-Taemin, ve a comprar una Pepi-cola.-
-En un momento.- contestó Taemin enviándole un emoticón a Niel para bloquear su celular y levantarse de su cómodo sofá.
-Toma el dinero que está en la mesa.- asintió por las palabras de su mamá, tomó el efectivo como la botella retornable para salir de su casa. Visualizó la tienda en la esquina de la calle y comenzó a caminar.
Pero sonrió al ver que el camión proveedor de Pepi-Cola estaba estacionado.
-Señor Pepi- cola.- susurró Taemin acercándose al trabajador de la compañía que estaba bajando algunas cajas con botellas de su producto.
-¿Si?- preguntó el trabajador mirando a Taemin.
-Vaya.- susurró el menor, para ser un trabajador de esa compañía era más joven que el resto de los señores que solía ver trabajar con ellos.
El chico parecía un poco mayor que él, quizá un año o dos, también era más alto que Taemin, quizá por cuatro o tres centímetros. Tenía su cabello ondulado y largo atado en una coleta que salía de la gorra que portaba.
Dicho trabajador seguía mirando a Taemin esperando una respuesta.
-Oh, lo siento.- susurró sonriendo apenado. –¿Me puedes vender la Pepi-cola?- le mostró la botella retornable vacía.
-Pero…- el trabajador apunto hacia la tienda en donde sus compañeros estaban metiendo cajas.
-Minho.- leyó su nombre. -El vendedor de Bombi me vende sus barras de pan a mitad de precio.- dijo metiendo la botella retornable en las cajas que estaban vacías, a un lado de Minho que sólo lo miraba expectante.
-Bueno, nosotros no somos Bombi.- contestó tomando una botella de la misma capacidad. –Pero te la puedes llevar por el mismo precio que pagarías en la tienda.-
-¿En serio? Creí que todas las empresas cuando venden sus productos de sus camiones hacían descuento.- dijo Taemin recibiendo la botella de soda. –Pero no todas son tan buenas.-
“Destapa la sonrisa, Pepi-Cola” recordó Minho el eslogan de su compañía, por lo que terminó sonriendo.
-Llévatela a mitad de precio.-
-¿De verdad?- preguntó Taemin sorprendido.
-Sí, anda, sólo dame la mitad por el producto.- dijo Minho sintiendo como sus compañeros mayores lo miraban desde la tienda, se supone que su trabajo sólo era rellenar las cajas de refresco que estuvieran incompletas para satisfacer la demanda de cada tienda.
-Gracias.- dijo Taemin entregándole la mitad del dinero que su madre le había dado. –Me hiciste el día.- le sonrió para girarse e ir hacia su casa, al llegar caminó directo hacia la cocina para dejar la soda y posterior regresar a su sofá.
Tomó su celular para ver los mensajes que tendría de Niel en donde se quejaba por el clima, por la programación en la tv, porque no le contestaba, porque seguro ya estaba con alguien más, pero los ignoró por completo para mandarle uno nuevo.
“Eso de la manipulación o es bastante fácil o se me da muy bien.”
Sonrió levantándose del sofá para ir por vaso y servirse de esa Pepi-cola.
-Hijo, ¿cuánto te costó?-
Entonces sonrió orgulloso.