Habian pasado unas dos semanas desde la llegada de sebastian y nuestra relacion, era cada vez mas distante ahora que el trabajo de mama la obligaba a pasar dias seguidos en la editorial, sebastian se se iba de marcha desde temprano en la tarde y yo salia a penas bajaba el sol, nos encontrabamos unicamente para el desayuno. A veces llegabamos simultaneamente, cada uno bebia un vaso de agua y para cuando despertaba sebastian ya no estaba en casa, algo habia que reconocerle, bebia mucho y tenia mucho aguante.
Daban las 9pm cuando ya me paseaba por las calles donde las discotecas recibian a miles de jovenes, hacia dos noches habia dormido con alguien y ahora era tiempo de buscar un nuevo aompañante no me apetecia en absoluto llegar a casa. Estaba acostumbrado a las miradas de hombres y mujeres buscando compañia y simplemente me limitaba a ojear por encima de la multitud hasta encontrar algo que llamara mi atencion.
Mis ojos se desviaron hacia la terraza de unos de los locales mas caros de la calle, nunca me habia interesado, al ser caro la mayoria de los clientes son viejos adinerados, la mayor de mis sorpresas fue ver a sebastian.
Vestido y peinado tenia un aura de elegancia y superioridad que tenia completamente cautivados a el restro de los clientes y a ambos lados, dos hermosas mujeres mucho mas jovenes que el, le hacian compañia completamente facinadas por poder ir del brazo del joven derrochador de dinero, pues en comparacion con los demas hombres del local, sebastian era un niño.
Seguia de pie en medio de la calle observandole de lejos, me di cuenta de como su mano izquierda acariciaba la espalda de su acompañanete hasta casi tomarle el trasero, giro su rosto y con su sonrisa burlona, la beso suavemente. incoscientemente mis ojos se cerraron como si tratara de percibir la sensacion.
Me obligue a abrirlos subitamente y me movi de donde estaba di algunos pasos cuando un hombre de unos veinte años se cruzo en mi camino. sus ojos eran azules, no como los de el , pero eran azules.
- Te invito algo.- Me susurro al oido-
Movi mi cabeza afirmando puso su mano sobre mis hombros y me guio a uno de los bares de ambiente que se encuentran al final de aquella calle.
antes de entrar fumamos algunos cigarros, estoy convecido de que no eran cigarros corrientes, aunque francamente no me importaba demasiado solo queria dejar de pensar en sebastian y sus golfas. La verdad es que mentiria si dijera que no he probado la marihuana, entonces me daba lo mismo de que diablos era el cigarro.
Una vez dentro y en la pista de baile, ya teniamos nuestros tragos y ahora jugabamos a ponernos cachondos mientras bailamos, lo que yo llamo el juego de la seduccion, el ritual comenzaba de nuevo, esto duraria un par de horas hasta estar suficientemente borracho como para irme a un hotel y luego en la mañana ir a casa, conozco tanto el juego que ya no es para nada emocionante.
Estoy seguro de que habian pasado unas cuantas horas y de que al menos serian las 2 am cuando senti que mi cabeza daba vueltas descontroladamente no podia fijar la vista y mi mente quedaba en blanco lo que habian ahora eran lagunas, estaba en la barra, luego en la puerta, ahora mitad de calle, maldicion alguien me estaba llevando a otro sitio, y yo no podia hablar negarme o simplemente desplomarme en el suelo mi cuerpo respondia sumisamente a la orden del desgraciado que me sujetaba por el brazo y me llevaba lejos del bar.
estaba seguro de que me desmayaria muy pronto, y el tambien lo sabia me hizo apurar el paso en frente vi un coche y pense "mierda, este loco va a secuestrarme, me drogo y ahora va a secuestrarme."
Mi cuerpo seguia avanzando sin poder resistirse a la orden de mi secuestrador y al punto de llegar al coche a partado de la multitud, la mano que me sujetaba el brazo y guiaba me solto y mi cuerpo cayo de lado, escuche voces, golpes, impactos. Pude ver algo...
- ¿sebast...
Me sumi en la inconsciencia mientras sebastian golpeaba en la cara al chico que me habia invitado al bar.
De nuevo en mi mente se hacian lagunas, sebastian levantandome del suelo, sebastian montandome en un coche, sebastian cargandome hasta la puerta de casa.
- Necesito que te mantengas de pie, tengo que abrir la puerta
Asenti y me dejo rescostarme contra la pared mientras se ocupaba de la puerta. una vez abierta me miro, intente avanzar pero mis piernas no respondian, de nuevo me cargo y cerro la puerta tras nosotros. olia a alcohol intensamente y a cigarrillos, tambien percibia su fuerte colonia. Era...
- Deli...cioso...
- ¿Que dices?
- Hueles... Delicioso.
Me recosto suavemente en mi cama y permanecio inclinado sobre mi unos segundos. ¿Mencione que cuando sebastian reia su mirada era menos pesada? pues bien, cuando sebastian esta ebrio, su mirada congela, ese azul intenso es tan frio como el mas nordico de los mares y aun medio incosciente podia sentir como me congelaba.
Sin dejar de mirarme, inclino mas su rostro hacia a mi, no podia girarme, no podia cerrar los ojos, estaba petrificado, se acerco lo suficiente como para que nuestras respiraciones chocaran y entonces...
todo se volvio oscuro.