Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una noche en el Dulce Castillo por Agus Chan 17

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

2 one shot :3 espero les guste como a mí. 

Notas del capitulo:

¡A LEER!

La besé. Uní mis labios a los suyos como si no hubiera un mañana, en una danza desesperada en la que se encontraron nuestras lenguas, bailando al compás de los suspiros que escapaban de mi dulce princesa. Deslicé mis dedos por su cintura, enmarcando su delicada silueta con suaves caricias. Sentir su cuerpo bajo el mío, gimiendo en voz baja, era lo más hermoso en todo este maldito mundo.  –No… para…ahhh- gimió cuando lamí su oreja insinuante, pero yo no iba a detenerme, no ahora. Tome su lóbulo entre mis dientes y lo mordí con cuidado de no lastimarla.

‘’Hoy serás mía’’  susurre en su oído para luego bajar hasta su cuello dejando una hilera de besos y saliva en el camino. Besé y lamí toda aquella extensión de su piel, chupé con fuerza su rosada piel dejando algunas marcas moradas que la señalaban como mía. Me detuve unos segundos, mirándola a los ojos sin decir nada, era tan hermosa… Sus labios entreabiertos rojizos por nuestros besos, sus ojos inundados de pasión y deseo al igual que los míos y su cabello despeinado por las caricias sin control. Tomé entre mis manos el cierre de su vestido y con cuidado lo fui jalando hacia abajo, me detuve en cuanto llegue a su espalda baja, la tenía frente a mí semi desnuda… observe su senos, firmes y redondos con los botoncitos violetas, habían crecido tanto en estos últimos años, y no pude evitar cumplir la idea que se me había cruzado en la mente el día que la vi por primera vez en bikini. Acerque mi boca a su pecho derecho, entre abrí mis labios dejando ver mi lengua y con ella le recorrí todo el perímetro de la areola evitando tocar su pezón, mientras que, con mi mano derecha le acariciaba su otro pecho, sin profundizar demasiado el tacto. Jugaría con ese cuerpo todo lo que pudiera.

-Marceline… no me hagas esto… por favor… te necesito- Aquellas palabras fueron suficientes para excitarme. La boca se me seco y toda la humedad que me abandono los labios ahora se acumulaba entre mis piernas, mojando mi ropa interior. Entre abrí mis labios para recibir gustosa el erecto pezón que demandaba de inmediato atención, y con mi mano comenzó a pellizcar ligeramente le otro,  podía escuchar como los gemidos de D.P iban en aumento mientras yo seguía chupando y lamiendo-Uhmm… eres tan dulce- dije relamiéndome los labios. A pesar de que no fuera fácil de creer el cuerpo de la Dulce Princesa no era empalagoso, al contrario, era como sí tuviera la cantidad justa de dulzura, la justa y necesaria como para volverte adicta luego de una ligera lamida, era un sabor exquisito. Volví a mi trabajo de desabotonar su vestido, en menos de un minuto aquella molesta prenda ya estaba tirada en algún rincón de la habitación. Sus manos me detuvieron cuando estaba a punto de deshacerme de sus bragas rosadas. La miré un tanto decepcionada y confundida, creía que iba a dejarme hacerla mía por completo, se sentó sobre sus talones y yo hice lo mismo. – ¿Qué sucede?- pregunte haciendo un tierno puchero, sus mejillas se sonrojaron y desvió la mirada, se veía nerviosa. –Es qué tú aún tienes todo puesto…- Sonreí, estaba feliz, más que feliz. Mi dulce princesa quería verme desnuda para ella y yo no me iba a resistir. Acercó sus brazos, inclinándose un poco, y me saco la musculosa gris que llevaba puesta, volvió a mirarme dudando si seguir o detenerse allí. Tomó mi sostén y con sus manos temblorosas lo desabrocho, como si fuera posible las manos comenzaron a temblarle todavía más cuando deslizo las tiras del brasier por mis hombros y finalmente lo dejó caer. Sus ojos se clavaron en pechos, eran blancos y un poco más pequeños que los de ella. Trago saliva, poso una de sus manos en mi nuca y me acerco a ella y nos fundimos en un cálido beso, lento y dulce. Su lengua se deslizaba junto a la mía una y otra vez, yendo y viniendo haciendo que perdiera la cordura. Nos separamos unos pocos centímetros por la falta de aire, con un hilillo de saliva que aún unía nuestras bocas. Lamió mis labios y me empujo contra el suave colchón, la miré atónita por su repentino cambio de actitud y vi como aquellos ojos nublamos de pasión ahora me observaban lujuriosos provocándome un poco de miedo. Con una rapidez imposible me arrebato las bragas que llevaba puestas dejándome completamente desnuda. En movimientos casi felinos se deslizo por entre mis piernas. Con brusquedad abrió mis piernas hasta su punto máximo y yo solté un chillido de protesta por lo bajo, en su rostro se dibujaba una sonrisa peligrosa, advirtiéndome lo que iba a hacer. Acomodo su rostro entre mis piernas, estaba tan cerca de aquella zona, podía sentir su respiración cálida y un poco acelerada chocando en aquella parte tan sensible de mi cuerpo provocándome pequeños espasmos. Todavía no me había tocado y yo me mojaba cada vez más. Me clavó la mirada por unos segundos, sus pupilas se habían dilatado y había una chispa de excitación en sus ojos. Volvió a sonreírme y luego… paso su lengua por todo mi clítoris, arrebatándome un gemido ¡Por el amor de dios! Nunca había experimentado algo tan placentero. Podía ver como la dulce princesa lamía cada parte de mi intimidad, la mera imagen me calentaba hasta los huesos.

Su lengua se adentro en mí y yo perdí los estribos, sentí como sus labios chupaban con delicadeza mi clítoris haciendo que varios escalofríos me recorrieran la espina dorsal, si seguía así en cualquier momento llegaría a un orgasmo. Tanteaba cada uno de los rincones con su vivaz lengua mientras que yo no podía dejar de gemir. De golpe volvió a introducirla en mi interior pero, esta vez, repetidas veces, simulando pequeñas embestidas, iba penetrándome cada vez más rápido

 -¡AHHH, princesa, uhmmm!-  Grité su nombre al mismo tiempo en el que me corría, todos los músculos de mi cuerpo se tensaron, y miles de chispazos me azotaron el cuerpo, unos seguidos de otros hasta desvanecerse por completo, dando fin al mejor orgasmo de mi vida. Mis pulmones rogaban que mi respiración se normalizara de una vez y que el aire volviera a entrar sin problemas. Relaje mi cuerpo sobre las sabanas y lleve una de mis manos a mi rostro, recién comprendía lo que había sucedido, ¡qué vergüenza!

La dulce princesa se enderezó para luego recostarse a mi lado, separe un poco mis dedos para poder verla mejor, tenía una sonrisa lasciva en su rostro. ¡Y yo que creía que era tímida, vaya pervertida! Se relamió los labios para después morder el inferior mirándome coqueta. Esto era demasiado, las mejillas me ardían. Comenzó a reírse por mi evidente vergüenza y yo fruncí el entrecejo al mismo tiempo que la golpeaba con la almohada. Me la arrebato en un rápido movimiento antes de que alcanzara a golpearla de nuevo y dejo de reír… ‘’Marceline, casate conmigo’’ Dijo mirándome a los ojos, yo solo sonreí como idiota creyendo que me estaba jugando una broma pero ella no reacciono solo se quedo ahí viéndome. ¡Oh por dios! No podía estar hablando en serio… ¿O sí? – ¿Me estas proponiendo matrimonio? - pregunté confundida. Ella respondió sin dejar atrás su mueca indescifrable- Claro que sí. ¿Quieres casarte conmigo o no, Marceline?- ¡ESTABA HABLANDO ENSERIO! ¿CASARNOS? ¡DIOS MIO!

Me abalancé sobre ella gritando como una niña pequeña, ¡estaba tan emocionada!

-¡Obvio que quiero casarme contigo, quiero pasar el resto de mi vida contigo!- No dejaba de reírme y gritar, era la persona más feliz en todo el maldito planeta (Bueno... ¿la vampira más feliz?...) La abracé con tanta fuerza que para cuando la solté dio un súper respiro. Comenzó a reírse y luego me beso, me dio un cálido y corto beso que fue perfecto. ‘’Te amo’’ Dije, mirandola a los ojos, con toda la sinceridad del mundo.

 La amaba, amaba a esta mujer como nunca había amado a nadie, amaba todo de ella, su pelo, sus ojos su cuerpo, el sabor a fresa de su piel y sus besos, la manera en que pronunciaba mi nombre cuando haciamos el amor, era perfecta. Lo daría todo por ella y quería pasar toda la vida a su lado,  quería que envejeciéramos juntas, que discutieramos por tonterias como todas las parejas, simplemente quería que ella fuera siempre mi primer, mi último y mi único amor.

 

Notas finales:

Comentad! diganme que les ha parecido, se aceptan opiniones y criticas constructivas, todo es de ayuda, muchas gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).