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"El guardafaros" por Miku20

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Notas del fanfic:

Hola! Por fin puedo actualizar algo :DD.

Tuve algunos problemas con mi computadora y con mi servicio de internet, pero aquí les traigo una historia, esperen el maratón de mi fic “Inicio de una Historia…”.

 

Notas del capitulo:

Esta historia es corta, la escuche en la película “Los tuyos, los míos y los nuestros” y me la imagine con GTOP, le agregue y cambie algunas cosas, pero la esencia es la misma.

Espero que les guste ~~

“El guadafaros”

La lluvia pegaba contra la ventana mientras el silbido del viento que hacía danzar a los arboles sonaba por el ambiente, el mar tronaba al levantar cada ola, la luna y las estrellas alumbraban un poco del campo frente a ellos, no obstante, era el faro quien pasaba iluminando cada rincón a su alrededor.

-Aquí tienes Yongie- el hombre frente a él le dio una taza de café humeante.

-Papá yo quiero- la voz de los dos niños frente a ellos sonaron al mismo tiempo.

-Es muy tarde para que tomen café, mejor acábense su leche- les dijo JiYong dándoles una pequeña taza para niños a ambos.

-¿Por qué papá si puede tomar café hasta hora y nosotros no?- el más pequeño de los dos hizo un puchero, los padres sonrieron viéndolo.

-Porque papi ya es grande y ustedes son pequeños- una voz más gruesa les hablo- Además ya es hora de dormir, vamos a la cama- les dijo agachándose a su altura.

-Yo quiero dormir aquí- su padre iba a negar de inmediato pero el más grande de los niños lo tomo de la mano- Por favor papi, prometo que nos quedaremos quietos.

-Vamos Hyunnie, déjalos dormir por hoy aquí- la voz de su marido atrajo su atención- no hace tanto frío a pesar del clima allá afuera- miró nuevamente a sus hijos ambos lo miraban rogándole con la mirada, suspiro levantándose.

-Iré por unas mantas y sus bolsas de dormir

-¡Si!- gritaron los dos niños abrazando a JiYong quien seguía sentado en el gran sofá, sonrió saliendo.

Después de que Seung trajera lo que siempre utilizaban los niños al dormir ahí, entre Ji y el recostaron a cada niño en su respectivas bolsas.

-Bien, empiecen a cerrar sus ojos, es hora de dormir- dijo JiYong hincándose entre las dos bolsas.

-Queremos que nos cuenten un cuento- dijeron al mismo tiempo haciendo que ambos padres sonrieran.

-¿Qué cuento quieren escuchar?- preguntó Seung- ¿Quieren oír la historia de los hermanos que eran leñadores y- antes de que terminara de hablar sus hijos le interrumpieron.

-Cuéntenos la historia del guardafaro- dijeron mirando al menor de sus padres quien sonrío mirando a su esposo.

-¿El guardafaro?- preguntó sin dejar de mirar- ¿Cómo es qué saben de esa historia?- volvió a enfocar su vista en los pequeños.

-Papá nos dijo, pero nunca nos la contó- el  más pequeño hizo un puchero.

-Está bien, entonces que papá Ji nos cuente la historia del guardafaro- se sentó mirando a JiYong quien solo les sonreía.

-Ok, la contare, pongan atención- los niños asintieron emocionados.

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-Hace un tiempo una pareja, como papi y yo, compraron una casa cerca del mar, esta casa era hermosa pero lo que la hacía peculiar era que tenía un faro, la pareja era muy extraña puesto que eran personas completamente distintas pero que se complementaban, en ese entonces uno era marinero y el otro diseñador, cuando se casaron y llegaron a la gran casa del faro estaban muy contentos pero el marinero solía viajar mucho y durante mucho tiempo dejando solo a su esposo, por ello en cada viaje tenía miedo de que su esposo lo dejara por otro debido a su ausencia, así que este le dijo que sería su guardafaros y en cada viaje le decía:

"Mientras esta luz esté encendida mi corazón siempre será tuyo..."

Desde esa vez el marino siempre que estaba en altamar buscaba la luz del faro y cuando lo veía su corazón descansaba, no obstante, después de un par de años el marinero tenía que embarcarse a un viaje que duraría más tiempo del normal, ambos estaban tristes pues una vez más los separarían, sin embargo, lo aceptaron, pasaron un año sin poder verse,  contaba cada día para poder regresar a los brazos de su esposo, pero justo cuando faltaban dos días para su regreso, se colocó en la orilla del barco como siempre lo hacía y con horror no encontró la luz del aquel faro que brillaba con fuerza todo el tiempo, su corazón se rompió sabiendo lo que eso significaba, su esposo  no lo esperaría más, después de todo ya no quería llegar a casa, quería quedarse más tiempo en el mar pues  nada le esperaba en tierra firme, sin embargo, tenía la esperanza de que al bajar del barco su esposo estuviera esperándolo con los brazos abiertos como en cada viaje pero eso no paso, nadie lo esperaba, viajo con pesar a su hogar quería verlo por última vez, que le explicara todo.

Cuando llego a su hogar, bajo del automóvil que lo escolto y se acercó con cuidado hacia la puerta, abrió sigilosamente sonriendo con el olor de la comida de su esposo, entro dirigiéndose a la cocina y lo que encontró lo dejo muy triste, su esposo estaba abrazando a otro señor, decidió irse de ahí sin decir nada, volvió al auto que lo esperaba y le dijo que lo llevara muy lejos de ahí, y así fue, se fue muy lejos sin voltear atrás.

Pasaron un par de días, recibía llamadas de su esposo pero no las contestaba, incluso su esposo llamaba a su trabajo pero tampoco le decían nada acerca de donde estaba, no salía de aquel hotel, ni siquiera abría la ventana, no quería ver una vez más el faro apagado, solo comía y dormía, estaba todo el tiempo triste, pero un día una tormenta llego, los truenos eran ensordecedores, la luz del hotel desapareció, las líneas de teléfono no funcionaban, escucho que tocaban en su puerta, era un trabajador de hotel que le pedía se mantuviera en el vestíbulo en lo que arreglaban el problema de las luces, salió con tristeza, no quería ver a nadie. Una vez en el vestíbulo, se sentó en una esquina oscura, hasta que escucho a un pequeño niño que llamaba a su madre diciéndole.

-Mira el faro mamá, ¡Alumbra todo!.

Eso sorprendió al marinero quien salió corriendo y cuando lo hizo se sorprendió de ver el faro brillar como siempre, no le importo su habitación en el hotel o sus cosas, corrió hasta encontrar un taxi que lo llevara hasta su casa, en todo el camino no dejaba de mirar el faro con una sonrisa, su esposo aún lo quería y lo seguía esperando, bajo del taxi como si su vida se fuera en ello y corrió hacía su hogar, entro sin importarle lo empapado que estaba y que se resbalaba en el piso, subió las escaleras intentando llegar a la sala del faro, aquella que era completamente de cristal con dos amplios sofás y desde donde podía manejar la luz del mismo, cuando llego observo a su esposo afuera de la pequeña sala, en el balcón, empapado mirando hacia el mar, se dirigió a él en silencio, su esposo estaba triste y era su culpa, lo abrazó por la espalda sin querer soltarlo, el pequeño diseñador se sorprendió e intento zafarse hasta que noto quien lo abrazaba, entonces solo lo abrazo con mucha fuerza.

Estuvieron un tiempo así antes de que comenzaran a explicar lo que había pasado, la realidad era que el faro, por ser algo viejo, se había descompuesto de repente y no encontraba por ningún lugar alguien que lo arreglara, pero el hombre al que había visto el marinero abrazando a su esposo era el que por fin logró arreglarlo, y por esperarlo su esposo no había llegado a tiempo el día que el llego, por eso no estaba cuando bajo del barco, el marinero también explico lo que pensó y en donde estaba, se arreglaron las cosas y siguieron siendo felices.

---- ---

-Muy felices- interrumpió la voz del más pequeño de sus hijos mientras bostezaba.

-Correcto cariño- le dijo Ji acariciando sus mejillas, el niño cayó dormido después de unos segundos.

-Mi guardafaros- le susurro Seung robándole una sonrisa.

-Mi marinero- le respondió uniéndose en un tierno beso.

Notas finales:

FIN… :33

No soy buena para esto xDDD

Pero aun así quería subir esta historia, de cualquier manera espero me dejen su opinión.

Saludos!


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