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Aclárame una duda por Veel Caed

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Notas del fanfic:

Los personajes no son de mios les pertecen a J.K. Rowling, yo solo los utilizo para realizar cosas incoherentes para la escritora de Harry Potter, para deleite y disfrute de los que se tomen un rato para leer el fic...

Notas del capitulo:

Es el primer fic que me animo a publicar, asi que espero y sientanse libres de criticar la historia... sin mas a disfruta...

 

Era un sábado de Octubre en Hogwarts, aquel día había inicio de manera extraña, sus mejores amigos Ron y Hermione no dejaban de preguntarle por qué se comportaba de manera misteriosa y no se separaban de él, al medio día estaba cerca del lago tratando de alejarse y olvidarse de ellos sin poder lograrlo, ya resignado a que no podría resolver esos cuestionamientos que lo inundaban se puso a pasear por el castillo.

Junto con la noche también se presentó una fuerte tormenta con unos vientos que parecían querer arrasar con todo a su paso. Harry todavía caminaba cuando iniciaba la tormenta, y sí todavía trataba de alejarse de sus amigos que parecían que habían decidido no dejarlo ni a sol ni a sombra y él solo queriendo un momento solo para poder despejar su mente y pensar con claridad en ese asunto que tenía nombre y rostro el cual últimamente invadía y confundía su mente, pensamientos por Merlín a no sabía que hacer porque todo eso que le generaba el rubio Malfoy no eran precisamente de enemistad, sino todo lo contrario. Mientras caminaba por los pasillos, según el pelinegro, Merlín se apiado de él pues dirigiéndose a ellos iba la profesora McGonagall.

-Señorita Granger y señor Weasley, se les requiere como prefectos para apoyarnos a reunir a los estudiantes de su casa en el gran comedor, ya que por desgracia la tormenta nos ha traído a unos invitados indeseables que han sido vistos en los alrededores.

-Claro profesora- digo Hermione tomando a Ron, volteo a ver a Harry- Estarás bien, no tardaremos mucho, tal vez gustes venir, si no hay ningún problema.

-No se preocupen chicos vayan, o me iré parel comedor con los demás- contesto el pelinegro caminando y haciendo una seña de despedida con la mano.

Sus amigos no les dio tiempo de oponerse ya que cuando se dieron cuenta su amigo ya estaba se había perdido de sus vista, se miraron confundidos  se marcharon con la profesora McGonagall.

Cuando Harry los perdió de vista emprendió rumbo a la torre de astronomía, suponiendo que nadie se atreviera a salir del gran comedor eh ir allí, saco su capa de invisibilidad que acostumbraba llevar consigo y se la coloco encima para no ser visto por nadie y menos para que lo siguieran.

Aquella noche había algo diferente, se dio cuenta desde el momento en que toco el primer escalón para subir la torre, aun así todo parecía perfecto, pero como siempre nada salía como él lo planeaba.

Antes de llegar al final de las escaleras percibió un ligero sollozo que provenía del salón de la sala de la torre, el pelinegro se acercó se sentía seguro bajo la capa de invisibilidad y se introdujo el aquel lugar con sigilo para no ser escuchado  alertar a aquella persona, al entrar se percató de una silueta sentada en la parte más alejado de la entrada, con las rodillas pegadas al pecho, la cabeza cabizbaja, tratando de limpiarse con la manga de su camisa las lágrimas que inundaban su cara y sus pensamientos en otro lugar, no sentía la profunda mirada que se posaban en él.

Harry no lograba entender quién y porque lloraba de tal forma que hacía que su alma sintiendo vacía, tenía unas ganas imperiosas de acercarse a aquel chico.  Abrazarlo y consolarlo.

Con paso ligero fue cerrando la brecha que los separaba, cuando por fin pudo divisar de quien se trataba, freno en seco  observo esos bellos mechones de cabello rubio, ese rubio inconfundible que ocupaba gran parte de su tiempo.

El pelinegro se quedó pasmado cuando se le revelo el rostro de Draco, esa cara de ángel que lloraba amargamente mientras en su semblante dejaba ver una gran tristeza y desesperación.

Harry se quitó el manto de invisibilidad, arrojándolo cual cosa sin importancia para dirigirse a paso veloz al cuerpo que estaba abatido, oculto de los seres que se encontraban en su casa de Slytherin, en el castillo, de todo el exterior. Harry dejo de pensar tan solo quería consolar a ese rubio, que no sufriera, que no llorara, prefería verlo con su máscara aristócrata, de superioridad, no le importaba si para eso él salía lastimado… pero, ¿Por qué?

Draco se encontraba sumido en sus pensamientos, cuando el sonido de unas pisadas que avanzaban hacia él, lo sacaron de su raciocinio. Por  cada paso que daba un temor dentro de él engrandecía cuando por fin aquel cuerpo se encontraba a su lado, se tensó y solo atino a aferrase fuertemente contra sus piernas, atrayéndolas más hacia su pecho. Al escuchar una voz ronca logro reaccionar, pudo distinguirla y relajarse un poco, ya que esa voz era inconfundible y más para él que desde un tiempo había descubierto que le encantaba que esos hermosos ojos verdes, cuales joyas se posaran sobre él, y pata su terrible desgracia terminar aceptando lo inaceptable, estaba enamorado de ese sujeto, del gran salvador del mundo mágico, del niño-que-vivió, ni más ni menos que el Harry Potter.

-¿Draco? ¿Qué pasa?- Dijo Harry, pero que le pasaba por que preguntaba eso y ¡DESDE CUANDO ES DRACO Y NO MALFOY!- Creo todo esto ya me está afectando la cabeza- susurro para si mismo

El alivia que había sentido al darse cuenta que era Potter ahora se estaba convirtiendo en vergüenza, como pudo dejar que su ¿enemigo? lo viera de esa forma tan vulnerable, él era un Malfoy siempre tenía que lucir fuerte, son sentimientos, si su padre se diera cuenta seguramente lo patearía por ello, así que como todo Malfoy que era, trato de librarse de la situación lo más digno posible, volviendo a su máscara sin emociones.

-Debería preguntar lo mismo Potter- contesto Draco con desdén

El susodicho se sonrojo levemente al recordar que el motivo de estar ahí, se encontraba justamente ahí frente a él. Tal vez sea el destino y el poder estar así con él pueda aclarar todo esto que me confunde, pensó Harry.

-Buscando un lugar tranquilo para pensar y aclarar algunas cosas-respondió simplemente, sentándose junto al rubio-pero aun no me has contestado, ¿por qué llorabas? ¿Qué pasa Draco?

-Así que algo perturba al niño dorado, eh. Valla quien lo diría y porque no estas con la comadreja y la sabelotodo, tal vez ellos podrían ayudarte, ya que se desviven por ti, ja par de idiotas-dijo Draco desviando la conversación.

-No voy a permitir que hables así de ellos, entendido Malfoy.

-Que pasa Potter acaso te eh ofendido.

-No entiendo porque sigo hablando contigo

-Lo mismo digo, así que si puedes, lárgate- dijo apuntando con su mano hacia la puerta.

Harry se levantó hecho una furia, para dirigirse con largas zancadas rumbo a la puerta no entendía como creyó que podía mantener una conversación civilizada con Malfoy, además de que podría aclarar las dudas que lo embargaban.se freno en seco apenas tomas la perilla de la puerta y se giró para volver a mirar al rubio.

-Claro que me voy a ir Malfoy pero primero responde mi pregunta-dijo volviendo a acercarse a Draco

Draco se levantó y desvió la mirada, porque simplemente no se largaba y lo dejaba en paz, porque tenía que ser tan malditamente Gryffindor –Nada que deba importarte, así que ya te…-Draco no pudo terminar pues una mano del pelinegro se posó sobre su mejilla y a otra mano pasando por detrás de su espalda, atrayéndolo en un abrazo, estremeciéndolo con esa simple caricia.

-Po… Potter, ¿Qué…qué haces?- dijo Draco sonrojándose y tratando de soltarse del agarre sin muchas ganas.

-solo creí que lo necesitas y lo hice- pero que me pasa, porque se siente tan bien, pensó Harry, sin entender por que se sentía tan feliz al tener a esa serpiente entre sus brazos y sentir el calor de ese otro cuerpo, además olía tan bien.

Draco sentía a su corazón latir tan fuerte que pensó que se le saldría del pecho, pero es que nunca, ni en sus más locos pensamientos creyó que eso llegaría a tener a Harry así y menos que sería el propia Harry quien lo iniciara.

-Me dirás porque llorabas- volvía a hablar el pelinegro al tiempo que se apartaba un poco para ver al rubio a los ojos.

Draco se sonrojo al verse observado por esos hermosos ojos verdes que lo miraban como nunca antes, ahora podía distinguir un brillo en esos ojos de comprensión, preocupación, de ¿cariño?

-yo… yo solo… tú-dijo agachado la morada.

Harry observo los ojos grises de Draco y junto con un rubor que asomaba en las mejillas se le hizo la imagen más bella que jamás haya visto, pero que le pasaba incluso escuchar al rubio hablar incoherencias se le hacia la escena más encantadora, definitivamente algo estaba mal con su cabeza.

Sin saber la razón de sus actos tomo la barbilla del rubio y levanto su rostro, perdiéndose en esa mirada, esos labios ligeramente rojos, se preguntó a qué sabrían sus labios…fue acercando su rostro al otro hasta que sus labios se unieron comenzando un suave beso, por Merlín ya lo perdido, en ese momento sintió que una energía recorría su cuerpo causándole placer y felicidad desmedida, fue cuando por fin comprendió el motivo de que ese chico invadía su mente y no veía problema el ello, tan solo uno estaba enamorado de DRACO MALFOY.

Después del impacto inicial Draco cerró sus ojos y correspondió al beso, se separaron al cabo de unos momentos gracias al bendito aire… desgraciadamente necesario para poder vivir y seguir disfrutando de lo que juntos cavaban de descubrir.

-Dis…disculpa Draco- Era el momento de Harry para tartamudear

-Harry-dijo Draco- tu querías saber porque lloraba anteriormente- el pelinegro asintió- yo, yo lloraba por ti… nunca creí poder tenerte, así… te amo Harry- termino arriesgándose, confesando lo que sentía por aquel chico.

Harry no sabía cómo reaccionar, sintió una gran alegría al escuchar aquellas palabras, tan simples pero tan importantes para él, pero que decir, quería decir algo pero un nudo en la garganta no lo dejo, así que solo puedo hacer lo más lógico para sí, se volvía a abalanzar sobre Draco devorando sus labios en el proceso, ahora que conocía el sabor de eso labios dudaba poder vivir sin ellos, nunca quería separarse de su rubio…

Pero, como siempre las cosas no salen como él quiere…

Desde la puerta alguien se aclaró la garganta – Señor Malfoy, Señor Potter- hablo Snape posicionado en el umbral de la puerta, haciendo que lo chicos se separaran abruptamente poniendo la mayor cantidad de espacio entre ellos y ocultando su enojo al ser interrumpidos- Por si no se han dado cuenta hay dado cuenta hay una tormenta y todos sus compañeros están buscándolos señores, así que si pueden honrarnos con su presencia.

-Sí señor, disculpe- dijeron al unísono.se dirigieron hacia la puerta, no sin antes Harry tomar su capa, y seguir hacia el gran comedor seguidos por el profesor de pociones, en silencio y son mirarse. Ya después tendrían tiempo para eso y mucho más.

Al llegar con los demás cada uno tuvo que dirigirse a su mesa. Sin que nadie se diera cuenta Harry detuvo por unos instantes a Draco y en un susurro apenas perceptible para el rubio le dijo- Mañana, la torre, quiero seguir hablando, me agrado hacerte compañía. Seguida de una sonrisa que le fue correspondida, la cual no desapareció hasta que llegaron a posicionarse en su lugar de siempre en sus respectivas mesas.

En cuanto se sentaron se buscaron con la mirada y al encontrarse sus ojos brillaron con anticipación  cargadas de promesas.

Draco se sentía feliz por primera vez en mucho tiempo sabiendo que había comenzado una nueva historia en su vida, que esperaba nunca terminara. Por fin había tomado una decisión con respecto a su futuro… Aunque portaba la marca tenebrosa en su brazo, eso no podía borrarlo o corregirlo. Pero lo que si podía  hacer era no seguir las ordenes que le había dado Voldemor, el estaría del lado de la luz, del lado de Harry Potter…

 

Notas finales:

Sigue disfrutando... exito...


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