Desperte.
Mi cabeza aun estaba descolocada, moria de sed, me levante dando tropezones luchando para llegar al baño. me lave la cara y trate de recodar.
- Dios, que fue lo que paso.
Entre a la ducha y deje que el agua corriera por mi cuerpo, aclaro mi mente, pero no me devolvio mis recuerdos.
me puse algo comodo y decidi ir por ese vaso de agua que tanto necesitaba. sali de la habitacion vi la hora en la sala eran las dos de la tarde, cuando gire, ahi estaba sebastian.
Sus ojos me miraron tan despiadadamente que juraria que me odiaba pero ¿porque? y mientras me miraba recorde todo. Los cigarrillos, los tragos en el bar, el coche al que iban a subirme, sebastian peleando, sebastian dejandome en mi cuarto, sebastian inclinado tan cerca de mi rostro que parecia que iba a besa... rme? Senti como me ruborizaba enteramente y bajo mi mirada rapidamente.
- Buenos dias. -susurre-
- Buenos dias.
La tension cortaba el aire y sus ojos me apuñalaban.
- Oye, yo, te debo una por haberme ayudado anoche. no se, las cosas se salieron de control y...
- ¿Se salieron de control?
Se levanto violentamente de su silla y casi con la misma rabia me arrincono contra la pared.
-Tres marginados llevaban tu drogado culo hacia un coche.
- Lo... lo lamento no se que sucedio
Su voz sonaba enfurecida, podria jurar que estaba a punto de golpearme.
- Lo que paso es que ibas a ser la perra de ese grupete de mocosos, solo porque te ofrecieron unos tragos.
- No hables mierda sobre cosas que no sabes yo solo estaba...
- ¿Buscando alguien que follara niño, eso es lo que querias?
Ahora yo tambien temblaba de rabia.
- ¿Que diablos estas hablando?
- Te fuiste con uno de esos bastardos, el te abrazo y tu le seguiste, como un puta en celo.
- Oh! pense que te encantaban las putas tio, estabas muy acompañado de ellas.
Su mano sujeto mi rostro con tanta fuerza que golpee hasta la pared a mi espalda.
- Si lo que quieres es vender tu culo por un trago, tal vez deba ser yo quien te compre, al menos te daria dinero para que puedas volver en taxi a casa.
La brusquedad sus palabras me lleno de asco y rabia. Necesite toda mi fuerza para empujarle pero a penas consegui morverle.
- ¿Sabes lo que te digo T I O? que me arrastraria con la lengua afuera hasta la polla de cualquier bastardo antes de darle mi culo a un miserable como !tu!
De su pecho broto la ira en forma de gruñido y la mano que me sujetaba me solto.
Enfermo de ira se acerco hasta la mesa donde habia dejado su vaso, lo tomo con furia y lo estallo contra la pared. Mi rabia se habia convertido en miedo, derepente me parecio que sus ojos azules se volvian negros. Mientras me miraba, me invadio el terror. Las lagrimas se acumularon en mis ojos.
Aunque estaba enfurecido, note que sus ojos volvian a la normalidad. Sebastian dio la vuelta atraveso la sala y salio de casa. ahora las lagrimas rodaban por mis mejillas. el reloj marcaba las dos y veinte minutos, pero yo senti que aquella pelea habia durado una eternidad.
Estaba tan profundamente agradecido de que mama no fuese a llegar a casa, me sentia con un nudo en el pecho que no me dejaria ni hablar si es que lo intentara. me sente en el suelo y vi los incontables fragmentos de vidrio en toda la cocina y vi el licor, sebastian debia de llevar bastante rato bebiendo. Limpie el desastre y fui a dormir.
En mi cama el tiempo paso relativamente rapido, cuando volvi a abrir los ojos ya era de noche y mi reloj revelo que pasaban de las once de la noche.
Me di cuenta de que la puerta de mi cuarto estab abierta, pero no me importo demasiado, a esa hora sebastian no llegaba nunca, muchos menos esta noche.
Entre a la ducha deje que el agua corriera por mi cuerpo y me convenci de que tal vez era lo mejor, de todas formas el y yo no habiamos congeniado desde el primer dia, posiblemente para mañane llame a mama y le diga que ya no puede estar mas aqui, que surgio trabajo o cualquier cosa, por un lado senti alivio y por el otro angustia.
- Quizas ni siquiera pase por aqui de nuevo.
De pronto me descubri pensando en mi recuerdo de la mañana, podia recordar su respiracion justo frente a mi boca. No se porque, pero mi precho se comprimio, me invadieron unas terribles ganas de llorar.
Me seque y desee desesperadamente una taza de te, asi que sin pensarlo me envolvi en la toalla a la altura de la cintura y me dirigi a la cocina.
Revise los gabinetes en busca de la caja donde gurdaba mama las bolsas de te, estaba convencido de que eso me calmaria. Un sonido me distrajo, la puerta de casa estaba abriendose. Estaba seguro de que nadie llegaria, es demasiado tarde para mama y demasiado pronto para...
Antes de terminar la oracion, vi a sebastian asomandose por la puerta. Lo vi tambalearse y al cerrar la puerta sus ojos, azules, mas azules y mas profundos que nunca se clavaron en mi. Podria jurar que hasta el tiempo se congelo.