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Capitán por Alexia Ashford

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Notas del fanfic:

Dedicado a ti, que estás leyendo. Y a los pocos piratas que quedamos viviendo...

Notas del capitulo:

Tengo que admitir que al principio no creí que escribir esto fuera posible con tan poco tiempo (lo escribí de ayer para hoy), originalmente iba a ser algo más elaborado, tenía una idea clara en mi mente pero luego de ciertos sucesos terminé con menos tiempo del que esperaba y finalmente me decidí por esto.


El tema principal es, Piratas.


Y vaya que amo el resultado, en verdad.


Espero les guste tanto como a mí me gustó/encantó escribirlo.


 

¿CAPÍTULO ÚNICO?

 

Hace mucho tiempo, cuando aún existían en la tierra los dragones y eran aún vigentes los reyes en su respectivo reino, nació una de las épocas más emblemáticas de la historia. La era de los piratas. En aquellos tiempos, cuando el poder de reinar era el motivo de guerra en los suelos en los océanos se llevaban a cabo también peleas por el mismo derecho, con la única diferencia de que los piratas en aquellos años no luchaban por terrenos fijos como lo eran los reinos, luchaban por el control de los océanos.

Varios años pasaron, y con el tiempo, aquellos que fueron capaces de mantener su reinado en los océanos comenzaron a codiciar un poder mayor. Luchas interminables se dieron lugar entonces cuando los piratas tocaron nuevamente tierra, todo buscando mayor control.

Pese a que muchos guerreros lograban sus cometidos todos los piratas compartían la misma maldición, ninguno llegaba nunca a viejo.

Sobrevivir en un ambiente como éste era difícil, y, con el tiempo, fue cuestión de la llamada “selección natural” que fue disminuyendo notablemente la cantidad de hombres de mar en la tierra. Tras casi 100 años de poder, finalmente, la era pirata llegaba a su fin.

Fue durante ese tiempo que, los señores pirata, quienes formaban la hermandad más grande conocida hasta ese momento, decidieron dar lugar a una nueva orden. Los nuevos líderes piratas fueron buscados hasta ser encontrados, para así dar lugar a los 5 piratas que restaurarían el poderío de esta agrupación en los años venideros.

Existían 5 actuales Capitanes, divididos de tal modo que el gobierno hubiese tenido que formar entonces una nueva agrupación que luchase contra éstos; la Marina.

El gobierno, asustado de los aparentes inexistentes límites de los dueños del océano decidieron entonces buscar ayuda en brujas, quienes otorgaron mágicos poderes a unos pocos de sus hombres.

“Solo aquel elegido, podrá tener el poder en sus manos”

Muchos hombres murieron en nombre de esas ideas, y muy pocos lograron dominar artes más allá de su compresión.

Los piratas, al enterarse, buscaron sus propios métodos.

Los hijos de éstos heredaron poderes imposibles, y todo parecía apuntar a que finalmente los hombres de mar serían derrotados hasta que uno de los señores dio a luz a quien a una edad temprana ganaría el apodo más temido en los océanos. En medio de la oscuridad, la sangre y guerra nació Akashi Seijuro, quien habría nacido bendecido con una mirada capaz de ver más allá de lo que los demás podían. Al tener la edad suficiente tomó el lugar de su padre, y, tras enfrentarse a los demás herederos para salir victorioso ganó el título de Emperador Pirata, máxima autoridad y más temido Capitán.

A su mando estaban otros Capitanes, no menos importantes e igualmente temidos, conocidos como la Generación Pirata Milagrosa. Todos ellos con un don particular que les había ayudado a ganar sus títulos, bajo el mando del Emperador.

Todos ellos eran buscados por la Marina, y cada uno tenía un elevado precio por su cabeza.

Akashi Seijuro, Emperador Pirata, Capitán del Primer Barco, poseedor del Ojo del Emperador. Y, según los rumores, capaz de domar a las bestias.

Aomine Daiki, Capitán del Segundo Barco, y segundo al mando del Primer Barco. Capaz de levantar los mares a su favor, y tan salvaje como éste en el campo de batalla.

Midorima Shintaro, Capitán del Tercer Barco, conocido también como el Doctor de la Generación Pirata Milagrosa, el más peligroso con las armas, incapaz de fallar un tiro. Se decía que era inmune a cualquier hierba venenosa, y que, de querer, podría actuar como tal.

Murasakibara Atsushi, Capitán del Cuarto Barco. El Gigante. El más alto de toda la Generación y, según rumores, uno de los favoritos del Emperador. Capaz de hacer temblar los barcos, y también los suelos. Se rumoreaba igualmente que no tenía una buena relación con el Capitán del Segundo Barco.

Kagami Taiga, Capitán del Quinto y Último Barco. Capaz de lanzar pequeñas flamas y pirómano por excelencia. El último en unirse a la Generación y el talento de quien más se esperaba, al no ser hijo de ningún señor pirata.

Sin embargo, existía un miembro más. Reconocido igualmente por el Emperador, llamado por algunos bajo el título del Sexto Capitán Fantasma. Su existencia era desconocida por muchos, y, salvo por los primeros cuatro capitanes, nadie creía en su existencia. Kuroko Tetsuya, el único Pirata capaz de desaparecer ante los ojos de sus enemigos, y desaparecer igualmente a toda su tripulación con él.

Era también, junto con el Primero y el Tercero, uno de los más cultos Piratas que existían en aquella época, y, como pocos más, conocía la antigua leyenda.

Siente Señores Piratas reinarían sobre los mares, y el líder de estos tendría en sus ojos el poder que nadie más poseería jamás.

No había que ser demasiado listo para reconocer al líder del que aquel escrito hablaba, Kuroko lo conocía en carne y hueso, salvo por el último miembro. El propio Emperador desconocía de estos escritos, y era su deber como próximo señor hacerse con el poder tal como lo habían hecho sus antepasados.

El Sexto Capitán tenía un solo propósito entonces, encontrar al último miembro de la Generación Pirata Milagrosa, y hacerse, finalmente, con el poder de los mares.

 

 

Era bien sabido que muchos de los piratas tenían amantes, algunos más exóticos que otros, pero sin duda alguna eran los propios Capitanes quienes poseían los gustos más particulares. Empezando por el Emperador, sin ir demasiado lejos. No era ningún secreto que el Emperador Pirata tuviese un gusto particular por su segundo al mando, el Capitán del Segundo Barco. Había sido toda una sorpresa al principio, puesto que ninguno parecía llevarse demasiado bien. Al ser ambos los favoritos para volverse líderes era aún increíble que un par como aquel pudiese juntarse…

Luego se podía hablar del Capitán del Cuarto Barco, Murasakibara “El Gigante”, y su segundo al mando, Himuro Tatsuya quien, a su vez, había crecido al lado del Capitán del Quinto Barco. Ambos habían llegado frente a la Generación a mostrar sus habilidades, luego de pelear entre ellos por órdenes del Emperador, Kagami Taiga había resultado vencedor. Pese a haber perdido, Himuro fue reconocido por la Generación como un talento admirable. Tenía todas las cualidades para ser un miembro, pero la desgracia de no serlo. No contaba con ninguna habilidad, y esa había sido su única desventaja. Al final Murasakibara lo había adoptado como miembro de su tripulación, hasta que finalmente se le reconoció como segundo al mando. La noticia de su romance no tomó a nadie desprevenido, pues se decía que Murasakibara había mostrado demasiado interés en él desde el comienzo.

El Capitán del Tercer Barco, al igual que sus compañeros, había adoptado una seria relación con su segundo al mando, Takao Kazunari. Quien, contrario a Himuro, sí tenía un don, era capaz de sanar a una velocidad increíble. Se rumoreaba aún sobre esto último, pues algunos pocos afirmaban que Midorima aprovechaba este don para investigar distintas enfermedades, buscando curas a males que aún no existían en esos tiempos.

Finalmente, Kagami Taiga, Capitán del Quinto Barco, parecía ser el único sin interés romántico aparente. Era sabido que, de tanto en tanto, pasaba a islas a calmar los deseos carnales pero hasta el momento no se le conocía ninguna pareja aparente.

 

El Sexto Capitán, en cambio, era de quien menos información se poseía. El Emperador mismo desconocía los paraderos de aquel Pirata cuando éste así lo deseaba, y, por los rumores entre su tripulación, se decía que tenía una relación prohibida.

 

Kuroko se encontraba en uno de los puertos más lejanos de la Generación, a las orillas de Francia, cuando decidió desaparecer. Los Piratas que le seguían, por orden del Emperador, le perdieron el rastro casi de inmediato. Tetsuya no necesitó demasiado esfuerzo para esconderse entre las calles hasta llegar a una de las posadas de la pequeña ciudad, donde, ayudándose con sus habilidades, entró sin ser visto hasta una de las habitaciones más finas de aquel lugar. Abrió la puerta despacio, y cerró tras de sí con cuidado.

Apoyado en los barandales del balcón observó una silueta y sonrió para sus adentros al reconocer los cabellos dorados que tanto le gustaban. Dejó a un lado su capucha, al igual que su sombrero negro.

—Capitán, ¿trataba de asustarme?

La pregunta llega desde el marco del balcón, y el peli-celeste solo niega un poco ante la mirada del otro, quien sonríe con ganas. Se le acerca hasta quedar frente a frente, y cuando están a milímetros le toma del mentón para besarle pausadamente.

Saborea sus labios, embriagándose con su sabor, para seguidamente perderse en su cuello. Kuroko ahoga un suspiro, disfrutando de aquel contacto contra su piel.

—Ha pasado tiempo, Kise-kun—murmura, y su voz ha sonado un poco triste.

El otro lo nota de inmediato, pero borra todo rastro de amargura en el rostro del otro besándole de nueva cuenta, con más ganas, con más deseo, con más amor.

—Lo sé—murmura, apoyando su frente en la del peli-celeste, quien le observa igual de fijo que él— ¿Me has extrañado?

Kuroko no responde.

—Yo sí que te he extrañado, Kurokocchi… Cada día, cada minuto… Cada segundo que paso sin ti es un infierno—explica, besándole la coronilla con parsimonia.

—Déjalos…—murmura el otro finalmente, ganándose un bufido del más alto.

— ¿Cómo podría? Kurokocchi, sabes bien que no puedo hacerlo… No ahora…—le recuerda Kise, dolido, mientras se aleja unos pasos de él.

Tetsuya frunce el ceño, pero elimina esa expresión de irritación casi de inmediato.

—Lo siento… —susurra, acercándose de nuevo a él, abrazándolo— Lo entiendo, pero… Yo también deseo estar contigo, Kise-kun…

El corazón del rubio late con fuerza al oírlo, una mueca triste adorna su rostro.

—Si hubiese heredado el apellido de mi madre, todo habría sido más fácil…. —comenta, nostálgico.

—Si hubieses heredado ese nombre nunca te habría encontrado…—le recuerda Kuroko, e intenta sonreírle lo mejor que puede— Agradezco que nacieras bajo este nombre Kise Ryouta… Comandante del Segundo Escuadrón de la Marina. Hijo de la Reina.

El rubio baja la mirada, si tan solo tuviese el mismo poder de su madre, él podría…

—No pienses más en ello, sabíamos lo que hacíamos desde el comienzo—comenta el peli-celeste, abrazándolo con más fuerza, escondiéndose en su pecho.

El otro lo recibe gustoso, y con cierto dolor en el pecho.

—Lo sabía, Kurokocchi… Así como sabía que me enamoraría de ti, solo era cuestión de tiempo… —admite Ryouta, en voz baja— Dame tiempo, solo un poco más…

—Te he esperado dos años, Kise-kun, ¿cuánto más planeas hacerme esperar?—se queja Kuroko, cuando Kise le hace mirarle a los ojos.

El rubio sonríe ligeramente, antes de besarlo nuevamente.

—Espera… —dice, entre besos— Y verás…

El más bajo se olvida de las preguntas que desea que le responda cuando lo siente dirigirlo a la cama de la habitación, se deja hacer fácilmente entre sus manos, como cada vez que se encuentran juntos. Lo quiere demasiado como para no rendirse ante él.

Nunca podrán estar juntos como ellos quisieran, pero por el momento la entrega física es suficiente para ambos, pues saben que más allá de sus cuerpos existe algo más que los une. Algo más fuerte que el deseo y la pasión, algo más fuerte que la lujuria que los condenó a estar juntos por primera vez, algo que iba más allá de la comprensión.

Quizá nunca podrían decirlo en voz alta pero, era sin duda amor.

 

 

 

 

Quizá no era tiempo aún de que lo supieran, pero era cuestión de esperar el momento… Pues faltaba poco para que el Capitán del Séptimo Barco apareciera, y, tal como los Primeros*, se unieran de una manera especial.

 

 

 

 

 

 

Sobre la única nota (*) Hace referencia a Aomine y Akashi, Capitán del Segundo y Primer Barco, respectivamente. No lo mencioné en el fanfic pero igual, por su relación, tienen el título de los “Primeros”.

 

 

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué les pareció? Personalmente espero poder escribir una continuación de esto, porque siento que no he explotado el tema correctamente y porque veo mucho más en esto de lo que esperaba.


Si han llegado hasta aquí, ¡Muchas gracias por leer!


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