(Tsume)
Los primeros rayos del sol, caen en mis ojos y comienzan a fastidiarme… Me levanto, me estiro y me transformo en humano.
Veo que ya te levantaste- Me dijo sarcástico Kiba.
Que tiene. Aún es temprano.- Dije.
Oigan, ¿Han visto a Toboe?- Preguntó Hige subiéndose la bragueta de su pantalón.
No…- Respondió Kiba.
De repente se fue a mear por allí- Le dije cruzándome de brazos- Ese mocoso siempre trae problemas. ¡Es lo único que sabe hacer!-
Oye, relájate…- Trató de calmarme Hige.
Espera… Él no es así, y… ya hace mucho tiempo que se fue…- Dijo Kiba.
Talvez se perdió-
Lo mejor que podemos hacer ahora es transformarnos en lobos y rastrearlo con nuestros olfatos- Anunció Kiba muy preocupado.
Yo también me sentía muy preocupado… Pero, no me gustaba mostrar mis sentimientos ni nada de eso… Toboe es aún un niño… Un cachorro… Todo le puede suceder… Romperse una patita, caerse de un barranco, ser atacado por otros lobos más grandes…. Ó… algo peor….
Tsume, no perdamos el tiempo y comencemos…- Dijo muy serio Kiba.
Sí…-
Nos convertimos en lobos y empezamos a olfatear todo.
La última vez que vimos a Toboe, estaba arrullado en mí… y luego… ¡Maldición! Y si se levantó en la noche… ¡¿Porqué no lo sentí!...
¡Chicos! ¡Vengan por aquí! ¡Encontré pistas!- Gritó Hige.
Kiba y yo lo seguimos… Y nos dimos cuenta de lo peor…
Aquí huele a humanos, y a muchos humanos sucios- Comentó Hige.
Y también a Toboe- Agregó Kiba.
Sigamos el rastro antes de que se desvanezca- Dije furioso.
Si esos humanos llegan a hacerle algo; juro que se arrepentirán…
(Toboe)
¡Levántate!- Gritó alguien pateándome.
Auch…- Me quejé de dolor.
Observé a mí alrededor y me encontraba en una cabaña. Ahora que era de día, podía distinguir mejor a todos los que me habían… ¿raptado?... Se encontraban sentados en sillas y muebles observándome con miradas llenas de lujuria. En cambio yo, estaba tirado en el piso y adolorido… No sabía que decir y menos que hacer… Sólo… Sólo quería llorar, y despertar de esta pesadilla…
Bueno, ya que no piensas decir nada…- Decía el rubio de ojos azules.- Te diré algunas cosas. Aunque grites, nadie te oirá; ya que estamos muy lejos, más lejos de lo que te imaginas del lugar en donde te encontramos…-
Y por si no lo haz notado, ¿Por qué no observas tu tobillo?- Intervino, uno un poco más bajo, con aspecto de científico.
Miré mi tobillo, y me di cuenta de que tenía una especie de brazalete metálico adherido a mí. Sin pensarlo dos veces intenté quitármelo, pero todo mi esfuerzo fue en vano.
Sabemos que eres un lobito… Un bebé, y ese brazalete impedirá que te puedas transformar en lobo otra vez- Añadió el mismo sujeto. Acto seguido se echó a reír a carcajadas. Como si lo que hubiera dicho fuera tan gracioso.
Por favor, déjenme regresar. Yo no les he hecho nada… Por favor- Me puse a llorar.
Te vez tan lindo cuando lloras- Se me acercó otro chico, y me cogió fuertemente de la cara.- ¡Anda! Sigue llorando…-
¡Ya!... Déjalo, lo único que estás logrando; es que se asuste antes de tiempo…- Intervino otro. Este tenía aspecto más formidable y respetable, pero se notaba que era demasiado adulto.
No podía aguantar más… Tenía miedo. Todos tenían sus miradas posadas en mí… Y me incomodaba más, el simple echo; de que aún tenía ganas de hacer pipi…
El brazalete ya me estaba fastidiando. Aunque, ya tenía bien claro en mi mente que eso, prácticamente ya formaba parte de mí; seguía intentando sacármelo.
¿Que es lo que tienes en el cerebro?- Se burlo sarcásticamente otro chico.- Si sigues de ese modo; lo único que estarás consiguiendo, es que me excite- Me intimidó el pelirrojo.
¡¿No han entendido lo que dije! ¡No jodan más al niño!- Me defendió el más adulto de todos… Nuevamente.- ¡Levántate y dinos tu nombre!-
To… To… Tobo… Toboe…-
Que lindo…- Dijo el adulto lujuriosamente.
Muy bien ‘Toboe’, basta de palabrerías, y quítate de una buena vez la ropa- Dijo el de ojos azules.
Apenas dijo eso, me puse de pie para tratar siquiera escapar, pero, instantáneamente me arrodillé en el suelo otra vez. No tenía caso. Tenía miedo, estos señores iban a abusar de mí… Y… Ya no soportaba las ganas… Me estaba aguantando desde ayer… Más el pánico que tengo ahora; aumenta mi necesidad.
Ven… Acércate y siéntate en mi muslo- Me llamó otro chico como de veintidós años, de cabello largo y castaño.
Lo miré con temor… E hice lo que me ordenó…
Que buenito te pones ahora.- Añadió otro adulto… Más feo… y gordo…
Si intentas escapar, o de hacer algún moviendo que ya sabes que te costará la vida; lo lamentarás ¿Entendido?- Me susurró el señor que me cargaba al oído. Solo asentí con la cabeza.- Así me gusta… Ahora obedecerás a todo lo que cada uno de nosotros te digamos ¿Entendido?- Me empezaron a salir nuevas lágrimas silenciosas de los ojos… Volví a asentir con la cabeza.- Listo señores, ahora dejemos que el pequeño elija con quién quiere comenzar- Anunció.
Te debes sentir alagado- Se burló otro señor de piel muy oscura.- Eres tan bonito que podrás elegir con quién quieres comenzar…-
¿Co… Comenzar q… que?- Pregunté aún con las lágrimas. Tenía en mente algo… pero tenía fe en que no fuera eso… por favor…
No sabes que- El rubio juntó su cara hacia la mía.- Comenzar el sentido de tu secuestro. No queremos dinero de ti. Ya tenemos suficiente de eso, ahora lo que realmente deseamos, es a una hermosa criatura; para convertirla en nuestro juguete sexual… Es lo único que nos falta. Ó mejor dicho; que nos faltaba. Ahora ya te tenemos… Y ahora sí, tienes que elegir con quién quieres tener tu primer encuentro sexual… ó; ¿ya haz hecho el amor con otro tipo?- Negué con la cabeza.
Apúrate en elegir al primero, y no te preocupes por los que siguen después, ya que nosotros la vamos a regir- Dijo el más gordo.
Sólo cerré mis ojos y señalé… No sé a quién… Pero solo señalé…
Te arrepentirás de no haberme elegido…- Se enfadó el rubio.
Sin querer había escogido a uno de los más grandes. Su piel era oscura al igual que sus ojos.
Vamos precioso- Me jaló de la mano con brusquedad, y me condujo hasta una habitación en la parte trasera de la cabaña.
(Tsume)
¡Maldición!- Me quejé.- Vamos horas siguiendo el rastro que dejaron esos humanos…-
Tsume tiene razón Kiba, nos tomaron ventaja con su camioneta…- Dijo mirando las marcas que había dejado el vehículo en el sendero del bosque.
Sí… Si seguimos corriendo de este modo… Seguro que llegaremos en días. Y eso… No sabemos hasta donde habrán llegado con Toboe… Y menos sabemos si es que él sigue vivo…-
¡Cállate idiota! ¡Él está vivo!- Grité lleno de ira.
¡¿Qué te hace pensar que no está muerto!- Gritó Kiba.
Lo sé... Él es mi amigo y lo peor que puedo hacer ahora; es pensar negativamente de él… Toboe está vivo…- Dije…
Eh… Muchachos… Si nos quedamos parados acá; no llegaremos a ningún lado- Rompió el silencio Hige.
Sí- Dijo Kiba- Tsume… En verdad lo siento. A veces la desesperación y esto…-
Es mejor cuidar lo que decimos… Hasta en esas situaciones de desesperación…- Le dije.- Sigamos adelante…-
De acuerdo…- Respondieron.
(Toboe)
Si intentaba zafarme del señor… solo empeoraría las cosas… más de las que ya están. Este lugar está repleto de armas… Y aunque tratase de coger una pistola, y matase a este señor, vendrían los demás y acabarían conmigo. Claro, y antes… Me violarían…
El adulto cerró la puerta del cuarto con llave… Y se dirigió hacia los cajones de una cómoda; para… Para sacar cadenas.
Me puse a llorar…
Quítate la ropa…- Dijo mientras que él se sacaba la suya.- No. Mejor no- Retiró su mandato.- Yo te la quitaré…-
El señor me agarró por la cintura, y antes de comenzar; me secó las lágrimas.
Si te quedas quieto, y no te pones rebelde, no te dolerá tanto- Dijo mientras me quitaba la camisa. Acto seguido, empezó a acariciar mi pecho. Luego desabrochó mi pantalón, y me desnudó por completo.
Me echó en la cama tratando de ser delicado; y de no poner todo su peso sobre mí. Agarró las cadenas; que a la vez contenían dos pares de esposas y me sujetó de las muñecas y de los pies hacia ambos extremos de la cama.
Por favor… No, no… No lo haga…- Sollocé.
El señor se quitó su ropa interior, mostrándome lo grande y erecta que lo tenía; para después empezar a masturbarme con fuerza.
Grité de dolor y de miedo. Todavía no me la había metido; pero me estaba apretando los genitales con demasiada fuerza… Y me dolía….
Ahora sí, pequeño, quédate quieto…- Agarró mis piernas y las abrió con fuerza; haciendo que las cadenas me quedasen más apretadas por la presión.- Primero introduciré un dedo, luego dos, después tres, y dejaré para el final la mejor parte.
Mis lágrimas volvían ha salir silenciosas… Y de mis labios sólo pude susurrar Tsume… Te quiero…
(Tsume)
Puedo sentirme más inquieto, y no porque esté corriendo con todas mis fuerzas con mí forma de lobo, sino… Siento que si no me apuro; algo le puede suceder a Toboe. Tengo el presentimiento de que no está muerto… Pero si no lo encuentro lo más rápido posible… Ya no sé ni que pensar… Cada segundo, cada minuto… Se vuelve una eternidad… No quiero lamentarme lo que le puede suceder… Sólo quiero traerlo de vuelta con el grupo… Para protegerlo… Él no tiene la culpa de lo que está sucediendo… Talvez la tenga yo, por no haberlo cuidado correctamente… ¡Mataré a esos humanos!...
Continuará…