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Stay with Me por HeartBreakerGirl

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!!

Ha pasado mucho tiempo desde que he publicado un escrito y sí, hace un mes salí de vacaciones. Sin embargo como expliqué en Twitter estuve en mi cueva sin hablar con nadie, no estuve ni en una red social y tampoco tenía ganas de escribir. Surgieron ciertas cuestiones y más el insomnio que regresó, pues no  ayudaba mucho.

Hace exactamente una semana regresé a medias y me agarró la vena inspiradora por decirlo así. He pasado cinco días escribiendo esto sin parar, los otros dos días restantes fui obligada a descansar porque se me hincharon los ojos y tuve una reunión familiar hahah <3 Ya había escrito un poco hace un mes, por lo que no me costó perder las ideas e hilación. 

Así que valoren mucho este escrito, he roto nuevamente mi record(? 21 706 palabras y 66 páginas de Word!! Es un barbaridad astronómica!! Espero que no se aburren con esta loca idea mía >//< Culpen a Ji Yong porque él me inspiró mucho, con él es más fácil escribir, desde su punto de vista. 

Pero bueno, aquí estoy <3

Este OS es un regalo para una amiga por su cumpleaños el mes pasado. Otra vez lo entrego tarde, pero esto va para ti sickneblu, sabes que te adoro un montón <3

Disfruta el regalo y por supuesto, mis lectores también!!

Enjoy y a leer ~

 

DRUNK IN YOU:

 

“En la noche pienso en ti,

mientras que en el día pienso en ti y cuando pienso en ti,

no me dan ganas de nada, más sólo amarte.”

-Leonardo Núñez Valle

 

8 DE JULIO DEL 2015

Enamorarse es la parte fácil en comparación a otras etapas y no por ello se toma a la ligera. Jamás se puede hacerlo. Cada persona respirando en este planeta llamado Tierra, lo vive de acuerdo a su circunstancias. Enamorarte es una parte innata de nosotros, los seres humanos. No todos los enamoramientos tienen éxito, pero eso no impide que no sigamos buscando hasta encontrar el o la persona perfecta para nosotros. Somos criaturas creadas para dar y recibir amor.

Lloramos, reímos, sonreímos, nos amargamos. Somos un caos de emociones andantes, cada vez que nos atrevemos a amar y aunque cubramos nuestro corazón de la pared de hierro más impenetrable del mundo, terminamos cediendo ante el amor.

¿No es interesante ver hasta qué punto hemos llegado?

Ante una aplastante lógica en la irracionalidad de lo que es el amor. Te das cuenta de lo realmente importante cuando te preguntas: “Si el amor para uno mismo fuera suficiente, ¿entonces porqué el mundo siempre busca su mitad?”

Sí. Necesitamos solo un alma que permanezca a nuestro lado por siempre.

¿Encontrarla? No es fácil, es complicado.

Buscas, buscas y continuamente lo haces.

Y cuando la encuentras…

¡Oh, por Dios! ¡Bendita la gracia de haberle conocido! En un segundo estabas respirando tranquilo y al otro, todo se volvió errático. En un constante vaivén de hermosos insomnios, de crear una radio mental diciendo solo su nombre, de no idealizarlo y ver cómo él es de verdad, con defectos perfectos y virtudes imperfectas, de sentir que su tacto te quema y a la vez es esa sensación deliciosamente suave. ¿Y lo más ilógico? Estando a tu lado te sientes lleno, tienes ese ahí hay algo, que ni siquiera es definible en palabras.

El mundo se volvió el lugar de las más absurdas, pero lógicas contradicciones.

Todo es un caos, pero él o ella es tu caos. Es tu maravilloso/a caos.

Y ahí, caes en cuenta de lo posesivo que fuiste cuando ni siquiera es tuyo. Todo se vuelve electrizante y turbiamente bello.

Entonces, llega la segunda fase y sucede el milagro.

Como también entiendes porqué lo llaman así.

Dos personas sienten lo mismo, el uno por el otro. Te corresponde y te preguntas que jodidos hiciste de bien en tu vida para estar con él o ella. Lo aceptas, aunque crees que es un sueño y sabes que no lo es.

Te enamoras si es posible más de esa persona. Continuamente lo sigues conociendo y tu corazón sigue latiendo salvajemente como la primera que le viste.

Y luego llega el error de la mayoría de los seres humanos, piensan que el amor es suficiente. Qué solo tienes que amar y todo continuará igual. No podrían estar más equivocados.

Hay una tercera fase que muy pocos la ven, indetectable para  el ojo humano, pero visible para el corazón. Tienes que cuidar ese amor que tienes. Estás con esa persona en las buenas y en las malas, aprenden de sus errores y siguen adelante. El amor también es trabajo, esfuerzo y una constante lucha entre dos personas, siempre juntos.  No debes olvidar regarlo incesantemente, no cayendo en el exceso, para que como un jardín, siga teniendo las más hermosas flores.

Todo esto lo sabía, Ji Yong.

Desde el momento en que se enamoró lentamente de Seung Hyun, porque no fue un enamoramiento a lo bruto de él y más aun, cuando lo admitió por fin. Cosa nada sencilla y fácil porque resultó ser como si él se hubiera dado de porrazo contra la pared. Desquiciante, la manera en que remecieron su preciosa realidad y por si fuera poco, añadir, con el paso del tiempo, que Seung Hyun era simple y llanamente el amor de su vida. Incluso lo podía poner en un letrero de neón enorme sobre su mente.

No es que fuera ese tipo de gente, pero se entendía que él solo decía un hecho y la verdad, en parte iguales.

Él se ponía a pensar en lo  fascinante que era el amor y cómo afectaba de modo distinto a cada persona. Amar, en el sentido de pareja, cada individuo lo hacía a su manera. Algunos no sabían amar de forma adecuada, pero lo seguían intentando y otros, como él, tenían su propio color.

Deteniéndose en ese punto, es ahí donde verdaderamente entraba el nivel clave de su reflexión. Él tenía miedo. Sí, después de varios años de noviazgo, Kwon Ji Yong tenía miedo y varías personas se sorprenderían, si oían esa única palabra saliendo por su boca. Discernirlo no era nada de otro mundo, pero muy por el contrario de lo que la gente llegara a pensar, él no se refería al hecho de amar a un hombre. Por más que la gente estipulara socialmente que era un tipo de amor diferente, lo que se le hacía realmente estúpido. ¡Vamos! El amor no debería tener clasificaciones. Prácticamente era una regla básica, no escrita y muy obvia. Tampoco, su razón concernía en su relación con Seung Hyun. La manera como ellos dos, funcionaban juntos.

Así sin más. Su miedo, era él mismo. Podía sonar muy estúpido y descabellado,  sin embargo he ahí la verdad.  Más concretamente,  en cómo amaba a Seung Hyun.

Era aterradoramente raro, su amor por Seung Hyun. Muy extraño. No sabía con qué otra palabra acertada sustituirle, caía a la perfección y lo decía en el buen sentido. Bueno, ¿quizá si o quizá no? No importaba, la cuestión es que no era psicótico obsesivo o alguien que hacía daño.  Valía decir que él estaba totalmente alcoholizado de Seung Hyun y lo estaría toda la vida. Jamás estaría sobrio. No exageraba bajo ningún concepto. Siempre creyó que para amar tenía que haber un límite y cuando se enamoró de Seung Hyun, su convicción se deshizo en un segundo. Lo amaba demasiado, tal vez rayando en el infinito. Si bien era posesivo y celoso, no era de esa clase que lo escondía del resto del mundo y no dejaba que nadie se acerque a él incluyendo a su familia. Ji Yong no era así. Lo veía absurdo porque cada uno tenía un número de personas determinadas e importantes en su vida y lo respetaban. Se daban su espacio.

Para Ji Yong el mejor lugar en el mundo era estar en los brazos de Seung o simplemente tenerlo a su lado. 

Su problema era a la hora de lidiar con la ausencia de él. Ya sea por causas externas a ellos, por  sus carreras o porque el muy idiota de su novio ponía esa barrera a propósito. Cada vez se le hacía más difícil no tenerlo ahí con él. Sentía que se quedaba drenado, sin energía. Lo extrañaba tanto. Su límite era 3 meses, de ahí no podía más y entraba en depresión. Por supuesto, que había veces que la época de separación duraba poco tiempo, pero igual no dejaba de echarle de menos con la misma intensidad.  Como sucedía ahora.

En sus labios luchaba por decir cada vez que Seung Hyun se iba: “Quédate conmigo”

Y él, no lo hacía porque no era egoísta y tampoco lo correcto. Él solo… permanecía con el sentimiento de agonía, le mataba no tenerle.  Desde un punto externo, su comportamiento daba la apariencia de ser dramático. Cosa equivocada porque si estuvieran en sus zapatos,  sus planteamientos cambiarían rápidamente.

¡Dios santo, como te extraño!

Joder, ¿por qué él tenía que ser así? A veces Ji Yong desearía cambiar de personalidad, su vida sería más tranquila. Estaría perfectamente en paz y luego recordaba que sin Seung Hyun, todo sería monótono, vacío. 

El amor era un asco… de vez en cuando.

¡¡Todo era culpa de Seung Hyun!! No se hallaría de este modo, en pleno avión de regreso a casa, debido a que él tuvo la grandiosa idea de filmar un mini-drama. En circunstancias normales, esto sería una buena noticia porque Seung Hyun solía grabar en largas temporadas y en las últimas dos ocasiones lo hizo en parte por alejarse de él, además de avanzar en su carrera actoral. Él lo apoyaba, de verdad quería que cumpliera sus sueños. Sin embargo no le gustaba que creara o se valiera de excusas para no verlo.

Actualmente su disgusto, se almodaba al hecho de que rodaba un proyecto romántico. Él siempre había respirado aliviado de que Seung no se sentía preparado para ese tipo de género y aunque sabía que eventualmente ese día llegaría, por dentro rezaba para que no sucediese jamás. ¡Maldición! ¡¡A la hora que filmó Tazza 2!! No fue suficiente con que Seung mostrara su cuerpo al mundo entero, si no que tuviera escenas subidas tono y románticas con dos actrices. Ni siquiera con un una. ¡¡DOS!! ¡¡DOS!! De solo recordarlo, se enfurecía a mil.

Y en este mismo instante se tenía que bancar a Ueno Juri. Una de las actrices más codiciadas de Japón.  De por sí, Seung Hyun llevaba desde el 28 de Junio en Japón, es decir varios días y no tenía como saber mucho de él porque estaban ocupados.  La agenda de Seung era intensa por los pocos días de filmación y no quería molestarlo. Así que sus únicos medios por saber de él fueron en un par de llamadas breves y sus post de Instagram.

Cuando vio cierta foto, se arrepintió de persuadirle para que se creara una red social. Por primera vez en meses, lo hizo. ¡¡Es que no era posible!! Él extrañándole como un loco y le restriega en la cara, el trabajo con su compañera. Como idiota había estado feliz con la foto donde Seung estaba llamando a alguien mientras comía, obviamente ese alguien fue él.   

Entonces todo se destruyó cuando unas horas después posteó: “Ahora en Tokyo. Ueno es hermosa”

¡¡Claro, él pasando su último día en París!! Pues había optado por ir al evento de Chanel Coture, donde el mismísimo Karl Lagerfield le había introducido a un selecto grupo de la marca y Seung Hyun sonriendo con Ueno Juri.  ¡Llamándola hermosa!

¡¡HERMOSA!!

¡¡H-E-R-M-O-S-A!!

¡Perfecto!

Siendo como es, Ji Yong no perdió el tiempo y subió una foto con Lily Rose Deep. Sí, era infantil. Pero Seung Hyun se merecía eso y mucho más. Incluso, horas más tarde, se dio el lujo de postear que estaba teniendo una agradable cena con Kanye West y Tilda Swinton.

Aunque el mal humor se haya disipado efímeramente la noche anterior

Más que celoso,  el estado de ánimo que abarcaba más territorio en él era de seguir añorándolo. No iba a ver a Seung Hyun hasta el concierto en Tailandia. Ni siquiera iban a volar juntos. Su novio iría desde Tokio hasta el país de los elefantes.   

¿Por qué se tuvo que enamorar de Seung Hyun? 

Gimió internamente de frustración.

¿Cómo dejó enamorarse así?

Bueno, aquello tenía respuesta fácil. ¡Oh, sí lo hacía!

 

-FLASHBACK-

En algún mes del 1998

Desde que era muy pequeño, Ji Yong estaba completamente seguro que su destino estaba en ser parte del mundo de la música. A la edad de cinco años, fichó para la SM Entertainment  sin planearlo. Aquel paseo familiar a un parque de esquí, resultó marcar el inicio de su vida musical. Él solo por diversión se inscribió a la competición de baile, dirigida por el mismo Lee Sooman y ganó una plaza.

Los entrenamientos eran irregulares y en esa época la empresa no era tan conocida. Realmente fue una suerte que gracias a su aparición en un programa llamado BBO BBO BBO, lo reclutaron para Little Roora.  A temprana edad Ji Yong fue popular, debido al éxito del programa. 

Disfrutó de la gira de conciertos y el disco de villancicos. Ahí descubrió que su deseo por ser músico, él cantaba bien. Hasta entonces él creía que solo era bueno bailando y se lo dijo a su madre. Tomó la firme decisión a los 8 años que la SM le prestara atención, él no podía labrarse un buen futuro musical con ese cronograma pobre de entrenamiento.

Sin embargo, antes de manifestar inmediatamente sus ideas a la empresa, la compañía televisora decidió cancelar el programa, a pesar del éxito. Dejándole un poco noqueado por lo inesperado de la situación.

Aun así, no se rindió, otra pequeña cosa que descubrió fue lo tenaz que podía ser con tal de cumplir sus objetivos y por supuesto, la ambición de dar lo mejor de sí mismo. Quería revolucionar el mundo musical. Expresó su idea y lo escucharon.

No fue suficiente.

Habían pasado dos años desde ello y la compañía no sabía qué hacer con él. Si Ji Yong debería ser un solista o estar en un grupo de chicos. ¿Qué estilo debería tener por su personalidad? Y múltiples cosas más. Surgieron las primeras inquietudes con respecto a su futuro y tener ese nudo que no le dejaba respirar, no fue nada placentero. Incluso abrieron la posibilidad de que fuera un miembro adicional de Shinwha, ni siquiera ser un miembro oficial. Amaba a su hyungs y sunbaenims, pero él no quería ser relegado a un lado.

A los diez años, tuvo que esclarecer prioridades y decidir sus opciones. Había dos rutas, o se quedaba en la SM o se liberaba del contrato con la empresa, a la deriva de tener que abrirse camino por sí solo y con la mente de que sería mucho más duro. Porque él admitía que enteramente no era la culpa de la compañía, Ji Yong como aprendiz todavía no tenía una visión clara de lo que quería hacer.

La primera gran decisión de su vida, difícil, pero escogió su camino la semana pasada. Renunció a la SM. Tuvo que ver el lado gracioso porque vio que algunos de sus profesores respiraban aliviados, suponía que ya no tener que lidiar con el estrés de qué hacer con él fue un bálsamo curador para sus saludes mentales.

Así que… aquí estaba, siendo un estudiante normal… otra vez.  

Y él, no dejaba de sentirse raro. Acostumbrado a una vida regularmente ajetreada. No es que sus entrenamientos fueran intensos, no obstante en dos años habían subido algo de nivel. Asfixiado por la picazón que sentía hormiguearle por todo el cuerpo, rogándole que hiciera cualquier actividad. Kwon Ji Yong decidió salir a dar un paseo, no sin antes pedir permiso.

No había andando un par de pasos cuando se detuvo en la acera. Una persona, de un aspecto de lo más peculiar, robó su atención. Estallaba a la vista que su prendas de vestir eran muy originales. De apariencia robusta, algo rellenito con cachetes adorables, ropas holgadas y con un gorro negro con bastante estilo, caminaba hacia él, sin tener noción de ello. Era divertido ver menear la cabeza de su vecino mientras este escuchaba música con su mp3. Parecía un tipo muy cool.

Quizá para su cumpleaños podía pedirle a su madre que le regalase ese mismo aparato. Le serviría para practicar lo que fuera. Sí, todavía no tenía idea qué hacer. No iba a ceder al pánico momentáneamente. Probaría hacer las cosas paso por paso, pero las haría muy bien.

Continuó felizmente su camino y concediéndole el paso a su vecino porque veía que ya faltaba poco para que transitara por su lado derecho…

¡¡Y ZAZ!!

Créeme dulzura, tengo suficiente para alimentar a las hambrientas

No hay necesidad de ser codiciosos

Tengo colegas que están locos por los Benz

Y cientos de dólares en apuestas

Auténticos jodidos jugadores

Salta al Rover y ven conmigo

Y dile a tus colegas que suban al GS3

 

El rapeo de su vecino causó que sus pies se detuvieran por segunda vez, en un pequeño lapso de tiempo. Imaginaba que él estaba en la onda hip-hop, por sus ropas. Pero jamás se le pasó por la mente de que supiera rapear muy bien. Su timbre de voz denotaba ser especial.  Ronco y profundo. ¿Y las letras? ¡Woww! Eran crudas y directas, alimentaban el ego de quién fuera el artista que estuviese escuchando.

Si él pudiera rapear así….

¡Boom!

Tuvo su revelación, otra vez sin quererlo, parecía que el destino le mandaba una señal.  Inmediatamente volvió a la parte derecha de la acera, no dudó en deslizarse y esperar a su encuentro. ¡¡¡Dios eso era!!! Jamás a él se le ocurrió incursionar en el hip-hop, tenía pocas nociones de ello y la compañía, tampoco tuvo la opción en mente. Lógico, ellos creaban idols. Había raperos, pero solo eran un pequeño apoyo. Nada más. Y si bien quería ser cantante, dudaba que el hip-hop puro entrara en el estereotipo de idol. Ji Yong sabía que tenía talento y no había explorado esa parte. Quizá la tenía. No perdía nada con intentarlo.

Con una enorme sonrisa vio que su vecino estuvo a punto de estrellarse contra él y lejos de burlarse, le dio más ánimos para su pedido.

-¡Hola! Me llamo Ji Yong, mucho gusto- hizo una reverencia- Sé que es extraño, pero quería pedirte un favor.

Aquel chico le miraba con desconcierto, no le importó. Su primera lección que aprendió es que la vida cuando tenías un objetivo, hacías hasta lo imposible por lograrlo, dejando de lado la incomodidad o la vergüenza. Su vecino no le provocaba ninguna de ambas cosas y le venía como anillo al dedo, las cosas fluirían más fáciles.

-Rapeas muy genial y quisiera aprender lo mismo de ti- Ji Yong continuó hablando.

Al ver que no le respondía ni cubría su rostro de muecas enojadas, continuó en su tarea de persuadirlo

-Podemos hacer horarios, no sé… ¿qué te parece?

Ante su presencia se encontraba tranquilo y Ji Yong pensó que para un primer intento las palabras fueron sencillas y perfectas. Tal vez su cerebro hoy se levantó más elocuente de lo normal. ¡¡Realmente él mismo era increíble!! Esperó pacientemente su respuesta sin disminuir su sonrisa ni un ápice.

Hasta que se dio cuenta que todavía llevaba sus audífonos. Mentalmente se dio una cachetada. Igual, no perdió la compostura. Él tenía todavía que cumplir su misión.

Y como si hubiese escuchado su mente, su vecino, retiró los audífonos.

-¿Disculpa, me decías?

Escuchó por primera vez su voz educada, ya había intuido que era grave, sin embargo no era completamente la que esperaba. Por lo visto era una tarde de sorpresas.

-Te preguntaba por tu música. Me gustó la letra de lo que cantabas- emocionado le explicó su proyecto. Le vio sonreír- Es diferente.

Sintió que él evaluaba su respuesta, es como si buscara ver si él era digno de merecer algo así y no porque su vecino se sintiera superior hacia su persona, captó perfectamente que el hip-hop era muy importante para él. Se atrevería decir que era sagrado para él y tomó más respeto por aquel género musical. No conocía a su vecino, pero por sus ojos y su lenguaje corporal, veía que su carácter no era común. Es cierto, sus gustos delataban que era diferente, pero algo en su aura o alguna cosa parecida le hacía emitir esa percepción de él. No lo decía de mala forma, no era de juzgar a las personas así de rápido. Entonces si el hip-hop había logrado hacerle sentir de esa manera a una persona como su vecino, subía puntos en cuanto a respeto. 

Ya imaginaba él hablando sobre aquel género y descubriendo cosas interesantes.

-Es hip-hop.

 Ya lo sabía, pero no se lo dijo. No quería faltarle el respeto o que pensara que era petulante. Hablaba sosegado, cualquier persona pensaría que su vecino hablaba con reticencias, pero Ji Yong sabía que no era el caso. Por lo cual se mantuvo dispuesto a seguir su ritmo.

-El rap es una de sus bases.

-La letra posee fuerza y es vibrante. Así lo sentí- respondió con su punto sincero de vista- Rapeas muy bien. ¿Me puedes enseñar?

Puso todo de sí para pedirle el favor. En su voz, su postura y su mirada. Esperaba que surtiera algo de efecto. Él necesitaba y de verdad, quería aprender a rapear con toda su alma. No iba a perder la esperanza. ¡¡Tenía que ser positivo!!

-¿Quieres que te enseñe?- escuchó preguntarle. No dudó en asentir vehementemente- ¿No te parece chocante lo que me pides?

Raro sí, chocante no tanto. No entendía de qué hablaba su vecino.

-Chico.

¡Rayos olvidé decirle mi nombre otra vez!

Definitivamente hoy su cerebro estaba más lento de lo normal. Internamente rodó los ojos.

-Ji Yong. Me llamo Ji Yong.

-Bien, Ji Yong. No nos conocemos y... ¿por qué debería enseñarte a rapear?

Inevitablemente rió. Parece que no solo él andaba corto de entendimiento, eran dos. Era irónico e increíble como su vecino no le recordaba. Siendo que él se pasó un año trabajando, por lo tanto no estaba mucho en casa y aun así, sabía de su existencia. En cambio su vecino… a quién le había visto con el uniforme escolar. Fácilmente, deducía que era estudiante. No sabía quién era él. ¡Muy curioso!

-No diría que no nos conocemos.

-¿Nos conocemos, entonces? ¿De dónde?

-Tampoco es así.                   

-¿Eh?

-¿No me reconoces? Soy tu vecino. Al menos eso sé.

Ji Yong sonrió apaciblemente.

-¿Tú no trabajas?

Por visto, se había vuelto a equivocar. Sorprendiéndole por tercera vez en una tarde. Su vecino si sabía de su vida, aparentemente. Aunque con retraso. Muy lógico en su caso.

-El anteaño pasado terminó el programa.

-Bueno... ¿tienes una agencia, no? No necesitas que te enseñe.

-Acabo de renunciar hace unos días.

Ocultó el hecho que fue la semana pasada. Algo pequeño, sin importancia.

-No me respondiste mi otra pregunta.

No se ofendió, le encantó el hecho que siguiera poniéndole a prueba. No tardó en darle una respuesta honesta, sin tapujos y con mucha seguridad. Ese palpito que sentía y su intuición despierta conllevó a fascinarse por unas cuantas letras.

-Quiero que me enseñes a rapear porque he decidido vivir de ello para toda mi vida. Al menos, quiero llegar a expresar letras así de buenas.

-Todavía estoy aprendiendo. ¿Estás seguro de esto?

A Seung Hyun no era de gustarle perder el tiempo.

-Yo quiero ser músico y estoy seguro que este camino me llama.

Jamás titubearía ante su objetivo.

-De acuerdo. Empezaremos el fin de semana, ¿te parece?

Ji Yong observó que le extendió la mano, no tardó en corresponder la formalidad.  Aquel gesto le hizo sentirse más seguro

-Me llamo Seung Hyun.

-Mucho gusto, Seung Hyun. Dime- Ji Yong quería saciar su duda antes de despedirse de él- ¿Cuál era la canción que rapeabas?

-Big Poppa de Notorious BIG.

-¡¡Ese hombre es genial!!

-No sabes cuánto- Seung Hyun sonrió.

Y Ji Yong le creía, tenía el presentimiento que sería uno de sus artistas favoritos.

-¿Sabes dónde vivo, no?

-Sí.

-Entonces, ¿nos vemos el fin de semana en la tarde?

-A las cuatro estaré ahí.

-Dale, nos vemos por ahí Seung Hyun.

-Nos vemos por ahí, Ji Yong.

Sonriendo ambos siguieron sus propios caminos. Ji Yong por fin creía que las cosas comenzaban a cobrar forma.

 

Febrero 2000

En ocasiones lo que más te gusta, de un momento a otro, puedes llegar a odiarlo o detestarlo y Ji Yong, lo aprendía en ese mismo instante. Le encantaba el gigante reloj ornamental  ubicado en la sala de Seung Hyun, para él tenía una aspecto místico. Tal vez porque parecía sacado de una época lodinense antigua o la madera añeja conservaba su brillo o los relucientes péndulos bañados en oro le daban majestuosidad. Puede haber diversos motivos e igualmente no dejaba de ser atrayente.  

La hora favorita de Ji Yong siempre sería la medianoche. Cuando el péndulo se movía rítmicamente para anunciar la hora en tonos potentes, él sonreía automáticamente. Excepto, que esto no estaba sucediendo bajo ni un concepto. No con él.

Se hallaba nervioso. Tuvo tanto ahínco en olvidar de que quizá sería una de las últimas noches más relajadas que tendría en los próximos días, que casi lo cumple. Su perfecta burbuja se quebró al primer repitequeo del reloj.

¡Y,  auch!

¿Podían regresar al tiempo, por favor? No.

El reto es imposible de cualquier forma.

Entonces… hoy odiaba al reloj por arruinarle todo. Porque sabía perfectamente que ni bien pronunciara las palabras equivaldría a poner un conteo marcha atrás con un límite inquebrantable de caducidad.

Contuvo a duras penas un bufido y estiró los brazos en su lugar. Observó que Seung Hyun, tuvo la misma idea que él y ponía los ojos en blanco. No pudo evitar mirarle con curiosidad, quería saber la razón detrás de su última acción. Sin embargo no tuvo tiempo, su propio cuerpo le traicionó, encargándose de cortarle de tajo la pregunta original y futura a verbalizar, cambiándola por otra.

-Hyung, creo que es tiempo de comer. ¿Qué comemos hoy? ¿Kimichi con carne o ramen?

Mantenía su timbre de voz curioso, sin tener la mínima idea de ello el porqué de ello, pero fijo su mente le decía que todavía no estaba listo para hablar. Lo cual no sabía si amarse un poco por ello o molestarse por tener que lidiar, todavía, un poco más con la pesada piedra alojada en su estómago.

-¿Listo?

Su hyung preguntó con una sonrisa.  Fue automático, Ji Yong enarcó una ceja divertido por su reacción. Dos años de amistad con Seung y lo conocía a la excelencia, al derecho y al revés. Sus pesquisas acertadas en que él era diferente no fue sorpresa. Lo muy raro e interesante que era, sí. Descubrió que Seung Hyun, a pesar de su apariencia, no dejaba de tener ese vivo entusiasmo por cosas algo infantiles. No es que se creyeran adultos, ellos recién entraban a la adolescencia, pero Seung Hyun parecía querer mantener esa esencia o llama, en sí mismo. Agradándoles más su hyung y siendo testigo, de qué tan especial era.   

- ¡Jan Ke.... Pó!

Seung Hyun no perdió el tiempo en dar inicio al clásico piedra, papel o tijera.

¿Primer asalto? Ji Yong ganó.

-¡Yay!- gritó emocionado.

-De nuevo. Aquí vamos- escondieron sus manos en la espalda- ¡Jan Ken... Pó!

Segundo asalto. Choi Seung Hyun gana la contienda. Este lanzó un puño, celebrando. Ji Yong rió.

-Otra vez... ¡¡Jan Ken...Pó!!

Tercer asalto. Cuarto asalto. Empate. ¡¡Rayos!!

Estuvieron un buen momento buscando alcanzar la victoria hasta que se cansaron. La barriga de Ji Yong rugió, avergonzándole en el proceso y apresuró a poner punto final al juego, sin tener ganador.

-¿Una tregua, hyung?

¡Rayos!

Jiyong odiaba escucharse tímido.

-Está bien, Jiyongie. ¿Las dos cosas y arroz?

Seung Hyun removió sus cabellos y él desistió reprocharle su acción, se había rendido hace más de un año. Su hyung no tenía remedio. Asintió en vez de menear su cabeza resignado y siguió a Seung Hyun a la cocina, dispuesto a cumplir su parte.

Ellos sabían qué hacer.

 

Media hora después sobre la mesa había arroz y ramen, hecho por Ji Yong y kimichi con carne, especialidad de Seung Hyun.

-¡Provecho, Ji!

-Igualmente, Seunghyunnie.

Comían con placer, al punto de atacar la comida con gusto. Grandes proporciones de ella conformaban la cena tardía. Acostumbraban a comer mucho y ellos solían hablar hasta el amanecer. La mamá de Seung Hyun trabajaba en las noches y ellos lo aprovechaban para rapear. Así aprendían el arte de la música urbana y planeaban entrar al freestyle mas adelante. Era una suerte que Hye Yoon dormía como un tronco. Su noona tenía un carácter fuerte y ambos sabían, que si ella tuviera el sueño ligero, ellos serían aniquilados todas las noches.

El reloj, de vuelta anunció la hora. Destruyendo la agradable conversación que mantenía con Seung Hyun. Ji Yong se dio cuenta que llevaban media hora hablando y su cuerpo, se entumeció de raíz. Generándole un helado escalofrío.

La piedra en su estómago de repente pesó una tonelada más.

-¿Hyung?

Tiró la pregunta casualmente, sin atreverse a mirar a Seung Hyun. Pretendió masticar algo de comida.

-Sí.

¡Dios, era la segunda vez en su vida que se sentía al borde del precipicio! Otra vez, tomar una decisión. ¿Por qué tenía que pasar por ello, tan joven? Nunca fue tan difícil empezar una conversación, inconscientemente comenzó a jugar con su comida.

-¿Jiyongie?

Sabía que Seung Hyun ya había captado su real estado anímico. Ji Yong suspiró. Tenía que decirle las cosas de frente, le debía eso. Por la amistad que tenían y aunque quería esconderse en un rincón, se obligó a alzar la vista hacia el rostro de su hyung.

-Mi madre envió sin mi permiso- recalcó lo último- Un video de mí rapeando a una agencia.

Estaba hecho. No había vuelta atrás y lejos de vislumbrarse ligero, se sintió peor.  Supo la semana pasada que su madre hizo aquello a sus espaldas, se lo comunicó el mismo día y él, sintió una oleada de molestia, pero no tuvo la fuerza para manifestar sus reales emociones a su madre. Mientras no hubo noticias, decidió que aquel hecho ajeno a él no había sucedido. Ignorarlo y empujarlo al fondo de su mente fue fácil. Sabía los porcentajes de ser aceptado y que era talentoso, entonces solo rezó internamente para que le consideraran demasiado joven para entrenar y por lo tanto esperara un poco más.

Evidentemente sus ruegos no se cumplieron. 

Recibió la respuesta hoy mismo y fue consciente del suceso.

Seung Hyun al escucharlo posó su mirada en su mejor amigo, dejó de comer por el momento. Ji Yong la sostuvo aunque no le gustaba la situación. Básicamente la odiaba.

-¿Cuál agencia?- Seung Hyun susurró.

Al mayor un par de ideas rondaban por su cabeza, pero se obligó a continuar. Ji Yong deseó que esa pregunta no viniera rápido porque la agencia no era mala, al contrario era muy buena y su especialidad era en el género que ambos practicaban.

-YG Entertainment.

El silencio cayó en la habitación. Un par de palabras y ellos entendían perfectamente que significaba ello. ¿Cómo no iban a conocer sobre la existencia de tal agencia? Imposible no hacerlo. Estaba orientada al hip-hop y al R&B. La agencia era la correcta. El CEO era ex-miembro del grupo Seo Taji Boys. Actualmente Jinusean, debutados bajo esa agencia, llevaban popularidad.

-Capté la atención del CEO- prosiguió a duras penas- Está interesado en mi.

La cereza del paste fue revelada. Hasta él le sorprendía que el mismísimo CEO solicitara personalmente su incorporación. De base, a ninguno de los dos les gustaba las implicaciones de esto. Genuinamente ambos se convirtieron en grandes amigos durante esos dos años.

-¿Y?

Seung Hyun no tenía ni un pelo de tonto. No todo estaba completo, apostaba por ello. ¡Rayos!  Pensando en el concepto de amistad y Seung Hyun, le prueba sin saberlo que tan bien lo conoce. Además, el mayor tenía un sentido de intuición vivaz.

-Quieren que vaya audicionar a Seúl. Mi madre dice que es mera formalidad. Técnicamente estoy dentro.

Ji Yong cerró los ojos por un segundo, es como si él sostuviera una bomba en sus manos y le había lanzado directamente a la cara de Seung Hyun. La noción de ser un criminal, no se le quitaba. Realmente colapsó de frustración. Sus manos se aferraban a la mesa, blandiendo una esperanza de que muy pronto estaría mejor. Una total falacia. Debería estar contento, pero el sentimiento amargo no le dejaba en paz.

-Hyung.... no quiero ir- su tono de voz sonaba desesperado.

-Te tendrías que mudar, ¿cierto?

Seung Hyun sagazmente dedujo y Ji Yong, a este punto agradecía que él le ayudara a seguir llevando un tema tan delicado. ¡Dios, todo es tan raro!

-Sí- musitó en un hilo de voz.

-Tienes que ir.

-No.

Y él hablaba en serio, calmado y alzando un poco la voz. Naturalmente, comprendía que llevaba todas la de perder.

-Jiyongie.

Sintió la mano del mayor posarse sobre la suya.

Seung Hyun entendía como se sentía su mejor amigo, se encontraba aterrado aunque no lo exteriorizaba. No le gustaba ver las manos de Ji Yong apretadas sobre el borde de la mesa. Quería tranquilizarlo y él sabía que esto no se trataba de los dos.

Para tener trece años, Seung Hyun adquiría vestigios de madurez. Esto se trataba sobre el sueño de Ji Yong. Se trataba de su futuro. Él no podía cortarle las alas y ni era capaz de hacerle eso. El talento de Ji Yong se comparaba con un diamante en bruto. Él lo admiraba, el muchacho tenía mucho para dar. La agencia era la adecuada para que pudiera desarrollar esa genialidad suya. Él no podía enseñarle más cosas. Dura realidad que escapaba de sus manos y no podían mantenerse así. En un momento determinado, pararían por falta de recursos. Ji Yong necesitaría de otro tipo de asesoramiento para ese tipo de talento. Ji Yong era único y tenía que ser en manos personas apropiadas. YG le ofrecía y garantizaba ello. Más obvio no podía ser y seguro que el dueño de la agencia veía lo mismo que él, la gran capacidad de Ji Yong para la música.

-Escúchame. Vas a ir a la audición y sabes que es lo más sensato. Es tu sueño y necesitas aprender cosas nuevas.

-Pero...

 Ji Yong  quería inmensamente gritar, refutarle. Decirle: NO, estás equivocado. Aportar un poco a su lucha interna. No le importaba ser acribillado. No obstante, Seung Hyun ahorró tiempo de excusas sin sentido.

-Será difícil contactarnos, pero lo intentaremos. No puedes dejar esta oportunidad. Es única y debes aprovecharla.

La mirada de Seung no admitía ni una réplica y Ji Yong oficialmente pudo decirse: Vale, he sido derrotado.

-Hyung... ven conmigo- gimoteó suplicando.

Aunque comprendía que estaba de más, las circunstancias de ellos dos perfilaban ser distintas.

-Mi situación no es buena, Jiyongie- Seung ladeó una de sus comisuras en una amarga sonrisa.

-Lo sé.... solo...- suspiró abatido y no terminó sus palabras.

-No te preocupes por mí. Soy Choi Seung Hyun y cumpliré una promesa para ti: No importa cuánto me tome, trabajaremos en la misma industria.

Al escucharlo, el peso en su pecho se disolvió gran parte por arte de magia y sonrió un poco porque sabía que Seung Hyun no hacía promesas en vano. Él era muy serio en ese tipo de asuntos, de alguna forma confortaba y sus palabras estaban cargadas de razón. Ellos trabajarían en la misma industria, pase lo que pase.

-Esa cara está mucho mejor- otra vez Seung agitó sus cabellos- ¿Cuando te vas?- preguntó, retomando su comida.

-Una semana y media.

-De acuerdo. ¿Ya sabes la canción con la cual audicionarás?

 Seung Hyun se hallaba triste, pero hacía un esfuerzo por Ji Yong.  Su mejor amigo no podía verlo así y no quería que por su culpa desistiera, lo conocía.

-Creo que cantaré That's my name de Lil Bow Wow.

-Me parece bien. Te ayudaré a practicar.

-Gracias.

Enseguida se enfrascaron en una nueva conversación sobre música y la manera de abordar la audición. Muy pronto sus caminos se distanciarían, pero Ji Yong estaba seguro que no perderían el contacto. Su hyung era genial porque incluso se ofrecía a ayudarle cuando no lo tenía que hacer. Mentalmente Ji Yong pidió que Seung Hyun siempre fuera bendecido. Él se merecía lo mejor.

 

Tercera semana de Setiembre, 2003

Las prácticas extenuantes, mermaron las fuerzas de Ji Yong. Oficialmente, él estaba pisando el limbo entre el mundo de los sueños y el mundo real. Llevaba 3 años formándose en la YG. Al contrario de su primera agencia, en esta el entrenamiento transcurría en una rutina rigurosa. No se quejaba del todo porque es lo que realmente necesitaba. El camino no era de rosas, era acertado compararlo al cruzar una senda llena de brasas, espinas y alguna que otra piedra filosa.

Y no era porque la compañía le explotase, todavía continuaba asentando sus bases y a sus pocos artistas debutados. Es decir, todavía no tenían los implementos necesarios para los traines. Ji Yong lo aceptaba porque tampoco los descuidaban, velaban por explotar sus capacidades de buena manera y recibía consejos de sunbaes que respetaba.  Principalmente, Perry y el presidente Yang Hyun Suk, lo tomaron bajo su protección, ofreciéndole valiosas lecciones.

Apartando a un lado el trabajo arduo, había logrado mucho más en esta compañía. En el lapso de tiempo que llevaba ahí, había sacado unas cuantas canciones en colaboración para algunos artistas de su agencia. Incluso, le permitieron sacar a él y su compañero Young Bae, un par de canciones para la YG Family, teniéndoles a ellos dos como una especie de sub-unidad. Aun no debutaban ni sacaban álbum oficial, pero aquello fue una buena experiencia para ambos.  Su última colaboración de él, fue en el álbum de un cantante que debutaba por primera vez en la compañía. Se llamaba SE7EN. Un hyung muy genial y gracias a los cielos que tuvo un éxito inmediato. Ahora la compañía tendría más ingresos e iba ser bueno para la educación musical de los traines. Ji Yong deseaba, algún día, cuando debutase pudiera ayudar a crecer a la compañía.

Mientras tanto, él continuaba diligentemente los ensayos hasta que tuviera su oportunidad. Precisamente por eso, el entrenamiento desde la semana anterior se tornó en una nueva rutina intensa. Comunicaron a él y a Young Bae, que tenían en mente presentarlos como los nuevos rostros de la YG y planear su debut, el próximo año.

Una oportunidad que no quería desperdiciar por nada en el mundo.

Young Bae y él, sujetaban fuertemente sus metas.

Por el momento, era tiempo para disfrutar de una hermosa reunión con su cama. Le valía que fuera temprano. Bostezando, Ji Yong salía de la agencia, determinado a llegar a casa lo más rápido.

Sus planes se deslizaron recto por un tubo en un santiamén. Una cara conocida le esperaba afuera y no, no era Young Bae. Su amigo de la secundaria, In Gak.

-¿Qué haces aquí?

-¡Hey, hyung! Cualquiera pensaría mal con tremenda pregunta.

Ji Yong encogió sus hombros en respuesta. Ambos sabían que Ji Yong estaba cansado. In Gak rió divertido y saludó al mayor con un puño amistoso en su hombro.

-Necesitas relajarte, venía para llevarte a un club- antes que Ji Yong abriera la boca, In Gak apresuró sus palabras- ¡Tienes que ver a este nuevo artista underground! ¡Dudo que lo conozcas! El tío es realmente bueno.

-¿Nuevo artista?- enarcó una ceja interesado.

-Ha ido surgiendo poco a poco, en todo el año. Es algunas ocasiones es rapero invitado, en otras ayuda en perfomances.

-¿Y cómo no me he enterado de ello?

Ji Yong pensaba que era una treta para arrastrarlo innecesariamente a un club. De verdad, el cansancio bullía en su interior.

-Porque su trabajo se ha hecho más resaltante en estos últimos tres meses y  hyung, ha estado ocupado en los conciertos de la YG Family.

¡Oh! ¡Tiene sentido!

 -Hmm… pero In Gak, estoy cansado.

-¡Solo una hora, hyung!- In Gak suplicó juntando sus manos- Una hora, no más. Sé que te pido mucho, pero necesito ir acompañado. Tengo que hablar de negocios con un hyung.

-O sea me estás convirtiendo en tu chaperón- bufó sardónico.

-¡No! ¡Por supuesto que no!- replicó In Gak- Estoy seguro que no conoces a este artista y por primera vez te ganaré. Es un pájaro de dos tiros. ¡Vamos, hyung!

-Te informo que no estás convenciéndome.

-Hyung, ¿cuándo vas a tener realmente tiempo de nuevo? ¿Vas a desperdiciar la oportunidad?

In Gak guardó las manos en sus bolsillos, en clara pose desenfadada.

-Porque hasta que puedas verlo, probablemente sea tarde. Nunca se sabe que puede suceder.

-¿Le estás deseando mal al pobre rapero underground?

-¡Hyung!- se quejó.

Ji Yong rió divertido.

-¿De verdad, es bueno el artista?- In Gak asintió con vigor- Bien. Por tu seguridad, espero que valga la pena- dijo entrecerrando los ojos.

-¡Gracias, hyung!

-Me debes todo, mocoso. De verdad, estás desesperado.

Ji Yong rió nuevamente e In Gak, proporcionó un ligero codazo sobre sus costillas. Hongdae tenía vida en las noches.

 

Un cliché, pero a estas alturas de su vida, Ji Yong creía en el destino. Dos veces la vida le mostró ciertas señales. No obstante, nunca esperó a detenerse a pensar sobre el karma. Esta especie de entidad o presencia extracorpórea secreta, pues no sabía cómo definirla, se dignó en presentarse en su vida.

Diciéndole: ¡Hola, Ji Yong! Sorpresa, sorpresa. ¿Te gusta?

Y verdaderamente desde el fondo de su alma su respuesta para ella era: ¡Y un cuerno, desgraciada!

Le sentía burlándose de él sin el más mínimo sentido de respeto por su persona y es que jamás se preparó para tal escenario. Podía culpar a In Gak, pero al final él había decidido.

Acababa de pescar siendo al karma una perra maldita. Tal elogio articulado por él mismo, no le satisfacía.

El karma le cobraba las cuentas por no saber ser un buen amigo o mejor dicho, no haber insistido un poco más en no perder tal amistad. Él de verdad, lo intentó por todos los medios, pero como todo ser humano, la cuota ya terminaba desgastándole y ahora, él se hallaba en el fondo de un club escuchando la perfomance de un viejo amigo.

Cabe mencionar que la identidad de aquella persona correspondía al nombre de Choi Seung Hyun.

Exacto. ¡Bellísimo!

Y no solo eso porque al parecer la persona con la que hacía perfomance. Ese tal D-Marker era con quién In Gak haría negocios.

¡Perfectamente sublime!

¿Cómo llegué aquí?

Bueno.

Habían llegado al club, pedido un par de tragos y oír al DJ, presentar a los próximos artistas. Cuando escuchó los nombres de D-Marker y Tempo, estaba tranquilo, le eran desconocidos. Todo iba bien hasta ahí. Incluso le preguntó a In Gak a cuál artista es que debería prestar atención y él le dijo, Tempo. Se acomodó bien en su asiento y había murmurado un tal Dios, hazme escuchar buena música. Por supuesto, su deseo fue cumplido y no en las circunstancias que él quería. Porque cuando iluminaron el escenario al ver salir a Seung, se quedó una estatua total y su estado de somnolencia desapareció.

Ya nada estaba bien.

No era de los que huían, así que se tuvo que digerir la situación de golpe y procurar llegar hasta el final de la actuación. El problema llegó cuando se le informó del futuro negocio de D-Marker con In Gak y en conclusión, seguir la coloquialmente frase: hacer tripas corazón.

El inminente encuentro se iba dar sí o sí.

Sabía que dentro de poco acabaría función, si no se equivocaba los versos de la canción llegaban a su fin.

Pronóstico cumplido. El público estalló en aplausos y les vio bajar de la tarima.

No necesitó hablar con In Gak, ambos se pararon y enfilaron sus pasos hacia ellos. Se dedicó a observarlo detenidamente, antes que estuvieran más o menos cerca e In Gak llamara a su futuro socio. Dictaminó en su breve análisis que Seung Hyun mantenía el mismo aspecto desde que lo conoció, excepto en su altura. No era ciego, también había crecido. Todavía era de contextura gruesa con sus cachetes regordetes, el pelo negro un poco largo y vestido con mayor estilo. ¡Ah! Y continuaba rapeando genial. Lo reconocía sin pudor.

No abarcó más su examen porque In Gak cumplió su predicción.

-¡D-Mark-nim!

¿Qué?

 La manera de llamar de In Gak, hizo que enarcara una ceja y emitió una pequeña risa.

Risa que murió cuando a alzar la mirada se encontró con los ojos de Seung Hyun. No lo pensó mucho, al verlo supo que él estaba diferente. Había cambiado. Su percepción resultó un fracaso. Aquellos ojos azabaches decían todo, contaban historias, algo distinto. Ji Yong con su capacidad de observación, vio que sin duda Seung Hyun pasó cosas para llegar hasta donde estaba ahora, en ese momento.

¿Qué le pasó?

Quizá estaba alucinando de más.

Le vio susurrarle a D-Marker y en el rostro de Ji Yong se dibujó una sonrisa irónica. Sabía que sea lo que estuviera diciéndole al rapero, lo hacía como excusa, para no lidiar con él. Lo conocía, algo del viejo Seung Hyun quedaba ahí…   

En unos segundos más, cara a cara, Seung Hyun y él hacían contacto después de 3 años.

-¿Hyung?

Ji Yong fue el primero en introducirse al frente. Intimidarse no estaba en su vocabulario.

-¿Ji Yong?

Captó el mensaje, Seung Hyun tampoco se amilanaba. Estaba hecho. Oficialmente daban a entender que se conocían y a sus acompañantes les quedó claro.

-Tempo, ¿se conocen?- escuchó a D-Marker interrogar sorprendido.

¡Bastante!

Su mente no daba tregua emitiendo comentarios mordaces. Apostaba que lo haría en toda la conversación y admitía su curiosidad por las respuestas de Seung Hyun.

-Sí.

¡Vaya! Escueto, pero cierto.

-Ji Yong, ¿por qué no me dijiste que conocías a Tempo?- In Gak preguntó- Y yo quería mostrarte algo realmente bueno y otra vez me ganaste, ya lo conocías.

Exactamente dos años, pero es algo nimio.

-Es difícil que no conozca algo.

Respondió prudente con las palabras perfectamente equilibradas. Los labios de Ji Yong formaron una leve sonrisa y descansó sus manos en los bolsillos.

-¿Y de dónde se conocen?

 D-Marker seguía con su cuestionario.

¡Excelente pregunta! Veamos. Primeros fuimos vecinos, luego amigos y para finalizar ex amigos.

Dudaba que Seung Hyun quisiera una respuesta tan detallada por lo que optó ser práctico.

-Éramos vecinos- Ji Yong respondió adelantándose a Seung Hyun.

Intuyo que Seung se hallaba complacido por la respuesta porque no agregó nada más ni pronunció palabra alguna.

-En este caso, no habrá incomodidades entre ustedes y no tendría por preocuparme por dejarlos solos- el alivió fue notorio en D-Marker.- Si me permiten, tengo que arreglar unos negocios con este jovencito. Haremos una presentación.

-No nos extrañen, hyungs.

Ji Yong rodó los ojos ante el comentario y Seung Hyun enarcó una ceja.

Bien. ¿Y ahora qué hacía? ¿Se quedaban como un par de bobos sin hacer nada? No podía irse y separarse de Seung sin que In Gak, después, haga preguntas que no quería contestar. En otras palabras: Estaban jodidos.

Podía  componer una canción mentalmente para hacer hora. Mala idea, no era.

Una vez ellos fuera del radar, el mayor se dirigió a su acompañante.

-¿Vecinos?

-Ha pasado mucho tiempo, hyung.

Ese hyung se oía contenido. No era para menos.

-Tres años- cortó Seung Hyun.

-Cierto- Ji Yong hizo un amago de sonrisa-El contacto entre nosotros solo duró medio año y desde ahí no he sabido nada de ti....

Dejo caer la frase a propósito, después de todo decía la verdad. Ellos perdieron el contacto gradualmente y Seung Hyun, reconocía para sí mismo, que llevaba parte de la culpa. Ji Yong cumplió con su parte, pero cuando hablas a una pared. Bueno, esta sigue ahí como si nada.

-Cada uno tuvo su vida.

¡Já! ¿Disculpa?

Era estúpida la declaración de Seung Hyun. Él lo sabía y Ji Yong también. Nada expiaba sus culpas. La frase sonaba a cobardía.

-¡Claro! Nuestras vidas...- sin querer Ji Yong se oyó sardónico. No se controló a tiempo- Creo que respondí bien.

-¿Dices bien?

¿Qué demonios quería que dijera? ¡No puedes estar ofendido a estas alturas!

Ji Yong aplicaba los principios básicos de educación, lo más que podía y si Seung Hyun seguía por este camino. Probablemente terminarían a golpes.

-Bueno, Seung. Actualmente no somos mejores amigos, ni tampoco amigos. ¿Conocidos? No se aplica con nosotros- Ji Yong mordaz explicó- ¿Tú tienes alguna idea, de la palabra correcta?

¡Por fin, pudo decir algo que de verdad quería!

-No. La verdad no.

¿Ves?

-Lo suponía- dijo en voz baja.

No le importaba si le escuchaba o no.

Definir el ambiente en una palabra sería: Tenso. Las cosas entre ellos no se podían arreglar con un Lo siento o una conversación. Es más ni siquiera previeron este tipo de escenario. Seung Hyun sabía muy bien que el maldito orgullo de ambos se interponía entre ellos. Muy difícilmente darían el primer paso a las disculpas.

Para no seguir asfixiándose, Ji Yong se obligó a retomar la palabra pasado unos minutos de silencio. Prefirió ir por un tema seguro y que no provocara enojo en él.

-Te vi rapear. Lo hiciste excelente.

Ji Yong, de inesperado como solía ser le reveló aquella interesante información. Seung Hyun, más tímido de lo normal no podía estar. Mientras Ji Yong solo pensaba que acababa de decirle que le había visto la presentación completa.  

-Creí que recién entrabas al club.

-No. Estuve desde el inicio de la función, atrás.

-¿Cómo resultaste aquí?

Seung Hyun no soportó más el misterio. Tenía que saberlo y Ji Yong le dio su tan ansiada respuesta.

-Hoy terminé mis ensayos temprano, a la salida In Gak me invitó a relajarme- mutismo total. Cara a cara y sucumbían a un abismo cada vez más denso- ¿Cómo has estado estos tres años?

Ji Yong se atrevió a preguntar. Mover la primera ficha. Quizá era la única vez que se reunirían con la oportunidad de aclarar o saber algunas cosas, evadiéndolo no iban a conseguir nada.

-Como ves todo va bien.

¡Mientes!

Ji Yong lo sabía, pero no se lo dijo. ¿Empezar otra pelea? No, gracias.

-Empecé desde abajo y ahora tengo mi lugar en el underground- Seung Hyun agregó- Para hacer rap real aprendí el arte de hacer el verdadero hip-hop.

¿Qué tratas de sugerir? ¿Rap real? ¿Verdadero hip-hop? ¡Pura basura!

Él sabía de rap underground. No solo por Seung Hyun, también porque hubo un tiempo que se unió a People Crew y no alardeaba, pero ellos no aceptaban a cualquiera.

Tampoco se lo diría.

¡Tómate esa Seung Hyun, imbécil!

-Oh, ya veo...

Ji Yong se mordió la lengua, fúrico. Apretaba tan fuerte su mandíbula que seriamente podría desencajarse.  Seung Hyun merecía un par de buenos golpes. ¿Y por qué no? Colgarlo como saco de boxeo en medio de pleno club. Así sus insinuaciones estúpidas podían irse pasando por el Arco de Triunfo.

¡Y el jodido silencio, no hacía más que aumentar!

Reafirmaba, por si las dudas, el karma era una maldita perra.

-Ji Yong...

-Seung...

Hablaron al mismo tiempo.  Seung Hyun quería gritar, decirle palabras despectivas a Ji Yong. Las típicas bravuconearías que estaba acostumbrado a decir. Ser rapero underground no era fácil y tenía que defenderse. La extraña fuerza que lo obligaba a contenerse... le estaba matando por dentro. Ellos no se decían todo. Las palabras zumbaban forzadas. ¿En qué se convirtieron ellos dos? ¿Desconocidos y conocidos? ¡¡Oh, jodido orgullo y demás cosas!!  Esto tenía que acabar.

Con toda seguridad, Ji Yong, encerraba un torbellino bramando cabreado en su interior. Cada vez se remecía con más fuerza, pero él lo mantenía a raya. Por muy furioso que estuviera con Seung Hyun, no sería capaz de ser tan hiriente. Su sentido común prevalecía ante todo. ¡¡Aquella pantomima de conversación que sostenían hasta ahora tenía que detenerse ya!! ¡Malditos sean ellos dos!

-Empieza tú, hyung.

-¿Puedo golpearte?

 Seung Hyun abruptamente con un semblante serio hizo la petición.

¡¿No me digas?! Lo mismo pienso hacer contigo.

 Ji Yong bufó y rió con sarcasmo, divertido.

-¿Un golpe?

-Sí.

-¡¡Qué coincidencia!! Andaba pensando lo mismo, hyung.

-Demasiadas coincidencias por hoy- Seung Hyun entre dientes pronunció- Entonces... ¿un golpe cada uno?

-Excelente. Tú primero, hyung.

-Bien.

¡Golpe, venid a mí!

Seung Hyun ni corto ni perezoso le tumbó un buen puñetazo en la mejilla. Sintió crujir sus nudillos y terminó tumbando a Ji Yong. Un hilo de sangre corría por la comisura del castaño. Este le dedicó una sonrisa cínica. Medio club tenía los ojos fijos en ellos. Paralizados y expectantes.

-Buen gancho, hyung.

No perdió cuidado en ser honesto. El muy maldito de Seung, si sabía pegar. Ji Yong de inmediato se puso de pie.

-Mi turno. Dolerá.

Tuvo la decencia de advertirle para que no se quejara. Le escuchó bufar y vio que esperaba tranquilamente su golpe.

Él cumplió con decirle.

¡Lo lamentarás, Seung!

Sin ninguna pizca de arrepentimiento le dio con todo su ser.

 ¡¡Pero qué fuerza tenía, Ji Yong!!

¡¡Un bello porrazo obtuvo, Seung Hyun!! Incluso sus dientes se movieron. Él resbaló debido al impacto. La mandíbula ardía y mañana tendría un bonito moretón en aquella zona. Le consolaba que Ji Yong estaría en las mismas. Intentó sonreír al pensar en ello.

Ji Yong le extendió la mano, satisfecho con el resultado. Los golpes ayudaron, sentía la ira descender varios niveles. Seung Hyun con gustó tomó la mano ofrecida y en una sola se enderezó.

-Si duele, Ji Yong.

Nada nuevo.

Ji Yong se enorgullecía de su fuerza, a pesar de no aparentarlo. Partidario de la violencia, no era, pero le podía servir en casos especiales como este.

-¿Estás mejor, hyung?

-Sí y ¿tú?

Seung Hyun se colgó de sus hombros y Ji Yong sonrió alegre, no le molestó su contacto. Él intentó también colgarse de los suyos, se conformó con pasar su brazo sobre la parte superior de su espalda.

-¡Perfecto! ¿Hielo?

-Sí.

La gente del club les miraba raro mientras caminaban a una mesa. No hubo peleas, ni gritos,  ni nada. Faltaba por arreglar las cosas entre ellos, pero comenzaron bien con un buen golpe. Ellos definitivamente eran locos y estúpidos.

Sin embargo, todo estaba bien por un rato.

¡¡Oh, claro que sí!! ¡¡Diablos, lo mejor de la noche!!

Y bueno, ¿tal vez el karma no era una perra maldita?

¡Nah! Seguía siéndolo de igual modo.

 

Octubre, 2003

Cuando a inicio de mes,  Ji Yong y Young Bae fueron informados de ciertos asuntos, el mundo se les cayó encima. En sus corazones surgieron unas cuantas grietas y probaron exiguas gotas del sabor amargo llamado derrota. No era la primera vez que ocurría, sin embargo bajaban un poco sus ánimos. YG no estaba seguro si debutarlos como dúo o introducirles a un grupo de chicos. El presidente tenía la ambición de crear un grupo que marcara la diferencia y tal vez, ser el primero con base en hip-hop.

El posible cambio no les sentó bien.

No obstante la decisión final no se fijaba.

Todavía la nueva agenda seguía en pie. Internamente seguían figurando como los rostros nuevos de la YG, sus fotos estaban listas para presentarlos el próximo año ante los medios y asignar un posible debut.

No todo se hallaba perdido.  Ellos agarraban con uñas y dientes, la pequeña esperanza  que permanecía abierta.

Aun así, en paralelo, el presidente Yang movía sus hilos. Quería encontrar nuevos talentos porque ningunos de los traines calzaban con la idea del grupo que quisiera formar, excepto Ji Yong y Young Bae. Tenía una disyuntiva con este par talentoso y era mejor que aguardara con su evolución en estos próximos meses.

Quedaran o no en el grupo, necesitaba sangre nueva y por eso planeó audiciones abiertas como segunda prueba.

Ahí entraba Ji Yong, cuando este supo de ello. Muy a pesar de su futuro incierto, inmediatamente pensó en Seung Hyun. Él era por lejos unos de los mejores raperos que había conocido y apostaba al máximo que YG quedaría encantado con él.

¡¡El presidente debía conocerlo!!

Tardó dos semanas en lograr convencer a Seung Hyun. Grabaron varios demos para la primera prueba y a tiempo, Ji Yong, los entregó al presidente. Ellos habían ido corriendo contra el tiempo, lo que significaba grabar y ensayar como los viejos días. Horas intensas de largas jornadas elaborando música de calidad fue recompensado. ¡¡Seung Hyun pasó la primera fase!!

Ji Yong sintió fluir los días muy rápido. En un parpadeo, la fecha de la segunda prueba llegó.

Él tranquilamente se hallaba recostado en una pared, esperando que Seung Hyun saliera de la audición. Los pasillos antes abarrotados de aspirantes, en este momento contenía la mitad de ellos. Los veía nerviosos, entendía la sensación, les deseaba suerte por dentro. Era difícil no sentirse empático.

Al menos podía respirar tranquilo porque tenía la confianza que Seung Hyun entraría a la agencia. Sorprendentemente le llamó con el pensamiento porque la silueta del pelinegro asomó por el pasillo e inmediatamente corrió hacía él.

¡¡Quería saber las buenas nuevas ya!!

-¿Y? Hyung? ¿Cómo te fue?- Ji Yong lucía emocionado, apresurándole por saber lo que ya sabía- ¡¡Hyung!!

-No pasé.

La enorme sonrisa de Ji Yong decayó. Sus facciones alegres velozmente mutaron en unas de enojo.

-¡¡¿QUÉ??!!

¡No podía ser posible! ¿Qué estaba mal con los intructores? ¿Eran ciegos?

- ¡¡Tú eres el MEJOR de todos estos aspirantes!!- Ji Yong alzó las manos exaltado- No puede ser.

Seung Hyun de reojo observó los rostros de fastidio ante la declaración de Ji Yong y él no se daba por enterado.

-¿Lo hiciste bien, verdad?

¡Por supuesto que sí, él había formulado una pregunta estúpida!

¡Idiota!

 Ji Yong se insultó a sí mismo.

-No me contestes- alzó la palma de su mano- Lo sé.

¡Seung Hyun es jodidamente bueno! Me importa un comino lo que piense el jurado.

-Sí. Dicen que es por mi sobrepeso- Seung Hyun susurró.

¡¡Indignación!! Decoraban las facciones de Kwon Ji Yong. Su entrecejo fruncido y su rostro escarlata, avalaban su gran fastidio. Como si le hirieran a él.

-¡¡¿ESTÁS BROMEANDO?!!- Ji Yong bramó colérico, no se guardó sus pensamientos alzando los brazos. No le importaba el escándalo- ESPERA. ¡¡YO ARREGLO ESTO AHORA MISMO!! ¡¡TÚ ENTRARÁS AQUÍ A COMO DE LUGAR!!

Ji Yong iba contra todos dispuesto a salirse con la suya. Esto lo tenía que saber Yang. El talento no podía ser desplazado por el aspecto físico. Porque si era así, él se había equivocado de agencia. La verdadera música moriría el día en que un rostro bonito valiera más que ello y él, no era hipócrita. No estaría en un lugar donde no concordara con sus principios morales.

Dio el primer paso y Seung Hyun sujetó su brazo a tiempo.

¿Qué?

Francamente Seung debería soltarlo, apremiaba resolver la situación y se lo hizo saber con la mirada.

Seung Hyun, consiguió ignorar su mensaje. No permitiría que su amigo cruzara la puerta. No quería entrar a base de alboroto. El orgullo no se lo permitía y Ji Yong no estaba siendo racional. No con la cabeza caliente.

-Déjalo, Ji.

¡NO!

-PERO...

-Hazle el favor a tu hyung.

No. No es justo. No puedes usar hyung así como si nada.

Seung Hyun, le mantenía a raya. Lidiar con su fuerza, era un poco difícil.

-NO. NO ME QUEDARÉ QUIETO.

Claudicar no figuraba en sus planes, seguía forcejeando.

-Lo harás. Si quieres que cumpla la promesa que te hice hace tres años

Rememorar la promesa de antaño provocó suspender al completo su lucha. Es como si Seung Hyun hubiese echado un hechizo sobre él. Seung Hyun sabía por descontado lo importante de eso para ellos.

¿Cómo pudo…?  

El resto de palabras navegaron al fondo de su mente.

Seung Hyun constató que sus palabras surtieron efecto, Ji Yong no se movió y todavía no tenía idea como mantenía la cabeza fría porque se encontraba muy cabreado.

- Te prometí que estaríamos en la misma industria, ¿verdad?

Asintió imperceptiblemente. No encontraba su voz.

- Confía en mí.

Antes que Ji Yong pudiese objetar o tratar de entrar nuevamente al cuarto de audiciones, Seung Hyun le arrastró hacia la salida y él, se dejo llevar mansamente.

No opuso resistencia alguna. Ni siquiera había necesidad de hablar.

Seung Hyun notó su ánimo calmado y lentamente, soltó su brazo. Él utilizó mucha fuerza, sus dedos agarrotados verificaban ello. De remate, a grandes probabilidades, aquella zona del cuerpo de Ji Yong presentaba un matiz rojo.

Suspiró apenado.

-Lo siento- murmuró.

El perdón de su hyung, desencajó su compostura.

-No lo vuelvas a decir- entre dientes, conteniendo la ira respondió.

-Es necesario- Seung Hyun culpable explicó- Usé mucha fuerza en tu brazo y ahora está irritado.

-Esto no es lo importante ahora.

Ni siquiera Ji Yong reparó en el daño. Las prioridades eran otras.

-No. No lo es.

-Dime, ¿qué te dijeron adentro? Detalles, Seung. Necesito detalles.

Ni siquiera cabía en su cabeza cómo podían desperdiciar el talento en bruto de Seung Hyun.

-Básicamente soy el mejor de todos. Sus palabras, no las mías.

-¡Por supuesto!- al menos si sabían que Seung era una mina de oro a explotar. Bien. Tal vez, aun no perdían tanto el respeto que tenía a sus instructores. Subieron puntos con él. Vamos bien- Cualquiera con dos dedos en la frente puede verlo.

Seung Hyun ahorró replicarle sus exageraciones. Siguió hablando.

-Ellos de verdad me quieren adentro.

-Pero…

-Quieren que me presente a la próxima audición dentro de seis meses.

-¿Te pidieron bajar de peso, no?

Ji Yong adivinó sagaz.

-Indirectamente, sí.

Seung Hyun le dio la razón. Él estaba decidido a cumplirlo mientras arrastraba a Ji Yong pensó concienzudamente en el tema.

-¡Yo te ayudaré, hyung!

No dudó en ofrecer apoyo.

-La ayuda no me vendría mal, mocoso- Seung Hyun removió sus cabellos.

-¡Hey!

-Pero no quiero que te advoques en esto. Tienes tu propio entrenamiento, Ji. Nada de extralimitaciones para ti.

-Seung, no te preo…

Ante la mirada de su hyung, Ji Yong ni se molestó en terminar.

-¡¡Hyunggggggg!!

Nop. El contador seguía en cero para él. ¡¡Choi Seung Hyun le llevaba una ventaja de 2 puntos!! Su mirada no bajó de intensidad.

-¡Por el amor de Dios!- exclamó frustrado.

-Nada de mencionar a Dios, ni otra entidad o personaje.

Señores y señoras, Choi Seung Hyun anota el tercer punto y Kwon Ji Yong, mantiene el cero.

-Bien.

En una voz muy baja y entre dientes, acogió a la derrota.

-No te escuché, Ji.

-¡De acuerdo, hyung!- Ji Yong alzó la voz fulminándole con la mirada.

-Así me gusta.

-¡¡Aishh!!

Seung Hyun rió al ver su cara llena de muecas.

-Déjame cuadrar bonito el horario y te avisaré, ¿dale?

-Vale.

-No te preocupes. ¡¡Me llamo Choi Seung Hyun y una audición no me detendrá!!

Ji Yong sonrió después de mucho tiempo, le propinó un codazo amistoso y abrió la puerta. El mundo real les esperaba.

-¡¡Ese es el espíritu, hyung!!

Dos pasos más y la acera les recibió.

-¡Jae Hee-shi!

Ji Yong vio como Seung Hyun caminaba hacia una chica. Ella era de estatura un poco alta, pelo castaño, rostro ovalado, labios rosados, contextura algo menuda y ataviada en un vestido azul marino hasta las rodillas. Tenía la apariencia de alguien frágil. Realmente era el tipo de hyung, calzaba con su personalidad. Obviamente es la novia de Seung Hyun.

Él le comentó sobre su pareja, hasta ahora no había tenido el placer de conocerla. Metidos grabando los demos y él, cumpliendo su horario. No pudo coincidir con ella.

Suponía que ya era hora que les presentara, razón por la cual se mantenía rezagado un poco detrás de Seung y caminaba a pasos normales.

 -Oppa. Vine a verte- sonriendo habló a Seung.

Su voz no era chillona, ni desagradable.

-Has sido puntual- Seung Hyun tomó su mano, colocándose a su lado- Te quiero presentar a mi mejor amigo, Ji Yong. Ji, ella es Jae Hee-shi, mi novia.

La presentación de Seung, sorprendió al menor. Él creía que estaban en la fase de retomar su amistad, no que Seung Hyun pensara que él seguía siendo su mejor amigo después de todos estos años de distanciamiento y él tampoco lo iba negar, lo consideraba de igual forma.

Creyó que ellos tardarían en reconstruir su amistad para llegar a ese punto, pero vio que no era necesario.  Claro, aun tenía que conocer a ese nuevo Seung Hyun. Mejor dicho, explorar sus nuevas facetas.

Él sonrió y como la persona educada que era no tardó en contestar.

-Mucho gusto, Jae Hee-shi.

Hizo una pequeña reverencia. Ella le devolvió cortésmente el saludo con una leve inclinación.

-He oído mucho de usted, Ji Yong-shi. Seung Hyun me puso al día con ustedes.

La muchacha extendió su mano y él, correspondió el gesto.

-Espero que nada malo- bromeó.

-Oh, no. Despreocúpese, han sido cosas buenas- le devolvió el juego.

-Has cumplido muy bien tu papel de amigo, Seung Hyun. Gracias.

-Un placer- bromeó el pelinegro.

Los tres rieron al mismo tiempo.

-¿Y, cómo fue la audición oppa?

-Fallé.

Aquello no era completamente cierto. Ji Yong frunció el ceño. La voz de Seung sonó abatida.

-No te preocupes, oppa. No es necesario tener una agencia. El uderground es suficiente.

La respuesta de Jae Hee, no le gustó a Ji Yong. ¿Acaso no quería que Seung Hyun prosperara o decirle que hay otras agencias, otras oportunidades? Calló. Solo sonrió levemente. Por educación no demostró su disgusto o la censura en su mirada.

 Tal vez la malinterpretaba sin querer.

Puede que la chica se sintiera tímida o aprehensiva con su presencia.

Aunque rara vez, su intuición fallaba. Al menos, las veces que se hacía presente. Ya vería en el futuro.

-Seung Hyun ha conseguido una segunda oportunidad. Dentro de seis meses adicionará.

-¿En serio, oppa? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No me dejaste terminar.

Seung Hyun sonrió.

-¡Oh, lo siento!

-Te contaré las novedades mientras te llevo a casa.

-De acuerdo.

La chica asintió complacida y Ji Yong entendió la indirecta.

¡Hey, a nadie le gusta ser el mal tercio!

-Ji, te llamo más tarde. Llevaré a Jae Hee a casa.

-No te preocupes, hyung. En…- Ji Yong miró su reloj- Veinte minutos tengo clase de canto. Me tengo que preparar.

-Vale. Entonces, me voy.

-Adiós, hyung- se despidieron chocando puños amistosamente.

-Suerte en tus clases, Ji.

-Gracias, hyung- Ji Yong se dirigió a Jae Hee- Un gusto conocerte, Jae Hee-shi.

-El mío también.

Ella sonreía alegre.

Ji Yong dio una reverencia final, ellos comenzaron a caminar, sacudió por última vez su mano despidiéndose  y les vio perderse calle abajo. Alzó la mirada al cielo, el sol brillaba en todo su esplendor.  Tomándolo como un buen presagio, sonrió.

Ya era hora de comer algún bocado en alguna tienda cercana, cronometró el tiempo y corrió en dirección contraria al de la pareja. Él no mintió sobre las clases.

 

28 de Marzo del 2004

Los últimos meses consistieron de esperanzas rotas, corazones remendados y el fin de interrogantes primordiales ante un futuro incierto.

El dúo GDYB ascendió solo hasta la primera etapa. Presentados como los nuevos rostros de la YG ante los medios, no duraron tanto tiempo como les hubiese gustado. La fecha del debut ni siquiera se concretó en papel, transcurriendo sin pena y gloria al olvido, directo al tacho de basura.

Yang manifestó la decisión final una tarde y fue fácil romper las pocas ilusiones que conservaban. Oficialmente ellos formarían parte del próximo grupo idol a debutar. Aplacar la furia de Ji Yong duró semanas, debido a la frustración constante.

Su único consuelo residía en que sus dos amigos estarían en el mismo barco con él.

Porque sí, Seung Hyun ingresaría. No había lugar para excusas, esta vez.

Y quería exigirle al tiempo que pasara rápido. Seung Hyun no salía de la sala de audiciones y él, bordeaba peligrosamente ante un ataque de ansiedad. Caminaba en círculos por los pasillos, sin parar, una y otra vez. Un poco por aquí, por allá.

El rictus en su rostro denotaba tensión.

-Si pasará. Todo estará bien. Las condiciones han sido cumplidas- murmuraba por lo bajo a ritmo tan rápido que ni siquiera vocalizaba bien. Nadie lo entendía. Algunos postulantes le ignoraban y otros, le miraban como si tuviera un cuerno en la frente. Parecía un maniaco poseído- ¿Físico? Sí. ¿Talento? Sí. ¿Voz? Única- sonrió complacido. No duró mucho. Otra vez la tormenta vino a él- Pero… ¡Ay! ¿Puede cambiar por tener otra contextura? ¡Oh, Dios! No lo he comprobado. ¡Debí hacerlo!- mordió sus uñas. Fea costumbre arraigada en él, zanjarla es misión imposible- ¡¡Ah, no!!- sacudió su cabeza en negación- ¿Qué diablos estoy pensado? Por supuesto que Seung Hyun sigue manteniendo su rango vocal. ¡Joder! ¿Es tan difícil hacer rápido la audición?  Entra, rapea, le aprueban a los cinco segundos y ya. Gracias…

Hablaba descomunales sartas de estupideces, pero a Ji Yong los nervios le mataban. La vomitiva verborrea negaba a parar. 

¡Que Seung Hyun salga ya por el amor de Dios!

Sin embargo, el susodicho ya había salido hace un rato y él, no se daba por aludido. Ensimismado en su propio mundo.

-Ji Yong.

Seung Hyun llamó y no le contestó.

Uhhh... no se daba cuenta que estaba frente a él.

A intentarlo de nuevo.

-Odio al mundo-murmuró, continuando con ánimo locuaz- Debí entrar a la sala. ¡Ay, Ji Yong no usas tu cabeza! ¡Idiota atolondrado!

-Ji Yong.

Alzó un poco más la voz. Nada. Ji Yong seguía en las mismas. Seung Hyun puso los ojos en blanco. Tiempo de medidas extremas.

-Pero sería herir el orgullo de Seung Hyun y lo último que quiero es meter la pata- siguió con su diatriba en propiedades anormales - ¡Ay, que complicado es todo! ¿Qué hice en mi vida para merecer esto, eh?

-¡JI YONG!

¡Santo Cristo! ¡Madre de Dios!

Ji Yong pegó un brinco. Seung Hyun le asustó con su vozarrón y llevó la mano al pecho para calmarse. ¿Seung Hyun tenía que ser tan bestia? ¡¡Qué le costaba hablar como una persona normal!! ¡Dios, hoy la gente se levantó más cavernícola de lo común!

-¡¡Por Dios, hyung!!- reprochó e iba a agregar algo más, pero calló al darse cuenta que él básicamente tenía la culpa.

Orilló a Seung Hyun a tener que gritarle.

¡Señor, llévame!

¡Qué vergüenza! ¿Cuánto tiempo Seung Hyun llevaba observándole?

¡Dios, espera un poquito por favor!

 Primero tenía que saber. No podía morir no sabiendo, ¿no?

 Jaló a Seung Hyun hacia otro lado. Lejos de ojos curiosos.

- ¿Y? ¿Tengo que matar gente?

¡Conste que seriamente lo pensó! Seung Hyun mantenía una expresión indescifrable. No ayudaba.

-¡Seung! ¡¡Habla!! Tengo que matar gente, ¿verdad? ¿Y ahora que fue mal?- la voz de Ji Yong sufrió varios cambios de tono conforme hablaba. Pasando por la desesperación, ira y frustración, en ese orden- No importa. Yo los mato.

Y… otra vez ira. ¡Las maravillas de las emociones humanas!

-Pasé.

Ji Yong no escuchó. Siguió divagando.

-Son unos inconscientes. Me decepcionan como empresa. Te llevó... – hasta que su mente tardíamente procesó la respuesta de Seung Hyun y se obligó a interrumpirse- Espera. Repite para estar seguro.

Apretó sus labios firmemente a la espera de la confirmación que quería escuchar.

-Pasé.

No pasó ni un minisegundo y Ji Yong, celebraba por todo lo alto, su voz sonaba tan fuerte.

-¡¡Oh, Dios!! ¡¡Eso es tan increíble!! ¡¡Por fin, hyung!!- se arrojó a sus brazos felicitándolo con verdadera alegría- ¡¡SIIIIII!!

-Cálmate, Ji.

El eco del tremendo grito de Ji Yong todavía perduraba en el pasillo. Las palabras de Seung Hyun facilitaron su pase a la realidad.

-Lo siento. Mucha emoción, ¿sabes?

-Gracias por el apoyo y por tus felicitaciones- Seung Hyun palmeó su espalda.

-No es nada, hyung. Amigos, ¿recuerdas?

Dejó de abrazarlo y cuadró sus hombros. Vio a Seung Hyun sonriendo. Esa es la cara que quería ver.

-Bienvenido a bordo, hyung. Hazlo bien de ahora en adelante.

-Lo haré. Daré lo mejor de mí.

-Vamos a celebrar. Busquemos a Young Bae.

¡Oh, sí! Casi olvidaba a su amigo. Seguramente fliparía cuando le comunicaran la noticia. Los había presentado con anterioridad y ellos se llevaban bien. Algo que solo conseguía mejorar más su buen humor.

Tenían que celebrar el ingreso de Seung Hyun y una idea pululaba por su mente, juntar entre los tres algo de dinero y comprar algo de los puestos de comida.

-Hyung, ¿tienes Cyworld?-preguntó.

Y si no poseía una cuenta, lo convencería.

-Sí. ¿Por qué?

-Más tarde me la pasas. Tengo uno.

-De acuerdo.

Poco a poco su futuro iba dibujándose con trazos sutiles que podían cambiar en cualquier momento. Él, pletórico, admitía una corazonada firme. De que ellos tres, ahora se cristalizaban en constantes, siempre juntos. No importa qué pasara.

Todavía faltaban tres integrantes más para el grupo. Ya se vería con el tiempo, solo esperaba que sean buenos y llevaran tiempo entrenando con disciplina.

¿Quizá, ahora, le gustaba un poquito la idea de un grupo?

¡¡Un poquito, eh!! ¡¡¡De verdad!!

 

Julio, 2007

Doce hombres en un lugar. Súmale música y alcohol, y tendrás una buena fiesta.

¡Y qué gran fiesta montaban!

Ji Yong, en algún lugar de su conciencia perdida, sabía que todos en aquella habitación estaban entre aguantando el alcohol lo más que podían y los plenamente borrachos. Él, incuestionablemente, pertenecía al segundo grupo.

¿Cómo lo sabía? Porque todo le daba vueltas, veía brumoso a sus compañeros y sudaba.

Alguien sugirió en algún momento de la noche jugar "El rey del juego" .Ninguno puso objeción, así que se lanzaron de lleno sin vergüenza. Todos sabían a lo que se exponían si jugaban ese tipo juego. Al final de todo, estás rodeado de un grupo de confianza.

Y no cualquiera.

Cuando fundabas aquel grupo junto a tu mejor amigo, en este caso Seung Hyun alias TOP en el mundo artístico y lo bautizas con el nombre de Nuthang Crew, las probabilidades de que alguien supiera lo que se hacía en esas reuniones eran, cero.

 A buen recaudo, rumores habrían. Pero ellos no negarían o afirmarían, tales cuestiones. Las ventajas de ser un grupo privado.

Ji Yong se dio golpecitos en la frente con el dorso de su mano derecha, buscando quitar el sudor. Se abanicó, después, con la misma mano y buscó concentrarse en el juego. Actualmente era el momento de escoger una carta de la baraja.

¡Quiero ser el rey!

¡¡Así podía mandar sobre sus súbitos y como buen capitán dirigir el barco!! Espera, ¿un rey tenía barco? Más valía que sí, si no él se encargaría de ser el primero en poseer una nave digna de ser alabada.

Sonrió estúpidamente ante su pensamiento y un destello refulgente pintó, sus ojos chocolates, el hambre de la victoria hacía mella en él.

Él estaba listo para atacar y eso sucedió.

Eventualmente todos cogieron una carta, pero él fue el primero en abalanzarse hacía el centro como si hubiese descubierto la cueva de Ali Baba. Escuchó algunos quejidos, no le importó ni en lo más mínimo.

El deseo de ganar imperaba. Sostuvo tambaleante la carta con sus dos manos y la acercó a su nariz.

La decepción hizo acto de presencia.

No era rey. Solo un estúpido siete y no, de nada le servía que fuera considerado el número de la perfección.

¿Entonces quién era el rey?

-¡¡Soy el rey!!

La voz de Jung Hyun respondió la interrogante no formulada en voz alta y Ji Yong, obsequió al rey desde el fondo de su alma, la mirada de muerte más perfecta de su arsenal. Si todos estuvieran lucidos, desde ya temblarían al verla. Cuando Kwon Ji Yong tenía ese tipo de expresión en sus ojos, la gente literalmente sudaba la gota gorda. La hostilidad borbotando a raudales era todo menos deleitoso.

Ji Yong solo pensaba en cortar a Jung Hyun en pedacitos y luego, arrojar trozo a lo largo del rio Han. ¡¡Le destruyó su oportunidad!!

Sí, muy poca gente sabía que Ji Yong tenía pensamientos un poco violentos cuando tomaba de más. Un pequeño defecto. Todo era culpa de su vena competitiva.

El instinto de Jung Hyun debió sentir el peligro porque se estremeció por un par de segundos, tragó saliva y sacudiendo las malas vibras, dijo lo primero que se le vino a la mente.

-Mi mandato es: ¡¡Quiero que el 7 y 8, se besen!!

¡Imbécil, soy el 7!

Ji Yong sonrió peligrosamente, casi rayando en lo sádico. Si antes estaba molesto, ahora era el reflejo de una sombra comparado con su estado actual.

Ahora no quería arrojar trozos de Jung Hyun al río Han, si no bañarlo en amoniaco.

¡Hey, sin cuerpo no hay delito!

Sabía los riesgos de jugar, ¿pero besar?

Bueno, él no lo hace con cualquiera. Podría abrazar a extraños, borracho. Besar, never. No pecaba de vanidoso, pero Ji Yong consideraba hacerlo solo con la persona que fuera de su interés y aprobaba ciertas pautas de una lista de cualidades.

Iba a matar a Jung Hyun lentamente cuando esto acabara.

No era cobarde, así que no se retractaría.

Rió malévolo.

-Soy yo- anunció.

Tirando la carta al rostro de Jung Hyun. Sorprendentemente tuvo excelente puntería. El actual rey comprobó la carta, luego de buscarla por todo su cuerpo para darse cuenta al final que la sostenía en su mano.

-¡Hey.... ya sabemos quién es el siete!

Una vez hecho el anuncio, Ji Yong achicando sus ojos, sondeó la habitación entera. Aun todo le daba vueltas por lo que era difícil distinguir las cosas. Posó su mano sobre su cráneo, buscando aplacar el mareo.

 Vio con satisfacción que Seung Hyun fulminaba con la mirada a Jung Hyun.

¡Oh, al menos tendría un perfecto compañero para el crimen!

-¿Quién es el ocho?

-¡¡Soy yo!!

Ji Yong no esperó tal giro de sucesos. Abrió los ojos como platos y estaba perfectamente seguro que todos miraban a Seung Hyun. Conservaran o no algunos restos de sobriedad, todos sabían que Seung Hyun odiaba ese tipo de cosas y cuando su mejor amigo recobraría la conciencia, rodarían cabezas.

Vio como Jung Hyun tropezaba y quitaba la carta a Seung Hyun.

-Si es él. El siete es Ji Yong y el ocho es Seung Hyun- anunció Jung Hyun turbado.

Este pensó que mañana sería hombre muerto. Gracias al estado etílico la sentencia se le olvidó al siguiente segundo.

¡Bendito sea el alcohol!

El líder de BIGBANG, escuchó reír a Seung Hyun tontamente. Oficialmente delató su estado de ebriedad.

Ji Yong no creía que Seung Hyun se atreviera a besarlo, por más mejores amigos que sean. Aunque tampoco le parecía mala idea. Si tuviera que escoger entre esos doce hombres, escogería a Seung Hyun, era la mejor opción de todas las peores en la habitación y sí, incluía a su mejor amigo.

Cabe mencionar que sería muy raro besarlo, aun así conocido al fin al cabo.

-Se besan o quieren consecuencias.

Jung Hyun le palmeó un cachete. Parecía ido, olvidando que probablemente recibiría un golpe por tal acción.

-Beso.

Ji Yong no iba a huir.

-Beso.

La contestación de Seung Hyun, tomó su guardia baja. ¿En serio? ¿Había aceptado? ¡Era una locura! Y estas alturas, no sabía si era una broma cósmica, no obstante veía un poco más claro. Tal vez el inminente beso prendió sus neuronas. No lo sabía, pero desde ahí podía ver a Seung Hyun al frente de él, refregándose los ojos.

¿De verdad sucedería?

Entonces, Seung Hyun intentó pararse y cayó estrepitosamente al suelo. Rodó los ojos, ni modo él tendría que moverse.

-Sho... iré, hyung- balbuceó estrepitosamente.

Quitó el vaso de soju que sostenía Kyung Gil, a su lado y de un solo sorbo acabó todo.

-¡Ah!

Amargo, sintió su garganta arder y con la mano, limpió sus labios en una sola corrida. Parecía salvaje.

Gateó inestable a ratos e inseguro a otros, dispuesto a llegar al objetivo impuesto.

No supo cómo ni cuándo, probablemente el soju ayudó,  pero su mano serpenteó al cuello de Seung Hyun y tocó aquellos labios ajenos por primera vez.

¡Y por un demonio, se asustó!

Se alarmó porque lo que planeó como un roce de un estúpido segundo, se convirtieron en más y él no podía aflojar si quiera un poco de sus labios. Completamente pegados, sin tregua alguna y explorando cada parte, inclinaba su garganta para hacerlo mejor.

Peor aún, él tomaba su tiempo. Como si fuera dueño de él.

Dentro de sí, sabía que al día siguiente se arrepentiría y probablemente recordaría a medias, debido a las grandes cantidades del alcohol digeridas. Sin embargo su boca había decidido por él y siguió su propio curso.

No entendía nada.

Demasiado mareante, demasiado húmedo y demasiado putamente confuso todo.

¿Y por qué mierda no acababa y continuaba con los ojos cerrados?

-Hey, hey…-la voz de Jung Hyun y el carraspeo de los demás irrumpió la escena- Ya pasó el tiempo, creo.

Nadie sabía si las palabras eran ciertas porque no estaban en su sano juicio. ¿Pero qué más daba? Igual se escucharon risas estridentes, propia de los borrachos y Ji Yong, todavía tenía su boca sobre Seung Hyun.

Al ser un poco más consciente, entreabrió los ojos e ipso facto abandonó los labios de Seung Hyun, alejándose un poco de él.

Su cabeza palpitaba como el infierno y las voces de sus compañeros, lo empeoraban.

 De un segundo a otro con una precisión alarmante pegó un puño sobre el ojo de Jung Hyun.

-¡Aghhhhh!

Lo hizo aposta sin moverse del centro y lo menos, era preocuparse por su mano.

¿Ya han oído que Kwon Ji Yong es un poco violento si tomaba mucho?

 ¡Upss!

 

12 de Agosto del 2007

Ahora todos se encontraban, de alguna forma, celebrando por adelantado el cumpleaños de su querido y estricto líder. Dentro de cuatro días sería puesto en libertad su primer mini-album. El presidente decía que tenía un buen presentimiento con el próximo lanzamiento. Prácticamente le habían tomado por sorpresa y con los ahorros que habían obtenido hasta ahora y por supuesto, con la ayuda del presidente Yang le invitaron a comer carne. Es así como se encontraban en aquel sencillo restaurante, pero de buena comida.

Ji Yong se sentía agradecido y conmovido por las muestras de cariño de los demás integrantes del grupo. Todos lo veían y ahora terminaba de abrir los regalos.

-Gracias por los regalos. No tenían que molestarse- con una sonrisa en la boca les agradeció en forma general.

-¡¡Es lo menos que podíamos hacer por nuestro hyung que genialmente escribió una canción futuramente exitosa!!- el maknae como siempre se dignaba en dar alabanzas al líder. Todos rieron un poco, pero sabían que esta vez SeungRi tenía mucha confianza en Yang- Además no somos como otros que ponen sus regalos como secreto de estado.

El menor del grupo lo decía por alguien en particular.

-¿Lo dices por mí, maknae?- con su voz gruesa y ronca el mayor del grupo, respondió enarcando una ceja- Hay un término llamado privacidad y yo hago lo que quiero- le miró seriamente haciendo que la valentía de SeungRi se achicara un poco, su hyung daba unas miradas que daban miedo- ¿Algún problema?

-Noo...- rápidamente le contestó. Ganándose un gesto burlón por parte de Young Bae y Daesung- Solo que a veces eres muy reservado. No importa así eres. No hay problema, hyung.

Todos rompieron a reír, incluso SeungRi sabía que llevaba todas las de perder… solo por esta vez se negó hacer su típico puchero o fruncir el ceño como lo hacía normalmente. Así la velada pasaba agradablemente y para cualquier oyente que se dignara pasar por ahí, hubiese pensando lo mismo. En un momento en que todos estaban distraídos, Seung hizo un acto de valor y se acercó al líder del grupo.

-Ji Yong… ¿podemos perdernos por ahí?- el menor que al principio le había tomado desprevenido la voz del mayor, asintió.

No parecía mala idea caminar un rato con el más grande. No era extraño, la amistad que los unía era muy fuerte y más desde que la ex de Seung, le había dejado cuando estaban recién debutando y por dar una gira de conciertos en algunas ciudades de Corea. Solo recordarlo le enojaba. Porque él lo había visto venir desde que la conoció por primera vez y de verdad deseó estar equivocado por una vez en su vida.

Su hyung había pasado por mucho. Tal como lo adivinó hace cuatro años, Seung Hyun no estuvo bien. Costó tiempo, pero le contó el mal año que atravesó. Él necesitaba estabilidad y apoyo, prácticamente fue una suerte que le ofreciera algo en qué soñar.

Jae Hee, lo sabía y aun así, le hizo un ultimátum. No entendía cómo pudo haber herido de esa manera a Seung Hyun. Su mejor amigo merecía cosas buenas.

Pero bueno las cosas pasan por algo y aunque no le gustara, así es la vida.

Era buena opción estirar sus piernas en una caminata nocturna, antes de descansar completamente en su departamento, pues al día siguiente debían que levantarse temprano. Para cumplir el deseo de su hyung tenía que despacharlos a los demás y no era problema, incluso las cosas estaban a su favor. Dentro de una hora seria medianoche.

-Vayan avanzando. Saldré a caminar con hyung. Ya es tarde y tienen que descansar- habló en tono un poco autoritario.

-Pero…- SeungRi empezaba a quejarse, pero la mirada de advertencia de Ji Yong lo silenció por completo.

-No te preocupes, bro. Nosotros nos adelantaremos- Young Bae hizo su acto de intervención hablando en modo de apoyo a su mejor amigo.

-Gracias y también gracias por organizar esto para mí. Asegúrense que SeungRi inmediatamente vaya a dormir y no se distraiga en otras cosas.

-Yo ayudaré a hyung. Puedes estar tranquilo- Daesung buscó serenar a su líder y lo pensaba cumplir.

Una ventaja que él y SeungRi compartían la misma habitación.

SeungRi frunció el ceño enojado, pero no osó en hablar más. Mejor por hoy dejarlo así. Así que caminó junto con los demás en dirección al pequeño apartamento que tenían, no sin antes despedirse de ellos.

 

Al salir, una pequeña brisa tocó el rostro de Ji Yong y sonrió automáticamente. Era fresca, le gustaba. Miró de reojo a Seung Hyun mientras ponía sus manos en  su pantalón. Parecía muy pensativo y esperó pacientemente a que hablara.

Sus regalos Young Bae los llevó, por eso que tenía sus manos libres. Observó la noche, parecía sosegada, sin ningún rastro de algo que perturbara su paz. Ji Yong deseó en ese momento durara el más tiempo posible, no parecía nada agradable privar de las personas un momento de tranquilidad de las vidas atolondradas que llevaban.

Era muy cierto, a veces vivían corriendo contra el tiempo y olvidaban pequeños detalles. Eso es lo que Ji Yong no quería olvidar a partir de hoy porque era consciente que su popularidad iba a subir y por ende, sus vidas se iban a convertir en una vorágine de horarios y presentaciones. No le estaba buscando una queja, solo quería mantener los pies muy fijos en la tierra.

-¿Ji Yong?- escuchó el eco de la voz del mayor y no pasó mucho para que se decidiera voltear a verlo emitiendo una sonrisa apacible.

-¿Qué, hyung?

-La cosa es esta….aishh no olvídalo. Creo que esto se ve raro- abruptamente Seung Hyun cortó su propio monólogo y se mostraba tímido.

Aquello acrecentó más la curiosidad del menor y al verlo en esa faceta quería reír, pero se controló. ¿Qué pasaba por la cabeza de su hyung?

-¿Me podrías explicar, Seung? Porque no te entiendo nada

Con una sonrisa le invitaba a sincerarse con él.

-Sé que tengo que darte tu regalo… pero me acabo de dar cuenta que es fuera de lugar.

A una velocidad impresionante le explicó el motivo de su tormento, a Ji Yong le había costado seguirle, pero lo hizo.

-Ahh… ¿así que se trata de eso? ¿Tan malo es?

Él sin dudarlo se echó a reír un poco. Seung se removió un poco sus cabellos, avergonzado.

-¿Malo? Se podría decir…..- estaba dudoso.

-Soy el que recibiré el regalo. A mí me corresponde ver si tienes razón o no. ¡Vamos!- Ji Yong extendió su mano y levantando un poco sus dedos esperó a que Seung Hyun le diese el regalo- ¡Dámelo! ¡No puede ser tan malo!

-Pero… pero…-el mayor aún se mostraba inseguro mientras palpaba su bolsillo derecho.

-¿Lo tienes ahí?- la pregunta salió automáticamente de los labios de Ji Yong.

Ni dio el tiempo a Seung para responder. Se limitó a acercarse a pasos rápidos y sacar lo que sea que tenía en el bolsillo.

Cuando Seung Hyun quiso impedirlo, ya era demasiado tarde. Su rostro se tiñó levemente de rosado y un líder sorprendido miraba lo que tenía en su mano. Las palabras que había planeado decir, fueron interrumpidas por él mismo.

-Ya te dije. No puede ser tan….

El menor se dio cuenta de lo que sostenía en la mano. Era una cajita negra sencilla y elegante. Se notaba el buen gusto de la persona, pero imaginar lo que había adentro y sabía perfectamente que el contenido porque que de plano era alguna joya, le dejó sin palabras.

Miraba aquel objeto con curiosidad y saber que había recibido un regalo así de parte de su hyung, era demasiado sorpresivo hasta para el propio Seung Hyun. No se atrevía a abrirlo, recuperarse de la impresión costó bastante y abrir la tapa, un tanto más.

Mientras lo hacía, Seung Hyun eligió ese momento para hablar todavía un poco abochornado, a la par que se rascaba la cabeza.

-Este… es un anillo- efectivamente saltaba a la vista, Ji Yong vislumbró aquella joya. El sigilo continuaba en él- Es mi manera de agradecerte, tu apoyo estos años. ¿Es raro, no?

Seung Hyun rió nervioso.

-¿De dónde sacaste para esto?- apenas Ji Yong musitó en estado de shock.

Le gustaba el regalo, es cierto, pero el curioseo le ganaba partida y por ello la verbalizó.

 -Ahh… ¿eso?

Seung Hyun cohibido se mostró dispuesto a responder

-Estuve ahorrando durante tiempo, es dinero con el que no sabía qué hacer y se me ocurrió esto. No es oro, no te preocupes- Ji Yong sacó el anillo y lo examinó- Solo está bañado en oro. Tal vez dentro de unos años podremos permitirnos ese tipo de lujos.

Enseguida calló, esperando la respuesta de su líder. Tal vez se había pasado demasiado, realmente agradecía todo lo que Ji Yong había hecho por él durante los años que convivían. Desde el pre-debut Ji Yong como un amigo fiel había estado ahí. Era afortunado y a la vez daba gracias a los cielos tener un amigo así. Él era todo lo que podía pedir de un mejor amigo.

Ji Yong, nuevamente se había vuelto a quedar sin palabras y la causa no eran las palabras de Seung Hyun, si no por la inscripción que encontró grabado en el anillo.

“Gracias por ser mi más fiel compañero. Con amor, Turtle”

Si Seung Hyun quería conmoverlo, reto conseguido.  Había revuelto algo en su interior, era extraño y a la vez agradable. Supo que su hyung era alguien demasiado especial y a la vez importante en su vida. Bueno lo sabía hace años, pero cosas así lo reafirmaban y le hacía valorar más su amistad.

Tal vez era raro, pero Seung Hyun es la clase de persona que transmitía sus sentimientos de la manera más pura que podía. ¿Le había tomado desprevenido? Sí. ¿Le sorprendía que fuese así? No. Acto seguido se echó a reír alegremente causando confusión en el más grande.

-¿Qué pasa?

 Seung Hyun plasmaba una perfecta cara de poker y Ji Yong sabía que era la marca característica de Seung Hyun, estado bingu solo para las amistades. Rió más por culpa de él hasta que logró calmarse.

-De lo sorprendido que estoy- naturalmente Ji Yong respondió- No te preocupes, hyung. Ha sido algo muy bonito de tu parte.

-¿De verdad?- preguntó Seung Hyun.

-Sí. De verdad. Deberías dejar de ser inseguro, hyung- Ji Yong haciendo gala de burla y reproche a la vez le habló a su hyung- Ahora… ¿nos vamos?

-De acuerdo.

 La vergüenza, ya había pasado para Seung Hyun y ahora se comportaba normalmente. Aparentemente dio en la diana con el regalo de Ji Yong.

-Oye, Seung. ¿Sabías que te ves genial aún siendo tímido?- el líder empezó rápidamente a parlotear feliz de la vida- Sigues siendo un genial, hyung.

-¿En serio?- Seung le seguía el juego.

No creía mucho lo que decía Ji Yong por más que le repitiese miles de veces.

-¿Quieres una lista?- el mencionado enarcó una ceja- Mira….

Mientras Ji Yong hablaba por dentro pensaba que había recibido el regalo más valioso en este cumpleaños, no lo decía porque era algo caro para los estándares de ellos. Lo decía por el significado singular del mismo y sabía muy bien que su manera de pensar era muy acertada. ¡Vaya que nunca se acostumbraría a las sorpresas que le pudiera deparar su mejor amigo!

 

Segunda semana de Setiembre, 2007

Nosotros como seres humanos tenemos necesidades básicas.

Todas son importantes y la más esencial de ellas es la alimentación. Factor muy importante en la época de la adolescencia porque los jóvenes necesitan energías y estar contantemente bien nutridos.

Razón por la cual, Ji Yong tenía un hambre atroz y no era la primera vez que pasaba por ello. No por nada en su época de trainne, unas cuantas veces terminó famélico. Sin embargo la situación de ahora le hacía sentir frustrado.

Él como líder de BIGBANG tenía que velar por cuatro personas más y sinceramente, a él no le preocupaba morirse de hambre, podía aguantarlo, pero ver las miradas destiladas de anhelo por comida, no lo soportaba.

Es cierto, sacaron un primer mini-álbum exitoso y elaboraban un segundo para un par de meses. No obstante, todavía ellos eran rookies y no podían sentarse en los laureles de triunfo rápidamente. No era correcto, por eso mantenía a su grupo con los pies en la tierra y ellos se esforzaban más por producir buena música.

Entonces, aunque ya no vivían en un pequeño cuarto apretados, al menos ahora solo había tres habitaciones contando la del manager, las pequeños dificultades no desaparecían. Ellos no se quejaban porque sabían a qué atenerse, en los primeros años de su vida, cuando decidieron ser artistas.

Hoy la situación llegó aglutinarse, por defecto explotó.

Como el manager a menudo se hallaba ocupado, hubo veces que se olvidó de llevarles comida y bueno, hace semanas que ellos regresaron de las prácticas y descubrieron que el refrigerador estaba vacío. Es decir, no probaron bocado en varios días. Casi se haría el mes.

Si no fuera porque en la YG comían una ración chica de almuerzo, hace siglos los cinco estuvieran internados en el hospital.

No pudiendo más, decidieron atacar el cuarto del manager. La necesidad provocaba tendencias suicidas.

Young Bae y él fueron los que sacaron los palos más cortos.

-¡Hyungs, apúrense!- SeungRi apremió, al otro extremo del pasillo.

-Shhh… Déjame concentrarme, maknae- respondió Ji Yong, chasqueando los dedos - Tu horrible voz chillona no ayuda.

-¡Hyung!-exclamó ofendido.

-Dae, controla a Ri- Young Bae ordenó.

-De acuerdo, hyung.

El ángel sonriente susurró lo suficientemente alto, sin hacer escándalo. No es que tuviera que hacerlo mucho porque el departamento era pequeño.  Él se ubicaba unos cuantos pasos más lejos de SeungRi.

-No funcionaría. Mejor dale un golpe, Dae- Seung Hyun intervino.

Él cuidaba la puerta del departamento.

-Vale.

Acató Daesung sin problemas. El sonido de un coscorrón se explayó por todo el lugar.

-¡Aghhhhh! ¡Ayyyyy!

SeungRi emitió un exagerado quejido.

-¡Aishh! ¡Cállate, Ri!

Ji Yong gritó, descargando su estrés.

-No quiero que nadie hable y sí, va para ti también maknae.

Conocía bien a cada uno de sus miembros y apostaba a ciegas que el maknae andaba dramatizando mentalmente. Podía escuchar ese: ¡Hyungs, insensibles! ¡Abusivos! y bla, bla, bla.

Ignoró al mundo y se concentró en la cerradura de la puerta. Jugó distraídamente con los 10 wons en su mano por unos segundos, respiró profundo y pulsó la moneda sobre el botón de la puerta. Tres veces fueron suficiente.

¡Click!

Él y Young Bae, se dieron apoyo silencioso, abrieron la puerta e ingresaron al cuarto del manager. El ambiente era implacable. No había nada de desorden, por lo que les facilitó la tarea y empezaron a buscar rápidamente.

Hallaron el tesoro perdido, debajo de unas mantas. Encontraron una pila entera de snacks. El dolor que les dio el descubrimiento fue demasiado. Emocionalmente sus defensas se derrumbaron.

-¿Ves?

Ji Yong murmuró afligido, de rodillas en el suelo, completamente derrotado. A su lado, Young Bae se notaba de la misma manera.

-Sí.

El moreno contestó y  tragó saliva, debido a la provocación. Tan cerca, pero a la vez lejos de saciar su hambre.

-No es justo.

Habló Ji Yong con tono quebrado porque ambos sabían muy bien que no podían coger nada, si no les castigarían.

-No lo es- respondió Young Bae.

Inmediatamente los dos se abrazaron, consolando sus penas.

-¡Ajá, ustedes querían escoger lo mejor para ustedes!

SeungRi apareció, señalándoles con el dedo, dispuesto a defenderse ante las injusticias y frunciendo el ceño. Descendió su brazo al darse cuenta de la situación, completamente desconcertado.

-Hyungs, ¿qué pasa?

-No podemos tomar nada- Ji Yong dijo en un hilo de voz.

-¿Qué? ¡¿Por qué?!- gimoteó Ri- Tengo mucha hambre.

-¿No te das cuenta maknae?- Seung Hyun ingresó a la habitación junto a Daesung. Los gritos de SeungRi eran razón más que suficiente. Desazonado procedió a explicar- El manager se daría cuenta que falta algo.

La pesadumbre reinó en la habitación ante cruel realidad y desilusión. Seung Hyun quería romper cosas, Daesung empuñaba sus manos sobre el borde de su polo, SeungRi seriamente pensaba irse a llorar al armario y GDYB continuaban abrazados.

Ji Yong dificultosamente dio el primer paso. Buscaría fuerzas de donde sea para animar a su grupo y por ello, se levantó.

-Vamos. No tenemos nada que hacer aquí- aclaró su voz- ¿Qué les parece ver una película?

-No, no vamos a ver ni una película Ji.

Seung Hyun habló, alucinando a los demás.

-¿Disculpa?

Ji Yong entornó los ojos. ¿Seung Hyun le estaba desafiando?

-Esperen un momento.

Seung Hyun desapareció de la habitación produciendo una mar de interrogantes en cuatro rostros, que no entendían qué diablos sucedía, mirándose unos a otros en busca de respuestas y antes, que alguno de ellos pudiera emitir una idea coherente, Seung Hyun estaba de vuelta. Tal como se había ido, sin nada diferente. Agregando más caos en sus pensamientos.

-Mi abuelo siempre me enseñó a ser precavido. Decía que siempre teníamos que ahorrar, que nunca podríamos saber qué nos serviría

Seung Hyun encogió los hombros mientras tenía las manos en su bolsillo.

-Lo gracioso, hubo un tiempo en que gané dinero y no sabía en qué gastarlo, así que lo ahorré sin querer- una sonrisa irónica se perfiló en el rostro del mayor- Hasta que supe en qué gastarlo- Ji Yong supo de qué hablaba, era del anillo que le compró. Se sintió culpable- Fue una buena compra, por cierto, pero este no es el  asunto- Ji Yong captó el mensaje para él. Claramente decía: Ni se te ocurra culparte. Sonrió avergonzado- Me quedó algo, si no lo usé antes es porque el manager llegaba con la comida, el día que decidía utilizarlo y lo tuve guardando ahí. Pensé que el manager vendría mínimo esta semana, pero no lo ha hecho.

Seung Hyun suspiró.

-Creo que ha llegado el tiempo emplearlo- el pelinegro sacó un billete de diez mil wons- No es mucho, nos durará unos días, pero algo es algo. Yi Wang estará más que feliz de ayudarnos.

Los demás rieron del mal chiste de Seung Hyun, Yi Wang era la cara del billete de diez mil wons, un filósofo confucionista muy famoso.

Conmovidos hasta el extremo, los integrantes de BIGBANG consideraban darle un gran abrazo a su hyung.

-Así que, ¿vamos por unas galletas de chocolate? ¿Quiénes se ofrecen de voluntarios?

Ellos sabían a qué clase de galletas se refería Seung Hyun. Un paquete de 20 galletas, hechas de trigo y chocolate. Acordaban comer una por día cada uno, después de la hora de la cena y les duraba cuatro días.

-¡Yoooooooo!- SeungRi inmediatamente corrió emocionado a otorgarle un abrazo a Seung Hyun, a pesar que sabía que su hyung no dejaba que nadie lo toque, él se arriesgó- ¡Eres el mejor hyung del mundo!

El pelinegro no se molestó. Al contrario, rió y el resto, no tardó en seguirle.

-Ya, ya. Mucho escándalo, maknae- dio un par de palmadas en la espalda- No me hagas arrepentir, suéltame.

Inmediatamente SeungRi se distanció como si el mayor fuese una plaga, provocando risas nuevamente. Ni siquiera se molestó, estaba tan feliz, que hoy nadie le arrancaba de su preciosa burbuja.

-Nosotros, acompañaremos a Ri- Young Bae ofreció- Ji Yong y hyung se pueden quedar.

-Sí. No se preocupen.

Daesung no dudó en ser participe, retribuir el buen gesto de Seung Hyun.

-Vayan con cuidado, entonces- Ji Yong sonriendo les concedió el permiso.

Seung Hyun entregó el billete a Young Bae

-¡¡Claro, hyung!! ¡¡Vamos, vamos!!

SeungRi todavía con la emoción latente, tomó los brazos de sus mayores y los empujó hacia la salida. Divertidos, Young Bae y Daesung, toleraron su comportamiento. Entre risas y conversaciones, abandonaron el departamento.

En pocos segundos todo volvió a la calma. Seung Hyun y Ji Yong, seguían en el mismo sitio.

-¿Por qué lo hiciste?

Ji Yong inquirió sonriendo, desde luego sabía la respuesta.

-No soporté el sufrimiento de mis donsaengs.

-¿Sabes que soy el líder, cierto?

-Sigo siendo mayor que tú y me corresponde cuidar a mis hermanos menores.

-Lo sé- dijo suavemente- Pero me frustra no poder ayudar a este grupo. ¿Qué clase de líder soy?

-Primero, no digas tonterías-Seung Hyun enumeró con sus dedos- Segundo, no digas tonterías y tercero…

-¿No digas tonterías?-interrumpió.

-Exacto. Aprendes rápido, Ji.

Los mejores amigos soltaron grandes carcajadas.

-No siempre podrás solo, a veces tienes que compartir la carga y sabes que siempre estaré aquí apoyándote.

-Lo sé.

-Bien, no quiero oír más lamentaciones. ¿Vienes?

Seung Hyun dirigió sus pies a la puerta, dada terminada la conversación.

-¡Claro! Pondré las mantas en su lugar y voy detrás de ti.

-Vale.

Y mientras Ji Yong veía la espalda de Seung Hyun desaparecer, su mente elaboró en el acto, como quién no quiere la cosa: ¡Oh, por Dios cuánto te adoro!

Una frase tan simple y de una manera tan absurda, procesarla ya en sus cinco sentidos resultó desquiciarlo a potencia máxima. 

Sintió que el techo del cuarto lo enterraba profundamente en el suelo.

Es como si él hubiese dicho: ¡Te quiero a la enésima potencia!

 ¿Qué?

Otra vez, dándose cuenta del fantástico desliz de su cerebro, venía a crucificarse más la existencia. Ahora no solo el techo se le vino encima, si no el edificio entero.

Porque bueno, ser consciente de que probablemente amas a tu compañero de grupo. Bien, no es probablemente, es correcto decir terminantemente.

X. Lo que sea.

Definitivamente eso, debería ser lo último que esperarías de la vida.

¡Y, oh también es tu mejor amigo!

 Al parecer compartían el mismo cielo, pero estaba en diferentes lugares.

 

27 de Setiembre del 2007

Lo prohibido siempre tienta.

Eso es una gran verdad y negarlo, es un poco estúpido.

No desistir ante él, conlleva a mucha fuerza de voluntad. Aunque tarde o temprano invariablemente caes y cuando lo haces, se presenta de forma distinta. Siempre depende de la situación, pero todos estamos de acuerdo que hacemos cosas descabelladas solo por probar un poco.

Y Ji Yong lo estaba haciendo en este momento.

Él era un bastardo loco, única explicación plausible porque esto perforaba los límites de la racionalidad hasta el fondo. Estamos hablando de traicionar la confianza de tu mejor amigo, aprovecharte de él cuando está en las nubes.

Pese a todas las argumentaciones lógicas, Ji Yong seguía aferrándose a la mano de Seung Hyun, llevándole hasta el rincón más oscuro del escenario, del club.

-¿Jiyongieeeeeeeee, por qué nosh estásh bebiendsho?

Seung Hyun preguntó ido. Ji Yong rodó los ojos, Seung Hyun borracho, siempre hacía la misma pregunta.

-Vamos, hyung. No quiero que te pierda- ignoró su pregunta deliberadamente.

-¡Sha!

Desde ahí, Seung Hyun se quedó en silencio hasta que llegaron al lugar a salvo, lejos de ojos curiosos. La zona era tan oscura, que a él le encegaba por completo.

-No veo nashdaa, Jiyongieeee.

-Shhhh, silencio hyung- pronunció nervioso.

Seung Hyun rió idiotamente.

-Hmph.

Ji Yong aprovechó, guiándose por su instinto, lo empujó hacia la pared suavemente. Aceró porque el ruido sordo fue escuchado por ambos.

Era su última oportunidad para rendirse, debería regresar a donde estuvieran sus amigos. Ji Yong se sentía culpable, él si tenía uso de sus plenas facultades y por más que se dijo mil veces, me voy con hyung.

No lo cumplió.

En su lugar alzó ambas manos en la oscuridad y comenzó a palpar a tientas el cuerpo de Seung Hyun, lo hizo lento intencionalmente. Ascendió poco a poco hasta ubicar su cuello y se aferró fuertemente a él.

-¿Ji?

-¿Quieres jugar algo divertido, hyung?- susurró con la voz ronca y la garganta reseca.

Ardía a más de mil grados Celsius. Esto no estaba bien.

¡Aborta, aborta, aborta!

Pero su lengua siguió desenvolviéndose como si nada.

-Shi.

-¿Qué te parece, si bailamos?- Ji Yong por intuición, llegó hasta la zona del oído y le siguió susurrando- ¿Pegados?

Una pequeña pausa.

BOM BOM BOM BOM BOM

Su corazón latía tan fuerte que temía que Seung Hyun pudiera escucharlo.

-¿Así?- tomó las manos del mayor, tragando saliva y las puso sobre su cintura. Quería que la rodera fuertemente- ¿Qué dices?

 Seung Hyun rió muy fuerte y Ji Yong podía jurar que se quedó una pieza. Cuando haces algo a espaldas de alguien, podías literalmente temblar de miedo y él lo estaba haciendo.

-¿Así?

La voz ronca, sensual y mortalmente erótica de Seung Hyun llegó a su oído derecho, al mismo tiempo que le apretaba la cintura y si él no gimió fue por pura suerte y autocontrol.

Aunque estaba al borde de perderlo.

-Sí.

Alcanzó a responder, no agregó nada más, no se veía con fuerza para hacerlo.

-Bailemoshhh

Seung Hyun pronunció apretando su cuerpo más a él y al ritmo de Believe en Me, que en ese momento tocaban, danzaron sensualmente. Vale decir Ji Yong más que Seung Hyun. Ambos frotaban sus cuerpos al compás de la música, amparados en la oscuridad.

Y Ji Yong se afianzó al milagro de que Seung Hyun estuviera tan pero tan tomado que al día siguiente no recordara nada porque él no quería perderlo por nada del mundo. Ese secreto se lo llevaría a la tumba.

 

1 de Noviembre del 2007

Después de unos días ocupados, Ji Yong y Seung Hyun tomaban su merecido descanso y eso se traducía a hacer una de las cosas que más les gustaba: leer mangas. Desde niño, Ji Yong leía ávidamente los tomos de Dragon Ball y otros mangas del mismo tipo.

Hoy, a su joven edad, todavía no había perdido el gusto. Eso sí, abrió su mente a otro tipo de géneros. Los mangas históricas le encantaban.

Entonces, Ji Yong descansaba la cabeza encima de las piernas de Seung Hyun, ayudado por un cojín. Nada más cómodo que ello. El manager para variar sí había dejado la nevera repleta, las alacenas igual e incluso, proporcionó cosas extras, tales como las chucherías que actualmente él y Seung Hyun andaban engullendo con todo gusto.

El pequeño departamento se hallaba silencioso y el único ruido constituía ser las páginas. ¿La razón? Sus compañeros de grupo no estaban. Young Bae hace un par de horas fue a la agencia. SeungRi aprovechó en ir a visitar a un amigo y costó dificultad dejarlo ir. Solo logrando arrancarle la promesa que luego regresaría con Young Bae, Ji Yong dejó que se marchara. Siempre tenían que cuidar al maknae por ser el más joven y el más disparatado. Realmente era una suerte lidiar con solo un dolor de cabeza y Daesung se encontraría con su hermana.

Sumergido en el fascinante mundo de Slam Dunk, el sonido su celular perturbó el silencio. 

-¿Hyung?

-¿Sí, Dae?

El manga abierto descansaba sobre el pecho de Ji Yong y él hablaba con pereza mientras jugaba con las chucherías. Tenía su mano en el recipiente y la removía de un lado a otro. Seung Hyun tomó su muñeca regañándolo a través de la mirada.

-Lo siento- vocalizó sin sonido para Seung Hyun, este sonrió y regresó a su lectura.

-Mi hermana me convenció en ir a visitar a mi familia.

-Oh, ya veo.

-Sí, entonces te quería avisar que regresaré el Domingo. Pedí permiso al presidente, por supuesto.

-¡Oh! ¡¡De acuerdo, cuídate!! Te veo el Domingo y saludos a todo por allá.

-Gracias, hyung.  Te deseo un buen fin de semana.

-Gracias, igualmente.

Ji Yong colgó la llamada sonriendo.

-Dae pasará el fin de semana con su familia. Su hermana lo convenció. 

-¡Oh! Hace tiempo que no la ve- comentó Seung Hyun sin despegar sus ojos del manga.

-Hmmm.

Ji Yong contestó así porque quería seguir leyendo el manga. ¡¡Era una escena importante!! Otra sesión de silencio y de lectura, diez minutos más tarde sonó el celular.

-¡Hyunggggggggg!

-¿Ri? ¿Qué pasa?- Ji Yong rodó los ojos.

- Iré a casa a visitar a mi familia.

-No te creo, mocoso- pronunció monótono.

-¡¡Me ofendes, hyung!! Y para que me creas te paso a Young Bae hyung. ¡Estoy con él!

El líder escuchó una especie de arrullo y la voz de su mejor amigo entró en acción.

-Es verdad, Ji. El presidente Yang nos ha dado permiso a los cinco para visitar a nuestras familias. Tenemos el fin de semana libre.

- Ah, bueno si es así….-murmuró.

-¡¿Ves, hyung?!

La voz de Ri se escuchó nuevamente, intuyó que prácticamente arrancó el celular de la oreja de Young Bae.

-Te quiero temprano, mocoso.

-¡Soy el rey de la puntualidad, hyung!

-¡Ajá!- no le creía ni un pelo- ¡Adiós!

-Lo siento, bro. Me quitó el celular. Está de más decir que iré directo a casa.

- Entendido.

-Así que ten un buen fin de semana.

-Vale. Suerte.

-¡Gracias, Ji!

Ji Yong colgó el celular por segunda vez en la tarde, al menos sabía que este no sonaría hasta el Domingo. Le venía de perlas.

-Ri no vendrá. Visitará a sus padres- explicó a Seung Hyun.

-¿Estás seguro?

¿Ves? No eran exageraciones suyas, hacían bien en ser desconfiados de Ri. ¡El muchacho era muerte!

-Sí. También hablé con Young Bae. El presidente nos dio el fin de semana libre. Un regalo antes del comeback.

El 22 salía a la venta el segundo mini-álbum del grupo. Su popularidad aumentó desde "Lies". Nuevo disco + Nuevo estatus popular + Nuevas expectativas= Promociones intensas. 

¿Calma antes del torbellino? Buena idea.

Ambos sabían que no irían a visitar a sus familias. Ji Yong conocía como la palma de su mano a Seung Hyun y él, no tenía ganas de ser mimado por su madre.

-Young Bae tampoco vendrá.

Al decirlo, Ji Yong dio con bruces a la horrorosa verdad. ¡No comerían bien por un par de días!

¡Necesitaban soluciones urgente, right now!

-Jiyongie...

-Seunghyunnie...

Ambos se miraron y hablaron al mismo tiempo. Dejaron de lado sus respectivos mangas. No querían comida de fuera.

-¿Ramen?- preguntó el líder.

-¿Kimichi con carne?- Seung Hyun recordó viejos tiempos- ¿Y...?

-¡¡Arroz!! 

Sonriéndose el uno al otro, brincaron del sillón.

-¡¡Vamos!! 

Ji Yong apuró, tirando de Seung Hyun a la cocina. El reloj marcaba las 6:30 p.m. Un tiempo propicio para cocinar.

 

Recordar épocas de antaño, hizo bien al par de raperos. El sentimiento se igualaba a la sensación de estar en casa. Muy confortable. Ni si quiera repararon que llevaban horas hablando y riendo.

-Nunca te he visto puesto el anillo- Seung Hyun dirigió la conversación a este punto, pasando distraído los dedos sobre el dorso de la mano de Ji Yong- ¿No te gusta?

¡No lo hagas!

Que Seung Hyun le tocara, le volvía bipolar. Él sabía que corría el riesgo de volverse adictivo a su piel y realmente, los nervios le atacaban sin piedad cuando lo hacía. Hasta ahora no hubo incidentes y fingía tan bien, que se empezaba a preguntar. ¿Cuándo sería el día que todo se desmoronaría?

-¡Me encanta!- Ji Yong aseguró, retirando su mano disimuladamente- Lo utilizaré en ocasiones especiales, hyung-sonrió.

-Para ti es especial- dedujo el pelinegro- ¿Por qué?

Seung Hyun fijó la mirada en él.

¡Por Dios! ¡No me puedes hacer esto!

Ji Yong literalmente se ahogaba en el cielo nocturno que conformaban los ojos de Seung Hyun.

-¿En serio?

Sus piernas casi temblaban, sin embargo se las arregló para actuar como siempre. Rodó los ojos tomando un poco de refresco.

-¿Necesito explicar que el hecho de ser un obsequio de mi mejor amigo es suficiente?

-Es cierto somos mejores amigos- Seung Hyun le siguió el hilo.- Ji Yong y... ¿lo qué pasó en el club hace un par de meses?

Pensando en incidentes.

¿Por qué tenía que hablar de ese tema ahora? ¿No podía haberlo olvidado por el bien de todos? Él por dentro se encontraba blanco como una hoja de papel. No le gustaba por donde iban las cosas.

-¿Por qué haces estas preguntas al azar, hyung?

Inocentemente preguntó. ¡Hay que ver lo hipócrita que era! ¡Pero, Dios! Él tenía que seguir la función, negaría hasta el final de sus días algo que naturalmente no pasó.

-Y me vas a responder con preguntas.

Seung Hyun enarcó una ceja.

-Manifestaba una duda.

¡Cállate, Ji Yong! ¡Cállate! Mejor vete de la cocina y mientras más rápido lo hagas, el asunto se irá al olvido de nuevo y podrás vivir en paz, ¿otro par de meses? Ya lidiarás con ello en su momento.

-Claro. Déjame hacerte saber algo: Podré estar completamente ahogado en el alcohol, pero mi intuición es buena compañera.

-¿Qué quieres decir, Seung?

Ji Yong luchó contra el impulso de tragar saliva.

-No dejaría que nadie me toque.

No. Seung Hyun, detente. ¡Por el amor de Dios, detente!

El pavor llenaba sus sentidos. Continuó impasible, a pesar de sus ruegos internos.

-¿Sabes quién es la única persona a la que confiaría mi cuerpo?

-No sé adónde quieres llegar con oraciones sin sentido, mir…

 

-A ti, Ji Yong- Seung cortó la frase- Te confiaría mi cuerpo.

Él se negaba a ilusionarse con tremenda frase, por lo que no perdió tiempo en decir la razón.

-Porque soy tu mejor amigo- explicó imperturbable.

Dolía como el infierno, pero él solo quería que esto acabara y largarse de allí, en cuanto antes. Controló su fuerza motriz a niveles impresionables y se dispuso a tomar el resto del refresco.

-Los mejores amigos no frotan sus cuerpos bailando en un club nocturno y en un rincón a oscuras, Ji Yong.

Automáticamente escupió lo que tomaba, pasmado.

¿QUÉ DEMONIOS ESTABA HACIENDO ESE HOMBRE CON ÉL? ¿QUERÍA MATARLE?

Mientras Seung Hyun no fuera directo, él podía darse el lujo de fingir un poco más. Poner las cosas con todas las letras, no entraba en sus planes.

-¡Jesús, Seung!

-Si nombrar a un ser celestial te ayuda, pues lo agradezco.

-Seung- advirtió.

-No intentes decir que estabas borracho, Jiyongie. Sobrio- recalcó.

Su última defensa, que pensaba decir, demolida en un segundo. ¿Cómo se había enterado que él había estado sobrio? ¿Quién se creía? ¿007?

- Te encontrabas sobrio, a diferencia de mí.

¿Qué quería Seung Hyun de él? No lo entendía. Simplemente no.

-Bueno. ¿Qué quieres oírme decir?- Ji Yong respiró hondo, tratándose de calmar. Él estaba levantando la bandera blanca, sin necesidad de tener una oportunidad para batallar, atrapado por todos los flancos- ¿Una disculpa?

-¿Una disculpa?- Seung Hyun rió entre dientes- No. Quiero que lo admitas. No necesito disculpas. ¿Olvidas que yo te dejé tocarme?

Espera, ¿se estaba burlando de él en sus narices? ¿Acaso, él, era un chiste? Seung Hyun acababa de apretujar su corazón sin el más mínimo sentido de decencia y no contento con ello, lo pisoteó y luego lo quemó, como si no tuviera importancia.

Realmente creyó que le conocía.

Y si no lloraba ahí mismo, era porque tenía orgullo.

-Seung, tú no eres así. No eres tan directo. ¿Qué pasa contigo?- dijo enrojecido, delatando su furia y decepción- Si es una broma estás yendo muy lejos. Te aviso.

-Por supuesto que no es una broma, Ji Yong- entre divertido e irritado, más lo último, respondió- ¿Por qué eres un hueso tan duro de roer? Ni se te ocurra decir excusas ridículas. Estoy siendo así porque estoy aplicando extremos contigo.

¿Excusas ridículas? Fine. Admitía que pensó en usarlas y aun así, Ji Yong pensaba que era mejor persona que Seung Hyun. Había un límite y él le estaba lastimando sin piedad.

-Bien. Lo hice por qué quería, ¿contento?

 Ji Yong se levantó de golpe, dispuesto a salir de la cocina, dándole lo que él quería. No le daría el gusto de verlo llorar. Sus ojos corrían peligro de liberar las primeras gotas de lágrimas. Tenía que irse a su casa, las circunstancias habían cambiado drásticamente y no para lo mejor.

Seung Hyun previendo esto, actuó rápido y en un par de zancadas, impidió su paso.

-No tan rápido, Jiyongie. ¿Por qué querías hacerlo?- Seung Hyun agarró su brazo.

¿Quería más? ¿No era suficiente con lo que le dio? ¿Por qué se enamoró de un imbécil?

-Quieres avergonzarme- Ji Yong, encaró furioso, mordiéndose los labios.

-Primero: No quiero avergonzarte. Segundo: Deja de morderte el labio. Tercero: ¿Por qué?

- ...

No valía la pena responderle y zarandeó su brazo, tratando de zafarse. No lo consiguió. Por supuesto, Seung Hyun poseía más fuerza que él.

Totalmente humillado por el mayor.

-Jiyongie.

Seung Hyun tomó ambos brazos y lo situó frente a él, sin desligarse ni un milímetro. Su dulce tono de voz, le sacó de onda.

- Bien. Empezaré yo. No me interrumpas y cero escape, ¿de acuerdo?

A las justas asintió contrariado.

¿Acaso Seung Hyun era bipolar?

-Antes que nada, no planeé esto y normalmente lo haría en un lugar más bonito que la cocina- Seung Hyun se permitió reír un poco.

No. No. No.

No estaba sucediendo lo que creía que iba suceder, ¿verdad?

¡¡Él no podía tener ese tipo de suerte porque…. porque…. porque sí y punto!!

-Suéltame- imploró, sin energías, débilmente y tan bajísimo.

Dudaba que Seung Hyun lo hubiese escuchado porque su expresión no había cambiado.

-Esto es lo que hay. Te he conocido ocho años. Casi la mitad de mi vida. Has sido mi vecino, mi compañero, mi apoyo y mi mejor amigo. El problema es... ya no eres mi mejor amigo.

El corazón de Ji Yong sangró. ¡Esto pasaba por soñar despierto ante la más mínima esperanza! Su cerebro se había atrofiado ante unas cuantas palabras bonitas y ¿lo peor? No podía odiarle. Imposible.

-No te veo como tal y no quiero dejar de verte así. He llegado al punto de que si me pides saltar de un puente contigo, lo haré. Soy un estúpido, pero haría cualquier tontería por tí. ¿Y sabes por qué?

¡Oh, la dulce agonía del amor! ¡Capaz de cambiar el rumbo de los mortales!

Un corazón muerto, puede resurgir bombeando alocadamente por culpa del amor y eso sucedió con Kwon Ji Yong.

-No- apenas en un hilo de voz ahogado contestó.

-Porque estoy enamorado de ti.

Seung Hyun tragó saliva. Su corazón sufría miles de aguijones. Latía rápido. Sus ojos se centraron en aquellos orbes de chocolate preciosos.

Ji Yong debería estar visitando el hospital ahora mismo porque la manera como los ojos de Seung Hyun le miraban, hacía que todo quemara. Tal poder, le estremecía.

¡Y, Dios! Necesitaba probar esos labios. Llevaba muriéndose por sus besos desde que supo, que lo amaba.

-Bésame- Ji Yong musitó.

Seung Hyun tomó el rostro de Ji Yong entre sus manos y con delicadeza posó los labios sobre los suyos.

¿El primer roce? Le hizo ver estrellas.

Un aliento. Un beso. Un corazón.

¿El segundo roce? Sus emociones se multiplicaron por mil.

Ojos cerrados. Latidos de colibrí. Lenta respiración.

Ya ni contaba los roce, solo quería tener su boca pegada a la de Seung Hyun para siempre. Estaba tomando todo lo que podía, quería y necesitaba.

Últimas gotas para saborear. Cero oxígeno.

Un ósculo perfecto, creado de ellos. Dos personas que tenían un mismo sentimiento y cuando Seung Hyun, abrió los ojos vio al cielo brillando sobre Ji Yong. Pensó en ese lugar y momento lo muy dichoso que era.

Ji Yong sonrió tan resplandeciente que iluminaba la cocina entera y no le importé, verse así. Seung Hyun solo podía ver ese lado suyo. Este le abrazó con fuerza y posesividad. Sus brazos encajaban perfectamente con su pequeño cuerpo. Un ensamble maravilloso y Ji Yong se sentía protegido, seguro y confortable.

-¿Y?

Seung Hyun necesitaba oírle de sus labios. A Ji Yong le pareció adorable su impaciencia. Enterró su rostro en el cuello de Seung Hyun.

-También estoy enamorado de ti, Seung.

Fue agradable escuchar los latidos de Seung Hyun.

-Seung.

-Hmmm...

-¿Qué quieres para tu cumpleaños? Es en unos días.

-Nada. Porque te tengo a ti.

-Seung eres cursi.

-Tal vez...- riendo contestó.

 

3 de Noviembre, 2007

 

BIGBANG se encontraba en el UFO Town Star Live Chat, un día antes del cumpleaños de Seung Hyun. Las fans mediante un chat podían hacer diversas preguntas y duraba una hora. Los miembros se divertían respondiéndolas y entre tantas preguntas, surgió una interesante.

¿Dónde se ven dentro de 15 años?

Ji Yong no dudó en ser el primero en responder.

-Después de 15 años, yo tendré 35 años- sonrió pensativo- Deberé tener una familia para entonces. Seung Ri será mi vecino, viviremos en un área pequeña conjuntamente todos los miembros en un área cercana.

-No quiero que vivamos juntos- bromeó Seung Hyun.

Ji Yong abrió la boca sorprendido y siguiéndole el juego, cogió un objeto y finge golpear a Seung Hyun.

-No te llamaré hyung nunca más.

Seung Hyun estalló en risas por el ingenio de Ji Yong y el estudio siguió su paso. Se respiraba un ambiente cálido, pero lo nadie sabía es que Ji Yong si había hablado en serio. De verdad quería que todos vivieran en un área cercana. El pequeño detalle radicaba, recién descubierto para gran sorpresa, es que en su imaginación Seung Hyun vivía en su casa. Por eso él rápidamente mencionó a SeungRi, situándole como vecino para ser más fácil hablar y omitir cierta parte.

Porque sinceramente, él se asustó.  ¡¡Solo llevaba dos días de noviazgo con Seung Hyun!! ¡Dos!

Y aunque tenía mucho que hablar con el mayor, se sobre-entendía entre ellos, que llevarían las cosas paso a paso, sin forzarlas.  ¿Cómo pudo tener una imagen nítida y futura, tan rápido? Era la primera vez que tenía un novio y por supuesto, no pensaba que algún momento terminarían, pero esto era algo serio.

Es como si corazón hubiese establecido que él sería su pareja de vida.

No sabía que le depararía el futuro a ambos, por mientras disfrutaría el presente. De lo único que estaba seguro es que no dañaría a Seung Hyun jamás. Él tenía sus propias cruces pasadas cargando, Dios sabía que esperaba ayudarle a llevarlas y a que sean más livianas.

Seung Hyun era tan particular, al punto de tener una madurez no muy propia de alguien de su edad. Es como si él tuviera un alma vieja y eso, no encontraba así de fácil. Ya de por sí, él era una gema rarísima. Prometía dar lo mejor de sí para él mismo, Seung Hyun y ambos.

Hacía una promesa silenciosa, hoy.

No rendirse tan rápido con él y su relación. Seung Hyun valía la pena y seguiría al pie del cañón con él, todo lo que conllevara.

Ellos tenían mucho que aprender, aun.

-FIN DEL FLASHBACK-

 

Ocho años han pasado, Ji Yong continuaba dándole todo su amor a Seung Hyun y mantenía la promesa.

Nunca se iba a dar por vencido por ellos, con su relación. No flaqueaba ni un centímetro en cualquier tipo de situación. Ya sea si los cielos se ponían duros, porque de verdad habían tenido tiempos muy malos, muy pero muy malos o que el más hermoso amanecer fulgurase. Él todavía se mantenía mirando hacia arriba, en el mismo sitio, estando para Seung Hyun.

Porque ellos compartían el mismo cielo y lugar.

Aun cuando todo acabara, Ji Yong seguiría estando ahí y no era porque no tuviera amor propio es porque guardaba una fé inquebrantable del amor de ellos dos. Muy irónico, teniendo en cuenta que siempre acusaba de ser cursi a Seung Hyun cuando realmente Ji Yong lo era. La diferencia es que él no era muy expresivo oralmente y quizá por eso se definía como un aburrido realista. En cambio, Seung era un soñador sin miedo y le quedaba bien la definición porque no perdía el miedo de expresar sus sentimientos a él, aunque fueran cursis. 

Ellos podían quemarse y también seguiría ahí porque había llegado al punto de que quería que Seung Hyun fuera el padre de sus hijos. Un sueño muy bonito y doloroso en partes iguales. Por eso se mantenía terco con Seung Hyun, por más que le alejara y según el mayor, era por su propio bien. No estaba de acuerdo porque a Ji Yong no le servía de nada, por no decir que no le importaba. Precisamente él daba el primer paso, la mayoría de veces, cuando no soportaba más la situación. Lo buscaba aunque no fuera culpa suya y sabía que Seung Hyun se preguntaba cómo lograba ceder y la respuesta es sencilla, ellos se atraían como la tierra y la Luna. Caminaban, inconscientes, al mismo ritmo en un solo espacio.

Y…… Dios sabía que ellos valían la pena y eso era suficiente para Ji Yong.

Al principio no fue sencillo, ceder, pero Ji Yong tuvo que aprender con lo que tenía, lo que no era y quién era para hacer la diferencia que podía hacer y Seung Hyun, también puso su parte. Aprendieron, a través de los años, que las diferencias entre ellos hacían mucho para enseñarles cómo usar las herramientas y sus habilidades. También a ser flexibles sin que el mundo ardiera en llamas.

Ambos eran fuertes a sus maneras. Ji Yong con buscar a Seung y este capaz de mantenerse lejos para que Ji Yong no fuera tan transparente y a la vez protegerlo.

Después de todo, lo cierto es que esencialmente continuaba vivos, se tenían y eran amados.

¡Bendito sea ciego el amor!

El corazón de Ji Yong se encegó, rindiéndose a Seung Hyun.  

Tomaba, de Seung Hyun, lo que era suyo por derecho eterno. Él le tocó el alma, el corazón y la razón.  Cambió su vida y sus metas.  Compartió sus sueños y su cama. Le hizo memorizar su aroma y reconocer sus miedos, y de paso los suyos.

Incluso sus dudas, pero ahora todo estaba bien.

Quizá no ganen todas las batallas, pero buscarían triunfar en la mayoría. Eso es lo maravilloso del amor. No es perfecto, pero ahí yacía.

-Solo…. te amo.

Murmuró Ji Yong sonriendo y cerrando los ojos, prescindiendo del mundo real para ir al de los sueños.

Siempre llegaba a la misma conclusión.

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Ji Yong dejaba atrás el aeropuerto de Incheon. Seis horas después por fin pisaba suelo coreana y no podía esperar hasta llegar a su cama. Estaba muy cansado y rogaba que fuera tal proporción, que ni siquiera su mente tenga tiempo de pensar en Seung Hyun.

No obstante, los cielos no le hicieron aquel favor.

La melodía de su celular, delató a la persona quién le llamaba y sí, era el imbécil de su novio.

¿Por qué señor? ¿Por qué? ¡Explícame!

Y él, de verdad quería no contestarlo porque se lo merecía, pero había esa partecita de su interior que necesitaba la vitamina Seung Hyun y justo, cuando iba a coger su propia muñeca para impedir contestar fue tarde. El maldito aparato táctil, sobre sus rodillas, se presionó por doble vez.

Escuchando a Seung Hyun en altavoz, dentro de la van.

Inmediatamente quiso matarse porque Seung Hyun no habló, si no cantó.

-Estoy muy agradecido. Oh, baby. Eres muy bonita. Oh, Oh, Oh. No existe nada que me impida dejar de mirarla.

Solo el manager y el chofer se hallaban ahí, pero igualmente no dejaba de ser vergonzoso. Vio con el rabillo del ojo que ellos sonreían. ¡Joder! Y para colmo de males, él también sonrió porque le hizo sentir feliz.

¡Estúpido, Seung Hyun romántico!

Sus mejillas se colorearon de feo color escarlata.

-Yo siempre te veré a ti, solo a ti. Realmente lo haré. Oh, baby.

Seung Hyun siguió cantando y Ji Yong antes que decidiera arrojar su caro celular, quitó el altavoz y lo ubicó sobre tu oreja.

-¿Crees que cantando la canción de nuestra boda, te perdonaré?- bisbisó entre dientes mirando la ventana.

-Hasta que hablaste, creía que me tendrías cantando un poco más.

Se notaba a Seung Hyun de buen humor. ¡Increíble! ¡Increíble!

-¡Créeme lo consideré por un segundo, pero estuviste en altavoz idiota!

Escuchó a Seung Hyun estallar a carcajadas. ¡Claro como él no dio la impresión de ser una pareja en una etapa de melosa luna de miel!

-Vamos a ver si te parece divertido que el manager y chofer escuchen nuestras conversaciones- regañó en voz baja- Y no te atrevas a rodar los ojos, Choi Seung Hyun. Todavía no te he perdonado.

-Deberías estar feliz. Ya terminé el rodaje y me mantuve despierto, exclusivamente para llamarte.

-¡Bien por ti!- utilizó el sarcasmo.

-¡Venga, Ji!

-Le llamaste, hermosa Seung. No había necesidad.

-Es ser cordial, Ji. Además, no te he reprochado las fotos que subiste intentando ponerme celoso.

-Detalles, Seunghyunnie. Simple detalles.

-No existe nada que me impida dejar de mirarte.

Seung Hyun volvió a cantar y otra vez se sonrojó. Cuando, Seung Hyun cantaba… bueno, el mundo dejaba de girar.

-Para un poco el ritmo, vaquero. ¿De acuerdo? No utilices trucos.

No era justo que le bajara las defensas sin esfuerzo.

-No son trucos. Hago lo que me apetezca y también, estoy de buen humor.

-Por el fin del rodaje, capitán evidente.

-No. Porque solo falta un día para que nos veamos.

Seung Hyun fue directo al punto, siendo brutalmente sincero. El corazón de Ji Yong aleteó sin parar una y otra vez.

-¡Te odio!

-No, me amas- Seung Hyun echó una pequeña risa divertida. ¡Aish! Desventajas de que tu novio te conozca bien- Pero, hablé en serio.

-Lo sé- Ji Yong suspiró.

-¿Entonces, estoy perdonado? Aunque personalmente no sé porqué debería pedir absolución.

-No te estás ayudando, Seung Hyun.

-Estoy siendo honesto.

-Lo sé, pero digamos que… ¿estás a medias?- sonrió- Te falta la otra mitad.

-Me lo ganaré cuando nos veamos- emitió seguro el rapero pelinegro.

La actitud de Seung Hyun le gustó, no perdió la sonrisa, por lo que se atrevió a preguntar.

-¡Hey! ¿Seung todavía quieres sostener mi mano?

Sabían perfectamente que quería decir la pregunta de Ji Yong.

-Siempre.

Seung Hyun no dudó en contestar.

-Y yo también quiero sujetar la tuya, darling.

 

Notas finales:

Si se dan cuenta este OS es la versión de Ji Yong en If Say So. Ya que este escrito lo cuenta Seung Hyun. 

Ha sido una delicia y a la vez tortura publicar esto porque parecía que nunca acabaría. Por mi manía de reflejarlo tal como lo pensaba en mi mente. Fue duro, pero lo he logrado y he quedado satisfecha con el resultado.

De verdad, espero que lo aprecien y muchos reviews. No soy de pedir eso porque siempre escribo para mí y porque lo dejo al libre albeldrío de ustedes, pero esta vez he sudado, sangrado, amado, odiado, tuve imprevistos y se me hincharon los ojos para llegar aquí. 

De corazón les agradezco su leída y espero no haber perdido el toque. Si es así, ruego que me disculpen.

Las quiero lectoras, aunque no conozca a todas!! Y le deseo un feliz aniversario. Feliz 9 años desde que BIGBANG se formó. Amo a mis cinco chicos con todo mi kokoro VIP <3

Bye!! 


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