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Fama por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de KNB no me pertenecen, son usados como diversion y sin fines de lucro 

Notas del capitulo:

Bueno, me costo y aunque yo misma elegí la palabra fue una idiotes, me tomo semanas y quedo horrible, bueno creo que este será mi ultimo fic... la verdad es que es obvio que ya no estoy tan encariñada con esto, pero aun asi fue un gusto intentarlo y recibir el apoyo de todos quienes me leen 

 

Lo intente mucho pero creo que el KiKuro, es maravilloso, mientras no lo escriba yo <3 

Kuroko caminaba molesto, la verdad es que no había tenido un mal día, le habían entregado un par de calificaciones en la universidad y había aprobado varias materias sin tener que presentarse a examen, la verdad todo esto le había dado una muy alegre mañana, hasta que Akane, una de sus compañeras había llegado con una revista de moda donde le habían hecho una entrevista a cierto rubio.

 

-Ufff…- suspiro pesadamente, le dolía la cabeza, quizá hasta tenía un poco de fiebre, se sentía molesto, recordando la publicidad y las palabras de sus compañeras antes las fotos del modelo, la verdad es que nunca se molestaba por esas cosas hasta ahora, las palabras del rubio en la entrevista eran lo que le habían molestado realmente.

 

Se detuvo observando su reflejo, era un muchacho de 22 años, estaba en la universidad por mérito propio, era un buen deportista, pero seguía siendo él mismo, seguía siendo Kuroko Tetsuya, el muchacho con poca presencia, la sombra y el novio de Kise Ryouta desde hace ya 5 años, que por alguna extraña y desconocida razón nadie conocía.

 

Dejó salir el aire de sus pulmones sintiéndolos pesados, como si cada respiro fuera más difícil que el anterior, lo sentía apretado, sentía que no tendría fuerza para nada.

 

No era realmente guapo, no era una maravilla, no era nada del otro mundo, pero sabía que con eso era más que suficiente para el rubio, este siempre lo había dicho, que con su cariño le sobraba, incluso muchas veces dijo que solo con el cariño del rubio alcanzaba para ambos, cuando el peliceleste se justificaba diciendo que no lo amaba, pero si le tenía un profundo cariño.

 

Se sentó en la mesa con su batido mientras veía como Aomine y Kagami llegan tan animados y sonrientes como siempre entraban al mismo local, como de costumbre ambas luces se llevaron un real susto ante la presencia del más bajo.

 

-Hola Tetsu… ¿no deberías estar con Kise?

 

-Hola Aomine-kun, Kagami-kun… si iba para la casa, pero solo quería lo de siempre.- señalando su vaso.

-¿Ocurre algo?... No es verdad Kuroko…- Kagami no era el más vivaz, pero si conocía a la sombra y sabía que pasaba algo más, Kuroko se veía un poco pálido y ojeroso, parecía realmente cansado.

 

-Bueno si ocurre… es Kise-Kun… yo ya no sé si debería estar con el… la verdad necesitaba pensarlo…creo que llego el momento de terminar esta…-no quería llamarla relación, no quería que los demás notaran su dolor o su molestia.- esta cosa que tenemos… ya duro demasiado.- puso su voz firme tratando de no temblar al repetir una frase tan dolorosa, aunque en el fondo su corazón se oprimía, después de todo al idiota de Kise hacía ya tanto tiempo.

 

Ambas luces se sentaron escuchando con atención al peliceleste, este solo apretaba sus labios tragándose el nudo que se formaba poco a poco en su garganta, sentía como su cuerpo se tensaba y como una profunda sensación de fatiga, de vació, le subía desde el vientre.

 

-Kise-kun necesita a alguien completamente diferente a mí… creo que siempre lo he sabido, pero hasta hoy me negaba a aceptarlo.- respiró.- el necesita a alguien como él, con su estilo de vida, que tenga ese ritmo, alguien atractivo que llame la atención…alguien mejor.

 

-Tetsu… lo que estás diciendo es una real estupidez y tú lo sabes, no puedes creer eso.- Aomine se sentía molesto y también preocupado, se supone que ese día seria especial para el peliceleste, pero al parecer nada sale como lo planeas.

 

-Por favor Aomine-kun, dime con la mano en el corazón que puede hacer alguien como yo para estar con alguien como Kise-kun, es un modelo, con fama mundial, un futuro piloto de los mejores en la academia, un deportista nato y yo… soy…- se quedó en silencio pensando como terminar la frase.- yo soy solo Tetsuya Kuroko, solo eso soy… no puedo competir con la fama de Kise-kun, ni con todo lo que ese mundo tan lejano al mío, le puede ofrecer.

 

-Y eres una gran persona, idiota…y tú mundo es el mismo de Kise, vamos Kuroko, Kise es una persona diferente, pero te ama de verdad.- Kagami lo miraba comprensivamente, mientras Aomine no podía disimular su asombro, la verdad es que no era común ver a la antigua sombra dejando salir sus sentimientos tan libremente.

 

-Pero ¿De qué me puede servir Kagami-kun?- los ojos de Kuroko estaban aguados, poco a poco sus palabra salían de sus labios, las lágrimas parecían desbordarse cuan caudal de río.- yo… soy esto… mírenme…-levantó la voz dejando salir sus emociones.-  soy esto… nada más que esto, es todo lo que soy, no hay nada más, tampoco hay nada más que le pueda ofrecer… no hay nada mejor que le pueda dar…no hay nada que yo tenga que él con su fama no pueda conseguir …de alguien más- se había levantado señalándose a sí mismo, mostrando frente a sus luces un rostro y un dolor que ambos conocían, Kuroko sufría en silencio y ya había llegado a su límite.

 

-LO PUEDES AMAR ESTUPIDO…- Aomine le grito frustrado.- lo puedes amar de forma honesta, lo puedes acompañar, lo puedes querer por sus defectos, puedes ayudarlo en sus errores, en sus penas… vamos Tetsu, Kise es un idiota, pero si algo tiene es que es débil, que si sus sentimientos son sobrepasados rápidamente  caerá de frente al suelo y que si no tiene en quien apoyarse el podría hacer cosas estúpidas y lo sabes…yo lo hice caer en un lugar y el no pudo levantarse por sí solo…hasta en la cancha es de esa forma … Kise es débil Tetsu, es como una flor, sin agua y sol se marchitan y tú eres quien le da todo eso… no seas idiota y medita lo que nos estas diciendo.

 

El par de luces estaba preocupado, podían ver el dolor en cada parte de Kuroko, pero sabían que si el pequeño sufría,  el rubio de verdad moriría si su relación se terminaba ahora, Aomine le apretaba la mano bajo la mesa al tigre, tratando de controlar su propio miedo ante las palabras de Kuroko, tratando de ocultar el terror que estaba sintiendo al ver como todo lo que venía para quien era hasta ahora uno de sus amigos más preciados.

 

-Kuroko- el pelirrojo tenía una duda atravesada.- ¿a qué viene todo esto ahora? Pensé que ustedes estaban seguros en su relación.

 

-La entrevista… - Ambas luces estaban atentas mientras el pequeño sacaba fuerzas de su interior para continuar.-  Kise-kun dice siempre ha estado rodeado de gente muy bella y admirable, que le era imposible no haberse enamorado en ese tiempo…le preguntaron el motivo de que no llevara a su pareja a las fiestas que lo invitaban, la respuesta que Kise-Kun dio.- dejó salir un sollozo de sus labios junto con las lágrimas.-“…él es diferente, no pertenece a este mundo…” – ambas luces lo miraron sin comprender realmente.-…yo y su fama no podemos estar juntas, no hay como, se imaginan lo estúpido que se vería entrando con alguien como yo a uno de sus eventos, se burlarían de él…

 

Se levantó sin querer escuchar una palabra de sus compañeros, dejó el local buscando alejarse lo más rápido posible, sabía que nadie lo entendería, que nadie vería lo mal que lo pasaba cuando se comparaba, cuando se daba cuenta que no era capaz ni de llegarle a los talones a alguien como Kise y que lo peor era saber que Kise vivía rodeada de personas que si eran de su nivel, que si podían responderle con lo mismo.

 

Llegó al parque, donde por fin dejo salir libremente su dolor, su tristeza, no importaba cuanta gente pasara a su alrededor, nadie lo veía, nadie notaba su presencia, podía llorar libremente sin llamar la atención.

 

Cerca de dos horas más tarde, con la pena fuera de su cuerpo se dispuso a ir a casa y hablar con Kise, sin importar lo que todo eso significara, era minuto de poner fin a todo esto y dejar que Kise encontrara alguien de su mundo, alguien como el realmente y con quien pudiera ser feliz.

 

 El viento se había puesto frío, pero para la fecha era más que normal, las nubes estaban amenazantes, a cada segundo el ambiente se ponía triste y tétrico, eran casi una tonada de acompañamiento para la decisión de la sombra.

 

El apartamento estaba iluminado, un sutil olor entre comida recién hecha y un poco quemada llenaba todo el ambiente, se quitó los zapatos encontrándose con el rubio preparando la mesa.

 

-Kurokocchi…- el rubio se veía realmente feliz cuando lo vio atravesar la puerta y llegar a la sala, una extraña sensación de malestar le subió abruptamente desde la boca del estómago.

 

-Kise-kun, necesito conversar.- se acercó, la sonrisa del rubio se desvaneció al notar el gesto serio que traía el peliceleste.

 

 

-Kurokocchi, dime… ¿qué pasa?

 

 

El silencio reino en la casa, aunque Kise sabía muy bien que el peliceleste le estaba hablando, para el todo estaba en silencio, solo podía distinguir los labios de su pareja moviéndose y la sensación de algo cálido corriendo por su rostro.

 

-Kise-kun, lo lamento…pero debemos terminar.- el peliceleste ya no lo miraba, solo observaba el suelo, sus zapatos y a veces los muebles, sin realmente poner algo de atención, lo único que deseaba era no darse de lleno con la mirada quebrada y el rostro de dolor y decepción que probablemente el rubio tendría en su rostro en ese minuto.

 

-¿Es por alguien más?... ya no… ya no me quieres.- el rubio no se lo estaba preguntando, lo afirmaba.

 

-Kise-kun, por favor…. Basta, no nos hagamos esto… simplemente asumamos  que esto no funcionara.

 

-Tranquilo Kurokocchi, yo lo comprendo… era difícil que me pudieras amar...- se giró en dirección a su cuarto, aquel que había presenciado muchas noches de amor, de verdadera pasión, el rubio quería tomar sus cosas y salir lo más rápido del dolor que estaba sintiendo.

 

Kuroko no lo siguió, se dejó caer pesadamente sobre el sofá, aun podía oír su propia voz en su cabeza repitiendo una y otra vez, las palabras de Kise lo habían descolocado extrañamente, él amaba a Kise, lo sentía en su pecho, en cada fibra de sus ser, pero siendo honesto cuanto amor podría darle alguien que estaba muy debajo de su nivel.

 

Miro la mesa y por primera vez lo notó, la cena estaba servida, un poco quemada, no se veía para nada bien, se veía maltrecha, el pollo era probable que aun estuviera algo más que quemado, pero se podía ver el trabajo y esfuerzo de horas.

 

El rubio salió con un pequeño bolso en su mano, miró con amor y dolor a la sombra, sentía tanto dolor, tanta rabia, tanto miedo, pero el haría todo lo que Kuroko le pidiera y si eso incluía dejarlo libre para ser feliz, pues él le daría esa libertad.

 

No lo miró, lo dejó marchar, lo dejó irse, ninguno dijo nada, las palabras estaban más que dichas, ellos debían separarse, ya no había nada por lo que luchar.

 

-Espero que podamos seguir siendo amigos Kurokocchi… espero que no me odies por todo el tiempo perdido, por todo el daño que pude hacerte, sé que he cometido errores, pero lo único que espero es que no me odies por ello.

 

-…- quería levantarse y pedirle que se quedara a su lado, quería decirle a que le tenía tanto miedo, decirle al rubio que la fama de este de verdad lo asustaba, era una aplastante realidad que lo asustaba, suplicarle al rubio que lo eligiera a él y no a su fama.

 

-Entiendo… no te esfuerces Kurokocchi, lo comprendo… - al parecer el rubio había malinterpretado el silencio del peliceleste como una negativa a la opción de ser amigos, el rubio abrió la puerta, se levantó sintiendo como se le quebraba el corazón con decisión que había tomado, quizá lo mejor no era solo alejarse, quizás debía desaparecer.

 

-Kise-kun espe…- pero no pudo terminar la frase cuando un fuerte mareo lo hizo trastabillar de vuelta al sofá.

 

-¿Kurokocchi?- Kise lo miro, para soltar su equipaje y llegar junto a la sombra.- ¿qué tienes? Kurokocchi… respóndeme, el rubio sentía como la respiración del pequeño acelerarse.

 

-Kise-kun…no me siento bien…- agregó antes de perder el conocimiento entre los brazos del rubio.

 

Sentía el cuerpo pesado, y la cabeza aun le daba vueltas, enfoco la vista tratando de entender que estaba pasando con él, hasta que la imagen de Kise marchándose le llego de lleno, sintió los ojos llenársele de lágrimas.

 

-Kuro-chan, tranquilo.- Takao estaba a su lado.- observo la habitación dándose cuenta que estaba en su cuarto, en la cama que compartía hace ya varios años con el rubio.- Ki-chan está en la sala, lo llamaré para avisar que despertaste.

-Takao-kun…espera- lo tomó del brazo.- ¿qué ocurrió?

 

-Te desmayaste.- lo miro tiernamente, moviendo los mechones de su frente.- al parecer tu cuerpo estaba agotado y tuviste un shock emocional muy fuerte…Midorima dice que puedes estar un poco anémico, estoy de acuerdo con eso.- le sonrió.- debes mejorar tu alimentación, Ki-chan se preocupó demasiado, nos llamó a todos, Tai-chan, Dai-chan, están en la sala, Shun-chan y Tatsu-chan pidieron que les avisaran si debían llevaros al hospital, Sei-chan y Atsu-chan, se quedaron muy preocupados cuando los llamaron, se notaba que Ki-chan quería llorar, Shin-chan quería ponerle un calmante, pero este se negó.

 

-Lamento ser una molestia…- ahora para remate era una carga.

 

-No te preocupes, pero Kuro-chan, necesito preguntarlo, Ki-chan es mi amigo y se veía muy mal, ¿ustedes tienen problemas?- el peliceleste asintió.- qué triste, solo espero que pueda superarlo después de lo de hoy.

 

-¿lo de hoy?- la verdad es que Kuroko se sentía contrariado, lo único que había visto hoy era el fragmento de la revista con la entrevista de Kise.

 

-Ki-cha …anuncio públicamente que pensaba formalizar su relación prontamente, pensé que él y tú estaban bien, pero veo que no era así…lo lamento Kuroko.- el moreno se levantó para salir de la habitación.- Sera mejor que descanses, no le diré que has despertado, nos vemos y si necesitas algo, llámanos, sé que debe ser difícil de creer, pero Ki-chan no se ve nada bien, nos vemos Kuro-chan.

 

Se acomodó entre las sabanas esperando escuchar algo desde la sala, para Kuroko las palabras de Takao eran todo menos claras, de verdad Kise estaba pensando en formalizar su relación, cerró los ojos dando un suspiro, la verdad es que se sentía cansado y triste, tomo la almohada del modelo sintiendo como parte del amor que ambos se profesaban quedaba impregnado en la cabecera, respiro profundamente, como queriendo guardarse para siempre la presencia del moreno a su lado, en esa cama, junto a él.

 

Se levantó un rato después de que las voces dejaron de escucharse, ya era tarde y el departamento estaba a oscuras, camino a tientas tratando de llegar a la sala, debía ordenar la sala, comer algo de ser necesario, aunque lo único que quería era meterse en la cama y buscar la presencia del rubio a su lado, este debía haberse ido, era probable que hubiese tomado sus cosas y se hubiera alejado con Kagami y Aomine.

 

Encendió la luz de la sala encontrándose con el pequeño bolso azul que el modelo había preparado para dejar el departamento en la mitad de la sala, aun en el suelo, miro la mesa, los platos, la comida y una pequeña cajita descansaban al igual que cuando había llegado, ahora entendía las palabras de Takao.

 

-Siempre te he amado.- el peliceleste se sorprendió cuando el rubio hablo desde la cocina.- Midorimacchi dice que solo estas agotado, no solo físicamente, que es mejor que tomes un descanso, pero me dijo que lo mejor es que te hagas unos análisis lo más pronto posible, me quedaré y te cuidaré este fin de semana, después de todo no puedo permitir que alguien más se acerque.

 

-Kise-kun…- nuevamente sentía ganas de llorar, no quería que él se quedara, no quería verlo, ni tenerlo cerca, no podría superar la ausencia del modelo en su vida.- Kise-kun… prométeme que no harás nada estúpido.- aun hablaba  con el nudo en la garganta.- no quiero, que hagas algo estúpido por est…- pero no lo soporto, se dejó caer de rodillas contra el suelo.

 

-¡KUROKOCCHI!- las lágrimas bajaban caudalosas, pero para Tetsuya ya no había necesidad de ocultarlas, ya no podía, era verdad, no se podía comparar con las personas que estaban cerca de Kise, ni menos podía competir con la fama del rubio, pero solo pensar en perderlo lo estaba matando.

 

-No puedo… no puedo… Kise-kun… por favor…- se aferró a la camisa del piloto, suplicando.- no quiero… no soy cap…capaz…- gimoteaba con desesperación.- sé que…que no me com…comparo… pero no quiero… no puedo dejarte, no quiero hacerlo…

 

-Kurokocchi no entiendo, ¿si no quieres dejarme, todo lo que dijiste es mentira?- un sollozo más fuerte salió de los labios del pequeño , mientras ocultaba su rostro en el cuello del rubio.

-Solo…solo… no quiero perder…no contra ella… yo sé que con… con tú fama, siempre tendrás algo mejor que yo, pero lo siento, no puedo perder te, no quiero… perdóname por ser así de egoísta… perdón Kise-kun, perdón.

 

-¿Mi fama te molesta?- se alejó del pequeño, mirando preocupado a la sombra.- ¿esa es la razón de todo esto?- la voz de Kise se escuchó molesta, a lo que el pequeño solo pudo bajar el rostro, era un idiota al creer que con simples suplicas iba a conseguir que el rubio lo eligiera a él sobro todo lo que lograba al ser modelo.

 

-Kise-kun…

-No lo puedo creer, Kuroko.- estaba molesto, el solo escuchar su nombre de forma tan fría, tan seca, tan impropia de Kise lo destruyo.- no lo puedo creer… ¿Cómo puedes llegar a tanto?

 

-lo…lamento.- ahora se sentía peor, era realmente una basura, podía haberse callado, pero no, estaba actuando como una niña débil.- no… quiero… que es…esto.- solo podía tartamudear.- termine… así.

 

-Kuroko, claro que estoy con molesto.- le tomo la barbilla para que lo mirara.- mira a lo que llegaste.- y con una delicadeza propia de Kise limpio las lágrimas de la sombra.- quiero casarme contigo, realmente no sé cómo llamas idiota a Aominecchi y a Kagamicchi, si tú te portas peor

-Kise-kun…

 

-si tanto te molestaba, si tanto dolor te traía debiste hablarlo Kurokocchi, te enfermaste, esto afecto tú salud y eso es algo que me molesta demasiado, mi fama no importa, ni el dinero, ni nada, cambiaría todo por solo una sonrisa tuya Kurokocchi.- beso sus labios, el sabor a sal de las lágrimas se mezclaba suavemente entre sus bocas.

 

-Kise-kun… hazme el amor- Kuroko gimió, dejando las lágrimas bajar por su rostro.- hazme tuyo… tómame…

 

-aun estas delic.- pero no pudo terminar cuando sintió las piernas de Kuroko enredarse en su cintura, las ropas evitaban que el miembro ya despierto del rubio penetrara al peliceleste.

-Anda…Ryouta-kun… hazme tuyo…hazme…mmm.- meneo las caderas.

-mmmm….Kurokocchi…¿cásate conmigo?

 

El peliceleste se detuvo, sintiendo nuevamente como sus ojos se anegaban, quería escucharlo otra vez, sentir que no era un sueño, que de verdad podrían ser felices junto.

-Repítelo

 

-Se mi esposo Tetsuya, comparte tú vida conmigo, comparte todo conmigo, unámonos para siempre…no hay nada que la fama pueda darme que quiera más que tú en mi vida, que dices… ¿aceptas? - agregó mirando fijamente a la sombra.

-Si…si… si… gracias Ryouta-kun.- sonrió aun con lágrimas cayendo por sus mejillas.

 

Kise lo llevo a la cama, esa era el comienzo de su historia y el rubio se encargaría de que fuera como correspondía, Kise le hizo el amor muchas veces, lo tomó, recorrió su cuerpo y marco cada parte como suya, que no hubiera dudas de que ellos se amaban y se amarían para siempre.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer 


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