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Ni idea por Watashi Niko

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Notas del fanfic:

pues esto no es mio es de una best friend que no tenia interes en subirlo o continuarlo asi que lo subire por ella y si lo continua lo actualizare en cuanto lo tenga en mis manos si no lo continua pues ahi se queda.

Notas del capitulo:

aqui estas los 2 unicos caps que existen.

Capítulo 1: Viernes

7:00 am

Los pequeños rayos de sol que atravesaban la cortina iban acabando a su paso con toda ausencia de luz visible. Estaba teniendo un sueño hermoso, pero se me hacía difícil continuar, la luz era como espadas en mis ojos, atine a esconderme debajo de las sábanas, pero parecía imposible escapar de ella, finalmente quedo rendido ante su poder y decido acceder a su petición:

-         ¡Ya estoy despierto!-dije para mis adentros

Me estire como todo un folívoro y fui estrujando mis ojos hasta que logré, luego de un largo bostezo percatarme de que llegaba tarde a la universidad.

-¡ay no!, no puedo llegar tarde, voy a perder la beca.

Recogí todos mis libros y los tire en la mochila, agarre las llaves de casa y salí rumbo a la escuela…casi lo olvido…entre nuevamente al apartamento y cogí mi bufanda… ahora si estoy listo.

Ya casi estaba llegando a la estación del metro, realmente estaba agotado, pero el clima era muy favorable, tuve que esperar unos minutos hasta que llegara el próximo, pues había tardado mucho y en consecuencia logré perder el último.

-         ¡Ah! ¡Ahí está! Por fin, creía que nunca llegaría…

Me apresure a entrar y logre llegar solo un poco tarde a la escuela.  Apenas me iba aproximando podía sentir una especie de ruido, quizás vítores, se oían muchos gritos de chicas… estaba curioso por saber lo que ocurría a mi alrededor y apresure el paso, logre llegar a la multitud, que parecía apartarse formando un camino para que pasase alguien. Supongo que sería alguien famoso, sino, ¿por qué habrían de formar tal escena? Me habría paso entre las chicas, que parecían zombies, cuerpos sin alma, hasta quizás personas sometidas a drogas psicoactivas que les privaban de voluntad, estaba muy curioso por saber de qué o quién se trataba. Hasta que al fin llegue a la primera fila, y empujado por la ola de gente caí al suelo sin poderlo prevenir, creo que es un castigo divino por ser cotilla. Quede con mis rodillas y manos apoyadas en el suelo, y con la mirada hacia abajo, dejando tendida mi negra cabellera, y mi bufanda gris. Podía ver como se acercaban unos pasos. Alcé mi mirada y pude ver a un chico de cabellos rubios y de gran tamaño que extendía su mano en señal de ayuda. Sonó el timbre justo en ese instante, y la multitud se despejó de la misma forma en la que huyen las hormigas al acercarles el fuego. Agarre fuerte su mano, y me ayudo a levantarme, sonrió dulcemente y me pregunto:

-         ¿Estás bien?- mi nombre es Ryouka, y soy un estudiante de intercambio, vengo desde Inglaterra, pero amo realmente la cultura japonesa

-         ¿Eh?, etto… ¿acaso eres el chico que ha causado tanto revuelo? De todas formas, no me interesa quien eres ¿sí? Así que gracias por ayudarme, pero en verdad no necesitaba tu ayuda, desaparece, ¡baka!

Siempre he sido una persona solitaria, y realmente nunca me he interesado por hacer nuevos amigos, todos se alejan y huyen de este extraño chico, pero hay cosas más duras en la vida, creo que perder a tus padres te ayuda a darte cuenta de eso.

Hoy solo teníamos clases de inglés, y era la única asignatura que tenía desaprobada, así que no podía permitirme faltar a ese turno. Cogí mis cuadernos, y fui el último en entrar al salón. Increíblemente, y por obra del destino, que a veces es una putada, el único pupitre vacío era justo al lado de míster gilipollas. Solté mis cuadernos de forma estrepitosa y lo miré a la cara, queriendo romper sus huesos solo con la mirada. El simplemente sonrió y actuó dulcemente

-¡Ohayou! ¿Te sientes bien?

- Déjame en paz- replique yo, bruscamente

Lo sentí como el turno más largo de mi vida y para rematar, la profesora orientó un trabajo, designando como mi compañero a gilipollas-kun. Realmente mi vida apesta, de toda la clase, ¿por qué me tenía que tocar a mí? Y encima todos me miran como el suertudo…

 

4:00 pm

Había quedado con gilipollas-kun para estudiar y preparar el trabajo, creo que a veces hay que rendirse ante el poder supremo del universo, que se ríe en tu cara y te hace la vida imposible. La cuestión es que habíamos quedado en vernos a las 3:30 en mi casa y todavía no había llegado. ¿Acaso se habría perdido? Apreté mis ojos y me di golpes en la cara con las palmas de mis manos

-¡Despierta!, ¿Qué haces preocupándote por gilipollas-kun? Si se perdió, ya encontrara su camino, dicen que todos los caminos llevan a Roma… pero en caso de que se quiera salir de Roma ¡Nunca podrían salir de Roma! ¡Todos los putos caminos llevan allá! ¡Hala, otra vez el universo cegándose en tu puta cara!

Por cierto, a veces tengo esos pensamientos un poco estúpidos, en eso se diferencia la genialidad de la estupidez, la primera si tiene límites. Están tocando a la puerta, debe ser el.

-         Konnichiwa gilip… digo, Ryouka-kun

-         Konnichiwa… ¿cómo me dijiste que te llamabas? – preguntó afablemente

-         En realidad nunca te lo he dicho- dije fríamente

-         Nunca es tarde ¿no crees?

-         No te preocupes por mi nombre, de todas formas no nos veremos después de este trabajo, así que solo haz como que nunca me conociste ¿sí? – dije yo tras cerrar la puerta con una mirada frívola

-         Ok, si lo dices de esa forma…

Nos sentamos en el suelo, y gilipollas-kun comenzó a sacar sus libros de la mochila. Realizamos el trabajo súper rápido, por lo visto Ryouka era muy bueno en Ingles, algo de esperar cuando eres de un país anglosajón, creo que con esto garantizaría el aprobado, después de todo, este castigo divino iba a tener su parte buena, por partida doble, aprobaba inglés, y ya no tendría que ver más nunca en mi puta vida al idiota de Ryouka.

 

10:00 pm

Estaba recostado en la cama leyendo las ultimas revistas de Bleach, es una lástima que se detuviera, me gustaba mucho el anime, creo que era mi manera de refugiarme del mundo, pero no creo que llegase al extremo de considerarme otaku, eran aproximadamente las 10 y media y comenzó a sonar mi celular, espera, no es el mío ¿se le habrá quedado a gilipollas-kun? Me apresuré y salte de la cama en un brinco para alcanzarlo, parecía un número desconocido… ¿Qué habrá pasado? Lo cogí inmediatamente y solo sentía una voz por el otro lado que no me era familiar, se cortó la llamada y me quede de cierta forma preocupado… volvieron a llamar, esta vez atine a responder sin pensarlo.

-¿Hola? ¿Quién me habla?

- ah… al fin responde, es del hospital, tenemos una noticia que darle, pero sería mucho mejor si lo pudiésemos ver en persona.

Hice un silencio, generalmente no te llaman del hospital para darte una buena noticia ¿no?

-         Señor… ¿está ahí? ¿Hola? Es importante que venga

No sabía que decir, y solo colgué de una vez… ahora tenía que buscar a gilipollas-kun, ¿Dónde podría estar? Era muy importante encontrarlo. Cogí mi sweater y salí a ver si lo veía por algún lugar, comencé a caminar y vague por un par de horas, hasta que vi unas luces encendidas en la cafetería de la próxima esquina. Me acerque hasta allí, y para mi sorpresa allí estaba ese idiota, sentado sacando fotos a las snacks típicas de Japón, creo que en realidad lo que más lo entusiasmaba era la maid que trabajaba allí, era realmente linda. ¡Pero que hago preocupándome por estas cosas!

-         ¡Baka!- grite desde afuera, enseñándole su celular a través de los cristales

-         Ah… etto… perdón, creo que lo olvide en tu casa

Se acercó corriendo hacia mí y pregunto con cara de desolado si habían llamado.

No sabía cómo explicarle, nunca he sido bueno en esto de dar malas noticias, entonces le explique que lo habían llamado desde el hospital y que era muy importante que fuera allá. El solo me arrebato el teléfono de mis manos y salió corriendo entre lágrimas.

Se me ocurrió seguirlo, no podía dejarlo solo en este momento, además, después de todo es un gilipollas, cualquiera podría hacerle algo malo en el camino. Lo seguía sigilosamente, no quería que pensara que lo estaba observando, pero no me imaginaba como me sentiría si le pasase algo… espera,

-         ¿Por qué me preocupo tanto por él? Tranquilo… es solo que estás preocupado por un amigo que la está pasando mal… ¿Qué dije? ¿AMIGO? Para nada… es solo culpa… supongo

Entró apresuradamente al hospital y yo tras él. Me escondí detrás de la pared y pude ver a un doctor que se le acercaba, no entendía que estaban hablando, pero Ryouka solo movía la cabeza de un lado a otro y decía que era imposible lo que estaba sucediendo, hasta que no pudo contenerse por más tiempo y rompió en lágrimas, tras el doctor abandonase la sala. Me acerque a él y lo abrace muy fuerte, el comenzó a empapar mis hombros con sus lágrimas, lágrimas de verdadero dolor, y yo comencé a sentirme como un idiota. Cuando al fin se repuso nos sentamos y me comento lo que le había sucedido

-         Sabes… no pensé que esto sucedería, simplemente nunca me lo imagine, cuando perdí a mis padres pensé que era un duro golpe, pero lo superé y vine aquí a Japón con mi hermana menor, con esperanzas de dejar atrás todo aquel dolor, y ahora esto… ¡no es justo! ¡Ella no lo merecía! ¿por qué no me sucedió a mí? – gritaba frenéticamente

No sabía que responder, y no me gustaría llenar mi boca de palabras vacías como: ´´Era una buena persona´´ o ´´Todo va a estar bien´´, así que solo lo abrace y puse mi mano en su pelo rubio, deslizando mis dedos suavemente por su cabellera. Levantó la vista y me miró fijamente, tras enjugar con sus manos las lágrimas que caían de sus ojos color esmeralda. Fue acercándose lentamente y ladeando su cabeza hasta que sus labios rozaron los míos, estuvimos así por un par de segundos, hasta que yo aparte mi rostro y me gire hacia un lado, dándole de cierta forma la espalda a Ryouka. Él se acercó por detrás y  susurraba a mi oído:

-         ¿No te gustó? Perdón, seguro te sentiste obligado por mis impulsos, hasta a lo mejor tienes lastima de este ser, pero no hay nada que pueda hacer ¿cierto? Mi hermanita siempre decía que no podemos obligar a nadie a que nos ame, únicamente podemos ser personas que aman, así que, sea cual sea tu reacción te entenderé...-dijo momentos antes de abandonar la habitación

Cerró su abrigo de un tirón y se puso la capucha, como quien quiere pasar de largo y que nadie sepa que estás ahí, quizás como alguien que está cansado de escuchar el ruido que hace el mundo, y solo quiere huir de todo lo que es falso y ausente de autenticidad. Miro hacia atrás y podía leer lo que decían sus labios –P ERDON- y salió corriendo hacia la puerta.

Realmente no sabía qué hacer, estaba muy confundido-¿Qué me estaba sucediendo?-¿Acaso me gustaban los chicos? No estaba seguro realmente ni de quien era, así que pensé que lo mejor sería dejar las cosas como estaban y esperar hasta el lunes, creo que sería tiempo suficiente como para aclarar mis ideas y decidir qué hacer con mi vida.

Capítulo 2: Sábado

 9:00 am

El sábado en la mañana fui al gimnasio, con el fin de concentrarme en el ejercicio físico y olvidar por completo el resto de las distracciones. Conecte mis audífonos al iPod y puse la música más estridente que fui capaz de encontrar, realmente necesitaba sentirme fuera del mundo, quizás podría decir que estaba tratando de apretar el botón de ´´off´´ de mi cerebro… simplemente no quería pensar, creo que es una gran tortura a veces.

Estuve por un par de horas corriendo, hasta que había destrozado mi fuerza de voluntad y fui deteniéndome de a poco. Estaba exhausto, me doblé y apoye mis manos en los muslos, respirando aceleradamente, y sintiendo mi corazón tratando de salirse del pecho. Estuve así unos segundos, hasta que me sentí recompuesto. Me estire, en aras de no adquirir ninguna contracción y fui hacia los baños de chicos. Me iba acercando hasta que comencé a sentir  nervios… ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me sentía así? Creo que todo venia del simple hecho que al fin podría percatarme de lo que me estaba sucediendo, al fin podría comprobar que ocurría en mi interior. Estaba justo en la puerta, me llene de valor y la abrí de un tirón. Adentro había una cantidad exagerada de chicos en traje de baño, sudados, algunos en toalla. Un sentimiento de tranquilidad invadía mi ser… ¡No me gustaban los chicos! No sentía nada, incluso, no me interesaba mirar sus cuerpos y de cierta forma sentía un poco de asco. Me di una extensa ducha y fui a casa a continuar con mi vida. Al llegar me percaté de que había olvidado mi celular en la mesa, y tenía un montón de llamadas perdidas y mensajes de gilipollas-kun, parece que quería quedar conmigo en el restaurant de la esquina. De cierta forma me alegre, a la vez que trataba de reprimir mis anisas de verlo. Respondí a sus mensajes con un –No tengo nada que hacer, así que, solo por eso nos encontraremos allí- Habíamos quedado para las 8:00 pm, así que tendría tiempo para prepararme. Me puse lo mejorcito que tenía en mi armario, que digamos, distaba mucho de lo que se hace llamar por normal, y la típica bufanda que siempre me acompaña. ¿Por qué estaba dándole tanta importancia a esta cena? – No importa—el caso es que estaba empezando a sentir a Ryouka, como parte de mi vida, y eso me asustaba.

8:00pm

Llegue al restaurante, y allí estaba Ryouka sentado en la esquina, se podría decir que el salón estaba casi vacío. Comenzó a hacerme señas con sus manos para que lo viera (¡Baka, ya te había visto!) y me acerque a su mesa. Me senté en frente de él y el ambiente se tornó un poco tenso. Nuestra conversación no pasaba del plano de lo formal, y ninguno de los dos sabíamos que hacer para que la otra persona no se sintiera incomoda, así que decidimos mantenernos callados y voltear la mirada. El camarero se acercó y nos preguntó si íbamos a desear algo, a lo que Ryouka respondió:

-         ¡Por supuesto! A mí me gustaría probar la ternera guisada en salsa de soja ¿y a ti…? – dijo mirándome, como quien espera una respuesta.

-         Etto… me da igual, es más, tráigame lo primero que se le ocurra del menú – respondí yo

Esperamos por unos minutos hasta que ya nos traían la comida y Ryouka pidió un par de cervezas para ambos.  A medida que fueron pasando los minutos, y con ellos las cervezas, nos fuimos haciendo más íntimos. Ryouka comenzó a contar historias de cuando era pequeño y hasta yo empecé a hacer chistes. En medio de todo eso Ryouka me pregunto que si me había gustado lo que me habían traído para comer

-         ¿Eh? ¿Qué si esta bueno? Sip…buenísimo, como para lanzárselo en la cara al que lo cocino… - respondí yo

-          Pues prueba de la mía, o sea… de la ternera…

Y tras decir esto, pico con su un trozo de carne el cual acerco a mi boca con su tenedor, yo abrí ligeramente mis labios y la probé, esta rica – dije yo – y tras esto comenzó a reír.

-         ¿de qué te ríes?- pregunte un poco enfadado

-         Es que tienes algo…justo aquí – dijo tras limpiar con sus dedos mi labio superior

Me acerque a él y lo bese en los labios como si no hubiese un mañana, como si fuese la última vez que lo vería, y él me respondía con la misma pasión que yo le demostraba. En ese momento me di cuenta de algo, no me gustaban los chicos, nunca me habían gustado… me gustaba Ryouka-kun, nadie más.

Notas finales:

yap nada mas. voy a obligarla a que lo continue yo tambien quiero saber que pasara.


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