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Las vueltas del destino. por sol249

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Notas del fanfic:

Hola. No se bien que decir, espero que le den una oportunidad a este original.

Cosas importantes. Bueno lso personajes son 100% creados por mi. 

 esta historia esta protegida por derecho al autor.

Notas del capitulo:

Hola, Esta es la primera vez que publico un original. mas bien es el primero que escribo, en estos años solo he escrito fic, vampire knigth o uno de free... espero que les guste.

 

La vida es una cuestión extraña, nunca ha sido fácil; el ser que te diga lo contrario te está mintiendo o más adelante se le complicara un poco. Se supone que vienes a este mundo a intentar ser feliz y dejar tu huella en él, sin embargo, cuando estás logrando ser feliz algo sucede, algo que da vuelta tu vida, tu mundo por completo, todo se complica, tu existencia perfecta como la llamaste en su momento comienza a deshacerse y todo por culpa de un solo ser; podríamos decir que es el  destino, no obstante, ¿qué tan cierto es aquello? si se supone que cada uno forja su propio camino a seguir,  cada uno lo amolda a como nos es más fácil y cómodo, pero siempre hay algo que sale de nuestro propio alcance y es así como nos puede manipular y decimos que está fuera de nuestras manos.

 

 

Capítulo 1: inicio.

Rápido, rápido, rápido, correr con todas tus fuerzas, regular tu respiración para que no duela tanto tu pecho, intentas ver a tu alrededor y así no chocar con alguien, pero la adrenalina es demasiada para poder ver con claridad.

Eso es lo que hago cuando voy atrasado a algún lugar o cuando estoy desesperado por ver a alguien que no he visto en unas semanas, obligo a mis piernas para correr con más rapidez pero sin darme cuenta siento  mi trasero golpear el  duro suelo, creo que choqué contra alguien, elevo mi cabeza para buscar el ser que embestí con mi cuerpo y lo veo tirado de espaldas, con urgencia me pongo de rodillas y gateó hasta el chico, lo miro con curiosidad para ver si tiene algún daño, al ver que no se mueve muerdo mi labio inferior y lo analizo con la mirada. Es un castaño, piel ligeramente tostada, tiene rostro varonil y su corte de cabello se parece a los militares, se ve que es un hombre alto y no le echo más de veinticinco, abre sus ojos y son de tonalidad verdes, suspiro aliviado al ver que está bien al menos así se ve a simple vista.

— ¿Estás bien? — pregunto para asegurarme al ver cómo se sienta y se soba la espalda, sus ojos esmeralda se fijan en mí y me sonríe levemente, creo que es para que me tranquilice.

— Lo siento, no vi por donde caminaba — se disculpa — estaba escribiendo en mi celular... — su mirada barre el lugar hasta que encuentra su objetivo: el aparato telefónico; trago en seco cuando lo veo.

— ¡Oh Dios santo! Por mi culpa tu celular está roto  — digo alarmado viendo el iPhone— te lo reparare te  lo juro —  me paro rápido y busco una tarjeta de presentación en mi billetera —  soy Fernando Rodríguez, puedes llamarme para reparar tu celular, te comprare uno nuevo si es necesario, debo irme porque me están esperando, de veras lo siento mucho.

— ¿Eh? Espera… — alcanzo a escuchar al chico y sólo junto mis manos en mi cara pidiendo perdón de esa forma.

— Lo pagare, te lo juro y de nuevo lo siento, nos vemos — me despido y nuevamente salgo corriendo para ir donde él.

Vuelvo aumentar mi velocidad cuando veo su espalda, mordisqueo mi labio inferior de forma inquieta y feliz,  sin pensarlo dos veces me lanzo sobre él, siento como se tensa  por mi peso, sin embargo, rápidamente se relaja y como puede se da vuelta y me sonríe como siempre lo ha hecho, no sé imaginan cuanto lo extrañe, nos quedamos mirando un tiempo analizándonos, para así ver si hemos cambiado o si tenemos algo extraño que antes no teníamos, las semanas cuando no está son interminables.

— Estás hermoso — le escucho decir y mis mejillas se sonrojan casi de inmediato — más de lo que recordaba.

— No digas ese tipo de cosas, son embarazosas,  no he cambiado nada — aseguro sonriéndole — es sólo por qué no me has visto durante un tiempo, además tu estas más que yo… — digo entre dientes.

— Un largo tiempo — concuerda conmigo y sus labios dibujan una sonrisa triste — lo siento amor no pensé que me demoraría tanto — se acerca a mí y me rodea con sus fuertes brazos apretándome contra su cuerpo.

Con esa acción me derrito, siempre he sentido aquello cuando él me abraza, me acomodo mejor y rápidamente le abrazo con el mismo deseo, escondo mi rostro en su hombro, aspiro su delicioso aroma, esto es definitivo, yo extrañe todo de él incluso los detalles más mínimos.

— Te amo Fer — escucho sus palabras y sonrío enormemente, elevo mi rostro para responder él “te amo” pero no alcanzo a decir palabra pues mis labios son sellados con los suyos, cierro mis ojos y disfruto del beso, me dejo llevar, mis manos suben hasta su cabello enredo mis dedos en sus hebras negras aunque están cortos, mi cuerpo vibra cuando pasa su lengua a mi boca, mis piernas se vuelven gelatina, también introduzco mi lengua, el beso se hace más pasional, más sexual y cuando siento que ya no puedo aguantar más se separa y acaricia mi nariz con uno de sus dedos— recuerda que estamos en la calle nos están viendo —  me regañas con dulzura,  hago un puchero y tú sólo ríes divertido.

— Te amo — ronroneo con gusto y te vuelvo a abrazar — ¿vamos a casa? —pregunto.

— Si amor— respondes con tu linda sonrisa, a veces odio lo hermoso que eres, tu cabello negro con corte militar, tus ojos azul mar, tu piel blanca, tu cuerpo definido, tu rostro varonil y tu uniforme militar, me encantas, eres el amor de mi vida no sabría vivir sin ti.

— Nicolás... Uhm... Hoy choque contra un chico y rompí su celular — digo de forma inocente — le di una de las tarjetas que hiciste para mí por si me metía en problemas...

— Me pregunto cuántas utilizaste en este tiempo que no estuve — rió divertido al ver mi puchero.

— Para que te enteres esta es la primera que utilizo — le saco la lengua e inflo mis mejillas, sé que actúo de forma infantil pero mi novio siempre me hace actuar de esta forma.

— Está bien, está bien no te enfades Fer — me pidió y acarició mi cabello, cierro mis ojos para disfrutar las caricias, me encanta sentir sus dedos en mi— le dije que le compraría uno nuevo, por si el que rompí no tiene reparación.

— ¿Y cómo se supone que le compraras uno nuevo? — me preguntó elevando una de sus cejas.

— Pues ahí es donde entras tú y tu tarjeta de crédito— veo como abres tus ojos y suspiras resignado— recuerda que aún estoy estudiando— le digo divertido.

— ¿Y que gano yo si le compro el celular al chico? — me cuestionas viéndome a los ojos.

— Lo que tú desees — ronroneo coqueto y me cuelgo de su cuello — puedo usar mi linda boquita en tu cuerpo, iniciando por tu cuello luego bajo hasta tus pezones muerdo un poco, lamo y succiono, sigo bajando hasta tu ombligo y luego tu pene... — Sonrío de manera sensual.

— Aún no me convence del todo Fernando —me dices con una voz un poco  más ronca de lo normal sé que lo estoy logrando solo me falta un empujoncito más y mi novio caerá a mis pies.

— También puedes hacer lo que quieras conmigo — uso una voz más sensual y provocativa — puedes incluso amarrarme a la cama desnudo, jugar con mi cuerpo hacerme cosas que te gusta y yo gemir sin restricciones pidiéndote  y rogando por más.

— Está bien, está bien, le comprare el nuevo celular si es necesario a ese pobre chico — suspiró resignado.

— Gracias — sonrío feliz y le tomo el rostro para besarlo con suavidad— eres el mejor — murmullo de forma tierna

— Y tu manipulador — me miró y bufó por lo bajo —  vamos a casa — me pidió besando mi frente, yo solo cierro mis ojos ante ese contacto tan tierno.

— Estas duro — le digo con mi mejor cara de inocencia,  veo como sólo pone los ojos en blanco.

— ¿tú de quien crees que es la culpa? — interrogo acusatoriamente tomando mi mano y me jaló con dulzura para empezar a caminar.

— No lo sé, dímelo tú, ¿de quién me debo poner celoso? — digo con fingida dolencia.

— Oh vamos, ¿cómo lo debo describir para que sepas quién es? —  frunce sus labios en un gesto de qué está pensando — es un chico con estatura mediana, cuerpo atlético, piel pálida, cabello negro, ojos grises, siempre viste bien le gusta provocar a la gente y utiliza su boca muy bien en los lugares más deliciosos de tu cuerpo... Hoy está vestido con un pantalón negro, playera blanca  ajustada, zapatillas negras y tiene una mirada feliz; la criatura más hermosa que existe y me excita como no tienes idea — Me sonríes y luego muerdes tu labio inferior.

— Vaya el chico que describes es muy guapo, de veras que tengo que estar preocupado. Se nota que es sexy, debo estar muy celoso, no quiero perder —  comento mientras sigo el juego, es divertido hacer esto, nos da un toque mágico a la relación.

— La verdad es que si tienes que está muy preocupado porque estoy completamente enamorado de este chico, hace que mi mundo sea distinto que quiera volver de cada misión, lo amo — tus ojos brillan al decir aquellas palabras — Él es la razón por la que vuelvo vivo.

En el instante que escucho esas palabras salir de tu boca, en mis labios se forma una sonrisa por lo feliz que me siento.

— También te amo Nicolás.

Nos tomamos de la mano para ir a casa con tranquilidad, veo como en su hombro va el bolso militar que siempre lleva en sus misiones.

>> ¿Quieres que te ayude a llevar tu bolso? — pregunto.

— No amor, esta pesado yo puedo llevarlo, tu piensa en que me cocinaras muero de hambre.

— Tranquilo la comida esta lista — en mi rostro se forma una sonrisa, estar a su lado me hace sentir tan seguro — ¿Cómo te fue en tus misiones? ¿Tuviste muchos problemas o golpes? — pregunto mientras muerdo mi labio, sé que Nicolás casi no habla de su misiones como militar, sé que no puede hacerlo por seguridad nacional o algo así, pero aunque se aquello no puedo evitar preguntar.

— Estuvo bien, como siempre nada del otro mundo — me sonríe — ¿Qué cocinaste? — me cuestionó curioso, sabía que me iba a cambiar de tema de inmediato, a veces me da miedo de que algo le pase, o que este en algo peligroso.

— Lasaña — respondo algo inquieto y le jalo suavemente, pues ya llegamos a nuestro departamento, es bueno vivir cerca de la estación central.

— Al fin en casa — entramos a nuestro hogar y veo como cierra los ojos y aspira el aroma.

— ¿extrañabas nuestra casa Nicolás? — interrogo y muerdo mi labio inferior.

 — sí, demasiado y también a ti, nuestra cama y tu calor, tus berrinches o simplemente despertar y verte a mi lado — soltó el bolso y luego me tomó de la cintura para besarme con pasión, esta vez no se contuvo en nada, su lengua entró a mi boca, mi cuerpo vibró al sentir este contacto, mis piernas se volvieron gelatina nuevamente, creo que eso siempre me pasa cuando me besa, las mariposas en celo en mi estómago despertaron moviéndose por todo mi interior, como si este beso fuera el primero que nos damos, cerré mis ojos dejándome llevar por la lujuria pero cuando sentí que íbamos a ir más lejos Nicolás se alejó, abrí mis ojos y lo vi observándome con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

— Moh ¿Por qué te detuviste? — no puedo evitar preguntar y hago un berrinche.

— Quería ver tu berrinche es todo — se encogió de hombros y sonrío divertido, realmente cuando quiere es cruel.

— ¡Tonto! — Inflo mis mejillas y suspiro — iré a calentar la comida debes tener hambre — susurro — ve a cambiarte.

— Esta bien, no te enfades amor — se acerca y besa mi frente — iré a cambiarme — anuncia mientras me regalan una de sus sonrisas  y luego sube a nuestra habitación.

Voy a la cocina, sacó la lasaña de la nevera y la pongo en el horno eléctrico, para así poder calentarla sin apuros, una vez dentro lo prendo y me voy a la sala de estar; me siento en el sillón de tres piezas, prendo la televisión, allí espero que baje Nicolás pues le tengo que decir algo quizás importante. Mientras espero que baje me concentro en la serie que están pasando (criminal minds), me dejo llevar por el caso y no me doy cuenta cuando mi novio ya está frente a mi tapándome la vista, le sonrío y lo analizo con la mirada, arriba abajo, se puso una camisa ajustada y unos jeans color plomo ligeramente ajustado.

— Es bueno saber que aún sabes vestirte bien — le digo en son de molestarlo veo como hace un casi invisible puchero pero lo conozco bien así que lo puedo reconocer.

— ¿Eso es un insulto o un elogio? — me preguntó elevando una de sus cejas intentando intimidarme con esa acción, sin embargo, soy inmune a aquello.

— Un poco de ambos — encojo mis hombros para quitarle importancia al asunto,  mis labios se curvan en una expresión socarrona, golpe devuelto.

— Siempre tan amable — ironiza rodando los ojos; se sienta a mi lado e intenta poner su atención en   la televisión — esa serie es buena...

— Sip te deja pensando y te entra la intriga — susurro y luego le observo a él — Nico debo decirte algo — tras decir aquellas palabras obtengo toda su atención. Esperando que empiece a hablar

— Ahora tenemos un gato — mi voz sale entusiasmada, Nicolás antes de decir alguna palabra parpadea varias veces y me ve algo consternado.

— ¿Por qué tenemos un gato? — me cuestionó frunciendo un poco el ceño.

— es simple, es porque cuando te fuiste me sentía solito y quería  compañía, así que pensé en tener una mascota y elegí un gato, se supone que ese animal es más independiente, sin embargo, este gatito es “especial” — pongo énfasis en la última palabra que digo — es flojo depende completamente de mí, le gusta que le mimen y le hagan de todo, en cierto sentido se parece mucho a ti.

— ¿A mí? — elevas una de tus cejas buscando respuesta con ello y luego solo bufas por lo bajo — ¿que se supone qué quieres decir con eso? — me miró directo a los ojos, yo sólo le dedico mi mejor sonrisa inocente.

— Veamos cómo te lo podría decir… aunque seas militar siempre dependes mucho de mí, sin mi morirías de hambre y siempre llegarías tarde a todos los lugares en los cuales debes cumplir un horario de llegada, no recordarías nuestro aniversario o mi cumpleaños si no te aviso con una semana de anticipación, o el cumpleaños de tu madre o ir a visitar a tu padre a la tumba, cosas de uso diario.... ¿Quieres que siga amor?

— No es necesario pequeño demonio — su mirada se desvía hacia el ventanal y yo solo me rió divertido al ver su reacción.

— No le veo la gracia — suspira. Sin darme cuenta me recuesta en el sofá, esta sobre mi tomando mis muñecas sobre mi cabeza haciéndolas prisionera con una de sus fuertes manos y así logro inmovilizarme — ahora pagaras por ser tan malo conmigo...

— Yo no recuerdo el haber sido malo contigo....  Si mi memoria no está mal solo dije la verdad.... — mi voz sale de la manera más inocente posible — solo por curiosidad  ¿cómo  debería pagar a mi secuestrador? — hago aquella pregunta pasando mi lengua sensualmente por mis labios intentando provocarlo aún más, me encanta ver esa mirada de deseo.

— ¡tú! ¡Eres un pequeño demonio provocador! — acusa en un gruñido, se acerca a mi boca con una mirada de depredador, sonrío pues eh conseguido lo que quiero, cierro mis ojos esperando el contacto de nuestros labios no obstante nunca llego, abro mis ojos y veo como solo me observa con esa mirada llena de suficiencia— quizás algo de tortura funcione y me deje tranquilo— ronroneó bajando sus labios a mi cuello, lo lamió y luego beso dejando pequeñas marcas.

— mng... Tú serás el que será torturado por no besar mis deliciosos labios — reto de forma picada y jadeando un poco, no puedo evitar exponer más mi cuello para seguir recibiendo sus atenciones— ¡Nicolás! —gimoteo lleno de placer.

— ¿oh en serio? — pregunta con su mejor voz arrogante... Debo reconocer que a veces le odio— lo dice el niño que ya está rogando por más con solo besos en su cuello...

— Yo no estoy rogando — digo de inmediato intentando sonar seguro mientras arqueo la espalda por el placer de sus besos. El condenado militar sabe dónde besarme para volverme loco y exigir más.

— ¿en serio no ruegas por más? — inquirió saber soltando mi cuello y yo solo puedo dar un quejido y lo miro a los ojos, ansioso.

— Claro que no — intento mantenerme firme mientras mi respiración se hace regular — yo no ruego... — digo observando aquellos ojos que me envuelven en su cálido color desde que lo conocí, es como estar en un mar lleno de amor, muerdo mi labio inferior y luego desvió la mirada él sabe que me puede ganar así — no ruego — repito más para mí que para él.

— Veamos cuanto duraras con esa mentirilla — masculla e inicia a sacarme la playera con rapidez yo no pongo resistencia pues el solo sentir sus dedos tocar mi piel desnuda me lleva a un nuevo éxtasis, me deben entender llevo semanas sin… bueno sin “eso” realmente lo necesito. Sus labios que estuvieron en mi cuello, iniciaron a bajar hasta tocar mis pezones, ahí arqueo mi espalda y gimo por más.

— Y dices que no ruegas — su voz sale burlona pero realmente ahora no me importa quiero que siga.

—Quizás si haces bien tu trabajo con la boca rogare tu nombre una y otra vez hasta venirme —intento utilizar mi voz más sensual y sonrió satisfecho al sentirlo tenso.

—Sabes bien que ganare este reto pequeño — su voz salió segura y después inicio un  camino con su lengua de mi pecho hasta la pelvis, al fin lo tendré solo para mí en todo sentido.

—si quizás lo ganes pero yo tendré algo mejor a cambio —paso mi lengua por mi labio antes de morderlo y solo siento como mi cuerpo tiembla por la anticipación de lo que sucederá —te extrañe Nicolás —le digo en un gimoteo y muevo mis piernas inquieto.

—No puedes mover tus manos —ordena y se sienta sobre mí e inicia a quitarse su ropa.

Mis ojos siguen sus movimientos e inicio a ver su trabajado abdomen, muerdo mi labio por la excitación, saber que Nicolás hoy será todo mío me vuelve loco, mis ojos lo devoran, mordisqueo mi labio inferior y luego puedo alcanzar a visualizar unos hematomas por las costillas, frunzo un poco el ceño, es claro que esto se lo hizo en las misiones, intento desviarme de aquella nueva información y solo poner atención en lo que pasara ahora, porque aunque le pregunte sé que no me responderá,  más adelante preguntare que le paso.

—Estas mirándome como si quisieras comerme — me dice riendo bajito y baja hasta besar mi nariz — casi beso tus labios con esa cara que pones, estuve a punto de perder… ruega por un beso y te lo daré —aseguras mordiendo tu labio inferior y nuestras respiraciones se mezclan.

—Aun no —susurro con mis manos quietas pero muevo un poco mis caderas buscando más contacto de nuestros cuerpos — más adelante rogare, rogare por tus besos, por tu cuerpo y para que me des placer —aseguro pasando sensualmente mi lengua por mis labios intentando provocarte para que seas tú quien me bese primero.

—tu intentas provocarme ¿verdad? —me dices viendo atentamente como mi lengua se mueve sobre mis labios — tengo fuerza de voluntad —aseguras y te levantas, tomas aire y lo botas para así tranquilizarte, me vuelves a mirar y sonríes de esa manera tan depredadora que me vuelve loco, tus manos acarician mi pecho y bajan por mi vientre hasta el botón de mis pantalones, inicias a desabrocharlo y levantas un poco mis caderas me lo quitas con urgencia —listo, estas casi desnudo, y me encanta tu cuerpo, has estado haciendo ejercicios, tienes más músculos que antes y tus piernas están ligeramente más trabajadas, me gusta, me pregunto si tu trasero también está más trabajado aunque ahora me interesa lo que tienes bajo ese bóxer.

—He estado yendo a un gimnasio —concuerdo — he trabajado mucho mi cuerpo para gustarte más y más — confieso y me sonrojo levemente.

—No debes hacer aquello, me gustas tal cual eres, ahora si es porque tú quieres verte mejor está bien, pero nunca cambies por mi ¿sí? —me pidió y luego beso la comisura de mis labios —te amo —aseguras y luego suspiras —está bien yo perdí — anuncias antes de besar mis labios, su boca se mueve de manera experta sobre la mía y hace que la abra para introducir así mi lengua, el beso se volvió salvaje, nuestros dientes chocaron en busca de más y más contacto, mis manos las lleve a su cabello y los acaricie con suavidad.

Cuando nos separamos intentamos regularizar nuestra respiración y nos sonreímos con suavidad mostrando nuestro amor de esa manera.

>> También perdiste —me anuncias y yo solo frunzo el ceño al no entender lo que quieres decir — te dije que no podías mover tus manos — comentas como si nada y luego ríes, te acompaño y me pongo a reír.

—Es cierto, pero estamos a mano ambos perdimos — digo y te abrazo con fuerza  sintiendo tu calor  —sabes debemos seguir, te extraño y mi cuerpo también —aseguro de manera ansiosa…

—Mejor di Nicolás amor hazme el amor tengamos sexo te necesito tanto, no puedes imaginar cuanto necesito un poco de sexo — intentas  imitar mi voz y yo solo me sonrojo.

—No lo diré de esa manera nunca, que vergüenza, solo quiero hacerlo —digo mirando para otro lado  e inflo mis mejillas.

—Vamos Fer dilo yo sé que lo necesitas pero quiero escucharlo explícitamente con tu linda y sensual voz — escucho la voz burlona de mi novio y solo suspiro porque me niego a ceder a hacer su ridícula petición.

—Sigue soñando amor —respondo sacándole la lengua de forma infantil y luego me cruzo de brazos.

—Amor, dilo no será nada malo, di: “Nicolás, te necesito, por favor hazme el amor, tengamos sexo que lo necesito” — volvió a intentar imitar mi voz.

—No —digo con firmeza y le veo a los ojos,  veo su mirada burlona, cree que caeré en su juego pero esta vez no será así.

—Entonces no te hare el amor —me amenazo con su voz ganadora.

—Si jugamos de esa forma yo también puedo, dejare de cocinarte —también amenazo y le veo socarrón.

—Sí, pero yo no te daré placer, creo que tu pierdes más que yo —me dijo intentando razonar conmigo.

—No creo que pierda más que tú, puedo darme placer solo, y tu morirás de hambre — intento que mi voz salga desafiante para que sepa que hablo en serio.

De esa forma nos quedamos mirando así un rato hasta que sonó el timbre del horno eléctrico anunciando que mi lasaña estaba lista para comerse.

—Déjame ir a ver el horno debo apagarlo —digo apurado olvidando nuestra pelea anterior.

—Aun no —me abrazo con fuerza y se aferró a mí para no dejarme ir —además es el horno eléctrico se apagara solo…

—No se apagara solo, esta malo —anuncio intentando sonreír —la comida se quemara si no lo apago yo y la verdad no tengo ganas de comer comida quemada y no pienso cocinar otra vez, me da flojera.

—Eres un flojonazo — rueda los ojos pero aun así no me deja ir, más bien se aferra más y más a mí, como queriendo fundirse conmigo, la verdad me gusta la idea pero ahora la comida también es importante —además ya que no querrás cocinar otra vez por si se quema la comida, cocinare yo — se encoje de hombros levemente e inicia a besar mi cuello.

—No, no, no —niego intentando utilizar bien mi cabeza y que la nube de placer no me nuble por completo — no quiero morir por dolor estomacal o intoxicación, que tu estomago soporte cosas malas y rancias, no significa que la gente normal también pueda hacerlo.

— ¿insinúas que mi comida es como un veneno? —levanto su cabeza de mi cuello y me enarco una de sus cejas.

—digamos que en pocas palabras sería un sí, vamos Nick de veras tu sabes que cocinas pésimo y la verdad… 

—Ya lo sé, tontito no me enojo por eso, pero la próxima vez lo utilizare para torturar a los tipos malos —comento riendo y me beso en los labios por última vez —ve a ver la comida —me pidió.

—pero no estas enfadado ¿verdad? —pregunto por curiosidad pues cedió muy rápido.

—claro que no amor, ya después seguiremos en nuestro juego de seducción y sexo —rio y se acercó a mí para acariciar mi piel —además tu aun estas casi desnudo podre en cualquier momento atacarte y hacerte el amor en cualquier parte de la casa…

— tienes razón podrás atacarme en cualquier momento —repito y muerdo mi labio inferior ansioso para que mi querido novio me ataque pues lo necesito…

Notas finales:

¿que tal? 

¿les gusto? espero que si, de ante mano gracias  por darse el tiempo de  leer.


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