~4 Jewels: Diamond~
Prologo
Nos conocimos a través de un libro
Nuestros destinos entrelazados
Siempre los estábamos buscando
Y ahora que hemos logrado encontrarnos…
Seguramente no es una casualidad…
Dos manos sorpresivamente se encuentran, ambas querían tomar un libro, dos pares de ojos también se encuentran, unos son azules, brillantes y juguetones, los otros son de color caramelo y miran con curiosidad esos azules ojos
-Lo siento- se disculpa la de los ojos caramelos, de 22 años, cabello rubio y sonrisa amable
-No hay problema- responde la de ojos azules, de 20 años, cabello castaño y sonrisa juguetona e arrogante
Ambas se quedan en silencio mirando el libro que querían tomar, del cual solo quedaba un ejemplar
-Puedes llevártelo- dijeron ambas, rieron un poco por aquello
-Es enserio tu llévatelo, no lo necesito, en realidad tengo dos ejemplares en casa- la rubia abrió la boca ante lo dicho por la castaña
-¡¿Dos!? ¿Y para que querías otro?- pregunto la rubia sin ocultar su asombro- ¿Te gusta esa autora?
-Algo así- respondió la castaña restándole importancia al asunto
-Yo amo a esa escritora- comento la rubia tomando el libro para abrazarlo
-¿Enserio?- la castaña sonrió de manera divertida- Bueno disfruta el libro…- la rubia sonrió asistiendo
-¡Astrid!- una rubia de ojos ámbar, de 25 años, se acercó a ambas, la castaña, de nombre Astrid, resoplo con molestia- ¿Quién es ella?- pregunto señalando a la rubia
-Ni idea… una fan de Adriana Lee al parecer- la rubia frunció el ceño ante el comentario cargado de burla de Astrid
-Soy Audrey Griffin- estiro su mano para saludar a la rubia de ojos ámbar
-Ania Conelly, un placer- respondió al saludo- ¿Fan de Adriana Lee?- pregunto sonriendo con algo de burla
-Si- respondió Audrey tratando de no molestarse
-Pues hoy es tu día de suerte, Ania es la editora de la famosa escritora- Audrey abrió los ojos sorprendida y emocionada
-¡¿Enserio?!- Ania miro mal a Astrid que sonreía divertida de la situación
-Si- suspiro Ania para luego sonreír con cierta malicia
-¿¡Cómo es?!- pregunto acercándose demasiado a Ania que retrocedió sonriendo algo nerviosa pero con ese toque malicioso
-Usted júzguelo… ¿No lo crees? Astrid- La nombrada frunció el ceño
-Arruinas mi diversión… Audrey Griffin yo soy Astrid Lean- Audrey no entendía del todo la situación- Mejor conocida como Ariana Lee…
-¿Qué?- pregunto creyendo que era una broma de muy mal gusto
-Soy la escritora de ese libro- la castaña le guiño el ojo con clara intención de molestarla
-Imposible...- dijo Audrey encaminándose a pagar el libro tratando de olvidar a esas dos ‘Locas’
-Dentro de una semana Ariana Lee sacara un libro nuevo, Las lágrimas de la luna- mascullo Astrid sin borrar su sonrisa burlona
-¿Y? Eso todo el mundo lo sabe- respondió Audrey sonriendo de manera desafiante negándose a caer en esa broma de mal gusto
-La historia trata sobre una chica que no recuerda su pasado, esta cautiva en un lugar desconocido, su único contacto con el exterior es un chico del cual se enamora…- Audrey puso los ojos en blanco
-Eso también todo el mundo lo sabe- respondió decidida a cortar esa conversación
-La chica se llama Luna y tiene un collar, es de diamante en forma de lagrima, su única conexión con el pasado… - Audrey se detuvo al escuchar esa parte, miro con algo de incredulidad a Astrid- Pero bueno… en unas semanas compruébalo, disfruta el libro- señalo el libro que tenía entre sus brazos- Nos vemos, vamos Conelly
-Sí, Adiós Audrey Griffin- y ambas salieron de la librería, dejando a Audrey sorprendida
-Imposible- pensó sonriendo de manera burlona, ya en dos semanas comprobaría lo dicho por esas ´Locas’
-Dos semanas después-
-¡Imposible!- grito al leer el libro ‘Las lágrimas de la luna’ había llegado recientemente a la biblioteca de la Universidad, quería confirmar lo dicho por Astrid y para su gran asombro lo que había dicho era verdad, además de que el libro era interesante, dramático y algo romántico
-Shh- fue callada por varios lectores, pidió disculpas y regreso su vista al libro
-Imposible que esa impertinente castaña fuera la persona que más adoro y admiro en este mundo- pensó Audrey, pues en su mente Adriana Lee era alguien de alma sensible, amable y tímida, no impertinente ni burlona como lo era Astrid- Que lastima…- se lamentó cerrando el libro- Lo bueno es que nunca la voy a volver a ver- dejo el libro en un estante, se encamino a otro estante para tomar otro libro…
Dos manos de nuevo se encontraron, al igual que dos pares de ojos
-¡Tu…!- grito impresionada y sonrojada
-Hola Audrey Griffin- saludo con burla Astrid, tomando el libro que al parecer Audrey iba a tomar
-¡¿Qué haces aquí?!- le pregunto ya sin importarle que estaban en una biblioteca, recibió un regaño de la bibliotecaria- Lo siento… - se disculpó- ¡Astrid!- grito en voz baja
-Estudio aquí- contesto Astrid sentándose en una mesa
-¿En qué facultad?- pregunto
-Filosofía y Letras- Audrey dejo que su boca se abriera por completo, Astrid de levanto para cerrarla sonriendo burlonamente
-¡Yo estado ahí durante 3 años y nunca antes te había visto!- de nuevo fue callada por la bibliotecaria, y además recibió la advertencia de que si volvía a gritar no se le volvería a permitir la entrada
-Eso te pasa por ruidosa- se rio quedamente Astrid empezando a leer el libro que había tomado, Audrey se sentó a su lado
-¿Y bien…?- pregunto tratando de no levantar la voz
-Me descubriste, yo no estudio aquí, pero una buena amiga si, Filosofía y Letras- confeso pasando las hojas del libro
-¿Nombre?- la curiosidad le estaba ganando a Audrey
-Lynn Hawthorne- de nuevo su boca se abrió, Astrid riendo de manera algo escandalosa se la cerró, también fue regañada pero no le importo demasiado
-¿Lynn Hawthorne?- pregunto creyendo haber escuchado mal
-Si Lynn Hawthorne- respondió continuando con su lectura
Audrey se quedó callada mirando al vacío. Lynn Hawthorne era muy conocida en la facultad, era una joven de 20 años con un carácter fuerte –horrible- además de que era hija de un empresario muy afamado en el país. Inglaterra
-Hablando de la reina de roma…-mascullo Astrid sin apartar su vista del libro, Audrey miro a la distancia a Lynn Hawthorne, de 20 años, ojos azules tan fríos como el mismo hielo, de ahí su sobrenombre ‘La dama de hielo’, sus ojos azules contrastaban con su cabello negro azulado
-¡Astrid! ¿Qué haces aquí?- grito Lynn sin reparar en el lugar en que estaban, la bibliotecaria se acercó para callarla pero en cuanto vio de quien se trataba de inmediato se alejo
-Hola Lynn, ¿Cómo has estado?- pregunto Astrid en un tono sarcástico pero cariñoso
-¿Quién es ella?-señalo a Audrey, la pobre solo miraba hacia un lado rogando que Lynn no la notara pero por desgracia lo hizo
-Audrey Griffin, mi más ferviente enamorada- Audrey sintió que los colores se le subían a la cara. Audrey pensó que si las miradas mataran ella ya estaría por lo menos 1000 metros bajo tierra, por la mirada cargada de rencor que Lynn le dedicaba- Bueno las dejo sola… Tengo la impresión de que ustedes se llevaran muy bien- Astrid se levantó y se encamino hacia la salida, dejando en el camino el libro que leía, Audrey solo miraba con odio a esa castaña que hace solo unos minutos idolatraba
-¿Así que ferviente enamorada?- Lynn se sentó a su lado, Audrey suspiro calmando su corazón, era imposible que alguien dos años menor que ella la intimidara, miro con firmeza los ojos fríos de Lynn, de inmediato aparto la mirada por lo penetrantes que eran
-Amo sus libros, no a ella- explico tratando de relajar la situación
-Que te quede algo muy claro, Audrey Griffin- Trago en seco, su tono era demandante y firme, sin duda aterrador- Astrid es mía…y Además dudo mucho que algún día te llegue a amar
-¿Eso porque?- pregunto impulsada por su curiosidad, de inmediato se arrepintió- Digo… yo…
-No tengo que explicarte la mente de Astrid, si eres su más ferviente enamorada de seguro sabrás el porqué de mis palabras- se levantó con porte y gracia, sonrió de manera fingida- Espero no volverte a ver cerca de Astrid, Audrey- Lynn salió de la biblioteca con paso digno, dejando a una que otra persona boquiabierta por su belleza
Audrey solo suspiro
-Cuenta con eso…- mascullo Audrey
>>Audrey Griffin, 22 años, acababa de conocer a la que pronto seria el amor de su vida: Astrid Lean, pero también había conocido a la que sería su contrincante: Lynn Hawthorne<<