Capítulo No. 7
El tiempo pasó, hacía poco más un año que habían iniciado su relación. Habían tenido altas y bajas, se habían peleado tantas veces que era imposible pensar que siguieran juntos.
Además, cada uno trabajaba arduamente en sus carreras. Era difícil tener una privada y hacerla coexistir con su vida profesional y al mismo tiempo mantener alejada a la prensa y a los fans. Pero ellos lo habían logrado. Y su relación parecía ir mejor que nunca.
Pero, tal vez esa estabilidad era la señal que ellos necesitaban para saber qué algo estaba por ocurrir.
-¿Escuchaste?- Kamenashi escuchó a lo lejos. Era la voz de Junno. –Apuesto a que Kame se pondrá muy feliz.
Cuando escuchó su nombre no pudo evitar la curiosidad y se acercó rápidamente.
-¿Puedo saber de qué están hablando?
-¿A caso no lo sabes?- Ahora fue Nakamura quien preguntó. Kamenashi negó bastante extrañado. –Jin ha vuelto a Japón.
-¿Qué…?- balbuceó.
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Luego de la reunión semanal de KAT-TUN, Yamashita había pasado por él para ir a comer, juntos. Después, cada uno había regresado su trabajo. No notó nada extraño en él, se comportaba como siempre.
Por la noche, habían decidido ir a cenar. Durante la cena, Kamenashi parecía estar lejano. Yamashita supuso que no era más que cansancio. Pero se preocupó al notar el extraño mutismo en que Kamensashi se había envuelto. Él no era así, el castaño era muy ruidoso, por muy cansado que estuviera, él era demasiado alegre… Pero no dijo nada, sabía que el menor necesitaba su espacio y lo respetaba.
Pero, cuando lo llevó a su departamento Kamenashi le había pedido que pasara la noche con él. Se lo había suplicado.
Cuando entraron, Kamenashi se recostó en el sofá, se cubrió el rostro con el dorso de la mano y suspiró pesadamente. A Yamashita le preocupaba la actitud de su pareja así que se sentó a su lado y comenzó a peinarle el cabello con los dedos, en un gesto que parecía más una caricia.
Al notar que sonreía decidió preguntar.
-¿Estás bien?- le preguntó realmente preocupado.
-Estoy cansado, vayamos a dormir, ¿sí?- le sonrió tristemente y dejó un ligero beso en sus labios. Yamashita simplemente lo tomó del brazo y lo siguió a la habitación. Realmente se veía cansado.
-Te prepararé la tina.- le dijo Yamashita al momento que entraba al baño y abría el grifo para que ésta se llenara. –El agua te ayudará a relajarte.
-Gracias, Tomo…
Mientras Kamenashi se duchaba, Yamashita preparaba la cama, se puso una de las viejas camisas del menor, de las que estaban tan estiradas que hasta a él le quedaba guanga, y se recostó en la cama esperando a su pareja.
Yamashita estaba dormitando cuando sintió que el lado libre de la cama cedía. Entonces sintió el aroma fresco de la piel limpia de Kamenashi. Sin pensarlo, se abrazó al menor aspirando su aroma natural mezclado con el del jabón de baño.
Al parecer, Kamenashi sí estaba muy cansado, pues a los pocos minutos parecía haberse quedado profundamente dormido.
Por eso fue que se sorprendió tanto cuando lo sintió levantarse y desnudarse, cuando volvió a recostarse a su lado, comenzó a besarle torpemente, se incorporó un poco, sin deshacer el beso, para bajarle el bóxer y dejar descubierto el miembro ajeno, lo estimuló un poco con sus manos y luego se montó en él.
Comenzó a besarle violentamente y segundos después se penetraba así mismo. A Yamashita le sorprendió la actitud de su pareja, pero se dejó llevar, no pudo resistirse. Kamenashi se mecía y gemía fuertemente… desesperadamente.
No había sido tan placentero como las veces anteriores, pero ambos se vinieron al poco tiempo, casi a la vez.
-Perdón, Tomo-chan… pero realmente te necesitaba…- le susurró Kamenashi cuando se dejó caer exhausto en el pecho de su amante, escondiendo el rostro en él. Con la respiración agitada al igual que la de Yamashita, quien simple mente le sonrió mientras le acariciaba el cabello, apartándolo de su frente perlada por el sudor y dejándolos descansar detrás de su oreja.
Ambos permanecieron así, abrazados. Kamenashi cerró los ojos, no dormía, simplemente disfrutaba del sonido de ambas respiraciones acompasadas. Era algo así como un arrullo.
-¿Kame…? ¿Qué te ocurre? Has estado muy distante esta noche… ¿qué pasa?- Preguntó Yamashita en su oído, abrazándolo fuertemente. Había algo de amargura en su voz. Por primera vez desde que estaban juntos, sintió, no que hicieran el amor, sino que habían tenido simple y vano sexo.
-¿De verdad quieres saber?- contestó vago. Luego de un corto silencio, Yamashita asintió. Kanemashi suspiró. –Nakamura me dijo que…- dudó por un segundo. –Que Jin ha vuelto a Japón.
Yamashita no dijo nada, pero Kamenashi supo que la noticia no le había gustado, pues las caricias en su espalda se habían detenido en seco. Permanecieron en silencio, abrazados. Yamashita reanudó las acaricias en la espalda desnuda de Kamenashi, mientras este descansaba en su pecho.
-¿Te molesta?- Por fin rompió el silencio. Yamashita logró distinguir un deje de preocupación en la voz de Kamenashi. Sonrió.
-¿Que haya vuelto?- Kamenashi asintió sin levantar la cabeza su pecho. –No,- dudó un segundo. –Creo que no.- ahora sí, Kamenashi elevó la mirada completamente extrañado. Yamashita le acarició la frente con los dedos, pasando por su mejilla, dejándolos descansar en su cuello, acariciándolo tiernamente. -¿Por eso fue todo esto?
-No. No lo sé…- se encogió de hombros. –Yo… sólo te necesitaba.
Yamashita se inclinó ligeramente y atrajo un poco a su amante para poder besarlo. Y luego del beso, por primera vez en todo el tiempo que llevaban juntos, tuvo miedo. Miedo de perderlo.
Volvieron a quedarse en silencio. Yamashita quiso decir algo, pero cuando se inclinó para mirarlo a los ojos, notó que Kamenashi ya dormía profundamente, sonrió. Le gustaba tanto verlo dormir.
Lo imitó.
A la mañana siguiente, habían despertado juntos, abrazados. Tomohisa sonrió al sentir en su cuello el suave roce del aliento de Kazuya.
-Kame… despierta…- le susurró. La verdad era que no quería despertarlo, se veía tan apacible… Kamenashi no respondió. –Kame… debemos levantarnos…- esta vez le acarició la mejillas.
Nada. Como respuesta sólo recibió un gruñido y luego, Kamenashi se removió en su lugar, se reacomodó y volvió a dormir. Yamashita giró ligeramente para quedar sobre él.
Y al ver que no respondía, comenzó a besarlo ligeramente, primero las mejillas, luego los párpados y por último los labios. Mientras lo besaba, sus manos le acariciaban, después de todo, Kame seguía desnudo…
Mientras seguía con besos y caricias, repentinamente el cuerpo debajo de él comenzó a reaccionar.
-Detente, Tomo-chan.- Susurró aún adormilado, con la voz pastosa. Sonrió divertido. –No comiences algo que no piensas terminar…- dijo con una mirada somnolienta, aun así parecía estarlo retando.
-De acuerdo.- concedió. Deshizo el abrazo, se levantó de la cama y comenzó a vestirse. Luego rio ligeramente divertido por el mohín de enfado en el rostro de Kazuya. No pudo evitarlo y se inclinó para besarlo antes de entrar a la ducha.
Sí, le molestaba que Jin volviera, lo quería lejos de Kamenashi. Pero ya lo había decidido; no lo perdería, lucharía por él si era necesario, porque lo quería.
Sí, lo quería. No estaba muy seguro de cuándo, pero se había enamorado de él.