I
-¡Buenos días!- La voz de un joven hizo que Haruka detuviese su trabajo unos instantes.
-Buenos días- le respondió con su indiferente voz carente de emoción y sin una pizca de interés.
Delante de él estaba un muchacho de cabellos castaños olivo y ojos verdes que le regalaba una hermosa y tierna sonrisa, Haruka se giró para poder verle mejor y también le regaló una suave sonrisa, apenas visible.
-¿Recuerdas que olvidé la otra vez mi libreta de notas aquí? Vine por ella, ayer hubo un problema y no pude venir- Habló el joven rascando su mejilla con un poco de vergüenza.
-Sí, aquí la tengo- Y dicho esto Haruka buscó entre las bolsas del delantal azul que llevaba-no vayas a olvidarla otra vez, Makoto. La próxima vez no la guardaré por ti.
El de ojos verdes asintió con alivio mirando su libreta y después a Haruka, realmente no sabía que haría si perdía esa libreta.
-¿Tienes algo que hacer? Quisiera hablarte.-Preguntó Makoto esperando que Haruka accediera a su petición cosa que logró pues la hora de comida de Haruka iniciaba.
Ambos caminaron por las calles, en silencio. A ninguno de los dos le incomodaba esa clase de silencio, por alguna razón. Después de un momento Makoto habló:
-Gracias por haber encontrado mi libreta, en verdad. Creí que estaría perdido sin ella.-
-¿Por qué? Yo no me atreví a leerlo- respondió Haruka sentándose en una banca blanca cerca de unos jardines, Makoto se sentó a su lado casi de inmediato y le sonrió.
-Bueno… es mi investigación.- Respondió Makoto con una ligera sonrisa- cuando al fin mi investigación dé resultados, yo podré recuperar a mis hermanos…-y después soltó un suspiro como si su alma se liberase de una gran carga.
-Nunca me has hablado sobre eso… sólo sé que estás obsesionado con la gente de la mafia- Respondió Haruka.
Makoto le sonrió con dulzura, la verdad, es que si no había hablado con Haruka sobre eso era porque no quería agobiarlo con sus cosas.
-Cuando tenía trece años, mis padres mis hermanos y yo íbamos a ir a un lugar fuera de Iwatobi, los abuelos harían una cena especial. Papá estaba emocionado por ello y mamá había usado mucho maquillaje ese día, se veía aún más bonita que de costumbre-Y Makoto esbozó una leve sonrisa nostálgica-papá había hecho el desayuno y mamá correteaba a Ran y Ren por la casa, después, subimos al auto, papá encendió el estéreo, estaba una canción en inglés, mamá había bajado el volumen, mis hermanos se quedaron dormidos, yo me agaché en el asiento, justo cuando llegamos al semáforo, decidí recostarme, el viaje me había arrullado…-los ojos verdes del joven se llenaron de lágrimas, lagrimas dolorosas pero que con todas sus fuerzas trató de retener- levanté un poco mi vista, miré un auto color durazno estacionarse del lado de mis padres y también una motocicleta al lado de mi madre, lo siguiente que escuché fue un sonido horrible y cuando me levanté miré los vidrios del auto romperse, papá cayó y después mamá, una mano fue lo único que vi después, una mano con una cinta dorada y un corazón, era una pulsera…-apretó sus grandes manos, y después suspiró- sé que nada podrá devolver a mis padres, pero por culpa de aquel error, fui alejado de mis hermanos… Y quiero cobrarme la muerte de mis padres, aunque sea de esta manera-.
Haruka se quedó callado, observando el suelo y después le dirigió la mirada a Makoto que igual, miraba al suelo como si este pudiese darle las respuestas que buscaba.
-¿Y qué hay de la policía?- Preguntó Haruka.
-Abandonó el caso. “Fue ajuste de cuentas con la mafia”, esa fue la excusa que usaron… pero yo sé que mi familia no tenía nada que ver con la mafia, no poseíamos lujos, ni nada por el estilo… por ello, si ellos no investigan lo haré yo.- Respondió Makoto.
-¿Por qué eres bombero? ¿No sería mejor que fueras policía?- Preguntó Haruka.
-Lo intenté, pero no pasé la prueba psicológica.- Concluyó Makoto.
Después de aquello, ambos se quedaron callados, simplemente pensando, y después se levantaron caminando hacia el restaurante de nuevo.
En el camino, antes de doblar la calle, un rubio llegó corriendo y abrazó a Haruka con fuerza, una fuerza tal, que casi Haruka pierde el equilibrio, por suerte Makoto logró sujetarle para evitar una caída segura.
-¡Haru-chan, que cruel! ¡Hace tanto no te veía!- reprochó el rubio y Haruka trató de quitárselo de encima.
-Nagisa, nos vimos ayer- Reprochó Haruka y Nagisa hizo un gesto infantil.
Los tres caminaron juntos, hasta llegar al hospital, Makoto fue el primero en despedirse, agradeció a Haruka por devolverle su libreta y después se fue despidiéndose de ambos. Haruka se quedó mirando por un rato la espalda de Makoto alejarse y en seguida sintió el abrazó de Nagisa.
-¿Es tu amigo, Haru-chan?-.
-Algo así-respondió.
Nagisa se quedó mirando un poco más y después corrió detrás de Haruka y le tomó del brazo haciéndolo girar para que pudiese verle de frente.
-¿No estás “interesado” en él, verdad Haru-chan?-.
Haruka suspiró y dijo “No, Makoto es mi amigo nada más”. Dicho esto volvió al restaurante y Nagisa sonrió.
Mientras que eso pasaba, Makoto caminaba por la banqueta mirando la libreta de notas que tenía en la mano, suspiró desganado. Realmente sentía que no avanzaba nada, seguía atorado en lo mismo.
-¡Makoto senpai!-una voz se escuchó al otro lado de la calle haciendo que Makoto volteara.
-Rei… Lo siento, fui a hacer algo-respondió Makoto mirando como el joven de anteojos y cabello azulado cruzaba la calle para llegar junto a él.
-¿Viste a Haruka senpai?- Preguntó Rei.
-Sí-. Respondió Makoto.
-¿Le dijiste?-Rei se veía entusiasmado y alegre por la respuesta.
-No-contestó Makoto con una voz que denotaba desanimo- un chico llegó cuando estaba a punto de decirle. El ambiente se hizo incómodo para mí, no podría confesarle a Haru que lo amo con un amigo suyo ahí-.
Ambos suspiraron.
Makoto había estado planeando confesarse a Haruka desde hace tiempo, pero por una u otra cosa no lograba que las palabras salieran como debía, además, debía admitir que le aterrorizaba el hecho de que, quizá, Haruka le rechazara.
Antes de que el sol se ocultara, Haruka salió del restaurante. Su turno había terminado desde hace unos minutos, así que salió de ahí, llevaba un suéter blanco, empezaba a hacer frio pues el otoño se acercaba, a unos cuantos metros, parado en la banqueta, estaba el policía de la zona, Yamazaki Sousuke, llevaba al menos una semana y media saliendo con Haruka, aunque no podría decir que fueran novios o amantes, porque no lo eran, solo salían como amigos, así que pensó en acompañarle hasta su casa, en eso miró como un chico de cabellos castaños llegaba a lado de Haruka con una sonrisa. Vio la boca de Haruka moverse, pero no escuchó ningún sonido, sólo les siguió con cautela, mirando como ambos iban en silencio, al llegar a un edificio, observó cómo ambos se quedaron de pie en la entrada, así que aprovechó para acercarse un poco más… Ahora que miraba bien al de cabello castaño, recordó que se trataba de Tachibana Makoto, un bombero de la estación, a veces se preguntaba que sucedía con él, pues nunca había visto a Tachibana en un gesto de molestia o desagrado.
-Hace un rato no pude decirte algo importante, me dio mucha vergüenza.-escuchó la voz de Tachibana y después una risa.
-Yo tampoco pude disculparme, Nagisa llegó de repente-respondió Haruka con un ligero tono de vergüenza.
-¿Entonces puedo decírtelo ahora?-preguntó Makoto.
Haruka afirmó con una inclinación de cabeza. Los segundos parecieron eternos, Haruka le observaba inexpresivo lo cual alteraban más los nervios de Makoto; Sousuke se quedó expectante, observando solamente.
En un movimiento veloz, impredecible, Makoto se había apoderado de los labios de Haruka el cual, completamente sorprendido no supo cómo reaccionar. Cuando Makoto se separó de los labios de Haruka pudo observar la mirada turbia de Haruka.
-Estoy enamorado de ti-.
Sousuke tuvo que contenerse para no golpear a Tachibana, no por querer, sino por deber, pues entonces Haruka se daría cuenta de lo había seguido. Simplemente se dio la vuelta sacando su teléfono celular que vibraba insistente en el bolsillo de su chaqueta de la policía.
-Rin, sí lo sé. Ya voy para allá. Descuida, estoy bien…- Sousuke le dedicó una última mirada al par que aún se encontraba en silencio y caminó en dirección opuesta.
“Estás llegando tarde últimamente” la voz de Rin detrás del teléfono se escuchaba molesta.
-Lo sé, no volverá a pasar-. Respondió Sousuke-anda, no estés molesto conmigo, te amo.
Y con eso bastaba para calmar a la fiera, Rin se relajaba y respondía con un “Yo también te amo”.
Y Sousuke se alejó del lugar sin escuchar la respuesta de Haruka “Para lo que me importa” pensó “Después de todo Nanase solo es una aventurita, nada especial”.
-A mí me gusta otra persona, lo siento.- Respondió Haruka después de unos momentos tras la confesión de Makoto.
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