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A Demon's Heart por Chimilia

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Notas del fanfic:

Escrito originalmente en Slasheaven. Será una serie de oneshots sin continuación pero unidos en el mismo universo. Gracias por leer!

La estancia está acogedoramente iluminada hoy. Grandes columnas emergen imponentes y llenas de oscuros recovecos y tallados que muestran diversas figuras y palabras. Me las conozco todas. Recuerdo que cuando era un niño solía imaginar las historias detrás de esos tallados. ¿Serían antiguos conjuros? o ¿Acaso serían representaciones de viejas guerras? La gran sala es siempre mi lugar favorito para estar, pese a que los demás digan que es absurdo. 

Me estiro cual gato por el mullido sillón y descanso la cabeza sobre el cojín. Un par de libros reposan sobre la mesita del costado y el servicio se encuentran listo para ser servido en la mesa más grande. Adoro los libros. En mi colección tengo cuentos, novelas, poemas y miles de libros de historia y ciencias. Probablemente a esta altura ya los he leído todos. Es realmente como viajar a miles de lugares a través de las palabras. ¿Extraño el mundo exterior? Uno no extraña lo que nunca ha tenido. Posiblemente sienta anhelo sobre aquel mundo que nunca pude conocer. ¿Se lo reprocharía a alguien? Jamás. Al contrario, lo agradecería.

El sonido de la puerta corta mis pensamientos y uno a uno los Generales de la junta directiva hacen su entrada. Con solo verlos no caben dudas sobre cómo ganaron la guerra contra los humanos. Fuertes, sin titubeos y con miradas indescifrables. Y conozco a cada uno de ellos. 

Rápidamente me pongo de pie y comienzo a preparar las copas que luego llenaré con una roja y espesa sangre. Sé, después de 3 años trabajando en esto, que a ellos les gusta que la mantenga tibia para tomarla con gusto. Esta sangre tiene un líquido anticoagulante que permite que dure más después de traerla desde los bancos de sangre, pero he escuchado que eso le da un sabor distinto. Según ellos no hay nada como la sangre recién extraída de un humano. Felizmente ellos son Generales y guerreros de alto rango, todos con años de experiencia en controlarse con humanos cerca y yo no corro peligro alguno. Aunque después de haber sido criado por demonios, estoy muy acostumbrado. No hay nada de aquí que me produzca miedo o asco, hasta algunas veces he ido yo mismo a traer la sangre de los bancos y he visto a los humanos entregando su tributo mensual. Es tan natural para mí que no me sorprende, y sé que para los humanos de la post-guerra tampoco.

Con los años he aprendido que hay distintas clases de demonios. Existen los amables, cómo Ahlbert, quien suele traerme libros cada vez que sale a explorar nuevos territorios. Y existen los crueles, los que aún no entienden que los humanos son necesarios para su supervivencia y no controlan su furia. Felizmente no hay muchos de ellos acá en el Norte. Dicen que esos son los demonios del Este, los que matan a los humanos cuando se alimentan y los tratan como ganado.

En el Norte los humanos pueden llevar vidas relativamente normales, con trabajos estables y un sistema parecido al que siempre han tenido, a excepción de que muy pocos pueden obtener cargos públicos o superiores. Obligatoriamente a todos se les coloca un chip en el brazo para que sean localizados y puedan donar su sangre mensualmente. Es el único tributo que deben hacer, algo así como un impuesto. A cambio, reciben educación, atención médica y seguridad de parte de los demonios. Una vez escuché que hay humanos trabajando mano a mano con los demonios en centros de seguridad y que combaten a rebeldes humanos y demonios descontrolados.

Vivir en el Norte es una bendición para los humanos y no es de sorprenderse la cantidad de inmigrantes que llegan acá a pedir refugio. Cuando los demonios del Sur y del Oeste adoptaron nuestro sistema, las olas de inmigrantes disminuyeron y fue una gran ayuda para nosotros. Si hubiésemos seguido con ese ritmo no hubiésemos podido afrontar la carga que era tener que cuidar de los humanos refugiados. La alianza entre Norte, Sur y Oeste fue un éxito y es así como se formo la famosa alianza. Ahora son solo los demonios del Este los quienes traen problemas, tratando a sus humanos como basura y en pésimas condiciones. Me alegra no haber tenido que vivir ahí.

La esclavitud fue abolida acá, pero a veces me pregunto si yo seré un esclavo. No tengo ningún recuerdo del mundo humano ni tampoco referencias de una madre o un padre. Ahlbert dice que mis padres biológicos ya habían muerto cuando me encontraron y él, siendo un vampiro tan joven, jamás creyó que al levantarme en sus brazos se hubiese enternecido tanto, al punto de llevarme al cuartel general y ocultarme en sus aposentos. ¿Qué hacía un demonio de tan alto rango con un bebe recién nacido?

Hace 17 años la guerra se encontraba a punto de finalizar con la victoria de los demonios sobre los humanos, y un acto como el que Ahlbert había cometido hubiese sido merecedor de un severo castigo. La alianza que el Norte había establecido prohibía la esclavitud de los humanos y lo que él estaba haciendo conmigo le podía costar desde el rango hasta la vida.

Un secreto como ese no duró mucho en el cuartel, y cuando fui descubierto por el mismo Rey del Norte, Ahlbert sintió el verdadero miedo por primera vez.

Los demonios, incluido Ahlbert, se ponen de pie al mismo tiempo y agachan la cabeza en señal de respeto. El Rey del Norte hace su entrada, tan elegante y pausada como le es posible. Sé que le encanta el dramatismo que su presencia causa entre sus Generales aunque jamás lo admita. Así es Vincent, el demonio más poderoso del Norte y cabeza de la alianza.

Demonios siempre han existido. En algún momento estuvieron ocultos creando leyendas como los vampiros y los dragones, seres que los humanos crearon en su literatura. Ellos no se equivocaron mucho, pero hay varias diferencias entre vampiros, dragones y estos demonios. No creo que exista un nombre que los defina, simplemente alguien los llamó demonios, y nadie dejó de llamarlos así. Y ellos existen desde el principio de los tiempos. Algunos dicen que existió una época donde los demonios y los humanos vivieron en paz….pero no creo que sea posible. Los demonios necesitan la sangre de los humanos para vivir, y los humanos no son fáciles de subyugar.

Los demonios pueden ser bastante violentos cuando se les provoca, especialmente cuando se transforman en enormes seres alados, no como los dragones de los libros, pero sí con enormes alas llenas de membranas y ojos negros como el ónix. Tampoco son inmortales, ellos se reproducen, crean familias y tienen un ciclo de vida similar al de los humanos. Hay niños demonios y ancianos. Pero poseen una fuerza descomunal. A los 12 años un demonio ya es un guerrero listo para luchar, y la fuerza crece y se mantiene hasta pasar los 100 años. Eso es verdad, viven más que los humanos, pero no tanto como se cree, tal vez unos 10 o 20 años más como máximo. Y tampoco pueden "convertir" humanos en demonios.

Con el tiempo suficiente pueden sanar más rápido que los humanos normales, pero sus puntos débiles son similares. Por eso llevan a todos lados esas armaduras especiales que repelen cualquier ataque humano. Aunque desde que Vincent llegó al cargo del Norte, las rebeliones han sido casi inexistentes. Los humanos son muy bien tratados acá y los rebeldes solo luchan en lugares como el Este. Incluso escuché alguna vez rumores sobre grupos de rebeldes humanos del Este que no buscan ser “libres”, sino que quieren que el sistema del Norte sea instaurado ahí. Y todo por Vincent.

Mis mejillas están calientes de solo pensar en él. Solo de pensar en su cabello negro y esos ojos amarillos que me encantan….y sus labios, sus mejillas, y esas manos…todo de Vincent me encanta. ¿Cómo no podría haberme enamorado de él?

Vincent termina de hacer su entrada y todos toman asiento cuando él lo hace. Su porte es serio y pocas veces sonríe, pero su mirada es justa. Siempre escucha lo que sus Generales quieren decir y él siempre está abierto a nuevas ideas. Incluso a veces escucha ideas de humanos para la regularización de la sangre. Con sus 30 años, posiblemente Vincent ha sido el demonio más joven en llegar al trono del Norte. Su padre fue un gran combatiente y murió en plena guerra, cuando los humanos comenzaron a utilizar armas biológicas, las cuales destruyeron la fauna y la flora en casi todo el planeta. En esas épocas los demonios no estaban preparados para eso y fue el mismo Rey, el padre de Vincent, quien sufrió las consecuencias. A los 13 años Vincent asumió el cargo y se llevó a sus más fieles amigos con él: Ahlbert, de 13 años, y la novia de este, Reinar, una demonio de 11. 

Fue en esa primera lucha donde Ahlbert me encontró, según él, entre los escombros de una casa. Escuchó un llanto y me vio, un bebe recién nacido, aún con el cordón umbilical que salía de las entrañas de mi madre muerta. Él, un soldado demonio ya hecho y derecho, me tomó en sus brazos y vio mis pequeños ojos abrirse y mi mano sujetar su dedo gordo para llevarlo a mi boca y chuparlo con ganas. Sin contenerse me abrigó y me llevó al cuartel, y junto a Reinar lograron cuidarme y esconderme por casi un año. Hasta que Vincent lo descubrió.

Ahlbert me lanza una mirada divertida porque nota que me he sonrojado y sabe que es porque estoy pensando en el Rey. Aveces suele decirme que yo me he autoesclavizado a Vincent ¿Soy un esclavo? No.

Me acerco y una a una voy llenando las copas con la sangre tibia. Todos tienen una copa excepto el Rey. Su bebida llegará después. Los demonios no me prestan mucha atención, están tan acostumbrados a mí como yo a ellos. Escucho que han habido ataques de rebeldes en nuestra capital, lo cuál es muy extraño. ¿Quién querría atacar el Norte? Usualmente son los mismos humanos quienes se deshacen de los rebeldes, total…ellos prefieren vivir cómodamente acá y protegidos, a tener empezar una guerra que saben que perderán.

Se preguntarán qué hago yo, un débil humano de 17 años, ahí…pues es por culpa de Vincent. Son pocos los caprichos que él tiene, es por ello que es muy respetado por toda la comunidad demoniaca, e incluso humana. Pero tiene ese único capricho conmigo: necesita tenerme cerca, necesita saber dónde estoy, si estoy bien, si estoy vivo. Necesita saber que sigo ahí con él, y tener el cargo de “sirviente especial de las reuniones especiales” es más que perfecto para sus propósitos. Según él lo hace porque no confía en ningún otro sirviente. Cree que alguno se puede ir con los chismes a los otros reinos, y es lógico. Pero en el fondo sé que lo hace por tenerme cerca.

La única vez que desaparecí fue cuando fui secuestrado por unos rebeldes a los 14 años…y fue también la única vez que Vincent perdió el control y mató a sangre fría, no solo a los rebeldes, sino a todo el pueblo donde ellos se escondían. Recuerdo que era una clase de granero y yo estaba oculto. Ellos no me hicieron daño, al contrario, me trataron bastante bien…todos sintiendo lástima por mí. Cuando escuché que Vincent había llegado comencé a apilar los sacos de fertilizante al rededor mío para protegerme. Esos rebeldes fueron los primeros humanos con los que tuve contacto y no me estaban secuestrando exactamente…me estaban rescatando! Ellos creían que yo era la prueba de que los demonios del Norte sí esclavizaban humanos y planeaban mostrarme al resto del mundo para empezar otra guerra contra los demonios…pero estaban equivocados. Yo no soy un esclavo.

Todos los Generales confían en mí, y no les molesta mi presencia ahí. Es más, prefieren satisfacer ese capricho a que Vincent pierda el control de nuevo. Saben que ahí estaré, en toda reunión, incluso en las que muchos de ellos jamás tendrían acceso. Felizmente no tengo ninguna fuerza ni poder, y no represento una amenaza para ninguno de ellos o a sus cargos. Yo no me quejo, porque leer y estar cerca a Vincent es todo lo que necesito para ser feliz.

Debo haberme quedado absorto mucho tiempo porque la reunión ha terminado. Todos se van retirando excepto Ahlbert y Vincent. El primero me sigue mirando divertido mientras que el segundo revisa documentos. A veces creo que Vincent no necesita verme para saber si estoy allí. Un día me escapé por los jardines del cuartel, solo para probar, y ahí lo vi mirándome a la distancia pero sin molestar. Vincent me da mucho espacio, pero yo no lo necesito. Solo quiero estar junto a él.

- Hey Leti, pasa más tarde por mi casa. Reinar y yo te tenemos un regalo de cumpleaños - me dice Ahlbert. Si pudiera definir la palabra padre o madre, serían esos dos demonios.

- En serio?! - no puedo evitar emocionarme y lo abrazo efusivamente - Graciaaa…ahhh! - una fuerte mano me coge del cuello y me jala hacia él. Vincent es tan celoso.

- Sin emocionarse tanto - me dice estoicamente.

- Ay Vincent! Si tú eres quien más lo engríe - le replica el demonio de cabello rojo. Ahlbert siempre disfruta de provocar a su Rey - Leti - me dice - sabías que este demonio encargó a Reinar aprender cómo hacer una torta de cumpleaños humana para tu cumpleaños de los 15? - puedo ver como la ceja de Vincent comienza a crispar.

- En serio?! Nunca pensé que “eso” era una torta humana, en los libros se veía diferente. Pensé que Reinar lo había pensado…lástima que fue imposible de comer. Me dio mucha pena. - recuerdo aquel pedazo de cemento, digo, de torta, que Reinar me regaló. Nunca pensé que había sido idea de Vincent. Aun recuerdo la cara de Reinar cuando me la entregó…se veía tan feliz. Pese a las burlas de todos los demonios, fue divertido cuando trató de meter un pedazo de torta en la boca de Ahlbert y este se rompió un diente. Hasta Vincent sonrió aquella vez.

- Creo que ya es hora de que te retires - dice Vincent con voz seria pero sin dejar de mirar los documentos.

- Que aburrido te has vuelto con los años Vincent - le replica el pelirojo - Bueno Leti, te esperamos más tarde en casa! Ojalá no vayas con este demonio aburrido - me guiña un ojo y aun sonriendo sale de la sala.

Sé que lo dice de broma, porque todos dicen que la clemencia de Vincent por los humanos es por mí. Cuando descubrió lo que Ahlbert y Reinar habían hecho exigió que me fuera entregado a los humanos inmediatamente. Las bases de la alianza aun estaban muy frescas y los humanos aun no confiaban en los demonios…. un hecho como ese podía desencadenar otra guerra, porque los demonios del Norte habían prometido no esclavizar ni capturar humanos para su consumo privado. Todos los demonios debían alimentarse de los bancos de sangre y no de humanos, especialmente de niños. Pero de algún modo que nunca sabré accedió a participar del secreto.

- Nadie lo podrá saber - estableció aquella vez. Y el secreto fue tan celosamente guardado que nadie, a excepto de esos tres demonios, saben que yo crecí entre las puertas del cuartel. Para todos los demás, mi existencia allí es un capricho de Vincent que nadie se atreve a discutir. Soy el niño huérfano que los rebeldes iban a llevar como tributo al Rey del Este y que Vincent milagrosamente rescató. Obviamente, después de la matanza, no quedo nadie vivo para desmentirlo. Todos suponen que en agradecimiento hacia ellos, se me permitió vivir y hacer las labores domésticas en el cuartel, y que Vincent simplemente se encaprichó conmigo. Esa es la historia oficial y pese a algunas sospechas, como el que yo conociese cada rincón de la casa de Vincent (la cual en sus primeros pisos funciona como el cuartel), nadie se atreve a cuestionarlo.

De mis 17 años pasé 14 encerrado en los pisos superiores donde Vincent vive, solo leyendo y mirando por la ventana. Fui secuestrado, rescatado y ahora soy el “sirviente especial de las reuniones especiales” y puedo salir cuando quiera al mundo humano. Pero son muy pocas veces las que salgo del cuartel. Soy feliz acá y no hay nada afuera que necesite.

- Hoy has estado muy pensativo - me dice Vincent con esa voz profunda que me encanta.

- Estaba recordando mi vida acá - le respondo con honestidad. No tengo porque mostrarme humilde ante él. Lo amo desde que aprendí lo que era amar. ¿Qué edad tenía? ¿8? ¿9? Mi primer y único amor. Aquel hombre que me cargó, bañó y alimentó cada vez que pudo. Ahlbert y Rainar fueron como mis padres, incluso me pusieron el nombre y establecieron mi fecha de cumpleaños, pero Vincent era aquel ser que me inundaba. El que me dejaba quedarme en su habitación cuando sus Generales salían a la guerra. El que con su mirada triste me miraba y se sentía mal por no poderme mostrar el mundo exterior. Si tan solo supieras Vicent….que todo mi mundo gira al rededor de ti.

- ¿Y qué piensas? ¿Ya estás pensando en irte a explorar el mundo? - su voz no ha cambiado, pero solo yo sé que el cambio en actitud no está en su voz…está en su mirada. Y su mirada se ha hecho más profunda - ¿Por fin te diste cuenta que vivir con demonios no es divertido? 

- Mi mundo está acá - le digo sentándome a horcajadas sobre él y pasando mis brazos sobre sus hombros, creo que es momento de decírselo - tú eres mi mundo - le dijo mientras dejo que sus brazos me envuelvan.

Vincent me mira un rato y va llenando de besos mi frente hasta llegar a mi oído.

- Tú también eres mi mundo Leti - me susurra. Esa voz. La misma voz que me declaró su amor entre bolsas de fertilizante y cadáveres desmembrados. Y esa boca. La misma boca bañada en sangre que me dio mi primer beso y que me prometió fidelidad absoluta. Vincent es tan fiel a mí que incluso solo bebe de mi propia sangre. Nadie lo sabe, pero soy el único humano en toda la alianza que no tributa su sangre al banco. Mi sangre, mi vida, es exclusiva de Vincent.

Su boca me invade y todo desaparece. Nuestras lenguas juegan y siento como mi miembro endurecido se frota con el de él. Comienzo a sobarme y a descontrolarme, lo necesito. Necesito sentirlo piel con piel sobre mí. Me muevo sin vergüenza casi saltando sobre él y tratando de hacer el roce más fuerte. La manos de Vincent sobre mi trasero me aprietan y comienzan a marcar la línea de mis nalgas. Ya no puedo esperar a tener esos dedos ahí!

La mano de Vincent sube por debajo de mi camiseta y todos los vellos de mi cuello se erizan. Trato de respirar pero su lengua dentro de mi boca me absorbe. Muevo mi rostro y lamo descaradamente su mejilla repitiendo su nombre con anhelo.

- Vincent…Vincent…Vincent…- amo decir su nombre y cuando lo siento así de entregado a mí, soy yo quien pierde el control. Me separo un instante para quitarme la camiseta con furia y lo veo…el estoico demonio está sonriendo burlonamente.

- Ansioso Leti? - me pregunta deslizando una de sus uñas afiladas y rojas sobre mi pecho. Un escalofrío me recorre y siento como ahora son los vellos de mis extremidades los que se erizan. Vincent se inclina lentamente hacia mí y me lame el pecho, dejando pequeñas marcas que sé que más tarde le reclamaré. Tiro la cabeza hacia atrás y comienzo a aspirar con fuerza. 

- Por favor…- le ruego tratando de resfregarme más fuerte contra su miembro. Siento mi culo humedecerse con solo sentir su miembro cerca. Utilizo mis piernas para balancearme entre hacia adelante y atrás, pero no es suficiente - Vincet…por favor…

Pero Vincent no me responde. Sin dejar de lamerme el pecho y el cuello, mantiene una mano sujetando fuertemente mi cintura y la otra en mi trasero, sobando y apretando, metiéndose entre los pliegues y jalando para causar más fricción. Me siento tan mojado. Puedo sentir su cuello húmedo bajo mis manos y le levanto el rostro para lamer el sudor de su frente. Cada beso, cada lamida o mordida en mis hombros y cuello me está quemando.

- Vincent…te lo ruego…- le suplico nuevamente.

- Lite…- murmura mi nombre y intempestivamente se levanta conmigo encima y me tira contra la mesa de reuniones, sobre todos los documentos. No se en qué momento me arranca el resto de la ropa, pero ahora estoy así, desnudo y con las piernas abiertas frente a él.

Siento su mirada y mi culo comienza a latir. Sus manos me abren más y acarician todo a su paso. Sus dedos recorren desde mis pies hasta mi abdomen, pasan por mi trasero, mi miembros, mis muslos…tocan todo. Un poco se saliva cae de mi boca, la que Vincent no tarda en agacharse para recoger con su lengua. Baja hacia mis axilas y se detiene a lamer ahí. A Vincent le encanta el sabor de mi piel sudada. Dice que mi sudor es como la sangre, salada y ácida. 

El Rey de los demonios del Norte inicia entonces otro recorrido con su lengua por todo mi cuerpo, deteniéndose en cada lugar posible. Cuando llega a mi vientre me muerde.

- Ahhhhhhh - grito sin contenerme. Puedo sentir como absorbe un poco de sangre desde ese pequeño pliego en mi abdomen. Un puto rollito por todos los dulces que Ahlbert y Rainar me traen todo el tiempo. Siempre me ha parecido gracioso como de todo mi cuerpo es esa imperfección la que Vincent más ama. 

- Mío…Eres mío Lite…- me dice. Quiero responderle pero antes de poder hacerlo se ha metido todo mi pene en su boca. Ya no hago más que gritar y estremecerme. Mi piel ya está perlada por sudor y la mirada de Vincent, aun con mi miembro en su boca, no me advierte buenas intenciones - sujeta tus piernas - me exige. Con mis manos sujeto por debajo de mis rodillas y con las piernas flexionadas dejándome totalmente expuesto ante él.

Su lengua lame desde mis testículos hasta el final de mi raja y mi cuerpo convulsiona de placer. La lengua de mi amado Vincent es gloriosa y se mete con presión en mí. Sin evitarlo un poco de semen del sexo de esta mañana se escapa y Vincent no hace nada más que tomarlo todo. Su toque se ha vuelto duro y empuja su rostro tan fuerte contra mi trasero que si sus manos no estuviesen sujetando mis nalgas, ya me hubiera caído de la mesa. Mi culo late con cada lamida y mi miembro, pese a no ser tocado ya comienza a expulsar un poco de semen. 

- Ahh Vincent…por favor no pares…no pares…- logro decir entre jadeos.

Y de repente lo hace. La mordida en mi culo me nubla y la sensación de tener esos colmillos enterrados ligeramente dentro de mí me hace perder momentáneamente la consciencia. Sé que me estoy corriendo, pero ningún sonido sale de mi boca. Me he quedado mirando hacia arriba con la boca abierta, arqueado y expulsando extensos chorros de semen sobre Vincent y sobre mí. Lo siento separarse lentamente de mí pero mi cuerpo sigue temblando y sacudiéndose. No lo puedo ver pero sé que está sonriendo. 

Me arrastra hacia abajo y me toma desnudo entre sus brazos para volverme a sentar sobre él. Me besa cariñosamente y me acaricia suavemente. Nos besamos con calma, transmitiendo todos los sentimientos. 

- Te amo Vincent - le digo contra sus labios. Aunque amar es poco, lo que yo siento por él es devoción, admiración, amor, protección…son tantos los sentimientos que una palabra nunca es suficiente.

- Te amo Lite - me responde aspirando contra mi mejilla, abrazándome con fuerza - nunca te vayas de mi lado - me pide. Y ahí lo veo, el demonio del cuál estoy completamente enamorado. Vincent es fuerte, posiblemente es el demonio más fuerte de toda la alianza, pero cuando estamos así…juntos, sin que nadie lo vea, Vincent se permite romper un poquito. Deja de lado todos esos años de duro entrenamiento, de golpes, de siempre mantener sus sentimiento a raya para mostrarse ante mí como realmente es: un demonio con sentimientos humanos, con algunas inseguridades y miedos. Y yo no hago más que aceptarlo y amarlo aún más.

- Jamás - le respondo subiendo los brazos y dejando su rostro en mi pecho. Beso su oscuro cabello - soy tuyo Vincent, mi vida es tuya - y no puedo evitar derramar una lágrima ante el desbordamiento de sentimientos que me embargan. Con 17 años no debería portarme como un niño, pero en los brazos de Vincent puedo ser lo que quiera - ahhh! - exclamo sorprendido y con su fuerza descomunal se levanta llevándome con él y deja que enrolle mis piernas en su cintura. Estoy completamente desnudo pero no me importa.
Sabes que no hemos terminado no? - me dice con la ceja arqueada. Con una sola mano me sostiene y con la otra abre la puerta para salir de la gran sala. No hay nadie en los pasillos porque todos saben que cuando nos quedamos solos esto suele ocurrir. Y nadie se atrevería a mirarme con malos ojos.


Soy un humano criado por demonios. Soy la persona más preciada por los demonios más fuertes de la alianza y el favorito del Rey del Norte. Y no permitiré que nadie me lo robe. Ningún rebelde, ni humano ni demonio. Como aquella vez hace 3 años.

Dejarme secuestrar fue fácil, ya había escuchado que unos humanos rebeldes buscaban pruebas contra el reino para derrocar al Rey tratando de romper la alianza. Y sabía en lo que Vincent se transformaría cuando no estuviera cerca. Hoy parece que hay una nueva amenaza.

Mi Vincent, yo te protegeré contra todos.

Notas finales:

Se suplican comentarios :)


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