Título: ¿Quieres ser mi novio?
Pareja: SasuNaru.
Autor: Naruke
Capítulo Único.
Es sorprendente, y algo estúpido, como la simpleza de una pregunta puede producir tanto caos dentro de uno. Todavía sería perdonable si la pregunta en cuestión fuera con relación a la escuela, ¡esas sí son preguntas!
¡Pero no! La pregunta que me han hecho es tan corta, tan simple y con una respuesta igual de sencilla, que no guarda en sí ninguna ciencia.
Pero que aun así, aun sin ser una pregunta tan complicada, en estos instantes siento un enorme caos en mi cuerpo, en mi mente. Todo tipo de pensamientos lógicos me han sido arrebatados, cuando al verle levantarse de aquella silla en la que estaba sentado enfrente del computador, para posarse delante mío, con aquellos movimientos elegantes y seguros, mirándome con aquel rostro imperturbable y pronunciando cuatro palabras en una interrogante que nunca creí escuchar de él y que resonaron en las cuatro paredes de mi compleja mente adolescente:
¿Quieres ser mi novio?
En ese mismo instante todo poder de raciocinio desapareció de mí, dejando a un Naruto imposibilitado de siquiera articular una palabra, y con una telaraña de sentimientos enredados en el sistema.
Aquella telaraña densa atrapaba todos mis pensamientos y sentimientos, enredándolos y mezclándolos, dañando por completo mi sistema y alterando cada parte de mi cuerpo, sin que pudiera evitarlo. Este problema es comúnmente conocido con el nombre de: nerviosismo.
Sentía todo revuelto en mi interior, no comprendía que sucedía, ni lo que me decía, ni porqué me lo decía. Mis mejillas se habían calentado un poco sin darme cuenta, seguro una ligera capa carmín las cubría; me sentía intimidado por su seria mirada y su exigente silencio que aguardaba por una respuesta.
¿Qué debía responderle?, me preguntaba intrigado. La realidad es que no estaba enamorado de él, ni siquiera me gustaba o atraía físicamente, lo quería como mi mejor amigo; pero también tenía curiosidad.
Otra pregunta aún más grande surgió en mi interior en aquellos minutos o segundos de duda: ¿Por qué…? Era una pregunta sin aparente sentido, pero comprensible para el chico en frente de mí.
Su voz indiferente me causo un sobresalto, rasgando el silencio que había reinado en su habitación, haciendo que me cuestionará si él había leído la duda en mi rostro o yo había hecho la pregunta en voz alta.
-Eres una excepción-fue su escueta respuesta y todo volvió al silencio anterior y con la misma tensión. Aquella respuesta me hizo sonreír ligeramente; Sasuke era un idiota.
Mis dudas aún seguían, preguntándome qué tenía yo de especial para que él se saltara su gusto por las mujeres para querer salir conmigo. Quizá nada; quizá sólo él tenía curiosidad, quería experimentar, quería saber más, definir su identidad o lo que fuera. Pero esas razones no me inquietaban, ni me enojaban, sólo me generaban más curiosidad en el “…y sí aceptara”.
Seguía sintiendo su penetrante mirada sobre mí, esperando en silencio por mi respuesta.
Tenía muchas preguntas, dudas e inseguridades; aun no me olvidaba de mi antiguo amor, uno tan tóxico y peligroso que quebrantó mi espíritu, mi cuerpo y corazón pero del cuál lentamente me estaba recuperando.
¿Qué debía hacer?
Y respondiéndome yo mismo, las palabras se abrieron paso por mis labios, vibrando en mi garganta y sonando al mismo son del palpitar de mi corazón: Si quiero, Sasuke.
Era lo que había dicho. Había sido un impulso, pero era lo que yo quería. No sabía si era movido por la curiosidad, por un amor recién desarrollado o algo parecido. Tampoco sabía sí mañana íbamos a terminar o duraríamos una semana. Ni siquiera tenía confianza en que me llegará a dar un beso en los labios, pero eran situaciones y emociones que yo quería experimentar, por lo tanto dejé de lado mis hipótesis, teorías, palabras y situaciones a futuro, calmando y desmarañando la telaraña que había surgido en mi interior.
Pero antes de poder calmarme completamente me vi sorprendido y sacado de la profundidad de mis pensamientos por el suave tacto de los labios de Sasuke sobre los míos. Un tacto dulce y vibrante. Mis ojos se abrieron de par en par, viendo como ese idiota alejaba su rostro del mío, sintiendo su fresco aliento en mi cara y apreciando la sonrisa arrogante en sus labios.
Vi cómo se daba la vuelta, yendo directo a su computadora para continuar con los deberes de su escuela que momentos atrás había estado realizando como si la situación anterior no hubiese ocurrido.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
-Soy tu novio, debes prestarme atención-le dije divertido por la situación y lo poco romántico que era.
-El control de la televisión está en el mueble-fue su escueta respuesta, señalando el lugar mencionado, ignorándome.
No sé cuánto vayamos a durar o lo qué sucederá, pero sé que tuvimos un buen inicio. Toqué mis labios recordando el cálido tacto de los suyos.