Capítulo No. 2
2007
-¿Por qué me haces esto?- preguntó Kamenashi, con la voz suave, llena de dolor.
-Yo no te hago nada. Simplemente quiero crecer profesionalmente, si me quedo aquí me estancaré. Nada me retiene en este lugar.- Akanishi contestó tan indiferentemente que por un segundo el otro lo desconoció. –Además, todo esto me tiene asfixiado, necesito un cambio…
-¿Yo te asfixio? ¿Acaso yo no significo nada para ti? ¿Yo…?
-¿Acaso tienes quince años?- interrumpió. Luego bufó fastidiado. –Escucha, lo nuestro… bueno, lo que sea que tuvimos, aquí se termina. Estados Unidos, es una oportunidad única, y no pienso desaprovecharla.- dijo para luego comenzar a caminar hacía la salida.
-¡Jin…!- le gritó el menor desesperado. -¡Yo te quiero…!- alcanzó a decir entre sollozos.
-Lo siento… ya lo decidí. Me voy.- sentenció.
Al verlo salir del salón de ensayos, sin siquiera titubear, el corazón se le quebró. Kamenashi cayó de rodillas, llorando desconsoladamente.
Esa mañana, durante la reunión semanal de KAT-TUN, Akanishi anunciaba su salida del grupo. No sólo eso, también anunciaba su partida hacía Estados Unidos. Kamenashi no podía creerlo. La noche anterior habían estado juntos y él no le había dicho nada… ¿Por qué?
Se conocían desde hacía mucho tiempo, y al principio, Kamenashi estaba seguro de que Jin lo odiaba, luego fueron amigos, entonces perdió las esperanzas de ser algo más, pero… hacía un año Akanishi le había arrinconado en el camerino luego de uno de los conciertos y le había besado y le había susurrado al oído que era hermoso y le había vuelto a besar y entonces ya no pudo más…
Sonrió con ironía, qué idiota había sido, él nunca dijo que le quisiera, nunca le dijo que tuvieran una relación, él nunca le dijo… nada.
Nunca tuvieron siquiera una cita, nunca salieron juntos a ningún lado. Jin siempre le pedía que se vieran en su departamento o en el de él, y siempre era lo mismo; en cuanto cruzaba la puerta, los besaba y entre besos lo guiaba la cama.
Él había sido el tonto que se había enamorado, así que a él le tocaba sufrir… sí que era idiota.
Volvió a llorar.
Kamenashí no lo sabía, pero alguien más era testigo de su pena.
Yamashita, huyendo de sus compañeros, había ido a ese salón que se suponía, siempre se encontraba vacío. Se había recostado detrás del biombo dispuesto a dormir hasta que sus amigos se cansaran de buscarlo o él se sintiera con ánimos de soportarlos, lo que sucediera primero.
Pero justo en el momento en que comenzaba a soñar, un ruido seco de la puerta cerrándose, lo despertó violentamente.
Luego de escuchar todo, de ver las reacciones de ambos, de entender lo que había pasado. No pudo evitar sentir… pena, tal vez era eso, sintió pena por Kamenashi y por un segundo quiso abrazarlo y consolarlo… pero no se atrevió.
Yamashita se quedó allí, observándolo todo el tiempo, hasta que Kamenashi ya no lloraba, sólo sollozaba.
Kamenashi se levantó, se acomodó en una orilla de la pista, al lado justo del biombo, se recostó y aún entre sollozos comenzó a dormitar.
Cuando Yamashita hizo el ademán de levantarse y acercarse, alguien entró al salón y llamó a Kamenashi con un grito, lo que hizo que el pequeño interprete se exaltara al escucharlo. Tanaka Koki.
-¡Kazu…!- gritó Tanaka. –Oye, ¿estás bien?- dijo acercándose, sentándose a su lado y abrazándole.
-Estoy bien, Koki. No vamos a morir sólo porque ese idiota se vaya, ¿cierto? KAT-TUN no lo necesita, ¿cierto?
A pesar de su posición, Yamashita pudo notar que Kamenashi intentaba forzar una sonrisa. Muy mal, por cierto.
-Oye, ¿de verdad crees que no nos dimos cuenta?- preguntó Tanaka con una sonrisa conciliadora. Kamenashi sólo lo observaba con los ojos brillosos, al borde del llanto. –Jin es un imbécil…
-Lo sé…- respondió Kamenashi, recargando la cabeza en hombro de Tanaka, para luego cerrar los ojos y seguir llorando en silencio.