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Olvido por Kunay_dlz

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.


Los personajes de Fullmetal Alchemist pertenecen a Himura Arakawa.

 

Notas del capitulo:

Y como dije, es muy diferente a lo que se supone sería.

Advertencias:

                    Crossover

                    Universo Alterno

                    No hay final feliz para fans del NaruSasu/SasuNaru

                    No creo que haya continuación.

 

 

 


 


Olvido


(Capítulo Único)


 


 


 


Nunca me pongo a pensar en el pasado, es una pérdida de tiempo me decía, sólo avanzaba sin mirar el rumbo, nada más que mi venganza importaba. Al romper mis lazos con lo que me podía detener, sentí que me liberaba, sentí que sería más fácil son tener ataduras. No me importó lastimar a algunos, no importó las veces que me pidieron regresara… no me importó incluso cuando sus peticiones empezaron a sonar como ruegos.


Me alejé, después de una pelea en la que me mostró su verdadero poder, una pelea que me demostró que me hacía falta demasiado para completar mi objetivo. Lo dejé casi muerto, tirado en el suelo, bajo la lluvia… estuve tentado a volver, pero mi ambición pudo más. Estuvimos separados durante un par de años, cada uno entrenó para hacerse suerte, cada uno por distintas razones, luego llegaron los enfrentamientos, nos encontramos algunas veces, peleamos, me pedía que regresara. Nunca faltaba el momento en que me pedía que regresara. Me negué. Una y mil veces me negué. Decía frases hirientes, trataba de hacerlo desistir, trataba de hacer que se rindiera, no tenía caso seguir en una búsqueda que no tendría final.


Cada uno seguía con su objetivo, aunque se presentaron otras circunstancias, aunque cada uno tuvo que pelear por diferentes motivos, ante los graves daños que hubo a nuestro alrededor, aunque hubo pérdidas y algunas verdades, y, algunos arrepentimientos, él nunca dejó de venir tras de mí.


Fue después de una de nuestras peleas, una realmente dura y cruel, una pelea en la que ambos desquitamos el coraje que sentíamos… una que nos recordó la pelea de mi partida… donde algo sucedió, en uno de mis ataques, él no tuvo oportunidad de esquivarlo, le lleno de golpe. Su rostro sorprendido, la sangre que comenzaba a escurrir de él, aun así, sus ojos no dejaron de mirarme. Sentí la presencia de sus compañeros, al estar cansado por la pelea decidí retirarme. Decidí retirarme. Volví a negar la oportunidad que me daban para regresar. No le veía el caso. Sólo me di la vuelta y seguí caminando. Sin embargo, estaba tan lastimado y falto de energía que apenas pude llegar a un árbol, lo rodeé, y ahí me quedé a esperar. Incluso tuve una buena vista a donde seguía el otro tirado, desangrándose, muriendo.


Vi llegar a sus compañeros al otro lado del campo de batalla, esperaban encontrar a alguien más, al no hacerlo se adentraron y fueron en ayuda del que seguía sin moverse. Pararon en seco. Un rayo azul, similar a mis ataques, les cortó el paso. El rayo cayó justo a un metro de donde estaba el que dejé inconsciente. Tras esfumarse la luz, un chico fue lo que se pudo observar, no logré verlo bien, el chico miró al herido, se acercó a él, colocó sus manos en las fatales heridas y tras otro destello de luz azulada, la hemorragia paró y el chico cayó inconsciente.


Los compañeros de mi rival reaccionaron entonces, se acercaron y pude ver cómo Sakura decía que Naruto estaba fuera de peligro, vi las expresiones incrédulas, vi cómo discutían por el chico que había salvado a Naruto, dejarlo o llevarlo con ellos era lo que no decidían. Al final, lo llevaron junto con Naruto. Eso fue todo lo que vi. Me quedé esperando que las fuerzas regresaran, me quedé con la certeza que mi rival seguía vivo… me quedé con la inquietud del chico que lo salvó.


.


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En la aldea de Konoha había una reunión de suma importancia. La Hokage, los ancianos, los altos cargos de los ninja y representantes de la aldea discutían sobre un tema en particular, la última batalla del Uzumaki contra el Uchiha. Los daños esta vez fueron graves, el Héroe de Konoha quedó con amnesia, no recuerda nada de su vida, no recuerda ni su propio nombre. En la reunión estaba por tomarse una decisión que influiría en la vida de todos: se ha sugerido que Sasuke Uchiha sea una de las cosas que Naruto no debería recordar.


Tras escuchar la opinión de todos, la decisión fue unánime, el Uchiha dejará de formar parte de la vida de Naruto.


Se le devolverían las memorias al Uzumaki, su dolorosa  infancia, sus logros, su resolución de convertirse en Hokage, el aprecio a su aldea y a sus amigos… le ayudarían a recordar todo, a excepción de una persona, la persona que le ha causado mal constante.


Al tomar la decisión, se recordó el tema del chico que apareció de la nada, el que le salvó de morir desangrado, pese a la sospecha de los ancianos, la Hokage y los demás representantes optaron por darle una oportunidad al chico, además que desde el momento en que Naruto despertó y lo vio a su lado le tomó afecto.


Comunicarían la decisión a todos los conocidos de Naruto, tanto de las circunstancias como de lo que los llevó a tomar esa decisión, a la aldea en general también se les comunicaría de manera sutil para no causar sospechas. Enviarían un mensaje a los amigos de Naruto que viven fuera de la aldea, nadie debe quedar sin saber lo que se acababa de establecer.


Así inició una amistad particular, el Héroe de Konoha y el chico de Oro como lo denominaron eran inseparables.  Aprendieron juntos el Arte Ninja, Naruto para recordar, el chico para no quedarse atrás era un genio por lo que logró llevar el ritmo, ambos se hicieron amigos, se hicieron rivales… a los que aun recordaban una época no tan lejana, la relación de los rubios se les hacía familiar, con la diferencia que esta vez Naruto no luchaba tanto por obtener el reconocimiento de su compañero.


El chico de Oro detestaba el nombre que le otorgaron, él decía ser un alquimista ya con título, El Alquimista de Metal. Sin embargo, en el mundo ninja nadie tenía conocimiento sobre la ‘alquimia’, sólo él, Edward Elric, poseía tal conocimiento.


Elric era un chico reservado, inteligente, valiente y bastante fuerte contrastaba con su apariencia aniñada, su pelo y ojos color dorado, todo esto fue lo que cautivó a la aldea de Konoha, decían que un amigo así era lo que su héroe necesitaba. Al pasar tanto tiempo con Naruto cuando estaba ‘recordando’, él también aprendió, conoció a los amigos de infancia y a los que hizo durante misiones el otro rubio… se sintió parte de ese mundo.


Vinieron más batallas, los problemas con los Akatsuki eran inevitables, los verdaderos objetivos de la organización de las nubes rojas involucraban a Naruto. Pese a los esfuerzos de muchos porque Naruto recordara los momentos en que estuvo a solas con Pain, las palabras con las que él devolvió la vida a los aldeanos que ya había arrebatado, no hubo suerte, lo que les habían contado no era suficiente como para capturar el momento que los discípulos tuvieron. Esa interacción fue privada, a nadie le comentó con detalle lo sucedido. Se enteraron del verdadero culpable, el líder de la organización. Hubo más batallas que involucraban a las demás naciones.


Se aproximaba la guerra.


Se formó la Alianza Shinobi, se hicieron planes, trataron de alejar a Naruto y a su inseparable compañero. Por una parte se preparaban para la batalla; por otro lado con los rubios, uno trataba de dominar a su bijou y el otro retomaba su alquimia, ambos entrenaron con dedicación.


Al tomar su lugar en las filas de la resistencia shinobi, llegaron con nuevas habilidades, dieron esperanza a quienes dudaban, pelearon como el buen dúo que eran desde que empezaron a entrenar recién salidos del hospital. Hubo bajas, hubo varios heridos, hubo victorias y reencuentros. En un reencuentro en especial, entre Naruto, Pain y un Uchiha, Naruto repitió su promesa a Pain, no de memoria sino de la actual resolución. Pain dijo no haberse equivocado al tomar su decisión anterior, depositaría toda su fe en Naruto, luego fue derrotado. Con el Uchiha, estuvo tentado a recordarle a Naruto lo referente a su hermano menor, le pidió que cuidara del último Uchiha, le dijo que no era malo sino que estaba confundido, Naruto prometió hacer lo posible y cada uno partió a otro campo de batalla.


La batalla estaba por terminar, ya sólo quedaban dos personas, las más poderosas por cierto, las dudas comenzaban a surgir nuevamente, las palabras de Naruto lograron su cometido. Siguieron luchando. De un momento a otro, los cinco Hokages de Konoha aparecieron en el campo de batalla al igual que Sasuke Uchiha.


Una nueva preocupación se sumó al campo de batalla, Sasuke Uchiha.


Todos lo que ‘sabían’ temían lo que seguiría, ¿Naruto recordaría? ¿Qué pasaría cuando el Uchiha se enterara de lo ocurrido con el Uzumaki? ¿Qué deberían hacer?


.


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Al llegar al campo de batalla, noté la tensión entre los ninjas, las miradas de incertidumbre y desesperación. Esperé algo similar ante mi presencia… era un criminar de rango S en el libro Bingo después de todo. Lo extraño, es que ‘ellos’ parecían estar así por otra razón. Sus miradas matizadas con pánico se dirigían a Naruto.


Ahora que lo pienso, no hubo algún tipo de saludo de su parte. Lo miré con más atención. Parecía diferente, el poder que controlaba era inmenso, su atención estaba concentrada en el enemigo, a su lado estaba Sakura y, el chico que apareció a su lado al final de nuestro último encuentro. Poco a poco, aquellos con los que asistí a la academia fueron rodeando a los primeros tres, la copia que intento matarme, el Nara, la Hiuga, el Inozuka, la Ayamaka, el Aburame, y demás conocidos me miraban con advertencia. Algo me escondían, algo de lo que no querían me enterase.


“Vámos Uchiha, pelea por Konoha, por la Alianza Shinobi, demuéstrame que las palabras del otro Uchiha son ciertas” fue lo único que me dijo. Seguí esperando, algo hacía falta en sus palabras… ¿Desde cuándo me llamaba ‘Uchiha’?... en cambio, dijo uno de sus discursos a los que motivó a todos, creí que me pediría luchar a su lado, en lugar de eso, Sakura, él y el otro chico invocaron a sus más fuerte invocaciones: una babosa, un sapo y… una serpiente.


No fui el único sorprendido. Escuché comentarios sobre los alumnos de los Legendarios Senin, escuché cómo el ‘equipo siete’ hacía su propia leyenda. Había un problema, yo era el otro integrante del equipo siente… no el rubio pelilargo. Ellos pelearon en equipo, hicieron sus movimientos y causaron daño al enemigo, yo también luché, a mi manera.


Tras un par de enfrentamientos, el chico rubio pelilargo sugirió a Naruto formar equipo conmigo, combinar el poder del Kyubi y mi Susanoo. Fue su idea, una a la que tuvo que convencer al dobe de aceptar. En el transcurso de la batalla como equipo, Naruto notó cierta familiaridad entre nuestros movimientos y ataques, dijo que mi modo de pelea y habilidades era similar a las de Ed… el otro rubio, que ese era el motivo por el que nos acoplamos tan bien. Antes de contestarle, alguien me interrumpió, volví a recibir esas miradas de advertencia. Algo sucedía con Naruto, algo de lo que no querían que me enterara.


Casi al final de la última batalla con Madara, el otro rubio apareció, llamó a Naruto y le comentó algo. Parecían estar en sintonía, se veían cómodos el uno con el otro incluso en medio de la guerra, no negaré que me sentí… celoso, desplazado, ese era mi lugar. Naruto regresó, me dijo que debíamos llevar a Madara a cierto lugar. No pude negarme. Todo era plan del rubio pelilargo, el genio del equipo siete, uno con el que sellaríamos a Madara en un extraño símbolo que estaba grabado en el suelo, al entrar Madara al símbolo una luz azul nos cegó momentáneamente. Y así terminó la guerra. Con el plan del rubio pelilargo y la completa confianza de Naruto.


Esperé el típico pedido de regreso de parte de Naruto… pero nunca llegó. Los shinobi que empezaron a rodearlo fueron haciendo la distancia entre él y yo cada vez más larga, sin duda lo estaban alejando a propósito. No querían que me acercara a él. No querían que nos cruzáramos siquiera la mirada, lo guiaron a él y al rubio a una tienda especial para tratar sus heridas, mis seguidores y yo nos retiramos a un lugar alejado de tantos shinobi de todas las naciones, tratábamos de evitar problemas. Aun no se decidía nuestra suerte pese a la ayuda que trajimos con nosotros… no estaba nadie abogando por nosotros, nadie estaba diciendo que merecíamos una segunda oportunidad, nadie decía que lo que hicimos compensaba los errores antes cometidos.


Quien pudo haberlo hecho, estaba ocupado, estaba al pendiente de la recuperación de sus amigos y de su inseparable… mejor amigo, según escuché por ahí. También escuché que los llamaban el Dúo Amarillo, el Héroe de Konoha y el chico de Oro, los llamaban de distintas formas, todas y cada una de ellas venía con una exclamación de ser inseparables, tener una amistad inquebrantable, un equipo invencible… a veces escuchaba comentarios que decían que la mejor decisión que tomó Konoha fue la que se hizo después de la última batalla que sostuve con él.


También noté que, al hablar de ‘esa decisión’, miraban a ambos lados como esperando que nadie los escuchara, susurraban cosas como el de haberme olvidado fue lo mejor que le pudo haber pasado a Naruto, a Konoha y a todas las aldeas que tenían asuntos pendientes conmigo… no me habían detenido ni habían hecho un escándalo por temor a la reacción de Naruto, de la Hokage y de los aldeanos de Konoha, sin duda esperarían a que estuviéramos solos. Nadie quería arriesgarse a llamar la atención de Naruto, no ahora.


No presté tanta atención. Me sentía desplazado. Sentía que algo me hacía falta.


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Los vi a lo lejos, estaban hablando sobre algo divertido, supongo, Naruto y Ed reían, se daban pequeños golpes en modo de broma. Se veían tan bien… volví a preguntarme por el cambio en el dobe, no negaré que, seguía esperando sus palabras de convencerme de volver a la aldea. Nunca esperé que yo mismo deseara escuchar esas palabras, ese pedido al que esta vez respondería afirmativamente. Lo único que obtuve, fue ser el espectador a primera fila de lo que estaba pasando con de Dúo Amarillo.


Estaban a una considerable distancia, sus risas pararon mientras se miraban fijamente, ninguno se daba por vencido. El rubio pelilargo hizo ademán de alejarse un par de pasos de Naruto, los mismos pasos que el dobe cubrió enseguida. El dobe tomó las manos de Ed entre las suyas. Trataba de restringir los movimientos de más bajo.


No fui el único que estaba mirando ni poniendo atención a los rubios. Todo ruido del campamento a mis espaldas cesó, parecía que no había nadie más… debido al silencio, logré escuchar lo que decían los rubios a los que no les había quitado la mirada de encima.


--No deberías decir cosas como esas. –dijo el pelilargo mientras miraba al suelo.


--¿Por qué no? ¿Tan malo es decirte que te quiero más que un amigo? –preguntó con un poco de miedo el dobe.


No puedo explicarlo, no debido a lo que esas palabras provocaron en mí. Sinceramente, no creí que algo así me pudiera afectar, no es como si fueran esas palabras las que yo quisiera que el dobe me dedicara. ¿O sí?


--No es eso… –contestó el pelilargo.


--¿Entonces qué es? Dime, dime y lo solucionaré.


--Naruto, mira, ha pasado tiempo, hemos pasado demasiado tiempo juntos… tal vez estés confundiendo lo que sientes. –decía Ed con inseguridad.


--Ed, mírame, mírame y dime la verdadera razón. –dijo Naruto mientras intentaba ver los ojos de Ed.


--… ¿Qué tal si alguien… qué tal si ya tienes a una persona especial?... ¿Qué tal si hay alguien esperándote?... ¿Qué sucederá… cuando tu memoria vuelva y… descubras que ya hay alguien a quien amas?


Así que era eso. Así que eso es lo que todos se empeñaban en ocultarme, ahora entiendo los comentarios que escuché. Ahora todo tiene sentido. Así que me olvidó.


--Eso no puede ser posible, Ed. Con el tiempo que ha pasado es imposible que alguien ignore mi ‘estado’. ¿No crees que si ya tuviera a una persona especial no me lo habrían dicho? ¿No crees que esa persona especial ya hubiera venido a mi búsqueda? Nadie, que tenga a una persona especial, estaría tanto tiempo sin noticias de mí en este caso. –explicaba el dobe sosteniendo el rostro del otro rubio, evitaba que Ed le negara su mirada.


>>Ya escuchaste a quienes me atendieron, no hay probabilidades que recupere mi memoria. Y si lo hiciera, no creo que alguien me haya hacho sentir como me siento contigo, como cuando estoy a tu lado. No puede haber nadie a quien ame más que a ti. –dijo el Uzumaki con completa confianza y determinación.


--¿Qué dices?... ¿Amarme?... –trataba de decir con humor el pelilargo –casi no me conoces.


--Amo lo ‘poco’ que conozco de ti ¿Cómo podría no amar lo que aún me falta por conocer acerca de ti? –seguía Naruto.


--¿Qué no se supone que debes amar a quien esté contigo en las buenas, en las malas y en la peores? ¿Qué tal si lo que dicen sobre mí de ser un espía es cierta? ¿Qué pasa si me convierto en una amenaza para Konoha? ¿Qué pasa si sólo te traigo problemas con tu aldea?


--Tú has estado conmigo todo este tiempo, me acompañaste en mi recolección de memorias de mi pasado, los recuerdos malos, los recuerdos tristes, los recuerdos dolorosos, ahí me animabas a continuar, me dabas tu mano y no me dejabas estancarme. En los recuerdos buenos, los felices, los que fueron formando la persona que ahora soy, también me acompañaste, y compartiste mi alegría y las risas que me esos recuerdos me provocaban. Incluso me ayudaste cuando me enteré sobre Kurama, el sacrificio de mis padres y las pesadillas que me siguen atormentando.


>>Ya lo dije antes y lo vuelvo a repetir: tú no eres ‘malo’, tienes tus secretos al igual que todos, y no dañarías a nadie que no te dé una razón para hacerlo. Confío en ti. Y no, no eres una amenaza para la aldea y, en el remoto caso que así se decidiera, yo estaría a tu lado siempre, así tuviera que seguirte hasta el fin del mundo y más allá. –explicaba Naruto.


--‘Hasta el fin del mundo y más allá’… nadie puede hacer eso. –dijo el pelilargo.


--Yo lo haré. Te seguiré hasta los confines de la tierra si así pudiera ser capaz de ver una vez más tus ojos, tu pelo y sentir tu presencia tan llena de melancolía y desesperada por perdón. –aseguró una vez más Naruto.


--Naruto… piénsalo bien.


--No hay nada que pensar. Te amo. Quiero estar contigo. Eso es lo único que importa. –decía Naruto.


--¿Cómo puedes decir cosas como esas? –dijo el rubio pelilargo intentando rehuir la mirada de Naruto.


--Así: te amo, te amo, te amo, Edward Elric te amo. –repetía el dobe.


--Basta, no sigas. ¿Qué pensarían tus amigos, los aldeanos de Konoha o los shinobis de otras naciones si te escucharan?


--Dirán que hacemos buena pareja, dirán que están felices que pueda decir que estoy enamorado de ti, y dirán que ya perdieron su oportunidad de intentar conquistarte porque no dejaré que nadie se te acerque. –comentaba con seriedad el dobe.


--¿No crees que esto pueda representar un obstáculo para tu nominación como Hokage?


--¿Eso quiere decir que me aceptas? –preguntaba esperanzado el Uzumaki.


--Si interfiere con tu sueño de ser Hokage…


--Ser Hokage era mi sueño antes de perder la memoria, sería grandioso que lo lograra pero mi actual sueño, es vivir a tu lado, ser una pareja, el hombre que ames más que a nada y tal vez, formar una familia algún día. En pocas palabras, eres mi sueño.


--Naruto…


--Naruto nada, no te preocupes por nada más, sólo di que sí. Yo me encargaré de lo demás, yo enfrentaré lo que sea que venga, tan solo te pido que estés a mi lado. Tan solo te pido que me ames. –dijo mientras se acercaba con lentitud a los labios del pelilargo.


--No es como que si me dieras opción. –medio contestó Ed debido a la poca distancia entre ellos.


--Tomaré eso como un sí. –dijo Naruto para luego besar al otro rubio.


Me quedé de piedra. No diré que desconocía la razón pues me llegó de golpe durante la ‘confesión de amor’ que presencié. Todo este tiempo, desde siempre, estuve enamorado del dobe. Lo entendí al escuchar cada palabra de Naruto, cada palabra que le dirigía a Ed. Lo que le prometía, lo hizo conmigo, lo que le pedía, una vez lo vivimos… y lo rechacé cada que tenía la oportunidad. Me siento patético.


Naruto siempre estuvo ahí, tendiéndome su mano para caminar junto a él y yo sólo de daba la espalda. Provoqué que me olvidara. Lo dañé infinidad de veces, me daba miedo lo que su sola presencia me hacía sentir, me encargué de alejarlo, me encargué de que me olvidara. Nadie se molestó en recordarle mi presencia, mi historia con él, el lazo que jamás permitió nadie rompiera… ¿Por qué lo hubieran hecho? Yo no represento más que dolor y sufrimiento para el escandaloso rubio que todos llegaron a apreciar… lo llegaron a apreciar a tal punto que se encargaron de borrarme de su memoria.


¿Qué puedo hacer?


¿A quién le reclamo por tan cruel decisión?


Lo merezco… yo, hubiera hecho lo mismo.


.


.


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.


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Pasaron los días de descanso de la alianza shinobi, ya era hora que regresaran a sus respectivas aldeas, no sin antes prometer estar en contacto con los nuevos amigos y camaradas, no sin antes todos felicitar a la joven pareja de Konoha: Naruto Uzumaki y Edward Elric. Todos presenciaron la peculiar declaración del Dúo Amarillo, no pudieron evitar aplaudir y vitorear al escuchar la respuesta del Elric, menos cuando sellaron su unión con un beso.


Los susodichos estaban conmocionados, no imaginaron que ‘todos’ escucharían. Estuvieron avergonzados un par de días, luego se acostumbraron y siguieron adelante. Aún así no faltó quienes les recordara su lado ‘dulce y sensible’ o la actitud ‘tímida e insegura’ de quien menos pudieron imaginarlo, en efecto, Edward era cuestionado a cada momento de ‘ese’ lado que nadie imaginaba el rubio pelilargo poseía.


Podría decirse que al fin una era de paz había llegado. Salvo para una sola persona.


Una persona que estaba recapitulando su vida, notando sus errores, lamentado sus decisiones, añorando lo único que pudo haberlo salvado de la obscuridad y la soledad que lo envolvía. Descubrió, muy tarde ya, que la fecidad estuvo siempre al alcance de sus manos. Incluso le pudo haber ayudado en esas ocasiones que sentía nada tenía sentido, incluso en esos días de rabia desmedida… ahora, debido a su ciega estupidez.


Fue debido a él, a uno de sus últimos encuentros con esa persona que llegó a dejar de existir.


Esa persona ya no lo recuerda… por lo tanto, su existencia en el mundo es obsoleta.


Nadie estaría ya para él. Nadie le permitiría acercarse a ‘esa persona’, no si lo que más desean es la felicidad para ‘esa persona’ y el sufrimiento por sus errores de él mismo. Pensó en plantarse frente a él.


Pensó en llegar frente al Héroe de Konoha, decirle que ya se conocían, decirle que él fue su rival y mejor amigo… decirle que él fui su primer y segundo beso. Sin embargo, decirle todo eso, también implicaría decirle que ‘lo abandonó’, que intentó matarlo más de una vez, que lo hería cada que tenía la oportunidad.


No. No tenía el valor para decírselo. Sería demasiado egoísta de su parte, luchar por algo que él mismo alejó, hacer que ‘esa persona’ que ahora es feliz se desestabilice por caer en cuenta de sus verdaderos sentimientos… demasiado tarde.


En la guerra que formó la Alianza Shinobi… fue la última vez que se vio a Sasuke Uchiha.


 


 


 


 


Fin.


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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