ver una erótica imagen simplemente: la entrecortada respiración del chico, su aliento en su oído pues dejó caer su rostro en el hombre de Kotaru, caliente y húmedo. Kotaru sintió como las manos de Yuuki pedían permiso de quitarle lo que le restaba de ropa, Kotaru le ayudó bajando sus pantalones junto con su bóxer, dejando libre el erecto pene del mayor, quién tomó la mano del chico y junto con la suya fue masturbándose bajando y subiendo, excitando a ambos, el mayor veía a los ojos del italiano, tenían un brillo de lujuria, los gemidos que daba el chico eran deliciosos, quién con su mano libre quitó los dedos de Kotaru de su pene y comenzó a masturbarlo también con las manos de Kotaru al mando en ambos vaivenes.
            —K-kotaru… ahh m-me vengo…
            Y como dijo el chico, su semen salió embarrando las manos de ambos. Kotaru tomó la de Yuuki donde chorreaba su semilla y la fue lamiendo de forma sensual, su lengua se paseaba por toda la palma de chico, absorbiendo la saliva que se le salía junto con el semen, Yuuki sintió calor, sudaba y seguía moviendo sus caderas haciendo que su pene semi erecto rozara con el del mayor que seguían masturbando, dejó esa labor y sus manos se posicionaron en el pecho del mayor. Kotaru con la mano que él tenía llena de semen lo usó como lubricante, se acercó al ano del chico y con el dedo meñique y pulgar abrió espacio para dejar el ano del chico a su merced, con cuidado fue introduciendo su dedo en él dando círculos:
            —Ah-ah d-duele…
            —Relájate, no te tenses, así dolerá menos, te lo prometo.
            Ante eso dicho, Kotaru besó los labios del chico con amor, haciendo que olvidara de la intromisión que sentía, sus músculos se relajaron dejando más libertad de movimiento al mayor, que metió un segundo dedo y comenzó a imitar tijeras abriendo espacio en las estrechas paredes del chico, estaban mojadas, deseosas, pero por temor a lastimar al chico se mantuvo con el poco auto control que le quedaba, su pene ya le dolía y con solo masturbarlo no bastaría.
            —Ahh… Kotaru y-ya m-mételo ahh… —suplicó el chico.
            Yuuki sacó los dedos de Kotaru soltando un gemido de queja, y tomó el enorme miembro de su pareja con deseo, y se posicionó sobre él, con su otra mano abrió espacio entre su trasero y puso la punta del pene de su novio en su ano, para ir auto penetrándose, soltando gemidos de dolor y placer que combinados eran una dulce melodía, Kotaru soltaba jadeos, las apretadas paredes del chico eran mojadas y ayudaban a que entrara mejor, y a la vez le estrujaban tan delicioso. Ambos se completaban, sus cuerpos encajaron perfectamente.
            —E-espera aún ahh n-no te muevas…
            Yuuki se tensó sintiendo el enorme pene de su novio dentro de él, posó sus manitas en el pecho de su novio y sintió con este le comenzó a masturbar nuevamente para hacerle olvidar el dolor, junto que lo comenzó a besar con pasión y fuerza, los sonidos húmedos del beso era el eco del lugar. Pronto las caderas de Yuuki se comenzaron a mover instintivamente adelante y atrás, comenzando a montar al mayor, quien mientras comenzaba a dar estocadas lentas y lamía el pezón derecho del chico, mordiendo y chupando. Yuuki llevó sus dedos a su boca gimiendo:
            —Ahh, ahh Kotaru…
            La dulce voz de Yuuki invitó al mayor a dar con más fuerza sus embestidas, y metió entre el trasero del chico sus dedos para más espacio de movimiento, metiendo y sacando fuertemente su pene del ano del menor, sacando gemidos más fuerte del chico:
            —¡Ah! Ahí… ahhh Kotaru, ahí por favor… —suplicó el chico, mientras seguía el ritmo de las embestidas del mayor, dejándose caer en el pene de su novio.
            —Ah, Yuuki…
            Kotaru dio en el punto mágico que volvía loco a su pequeño, con fuerza y rapidez volvió a dar ahí con más fuerza, sacando gemidos y gemidos de parte del menor quién seguía en sincronía el ritmo que llevaba, Kotaru seguía lamiendo los pezones del chico, mordiendo la piel que se cruzaba por su camino, y se acercó al sonrojado rostro de Yuuki y se unieron en un beso. Kotaru volvió a masturbar el pene de Yuuki, quién parecía volver a venirse, por lo que con fuerza y sincronía mientras embestía a Yuuki lo masturbaba con fuerza y un poco de rudeza:
            —¡Ahhh Kotaru ahhh!
            Se vino nuevamente el chico, pero parecía que a Kotaru aún le faltaba y sin quererse mover de la posición en la que se encontraban y sin importarle que tenía la mano llena de semen, tomó la cintura del chico y siguió embistiendo con fuerza, Yuuki rasguñó lo hombros del mayor con fuerza y gemía cerca del oído de Kotaru, excitándolo a darle con más fuerza:
            —Ah Kotaru ah…
            —Ah Yuuki me vengo…
            Empapados en sudor lo chicos su miraron a los ojos, y Yuuki gimió lleno de placer al sentir como se llenaba su entrada del semen de mayor, el cual salía y escurría por la extensión de Kotaru, cayendo por sus testículos hasta las sabanas. Se miraron a los ojos y sonrieron y volvieron a unirse e un beso, abrazados, Yuuki pasó su manos por el cuello del mayor quien se lo acercó y fue sacando su miembro del ano del chico poco a poco dejando libre al menor; sus lenguas jugaban, se separaron y un notorio hilo de saliva los unía, Yuuki lo rompió y se abrazó al mayor fuertemente:
            —Te amo, Kotaru. Feliz cumpleaños.
            Kotaru sonrió.
            —Gracias, Yuuki.
            Kotaru volvió a besar al chico quien le correspondía feliz, siendo sus besos lo único que se escuchaba. Besitos fugaces y luego unos apasionados, Yuuki soltó la coleta de Kotaru dejando sentir la larga cabellera de su pareja, donde enredó sus dedos mientras dejaba que Kotaru remarcara las marcas de su cuello, se pondrán muy notorias. Kotaru volvió a jugar con ambas manos en las tetillas del chico pellizcándolas y dando medias vueltas en ellas sacando gemiditos de Yuuki:
            —K-kotaru ahh… calma, ya estoy cansado. —dijo Yuuki con sus ojos cerrados.
            Kotaru besó la nariz de su pequeño y se metió en las cobijas con su novio encima de él:
            —Pero y la ropa…
            —Déjala…
            Kotaru apagó la luz, besó el cabello de Yuuki que ahora estaba un poco pegado en su frente por el sudor y se durmieron, sintiendo que entre esa gran tormenta puede haber momento de calma…

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía. 

Notas finales:

Wow, wow, wow! Epero que eto ya me quite las amenazas de muerte que recibí el capítulo anterior xD

Unas aclaraciones:

  • Yuuki no sufrió trauma alguna debido a la sensación de protección que tuvo por parte de Kotaru y Mizuki; se podría decir que el "miedo" cayó en su novio por no poderlo protegerlo como debía.
  • Haruto y Kiyoteru no tendrán historia aquí en este fic. pero sí en otro que por cierto, ya le ideé la trama, aunque se tardará en publicar, por eso los describí a fondo físicamente porque tendrán su propia historia.
  • Perdonen si el lemmon no estuvo muy bueno (xD) sucede que tenía el tiempo encima, pero igual pasó por revisión y creo que quedó al menos en mi parecer, aceptable.
  • Son las notas finales más largas que he hecho en esta historia hasta ahora.

Bueno, creo que eo es todo, alguna duda me lo dicen en los rews, que siempre espero ansiosa, y siempre respondo. Nos vemos la próxima semana, un gran saludo,

Los Quere Musho Miraku SAYO~


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