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Enlazados por AliceNya

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Notas del capitulo:

Aquí va el lemon (no sé si me ha salido bien, uds juzguen jeje) y bueno, es el último capítulo :(

Choutarou había dormido bien, no excelente (sólo Jirou podía dormir al 100%) pero al menos había conciliado el sueño. No pasaron ni diez segundos cuando su madre lo llamó:


- ¡Choutarou, tu amigo ha venido a verte! –gritó desde la sala-. ¿Por qué no te sientas, Shishido-san? Yo ya voy para el trabajo y llegaré tarde, hay comida en la refrigeradora y cualquier cosa me llamas, ¿de acuerdo? –le preguntó a Shishido.


- No se preocupe, señora. Todo estará bien por aquí –respondió Shishido con una sonrisa forzada.


- Muy bien, ¡hasta luego! –se iba despidiendo la señora, quien realmente estaba apurada.


Se sentía un poco tembloroso por lo que se sentó a esperar al peliplata, pero resulta que no quería bajar (ya que llevaba 10 minutos sin hacerlo) por lo que decidió armarse de valor y entrar al dormitorio de su compañero, quien al notar que éste subía las escaleras se volvió a meter a la cama.


-Choutarou, sé que estás despierto, te vi correr. ¿Podemos hablar?


-No quiero hablar contigo, Shishido-san. Es muy embarazoso tener que repetir lo de ayer. –le dijo mientras se cubría la cara con la manta.


-Nadie dijo que iba a repetir lo de ayer –respondió delicadamente Shishido, quien le quitó la manta de la cara. – Vine aquí a decirte algo muy importante, pero si no quieres escucharlo…


- ¡NO TE VAYAS! –gritó Choutarou, quien tomó del brazo a Shishido porque ya estaba por levantarse del borde de la cama donde se había sentado, aunque todo era fingido. No se separaría de él.


- No me iré. De hecho, tal vez no tenga mucho que decir, pero sí por demostrar…


- ¿De qué hablas, Shish…? –no pudo terminar la frase, pues los labios del castaño presionaron fuertemente los del peliplata. – Mmmm Shi… shido… -san…


- ¿No te gustó? –preguntó el de la gorra un poco confundido y preocupado.


- Te quiero, Shishido-san –dijo sonrojándose.


- Y yo a ti, Choutarou. Siento haber tenido miedo, pero la verdad es que te amo –confesó Shishido, con la cabeza un poco agachada.


El peliplata no podía creer lo que estaba pasando en ese momento, Shishido había sido claro con sus sentimientos y le había dado un dulce beso que casi le hace perder la cordura. Tenía mucho para darle al moreno, y vaya que se lo iba a dar.


- Shi-kun, dame otro beso –le pidió el peliplata.


- Todos los que quieras –respondió Shishido de manera cariñosa.


Entre beso y beso, Shishido sintió cómo su cuerpo empezaba a tornarse más cálido, mientras que para Choutarou cada beso era un torbellino de emociones que poco a poco empezaban a dispararse. La cama era el lugar perfecto para aquella demostración de amor y, aunque aún era muy temprano, ambos jóvenes supieron aprovechar cada minuto de ese día. Las manos de Ryou empezaban a perderse en la ropa del peliplata, el cual ayudaba a su compañero a quitarse todo aquello que estorbase. En un fuerte abrazo, se miraron frente a frente y se dieron un largo y apasionado beso, mientras que sus cuerpos, ya sin prendas que los detuvieran, empezaban a fusionarse uno con el otro.


Sorprendentemente para Ryou, Choutarou era menos tímido en ese aspecto, pues era el que más ganas tenía de comenzar ya, y él estaba dispuesto a hacer lo que el peliplata quisiera.


- Choutarou, por favor… –suplicaba el moreno.


El peliplata bajó hasta donde se ubicaba el miembro de su pareja, y empezó a besarlo para luego lamerlo. El sabor de aquello era infinitamente mejor de lo que se habría podido imaginar. Empezó a metérselo más y más en la boca, excitándose además con los gemidos de Ryou, quien se sentía en el paraíso.


- Ahh… Ahhh… AHHH…


- ¿Te gusta, Shishido-san? –preguntó sensualmente.


- Todo tú me encantas, sigue –pidió Ryou.


Choutarou continuó, lamió el miembro de su compañero y se ayudó de sus manos para poder excitarlo aún más. Ryou no paraba de gemir y esto encendía cada vez más a Choutarou, quien chupaba cada vez más y más rápido hasta que el líquido de Shishido saltó a su boca, dejándole marcas en la comisura de los labios.


- Sabes que aún no he terminado, ¿verdad? –dijo el peliplata saboreando el líquido, limpiando cada rastro que había salpicado su pareja.


- Lo sé, pero lo estoy disfrutando –respondió Shishido, dándole a entender que estaba dispuesto a que lo haga suyo.


- Te va a doler un poco, ¿está bien?


- Choutarou… -dijo sumisamente Ryou. Con ese tono de voz, Choutarou sintió como si el calor del infierno le quemara el cuerpo, pues le volvía loco escuchar a su pareja decir su nombre de manera tan sensual.


Volteó al moreno con suavidad y lo echó encima de la cama, le separó un poco las piernas para acomodarse mejor y, habiendo mojado sus dedos con la saliva de Ryou, metió el primer dedo en el orificio de su compañero, el cual se arqueó un poco; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que el peliplata metiera el segundo dedo, con lo que un grito de dolor salió de los labios de Shishido.


- ¿Estás bien, Shishido-san? –preguntó Choutarou, quien a pesar de todo se moría por seguir.


- Continúa, cariño –le respondió el moreno, quien prácticamente le dio luz verde al de cabello plateado.


Sin esperar más, el peliplata metió el tercer dedo y empezó a moverlos al compás de Ryou, quien se movía para poder dejarlos entrar mejor. Poco a poco, el dolor se convirtió en placer, sin embargo, Ryou quería algo más que sólo tres dedos en su orificio.


- Te quiero dentro, Choutarou…


- Aquí voy –le anunció el peliplata.


Habiendo sacado sus tres dedos, el mayor (en altura) metió su miembro dentro de la entrada de su sempai, quien sentía cómo algo más grande de lo normal ingresaba en él. Choutarou no pudo aguantarse y comenzó el vaivén de placer para él y para Shishido, donde ambos empezaron a gemir acompasadamente.


- ¡Ahhh Choutarou, más, MÁS!


- ¡Ahh, Shishido… –decía el peliplata, quien metía con cada vez más fuerza su miembro dentro de la persona que más amaba –… te amo, TE AMO!


- ¡Y yo ahhhh a ti ahhhhhh!


Mientras Choutarou seguía penetrándolo, tomó con una mano el miembro de su compañero y con la otra empezó a pellizcar uno de los pezones del moreno. Esto excitó tanto a ambos que sus gemidos ya parecían gritos y se escuchaban por toda la casa. El peliplata hacía bien su trabajo, pues Shishido sentía como se estaba derritiendo al sentir el cuerpo de su pareja tan junto al suyo y como sus manos terminaban por recorrer todo su cuerpo.


- Ch- Choutarou, y-ya voy a ve-venirme –dijo Shishido con voz de placer totalmente poseído por el calor del momento.


El peliplata lo volteó, pues quería ver la cara de lujuria del moreno al frente de la suya y siguió penetrándolo y masturbándolo, pues quería venirse junto con él, quien también estaba por venirse dentro de Shishido.


- ¡AHHHHHHH! –gritaron al unísono, ambos derramaron su líquido, uno dentro del otro y el otro entre ambos abdómenes.


Al caer en la cama, ambos casi muertos de cansancio y bastante pegajosos, se abrazaron, y fue Choutarou quien abrazó Ryou para decirle que siempre había soñado con tenerlo en sus brazos, y que sólo esperaba que aceptara esa propuesta.


- No te soltaré jamás –le dijo el peliplata al moreno.


- No quiero que lo hagas –le respondió sonriendo.


Ambos se quedaron dormidos por un par de horas y fueron luego a tomar una ducha, donde repitieron un par de veces las escenas eróticas y luego se cambiaron, pues la madre de Choutarou ya había llamado diciendo que estaba regresando del trabajo.


- Shishido-san… -dijo un poco dubitativo Ootori.


- ¿Qué sucede? –preguntó un tanto preocupado.


- Etto… Somos ya pareja, ¿verdad? Es decir, no sólo de tenis…


- Choutarou… -dijo suavemente Shishido, quien le plantó un beso en los labios mordiéndole un poco –, ¿quieres ser mi novio?


- Shishido-san, ¡claro que sí! –respondió muy animado el peliplata, quien abrazó fuerte a Ryou, al que casi deja sin oxígeno –. Quiero decir, Ryou-kun jeje…


Ambos enlazaron sus manos, y no fueron los únicos que lo hicieron ese día, ya que cada pareja del Hyotei había tenido su propio encuentro amoroso…


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- ¡Oh por Dios, oh… YUUSHI!!!


- Ga-Gakuto, mmmm –se relamía el tensai como si fuera la primera vez, aunque ya era la quinta del día y no había llegado siquiera el mediodía.


- Yuu-Yuushi… Te adoro. AY POR… –gritaba el pelicereza, quien se encontraba muy a gusto con su tensai dentro.


- Mukahi, qué suave eres –apenas podía hablar el tensai, pues tanto sus manos como sus labios estaban recorriendo los brazos y la espalda respectivamente de su compañero –, quiero tenerte siempre…


- Y así será, Yuushi… Ahhh… Pero no pares ahora q-que ya casi me vengo, ¡Y-YUUSHI! –respondía entre gemidos Gakuto, quien estaba por venirse al igual que el peliazul dentro de él, por lo que éste le sostuvo las manos mientras lo besaba prolongadamente en los labios.


- Eres mi vicio, Gakuto –le decía Oshitari a su novio– ven aquí –lo acogió entre sus brazos luego de que ambos se viniesen, casi extenuados de tanto trabajo (vaya que mucho ¿eh?) y lo acurrucó en su pecho mientras se acomodaban en la cama. – Descansemos un poco.


- Pero no me abraces tan fuerte porque con lo irresistible que eres todavía podría… Está bien, está bien, dormiremos –dijo el pelicereza al ver a su novio mirándolo algo suplicante por lo que no pudo evitar sonreírle y darle un beso– de todas formas soñaré contigo –añadió feliz y cerró los ojos.


- Baka, te quiero…


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- Jirou, por favor, ¡DESPIERTA YA!


- No molestes Kei-chan, tu pecho es demasiado suave como para no usarlo de almohada –decía el dormilón mientras abrazaba descaradamente a su capitán –. Además, así puedo bajar más rápido mmm…


- J-Jirou… J-Jirou… Ay Jirouuuuuu –empezaba a gemir Atobe, pues el castaño conocía muy bien las debilidades de su buchou por lo que seguía besándolo recorriendo su pecho–, tú sí que sabes complacer a Ore-sama.


- Pues claro, así me quieres y así te quiero –le respondió Jirou, con una cara tierna y angelical, que para lo que iba a hacer no tenía nada de santa.


- Jirou… Yo… Te quiero –levantó el rostro de su castaño y le dio un beso dulce, de esos que no se pueden creer por parte de Atobe, pero es que ese chiquillo valía toda la pena del mundo para él–. Quédate conmigo, dormilón de mi vida.


- Por supuesto, mi adorado buchou –respondía Jirou guiñándole un ojo. Así, éste se disponía a hacer (nuevamente) las fantasías más anheladas de su capitán durante ese fin de semana (y tal vez por mucho, mucho tiempo…).

Notas finales:

Espero que les haya gustado, la verdad me encantó escribir sobre la Silver Pair, se robaron mi corazón cuando pude por fin terminar de ver el anime completo hace un par de meses (cuento NPOT y las OVAs de ambos aunque algunas faltan traducir). En fin, díganme qué les parece en conjunto y si tienen alguna sugerencia, bienvenida sea :)


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