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Una copa de vino por Haruka Eastwood

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto y Naruto S. son propiedad de Masashi Kishimo y la historia es cien por ciento mia. 

Notas del capitulo:

Solo espero que les guste tanto como a mi ♥

Titulo: Una copa de vino

Resumen: Solo era una inocente visita con el propósito de entrenar, al menos hasta que bebieron una copa de vino.

—Teme pervertido —protesto apartándose un poco—. ¿Qué piensas hacerme…?

—B-Besarte —balbuceo antes de cortar la distancia entre ambos.

Categoría: Naruto

Clasificación: No menores de 18 años

Género: Romance

Advertencias: Lemon, lenguaje vulgar y trio (?

N° capítulos: Único

By: Haruka Eastwood

~ o0O0o ~ * ~ o0O0o ~

Una copa de vino

Capítulo único: Compartamos un beso

Entrelazo sus manos despreocupadamente tras su cabeza, mientras camina completamente aburrido por entre las tranquilas calles de Konoha. Últimamente solo realizaba misiones sin importancia, ya que todas las aldeas están en un periodo de paz, claramente le encantaría que todo siguiera así, lo único malo es que se aburría más que nunca, tal vez demasiado.

Constantemente es detenido para recibir saludos y palabras de admiración, sacándole una amplia sonrisa porque finalmente es reconocido y apreciado en su amada aldea, incluso es un héroe de guerra, apreciado en las cinco grandes naciones, pero no por ello deja de ser un chiquillo sencillo y hablador, que sonríe abiertamente a cada persona que conoce. La abuela Tsunade constantemente le comentaba que sus padres, junto con el sabio pervertido estarían más que orgullos si lo vieran en ese momento.

Aquellas palabras le llenaban de una enorme confianza y orgullo… si al menos pudieran verlo. Lástima que no era así.

Dirigió su mirada al cielo, meditando lo que haría el resto de la tarde. Había pensado en ir con Sakura, pero estaba muy ocupada en el hospital, Sai estaba de misión con el capitán Yamato. Por lo que un tanto indeciso se adentro al barrio Uchiha, con la intención de pedirle a un malhumorado Sasuke que fuera a entrenar con él. No era por exagerar, pero estaba seguro que si seguía así terminaría por oxidarse.

Se detuvo frente a la casa de su mejor amigo, admirándola unos momentos antes de tocar insistentemente el timbre.

—¡Oye, Sasuke~! —Grito tras un par de minutos. Sonriendo cuando escucho unos pasos acercarse a la entrada para abrirle.

—¿Qué mierda quieres, Naruto? —Espeto frunciendo el ceño. Abriendo la puerta solo lo necesario para poder ver bien a ese revoltoso Uzumaki.

—Vamos a entrenar dattebayo.

La puerta fue cerrada en su cara, dejándole con la sonrisa en los labios, por lo que molesto volvió a tocar el timbre, solo que esta vez era más que nada por molestar a ese grosero Uchiha, que se creía tan superior a todos que tenía el descaro de cerrarle la puerta en las narices.

—Maldito bastardo arrogante —golpeo con sus puños la puerta, sin dejar su tarea de insultarle.

Ya no era precisamente por querer pedirle a Sasuke entrenar, más bien era su impulso de enseñarle al engreído que tenía por amigo, que Naruto Uzumaki no le permitiría semejante falta de respeto contra su persona. Claro que no era por arrogancia, Sasuke siempre ha sido así y pese a todo hay momentos que Naruto siente que aquel malhumorado y esquivo azabache solo le ve como una molestia.

Sus recuerdos le juegan una mala pasada, remontándolo a aquellos solitarios y tristes años de academia donde solo quería hacer amigos, volverse tan fuerte al grado de ser reconocido por toda la aldea, y sobre todo que Sasuke le reconociera. Durante todos esos años odio verle la espalda mientras se marchaba, mejorando a pasos agigantados, por su parte él no era capaz ni siquiera de detenerlo, siempre tan esquivo, tan solitario… tan solo como él.

—Vas a romper la puta puerta —bramo, encarando a ese rubio enfadoso.

Siempre era igual, siempre insistiendo, siempre compitiendo… siempre atrás de él. No sabía si le molestaba, pero era un hecho de que tampoco le desagradaba, tan solo era un sentimiento neutral, mismo que no podía definir como irrelevante, porque de alguna forma le gustaba esa insistencia y terquedad que tanto caracterizaban a ese rubio. Muy en el fondo era con el único que podía sincerarse, con quien se sentía como el mismo.

Tras varios años finalmente reconoció que al estar junto a Naruto, aquella sombra de su clan por ser el mejor en todo, el más fuerte y el más hábil desaparecía casi por completo. Le hacía sentirse normal, vulnerable y tranquilo, tal vez demasiado. También se sentía débil a su lado, él no podía sentirse débil, era un Uchiha y como tal debía aparentar fortaleza en todos los sentidos y ahí aparecía de nuevo aquel extraño sentimiento que le cubría como coraza, que le hacía mantenerse frio a pesar de que en varios momentos sintió romperse en mil pedazos.

Naruto era molesto, ruidoso y una luz, una insistente luz que le seguía a cada paso dado y de cierta forma le hacía sentir que no estaba solo. Sonrió ladinamente y con un poco de burla al contemplar aquellos exagerados ademanes que hacia Naruto mientras le reprochaba su falta de tacto, y su grosería después de cerrarle la puerta en las narices.

Diez minutos después, solo diez y se encontraba en su sala con un Naruto que observaba todo detenidamente con aquellos enormes y resplandecientes ojos, parecían tan inocentes, tan puros y sinceros. En cambio los suyos reflejaban todo lo contrario, porque aquella inocencia se quedo en el olvido cuando conoció la sombra de la muerte que arraso con su clan, cuando sucumbió a la tentación de un poder inigualable, uno que aseguraba le traería todo lo que deseaba.

Que equivocado estaba en aquel entonces, él pensando que su única meta era renacer su clan y matar a su hermano. Que irónico resulto que aquel hombre que considero como un traidor resultara ser un gran héroe, uno escondido entre las sombras que aun después de su muerte siguió protegiendo lo que amaba, le siguió cuidando y enseñando… estúpido Itachi, pero no tanto como él que se dio cuenta de todo cuando ya era demasiado tarde.

Estaba más que perdido en sus pensamientos, tanto como para no notar a un Naruto que se aproximaba a él, demasiado cerca. Invadía su espacio, pero no le molestaba, definitivamente, algo andaba mal con él.

—Sasuke —preocupación es lo que reflejaban esos bellos zafiros, los cuales esquivo aparentando indiferencia…

¿Hace cuanto tiempo que ese chico no le era indiferente? ¿Hace cuanto tiempo que tenía que fingir con él? Tal vez desde siempre… Naruto es especial, siempre lo supo.

—¿Qué quieres?

—Te vez pálido.

—Así soy —espeto.

—¡Bastardo! Yo me preocupo por ti dattebayo —cruzo sus brazos infantilmente, al parecer esta vez sí se había ofendido, por lo que suspiro y le señalo el amplio sofá de cuero negro para que volviera a tomar asiento.

Nuevamente, Naruto solo pudo ver su espalda mientras se adentraba a la cocina, ansiaba poder caminar al lado de él, platicar con ese bastardo que tenía como amigo. Ansiaba escucharle y que confiara en él, pero sabía que sería demasiado. Los milagros no existen.

Regreso en completo silencio a la sala, sosteniendo dos copas en las cuales comenzó a servir un poco de vino tinto ante la atenta y aterrada mirada de Naruto, que abría más y más sus ojos con cada segundo que pasaba. Tenían diecisiete años, eran menores de edad y no podían beber hasta dentro… realmente nunca es bueno beber; había visto al sabio pervertido y a Tsunade embriagarse y eso era más que suficiente para no querer estarlo.

—Toma —ofreció Sasuke mientras dejaba la botella en la mesita de centro y el se sentaba en el sofá a un lado del rubio.

—¡Estás loco! —Se escandalizo, apuntándole con su dedo sin soltar la copa—. Eres menor de edad.

—¿Y? —Arqueo la ceja retándolo mientras besaba el fino borde de la copa antes de beber un poco de él—. No seas tan escandaloso, además una copa no te emborrachara, tendrías que ser muy dobe si eso pasara.

Trago saliva pesadamente, comenzando a mover levemente el contenido de su copa, antes de llevarla cerca de su rostro, oliendo el contenido y notando aquel peculiar aroma que no le desagrado en lo más mínimo, por lo que viendo a Sasuke de soslayo, quien bebía como si de jugo de uva se tratase decidió animarse y dar el primer sorbo, comprobando aquel extraño sabor que le hizo hacer una mueca extra.

No era un reto, pero lo tomo como tal al ver lo tranquilo y relajado que se veía el Uchiha mientras tomaba aquello. Si Sasuke podía entonces él también, por lo que animado dio otro trago comprobando que en esta ocasión ya no sentía ese extraño picor en la garganta y su sabor era más dulce que en el primer trago.

—¿Por qué trajiste alcohol y no agua? —pregunto volviendo a observar el liquido de la copa.

—Vino —corrigió, observando la mueca de confusión en el rostro de Naruto, por lo que tras aclarar su garganta lo volvió a repetir—. Es vino tinto y antes de que llegaras estaba a punto de ir a comprar agua, porque ya no tengo.

Nuevamente se sumergieron en un agradable silencio, silencio que a Sasuke le extraño. Normalmente Naruto no paraba de hablar de cuanta tontería pasaba por su mente, sin embargo ahora parecía tan concentrado en sus pensamientos que incluso dudaba que fuera el verdadero Uzumaki.

—No sabía que eras un alcohólico dattebayo, al parecer el perfecto Sasuke no es tan perfecto.

—No soy alcohólico —observo al Uzumaki terminarse el contenido de la copa de un solo trago antes de volverla a llenar—. Tomar una copa al día para acompañar la comida no se considera alcoholismo. Es más bien una costumbre de antaño.

Un tenue rubor apareció en las mejillas del menor, rubor que a Sasuke se le hizo tierno. Ese chico era demasiado provocativo y ni siquiera era consciente de ello, por lo que le arrebato la botella de vino para servirse su cuarta copa del día o tal vez era la quinta, ya no lo recordaba, la verdad es que hace mucho que no tomaba y tras limpiar la pequeña biblioteca se le antojo un buen vino.

Tal vez tenía algo que ver el hecho de haber encontrado varios álbumes de fotos, fotos que ni él había visto y que le traían tantos recuerdos. Tan solo cogió una botella y una copa, mientras se sentaba y veía atentamente cada foto, teniendo ganas de derramar lagrimas, esas que se negaban a aparecer, en cambio tan solo fue envuelto en una tristeza demasiado grande y en la cual pensaba quedarse, pero como siempre tenía que aparecer Naruto para sacarlo de su oscuridad.

Fue grosero azotándole la puerta, pero en ese momento no estaba para entrenar ni para escuchar sus quejas. Curiosamente Naruto, sin saberlo se había sentado a hacerle la compañía silenciosa que tanto anhelaba, aunque el hecho de que aceptara tomar un poco de vino era sorprendente.

—No sabía que tomaras tteba

—No sabes muchas cosas…

—Porque nunca hablas —espeto tomándose el vino de un trago y quitándole la botella a Sasuke—. No puedo venir y obligarte a que me digas lo que te molesta, lo que te gusta, quieres o incomoda.

—Deberías hacerlo.

—Lo aria si no fueras tan bastardo ttebayo.

Sonríe de lado mirando la copa de su mano. Al paso que iban una botella no seria sufriente, por lo que sin decir nada se levanto y fue a la cocina dejando otras dos botellas sobre la mesita de centro.

—¿Por qué aceptaste tomarte el vino? —Le miro a los ojos—. Si siempre estás diciendo eso de los tres tabús ninja.

—No lo sé —se sincero destapando con torpeza la segunda botella—. Te vi tomándotelo tan tranquilo que no me quise quedar atrás.

—No todo es competencia.

—Quiero superarte.

—Tomando vino no me superaras.

—Pero estaré más cerca de ti. Quiero entenderte… Sasuke.

—Naruto… —rio por lo bajo haciendo que el rubio frunciera el ceño, sin detenerse a pensar en lo extraño que era ver reír a ese chico—. Tú eres el único que me entiende. Todo este tiempo has sido el único que nunca se rindió…

—Estás muy hablador ttebayo.

—Y tú te escuchas prudente.

—¡Bastardo! —Chillo ofendido antes de recargar su espalda en el sofá y mirar el techo—. ¿Cuándo empezaste a tomar?

Sasuke le miro unos segundos antes de imitarlo, cogiendo esta vez la botella que se llevo directamente a la boca para beber. Tal vez no se notara mucho, pero estaba más ebrio de lo que parecía y el ligero tono rosado de sus mejillas lo delataban.

—No lo recuerdo exactamente, fue después de la muerte de mis padres —cerro los ojos entregándole la botella a un rubio que le observaba atento—. Estaba limpiando la casa y encontré varias botellas de vino, vodka, whisky… brandi y otras que no recuerdo… solo me vino a la mente aquellas palabras que normalmente decían los adultos luego que se emborrachaban.

»Ellos decían que no recordaban nada, Naruto… yo no quería recordar nada, me dolía recordar y me sentía incapaz de odiar a Itachi, era un niño que a pesar de todo quería creer y destape una botella y bebí, bebí hasta que perdí el conocimiento.

—No recuerdo haberte visto borracho.

—Aquella vez desperté con un terrible dolor de cabeza y es hasta ahora que me doy cuenta que tuve suerte —Naruto le miro interrogante—. Tuve suerte porque nada me paso, bueno… solo una resaca, pero solo eso. De ahí comencé a tomar al ver a Orochimaru, ya que siempre acompañaba sus alimentos con una copa de vino y se me hizo costumbre.

—Yo le robe una botella de sake al sabio pervertido hip, recuerdo que no me hip… gusto.

—Estas ebrio dobe.

—Tú también dattebayo.

Naruto se recargo sobre el hombro del Uchiha, sujetando su pálida mano entre las suyas hasta entrelazarlas.

—Hueles a vainilla —comento Sasuke girando su rostro, hundiéndolo en la rubia cabellera de Naruto que simplemente se dejo hacer—, y a flores…

—Teme pervertido —protesto apartándose un poco, quedando su rostro tan cerca de Sasuke que incluso podía sentir su cálido aliento—. ¿Qué piensas hacerme…?

—B-Besarte —balbuceo antes de cortar la distancia entre ambos, uniendo sus labios de forma brusca. Moviéndolos torpemente y sintiendo como un calorcito se instalaba en su pecho.

En ese momento nada le importaba ya, porque desde hace mucho se dio cuenta que lo que sentía por aquel rubio revoltoso no era un simple lazo de hermandad, iba más allá de una amistad que intento cortar por todos los medios posibles. Primero por miedo a perderle o lastimarlo, pero principalmente a que fuera un impedimento en cumplir con su venganza.

Naruto era demasiado bueno, espontaneo y resplandeciente. Tanto que estaba seguro que si se hubiera quedado a su lado, toda esa mierda de la venganza podría haber pasado a segundo plano, pero el hubiera no existe, simplemente se alejo de su luz y cada vez se hundía más y más en un abismo interminable de obscuridad que lo consumía poco a poco.

Separo un poco los labios y con torpeza delineo aquellos rosados belfos que tenían un sutil sabor a fresa, pidiendo permiso para invadir su cavidad. Quería saborearlo todo de él, tenerlo, poseerlo y amarlo. Amarlo como nunca antes ha hecho, pese a que el momento en que lo hiciera, Naruto pasaría a convertirse en su fortaleza, pero al mismo tiempo sería su más grande debilidad.

Indeciso de lo que debería hacer simplemente se dejo guiar por sus emociones, separando sutilmente sus labios para darle paso a aquella húmeda lengua que poco a poco se adentraba en su boca, con torpeza y cuidado como si pudiera hacerle daño con un beso. Estremeciéndolo cuando sintió como esas pálidas y siempre frías manos acercaban su cuerpo a Sasuke, sujetándolo con firmeza de su cintura, sin romper aquel placentero contacto.

Su lengua se movió un poco, rosando la del moreno que le incitaba a entrelazarse con la suya en una danza erótica que le erizaba cada bellito del cuerpo, obligándole a gemir entre sus labios cuando el beso se torno más intenso, más apasionado y demandante, a tal grado que era incapaz de seguir el perfecto ritmo labial que su compañero ejercía sobre él.

Lentamente fue separándose de Naruto, terminando con aquel mágico beso que le saco una sonrisa ladina, llena de satisfacción por poder probar esa linda boquita que varias veces intento acallar con sus labios, porque sinceramente no se le ocurría otra forma mejor de detener el intenso parloteo del Uzumaki, más que agarrándolo a besos.

Aquel perfecto rostro acanelado portaba un intenso sonrojo, mientras sus ojitos azules estaban levemente abiertos y de su boca resbalaba un fino hilillo de saliva, que gustosamente limpio con su lengua. Juguetonamente volvió a asaltar esa exquisita cavidad, solo que en esta ocasión era un beso más corto, pero no por ello menos intenso.

—Sasu… ke —gimió Naruto enrollando sus brazos en el cuello del Uchiha, para atraerlo y probar nuevamente sus labios, dejándose guiar por el mayor que cuidadosamente le recostaba en el sofá, rompiendo el contacto solo para poder admirarle.

—Te amo —musito deslizando su nariz desde el nacimiento de aquel rubio cabello hasta los labios de Naruto, quien deposito un pequeño besito en la punta de la nariz de Sasuke.

—Yo te amo más ttebayo.

Por más que lo intentaba no podía dejar de verlo, tenía miedo de que todo aquello fuera una ilusión, de que Naruto desapareciera en el momento menos indicado y el volviera a despertar solo en su cama fría, en medio de la noche nombrando a alguien que sabe de antemano no aparecerá.

Sus ojos negros observan con admiración y amor a Naruto. Cada parte de su cuerpo es recorrido a detalle por la mirada ébano de Sasuke, deteniéndose en esa amplia sonrisa que tanto le gusta, preguntándose si todo esto no es producto del vino que han bebido, al menos él está más que seguro que ama al rubio, que nunca lo lastimaría y por muy idiota y cabezón que sea siempre estará ahí para él a partir de ahora.

Naruto le quiere o al menos eso es lo que le ha demostrado todos esos años, en los cuales le perseguía para traerlo a la villa, a su hogar. Pero no sabe a ciencia cierta si de la misma manera que él, por lo que se limita a abrazarlo, creyendo que si se propasa este le odiara. Puede con el odio y el dolor de todos los demás, no le importan, pero nunca podría soportar que Naruto le odie.

Sasuke es fuerte, un guerrero, alguien frio y muchas veces catalogado como alguien sin sentimientos. Altanero, prepotente y con sed de poder y venganza, sin embargo ahora luce frágil, su expresión denota duda y sus ojos miedo de perder a esa persona que tanto ama.

—Sasuke… te amo —vuelve a escuchar aquella dulce voz.

Siempre le pareció molesta y escandalosa, pero ahora era dulce, tranquila e incluso relajante, con el poder de llenarle de confianza.

Sus manos recorren el cuerpo de Naruto por sobre la ropa, escuchando aquellos pequeños suspiros llenos de necesidad. Su dedo índice se posa en sus propios labios antes de colocarlo sobre los de Naruto, delineando su perfecta figura, deslizándolo por la barbilla y pecho del Uzumaki que parece contraerse con una simple caricia.

—¿Me dejas hacerte el amor? —Pregunta con cautela, sintiendo que su voz salió pausada debido al vino.

Naruto niega suavemente con la cabeza, tomando el rostro de Sasuke entre sus manos, quien se ha quedado sin palabras ante la negativa, aun así lo entiende y está dispuesto a esperar lo que haga falta.

—No quiero hacer el amor dattebayo —balbucea con un tono gracioso que intenta parecer serio—. Quiero tener sexo sucio y rudo contigo.

Los ojos de Sasuke se abren y no puede evitar soltar una enorme risotada ante lo dicho. Él pensando en un momento romántico y tierno pese a no serlo y Naruto imaginando gamberradas. Está a punto de responder afirmativamente a su petición mientras en sus ojos se aprecia un brillo lujurioso, acompañado de una sonrisa lasciva, relamiéndose los labios al contemplar el perfecto cuerpo de Naruto bajo el suyo, tan sumiso y apetecible.

Aquellos ojos ébano mirando su cuerpo de manera pervertida, logran que los colores se le suban al rostro, al mismo tiempo que su vientre cosquillea y siente como su miembro despierta poco a poco. No quiere esperar, nunca ha sido lo suyo la paciencia, por lo que si Sasuke no toma la iniciativa lo hará él.

De forma brusca se incorpora en el sofá tirando al mayor al alfombrado suelo, Sasuke solo le mira incrédulo par de segundos, sin saber que esperar realmente de un Naruto ebrio. Por lo que el blondo solo le sonríe a su pareja de la misma manera que él lo hizo unos momentos antes, mientras se monta sobre su vientre a horcajadas, comenzando a mover sus caderas en círculos para incitar al Uchiha.

Todo lo hace de forma automática, no tiene ni idea de cómo continuar, tan solo se guía por lo que siente y quiere, así que sin contemplaciones vuelve a atacar los labios de Sasuke, sintiendo como esas pálidas y frías manos desabrochan su chamarra y se deslizan debajo de aquella fina redecilla que le cubre, hasta llegar a sus pezones los cuales acaricia y pellizca de forma ruda.

Ahoga el grito de placer de su pareja entre sus labios, incorporándose un poco comenzando a besar ese delicioso y acanelado cuello, mientras sus manos se dirigen a las nalgas de Naruto, apretándolas y masajeándolas.

—Mmm ¡Ah!~ S-Sasuke… —arquea su espalda, echando la cabeza hacia atrás para darle mayor espacio al moreno que no pierde tiempo, comenzando a recorrer la suave piel de esa zona, bajando sus labios hasta los pezones de Naruto, los cuales muerde por sobre la tela, mientras estimula el otro directamente.

Rápidamente la chamarra anaranjada queda en el suelo junto a la playera negra que portaba Sasuke, dejando su pecho al descubierto y listo para Naruto, que comienza besando los hombres del mayor, subiendo por su oreja y apresando el lóbulo entre sus labios, mientras sus manos se enredan en esa espesa mata de cabello azabache. Tan suave al tacto.

—N-Naruto —gime apretando las redonditas nalgas del rubio, subiendo sus manos para poder quitarle esa estorbosa redecilla y tocar directamente esa piel que está seguro se volverá su adicción como todo Naruto.

Su cuerpo está demasiado caliente, volviéndose casi insoportable, y su respiración se acelera con cada sensual movimiento de la cadera de Naruto, que estimula su miembro de manera deliciosa.

Invierte posiciones en un parpadeo, tumbando al blondo bajo su cuerpo, quien suelta una queja por su brusquedad. Pero eso solo lo provoca más y asalta sus labios con un beso demoledor; recorriendo cada parte de esa deliciosa cavidad con su lengua, mientras sus manos se ocupan de deshacerse del resto de la ropa de ambos, quedando completamente desnudos.

—T-Teme~ —gime por lo bajo cuando ha sentido la húmeda lengua del Uchiha deslizarse desde su cuello hasta sus pezones, que mordisquea, chupa y succiona con maestría dejándolos erectos y de un tono rojizo.

Su pálida mano separa sutilmente las acaneladas piernas, posicionándose entre ellas, mientras su lengua inicia un nuevo recorrido hasta llegar a su ombligo, deteniéndose para repartir pequeñas mordidas que cada vez descienden más, llegando hasta el falo de Naruto que parece señalarlo ansioso y listo, goteando un poco. Inconscientemente se lame los labios antes de engullirlo por completo, iniciando una rápida felación, mientras las manos del menor se aferran a su cabello imponiéndole un ritmo más rápido y placentero.

Su boca sube y baja por aquella extensión, deslizando su lengua desde la base a la punta, saboreando todo detenidamente, mientras su mano se ocupa de masajear los testículos del blondo. Siente el cuerpo de Naruto vibrar cada que se saca casi por completo su falo la boca, para volverlo a engullir, haciendo cada vez más presión con sus labios y cada cierto tiempo desliza los dientes con malicia por  la delicada piel sin llegar a hacerle daño.

Una ligera capa de sudor comienza a cubrir su cuerpo, haciendo que sus cabellos rubios se adhieran a su frente. Su espalda se arquea involuntariamente. Sabe que pronto llegara al clímax, así que sujeta la mano libre del Uchiha, llevándosela hasta la boca y comenzando a ensalivar sus dedos, succionándolos, tal y como Sasuke succiona su miembro; uno a uno de manera lenta y erótica, reprimiendo sus gemidos que amenazan con salir de sus labios. Pero antes de terminar siente como su miembro es liberado de esa cálida boca que inicia un recorrido ascendente.

Ni siquiera es consciente del momento preciso en el que Sasuke retira la mano de sus labios, la cual dirige hasta su entrada, acariciando el pequeño orificio, haciendo una molesta presión hasta que consigue meter el primer dedo.

—Relájate —ordena con la voz ronca y llena de éxtasis.

Naruto asiente, llevando su mano hasta el trasero de Sasuke, acariciándolo un poco antes de deslizar traviesamente su dedo intentando buscar la entrada del moreno, que cierra los ojos y separa los labios un poco.

—¿Te dejaras tteba?

—Solo si eres tu —responde escondiendo su rostro en el cuello de su amante.

Naruto sonríe con malicia, haciendo unos sellos y creando un clon que se posiciona tras Sasuke, comenzando a lamer la entrada del moreno, mientras sostiene firmemente sus nalgas, separándolas un poco para tener más acceso a esa apretada cavidad, introduciendo su lengua lo más que puede.

—Eres realmente delicioso, Sasuke —comenta el clon, dándole una fuerte nalgada, dejando la palma de su mano perfectamente marcada en la blanca piel.

—¡Joder, Naruto!

—Te dije que quería sexo sucio y hip rudo dattebayo.

—Después no te quejes —bramo sacando sus dedos de la entrada de Naruto y volteándolo, para que su rostro quedara sobre la alfombra, mientras sujetaba ambas manos sobre su espalda, levantándolo un poco.

El clon observaba todo divertido, mientras se masturbaba frente a Sasuke y acariciaba su entrada, comenzando a introducir dos dedos de golpe, que le hacen gemir y sonrojarse con la clara intención del provocar aun más al Uchiha.

Malditamente erótico y sumamente descarado. Goza deleitándose de la vista que le proporciona el clon de su amante, pero lucha por concentrarse en el Naruto que permanece bajo su cuerpo, aquel que mantiene los ojos cerrados fuertemente, como si le avergonzara la visión de si mismo masturbándose frente a él. No desea hacerlo esperar, por lo que aparta la vista del clon, centrando su mirada en el perfecto trasero de su rubio, antes de tomar su miembro, deslizándolo por la raja de Naruto y penetrarlo de una sola estocada.

—¡¡Sasuke!! —Grito al ser llenado por completo y sin darle tiempo a que se acostumbrara, el mayor empezó a embestirlo aumentando rápidamente la velocidad, dando en ese delicioso punto de placer—. ¡Más, dame más duro!

—¿Cómo se dice?

—P-Por favor… —sintió como el miembro de Sasuke se retiraba casi por completo de él antes de volver a entrar en su interior con una fuerza bruta que le hizo gritar y retorcerse.

Jadeando giro el rostro, observando la sonrisa de superioridad que le dedicaba el azabache, quien para su molestia dejo de penetrarlo y se dedico a besar su espalda y mordisquear el lóbulo de su oreja.

—Te falto el “dattebayo”… dobe—susurro sobre su oído, antes de deslizar su lengua provocándole un escalofrió.

Sus ojos se abrieron de la impresión y su rostro término de sonrojarse. Pese a que siempre decía esa muletilla en estos momentos era algo demasiado morboso, incluso para él. Pero el sentir como el miembro de Sasuke parecía vibran y agrandarse en su interior le obligo a apartar la mirada de esos ojos ébano, viendo al frente, avergonzándose aun más al ver a su clon masturbarse con rudeza y terminar, salpicándole el rostro con su propio semen antes de desaparecer en una nube de humo.

—Por favor… dattebayo.

—Eres un buen zorrito.

No necesitaban más palabras, tan solo se dedico a complacer a su pareja entrando y saliendo de su interior, observando complacido las múltiples expresiones de placer que se dibujaban en su rostro con cada potente embestida que daba en ese delicioso punto de placer. Sentía que estaba a nada de venirse, por lo que antes de hacerlo salió del cálido interior de Naruto, sentándose y recargando su espalda contra él sofá.

Un poco indeciso y algo tambaleante, Naruto se sentó a horcajadas sobre Sasuke, llevando aquella enorme erección a su trasero.

—Me encanta tu polla en mi culo —ronroneo dejándose caer sobre el falo del moreno, que no pudo evitar gemir sonoramente.

Ni en sus mas retorcidos sueños hubiera imaginado que Naruto diría esa clase de cosas tan vulgares y vergonzosas, por lo cual estaba más que excitado, aunque lo más probable es que se deba al vino que bebió y si era así no le importaría compartir con él una terrible resaca un par de veces al año.

Colocando sus manos sobre esas redondas nalgas comenzó a ayudarlo a subir y bajar, observándolo con atención, repartiendo mimos sobre su pecho, sintiendo como las uñas de Naruto se clavaban en su espalda. Estaba a punto de llegar al orgasmo, por lo que tomo con su mano aquel rubio cabello con un tanto de brusquedad, jalándolo hacia atrás para tener más acceso a ese delicioso cuello, dejando varias marcas de propiedad. Permitiéndose morder el hombro del Uzumaki en el momento en que termino en su interior y este entre ambos, desplomándose sobre el pecho de Sasuke que subía y bajaba.

—¿Cómo te sientes? —pregunto preocupado, ya que lo que menos quería era hacerle daño a su rubia adoración.

—Con ganas de follarte… Uchiha —le señalo con el dedo índice, entrecerrando los ojos para tratar de enfocarlo, antes de volver a desplomarse sobre su pecho completamente dormido.

Su cuerpo pesaba y el hecho de estar todavía bajo los efectos del alcohol no hacían nada para aminorar la fatiga, por lo que se recostó en la alfombra con un rubito dormido, que gustoso se acurruco en sus brazos.

— ♦ —

Era un nuevo día y el sol ya se encontraba en lo más alto del cielo, debido a que pronto serian las once de la mañana. El clima era cálido y demasiado agradable para lo que tenían planeado.

—¿Y Naruto? —cuestiono Kiba mirando a todos (Sakura, Sai, Kakashi, Hinata, Shino, Shikamaru, Chouji, Ino, Lee, TenTen, Iruka y Gai), quienes estaban en la entrada del barrio Uchiha—. Creí que ya estaría aquí.

A petición del rubio, habían organizado una salida entre todos para poder convivir con Sasuke, que según palabras del propio Naruto, se estaba comportando extraño últimamente. Diciendo que lo veía como decaído e incluso un poco triste. Sorprendentemente nadie más lo noto, ya que cada que veían al Uchiha este siempre mantenía la misma expresión de hastió en su rostro, aun así aprovecharían la oportunidad para pasar un buen momento de calidad entre todos.

—Que problemático —suspiro Shikamaru.

—Ese idiota —protesto Sakura—. Se supone que fue él quien organizo todo esto, ya que había notado que Sasuke-kun estaba algo decaído.

—Tal vez Naruto-kun se adelanto y este en la casa de Sasuke-kun —dijo Lee con pose pensativa, antes de que en sus ojos aparecieran llamas—. ¡Ese es el espíritu de la juventud!

—Tal vez tenga razón Lee —apoyo Kakashi sin despegar la vista de su libro—. Saben que lo suyo no es esperar.

Un silencio nada incomodo se instalo en todos los presentes, que asintieron un tanto confundidos de que Naruto no estuviera, pero según Sai no se encontraba en su departamento cuando paso a recogerlo, pero siendo el ninja número uno en sorprender a las personas podrían casi asegurar que el Uzumaki era capaz de acampar fuera de la casa de Sasuke, por lo que se dirigieron a esta entre risas y una que otra broma.

Al llegar fue Sakura quien toco un par de veces, esperando paciente a que el moreno abriera.

—Parece que Naruto paso por aquí —dijo Kiba que comenzaba a olisquear el ambiente—. Al parecer Kakashi-sensei tenía toda la razón.

—Ese Naruto, más le vale no estar peleando con Sasuke-kun o se las verá conmigo.

—S-Sakura-san… n-no hace falta la violencia —susurro tímidamente Hinata.

En ese momento la puerta de la casa de Sasuke se abrió de golpe, dejando ver a un azabache que se frotaba la cara con fastidio.

Todos pararon de hablar para dirigir su vista al Uchiha que tenían en frente, las chicas se sonrojaron, mientras los chicos —incluidos los profesores—, abrían la boca sin saber exactamente qué decir. Pero no era de extrañar ya que Sasuke abrió la puerta vistiendo solo con un pantalón anaranjado, mientras que su torso estaba al descubierto, mostrando marcas de arañazos y una que otra marca de beso que estaba tomando un tono amoratado. 

—¿Qué hacen aquí? —espeto.

Los presentes le observaron sin saber que decir, hasta que Kakashi señalo su vestimenta. Fue en ese momento que se dio cuenta de las marcas que adornaban su torso y que traía puesto los pantalones de Naruto, por lo que chasqueo la lengua y les cerró la puerta en las narices, sin darles tiempo a que dijeran algo.

—Creo que Naruto ya vino a alegrarlo —soltó Shikamaru y los demás asintieron sin saber exactamente cómo reaccionar o que hacer ahora.

— ♦ Extra ♦ —

Un rubito de ojos azules, se removía incomodo, frotándose los ojos mientras que el dolor de cabeza le estaba matando. No recordaba muy bien que había pasado, por lo que intento enfocar su mirada, notando que no reconocía nada. Estaba a punto de pararse cuando una gentil mano comenzó a acariciar sus cabellos.

—¿Cómo te encuentras? —cuestiono Sasuke con un sorprendente tono dulce.

En cuanto sus ojos se toparon con los ébano del Uchiha, las imágenes de lo que paso el día anterior vinieron a su mente, haciendo que se sonrojara violentamente, por lo que sin importarle el dolor de cadera y la terrible resaca se levanto y se vistió con lo primero que vio intentando huir de la casa de Sasuke.

—Entonces… ¿Te gusta mi polla en tu culo? —cuestiono con malicia, atrapándolo en un abrazo posesivo, para poder cargarlo y llevarlo directo a su habitación.

—¡¡¡Claro que no ttebayo!!!

 ~ o0O0o ~ * ~ o0O0o ~

Fin 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y comenten ♥

Haruka Eastwood


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