Caminabas con una expresión de desesperación en el rostro, mientras tus labios sostenían un cigarro entre ellos, en estos momentos solo el sabor del amargo tabaco te lograba tranquilizar.Le habías llamado a Tom pidiendo le el resto de la tarde libre, éste te lo concedio sin preguntar siquiera el por que, si, desde los últimos días te notabas cansado y agobiado, así que no estaría mal el descanzar un poco.Pero, ¿cómo podías relajarte si no dejabas de pensar en aquel informante que tanto jurabas odiar?, a un más ¿ese rumor sería cierto?, no, eso debía ser una mentira, una vil y asquerosa mentira.
-"¡Ah!" -te quejaste- ¡Debería simplemente largarme a casa y continuar con esto hasta mañana -dijiste en un grito ahogado- ¿Eh? -te preguntaste al sentir un aroma no propio de Ikebukuro y fue cuando lo supiste, tu rastreador de pulga se había activado-
Te giraste de golpe y fue cuando lo viste frente a ti.
-Shizu-chan -murmuro con una expresión burlesca- Dime, dime, ¿qué hace la bestia de Ikebukuro hablando solo?-
-Izaya -murmuraste apretando los labios, no estabas seguro de que hacer, ten solo hoy en la mañana te habías dado cuenta de que amabas a ese informante y si él ¿te rechazaba? y si él ¿te abandonaba cómo todos los demás?, ¡no1, no querías perder le hací de fácil- Y-Yo, tengo algo que decirte -anunciaste con algo de nervios- Y-Yo, t-te . . .
-¿Si? -pregunto con confusión el peli-negro, estaba sorprendido al verte e tal estado de trancé-
-Y-Yo t-t-te -tomaste fuerzas y le miraste con firmeza- ¡Te amo maldita pulga! -
Un silencio sepulcral enterro todo, esos ojos rojizos te miraban con sorpresa, hací se quedo hasta que una sonrisa se torno en sus labios- ¿Tu?, ¿amarme?, ¡vaya que Shizu-chan es gracioso! -una risa fue lo siguiente que escuchaste-
-Es la verdad -te decepcionaste de su respuesta- ¡Yo te amo! -gritaste con desesperó-
-Alguien que no es humano no debe terminar enamorado, ¿no?, después de todo no tiene que tener sentimientos, ¿verdad? -se acerco de una manera felina a ti- Entonces es mejor . . . -sus labios rozarón los tuyos y ahora tu estabas en shock- ¡Que M-U-E-R-A-S! -y lo último que sentiste fue una fría punzada de dolor en tu cuello, era su navaja en el suelo bañada con tu sangre mezcladas con unas lagrimas que caían de esos ojos rojizos .. .. ..
QUE TANTO AMASTE
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Te despertaste sobre-exaltado de aquella pesadilla tan realista que habías tenido, te respiración se notaba alterada y gotas de sudor bañaban tu frente, por un segundo te sentiste tranquilo al ver la hora, 6:37 p.m a un tenías tiempo de buscar a la pulga y cambiar lo que no hiciste años atrás.
-Por que quieras o no Izaya . . . dirás que me amas -y sonreíste al mirar el sol ocultando se en Ikebukuro-