Ryoga y yo llevábamos ya tiempo sin vernos, la última vez que habíamos hablado había sido hace una semana, justo antes de que yo empezara el primer one-man junto a the LOTUS; aquella última noche Ryoga y yo la habíamos pasado arrejuntados en el sofá, viendo alguna que otra película de comedia - romántica y robándonos besos el uno al otro, mi plan principal de aquel día era pasar una tarde de pareja e irme a casa a dormir pronto, ya que tenía que madrugar, pero Ryoga no dejó que me fuera y una vez entrar al dormitorio hizo una de las cosas que mejor se le daban, apenas dormí aquella noche y recuerdo llegar tarde al lugar de quedada con los miembros del grupo.
Todas las noches hablaba con Ryoga y ambos nos contábamos nuestro día a día, un poco pegajoso para los miembros de mi grupo, Rian siempre estaba poniendo alguna que otra cara extraña y Ryuto lo acompañaba, aunque también era bastante molesto tener a Tsubasa casi pegado al teléfono para ver que cosas nos decíamos; al final siempre acababa yendo a hablar al baño. Por parte de BORN, algo complicado, no sabían la relación que nos traíamos Ryoga y yo, podía parecer algo de mal gusto que él no se lo dijera pero...digamos que piensan bastante diferente en cuanto a estas relaciones; de todas formas había que ser un poco tonto para no darse cuenta, siempre salíamos de la PSC juntos, íbamos mayormente a la misma casa y hacíamos muchas actividades juntos.
Ryoga y yo comenzamos a salir unas dos semanas después de que the LOTUS entrara a la PSC, al principio teníamos que hacernos a los demás grupos que se encontraban ahí, me costaba ser sociable por lo que yo simplemente saludaba y sonreía por educación, hasta que un día que estaba comiendo algo en la cafetería, Ryoga se acercó y me dijo "Tú eres para mí, no lo olvides.” Admito que lo primero que pasó por mi cabeza no era mas que pensamientos de si Ryoga estaba borracho o había fumado algo que no debería. De todas formas no sabía que significaban esas cuatro palabras, y aun así cuando se fue, no paré de darle vueltas, ese mismo día al salir me lo encontré y me invitó a dar una vuelta, en verdad no me apetecía pero las voces de los demás miembros de mi grupo en mí cabeza diciéndome que socializase un poco más…ganaron; acabamos yendo a tomar un par de cervezas, nos dimos cuenta de que teníamos unas cuantas cosas en común y una vez más al acompañarme a casa repitió esas cuatro palabras. "Tu eres para mí”.
De verdad que seguía pensando que estaba un poco loco y me pensé en no acercarme más a él.
Nunca había pensado en los hombres de esa forma, Rian si y yo lo aceptaba pero…yo de verdad que jamás lo había pensado. Pero el que me diese cuenta de lo que quería decirme con esas palabras nos trae al día de hoy, al presente, un presente en el que vivo con Ryoga y nadie sospecha nada de nada…aunque algunas veces Kazuki de SCREW nos silbe mientras hablamos caminando por el pasillo de la PSC.
BORN iba a tener un live en el Akasaka Blitz, hacia tiempo que no iba a ningún concierto y ya que habíamos llegado unas dos horas antes de lo previsto a Tokio, decidí pasarme.
Muchas de las fans me reconocieron y saludaron, otras solo gritaban cosas sin sentido.
—Oh, Ray-san, ¿Vienes a ver a Ryoga?—me preguntó el staff que se encontraba en la puerta, él solamente sabía que éramos “buenos amigos”.
—Si, ¿Puedo pasar?
—Por supuesto.—me abrió la puerta y me encaminé hacia el interior.
Mi plan principal era no molestar y que no se diesen cuenta de mi presencia, quería ver su cara una vez avistarme entre la multitud del escenario, intentaría colocarme por la primera fila, aunque debería de pensar en ponerme algo para que no me reconociesen las fans una vez dentro.
Avancé un poco mas para mirar si habían terminado el ensayo cuando me taparon la boca y me echaron hacia atrás.
—¡¡¡Mmm!!!—me quejé.
—Qué haces aquí...—me giró y pude ver su sonrisa, adoraba esa carita de cachorro que ponía Ryoga cuando o él o yo veníamos de algún tour largo.
—¡Me has fastidiado la sorpresa!—hice un mohín.
—Mi niño grande, tan quejica como siempre—me besó y me callé por un momento, sentir de nuevo los labios de Ryoga en mí, después de 7 días, era lo que llevaba esperando todo este tiempo.
—¿Niño grande...?—dije una vez separados.
—En serio Ray, han pasado meses pero sigo sin acostumbrarme a que hables con ese tono cuando tienes ese vozarrón.—se rió, adiós al momento romántico, aunque no pude hacer nada porque se me escapara una pequeña sonrisa.
—Bien que te gusta. —me crucé de brazos, era divertido molestar a Ryoga.
—¿En la cama? Por supuesto. —acercó sus labios a mi oído—es genial verte sonrojado, sudado, moviéndote por mi impulso—pegó sus caderas a las mías y comenzó a moverlas—y gimiendo mi nombre.
No podía hablar, Ryoga era el numero uno en dejarme sin palabras.
—Vete a ensayar anda.
—Ya hemos terminado, y anda, no té enfades—me dio un pequeño beso en la mejilla—Ven, vamos a ver a los demás.—me agarró de la mano y me llevó junto a él.
Si, ver a los demás, que divertido cuando solo quería verte a ti.
Entramos a la pequeña sala donde estaban todos para prepararse y una vez más me sentí fuera de lugar, me gustaba BORN pero…en los escenarios.
—¡Hombre! El niño, ¿Otra vez viniendo a ver a BORN? ¿Con Ryoga? Se va a empezar a comentar que te gustan los penes.—K pasó su brazo por mis hombros, haciendo que me agachase unos centímetros para quedar a su altura.
—Déjale, cada uno puede ser libre con su sexualidad~ Pero déjanos a Ryoga sin ir hacia ese lado eh.—Tomo me despeinó.
Era esto todos los días, todos-los-días. Ibamos a una cafetería y se ponían a decirle a la camarera que yo era gay seguro, íbamos de compras y a la dependienta, al cine a la de las palomitas. Si, cómo se puede observar, muchas veces se acoplaban a nuestros planes, pero claro, cómo me iba a quejar, si decía algo Ryoga siempre saltaba con el “Vamos cielo, son amigos, mis amigos también son tus amigos” Voy a llevarte yo con mis amigos, con Rian al club de drag queens de la esquina, a ver si te gusta eso.
Sin pensarlo dos veces después de ese momento salí y pude escuchar las risas desde esa pequeña sala. Llegué al escenario y escuché pasos siguiéndome.
—Ray…
—No, Ray no Ryoga, Ray no. Llevan así desde que nos conocimos, molestándome, mira que he aguantado todo lo que me han dicho, las bromas etc. Pero no puedo más. O se lo dices tú, o se lo digo yo.
—Para ti es fácil que los miembros de tu grupo lo sepan, Rian lo es por lo que ya lo tenían asumido.
—Por dios, no empecemos con el para mí es fácil para ti no, Rian cuando nos lo dijo no le dijimos nada.
—No me compares the LOTUS con BORN, Ray.
—…no empecemos con estas Ryoga que la volvemos a tener.—se me hinchó la vena de la frente. Siempre comparando, dando ver cómo si mi grupo fuese una mierda.
—Mira, lo siento, no puedo decirlo.
—Bien, entonces me voy, a mi casa.
—…—se quedó en silencio pero nada más comencé a caminar de nuevo me agarró por detrás.—Te quiero Ray.
—Ya no me vas a ganar con estas.
—Lo diré—empezó a darme pequeños besos por el cuello, recorriéndolo por completo. Llegaba el momento en el que Ryoga iba a empezar a ser cariñoso solo para que olvidase ese tema. Me giré para decirle que parase pero atrapó rápidamente mis labios, y no pude hacer otra cosa que corresponder ese beso.
Me agarró bien de la cintura, pegándome bien a él y subiendo la velocidad de aquel beso, haciéndome soltar pequeños gemidos cada vez que quería apartarme para coger un poco de aire.
—Ryoga…
—Shh…—continuó recorriendo mi cuello con sus labios.
Apartó algunos instrumentos que estaban en medio del escenario y me tumbó sobre el suelo.
—¿En el suelo? –sonreí.
—En cualquier sitio.
—¿Y que pasa si nos escuchan?
—Shh…no seas gafé, solo disfruta de este momento antes del live.
A partir de ese momento nuestros labios volvieron a juntarse mientras él acariciaba suavemente mi abdomen con su mano derecha y yo le desabrochaba los pantalones con cuidado. Aunque me hubiesen molestado algunos de sus comentarios, llevábamos ya unos cuantos días sin vernos y esto ya parecía una tradición.
Metió su mano izquierda por mi pantalón para tocarme de una forma un tanto salvaje, lo que me hizo gemir y bajarme un poco los pantalones junto a la ropa interior para poder dejarle más espacio.
No tardé en correrme en su mano. Lo necesitaba.
Los besos volvieron al acecho, por su cuello, por el mío, su abdomen, después el mío, sus labios, más tarde los míos, adoraba este momento. Al de un rato agarró mis rodillas para poder abrirme las piernas y una vez colocarse se impulsó hacia delante y entró en mí de un solo golpe.
—¡Ah!—me agarré a él y me acalló con otro beso mientras se movía lentamente.
La única música que estaba sonando desde este escenario éramos nosotros mismos, mi melodía favorita.
—Ryoga…—conseguí seguir su ritmo, algo que al parecer le encantaba.
—Adoro que digas mi nombre con esa voz…—me susurró y mantuvo su cabeza cerca de la mía, para poder darme pequeños mordiscos en la oreja y seguir moviéndose en mi interior.
Empezaba a temer si el escenario aguantaría esto, pero Ryoga se rió cuando se lo pregunté y al de un rato ambos soltamos el último gemido.
—Ah…—arqueé la espalda.
—Mmm…—Ryoga echó la cabeza hacia atrás, lo que me hizo impulsarme y morderle el cuello.—¡Oye!—se quejó mientras salía de mí y se vestía. Lo imité.
—Ryoga, te quiero. —lo besé.
—¿A sí?—me correspondió el beso.
—¿Lo veis?—se escuchó una voz desde un lado del escenario y tanto Ryoga y yo miramos de reojo, lo que nos hizo apartarnos una vez ver a K ahí mirando junto a los demás.
—¡Qué hacéis aquí!—Ryoga se molestó.
—No te molestes, ya que no nos lo decíais, teníamos que verlo por nuestros propios ojos.
—¿…cuanto lleváis mirando?—me atreví a preguntar.
—Desde que Ryoga te ha metido mano para tocarte todo lo gord…
—¡K!—Ryoga le gritó y todos se marcharon.
—Ray…—se lo que pasaba por su cabeza en estos momentos, Ryoga sabía como era yo y que esto me molestaría lo suficiente como para no querer saber nada más de BORN. Era muy vergonzoso, lo admito. Si más que salir de fiesta los fines de semana con los demás miembros me ponía a resolver formulas matemáticas que encontraba por internet.
—Shh…¿Qué te he dicho antes?
—Que me quieres…—dijo con una voz un tanto adorable y lo besé una vez más.
—Eso es...—le di otro pequeño beso y estiré de su labio inferior.—Mira la parte buena, por lo menos ya saben que estamos juntos.
—¿Eso tiene algo de bueno? Aparte de que podamos estar más juntos y eso…—sonreí.
—Que tanto que me molestaban me parece que les tocará a ellos tener a una pareja un tanto molesta entre ellos.
—Qué malo eres. Y cómo me pone.
—Si haces bien el live de hoy te daré tu segundo asalto.
—No lo dudes, que nuestro combate aún no ha finalizado.—sonrió de medio lado.
Me parece que lo mejor sería llamar a Rian para avisarle de que no llegaría mañana al ensayo, que empezasen sin mí.
Un vocalista no puede hacer su trabajo sin tener voz.