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Punto de quiebre por malugr

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Tonny...

 

Abandone la cabaña.

El frío aire de la noche me arropo y entre aquella oscuridad recordé la humedad en el frío sótano dónde crecí; no pude evitar reírme por lo irónico del momento, me pregunto que significará está nostalgia ¿será porque moriré está noche? ¿O será porque asesinare a un gran enemigo? Pude sentir la sangre de mi padre recorrer mis dedos como la vez que le degolle, pero este líquido no es tan tibio... Mis ojos vieron el Negro cielo que me cubría y pude entenderlo. Era lluvia, muy apropiado escenario para el dulce ballet de muerte que está por empezar.

Están ansiosos...

Mis hombres iban de un lado a otro armandose y preparándose, ninguno quiere morir pero saben que cuando se trata de mis órdenes no pueden escapar, mi venganza es mucho menos amable que el explosivo beso de una tierna bala. Soy un artista que pinta tragedia y desgracia y esta noche tengo pensado plasmar mi obra maestra.

- Señor... Su chaleco y su camisa ¿desea una chaqueta?

- Aleja esas porquerias de mi. La muerte huele a los cobardes, entre más me cubra más pronto me encontrará.

- Pero señor...

- Largo, necesito prepararme. Lo siento llegar, apesta a odio...

Escucha y aunque trata de verme con respeto piensa que he enloquecido; pobre idiota no sigue mi consejo y se protege el cuerpo con inútiles chalecos y máscaras, seguramente morirá primero.

El olor inunda el bosque...

Avanza como una avalancha entre los árboles y levanta un ola de polvo, se mezcla con la lluvia e impregna cada gota; ese olor a rabia, esa sed de venganza ¿te está quemando la garganta verdad Sebastián? Vienes con toda tu jauría para destruirme, con toda tu fuerza, pero pensativo al mismo tiempo porque sabes que no debes ser imprudente o yo te arrebatare lo único que deseas. Me encanta la imagen de tu desesperación, estas a unos minutos de pararte frente a al blanco de todas tus maldiciones pero aún así debes contenerte. Ruegas que no use a ciel como escudo, se que si lo mato pasarías el resto de tu miserable vida odiandote, pero no, no lo haré de esa forma, quiero arrancarte la vida a ti y luego quedarme con tu pequeño amado para que desde el infierno me veas torturarlo hasta romperlo.

- Señor está confirmado se trata de...

- Sebastián Michaelis... 

- ¿Y sus órdenes señor?

- elegir un objetivo y disparar. El vendrá con muchos Hombres y ustedes deben eliminarlos, pero no pueden de ninguna forma tocar a Sebastián, el ha venido a retarme y yo le daré su batalla.

las noches turbias son las mejores, odio la calma y el silencio pues me pone ansioso yo vivo del mar picado y la incertidumbre, del sonido de la bala, de la carne abriéndose, de la sangre que lo pinta todo de un espeso color carmín.

Los segundos pasan como horas mientras los bandos se preparan, yo espero tu coche y tu esperas que yo salga, pues aquí estoy, llega pronto; Mi más vieja amiga viene a buscar un amante para esta noche, la siempre seductora muerte que me arrullaba de niño ahora me incita a recibir el dulce beso que por fin me lleve al sepulcro, desde hace años le regalo pequeños caramelos, vidas insignificantes que aunque no la sacian, la distraen... Hoy planeo entregarte a ella antes de que me alcance, como un tributo a su belleza. Sebastián eres para ella una presa igual de atractiva que yo, lleva años tratando de cazarnos y esta noche baila alegre entre las hojas sabiendo que uno de los dos caerá.

Si alguien pudiese notar lo glorioso de este momento, la belleza de cuando una vida se extingue.

Los motores se escuchan con infinita claridad...

Mis hombres se posicionan en una media luna tras de mi, todos esperan que me asesinen primero y así poder escapar, eso no ocurrirá; son peones y como tal morirán mucho antes de que yo caiga, eso no es un sorpresa ¿pero en cuanto a Sebastián y a mi? Somos el arsenal de piezas fuertes, las torres, los alfiles, los caballos y la reina, atacandonos con fuerza, con sed de sangre y lo realmente impresionante es que esta noche ambos lados del tablero defienden y se disputan al mismo rey... Ciel, la meta y el premio uno te quiere para cuidarte, otro te lucha para destruirte ¿Quien tendrá el placer de tu rebelde alma? ¿Cual de los dos bandos será el que quiebre el tablero?

- Jajajajaa que gran noche...

Y son mis últimas palabras antes de que la caravana de coches se detenga a varios metros, posicionándose entre los árboles.

Bajan unos y otros armados y apuntando, listos para matar a quienes me escoltan; ninguno me mira, por supuesto, Sebastián dio una orden parecida a la mía. Ambos lo sabemos, ningún otro puede arrebatarnos el placer de destruirnos...

La silenciosa calma se destruye con el sonido de las armas preparándose para disparar, como lobos que gruñen a una manada enemiga, un solo movimiento y ambas jaurias se aniquilaran entre destellos, detonaciones y ráfagas violentas con olor a pólvora.

- Al menos está vez, cuando te parta la cara, tendrás puestos unos pantalones...

No hay rostro aún para la voz que me hace burla, solo la ventana medio abierta de un coche Negro como el ébano que se camufla entre las sombras, pero yo soy infalible reconociendo el odio tras el cinismo y sólo tú puedes odiarme con tal intensidad ¿no es cierto...

- Sebastián...? JAJAJAJA. - Casi excitado estallo en una carcajada. - Querrás hacer mucho más que partirme la cara cuando sepas lo bien que la hemos pasado ciel y yo...

- ¿Y te parece buena idea provocar a quien viene a ejecutarte?

- No le temo a la condena, la espero desde hace muchos años... La pregunta es Sebastián ¿tan confiado estas de ser un digno verdugo? No pareces la clase de bastardo que pueda ver a los ojos a un hijo de perra como yo y arrancarle la vida.

La brisa sopla y las gotas caen, casi como si estuviésemos solos el resto del mundo enmudece expectante...

- Jajaja... Me has confundido con un noble caballero rescatando a un inocente.

- En realidad no te creo tan puro y menos a tu perrita de turno ¿Que placer tan escabroso no? Follarte al hijo de tu hermana...

- Oh... Me has estado investigando.

- ¿Te sorprende?

- Me agrada.

La puerta del coche se abre y comienza a asomarse el cuerpo de quien me promete la divina aniquilación. Mi alma se estremece ante la irresistible idea. Pronto ya no queda nada que nos separé, solo el frío aire de la noche y la tensión de nuestras miradas, fijas la una en la otra, condenandonos.

- ¿Entonces no te molestara que Ammy este dentro de mis planes? Si dio a luz a un lascivo como ciel, debe ser también una golfa de primera calidad, tal vez la traiga a esta isla sabes? Tal vez desde el infierno te dejen ver como me la follo luego de que su hijo quede arruinado por mi enfermizo trato...

Suspira algo molesto pero me enferma que no pierda la compostura, el maldito se resiste.

- No lo disimules Sebastián, si te tragas esa rabia morirás envenenado... Dejame ver lo peor de tu...

Entonces, algo que no esperaba ver... Algo que no esperaba oír.

- jajajajajajaja no, solo estaba distraído...

Sebastián avanzó varios pasos con ojos negros como el averno y de pronto deje de sentirme solo, de pronto yo no era el único psicópata que sonreía extasiado ante la seductora idea de una muerte súbita.

- pensaba en que tendrás que conformarte con ver a a tu madre ¿que tan jodida crees que será tu eternidad si resultas arder en el mismo caldero que ella?

- Claro... Sebastián Michaelis, ¿también hiciste tu trabajo de investigación?

- Es mi trabajo, saber cosas... Aunque si, esto me ha resultado particularmente entretenido.

Un cigarrillo entre sus labios se enciende haciendo caso omiso de la fina lluvia.

- El indefenso niño creció para convertirse en un pedazo de basura, papi debe estar orgulloso...

Maldito...

- ¿No te gusta Tonny? ¿Hablar de él?

- Deberías medir tus palabras Sebastián...

- No seas imbécil, no tienes control de nada aquí. Tengo casi el doble de hombres y francotiradores ocultos entre cada árbol, tu no tienes nada.

Me reta y juega a intimidarme.

- Esa amenaza es tan ridícula jajajajaa no viniste hasta acá solo para tirotearme de lejos.

- Por supuesto que no, pero no están ahí por eso, su trabajo es evitar que te gires como un marica hacía ésa cabaña y uses a ciel como tu última forma de escapar.

Sebastián me mira sereno. Supongo que ya sabía lo que me esperaba, no sólo ha sido un abogado de temer en los juzgados sino también un cruel ajustador de cuentas; si le debes algo a Michaelis tarde o temprano el te atrapara y te cobrará con intereses.

- ¿Y que tan asustado estas de que ciel muera que te privarias del placer de degollarme con tus propias manos? Habrías venido aquí para nada ¿Que tal un trato?

Claro que puedo ver lo muy tenso que se pone, no le interesa hablar de mi o de él, solo intenta apartar el tema de conversación, no quiere hablar de ciel. Enmudece y sólo espera.

- Deja que te salve Sebastián...

- Eso no suena creíble.

- Dirías que soy un desgraciado porque deje morir a mi madre como la peor de las escorias, podrías decir también que sólo un maldito resentido rebanaria el cuello de su padre, aún cuando este fue el más sádico de los demonio encargado de atizar las llamas de mi infierno terrenal. Las cientos de mujeres que condene a una vida de prostitución, dejando atrás solo una estela de sueños que jamás se realizarían y que a mi no me importaba sepultar bajo mis pisadas. Claro que sí, los ojos mortales no pueden ver más que desastre y cualquiera en esta tierra firmaría feliz me sentencia de muerte, pero...

Ahora soy yo quien avanza dos pasos, pues tengo la firme intención de apuñalarlo con palabras, que aunque tardan algo más, son mucho mejores que las balas.

- ¿Puedes tu Sebastián Michaelis condenarme con la facilidad de quienes ignoran los muchos matices que tiñen mis actos, aún cuando tu si puedes distinguirlos?

Ojos negros brillantes me fulminan y su cuerpo se tensa.

- ¿Puedes decir que he sido una bestia cruel, más allá de las causas que me orillaran a actúar?

El cigarrillo en su boca ofrece a Sebastián sus últimos instantes mientras noto como mis palabras con como lazos directos a su cuello, si no te concentras Sebastián, si no actúas con cautela y te mueves muy aprisa entre mis preguntas intentando evitarlas, acabarás ahorcandote en mi retórica. 

- ¿Quieres que analise el perfil de un asesino y sienta empatia suficientente como para librarte de tu castigo? 

- Eso es lo que no entiendes Sebastián, no eres mi ángel exterminador, yo soy el tuyo. No estas aquí para rescatar a ciel y probar que la vida es una perra cruel que se ha equivocado y que en realidad amas al tierno niño, que lo protegeras de todo, que no eres solo un cáncer pecaminoso que acabará por matarle prematuramente, no. Tu estas aquí para que yo te salve.

La oscura noche de pronto se ilumina con un relámpago cuya luz me permite ver por completo el perturbado rostro de Sebastián y un trueno ruge casi sobre nosotros para quebrar los finos hilos del silencio. Una magnífica puesta en escena cargada de todo el drama que requiere la perdición de un alma.

      Sebastián...

 

El sonido retumbo en mis oídos casi para destruirme los tímpanos, pero no, no me refería al trueno.

Tonny se mantenía erguido y con una enloquecida mirada, pero no quería ser presumido, solo quería darme a entender que el tenía todas las respuestas. Vamos Sebastián ¿Porque estas escuchándolo? Avanza revienta esa cara a patadas y saca a ciel de aquí ¿por que no lo haces?  ¿Que puede decir este maníaco que a ti te importe?

Hablaba para mi interior mientras que con sinuosos ojos Tonny escruto cada ápice de mi expresión facial. estaba en búsqueda de una indicación, el quería seguir con su monólogo pero no quería hacerlo así sin más, quería ver la duda en mi, quería saber que me interesaban sus argumentos, que me intrigaba. Claro que es una trampa mental Sebastián, eres un buen abogado y has visto suficiente de eso, es más tu mismo eres un artista desmembrando mentalmente a quienes es necesario desarmar de adentro hacia fuera, tu trabajo te lo exige a diario... ¿Entonces porque de pronto quieres ser el examinado?

- No pienses tanto Sebastián, tiene mucha lógica; un alma así como la tuya no puede ser escoltada al infierno por cualquiera, ni salvada sin dejar miles de heridos.

- ¿Y serás el escolta o el sanador?

- Tu le resultas tan interesante a la inescrupulosa muerte, que va a darte la oportunidad de escogerme un papel, el que prefieras.

- Se me ocurre un final muy satisfactorio.

- ¿A si? ¿Yo con cuatro disparos en la cara yaciendo sin vida en el fango mientras tu abandonas triunfal la cabaña con ciel en brazos?

- Si, suena bastante bien para mi.

Una risa complacida escapa de sus labios mientras sus manos ansiosas aplauden.

- Bravo ¿Dirías que triunfaria el amor Sebastián?

- No te creí tan sentimental Tonny ¿Ahora resultas un romántico?

De repente...

- No y tu tampoco lo eres maldito.

Su Voz se vuelve grave y acusadora.

- Tu no puedes de verdad creer que lo sacaras de aquí y luego viviras una vida feliz mientras te follas al hijito de tu hermana. Los finales felices no existen para persona como nosotros Sebastián, pero ser así de malditos nos da ventajas y como ya te he dicho, hoy tu puedes escoger.

Se mueve ansioso, Tonny a abandonado su estática postura para comenzar a ir de un lado a otro sobre el fangoso suelo. Sus manos se mueven y sus ojos bailan agitados chocando con los míos. No puedo evitar desesperarme, mi mandíbula se tensa en un esfuerzo por controlar cualquier involuntario movimiento. Calma Sebastián, no te pongas ansioso. callate, no le hables, no le digas nada! El esta esperando que lo hagas. Silencio Sebastián, detente, acaba con el y luego Largate de aquí.

¿Cuantas guerras, muertes, invasiones y demás desgracias se hubiesen evitado a lo largo de la historia si los humanos fuésemos capaces de reprimir la estúpida parte de nuestras mentes que nos incita a saberlo todo? ¿Si pudiésemos ir en paz sin sucumbir ante la curiosidad? ¿Cuántos eones pasarán antes de que entendamos que la verdad es una enorme hoguera? Pasamos toda nuestra vida intentando llegar a ella para que su luz nos ilumine, pero lo único que conseguimos es morir asfixiados por el humo y sofocados por las llamas mucho antes de estar realmente cerca de la luz. No podemos vivir cerca de la verdad, porque nunca seremos capaces de soportar todo lo que la claridad implica y morimos irremediablemente. quizás algún día, Sebastián, Quizás algún día lo entendamos... Pero definitivamente está noche no será...

- ¿esto tiene que pasar cierto?

Los ojos de Tonny brillaron con sádico entusiasmo.

- Muy bien, tengo mis sospechas, pero ya que eres el experto porque no me hablas de mi opciones.

- Son sólo dos. 

- Lo sé ¿Que tienes tu que ver en ellas?

- Por dios, eres abogado Sebastián ¿no están ustedes acostumbrados a usar a los demás para sus propósitos? Pues aquí me tienes.

Claro... De pronto siento náuseas.

- ¿Quieres que pactemos Tonny?

- ¿No soy genial? Casi cono un socio considerado. 

- Ya he venido hasta aquí, el tiempo de las negociaciones pasó.

La sonrisa en su rostro...

- Te estoy dando la forma de escapar Sebastián, la posibilidad de una vida tranquila.

Mi paciencia se desmorona y sacó mi arma con rapidez y apuntó a su rostro. El ambiente se crispa y se tensa, todos listos para tirar de gatillo.

- ¿Me dejarás dispararte Tonny? 

Dos y tres pasos... De pronto su rostro está frente al cañón de mi arma inmutable, casi como si disfrutara del suspenso.

- ¿Jajajajajaja que tan estúpidamente ciego estas?

- Mide tu lengua, estas a unas palabras de de morirte.

- Yo Sebastián soy la última tabla a la que puedes sostenerte antes de hundirte por completo en el oscuro mar de tus bajas pasiones. No eres tan ignorante así que se que lo entiendes.

- Ciel...

- Ciel debe desaparecer de tu vida si es que quieres salvarte y eso Sebastián, lo sabes... ¿No es esa la cruda verdad?

La cruda verdad... Ahí está, tan dolorosa y asfixiante como la más abrasiva hoguera, como el más diabólico de los incendios. Mi dedo acaricia con ansias el gatillo mientras el resto de mi mano sostiene el puño del arma.

- No habrá paz completa en tu vida, jamás ocurriría luego de todo lo que has hecho, pero puedes conciliar mejor el sueño si decides terminar ahora con esto, dentro de algunos años podrías incluso olvidarlo. Ya has desaparecido del mundo, te alejaste de tu familia ¿no podrías hacerlo de nuevo?

- Como puedes...

- ¿pensar que serias capaz de dejarlo? ¿Cual es la parte en ti que no ve sensato mi consejo?

- Estás enfermo, jamás lo dejaría en tus manos

- Ese es tu maldito problema, no terminas de entender que tu realidad y la de ciel no puede mezclarse pues es aberrante y tal cosa solo acabará por destruirlos y de la peor forma. Te lo llevarás de aquí y luego que sigue? ¿Lo abandonaras en Londres e intentaras seguir tu vida en América? ¿Te quedarás con el? ¿Lo llevarás contigo? ¿Que pasará con tu vida cuando el implacable ritmo de los hechos les juegue en contra y se descubra lo que hacen? Tu familia, tu carrera, tu prestigio todo destruido en un parpadeo y además... ¿a quien crees que el joven e inocente ciel culpara de su desgracia cuando sea repudiado por todos quienes se enteren que es la complaciente golfa de Sebastián Michaelis, su tío? 

- No... Eso no...

Mi boca se seca y aunque mi arma permanece firme en el centro de su frente, toda mi alma se estremece al escucharle versar sobre mis peores temores como si hubiese leído lo más oscuro de mi angustiado ser.

- Te odiara Sebastián, tuviste la oportunidad de ser fuerte como un adulto responsable y en vez de eso lo arrastraste a tu incestuoso y macabro juego solo para autocomplacerte. ¿No lo ves Sebastián? En esa cabaña no está la paz que buscas, tu única escapatoria de esto soy yo...

Tonny se sonríe y relame los labios como si saboreara mi silencio que le da a entender lo aturdido que estoy.

- Siempre lo has sabido, no puedes dejarlo porque no tienes la fuerza de aplacar tus miserables deseos, pero sabes bien Cuan maldita esta esa unión y que no debe ocurrir.

La mano de Tonny sube y sujeta el cañón de mi arma.

- No será matarme lo que te ayude...

- ¿Entonces...?

- Huye... Escapa de esta locura. Lo secuestraron y tu no pudiste ayudarle, di que lo buscaste por cielo y mar sin ningún resultado. Huye ahora Sebastián y culpame de la desaparición de ciel, yo tomaré la responsabilidad, me lo llevaré dónde su sucio cuerpo ya no pueda confundirte.

la ira se apodera de mi al escuchar aquella asquerosa propuesta. Tiro de mi arma y ahora apunto con más fiereza a su frente mientras le sostengo por el cuello con mi otra mano.

- Como te atreves maldito...

- Te molesta porque sabes que es lo mejor.

matalo, acaba con esto ya.

- Lo has pensado llevas años escapando del recuerdo Sebastián, te atormenta, te hace sentir un miserable pero no puedes marcharte. Ya no tienes porque cargar con eso. Me lo llevaré, suelta el arma y marcharte a vivir la vida justa que te arrebató ese lascivo cuerpo hace tanto años...

Mi mente viajó a aquella habitación oscura, cuando sus brillantes ojos eran lo único que podía ver, tan puro, tan inocente, tan mio. Mi dulce ciel...  el corazón se me astilla.

- Que mirada más triste Sebastián... Suelta el arma, sube a tu coche y vive. Estas a un paso de librarte de su maldición.

- Nosotros somos los malditos. 

- Somos malos si, pero ciel es mucho peor. Tu manejas dinero, lo traficas, lo consigues a toda costa sin reparar en el daño que haces; Yo despojo a personas de sus cuerpos, los vuelvo entretenimiento público y vaya que es cruel, pero... Y ciel? Ciel pisotea corazones y destruye almas, provoca, seduce y va dejando a su paso un ejército de adictos a su cuerpo, destinado a vagar con la vida deshecha tras el con la esperanza de volver a ser utilizados tan siquiera una vez para saciar sus egoístas necesidades. Ya lo has visto Sebastián, no te condenes, si no te marchas ahora, jamás escaparas.

Un dolor aterrador me invade. No puedo estar con ciel y no puedo dejarlo entones ¿Si un loco me ofrece liberarme, pudiera yo aceptar?

- Lo torturaras, lo castigaras... Lo reduciras a nada.

- Si...

Mis ojos cansados le miran y sin darme cuenta ahora es más tristeza que furia lo que m gobierna. Mi arma comienza a bajar guiada por la mano de Tonny.

- No me veas así, tu no puedes liberarlo de su condena... Su destino es sufrír. Como tu eres el adulto responsable te dejaré elegir...

Mi mano ya no lo aprieta, no escucho la lluvia... Las palabras de Tonny me enferman pero me confunden, de pronto ya no soy el capaz abogado de treinta y dos años adinerado y famoso por su astucia; soy el asustado adolescente que salió huyendo de aquella casa al descubrirse hechizado por los brillantes ojos de un niño... No, de una dulce criatura ¿Ciel es malo? ¿Como podría tanta belleza? Puedo sentirlo, sus manos entre las mías, diez años después me sigues quemando. Tonny guía mi arma hasta abajo y con ambas manos a los lados ya no le apunto, y mis pensamientos divagan junto con mi pérdida mirada.

- Ciel tiene una cuenta que saldar por su destructivo estilo de vida, ha destrozado a muchos y ahora es su turno... La cuestión es ¿me dejarás llevarlo para que sea yo quien le haga pagar, o... Te lo llevarás para que sea ese enfermizo y prohibido amor tuyo el que lo destruya? ¿Serás capaz Sebastián, de llenarle el rostro de besos sabiendo que lo entierras más y más hondo en el infierno con cada embestida?

Mi amor... Lo sé, no pude evitarlo y aún cuando te creí olvidado un breve encuentro me hace sucumbir ante todo lo que representas; la más dulce fragancia a rosas, el más claro azul en tus pupilas, la misma luna que te cede su belleza Inmaculada para que la uses como piel blanca impoluta y por supuesto que los nocivos labios finos con los que me has inyectado tu veneno... Aquella noche me sentenciaste y la vida me exige verte una y otra ver sabiendome incapaz de rechazarte pero sin darme el absoluto valor para mandarlo todo a la mierda por temor a sepultarte junto a mi en el oscuro foso que me aguarda en el infierno por desearte tan desesperadamente.

- Decide Sebastián... Ya casi lo consigues... 

Mis ojos viajan perdidos sin concentrarse en nada... Una luz me distrae, viene de la cabaña frente a nosotros. En aquella casa hace tantos años hubo un tiempo en que sólo estaba con ciel en el cuarto cuando la luz estaba encendida, pues aunque aún no entendía de lo que se trataba, me sentía extraño con respecto a nosotros, había decidido tomar distancia de él. Aquella noche las luces apagadas no me dejaron ver su infantil rostro, sino sus brillantes ojos que respondían mi amor y mi deseo.

La mano de Tonny comienza a sujetar mi arma, se muy bien que trata de quitarmela, pero no me resisto...

¿Estas ahí ciel? ¿sigues vivo? ¿Me odias por dejarte ir o por traerte aquí? ¿por las veces que te hice mio, o por las que no? ¿Me odias por estos dos meses o desde hace diez años? Tienes tantos motivos que no puedo elegir uno, me destroza pensarlo, la patética realidad es que no podría vivir sabiendo que me desprecias, por favor, dime que no es ese el caso, estas encadenado pero yo también lo estoy a mi manera, no puedo moverme.

Truenos, profundos y escandalosos como mi Pánico a perderte... Pero por un momento las luces en la cabaña parpadean y siento...

  ¿Y si... Y si en algún minúsculo lugar de tus recuerdos aún vive el niño que me quizo con pura inocencia, el niño al que le dolía el pecho al pensar en mi partida? ¿Sigues ahí? ¿Aún puedes quererme ciel? Hace tantos años bajo el enorme árbol fingiendo días de campo, jugando en el columpio, abrazandote en la oscuridad, nos quisimos de verdad sin saberlo, y ésa última noche nos besamos el alma, no llegamos al final por supuesto, eras tan frágil y yo tan impulsivo ¿diez años después me dejarias besarte así? No sólo  movidos por deseo como hasta ahora.

  Ciel... Quiero hacerte el amor

¿puedes a pesar de tanto en contra verme solo a los ojos y hacerme sentir en casa, puedes ser mi hogar? Rescatame de la luz que me acusa por amarte y llévame a la oscuridad serena dónde no hay culpas, donde puedo hacerte mio y abandonarme entre tu cuerpo... Por favor ciel, por favor.

Un último dedo sostiene el arma, Tonny está por quitarla pero no volteó a verlo. Mi pecho arde y quema, no he parpadeado, mis ojos fijos en la cabaña contemplan aterrados lo cerca y lo lejos que estamos... Y de pronto.

El cielo ruge... Se ilumina por completo y un estallido espeluznante resuena hasta los confines más remotos de la isla. Mi rostro gira hacía los lejanos complejos, entonces contemplo con asombro como edificio a edificio las luces se extinguen. Mis ojos se abren como platos.

- Es solo un corto circuito por la tormenta, lo solucionarán... Dame el arma Sebastián.

Mi cuello gira y el me mira con fingida compasión viendo mi agobiado rostro... Pero noto bien su triunfal festejo interno; entonces clavo mis pupilas en la cabaña una última vez... ¿Ciel?

- Un dedo más Sebastián y serás libre de ese demonio.

Casi derrotado voy abriendo lo poco de mi mano que aún sujeta el arma, sin quitar los ojos de aquella iluminadas ventanas. Por ese momento agradezco la lluvia, pues siento una tibia lágrima acariciar mis mejillas entre el festival de gotas caídas del cielo. Estoy al borde de entregar mi arma... 

- Te amo ciel.- musito en un susurro inaudible.-

Y de pronto oscuridad... En un chasquido todos los bombillos estallan dentro de la cabaña.

Tonny gira espantado por el estruendo y por primera vez soy consciente de las decenas de personas a nuestros al rededor. Una oscuridad que a penas me permite ver algunas sombras y siluetas nos invaden y escucho a los alarmados hombres nerviosos ante la falta de visión.

El clava sus ojos en mi y gracias a dios estoy lo bastante cerca como para disfrutar de su desconcertada expresión... Noto que en mi rostro se dibuja la más insana de las sonrisas. Ahora todo está claro.

- ¿Y esto que significa?. - Me pregunta con disgusto refiriéndose a mi mueca. -

Una paz me invade con la seguridad de quien conoce su propósito y mi mano libre se cierra en un puño que estalla violento contra su rostro. Aprieto con fuerza mi arma y apuntó a Tonny que me mira enfermo de rabia desde el fangoso suelo.

- Que me voy al infierno con el.

Y una estrepitosa guerra se inicia entre detonaciones, lluvia y oscuridad.

Abre bien los ojos ciel, guiame hasta ti.


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