Caminabas por las calles concurridas de Ikebukuro con un cigarro entre tus labios, estabas tremenda mente aburrido, pensando en algo que hacer, desde hace tres días el trabajo se había reducido por algún motivo inexplicable para ti, talvez esos malnacido al fin se habían dignado a pagar sus prestamos.Ni siquiera la pulga se había cruzado en tu camino desde que empezó todo esto y eso se te parecía extremadamente raro, normalmente Izaya estaría por allí haciendo de las suyas o inventando rumores para veneficiar le pero nada, él había estado calmado durante la última semana.
Con esas dudas en tu mente caminaste sin rumbo consumiendo el adictivo sabor a tabaco que entraba en tus pulmones ahogando los con aquel embriagante aroma que por algún motivo te recordaba al escurridizo informante.Como desearías que estuviera frente a ti para lanzar le una que otra máquina expendedora como de costumbre para aliviar tu estrés.
Sin embargo él no estaba ahí como para ver le esa sonrisa que tanto odiabas, ahora que lo pensabas, ¿desde cuándo comenzaste a odiar esa expresión en el rostro de Orihara?, cierto, en el momento en el que la mostró aquel día cuando se conocieron por obra del médico sin licencia.No era timidez, mucho menos burla o alegría.
Si no como una máscara que usaba para alejar se de los demás.
Te parecía tan estúpido, demonios, ¿¡cómo podías pensar en Izaya de una manera en la cual no fuera de odio?!, tenías que calmar te y esperar a que las diez de la noche llegará para ir a recoger a Kasuka del aeropuerto.
Ahora que te llegaba a la cabeza tu hermano menor, está mañana te había llamado para avisar te que se quedaría contigo un par de días en lo que terminaba un escándalo que había surgido, una "supuesta" relación con una tal cantante llamada Ruri de la cual sabías muy poco.
-"Faltan menos de dos horas para que Kasuka llegué".-suspiraste con pesadez.-"Debería aprovechar e ir hacer algo para matar el tiempo".-
¿Hacer algo?, ¿cómo que?, es domingo así que todo debería estar abarrotado de gente disfrutando de su fin de semana antes de que el trabajo y estudio se llavará su tiempo libre.Podrías ir a la biblioteca y sacar algúnos libros para tu familiar, si, eso tendría que gustar le ya que siempre estaba leyendo un poco cuando eran niños, algo, que apenas recordabas de su intento de infancia juntos.Cambiaste de rumbo ahora hacía la biblioteca central, segura mente seguía abierto después de todo.
Aunque seguías pensando en aquella repulsiva expresión.
No te demoraste tanto en llegar, unos quince minutos al parecer, observaste expectante antes de poner un pie en el lugar, la estructura que solías frecuentar a menudo en tus días de secundaria cuando trabajabas en aquipo con Shinra, Kadota e . . . Izaya.
-"¡¿Porqué sigo pensando en la pulga?!".-pensaste con frustración de sobra y finalmente entraste.-
Te imprecionaste al ver que todo el lugar estaba vacío, a excepción de aquella chica que estaba sentada en la recepción del lugar, limando sus uñas con despreocupación, mientras sostenía con uno de sus hombros su móvil, charlando casi a gritos y carcajadas que hacían eco por todos los rincones.
Contaste hasta diez y fuiste directo a la sección de fantasía a paso apresurado para conservar tu poca calma.
Tomaste el libro que más te había llamado la atención, el título era algo parecido a "No Feelings", su portada era de color rojizo -que extrañamente te recordaba algo- y las letras que cubrían la pasta estaban en dorado, parecía un libro algo viejo pero se conservaba en buen estado.
Estaba asustado de mi mismo, sabía muy bien que nadie me lastimaría, pero aún así me alejé de las personas que trataban de acercar se a mi, simple, no quería herir los, no quería lastimar lo que más amaba en esté mundo pero, ¿cómo podía lograr eso?, por muchas noches me pregunte lo mismo.Hasta que una nueva duda agobio mi pecho, ¿porqué los humanos lloran por cosas tan insignificantes?, ¿porqué algúnos derraman sus lágrimas en su propia soledad?, sencillamente no quieren salir heridos.
Tan envuelto estabas en esas palabras que no te enterabas de lo que sucedía a unas cuantas calles más adelante.
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Tirado en el suelo, suspiraste, levantando te con el intenso dolor que recorría tu cuerpo, no sentías tu brazo y tus piernas tambaleaban sin poder mantener se rigidas y sosteniendo te de donde pudiste, sacaste tu móvil marcando al número de Shinra, de seguro estaría molesto por interrumpir sus encuentros melosos con la motociclista de negro.
-¿Hola?.-escuchaste desde la otra línea.-¿Izaya?.-
-Shinra~.-canturreaste ignorante del agudo ardor en tu brazo.-Necesito que vengas a recoger me, me dispararón en el brazo izquierdo.-dijiste restando le importancia.-
-¡¿E-Estás bien?.-pregunto con preocupación algo raro en él de gafas.-¡Ahora mismo Celty y yo vamos por ti!, ¿dónde estás?-parecía agitado.-
-A tres calles de la biblioteca central, en el callejón sur.-y sin poder aguantar, tu mano soltó el aparato y caíste sobre tus rodillas desmayado.-
Todo por seguir fingiendo algo que no eres.