Las calles de Ikebukuro estaban igual de concurridas tanto de día como de noche, eso te agradaba un poco, el no sentir el olor de ese informante tan escurridizo te alegraba las mañanas, o bueno eso era lo que decías, más sin embargo debías de admitir que echabas de menos perseguir a esa pulga a cualquier hora del día.A un más si no le habías visto desde hace cuatro días, mientras sacabas un cigarro y tu mechero del bolsillo te preguntaste con un ceño fruncido en el rostro.
-"¿Dónde estará ese maldito de Izaya?, tal vez le hizo un favor al mundo y murió al fin".
¿Izaya, muerto?, ¡como lo iba a estar si ya lo habías mandado a volar tantas veces y seguía de pie!, era gracioso, el hombre que tenía de apodo el más fuerte pensando en su más grande rival y a un más, se te notaba nervioso y preocupado, además tenías que agregar el hecho de que no habías dormido bien en estos días.
-Oye, ¿has escuchado el nuevo rumor sobre ese infomante? -se escucho la voz de una chica que paso al lado tuyo-
-¿Orihara Izaya-san? -menciono la posible amiga de la otra-
-Si, él, ¿le conoces? -pregunto de vuelta y con una sonrisa-
-Mi padre le contrato para un trabajo -contesto restando le importancia-
-Bueno, da igual, el caso es que dicen que él ahora . . . ¡tiene una novia! -agrego casi gritando-
-¡¿Eh?!, ¿enserio? -se sorprendio ante la respuesta de su amiga-
-Si, dicen que tal vez ya están comprometidos y que ella es hija de un yakuza importante -su conversación parecía no acabar nunca-
Espera, espera un minuto ¿habías escuchado bien?, Izaya comprometido con alguien que es además hija de un mafioso, ¿¡te estabas volviendo loco a caso?!, ¿¡cómo podían decir eso?!.Tenías que encontrar rápido a esa asquerosa pulga y aclarar todo esto de una vez por todas.
Pero ahora te acababas dar cuenta de algo, acaso tu estabas ¿ . . . celoso?.
-¿Quién en su sano juicio podría llegar a querer a esa pulga? -te preguntaste entre pensamientos confusos-
Te estabas escondiendo ¿no es así?, recuerda que alguna vez en los viejos tiempos aquellos ojos de color rojizo te habían cautivado con el primer mirar, el efímero momento de aquellos labios rosados murmurando con una sonrisa tu nombre, era algo que simplemente te encantaban, pero eso ya había quedado en el olvido, en el tiempo que habías llegado a conocer a Izaya te habías percatado que el era una persona que jamas podría amar a alguien.
-Izaya puede parecer una persona malvada y llena de total confianza, pero es la persona más solitaria, triste e insegura que he conocido durante mi vida, incluso las personas que cres más importantes para él, jamas han llegado a su corazón. -recordaste la vez en la que Shinra menciono eso la tarde en la que ambos se conocieron y odiado-
¿Y si tu fueras la primera persona que lograra conocer todos los sentimientos de Orihara Izaya?.
-Sin duda yo . . . amo a esa maldita pulga -dijiste apagando tu cigarro y mostrando una sonrisa-
Sin haberte imaginado, habías dicho lo mismo que en tus días de la preparatoria Raira, exactamente de la misma persona y con la misma sonrisa retadora.