Siguiente día, 1:32 p.m
Al llegar a la ultima hora del día, Gumball se dirigió ansioso y un tanto excitado a la clase del señor Lee.
Escondió a la vista de todos la bolsa negra que cargaba; adentro estaba el arma secreta de su plan. Todo tenía que funcionar.
Entró y visualizó a Flame al fondo del salón haciéndole mimos a su novio. Caminó hasta ellos y sentó en la silla de al lado.
El profesor llegó y Gumball sonrió. La clase de Marshall era impartida, tratando solamente de un pequeño refuerzo para el futuro. Mientras explicaba, Gumball pensaba en como ejecutaría su plan. Tenía que calcular muy bien sus movimientos.
«Hmm mira esos labios, joder. Me imagino que puede hacer con esa boca. La debe mamar muy bien. Y esas manos, ¡Mierda! Son tan grandes» pensó Gumball.
El timbre de salida despertó a Gumball de sus fantasías. Rápidamente aviso a Flame que no lo esperara hoy, con la excusa de que su madre lo pasaría recogiendo. Corrió inmediatamente hacia los baños de la escuela; cerró la puerta con seguro y sacó las cosas en el lavamanos.
Tomó la falda corta color azul, era la más corta que tenía. Sonrió, se vería tan sexy en ella. Sacó el resto, que constaba de un jumper negro y unas medias hasta la rodilla negras.
Comenzó a desvestirse, bajando suspantalones y quitando su camiseta. Se sonrojó al verse en el espejo; traía puesta unas bragas rosa que se asemejaban mucho a un hilo dental. La tela rosa delgada dejaba ver perfectamente el pene de Gumball a través de ella.
El peli-rosa mordió su labio y se quitó todas sus prendas y se colocó las otras. Ajustó un poco su falda, y arregló su jumper. Se colocó las medias y luego colocó sus Vans. Se miró al espejo cuando finalizó. Sonrió ante el resultado.
Se veía jodida mente caliente.
Gumball salió del baño y agradeció que la escuela estuviera vacía. Un silencio era lo único que sé escuchaba, que fue interrumpido por el chillido de sus zapatos contra el suelo.
Se dirigió al salón del profesor Lee, solo esperaba que estuviera ahí, sino todo esto se arruinaría. Gumball miró a medias que Marshall estaba adentro, revisando unas papeletas. Parecía muy conectado en ello, el peli-rosa dejó la bolsa con su ropa en el suelo a un lado y tomó aire antes de tocar la puerta.
La acción comienza.
-¿Quién es?-la voz de Marshall sonó casi muda desde adentro.
-Soy Gumball, Gumball Bubblegum, ¿Puedo pasar, Profe?-Gumball trató de sonar lo más inocente posible. Aunque sus intenciones no eran inocentes.
-Claro, pasé-un chirrido se escuchó cuando el peli-rosa abrió la puerta.
Agradeció cuando Marshall no levantó la mirada para verlo, estaba muy concentrado en su trabajo. Gumball cerró la puerta con seguro lo más silencioso que pudo y se acercó al escritorio, quedando en una esquina de este. Mordió su labio y respiró profundo.
-Qué se te ofrece, Gumball-habló Marshall aún sin mirarlo.
Gumball sonrió-bueno, señor Lee, quería consultarle algo
-Bueno... yo...-Marshall levantó la mirada y frunció el entrecejo al mirar al peli-rosa.-Estás...usando falda...-murmuro casi pasmado por aquello.
-Sí, ¿Le gusta? Mi papi me la dio por mi cumpleaños...-Gumball agitó un poco su falda, sonriendo provocativa mente.
-Es muy...linda-Marshall sacudió su cabeza.-¿Qué era lo qué querías?
-Bueno...-Gumball suspiró mientras se acercaba un poco a Marshall, él no parecía darse cuenta de eso-estoy muy, muy triste porque dejé el semestre.
-Bueno-Marshall volvió su vista a los papeles.-Tuviste una mala nota en casi todas las materias.
-¿No puedo hacer algo para remediar eso?-Gumball quitó las papeletas del escritorio y las puso en el portafolio del profesor.
Marshall tenía la boca entreabierta por la sorpresa; Gumball estaba a menos de 30 cm de él y ahora podía ver su hermoso cuerpo: Sus piernas eran increíbles, perfectas, y esa falda lo hacia ver jodidamente caliente. Sus labios estaban rojos, eran finos y se imaginó lo que podía hacer con aquella boca.
Su alumno era un jodido ser muy sexy. Sintió su pene despertar y reaccionó de inmediato.
-No lo creo, señor Bubblegum...
-Por favor, señor Lee-Gumball gimoteó.
Marshall sintió una corriente viajar por su cuerpo y aterrizar en su erección, aquella frase lo había encendido tanto. Tenía a un caliente alumno frente a él vestido con una falda que lo hacia ver provocador y que le estaba rogando. Era demasiado para él.
Gumball decidió actuar rápido y trepó al regazo del peli-negro, sentándose a horcadas sobre él. Gimió suave cuando sintió el pene de su profesor cerca de su entrepierna; había logrado excitarlo.
Enrolló sus brazos alrededor de Marshall y mordió su labio. Marshall respiraba entrecortadamente por la tensión, se sentía muy excitado, pero no debía caer.
-Profesor Marshall, ¿Qué puedo hacer para pasar su materia?-el peli-rosa hizo un puchero logrando excitar más a Marshall. Era el fin. Marshall se dio por vencido
-Puedes hacer algo, pequeño...-Marshall lo tomó de la cintura y lo acercó masa su pene. Gumball sonrió al saber que su profesor ya había caído.
-Dígame que puedo hacer.....