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El Mercenario. por LeonSmith

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Notas del capitulo:

 — Qué hay bitches, el desobligado de León no me escribía u.u

[Ya no hay respeto por el arte.]

 — Pero aún así, he venido a contarles todo lo que me pasa. ¿No es genial? En fin, León me dejó unos deberes, no saben cómo lo odio . . .

[Eso ni tú te lo crees XD]

 — ¡Cállense! Bien, tengo que mandar unos saludos llenos de sensualidad para Anani (¡está buenísima!), kahyra26 (dice León que gracias por los cumplidos n.n), Naoko :3 (yo también te amo, chiquita), Mary Kirkland Jones (te informo que sí soy mejor que Rowling u.u), Marcela (chica de las corridas), Izumiyaoi (la chica que lee Ben 10), okami (yo también te amo nena, ¡pero nunca dejaré de molestar a León! ¡Es mío!), Quin (no oides a León, yo lo amo u.u), Yoko (chica lista), Anónimo (mi chica fangirl), Billy Kaplan (un trasero es un trasero) y a desire nemesis (la chica Kaiba, León me recomendó tus fic’s, necesito verte a la salida ;)). A todas ustedes, las amo y les doy todo lo que quieran, lo que quieran . . .

[A León le acaba de dar una embolia XD]

 — En fin, gracias por leer mi suculenta vida :)

 

El Justiciero. (Daredevil)

El Héroe (Spiderman) 

— ¿En qué nos habíamos quedado?

[¿Con quién demonios hablas?]

 — Daaa . . . hablo con los y las sexys lectoras.

[¿Cómo sabes que son sexys?]

 — Muy fácil, sí estan leyendo esto, es porque son sexys. Matemática básica, hermano.

[Sí tú lo dices . . .]

[¿Y el gatito?]

 — ¿León? El descansa en paz . . . en su cama. El muy flojo se quedó dormido.

[¿Y tú cómo lo sabes?]

[¿Acaso duermen juntos, o qué?]

 — Bueno, yo . . .

¡Nadie duerme con nadie!, sólo llegué un poco tarde.

[Qué chico tan impuntual.]

[Relájate, está en la edad de la punzada.]

 — Si, punzada . . . – insisto, hay cosas que es mejor no narrarlas.

Bueno, ¿en qué nos quedamos?

 — ¡Eso lo pregunté primero! – se cruza de brazos mientras frunce el ceño.

Da igual quién lo preguntó primero, creo que nos quedamos en tu pequeño auto-homenaje.

 — Cierto, me encantan los fanfics.

Era de noche en el departamento del antihéroe, por su gran ventana, se asomaban las brillantes luces de la ciudad. Wade se encontraba sentado en un viejo pero cómodo sillón . . .

 — ¡Tiempo!

¡¿Qué pasa?!

 — ¿Cómo sabes mi nombre?

[¿A quién le importa, el tipo te dará placer?]

Yo lo sé todo, se hasta la forma de la cicatriz de tu trasero.

 — A veces me asustas, hermano. Eso es excitante . . .

No lo dudo . . . Wade se encontraba sentado en un viejo pero cómodo sillón, bebía su quinta cerveza. Trataba de calmar sus irritantes pensamientos con el alcohol, desde su encuentro con Daken por la tarde, no había podido sacar esas sensaciones de su cabeza.

El mutante tenía una extraña mezcla de salvajismo, sensualidad y sumisión. Se recargó aún más en el blando respaldo, de un sorbo, bebió el resto de su cerveza. Tiró la botella al piso y pasó su mano por su firme miembro, recordaba la voz del menor, su masculina y sumisa voz.

La imagen de su duro y pronunciado culo lo había poseído, su atrapante aroma, su barba de tres días, todo parecía confabular para crear una potente erección en su entrepierna.

El mercenario no pudo evitar acariciar su lacerado torso, con su mano masajeaba sus pectorales, aplicando bastante fuerza para poder sentir. Llegó hasta sus pezones, los acarició con uno de los fríos vidrios de su botella, imaginando las filosas garras del mutante.

Su mano pasó hacia su musculoso abdomen, en su mente, Daken lamía cada cicatriz en su piel, pasando su húmeda lengua por cada surco, poco a poco bajando hasta su entrepierna. Su mano continuó el camino de su fantasía, bajó sin erotismo su ropa interior, descubriendo su delicioso miembro erecto, adornado por una aterciopelada capa de rubio vello.

Acarició su afelpado contorno, masajeando sin prisa cada centímetro de piel, bajando regularmente a sus prominentes y cargados testículos. Masajeó con firmeza sus bolas, jugando un poco con ellas, imaginando los bruscos movimientos del villano.

Su palpitante pene pedía a gritos un poco de atención, lo tomó de la base con una de sus manos, mientras que con la otra esparcía el abundante lubricante que emanaba de él. Comenzó a gemir por lo cálido de aquel líquido, sentía como su espalda se estremecía cada vez que lubricaba esa zona, era como sentir una buena mamada.

Por su imaginación pasaba el desnudo y apetecible culo de Daken, jugueteando con su miembro, incitándolo a empalarlo con él. Imaginó su estrecha y tibia entrada, siendo ultrajada por su amenazante verga, la cual entraba y salía sin piedad. Imaginaba la fuerza de sus entrañas apretando su miembro, su mano imitaba lo mejor que podía aquella delirante situación.

(—¿Es todo lo que tienes? – lo retaba el de cabello negro, mientras cabalgaba el complaciente falo.)

 — Puto de mierda . . . – hablaba para sí mismo mientras gemía con fuerza.

Wade tomó su katana y comenzó a pasarla por su pecho, simulando las caricias del mutante, ese lacerante dolor lo excitaba aún más, podía ser tan rudo cómo el quería, sin remordimientos, sin complicaciones. Tomó sus manos y formó un surco por el cual introdujo su enrojecido miembro, subiendo y bajando su musculosa cadera.

Con cada estocada su cuerpo se agotaba y calentaba más y más, sus poros humedecían cada centímetro de su candente superficie, el deseo de follar aquel marica subía con cada movimiento de sus músculos, quería sentir su masculino cuerpo, siendo sometido como la perra que era.

Una perra que cogía tan bien, que lo calentaba tanto, que le pedía más y más. Quería escuchar sus gemidos y gritos, quería hacerle saber quién era su dueño, su hombre. Con cada perversa fantasía, su pene se estremecía más, sentía un chispazo que recorría cada una de sus atrofiadas fibras nerviosas.

Sus gritos de placer se escuchaban en cada uno de los departamentos del viejo edificio, le excitaba saberlo, saber que todos se incomodaban o hasta excitaban con su deliciosa jalada. Aumentó el ritmo, su excitación rebasaba los límites de la cuarta pared, no quería o podía parar, folló con mucha más fuerza su improvisado trasero, aumentando el calor con esa rica fricción, dando más y más, hasta que . . .

 — ¡Puta madre! – se corrió con una fuerza nunca antes vista, embarrando toda su mano de tibio semen, su piso, su techo, todo aderezado con el líquido más sensual del hombre – No me chingues, viejo.

¿Qué pasa?

 — ¡¿Qué pasa?! ¡Pasa que sabes cómo excitar a un hombre, eso pasa!

Oh, no es para tanto.

 — No seas modesto gatito, aquí te tengo tú premio . . . - ¡no voy a narrar eso!

[Que buena paja.]

[Ya quiero coger al garritas.]

 — ¡Eso es! – se levanta de golpe, aún con el pene erecto y sus manos llenas de semen.

[¿Qué?]

 — Buscaremos a Daken, luego le daremos una sorpresita – sonrió con malicia.

[¿Cómo piensas encontrarlo?]

[Buena pregunta.]

 — Tal vez sí le pregunto su papi . . .

[¿Estás loco?]

[Hermano, tú y yo sabemos que no se llaman en navidad.]

 — Buen punto.

Quizá yo pueda ayudarlos.

 — ¿Qué propones, felino?

Pues, digamos que, deberías hablar con uno de tus queridos  compañeros.

 — ¿Con el chico carismático?

No.

 — ¿Con la ninja sexy e inmortal?

No.

 — ¿Con el militar iracundo y rojo?

No.

 — ¿Con chispita?

No.

 — ¡¿Entonces?!

Con el simbionte.

 — ¡¿El loco con personalidad múltiple?!

[Ese tipo está enfermo, cree que es dos personas a la vez.]

[Ya no hay moral.]

 — Pero nunca me llevé bien con el chico araña.

Nunca te llevaste bien con ninguno. Además, ¿quieres darte a Daken o no?

 — Pues si – señala su erección.

Entonces, no te quejes. Todavía que me tomo la molestia de ayudarte.

 — Oh no estés triste, vengase pa’ca.

¡Aleja tus pegajosas y malolientes manos!

 — Ok – pone cara de cachorro regañado.

A la mañana siguiente. Wade tenía el día libre, en realidad después de su trabajito de ayer, tenía todo el mes libre. Salió a caminar por el centro, comiendo tacos en un puesto, salchichas en otro, lo normal. Por lo menos hasta que . . .

 — Esto es el colmo, queridos ciudadanos de NY. La amenaza arácnida está atacando a uno de los vengadores, incluso se ha hecho de un gótico secuaz.

[Jameson es demasiado molesto, ¿qué tiene contra el chico araña?]

[Tiene celos de su sensualidad.]

 — Saben que amo al chico araña pero, ¿escucharon lo qué dijo?

[¿Lo del vengador?]

[No idiota, lo del secuaz punk.]

 — Gótico, pero es cierto. Tal vez debamos dar un pequeño vistazo . . .

[¿Ayudarás al chico?]

[¿Atacarás a un vengador?]

 — No y no, sólo observaré el show. Será divertido – la gente a su alrededor lo observaba con intriga y miedo.

Corrió hasta la acción, se encontró al sexy adolescente balanceándose para esquivar rayos de . . . ¿Thor? Como supuso, el gótico secuaz era ni más ni menos que el carismático simbionte, sólo que parecía más cambiado . . .

 — ¡Vamos, robot! ¿Es todo lo que tienes? – Spiderman lo atacaba con sus lanzatelarañas.

 — Tendrás lo que mereces, arácnido simplón. ¡Caerás ante el poderoso Ragnarok! – el robot “Thor” atacó al arácnido con su martillo.

 — ¿No tienes un botón de apagado? – Venom detonó una bomba al rostro del impostor, mostrando su mecanismo interno.

 — ¿Para quién trabajas, pedazo de hojalata? – amenazó Spiderman.

 — Trabaja para Osborn. No me preguntes cómo lo sé, la información venía incluida en el simbionte.

 — La victoria es suya, por ahora. ¡Pronto sufrirán la ira de Ragnarok! – la máquina salió volando del lugar. Deadpool se acercó al lugar, quería respuestas.

 — Chicos, estuvieron grandiosos. ¡Soy su fan! – el mercenario se acercó con bastante confianza, abrazándolos a ambos.

 — ¿Lo conoces? – le susurró el arácnido al simbionte.

 — ¡Pero claro que me conoce! Somos los mejores amigos, ¿no es así?

 — ¿Deadpool? – dudó el simbionte, quien parecía estar bajo control.

 — El mismo. Oye, te ves bastante diferente, ¿te pintaste el cabello?

 — ¡Esperen un momento! – Spiderman se zafó del abrazo - ¿Qué hacen los dos aquí?

 — El simbionte me dijo que tenía que detener a Ragnarok, es algo extraño, escucho los pensamientos de ambos en mi cabeza.

 — Yo tengo asuntos pendientes con mi simbionte favorito.

 — Escucha, soy nuevo con el simbionte. Debiste conocer a otro portador, el simbionte te reconoce, no está muy contento – Venom se cruzó de brazos.

 — Bueno chicos, creo que mejor me voy . . . – se retiraba Spiderman.

 — Espera arañita, siempre quise conocerte. ¡¿Me firmas la máscara?! Mejor, ¡¿me firmas el trasero?! – muy animado se disponía a bajar sus pantalones, el menor lo detuvo con una de sus telarañas.

 — Amigo, estás muy loco. Debo irme, no lo tomes a mal – el chico tomó al mercenario del hombro para no desanimarlo.

 — ¡Oh por dios, Spiderman me tocó! – se desmayó de la emoción.

 — ¡Ash! – el arácnido lanzó una telaraña a uno de los edificios y se fue balanceando hacia el este.

 — ¡Te veré en unos capítulos! – gritó el recién recuperado mercenario.

 — ¿Capítulos? – se confundió el simbionte.

 — No lo entenderías . . . Bueno, pero a lo que vine. Necesito un pequeñísimo favor – con sus dedos expresó lo pequeña de su petición.

 — ¿Para qué soy bueno?

 — Tú para nada, “Agente Venom” – pronunció con burla – Necesito al dientón, ¿cómo lo saco de aquí? – tomó la cabeza del simbionte e intentó abrir su boca.

 — ¡Suéltame! – de pronto el simbionte tomó la forma de un enorme monstruo, el clásico Venom – ¡Así que nos buscabas!

 — Dientitos . . . te extrañé – pronunció mientras el simbionte lo levantaba con una sola mano.

 — ¡Danos una buena razón para no masticarte con lentitud! – amenazó mientras relamía sus colmillos.

 — Necesito encontrar a tú socio, Wolverine . . .Oscuro. Ustedes trabajaban para Osborn, ¿no? – se mostró bastante serio y suspicaz.

 — Daken . . . nunca nos agradó el mutante.

 — A mí tampoco, por eso quiero matarlo.

[Sí claro.]

[¿Así le llaman ahora?]

 — ¿Cuál es tu motivo? – dejo caer a Wade.

 — ¿Te parezco alguien de motivos? – replicó con voz grave.

 — Nos gusta tu actitud, pero no sabemos dónde pueda estar. Hace mucho que no trabajamos para Osborn, lo sabes bien.

 — Es cierto, pero supuse que tenías contactos . . . – el mercenario lo observó con una gran sonrisa.

 — No necesitamos contactos, necesitamos aliados – respondió la sonrisa.

 — Oh dientitos, ¿te refieres a . . .?

[Que lo diga, ¡por favor dilo!]

 — Debemos buscar a los otros.

 — ¡¡¡Sí!!! – saltó de alegría mientras el simbionte volvía su forma “humana”.

 — Demonios, aún no me acostumbro a eso – sobaba su cabeza por la migraña.

 — No hay tiempo para lloriqueos chico, tenemos que encontrar a la pandilla – sonreía de manera diabólica.

 — Como odio recordarlos.

 — ¡Cállate y vámonos! – Deadpool tomó al Agente Venom del brazo y salieron corriendo hacia quien sabe dónde . . .

Notas finales:

Bueno gente, espero hayan disfrutado mucho el capítulo de hoy. Mil disculpas por tardar tanto, es sólo que . . .

 — ¿Te comieron los gatos?

[Jajaja Malcolm XD]

No, no me comieron los gatos. Yo me como a los gatos. En fin, decía que tuve unos problemillas el fin de semana, perdón por tardar u.u

 — Aww <3

Espero tardar menos ésta vez, no se asusten, no dejo mis fics. No duden en leer los otros fics del Equipo Rojo. Como verán, poco a poco sus tramas se van entrelazando. Ya se imaginarán por qué.

 — Con resultados sexuales . . .

[Oie ke riko]

[Aprendan a escribir.]

Concuerdo. Bien, sin más por el momento, yo soy León Smith . . .

 — ¡Y yo Deadpool!

. . . como siempre, les deseamos muchas peleas épicas . . .

 — Muchas pajas XD

. . . muchas caminatas por la ciudad . . .

 — . . . y, sobre todo, . . .

. . . muy buenas lecturas :) 

 

El Justiciero. (Daredevil)

El Héroe (Spiderman) 


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