Me desperté sin ánimos de nada y como tenerlo si me dejaste solo, después de que prometiste tantas cosas como que nunca me dejarías pero al parecer el único que las recuerda soy yo. Después de haber conseguido darme un poco de ánimos para ir al gremio, me dirigí hacia ahí, una vez que llegue pude ver a Juvia con Lyon, lo cual me alegraba ya que después de que empezamos nuestra relación ella le dio una oportunidad y ahora están juntos, veo como ambos me saludan con una gran sonrisa la cual yo les devuelvo, posiblemente se note que es falsa pero no tengo ánimos de sonreír.
Me dirigí a la barra, donde Mira me pasa un taza de té en cuanto me siento y al mismo tiempo me pregunta si hemos discutido a lo cual a lo cual solo atino a bajar la cabeza y fijar mi vista en la taza que tengo entre mis manos y me doy cuenta de que se va lo cual me da a entender que ha captado que no me encuentro bien y prefiere darme mi espacio. Pasan alrededor de diez minutos y el gremio comienza a llenarse, pero algo llama mi atención más que nada y no solo la mía si no que la del todo el gremio ya que dejan de hacer su típico escándalo y voltean la vista a la entrada donde te encuentras, pero en lo que me fijo no es en ti si no en tu mano entrelazada con de Lissana.
“Lissana y yo estamos juntos” es lo que gritas con tu típica sonrisa, y no sé si es por la furia o el dolor, me levanto y me levanto y me dirijo hacia ti, puedo sentir todas las miradas en mi y como si fuera un reflejo te doy un puñetazo en la cara.
“Como puedes ser tan desgraciado” te grito mientras mis ojos se cristalizan pero no te voy a dar el lujo de verme llorar. “Apenas ayer me dijiste que necesitabas tiempo para ti y que ya te habías cansado de tener una relación y al día siguiente apareces con ESTA de la mano, ¿Qué solo jugaste con migo?”
Te levantaste del suelo, donde habías terminado después del golpe que te di, y te dirigiste hacia mí con una mirada llena de furia y aunque nunca pensé que pasaría me asusto y retrocedo unos pasos, pero tú me impides seguir retrocediendo ya que me sujetas de la camiseta y me levantas quedando así que lo único que toca el piso son las puntas de mis pies con mucho esfuerzo. “Primero que nada a Lissana la respetas y segundo como respuesta a tu pregunta si Gray solo jugué contigo pero ayer la verdadera persona que quiero me dijo que ya podía terminar este juego que nuestra pequeña apuesta se había terminado, honestamente quien podría enamorarse de ti, y ambos somos hombres aunque ese no es el problema, si no que eres tu ese es el verdadero problema pero ya se acabo esta A-P-U-E-S-T-A”
Cuando terminaste de hablar no lo pude soportar más y me solté, cayendo al piso, pero lo que ya no pude soportar fue verte a ti, a la persona que a pesar de todo amo, besarte con la menor de los Strauss.
“TE ODIO” te grite al mismo tiempo que me levantaba y salía corriendo del gremio y ahora si mis lagrimas recorrían libremente por mis mejillas, lo último que logro ver es a Lyon darte un golpe que te vuelve a mandar al piso, logro escuchar como Erza y Laxus me gritan que espere.
Sigo corriendo hasta que me canso, llego al bosque más específicamente en frente del lago, caigo de rodillas mientras siento como las lagrimas siguen rodando por mis mejillas pero no hago intento de limpiarlas para que si ya nada tiene sentido me rompiste el corazón de la peor manera pero esto es lo que gano por entregarme en cuerpo y alma, por enamorarme de un idiota como tu pero espero que algo te quede muy claro… “Te odio Natsu Dragneel”