-Ya llegué.- susurró Taemin al pasar por el umbral de su puerta, dejando caer la mochila a un costado de la misma, luego se quitó la chaqueta para lanzarla al sofá más cercano y seguir su camino hacia la cocina para beber un vaso de agua, pero se detuvo en el trayecto.
Alzó las cejas sorprendido pero terminó sonriendo.
Sintiendo un hormigueo intenso en el estómago.
Sobre la mesa del comedor había una flor, ésta ya estaba dentro de un florero con agua fría (lo sabía por los hielitos que se apreciaban a contraluz), a un lado del florero estaba un sobre con la firma de Minho.
Caminó lento hacia el comedor, se asomó por encima de la barra que dividía con la cocina para buscarlo, quién sabe, quizá Minho estaban su casa y por eso no lo había visto en la escuela.
Pero al no encontrarlo optó por tomarlo.
Al tenerlo en su mano y moverlo lo suficiente para sacar el contenido: el aroma de Minho llegó a su nariz. Eso le hizo sonreír.
Sacó la hoja que estaba dentro del sobre, pero tentado por el aroma de Minho terminó con el mismo sobre cerca de su nariz, aspirando lento y prolongado hasta llenar sus pulmones al tiempo que recordaba la primera vez que grabó el aroma de Minho en su mente.
Y aquellos momentos en los que al abrazarlo su aroma se desprendía.
E incluso, la manera tan despreocupada con la que Minho se aplicaba desodorante.
Al terminar de sonreír retiró la carta de su cara para poder leerla.
Taemin sólo necesitó leer “Ciudad Universitaria” para recordar que Minho estaría allá.
Que probablemente estaría con su Director Oda “directeando” por algún lado y estaba tan seguro que Nichkhun estaría con ellos también. Así que rápidamente (sin guardar la carta) sacó su celular de la bolsa de su pantalón, buscó entre sus contactos a Minho y le llamó.
-¿Por qué no estás aquí?- preguntó Taemin antes de que Minho dijera cualquier cosa del otro lado de la línea.
-Porque estoy dando un curso taller sobre el eje…-
-Eso sonó muy mal.- susurró Taemin tapando con su mano la bocina para que Minho no lo escuchara. –Cómo estás, ¿niño?- corrigió sonriendo, escuchando una pequeña risita nerviosa como respuesta.
-Enfadado.- contestó. –Pero motivado porque sólo estaré aquí media hora más.-
-Eso es bueno.- susurró Taemin abriendo una silla del comedor para sentarse y poder mirar con más detenimiento el tulipán. –Encontré lo que dejaste en mi casa.- sonrió.
-Habías dicho que dar una flor era como dar un beso.- contestó Minho.
-La diferencia es que la flor dura más tiempo.- completó Taemin suspirando, notando cierto parecido del color de la flor con los labios de Minho. –Y que se puede presumir en físico.-
-Le pedí permiso a tu mamá para entrar a tu casa y dejarlo. Espero que no te moleste.- Minho rió nervioso pero Taemin estaba negando lentamente.
-No me molesta.- contestó. –Me encanta. Creo que es perfecto, tú también.-