Capitulo 1: Cuando nos conocimos.
Cuando lo conocí yo tenía solo 8 años, recuerdo que en esa época ya hace 32 años, los cerezos fueron específicamente más abundantes, las flores de cerezas se arremolinaban entre ellas formando inmensos ramos de flores naturales que hacían peso en las ramas, era simplemente hermoso, una imagen la cual daba tristeza en los instantes en que cada pétalo caía como una lluvia harmoniosa, en ese día específico 19 de abril yo me encontraba atrás de mis padres frente a una inmensa casa, adornada con múltiples cerezas que formaban filas como si de soldados se tratasen, yo solo me mantenía estático sintiendo como el frío se colaba por mis pies descubiertos, recuerdo haber usado una yukata de un azul profundo y usaba getas, al igual que la inconfundible mascara de tela que ocultaba la mitad de mi rostro, yo solo me mantenía estático mientras observaba como mis padres se adentraban a esa casa.
-Espera aquí Kakashi- me había dicho mi padre con una sonrisa amable, yo solo lo observe quedándome quieto.
Ambos entraron y yo quedé solo, sentía como los segundos pasaban para luego volverse minutos, para luego quizás haberse hecho una hora, pero en ningún momento me moví, yo solo seguía ahí parado mientras sentía como el frio se movía de manera escurridiza en mi cuerpo, mi cuerpo tiritaba de sobremanera, pero me mantenía inmutable y estático, observando fijamente hacia las puertas de papel.
-Oye…- una suave voz se hizo presente como una pequeña brisa de verano- oye- era algo infantil como con un leve tono agudo- ¡oye!
-¡¿Qué?!- volteé irritado para encontrarme con unos grandes ojos negros.
-jajajaja- su risa sonaba tan dulce, melodía típica de un pequeño niño- te hice voltear- ante ese comentario no pude hacer nada más que descolocarme- estuviste todo este rato quieto, realmente me sorprendí cuando te vi, ¿Cómo lo hiciste para mantenerte tanto rato?, yo no podría aguantar tanto- aquel pequeño cuerpo frente a mi decía cada palabra después de múltiples movimientos, era como una especie de baile improvisado si mezclabas cada una de sus acciones, aunque me causaba cierta gracia como con sus movimientos sus cabellos negros se removían de sobremanera.
-Pues soy paciente pequeño- pronuncié fríamente.
-¡No me digas pequeño siendo que tu también lo eres!- exclamó con sus mejillas infladas y sonrojadas, quizás fue por la cólera, pero aun así ante lo dicho algo en mi hizo un “click” haciéndome enojar.
-¡¿A quien llamas pequeño maldito mocoso?!- me posiciones frente a él de manera imponente.
-¡¿A quién llamas mocoso condenado albino?!- me gritó poniéndose en puntas acercándose con el ceño fruncido a mi rostro, ambos nos observábamos con chipas destellando.
-¡¿Pero que hace Obito?!- una voz algo más desgastada nos había interrumpido y sin siquiera haber pestañeado vi una fugaz ráfaga blanca que se nos acerco y golpeó a Obito.
-Abuela… - exclamó con pequeñas lágrimas asomándose en los bordes de sus ojos ónix.
-¡Compórtate con las visitas Obito!- frente a mí había una anciana que era solo unos pocos centímetros más alta que yo, sus largos cabellos blancos caían sobre su rostro con elegancia y las arruga se marcaban aun más ante su ceño fruncido, entonces mis ojos viajaron hacia el chico, el cual se encontraba hecho un ovillo en el suelo mientras sobaba su cabeza, su rostro mostraba un puchero infantil mientras que sus mejillas seguían igual de sonrojadas como una cereza.
-Perdón…- pronuncio casi como un suspiro.
-Me disculpo si mi nieto te molestó- la anciana se inclinó.
-No se preocupe- dije.
-Vaya Kakashi ya conociste a Obito- mi padre se acercó a nosotros seguido por mi madre, mi padre se había acercado al niño y lo rodeo por sus hombros con su brazo- Bueno Kakashi el es Uchiha Obito- el menor me observó con grandes ojos oscuros mientras el puchero aun permanecía en su rostro.
-Obito- la anciana interrumpió- él es Hakate Kakashi, tu prometido- ambos nos observamos en silencio, puede que los demás no lo hubieran notado, pero en ese instante ambos nos observábamos con un constante recelo, con cierta rabia y desagrado, esa fue la primera vez que alguien me irritaba tanto en tan poco tiempo, en pocos segundos ya había llegado a una conclusión, nunca me podría llevar bien con ese mocoso, al menos eso pensé.
Aun recuerdo como una película el día que conocí a Uchiha Obito, yo tenía 8 años y el 5, ese día el usaba una yukata negra, casi tan negra como sus grandes ojos o como sus alborotados cabellos, su piel blanca se hacía notar con prominencia ante el color de ropa y usaba unas getas que sonaban al caminar, su altura y delgadez lo hacía ver como una pequeña criatura indefensa ante el mundo, sus ojos me observaban con curiosidad mientras que sus pequeños labios hacían movimientos bruscos ante cada uno de sus pensamientos. Cuando conocí a Uchiha Obito era un frío día de abril, una época en que los cerezos cargaban un peso inmenso en flores que caían como lluvia, fue el año en que me comprometieron para conseguir una alianza ante una constante guerra. El día que conocí a Uchiha Obito fue cuando sin saber mi destino ya se había marcado.
Continuara…