“Hola Draco, el otro día me estaba acordando de cuando me confesaste tus sentimientos .Fue de locos ¿cierto? Habías bebido de accidente un suero de la verdad, cortesía de Pansy, justo tuviste la mala suerte de toparte con nosotros. Aún recuerdo las palabras de Ron, “¿Qué ocurre Malfoy? ¿Te gusta meterte con Harry porque te gusta? “pero lo más épico fue su cara al escuchar tu respuesta. Es mas todos en el pasillo quedaron boquiabiertos. Desde ese día no volviste a tomar nada que Pansy te ofreciera.
Recuerdo también la primera vez que rozamos nuestras manos. Fue frente a la tienda de Ollivander, el vendedor de varitas, el anciano al que tú llamabas loco. Tus manos estaban heladas pues era invierno. Ese simple roce basto para que nuestros rostros se sonrojaran. Luego de eso saliste corriendo. Y antes de volver al castillo te ganaste cerca de mí susurrando mi nombre, ¿Recuerdas? Te mire de forma sorprendida pero capte tu mensaje. Nos fuimos de la mano de regreso a Hogwarts. Draco, tus manos siempre me gustaron. No me importaban si estaban hechas hielo pues sabía que yo podría brindarles calor.
Mi dragón, nosotros siempre tuvimos las cosas difíciles nadie nunca nos quiso juntos. Tus padres hicieron hasta lo imposible para que no nos viéramos…pero fuimos más listos que ellos. Fingimos siempre el odiarnos y solo cuando la luna estaba en el cielo mostrábamos nuestra verdadera forma. Siempre a solas amándonos en secreto.
Nuestro primer beso aun me saca sonrisas, ¡Fue tan torpe! Que hasta Snape debió sentir pena de él. ¡Por qué él lo vio todo! Aún recuerdo la charla que nos dio de cómo debían ser los besos. Tu padrino siempre nos apoyó, a los dos, a pesar de que fue poco amable conmigo le agarre cariño. Con el tiempo tú y yo aprendimos a besarnos como se debía…a tocarnos, a saber lo que le gustaba al otro.
Querido Draco…cuando la guerra mágica exploto Voldemort se volvió mi prioridad, no por la profecía que existía si no porque el té tenía cautivo. Debido a que ese monstruo y yo éramos uno solo podía ver las torturas que ejercía en ti. Soportaste tanto y aun así no revelaste donde yo estaba. Porque tú lo sabías. Cuando el tenebroso fue destruido te busque. Juro que te busque. Pero era más fácil encontrar a las criaturas mágicas del libro de Luna. Parecía que te habías esfumado con el aire. Sufrí mucho…aun sufro. Pero en ese tiempo mi desesperación era máxima pues no sabía nada de ti. No dormía en las noches, todo me recordaba a ti, había días en las que colapsaba en llanto. Muchos me dijeron que exageraba las cosas, que solo era un amor de adolescentes, que no duraría, pero Draco…eso no es cierto, uno sabe que es amor cuando el sentimiento dura más de dos años. Mi amor por ti es fuerte, tan fuerte que logre superar mi depresión. Pero no te supere a ti.
Paso el tiempo cariño, nunca me olvide de ti. Decidí convertirme en auror, no porque me gustase la profesión, sino porque si llegaba a ser uno tendría influencias en el mundo mágico, así reuniría información para saber tu paradero. ¿Y sabes qué? Logre mi objetivo. Fue un golpe duro, no mentiré, en ese momento creí que el mundo se rompía a mi alrededor, que yo mismo me rompía no en cientos, si no en miles de pedazos. Hermione Siempre estuvo a mi lado. Ella me hizo verle el lado positivo al asunto. Al menos ya sabía dónde estabas, eso me decía ella. Pero mi dragón…como verle un lado bueno a tu muerte. Lo peor es que me imagino todas las noches como fue. Según los datos que reuní tu muerte fue rápida. Pero yo no tenía la certeza de que eso fuese cierto.
Renuncie Draco. Renuncie a mi trabajo, me aleje de mis amigos, solo para poder elegir las palabras correctas, para poder escribirte con calma. Y es que con ellos a mí alrededor pretendiendo que todo estaba bien me era difícil concentrarme. Desde el día en que supe donde estabas tome el primer vuelo a Francia. Visite el mausoleo de tu familia. Draco tenías razón, no había mejor lugar para enterrar tus huesos que ese. Era tan elegante, era tan tu familia….Eran tan tú. De paredes de mármol blanco, de columnas gruesas de yeso que sostenían el techo, de fresco aroma a invierno. Las letras de tu lapida hechas de plata, el color que más te gustaba.
Ahora Draco me siento más solo que nunca. Recuerdas cuando nos recostábamos junto al lago en los días de verano y hablábamos del futuro. Dijimos que tendríamos una casa grande llena de críos. Quien diría que Draco Malfoy quería tener hijos. Muchos hijos. Planeamos conversaciones que usaríamos más adelante. Discutimos quien sería el ama de casa. AY Draco…si me vieras ahora no me reconocerías. Trate de seguir adelante, pero…ves tantas cosas, tantas injusticias…que pareciera que el mundo me apoya en mi loca decisión. No lo hago por dolor, ni por desesperación. Lo hago por qué es lo correcto. Porque sé que me esperas, y yo sé que a ti no te gusta esperar.
Tal vez si me diera una oportunidad a mí mismo todo sería distinto…pero yo no quiero una oportunidad, yo te quiero a ti. No sé qué ay más allá de la muerte, no sé si ay un cielo, no estoy seguro de nada salvo de que al lugar donde tu hallas ido ahí es donde deberé ir yo.
Mi querido Draco, a nosotros no nos faltó amor ni confianza, solo nos faltó tiempo. Tiempo para amarnos más, para compartir más, para experimentar más. Me siento fatal al pensar que mis amigos sufrirán, que todos los que en verdad me quieren quedaran mal, tendrán un vacío…como yo lo tengo. Lo siento tanto por ellos, espero que me puedan comprender, espero que sepan que solo intento ser feliz a mi manera.
Siempre tuyo, Harry.
PD: Espérame donde sea que estés.”
Levanto con suavidad la pluma de papel, la dejo en el tintero, doblo la carta y salió de la pequeña habitación en la que había vivido unas semanas. Vestía de negro. El negro le sentaba bien, eso siempre se lo decía Draco. Subió a lo más alto de la torre Eiffel. Todo se veía más bonito de arriba. Saco la carta de su bolsillo y con un suspiro de melancolía la rompió en muchos pedazos dejando que el frio viento de agosto se las llevase al cielo.
-Tenías razón Dragón…tu siempre tenías razón…Paris es un lugar hermoso.- En su rostro se dibujó una sonrisa, la última sonrisa.
Y cayó.
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-Algunos dicen que su muerte fue tan rápida que no sintió dolor alguno, otros dicen que la caída no lo mato pero si lo dejo en coma y en muy mal estado. Los más soñadores dicen que Draco lo salvo antes de morir pues su cuerpo no fue visto nunca. Pero yo digo que Harry se fue en paz y que ahora debe estar, donde sea que este, con Draco. Siendo muy feliz el uno con el otro.- Hermione limpio sus lágrimas con un pañuelo de seda negro y beso la tapa del ataúd de caoba negro, dentro de este solo había flores, pues el cuerpo de Potter desapareció como magia.