Mi madre habia llegado, podia escucharlarla fuera, hablaba con sebastian.
Llevaba al menos media hora frente al espejo, examinaba cuidadosamente mis caderas, sus dedos habian quedado marcados en mi blanca piel, tambien miraba fijamente el terrible morado en mi ciello que comenzaba a tomar un espantoso aspecto.
- Como diablos voy a cubir esto...
Ese era un problema, pero mas importante aun ¿Como diablos voy a mirar a mi madre a la cara? "buenos dias mama, oh! por si sebastian no te habia dicho nada anoche me follo despiadadamente sobre el meson donde tienes tus magdalenas"
- No, probablemente no sea una buena forma de comenzar el dia.
Y por su puesto aun quedaba un detalle, tener que ver a sebastian y su sonrisa de superioridad luego de mi patetico estado de sumision anoche. Las cosas no podrian estar mas jodidas.
Recorde que tenia una camisa de cuello alto, que claramente no usaria para un dia soleado, pero en fin, eran tiempos desesperados. Me la puse cuidadosamente para no lastimar mas mi cuello y una vez estuve completamente vestido vi por la ventan el radiante sol de medio dia.
- Joder, voy a calcinarme...
Por fin, abandone mi habitacion.
- Cariño buenos dias
- Hola mama ¿te solto la oficina?
- Si, al menos por ahora.
- Luces terrible deberias dormir un poco.
- Buenos dias, Ciel.
- Hola sebastian.
En la mesa tomamos algunos jugos y aunque mi mama insistio en cocinar algo sebastian la obligo a ir a su habitacion, necesitaba descansar.
- ¿Tienes hambre?
- ¿Me haras el almuerzo?
- No, pero pudo llevarte a comer fuera.
Sonaba razonable. Resulta que habia alquilado un coche bastante elegante, subimos a su auto y nos dirigimos a un local que el conocia. Ninguno dijo una palabra en todo el camino.
Estaciono y saludo a varios empleados una vez que estuvimos dentro, casi no habian clientes, quizas era por lo remoto del lugar.
- ¿Que tal sebastian? veo que hoy tienes compañia.
- Ah si es mi sobrino, venimos por algo de comer.
- Claro, ¿Arriba como siempre?
- Seguro.
Un camarero nos guio a lo que parecia una terraza privada, asumi que el salia desde tan temprano porque venia a almorzar siempre aqui.
- Un colega en mi trabajo me recomendo este sitio, me resulta muy reconfortante, nunca hay mucha gente y...
- La vista es hermosa desde aqui. -Le interrumpi-
Estaba conmovido por el paisaje mis ojos se perdieron a la distancia, estabamos en una especie de risco y la vegetacion se alzaba imponente frente nuestros ojos, kilometros de naturaleza bañada por los rayos del sol. Los colores vibraban. Me distrajo la mirada de sebastian.
-¿Que pasa?
- Nada, me alegro que te guste.
Senti el rubor en mis mejillas, que tonteria.
El camarero solo subio dos veces, para tomar la orden y para dejar nuestra comida, de resto estuvimos solo. Ahora tomabamos un cafe, como si fuera un postre.
-No comiste demasiado.
- No lo se, resulto que no tenia tanto apetito.
Claro que no podia comer bien. Sebastian encendio un cigarrillo.
-¿Me darias uno'
- No se si deberia.
- No te pongas moralista ahora, ye hemos jodido bastantes reglas.
- Hay que hablar de eso.
Extendio sus cigarros, tome uno y comenzo a hablar.
- Lo que paso anoch...
- Prefiero dejar ese tema asi
- Eso es imposible. Hay cosas que no se solucionan solo por ignorarlas.
- No paso nada, estabamos ebrios y...
- No, yo estaba ebrio, cual es tu excusa ciel?
- No lo se, que tal que mi tio es un pedofilo violador de menores
- Eres un mocoso, pero no un menor. No hice nada ilegal
- ¿Que hay del hecho de que eres el hermano de mi madre? ¿O el incesto esta bien visto en america?
- Entonces los dos nos iremos al infierno.
- ¿Los dos? Te dije que pararas con esa mierda! y tu no me escuchaste.
- Tal vez fueron tus gemidos de perra los que no me dejaron oir tu supuesto intento por detenerme.
Me levante enfurecido de la mesa, queria apagar mi cigarro en su maldita cara.
- Te puedes ir a la mierda, tu y tu intento por ser un adulto responsable. No necesito la terapia barata de un inmoral como tu, solo eres otra polla con la que me revolque una noche cualquiera, hoy buscare a alguien mas y en la madrugada ya no recordare ni tu molesto nombre.
Camine enfurecido por la terraza, puños apretados, lo odiaba por humillarme, quien mierda se creia? Estaba apunto de llegar a la escalera que conducia a la planta baja y me largaria de ahi asi tuviera que caminar un mes entero para llegar a casa. un brazo me rodeo.
Con fuerza me levanto, como si fuese una bolsa de naranjas. abrio una puerta frente a nosotros me empujo al interior de la habitacion, que resulto ser un baño y cerro la puerta tras de el. Oh! si yo conocia esos ojos, Sebastian estaba furioso.
- Tal vez quieras que te de mi numero, para que me llames cuando tus marginales amantes de paso esten por llevarte drogado y pueda ir a salvar tu flaco culo.
- ¿ Tu Salvarme? Al final terminaste siendo tu el marginal amante, ¿estas seguro de que eres un heroe?
- ¡Tu me lo rogaste niño, me rogaste que te follara y eso no pueden lograrlo ningun otro bastardo!
- Yo consigo hombres mejores que tu en cualquier esquina, todos los dias, por ejemplo hoy tendre a otro mucho mejor en mi cama.
Sus ojos oscurecieron de rabia.
- ¡Callate niño!
- ¡Toda esa maldita compostura pero no eres mas que un perro con hambre!
- ¡Cierra tu maldita boca!
- ¡No eres mas que un desgrac...
Sus manos Atraparon mi cara y su boca choco con furia con la mia.
El peso de su cuerpo hizo que chocara contra la pared, mis puños chocaban contra su cuerpo lo golpeaba con una ira frenetica. Logre separar mi boca por un instante.
- AYU... Sebas... ELTAME!
Su boca obstruia la mia y me impedia hablar. Senti como la delgada linea que separa el odio del deseo se desdibujaba. En ese momento le odiaba como a nadie, pero aun asi, mi boca correspondio su beso, y mis puños ya no le golpeaban, le sujetaban con fuerza por la camisa.