No sé cuando empecé a sentir esto por ti, solo sé que cada día mis sentimientos por ti van creciendo y no puedo evitarlo... cada día me enamoro un poco más.
Cada día, el ver tu hermosa sonrisa me hace feliz. Esa sonrisa que me dedicas cada vez que notas que te estoy mirando, esa sonrisa tan dulce y sincera que solo tu me muestras y que hace que mi corazón palpite rápidamente y mis mejillas comiencen a tomar un color mas rosado.
El primer día de clases estaba malhumorada ya que no me gustaba para nada levantarme temprano y menos si me había acostado muy tarde, casi ni había dormido y para colmo de males, como siempre, tenía que escuchar el típico discurso de la directora que por supuesto... no le presto atención ya que siempre dice lo mismo. Mientras estabamos todos en el patio escuchándola parlotear ya que al parecer era lo único que sabía hacer bien comencé a mirar a los que tenía a mí alrededor... Como me lo imaginaba, nadie escuchaba el discurso así que al igual que yo miraban a sus alrededores para conocer caras nuevas, hablaban con los compañeros que tenían al lado o simplemente se quedaban dormidos apoyándose contra las columnas o las paredes. Ya me estaba hartando, casi quedándome dormida hasta que te vi... Estabas avergonzada mirando hacia todos lados, al parecer buscando a alguien. Me quede mirándote. No recordaba haberte visto antes. Te veías mas chica que las demás con tu cara de niña pequeña; tu pelo largo ondulado bien negro que caía sobre tus hombros y tu piel tan blanca te hacían lucir hermosa. Sin darme cuenta me sonroje y mi corazón comenzó a latir más rápido y justo en ese momento tu mirada se cruzó con la mía... Tus ojos de color bien negro parecían hipnotizarme y ahí fue la primera vez que me sonreíste y que alguien lograba llegar a mi corazón, al corazón que nadie, ni un familiar había llegado antes... tu llegaste con solo regalarme una sonrisa.
Después del gran discurso aburrido y sin importancia de la directora nos dejaron marchar a nuestros respectivos cursos lo cual me alegro ya que no podía estar mas de pie porque el no haber dormido casi nada y no haber desayunado estaba comenzando a afectarme. Al entrar al curso me senté en el primer lugar libre que vi detrás de todo y cerré los ojos para intentar descansar un poco porque me sentía muy mareada pero al sentir que alguien me miraba los abrí y ahí te vi... Estabas unos bancos más adelante, me estabas mirando y al ver que te estaba mirando volviste a sonreírme pero por mas que esa sonrisa me gustaba, mire hacia otro lado sin darte importancia.
Como éramos compañeras te veía muy seguido pero aun así nunca me acerque a hablarte. No era que no quisiera sino que no tenía nada para decir y con solo verte ya no podía ni hablar y eso me molestaba un poco porque era la primera vez que me pasaba, lo único que podía decir era un simple "Hola" sin siquiera cambiar la expresión seria de mi rostro.
Te habías hecho amiga de todos en el curso y era de esperarse porque era imposible resistirse a ti por lo hermosa y, al parecer, dulce que eras. Yo era la única que no se acercaba a ti, solo te observaba desde mi banco desde donde podía verte todas las horas mientras fingía prestar atención en la clase.
No podía dejar de mirarte. Aunque tratara volvía a mirarte una y otra vez y cada vez me importaba menos disimularlo. Cuando tus ojos se cruzaban con los míos solo te limitabas a sonreírme dulcemente como la primera vez y por esa sonrisa dejaba de mirarte avergonzada pero al pasar el tiempo ya no me importaba si te dabas cuenta, yo seguía mirándote y así fue como comenzaste a sonrojarte cada vez que me veías... Me encantaba quedarme mirándote esperando que te dieras cuenta y que me sonrieras avergonzada.
Mucho tiempo después comencé a preguntarme qué era lo que sentía por ti y lo primero que se me vino a la mente fue que podría estar enamorada de ti pero eras una chica... eso no podía pasar... ahí empezaron mis dudas...
Sabía que no estaba bien lo que sentía por ti y decidí que te olvidaría así deje de mirarte y si lo hacía, cuando lo notabas no esperaba a ver tu sonrisa y eso realmente me dolía... Por alguna razón ahora eras tu la que me miraba esperando que lo notara pero por mas que lo notara no te miraba.
Creía que no sería bueno para ti el que todos se enteraran que una chica estaba enamorada de ti así que aunque realmente me doliera haría todo lo posible para que nadie lo notara o eso pensaba hacer hasta ese día en que por alguna extraña razón solo habíamos quedado nosotras dos en el curso y te acercaste a mi muy avergonzada... te mire seriamente para que no dijeras nada pero como no me estabas mirando a la cara no lo notaste...
En ese momento me quede de piedra al oír tus palabras...
- Me gustas... – Pude sentir el miedo que tenías por el tono de tu voz que parecía que se quebraría en cualquier momento. En ese momento te mire y tuve unos enormes deseos de besarte, abrazarte y decirte cuanto te amaba...
- Lo siento... no comparto ese sentimiento...- Te dije tan fríamente que no podía creer que eso saliera de mi boca que lo que mas deseaba era besarte. Al ver tu cara de tristeza y como tus lagrimas comenzaban a caer lo único que pude hacer fue secarte las lagrimas con ternura y marcharme rápidamente antes de que me arrepintiera de lo que había hecho.
Ese día llore como nunca al recordar la frialdad de mis palabras y tu triste cara pero el amor que siento por ti no es tan importante como para arruinar tu vida... si te aceptaba perderías todo por este amor prohibido y eso no podía aceptarlo porque... Te amaba mas que a nada en el mundo.