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Crazy Love. por Witch Chameleon

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Notas del fanfic:

Este fan fic nació a pedido de Saiki, @tokixs me alegro mucho que me lo pidiera, porque llevó tiempo acumulando los “celos” de Saga y creo que esto puede ser precisamente la gota que colmo el vaso. Por esa razón, en cuanto me lo pidió, estuve ideándolo y sin embargo lo empecé a escribir hace dos días atrás y a ahora por fin pude terminarlo. Espero que realmente te guste Saiki ;) Gracias por hacerme fangirlear cada vez que hablamos de Tora y Saga <3

 

Es corto, pero no quería hacerlo demasiado largo. Quería que sea una escena lo suficientemente intensa, pero sin exagerar. Espero que cumpla con las expectativas y que resulte agradable de leer.

Notas del capitulo:

Para tener una mejor idea de que trata la historia en particular, se debe ver este video: https://www.youtube.com/watch?v=7oh0dnyiDrk que es parte del video que se relata en la historia.



Antes que nada, no he tenido Beta en este fic, así que los horrores de ortografía pueden estar a la orden del día, así que pido disculpas a todos desde ya. Y a mi Beta en especial, porque se lo dedico de igual forma, seguramente le gustara, al tratarse de los celos “enfermizos” de Saga, espero que realmente te gusten Geme <3 ¡Te Adoro! ¡Muchas Gracias por todo!

 

Ahora sí, ¡Disfruten!

Lunes por la mañana, el sol que se filtraba por las ventanas de un acalorado piso en Tokio, daba la bienvenida de un nuevo día a todos los que deseaba despertar temprano. No era el caso del bajista de Alice Nine que ofuscado por aquellos repentinos rayos solares, se abrazó a la almohada molesto, mientras intentaba volver a dormirse. De pronto sintió un ligero ronquido  a un lado, y sus ojos se abrieron repentinamente. Recordaba perfectamente haberse ido a dormir solo, luego de haber estado toda la noche haciendo mezclas de sonido. Grande fue su sorpresa al notar al pelinegro dormido a su lado.

 

Frunció el entrecejo de inmediato. ¿A qué hora habría llegado? Ni siquiera entendía como se había metido a la cama, porque incluso llevaba sus pantalones puestos pero su torso estaba al descubierto, dejando ver los nuevos y antiguos tatuajes que adornaban su cuerpo. Saga respiro profundamente, antes  de acercarse hasta los labios ajenos, comprobando que aun le duraba la borrachera. Seguramente había llegado a los tropezones, pero aún así no lo había escuchado llegar.

 

Movió las cobijas al sentir algo duro tocar su vientre, y comprobó que estaba aplastando el móvil del pelinegro, que al parecer dormido no lo había sacado de sus pantalones y el mismo había caído justo en el medio. Molesto el bajista, intento tomarlo con sus manos, pero el bendito aparato comenzó a sonar entre sus dedos. Asustado buscó la forma de apagarlo y no pudo evitar que la curiosidad le invadiera, observó el número desconocido en la pantalla y no era una llamada, sino un mensaje. Comprobó que Tora seguía dormido, para revisarlo.

 

No le solía revisar el celular al pelinegro, porque confiaba ciegamente en él, pero en ese momento al ser el número desconocido y siendo tan temprano, quería saber quién era. Grande fue su sorpresa al ver que el mensaje decía: “Te Juro Tora-san  que la próxima vez, te como la boca. Labios de muñeca (Risas)” Lo siguiente que observó fue la entrada de un video, al que no pudo dejar de pasar, y sin poder evitarlo lo vio. Su corazón fue atravesado por una daga profunda. Tora casi fue besado en plena presentación de DIAWOLF por uno de los integrantes soportes. Observó aquel video repetidas veces y las palabras que podían haber sido en un tono bromista, terminaron por destrozarlo.

 

Dejo el celular a un costado del pelinegro, para luego  darse la vuelta, dándole la espalda a Tora. ¿Eso era un fanservice? ¿O sólo era parte del show para llamar la atención? Muchas preguntas comenzaron a atormentarlo, hasta el punto de sentir que no podría soportarlo más. Sabía perfectamente lo que le había costado entender que Show eligiera a su novio para DIAWOLF y que de algún modo los separaba durante un tiempo. Intentó ingresar a la banda y Show se lo negó, por un momento llegó a pensar que el vocalista estaba queriendo molestarlo, pero ahora mismo…Tora se había dejado llevar por la situación y casi…quién sabe qué más cosas ocurrieron que ni siquiera se llegaba a enterar.

 

Su mente estaba siendo invadida por un sin fin de preguntas sin respuestas,  por lo que cuando Tora se escondió en su cuello, para besarlo dulcemente, lo asustó hasta el punto de dar un pequeño brinco. El pelinegro aun estaba bajo los efectos del alcohol, por lo que no se percató de nada y sólo repitió su nombre unas cuantas veces, mientras apegaba sus cuerpos. Saga sintió un nudo en su garganta. Una angustia que no podía superar, por lo que  no respondió a nada de lo que Tora intentó buscar en su cuerpo. Se quedo frio, como un tempano. El pelinegro se quedo dormido de nuevo y las lágrimas de Saga se hicieron presentes. ¿Por qué rayos dolía tanto?

 

Pensó que lo mejor en ese momento era salir de la cama, ya que no podía dormir, por lo que lentamente se soltó de los brazos de Tora y buscó aquel aparato para tenerlo en sus manos. Caminó hasta la cocina, completamente desorientado, pudo encontrar allí la remera del mayor tirada en el suelo. Frunció el entrecejo, para luego recogerla y llevarla al cesto de la ropa sucia. Estaba demasiado molesto a esa hora, que no podía pensar claramente. Trato de preparar el desayuno, pero podía sentir todo su cuerpo rígido, completamente alterado. Tomó la cafetera, y tardo mucho en darse cuenta que realmente debía hacer con ella. Observó la hora y supuso que el pelinegro no despertaría hasta tarde, por lo que aunque masticara bronca, mucho no podía hacer.

 

Saga decidió tomar un café sin nada acompañando, no le entraba más nada en el estomago, y temía que no llegara a terminar la taza que se había preparado. Cuando apenas aquel liquido terminó por pasarle por la garganta, sintió un repentino temblor en su estomago. El silencio de la casa era sólo invadido por sus pensamientos oscuros, hasta que unos pasos rompieron todo a su alrededor. Tora se había despertado y se podía oír claro el sonido de la regadera. Suspiro, pensando que lo mejor era esperar y ver que decía.

 

El mayor no tardó mucho, pronto estuvo fuera de la ducha, se colocó un nuevo pantalón y se dirigió a la cocina, al no encontrar una remera que le gustara ponerse aún, quizás porque todavía sentía calor, dejo su torso al descubierto.  El castaño observaba su taza de café a medio terminar, cuando se dio cuenta de la presencia de Tora en la cocina. Sus ojos estaban más chicos que nunca y podía notar como la resaca le duraba. El pelinegro se acercó hasta su lado, Saga no emitió palabra alguna, estaba serio manteniendo su mirada a un punto fijo delante de los dos. Tora tardó en percatarse de la molestia contraria, pero en cuanto observó que su móvil estaba al lado de la mano del bajista, abrió sus ojos repentinamente.

–        ¿Llamó alguien?— Preguntó de repente, sin ni siquiera haberse saludado. Pero el pelinegro ni siquiera estaba siendo consciente de todo a su alrededor. -

 

 

–        Qué pregunta estúpida. — Exclamó molesto, tirando el celular un poco más lejos. – Mejor dicho… te han mandando un lindo mensaje.— Expresó en un tono irónico que se podía sentir en metros de distancia.-

 

 

–        ¿Perdón? ¿Ahora revisas mi celular?— Preguntó incrédulo el más alto, clavándole la mirada, puesto que podía ser que no estaba en su mejor momento, pero Saga nunca le revisaba las cosas cómo él tampoco lo hacía, era algo que ninguno de los dos necesitaban, realmente.-

 

 

–        Sonó mientras dormías…pensé que era importante. Pero veo que te diviertes mucho sin mí.— Exclamó con el mismo tono de ironía, ofuscado por todo lo que en su cabeza pasaba, para luego levantarse de su asiento y caminar en dirección a la mesada. Sentía que si estaba un minuto más cerca, lo golpearía.-

 

 

–        ¿A qué te refieres?— Preguntó nuevamente el mayor, sin entender nada, puesto que tampoco recordaba y no tenía intensiones de pensar en nada. El castaño enfureció ante esas estúpida indiferencia, por lo que de la mesada, se acercó hasta la mesa principal a buscar el aparato móvil y abrirlo delante de los ojos de su pareja, para poder leerle el mensaje y luego aventarle el teléfono en la cara. Algo que Tora esquivo como pudo. — ¿Estás loco? ¿Qué rayos te pasa? —

 

 

 

–        ¿Y todavía me lo preguntas? ¿Acaso piensas besarte con el mundo entero?— El bajista sintió una furia enorme, que no sabía cómo controlar. El más alto, buscó el aparato, para luego abrirlo y poder leer aquello de nuevo, ver el video, recordando todo. Aunque había estado borracho, aquella estúpida broma del integrante soporte, le había tomado por sorpresa. Elevó la mirada, para volver a mirar a Saga.-

 

 

–        Takashi…-

 

 

–        ¿Takashi qué? Amano estoy harto de soportar absolutamente esto. Tengo bastante con saber que estás trabajando con Show, ni siquiera me he animado a volver a ver las presentaciones de DIAWOLF, porque mis nervios se van al diablo. Y aún así pretendes que te crea, que confié en ti. Y no me vengas con que estabas borracho, porque conmigo, jamás tuviste  una reacción así. –

 

 

 

–        No voy a dar ningún tipo de opinión.— Exclamó con calma, dándole a entender al bajista que tenía razón, pero ello sólo derivo a que el castaño se enervara mucho más, hasta el punto de golpear la mesa enojado. – Me gusta verte celoso… me encanta verte así. — Añadió de repente, tomando por sorpresa al bajista. ¿Qué quería decirle con ello?

 

 

–        ¿Eres estúpido o todavía te dura la borrachera? No quiero verte, si es posible en todo el día…porque no sé que soy capaz de hacer.— Respiro con dificultad el bajista, mientras se aferraba a la mesa con fuerza, tenía mucha rabia y  el pelinegro, parecía simplemente disfrutar de esa situación. Cerró sus ojos y sintió aquellas manos firmes aferrarse de su cintura. — ¡DEJAME! ¡ACASO NO LO ENTIENDES!— Exclamó, intentando apartarlo, pero Tora volvió a ganarle en la fuerza y retuvo sus manos, para esconderse en su espalda, mientras el castaño forcejaba con librarse.-

 

 

–        Detente, Takashi…por favor. Cálmate. — El bajista se rehusaba a calmarse y a cambio movía todo su cuerpo en busca de poder librarse, hasta que Tora lo giró lo suficiente para quedar frente a frente y detuvo los brazos contrarios en la espalda del mismo, para sostenerlo, sin ser brusco en su acción. — Me duele horrores la cabeza y no tengo ánimos de discutir. No quiero hacerlo, ¿Entiendes? Y sé que estas molesto porque no vine anoche y ahora has visto este estúpido video que sólo está cortado. Le pegue una cachetada luego de eso, pero evidentemente, sólo dejaron el beso. No me mires así, por favor.-

 

 

–        ¿Cómo pretendes que te mire? ¿Con admiración? Al fin te has animado a besar a un tipo en un escenario. ¿Qué ridiculez piensas que te diré?— A pesar de que el bajista estaba imposibilitado de movimiento, sus palabras eran punzantes como irónicas.-

 

 

 

El pelinegro estuvo a punto de responder, pero era inútil. El castaño estaba enceguecido y todo lo que dijera, podría perjudicarlo, las excusas quedaban anuladas debido a que no serían escuchadas y sabía que era una nueva escena de Saga, algo que adoraba, pero en ese momento sentía cierta bronca por no haber podido dominar la situación, le estaba haciendo daño sin haberlo pensado. En  el momento en que aquel “beso” ocurrió, se había dejado llevar por la situación, pero era difícil de explicarle a Saga.  Lo único que atino Tora, al verlo de aquel modo, rabioso por lo que había ocurrido, fue mover sus manos que sostenían las muñecas contrarias para tomar la nuca del menor, antes de apegar sus labios para besarlo.

 

 

Las comisuras del pelinegro tocaron sutilmente las comisuras de Saga durante unos segundos, donde el mundo se detuvo para el bajista y es que aquello no se lo espero. Movió sus manos al pecho desnudo del pelinegro, para apartarlo pero aunque esa fue su primera intensión, sólo llegó a apoyarla y ni siquiera se animo a apartarlo. En aquel momento, la frustración y aquella dulce condena de los labios ajenos, habían borrado de un plumazo su bronca. Odio a Tora, mientras sus ojos observaban e rostro relajado del mismo al besarlo, sintiendo un grandísimo idiota.

 

 

Tora beso a Saga atrapando los labios ajenos entre sus propios labios, acariciándolos sutilmente, disfrutando las sensaciones que el mismo generaba y que lograban calmar los nervios y los celos del menor. Tora se detuvo durante unos segundos, para volver a mirarlo, comprobando como su pareja no había cerrado los ojos, seguía observándolo. De pronto aquella mano que estaba apoyada en su pecho desnudo, se convirtió en un puño y ese puño golpeo justo sobre uno de sus tantos tatuajes, repetidas veces. Saga apoyo su rostro en la piel ajena, mientras no dejaba de golpearlo.

 

—     ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué te gusta verme celoso?— Recriminó, un poco menos molesto.-

 

 

 

—     No lo hago con esa intensión,  si es lo que estas pensando. Te pido disculpas por lo que paso, pero no quiero hacerte daño. — Saga se animó a elevar su mirada, para encontrarse con aquel verde tan puro, demostrándole que no le estaba mintiendo. Fue en ese momento en que Tora aprovecho en añadir.— Eres tan lindo celoso…tu furia es única como tu presencia, Takashi. Pero por favor no dudes de todo lo que siento. Te amo.-

 

 

—     Eres un embustero…sólo sabes que me tienes a tus pies y te aprovechas de eso.— Esta vez el tono irónico, había desaparecido y se le había sumado un tono burlón, al que Tora no pudo evitar reír.-

 

 

—     No llores sí…aunque intentes ocultármelo, sé perfectamente cuando tus ojos están hinchados de llorar. Ten por seguro que no tengo ojos para nadie, precioso. Para nadie…más que ti.-

 

 

—     Deja esas cursilerías Amano, y sólo bésame.—Pidió demandante.-

 

 

 

Tora rió un poco más, sosteniendo ahora la cintura ajena, entendiendo que ese tono de demanda, era simplemente para ocultar lo que sus palabras causaban en el menor. Frunció sus labios, como quien está pensando en sí cumplir o no la petición, antes de besarlo. Esta vez con un poco más de intensidad y profundidad, llegando por momentos a morder los dulces labios de su pareja, mientras aprovechaba con sus manos a acariciar los costados del cuerpo de quien más amaba.

 

 

El aparato móvil se apagó debido a su poca batería y aquel video y el mensaje habían quedado en segundo plano, una vez que Saga y Tora se habían decidido a recuperar aquella noche perdida con una buena dosis de caricias y besos, disfrutando del resto del día.

 

FIN.

Notas finales:

No dije nada más porque terminaría revelando todo, en realidad falta lemon y falta amor… XD en realidad espero que realmente les guste. Si quieren dejar algún comentario, todos ellos son recibidos y si lo leen, también. Me hacen feliz, siempre. :)


MUCHAS GRACIAS POR LEER!!

 

Cuídense Mucho!


BESOS!!!


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