Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

White Room's Secrets por AliceNya

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, aquí les va el tercer capítulo.


 

Se secó las lágrimas. Es muy temprano para llorar cual Magdalena. El dolor que sentía en el pecho, en su corazón, no se comparaba en nada a lo que podía sentir en la cirugía, que según le habían dicho, iba a ser muy dolorosa y larga. No podría compararse ni con una docena de esas.


- Buenos días, Yukimura –dijo su doctor, Shirokawa Hayato, haciendo acto de presencia.


- Buenos días.


- ¿Listo para su caminata diaria?


- Me gustaría quedarme aquí hoy, doctor. Si pudiera traerme un libro de jardinería se lo agradecería mucho, quiero distraer mi mente por un rato –agregó.


- Seguro, pero recuerde que no puede dejar las caminatas por más de dos días seguidos. Este es el segundo.


- Lo sé, pero de veras quiero quedarme.


- Está bien, ya vuelvo.


---------------------------------------------------------


- ¿Cómo está, doctor?


- Tiene los ojos hinchados, por lo que no insistí con el paseo. Me pidió que le llevara un libro de jardinería, pero no sé de dónde voy a sacar uno. Me apena verlo triste –añadió.


- Vuelvo en 10 minutos con el libro, ¿de acuerdo?


Sanada había visto un hermoso libro sobre flores en una librería cercana y había planeado comprarlo para Yukimura unos días atrás. Aún tenía en su mente lo que había pasado esa mañana, pero se dijo que al menos eso lo mantendría ocupado. Compró el libro, tenía bellas imágenes con flores de todos los colores, las descripciones rezaban debajo de cada foto y también hablaba sobre cómo cuidar cada una de ellas. Le gustará, pero debo decirle algo más. Le pidió al cajero si podía darle un papel en blanco y prestarle un lapicero.


----------------------------------------------------


- Aquí tiene, doctor –dijo tendiéndole el libro–. Por favor, déselo con esto y procure dejarlo solo cuando se lo entregue.


- ¿Estás seguro, Sanada?


- Sí. Volveré en un mes.


- ¡¿Un mes?! –se asombró el doctor perdiendo la compostura.


- Tengo asuntos que ordenar. Cuide bien de Seiichi –hizo una reverencia, y se fue.


---------------------------------------------------


¿Cómo se lo digo? Un mes es demasiado, esto le partirá el corazón sin mencionar las recaídas de depresión que tendrá… Tal vez no sea el indicado para decírselo, es mejor que lo deje solo con esa nota.


- Yukimura, aquí tengo su libro.


- Es hermoso, muchas gracias doctor.


- Que lo disfrute. Lo siento.


En realidad el libro era una maravilla, Yukimura se la paseó hojeando cada página con interés. No se parece en nada a los libros que tengo en casa. Sonreía con cada detalle que el libro le proporcionaba, hasta que su sonrisa desapareció al notar un papel doblado dentro del libro. Con temor, lo desdobló y leyó la nota.


Yuki, compré este libro pensando en ti sabiendo lo mucho que te gusta. Espero que cuando te recuperes lo encuentres muy útil, ya que sé que tienes un precioso jardín que necesita de tus cuidados. Debo decirte algo más. Por el momento, no podré ir a visitarte, tengo que aclarar mi mente por lo sucedido y no creo tener la fuerza suficiente para mirarte a los ojos. Disculpa si mis sentimientos no son iguales a los tuyos, pero hasta el momento, no me siento dispuesto a pensar en cosas como esas. Siempre seré tu amigo, no olvides eso.


G.


- Sanada, ¿por qué no puedes quererme?… ¿¡POR QUÉ?! ¿¡POR QUEEEEEÉ?!


Los gritos de Yukimura eran desgarradores, sintió cómo lo poco de amor que tenía en su corazón iba haciéndole daño, ahogándolo sin poder respirar. Las arcadas que tenía correspondían a cada llanto de dolor que daba, pues se sentía inconsolable sabiendo que el amor de su vida jamás le daría el afecto que necesitaba. Los alaridos fueron escuchados por los doctores, quienes entraron a la habitación y le inyectaron una dosis de morfina para poder calmarlo, podía empeorar más si se hacía daño por lo que cuando hizo efecto, su doctor se quedó con él. Hasta que se hubo dormido por los efectos de la morfina, el Dr. Shirokawa se fue, dándole las noticias a Sanada quien había estado esperando afuera luego de escuchar los gritos.


- ¿Sabes lo que le hiciste, verdad?


- Lo sé, pero tenía que hacerlo. Como le pedí antes, cuídelo, por favor.


- … –pensó antes de decirle esto– Yukimura te necesita más a ti antes que a cualquier doctor.


Yo sólo lo lastimaría más, doctor; no puedo hacerle eso a Seiichi porque… ¿Por qué?


- Tengo jugadores a los que entrenar, doctor.


- Adiós. Piensa en lo que te he dicho.


-----------------------------------------------------------


Si bien Yukimura estaba dormido, él estaba consciente de lo sucedido hace un par de minutos, por lo que, como si le hubieran privado de todos los sentidos, aún podía pensar. Qué curioso, es lo que yo les hago a los demás. Sin más, usó ese tiempo para poder ordenar sus sentimientos, sus ideas, y sus emociones.


Sanada… Sanada… Yo sólo te quería para mí. Me diste todo, todo. Y si he de decir la verdad, no podía haberme quejado tanto. Estuviste siempre a mi lado, pero no te sentía cerca. Podía abrazarte sin temor a que me rechazaras, pero ese temor siempre volvía con los recuerdos de aquel momento en que te dije que te quería… Y dejaba de hacerlo, sólo para sentir cómo el dolor que tenía me empujaba a seguir abrazándote a pesar de lo contraproducente que se volvía. Y hoy no lo pensé, hoy sólo actué. Pensaba que ya eras mío, que ya podía volver a abrirme a ti, que esta vez no me rechazarías… Pero volví a equivocarme, ¿verdad? Mi frialdad sólo era un muro que levanté para no hacerme daño, pero me ha hecho más daño ahora que me dices que no vendrás a verme. La soledad de este cuarto, la falsa pureza de su color sólo hace que me sienta miserable y más inútil que nunca. ¿Por qué te quedaste si no ibas a volver? Ah, sí, es por mi culpa.


No volverá a pasar, lo prometo. No habrá una tercera vez, no la habrá. Ni aunque por algún milagro me lo pidas tú… Mi fortaleza debe ser más grande que mi dolor. Y aunque nadie luche por mí, tengo a un equipo que depende de mí y no voy a defraudarlos. Perdóname, Sanada… Perdóname si algún día puedes… Te amo…


Aún dormido, las lágrimas brotaban de los ojos de Yukimura, quien, inmóvil en la cama con ese frágil y delgado cuerpo, parecía que ya había muerto. La palidez de su piel sólo conjugaba con lo monótono de esa habitación. Había aceptado su derrota, y se camuflaría en el capricho de su destino.

Notas finales:

Yukimura acepta su derrota. ¿Qué sigue después? El siguiente capítulo se llama "Distanciamiento". Creo que el nombre habla por sí solo.

¡Nos vemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).