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¡No soy tu conejillo de indias! por Nira Tao

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Notas del capitulo:

Hola mis amores... creo que esta vez no me tarde dos meses... creo... en fin... este capi pasó por mucho... y cuando digo mucho, es MUCHO

TnT se borró todo lo que había tenido escrito en wordpat y no lo recuperé y ya hiba a la mitad... así que lo volví a empezar... TuT PERO todo salio... bien, espero les guste.

Las noticias corrían esa tarde como agua de rio, toda la internet estaba perdiendo la cabeza con los encabezados de las redes sociales, los blogs, todo. "Orihara Izaya vs La rubia rusa" "Los hombres más fuertes de Ikebukuro ¿saliendo?" "Heiwajima Shizuo y Orihara Izaya ¿son realmente pareja?" Entre esos y muchos más títulos era la comidilla de los chismes de distrito. Muchos que no creían tal cosa los iban a buscar por las zonas en las que los vieron por última vez. "Están en el parque central, ahí estuvieron coqueteando" "Acaban de pasar la estación" "Se dirigen a ese extraño restaurante de sushi ruso"

Izaya podían sentir las miradas de sus amados humanos sobre de ellos, en el camino vio en su celular que eran el teme del momento. Tal y como lo esperaba. Izaya sabía que su padre buscaría su cabeza y la de Usagi, tenía que sacar al menos a la albina de su mira por el momento, si él se daba a exponer de esa manera con los chismes y siendo mencionado siempre junto a Shizuo estos buscarían información sobre el rubio. Y la mayoría de estas notas hablaban de su descomunal fuerza y que era prácticamente inmortal, dado que el mismo Orihara no había podido darle fin hasta ahora.

Después de darle una pequeña mirada a su celular decidió conversar con Shizuo tranquilamente, dándoles a las personas aun más que hablar, ya que no dejaban de sonreírse. No hablaban de muchos, solo de algunos momentos que vivieron en Raira, recordando como Kadota siempre los regañaba por estar metiéndose en problemas, los momentos embarazosos de Shinra. Izaya juraba tener aun aquellas imágenes guardadas muy bien en su departamento, y que sería divertido dale al médico una copia de aquel álbum como "regalo" de navidad o para su cumpleaños. Incluso Shizuo mencionó tomar venganza contra Usagi, dado que la anterior  fue un completo fracaso, él mismo sugirió usar alguna de las formulas en su contra, solo era cuestión de elegir la correcta

Todos aquellos que los veían riendo, conversando y confabulando contra un tercero, daban la apariencia de que era amigos de toda la vida, y que todas aquellas pelas a muertes y destrucciones que causaban gritando a los cuatro vientos que se matarían, no era más que un simple acto, una farsa, una simple pantalla para ocultar realmente su amistad, o posiblemente su romance.

-¡Oh! Shizuo, Izaya. Es bueno verlos juntos y sin pelear- Cuando llegaron vieron a Simon con un gran letrero promocionando su sushi.

-Hola Simon- Saludó con una sonrisa al moreno.

-¡Simon! ¡Hoy vine a invitar a Shizu-chan algo de sushi!- Izaya alzó los brazos de una manera infantil y con una gran sonrisa en el rostro, y mostrando los cupones que tenía.

-¡Oh! Eso es grandioso Izaya. Es bueno comer sushi con amigos. Los amigos y el sushi son buenos. Adelante y coman mucho- Simon les dejó pasar con una gran sonrisa.

Ambos entraron al mismo tiempo, pudieron escuchar como el bullicio que había se detenía por completo. Algunas mesas estaban ocupadas, incluso los cubículos, todos los clientes voltearon a ver hacia la entrada al escuchar la pequeña campanilla sonar dando el aviso que habían nuevos comensales. Muchos se aterraron al ver a aquel peculiar dúo caminar tranquilamente hacia la barra y tomar asiento, juntos. En especial al ver como ambos se veían con grandes sonrisas y el moreno le daba un menú al rubio, el sushero Dennis parecía hablar con ellos y al escuchar la respuesta del peligroso informante, volvieron a sus asuntos, pero se mantuvieron alertas solo por la probabilidad de que la "Bestia de Ikebukuro" se desatara y empezara a destruir el local con ellos dentro.

-Espero que no vengan a destruir de nuevo mi restaurante- Les dijo Dennis viéndolos sentarse frente a él.

-No te preocupes, vine a invitar a Shizu-chan a comer, ahora que somos amigos, ¿verdad Shizu-chan?- Izaya puso los codos en la barra y acunó su cabeza entre sus manos viendo con una gran sonrisa al rubio y luego al viejo asesino.

-Sí...- Dijo simplemente, sintiendo un poco de malestar al escuchar ese "amigos". Pero tenía que recomponerse, sí. Primero tenían que ser "amigos" y después tendría a Izaya como él deseaba, sí, lograría tener a la pulga para él solo.

-Y también viene por eso- Izaya entrecerró los ojos viendo fijamente a Denis, ese limpió sus manos que tenían algo de arroz- Shizu-chan pide lo que quieras, recuerda que yo invito- le dio un menú.

-¿No quieres mirar?- Le preguntó extrañado, dado que Izaya solo tomó uno de los pequeños menús.

-No, siempre pido lo mismo. Toma tu tiempo- Izaya vio a Dennis entrar a la cocina y regresar con un bento negro- Sabía que podía hacer negocios contigo- le dijo en ruso para que Shizuo no lo escuchara.

-Solo acepté, porque este problema igual está empezando a afectar mi negocio, "ella" limpió el local que estaba detrás de nosotros- Le contestó en el mismo idioma- Igual te advierto que es posible que alguno de los nuestros este de su lado.

-No me sorprendería, ya acabamos con varios de los mercenarios que me mandó. Y ahora mandarme a algún asesino ruso no sería una mala idea. Son fuertes y buenos para el trabajo sucio- Abrió el bento viendo un par de papeles, todo el texto que contenía estaba en ingles, le dio una rápida leída encontrando lo que necesitaba- Perfecto, muchas gracias.

Dennis solo asintió con la cabeza, volvió a lavar y desinfectar sus manos para preparar el sushi del informante, nigiris de atún picante y ootoro. Al poco rato Simon entró para ayudarlo con las mesas, sirviéndoles a Izaya y Shizuo un par de bebidas, al final el rubio decidió por un rollo de fruta, el especial de camarón y un tatemaki nevado.

El resto de la comida pasó normal, siguieron con sus confabulaciones contra Usagi, pensando en qué formula sería la mejor para usar, y las posibilidades de combinar al menos dos para darle un "doble sufrimiento". Izaya llevaba la mitad de su comida, y el rubio igual, y solo porque ya se habían quedado sin temas de conversación, el informante decidió molestarlo un solo, algo inocente.

-Shizu-chan di AH~- Izaya tomó con sus dedos uno de sus nigiris de ootoro, le puso un poco de soya y le lo extendió hasta quedar seca de la boca del rubio.

-Izaya para, no me gusta el ootoro, sabe muy amargo- Hizo un gesto de desagrado torciendo la boca y esquivando aquel pedazo de pescado y arroz que el informante insistía en meterle a la boca, estaba por obligarlo a comérselo él cuando una idea cruzó por su mente- Tks, de acuerdo, pero deja de molestar.

Tomó la muñeca de Izaya con firmeza y se acercó lentamente a la mano del informante, comiendo de un bocado el nigiri, pero al rozar sus labios con los dedos de Izaya, igualmente pasó la lengua por los dígitos que estaban manchados por un poco de la soya y tenían un par de granos de arroz. Shizuo hacía todo esto sin apartar la mirada de Izaya, lo veía con picardía, solo para picarlo del mismo modo que él hacía. Y cuando pasó su lengua por sus dedos lo hizo lentamente y de una manera bastante sensual ocasionando que todos los comensales los voltearan a ver sorprendidos, unos sonrojados, otros cubriendo los ojos de los niños, Dennis sorprendido, Izaya igualmente sorprendido y sonroja, y Simon con una gran sonrisa.

-No está tan mal realmente- Se enderezó en su asiento aun sin apartar su picara mirada, pasó su lengua por sus labios- ¿Qué te parece probar un poco del mío?- Con esas palabras Izaya sintió que su rostro ahora estaba completamente rojo, hasta que podía salir humo por sus orejas.

-¿Podrían dejar de pervertir mi comida? Hay niños presentes- Dijo Dennis.

-Solo... Dame la cuenta- Izaya ocultó su rostro entre la barra y sus brazos. No podía ver a nadie a la cara, de nuevo Shizuo lo tomó desprevenido, haciendo lo menos esperado para él. "¡Se suponía que él se sonroje no YO!"

Shizuo terminó de comer mientras esperaban la cuenta, Izaya apenas y pudo terminar, había perdido el apetito y le daba un poco de vergüenza volver a usar la mano con la que dio de comer al rubio.

-Vamos a tu departamento...- Dijo parándose fuera del local viendo la hora, eran las cinco y media de la tarde.

-¿Quieres otro tipo de sushi?- le preguntó de manera muy sugestiva, colocándose detrás del informante y susurrándole al oído sensualmente.

-Ya quisieras Shizu-chan- Apartó su rostro con una mano, empezando a caminar hacia el departamento del guardaespaldas- Tienes que empacar ropa decente, no lo que sueles usar todos los día. Algo que te dure para tres días.

-¿Qué tiene de malo esto?- Lo vio ligeramente molesto- Kasuka me obsequió estos trajes.

-Lo sé, lo sé. No lo decía por eso. A dónde iremos no debemos ser descubiertos, ¿comprendes?

El resto del camino Izaya no volvió a hablar con Shizuo, se concentró en mandarle mensajes a Namie y Usagi. Para su secretaria le dio la ubicación de donde sería la reunión de los "alfiles" de su padre, puesto que en vez de ser solo uno, serían cuatro. Le pidió a la morena que le hiciera la reservación para esa misma noche en el onsen que le mencionó. En cuando a Usagi le dijo que saldría por un par de días para ir conseguir información del paradero de su padre, ella le contestó que no habría problema que ella se ocupaba de la ciudad, y de que igual modo había ido esa tarde con su hermano, el mayor de todos, a Ueno y encontró una pequeña fábrica de "La dama de negro", la cual tenía rastros de haber sido instalada recientemente, que aun no había distribución dado que los lotes saldrían hasta el día de mañana, y ella atacaría esa misma noche.

Para antes de terminar su conversación, Usagi le dijo que si necesitaba algo de su equipo que lo tomara de su escritorio. La albina le mencionó que había dejado un par de mini cámaras y micrófonos en el último cajón de su escritorio, que también había dejado los códigos de los dispositivos para que los pudiera enlazar sin problemas con su celular, y que de preferencia se llevara dos.

-Llegamos- Shizuo se detuvo enfrente de su puerta para abrirla, notó que Izaya no hacía otra cosa más que seguirlo mientras estaba en el celular, que ni se dio cuenta que había subido las escaleras con él.

-Oh. Realmente está bastante limpio, me sorprendes Shizu-chan- Shizuo dejó entrar primero a Izaya para después cerrar la puerta.

-No soy un desordenado... No como otros- sonrió con malicia hacia Izaya mientras sacaba una bolsa de viaje mediana.

-Yo no soy desordenado.

-Lo eras cuando estuviste aquí- Rió entre dientes recordando al mínimo Izaya dejando su ropa por todos lados y haciendo rabietas por no querer recogerlos- ¿A dónde iremos?

-A un Onsen- Izaya empezó a caminar por la pequeña estancia, dando vueltas por el sofá- En Okutama- Todo aquello le resultaba peculiarmente familiar, de un modo extraño, no lo entendía. Ya había ido con anterioridad a ese lugar para hacerle bromas al rubio o la vez que lo acogió cuando lo rescató de la lluvia torrencial cuando era Kanra. Entonces ¿Por qué se sentía extraño al ver aquel sofá? Como si algo muy importante hubiera pasado en ese lugar.

Shizuo vio a Izaya dar vueltas por el lugar de una manera poco usual, pero lo dejó ser. Entró a su habitación tomando algo de ropa casual, muchas estaba aun nuevas dado que no salía con otra conjunto que no fuera el de barman. Cuando estaba guardando ropa para dormir y ropa interior escuchó a Izaya entrar al baño.

"Está actuando extraño" Pensó Shizuo viendo de reojo en la mesita de noche una pequeña caja gris y un peluche en forma de orca.

"Es posible que sienta una especie de Deja Vu. Recuerda que pasaron muchas cosas dentro de estas paredes" Le dijo tranquilamente Tsugaru, estaba con Psyche cuando este fue llamado por el moreno. "Puede que su memoria no lo recuerde, pero su subconsciente, Psyche y su cuerpo sí"

"Me preocupa que recuerde... Pero a la vez deseo que lo haga" Pensó contrariado Shizuo. Temía que si Izaya recordaba sus apasionados días los odiara y volvieran a ser enemigos, y todo porque temía que alguien rompiera aquel muro que rodeaba su corazón y que él estaba, y confiaba que así era, a punto de ser el único que lo atravesara. Pero igual deseaba que recordara aquellos bellos momentos, era injusto ser el único que recordara cada beso y caricia.

"Sigue empacando... No olvides los objetos de higiene personal" Tsugaru intentó sacarlo de su estupor, debía ser esa confianza que él mismo necesitaba. Darle ese apoyo para pelear por lo que era suyo.

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Mientras Shizuo y Tsugaru estaba en sus cosas, Izaya de igual modo estaba teniendo un encuentro con sentimientos que desconocía y trataba de darles pie y cabeza con ayuda de su Alter. Pero no estaba siendo de mucha ayuda. Todo lo que había en ese pequeño apartamento le causaba algo que le hacía estremecerse. El gran sofá, pequeña mesa del comedor. Se pasó a lado del refrigerador como si hubiera estado esperando algo ahí, confundido volvió a la sala y vio el agujero que había a lado del televisor.

Al acercarse tocó aquel pequeño agujero con las yemas de sus dedos. Ahí mismo él había clavado el corbatín de Shizuo y un collar que traía puesto esa mañana. El collar. Tocó su cuello como si intentara recordar qué se sentía. No recordaba bien aquel objeto, solo se lo quitó y se fue. ¿Shizuo lo había realmente tratado como una vil mascota?

Confundido se metió al baño y mandó a llamar a Psyche. Observó el espejo del tocador con los brazos cruzados y el seño levemente fruncido, hasta que vio como su reflejo era cambiado por la imagen de Psyche, con una gran sonrisa y vistiendo sus típicas ropas blancas y rosadas saludó al informante.

-¿Qué es lo que está pasando?- fue directo al grano. No le gustaba la sensación de que no sabía algo.

-Tranquilo, ¿Qué es lo que te molesta?

-Este extraño sentimiento. Cada vez que volteó a cada maldito lugar de este apartamento me siento extraño.

-Especifícate.

-Una opresión en la boca del estómago, a veces mi cuerpo se estremece, una sensación cálida me empieza a invadir y luego simplemente vacio... Ese horrible vacio que se aloja en mi interior... -Apretó los puños frustrado.

-Calma Izaya-kun. Solo estás melancólico- Vio al informante verlo como si tuviera a un mini Tsugaru y un mini Shizuo usando tutú bailando sobre su cabeza. Psyche suspiró- Viviste en este lugar por media semana, pasaron muchas cosas aquí adentro. Cosas que yo no te puedo decir. Pero lo que sí puedo... Es que fueron muy bueno momentos, fuiste muy feliz aquí Izaya-kun. El vacio que sientes es porque te obligaste a olvidarlo.

-¿Yo me obligue?- Vio a Psyche asentir lentamente y cambiar su sonrisa con una de tristeza.

-Cuando desaparecí, tú igual lo hiciste, en parte. No deseabas perderme, en tu corazón sabías que no querías perderme, por lo que actuaste como tu corazón te dictaba para ayudarme a volver. Cuando lo conseguí te negabas a regresar a cómo eres, tenías miedo Izaya-kun...

-¿No quería volver?- Se sorprendió por aquellas palabras. Lo último que recordaba era sentir el malestar de la fiebre, los ojos preocupados del rubio por intentar bajar su fiebre y después nada. Solo el toque de Psyche para despertarlo.

-Así es... Pero era necesario. Debes de tirar tus muros por tu propia voluntad Izaya. Sé que has... hemos sufrido mucho. Te lastimaron, te obligaron a ser este frio ser sin deseos de amar por temor a ser lastimado de nuevo. Por eso existo, al negarme y siempre tirar esos sentimientos de lado, fue lo que me creó, lo que me dio forma. Todos esos sentimientos, todo ese amor que llegaste a sentir me hicieron despertar.

-Cállate... Vete- Izaya salió del baño confundido. Era verdad, fue herido más de una vez, en su mayoría por su padre. No podía ser débil, no podía sentir aquellos mundanos sentimientos que haces al ser humano como es. No él debía ser un dios que no le afectara nada y dominar por encima de los demás para no ser herido de nuevo.

Izaya salió del baño serio y vio a Shizuo terminado de arreglar su equipaje y acomodar lo que había desordenado. Recorrió con la mirada la habitación, al ver la cama hizo un gesto, sentía que conocía la comodidad de esa cama. Y fue cuando lo vio.

Una pequeña caja gris con el logro tridimensional estampado en la tapa, pertenecía a una tienda de mascotas y a lado de esta una orca de peluche. Aquel muñeco lo había visto en el acuario, Rocchi le había ofrecido uno, pero él inconscientemente le dijo que ya tenía uno, más no era así, no había nada como eso en su apartamento ni en el de Usagi. Pero ahí, en la casa de la bestia había uno, se acercó y lo rozo con las yemas de los dedos.

Para este entonces Shizuo fue al baño a buscar su cepillo de dientes y otros objetos de higiene personal. Al regresar vio a Izaya parado viendo la pequeña orca, no se acercó simplemente se quedó parado en el umbral de la puerta, tenía curiosidad de como el moreno reaccionaría. "¿Intentas recordar Izaya? ¿O ya lo haces?" Se preguntó viendo como Izaya abrazaba al peluche y mordía su labio inferior más no podía ver qué expresión era la que hacía.

"El collar de ese día, debe estar aquí" Estaba por dirigir una mano a esta caja cuando notó la presencia de Shizuo a sus espaldas, específicamente en la puerta.

-No sabía que Shizu-chan tuviera mascotas- dijo con burla, y sin apartar la mirada del rubio abrió la caja de un tirón, al voltear a ver el objeto que tenía dentro se vio confundido. Un collar rojo, con detalles de huellitas por fuera y una suave tela blanca la cubría por dentro. Y una brillante placa dorada, las letras eran pequeñas, estaba por tomarla para leer el nombre y la inscripción que por seguro tenía del otro lado.

Pero antes de que pudiera siquiera rozar la placa con sus dedos, sintió que la habitación se movió. Dejó caer el muñeco en el suelo, y vio sin expresión alguna vio a Shizuo aprisionándolo en la cama con su propio cuerpo, sujetándole las muñecas firmemente pero sin llegar a lastimarlo. Izaya podía ver duda en aquellos ojos color miel. Duda y un destello de espereza. ¿Pero a qué se debía eso?

Movió un poco su cabeza intentando descifrar que tipo de pensamientos pasaban por la mente de Shizuo, y sintió el aroma que despedía la cama. Vainilla, almizcle y ese toque ahumado de los tabacos que Shizuo siempre fumaba.

-Yo dormí aquí, ¿cierto?- Dijo sin apartar la mirada. Shizuo aun lo tenía sujetando sus muñecas a cada lado de su rostro, con una rodilla del rubio entre sus piernas y la otra fuera de la cama, mientras él estaba completamente acostado en aquella pequeña cama.

-Sí, aquí dormiste desde la primera noche... No te gustó dormir en el futón- Sonrió con dulzura al recordar a Izaya juguetear esa madrugada con las sabanas del futón.

-¿Por qué cuidaste de mí?- Shizuo bajó la mirada, ocultando sus ojos con su flequillo- ¿Por qué? Somos enemigos, deseamos nuestra muerte. El primero que lo logre bailará en la tumba del otro... -Shizuo siguió sin contestar. Justo ahora le molestaba el mutismo del rubio, cuando normalmente siempre lo dejaba sordo con sus gritos- ¡Contesta! ¡Maldición! ¡¿Por qué?!

-¡Porque Usagi me lo pidió!- le gritó aun sin verlo a la cara. No vio como el rostro de Izaya se descompuso y mucho menos sintió como algo dentro de Izaya se rompió- Usagi me llamó esa noche que te secuestraron... Me pidió irte a buscar, yo... No lo iba a hacerlo, pero Tsugaru insistió. Así que lo hice. Te fuimos a buscar.

-Ja, patético- Dijo con un mal intento de sarcasmo- Bien pudiste ignorarlos, y dejarme morir.

-¡NO TE QUIERO MUERTO!

-¡¿Ah?!- Izaya no supo cómo enfrentar a esos ojos color miel que lo veían con desesperación- ¡¿Estas demente?! Tú y yo nos odiamos... ¡No importa lo que ellos nos digan!- Izaya vio molesto a Shizuo- Quítate... - vio que el rubio no se movió- ¡Que te quites!

Shizuo se retiró lentamente de encima de Izaya quedando de pie a lado de la cama. Izaya se masajeó las muñecas, vio la cama, acarició una de las almohadas y volvió a enfrentarse a Shizuo, viéndolo con molestia. Se sentía irritado, todo eso tan hermoso que le pintaba Psyche no era más que una mentira, un sucio favor.

-Izaya...- El informante lo vio con odio. Lo que Shizuo temía, tragó duro, tenía que decírselo, tenía que cambiar esa mirada de nuevo- Al inicio fue porque ellos me lo pidieron... Pero cuando te encontré, me arrepentí por no haber ido antes. Ese mismo momento en que nos quitamos de casa de Shinra... Decidí por mi mismo en que te cuidaría.

-No digas estupideces- Izaya se puso de pie viéndolo mal, encarándolo, aun siendo el más bajo que Shizuo se sintió como si él en ese momento fuera más fuerte que el otro. "Por eso los sentimientos no sirven. Solo te hacen débil"- Dame una maldita razón. Solo una para darle lógica a todo lo que me estás diciendo... ¿Quererme con vida? ¿Cuidarme? ¿Tú? ¿Mi más grande enemigo por más de diez años?

-Eso es porque yo... Yo...- tenía que decirlo, debía de hacerlo sin la ayuda de Tsugaru, tenía que ser él- Porque yo...

Sentía que su lengua se entumecía  y que su garganta se cerraba. Apretó los puños frustrado. Lo gritaría, lo diría de esa manera, solo así saldría de su interior. Tomó aire para hacerlo, pero una música lo detuvo. Abrió los ojos viendo como Izaya sacaba su celular y contestaba con voz monótona. Soltó un suspiro, se sentía a salvo por el momento, pero debía de encontrar el momento adecuado para enfrentarlo y decirle la verdad.

-Namie...

-Ya está todo listo Izaya. Estás registrado como Fujiwara Nakura, fue difícil hacer la reservación. Alguien compró todo el tercer piso, así que te quedaste en el segundo- Dijo Namie del otro lado de la línea, era extraño que Izaya le hablara de esa manera y no con ese molesta voz  cantarina- Hablé con Usagi, y me dijo que no iría ella contigo sino Heiwajima Shizuo, ¿es cierto?- Dijo divertida.

-Sí, ¿algún problema?- Vio de reojo a Shizuo colocando su maleta sobre su hombro.

-No para nada. Solo espero que puedas pararte bien para trabajar.- Después de eso colgó, no sin antes soltar una carcajada.

-¿Y ahora que hizo la incestuosa?- Guardó su celular. Soltó un suspiro y vio a Shizuo, ya no había tiempo de hacer cambio de planes y Shizuo seguía siendo la mejor opción para ese momento. Tenía que tener la mente fría y no dejarse llevar por esas extrañas sensaciones que tenía ultimadamente- Shizu-chan olvida lo de ahora... Si tienes algo que decirme que sea después del trabajo. Andando, aun tenemos que llegar a Shinjuku a recoger mis cosas.

-Bien.

"Deja de llorar Psyche, me estás causando dolor de cabeza" Izaya regañó a su Alter al sentirlo abrazarse a el mismo mientras lloraba amargamente. Al salir del departamento y llegar a una calle transitada el informante detuvo a un Taxi.

-No hay que perder tiempo, debemos llegar a la estación listos a las nueve- Ambos subieron al vehículo, el informante le dio la dirección al conductor, y en todo el camino no se dirigieron la palabra, solo veía por su respectiva ventana.

"Psyche... Basta" No llevaban ni la mitad del camino y el oji rosa no paraba con su llanto.

"Lo siento... Pero no puedo parar. Izaya-kun eres tú... Te sientes lastimado. Pero no es así, Shizuo-san no..." Psyche hipaba sin poder detener las lagrimas, sentía su alrededor cerrarse, de nuevo sentía que los muros que aprisionaban el corazón del informante empezaban a formarse de nuevo.

"Olvida a esa bestia. Mira, ya tengo suficiente con esto. Si quieres estar con Tsugaru adelante, ya no me importa. Pero deje ya de intentar "emparentarnos" al protozoo y a mí. Eso jamás pasará, ¿comprendes?" Izaya vio como pasaban los grandes edificios de Shinjuku, pronto estarían en su complejo de departamentos. "Es imposible que estemos juntos, compréndelo. Al menos, no físicamente..."  Sonrió con tristeza viendo su reflejo que no era más que Psyche viéndolo con los ojos hinchados.

Izaya le pagó al conductor y se dirigieron a su apartamento. No había nadie adentro, esa era buena señal. Sora realmente mantuvo a Hayato fuera de su hogar por ese día. Le avisaría a Ryunosuke que no estaría por un par de días y que se dedicaran a visitar a su hermana como era debido.

-Bestia, ponte esto- Al entrar Shizuo dejó su maneta en el sofá y se sentó, cuando escuchó al informante llamarlo volteó a verlo, le entregó unas prendas bien dobladas.

Izaya solo le dio las ropas que le encargó a Usagi y subió al segundo piso a tomar un rápido baño y cambiarse de ropa. Se puso un pantalón negro de vestir, una camisa negra a botones, corbata blanca y sus lentes  de descanso. No solía usarlos más que cuando tenía que trabajar hasta muy tarde. Peinó su cabello hacia atrás con un poco de gel, cuando estuvo satisfecho con su apariencia, bajó y de su escritorio tomó una pequeña bolsa de tela, dentro estaba lo que la albina le había prometido. Sin más se acercó al rubio que lo esperaba en su terraza fumando.

Vio al rubio tranquilamente fumando con aquellas ropas que lo hacían ver bien. Tronó la boca por aquel pensamiento, dejó aquella bolsa junto a su maleta de rueditas que de igual modo estaba junto a la de Shizuo en el sofá, regresó al baño y tomó un peine y el bote de gel.

-Shizu-chan, ven te voy a peinar- Shizuo vio al informante en la entrada de la terraza, se veía endemoniadamente bien, tomó otra calada de su cigarrillo antes de apagarlo en el muro de concreto- Tenemos que vernos bien.

-¿Por qué tantas molestias con la apariencia?- Shizuo se sentó en el sillón individual que Izaya le indicó.

-Cada detalle cuenta. Si fuera por Usagi, ella nos cambiaría completamente, pero eso es muy molesto y se pierde demasiado tiempo- Tomó un poco del fijador entre sus dedos y lo espació por las doradas hebras teñidas de su guardaespaldas. "Es suave..." Pensó mientras lo peinaba- Estás listo.

Shizuo se puse de pie e Izaya asintió complacido por la imagen que tenía frente a él. Shizuo traía puestos unos pantalones de mezclilla, cinturón café de piel, camisa blanca de vestir, una pañoleta roja en el cuello que se acomodaba justo en medio de su pecho, un saco informal de color gris oscuro, casi negro, y sus zapatos negros. Izaya dividió su flequillo por la mitad, dejando ver su rostro y frente del rubio, el resto de su cabello estaba peinado hacia atrás.

"Eso si es un cambio, incluso puedo decir que se ve apuesto" Sonrió divertido, suspiró aliviado. De nuevo todos esos extraños sentimientos que lo hacían sentir asfixiado ya no estaban, solo una rara y peculiar calma. Tal vez debería hablar con Shinra con su extraña bipolaridad. Más extraña de lo usual.

-Perfecto, ahora andando, que tenemos veinte minutos- Tomó un reloj plateado y se lo puso en su muñeca izquierda. Antes de salir detrás de Shizuo tomó un abrigo largo que le llegaba a medio muslo de color gris  de corte recto y bastante sencillo.

-Te vez raro sin tu abrigo con pelusa- Dijo Shizuo mientras subía las maletas al taxi- No pareces la pulga.

-Y ese es el punto Shizu-chan. Igual no pareces tú. Hasta podría decir que te ves muy atractivo- Lo empujó dentro del taxi y le pidió al conductor llevarlos a la estación- Si te portas bien te invitaré a comer a donde quieras cuando llegamos a Tachikawa.

Después de eso no dijeron nada más. Izaya se encargó de comprar los boletos y guiarlos a donde debían de subir al tren bala. Tomando la línea JR Chou Line a las nueve llegaron en treinta minutos a la estación de Tachikawa. Al bajar junto con su equipaje Izaya detuvo al rubio para sacar una bufanda de color verde oscuro.

-Aun no estamos en las montañas, ¿en serio tienes frío?- Shizuo vio divertido al informante caminar fuera de la estación.

-Es parte del atuendo, y prefiero sacarlo ahora antes de llegar a Okutama y morir de frío- Se detuvo en la entrada viendo a varias personas ir y venir, admirando las grandes luces de varios comercios aun abiertos- No tenemos mucho tiempo, así que decide rápido.

-¿Cuándo partimos para tomar la otra línea?- Izaya vio su reloj de muñeca.

-Treinta minutos. Tenemos el último tren.

-Entonces será mejor algo para llevar. ¿Qué te parecen unas hamburguesas?- Señaló el puesto de comida rápida que estaba frente a ellos.

-No sé cómo te gusta esa comida chatarra. Pero bien, es mejor que pasar hambre o comer bento. Ya estoy arto de ellos.

Cruzaron el puente para llegar al otro lado donde se encontraba el restaurante. Al entrar había algunas personas. Izaya temía que pudieran perder el tren, pero la joven cajera atendían bastante rápido a todos, no le tomó mi cinco minutos llegar a ellos.

-Quiero el combo tres en grande- Le dijo Shizuo a la jovencita que se quedó por unos momentos admirando a ambos hombres, incluso sintió sus piernas temblarle al escuchar su voz del rubio- ¿Y tú Izaya?

-Lo más pequeño...

-¿No quieres mejor una ensalada, majestad?- Lo vio divertido al hacer gestos al ver los grandes combos de hamburguesas, patatas fritas, nuggets y otras frituras- No te preocupes no engordarás con solo comer esto una vez cada tanto. Además estás muy delgado, no sé como perdiste peso, yo que había logrado que subieras un poco...

-¡Así que por tu culpa tenía ese gordito!- Izaya recordó que cuando regreso a su departamento junto con Psyche después de escapar del hogar del rubio notó que su estómago estaba un poco flácido, Usagi hacía comidas sanas y bajas en calorías para él, necesitaba mantener su peso para poder correr y escapar de todo tipo de peligros por lo que se sorprendió al ver ese centímetro de piel extra.

-Era necesario parecías ser solo piel y huesos.

-Eh, disculpen- la pobre chica se sentía confundida. ¿Cómo había pasado esto de ser una simple orden a una "pelea marital"?- Pero los otros clientes...

-Vamos pulga, no perdamos más tiempo solo pide algo. ¿Quieres la ensalada?

-¡Que no! No soy un conejo. Quiero ese- Señaló el primer combo, una hamburguesa sencilla con queso- En pequeño.

-Que sea mediano- le corrigió a la chica. Ella no sabía qué hacer, pero con un guiño y una radiante sonrisa le hizo obedecer al rubio.

-De acuerdo. ¿Desean algún postre?- Shizuo vio de reojo a Izaya que solo se cruzó de brazos y lo ignoró.

-Solo un pay de manzana, y sería todo.

-Serían mil doscientos yenes- Izaya estaba sacando su billetera cuando Shizuo pagó primero.

-Dije que invitaría yo...

-Invita mejor algo cuando lleguemos- Empujó suavemente a Izaya fuera de la fila y esperaron en la barra junto a otros clientes.

-No puedo crees que me hayas hecho engordar Shizu-chan- Hizo un puchero, igual Psyche no estaba complacido.

-No subiste casi nada. Creí que Usagi te alimentaba bien, pero en serio debes de ganar algo de peso- Le picó una costilla, y luego sujetó su cadera de Izaya- Sí, estás más delgado.

-Deja eso- Le dio un manotazo, vio que los otros clientes los miraban, pero al alzar la vista estos voltearon rápidamente a otro lado.

-Orden cuarenta- Un jovencito llegó con una bolsa de papel con el logo del establecimiento en ella.

Shizuo tomó sus maletas de nuevo e Izaya la bolsa de comida y prácticamente trotaron de regreso a la estación pronto sería la hora y aun no estaban en el andén. Dada la hora, casi las  diez, no habían muchas personas solo muy pocas que al igual que ellos viajaban por asuntos importantes a destinos algo distanciados.

Una vez que Shizuo volvió a acomodar su equipaje en los compartimientos de arriba se sentaron juntos, desplegaros las pequeñas mesas que estaban pegadas a los asientos de enfrente. Esa noche la línea Ome Line, no tenía muchos pasajeros por lo que no molestaron a los demás por el fuerte aroma de la comida rápida. Izaya veía ligeramente asqueado como Shizuo prácticamente engullía aquella gran hamburguesa de tres carnes, queso, considerable verdura y grasos aderezos, le daba una mordida a aquel monstro de carne y luego se metía un par de papas fritas a la vez. El informante retiró el papel de su hamburguesa, no era tan grande como pensaba, eso fe un alivio. Comió tranquilamente, pero la grasa y el extraño sabor de la carne no le agradaron mucho, así que solo comió la mitad, bebió de aquella bebida igualmente llena de azúcar y gas. Un par de sorbos le bastó e intentó comer un poco de las papas fritas, pero al igual que la hamburguesa solo pudo soportar comerse la mitad.

-Termínatelo Shizu-chan- le dio el resto de su comida, viendo como el rubio chupaba sus dedos llenos de aderezo.

-¿Qué? ¿Su majestad está lleno?- Empezó a molestarlo, viendo como Izaya ponía los ojos en blanco.

-No es eso. Simplemente sentí algo de asco por la cantidad de grasa que tiene todo esto- Shizuo solo hizo un gesto con los hombros y empezó a terminarse lo que Izaya había dejado- ¿Dónde está el pay?- Empezó a buscar en la bolsa de papel, haciendo un lado las servilletas y pequeños sobres de más aderezo.

-Oye ese pay es mío.

-Cállate que ya te comiste todo eso- Sacó el pay del pequeño paquete de papel duro. No se veía tan apetitoso como pensó, pero tal vez sabría mejor que aquello que intentó comerse.

El pay tenía forma de un rectángulo, mas que pay parecía un strudell de manzana hecho sin amor. Izaya le dio la primera mordida, no sabía tan mal un poco grasos pero sabía mejor que aquella hamburguesa. Le dio otra mordida complacido, tal vez si podría dejar satisfecho su estómago por esa noche.

Shizuo veía atentamente a Izaya comer lentamente su pay, estaba por replicarle pero al ver como cerraba los ojos, se formaba un leve sonrojo al comer lentamente aquel postre, no tuvo corazón para quitárselo. Siguió mirando al informante mientras se comía el resto de las papas tranquilamente. Cuando lo vio terminar lo vio divertido mientras guardaba la basura en la misma bolsa de papel. Después de cenar no esperaron mucho cuando vieron por la ventanilla como entraban a la estación de trenes.

Al salir de la estación vieron los pequeños establecimientos que rodeaban la estación de trenes, la cual tampoco era muy grande. Todo estaba cerrado, solo algunas farolas se podían ver encendidas, dejando ver el cielo nocturno lleno de estrellas hasta donde las montañas los dejaban ver. Izaya vio el cielo maravillado, en la ciudad no podía ver las estrellas de ese modo, pero el frio viento de las montañas avisando que pronto sería otoño le hizo estremecer.

-Realmente eres friolento- Shizuo dejó la maleta de Izaya de pie y sobre de esta su equipaje, se acercó al informante - ¿No quieres otro abrigo?

-Estaré bien- Le decía mientras acomodaba su bufanda alrededor del cuello- Son diez minutos de camino a pie, así que andando que quiero un té caliente.

-Pensé que lo que más odiabas era el calor, no el frio- Empezaron a caminar en las oscuras calles.

-No es que lo odie, me gusta este clima... Pero siento más frio de lo usual- Podía sentir sus mejillas sonrojadas como si estuviera en plena nevada.

-Eso es extraño.

Siguieron su camino, pasando por puentes y hermosos senderos custodiados por grandes árboles, los cuales estaban empezando a cambiar de color sus hojas, otra señal de que pronto sería otoño. Y tal y como dijo Izaya, a los diez minutos andando vieron las luces de la entrada, era bastante sencilla pero a la vez elegante, sus bajos muros de color crema con un letrero con el nombre del establecimiento, en la entrada había una pequeña estatuilla en forma de casita, la entrada tenía un arco de madera oscura. Izaya casi corría para entrar al lobby, apenas se abrieron y cerraron las puertas de cristal detrás de ellos soltó un suspiro y se soltó la bufanda, podía sentir el olor fresco característico de los hoteles y esa leve esencia a té e inciensos.

A paso lento se acercó a la única recepcionista de la noche, una joven de cabello castaño corto, usando una blusa negra sencilla y un suéter ligero de color gris claro, en el lado izquierdo de su pecho tenía un placa dorada donde decía su nombre: "Hikari". La joven recepcionista estaba detrás de un mostrador de color blanco y meseta negra de granito, sobre de esta un par de computadoras blancas donde se hacían todos los registros y reservaciones, detrás de ella había un muro blanco con grandes kanjis dando a conocer el nombre de la posada y debajo de esta en letras un poco más pequeñas el mismo nombre en romanji.

-Buenas noches. Bienvenidos a Mori no Yo, ¿Puedo ayudarles en algo?- Dijo la joven con una radiante sonrisa.

-Buenas noches, reservación a nombre de Fujiwara Nakura- Izaya se terminó de quitar su bufanda dejándola sobre el equipaje que estaba entre él y Shizuo, viendo todo a su alrededor.

-Seguro- La joven buscó en el sistema de reservaciones encontrando el nombre de su cliente. Confundida intentó buscar algún error en su escritura, tal vez había escrito mal el nombre de su cliente o puedo haber una confusión, pero no. "Fujiwara" Era el único apellido en ese momento y el nombre de "Nakura" igual era extraño, así que no podía tener la coincidencia de tener dos personas con el mismo primer nombre. Intentando ocultar su confusión y ligeramente asustada, al ver que el moreno era acompañado de un apuesto rubio habló- Le... Le confirmo la reservación... Habitación especial matrimonial, con vista y onsen privado. Fujiwara Nakura. Habitación 204- La joven con una forzosa sonrisa le entregó dos tarjetas- Las llaves son electrónicas, si llegan a perderlas se les cargará a sus cuentas.

-Entiendo, muchas gracias- Cuando la joven empezó a describir su reservación, empezó a forzar cada vez más su sonrisa al igual que la chica. Tomó las llaves empezó a caminar hacia al ascensor.

-Eh... En seguida subirán su equipaje a la habitación- Le habló al rubio que seguía ahí de pie viendo como su acompañante caminaba a paso firme hacia el elevador.

-No se preocupe, yo me encargo- Dijo Shizuo sonriéndole a la jovencita y al botones que llegaba con un carrito dorado. Y dejando a ambos confundido se fue detrás de Izaya- ¿Qué pasa?- Le preguntó apenas las puertas se cerraron.

-¡Esa maldita incestuosa hizo esto! ¡Debía de conseguir dos habitaciones conectadas no una sola! Le reduciré el sueldo por eso.

-Oh- Fue todo lo que dijo Shizuo, siendo mirado extrañado por el informante.

-Estas extrañamente tranquilo...

-Eso es porque Shizuo entró en una crisis- Sonrió dulcemente y fue Izaya cuando se dio cuenta de los ojos del rubio, eran azules no de color miel- Tranquilo Ii-kun, cuando se calme volverá a salir.

-Tsugaru...- soltó un suspiro- Voy a matar a Namie por esto- frotó sus sienes estresado.

-¿Por qué? ¿No te agrada la idea de volver a dormir con Shizuo?

-¿Ah?- Izaya lo vio mal, cuando recordó que Tsugaru estuvo en todo momento ese tiempo en el que él había perdido la memoria- Tsugaru, ¿tu recuerdas todo lo que pasó cuando yo esta "mal"?

-Por supuesto, tengo hermosos recuerdos de esos días- Habló como si hablara de un lejano pasado- Te veías muy adorable con esas orejas y colas de gato- Vio a Izaya verlo perturbado.

-Entonces esas fotos no estaban editadas- Murmuró para sí mismo. Las fotos en las que salía sin si abrigo cubriéndole la cabeza, podía ver unas orejas de gato sobre su cabeza, su puso que eran editada pero Tsugaru se lo acaba de conformar- ¡Esas benditas orejas estuvieron en mí por una semana!

-Para ser exactos fueron cuatro días. La última noche que pasaste con Shizuo las perdiste, supuse que se debía a la razón por la que te dio fiebre. Estabas regresando a ser el mismo.

-Tsugaru, ¿qué fue lo que pasó entre Shizuo y yo?- Izaya se detuvo frente a la puerta de su habitación, y vio al oji azul fríamente.

-¿No te dijo Psyche?- Izaya negó con la cabeza- Bueno, sino te lo dijo fue por una buena razón. Además sería mejor si lo recordaras tu mismo.

-Déjate de estupideces y dímelo. ¡Ya!- Tsugaru hizo una mueca contrariado. Tal vez debería de decírselo, estaba en su derecho y tal vez con eso pueda ayudar a Shizuo para que de una buena vez el informante seda y dejen ese juego de "Te odio porque eres mi enemigo"

-De acuerdo, te lo diré. Pero al menos entremos, esto no debería de decírtelo aquí en el pasillo- Izaya no le quitó la mirada un cuando abrió la puerta y lo dejó pasar con sus maletas. En la entrada se recargó en la puerta y vio con los brazos cruzados al Alter.

-Habla- Tsugaru soltó un suspiro. Shizuo aun estaba debatiéndose si salir y dormir con Izaya en la misma cama o dejar Tsugaru afuera como estaba en ese momento, ignorando por completo lo que pasaba "a fuera". Tsugaru estaba dispuesto a hablar.

-¡NO LE DIGAS NADA!- De repente Izaya se había lanzando a sus brazos, fue cuando vio que los ojos del informante eran de un rosa brillante y lo veía preocupado- Tsu-chan no le cuentes nada a Izaya-kun- le suplicó aferrándose a su pecho del mayor.

-Psyche, ¿por qué no le dijiste nada?- Tsugaru abrazó de manera protectora a su amado.

-Izaya tiene que recordarlo el mismo. Si se lo decirnos podríamos causarle daño. Me encerrará de nuevo y no me dejará salir. Volverá a cerrar su corazón y esta vez no me dejará salir ahora que sabe que estoy dentro de él- Psyche lloraba en brazos del rubio- Lo que paso hace poco en casa de Shizuo-san... Izaya no estaba bien, no pude para de llorar por un buen rato, dolía mucho Tsugaru, realmente dolía mucho. Izaya quiso encerrarme después de eso. Volvía a ver esos muros y más gruesos...

-Tranquilo, no pasa nada. No dejaré que te encierre de nuevo- Estrechó un poco más al oji rosa intentando calmarlo. Recordar aquella barrera transparente que los dividía le hizo estremecer. Aquel tiempo cuando Shizuo e Izaya habían pasado algunas peleas después de la salida escolar, Tsugaru vio aquel muro que había en su mundo volverse transparente encontrándose con aquella mirada rosada que no pudo olvidar. Desde ese momento ambos hablaban a través de ese "cristal", sus miradas buscaban desesperados una manera de romper o escalar aquel muro. Pero no podían, solo contadas veces podían verse y tocarse cuando los sueños de ambos enemigos se sincronizaban.- No otra vez, no soportaría ese muro de nuevo.

-Tsugaru...- Psyche alzó la mirada, viendo igual miedo en aquellos ojos azules, miedo a volver estar separados- Dejemos que Izaya-kun se tome su tiempo. Igual la situación de ahora no es la mejor para que ellos acepten lo que sienten... Bueno en el caso de Izaya- Sonrió al recordar que el rubio ya aceptaba sus sentimientos.

-Sí, es más seguro de esta manera, siento haber intentado decirle la verdad a Ii-kun.

-Está bien, igual no te lo dije- Se puso de puntitas para besar la barbilla y luego los labios de Tsugaru.

Ambos se vieron con los ojos entrecerrados y profundizaron el beso. Psyche rodeando el cuello del mayor, sintiendo de igual modo como este lo abrazaba por la cintura. Un cálido y húmedo beso que demostraba su amor, aquel que ambos "monstros de Ikebukuro" negaban y ocultaban.

-Vámonos adentro- dijo entre besos Tsugaru. Recibiendo un monosílabo de su amado, se desvanecieron aun con los labios sellados.

Izaya abrió los ojos de golpe al sentir "algo" sobre su rostro y entre sus dedos. Y grande fue su sorpresa al ver a Shizuo, y esperaba que fuera Shizuo y no Tsugaru, quien estaba comiéndole la boca... ¡NO! ¡Ninguno de los dos debería de estar haciendo eso!

Shizuo sintió paz en el interior de su cuerpo y con una sonrisa vio que Tsugaru lo sacaba de nuevo, siendo llamado por aquella sensación que invadía su cuerpo, conocía esas caricias y aromas. Tsugaru y Psyche se besaron y se desvanecieron sin separarse, dejando que ellos "siguieran". Y Shizuo no desaprovechó el momento, extrañaba aquellos labios, aunque los besara la noche anterior, si fuera por él los besaría a todo horas todos los días. Sin siquiera abrir los ojos volvió a profundizar el beso adentrando su lengua en la boca del informante, pero apenas rozó con la lengua ajena  recibió una fuerte mordida en su labio inferior y un puñetazo en el rostro.

-¡¿Qué carajos haces?!- Izaya se alejó agitado, las manos aun hechas puchos, su rostro estaba completamente rojo. Limpió los residuos de saliva que quedaron sobre su labio y barbilla con la manga de su abrigo.

-Nos regresaron al mismo tiempo. Realmente están bien coordinados- Shizuo se tocó la mejilla, no le dolía pero igual su labio sangraba un poco. "Debo admitir que si tiene fuerza para morder... Pero yo también"- ¿Qué pasa? Izaya-kun~

-¿Que qué pasa? ¡Me besaste!

-Corrección, Psyche y Tsugaru se besaron, nos regresaron al mismo tiempo, así que yo solo seguí con lo que estaban haciendo- Relamió sus labios, causando un escalofrío involuntario al informante- ¿No que te gustó la noche anterior?

-Eso... ¡Eso no importa! ¡Estamos trabajando! ¡Trabajo!- Recalcó lanzando su abrigo en la cara del rubio- ¡AGH! Es suficiente... Psyche sal, te dejaré castigado... ¡Que salgas!- Izaya intentó con toda su voluntad sacar a su pegostiosa bola rosa, pero no pasaba nada.

-No creo que logres sacarlo ahora, ellos están ocupados en sus "asuntos"

-¿Cómo estás tan seguro?- vio molesto a Shizuo.

-Yo lo haría- Izaya enrojeció, tomó su celular, la llave del cuarto y salió de la habitación de un portazo no sin antes soltar un:

-¡MUERETE SHIZU-CHAN!

-Que susceptible- rio entre dientes. Tocó su pecho un poco confundido, él no se consideraba un hombre que coqueteaba o dijera cosas descaradas como en ese momento, pero por alguna razón de salían aquellas acciones de lo más natural- Estoy perdiendo igual la cabeza.

Metió las maletas ya dentro de la habitación, dado que todo ese tiempo se quedaron el pasillo de la entrada. Al ver la gran habitación se sorprendió, las paredes estaban decoradas como si fueran las delgadas paredes de una casa tradicional, pero había concreto detrás de estas. Para dar más privacidad a los huéspedes, pensó el rubio. Había un gran televisor frente a la, igualmente, gran cama matrimonial de sabanas blancas y detalles en tonos crema. A su izquierda había un armario bastante amplio, dentro había toallas, un par de ganchos y un par de juegos de yukata del hotel para estar dentro o dormir. A su derecha había otro pasillo donde llevaba al tocador y al baño con una pequeña tina, era moderno y acogedor. A un lado de la cama había un gran ventanal que daba vista a la penumbra del terreno boscoso del lugar.

Salió al ver un poco más y tal vez fumar un rato. Y lo vio, una gran tina redonda en la cual corría agua caliente de una pequeña fuente de piedra que estaba a un lado de esta. Un onsen privado. El barandal que separaba el vació de la terraza era de cristal y metal, el onsen privado a su alrededor tenía un par de cortinas de madera para evitar que ojos curiosos vieran lo que pasara ahí, a un lado una zona de descanso con un par de sillas de madera un una pequeña mesa de té. Ese lugar realmente debería de costar una fortuna con todos esos lujos.

-Tal vez tome mejor un baño- Shizuo volvió a entrar a la habitación soltando la pañoleta roja y dejarla en el sofá individual que estaba en una esquina.

Tomó un rápido baño para limpiar su cuerpo antes de meterse a la gran tina. Salió completamente desnudo y con un par de toallas, una al rededor de su cuello y la otra en la mano, paseándose por la habitación en su traje de "Adán". En los flancos de la cama habían unas mesitas de noche, la que estaba al lado del pasillo había una cesta de chocolates, sin pensarlo tomó unos cuantos, y salió a la terraza. A esas horas no había nadie así que no desplegó las cortinas para admirar las estrellas, una toalla la dejó sobre la silla y la otra la metió al agua para acomodarla sobre su cabeza.

-Trabajar para la pulga tiene sus puntos buenos- Dijo completamente relajado, apoyando su espalda en la piedra pulida de la tina. Comía un par de chocolates mientras veía las estrellas y sentía el fresco aire de las montañas en su rostro y sus hombros- Ah~ Esto es lo mejor...

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En cuanto a Izaya estaba andando por el pasillo, sin saber qué hacer. Había salido de la habitación pero no fue a ningún lado, simplemente no quería ver aquel "estúpido" rostro que el rubio le dedicaba. "¡¿En qué maldito momento se volvió un playboy?!" Pensaba dando vueltas por el pasillo. Resignado entró al elevador, y fue entonces que recordó que Namie le dijo que todo el tercer piso fue reservado, con duda, apretó el número de piso, y al abrirse las puertas fue recibido por un hombre trajeado en negro, de mirada amenazante y de gran tamaño.

-Esta área está restringida para el resto de los huéspedes- Dijo con una fría y gruesa voz al moreno de apariencia delicada, ante sus ojos.

-Oh, disculpe, pero creo que me equivoque. Que torpe- sacó la lengua en son de ternura, se despidió con la mano del hombre hasta que las puertas volvieron a cerrarse. Con una sarcástica sonrisa bajó hasta la recepción. Una vez fuera caminó por el lobby intentando llamar a Usagi, pero cada vez que lo intentaba una contestadora le decía que estaba en un área sin cobertura.

Quedó de piedra... ¡No había señal! Molesto fue con la recepcionista y poniendo su mejor cara, pidió una explicación. La jovencita le dijo que esa área no tenía  servicio para dar un ambiente más tranquilo y relajado para los huéspedes, pero que tenía una red de internet que todos podían usar.

"¡Eso no tiene lógica!" Pensó Izaya, una vez que consiguió la clave del internet le manó un correo urgente a su prima para que le ayudara con ese pequeño inconveniente. No esperó mucho solo unos diez minutos mientas veía un panfleto del Onsen, notando los distintos tipos de baños y uno que otro pequeño restaurante tradicional. Fue entonces que después le llegó la respuesta de su prima.

"Perdona Iza-nii, estoy atendiendo el asunto de Ueno, cuando termine iré a tu departamento y solucionaré tu problema. Si tienes dos teléfonos contigo pásame el número de ambos, te abriré una línea privada. Buenas noches~"

Con un suspiro se resignó a no tener cobertura ni mucho menos línea, al menos era poco más de media noche así que se iría directamente a dormir y para la mañana esperaba poder moverse por las redes.

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Al entrar a su habitación vio las luces encendidas aun, pero no había ningún solo ruido, no había salido tanto tiempo cuando mucho media hora. Tenía la esperanza de que el rubio hubiera salido de la habitación a dar una vuelta al igual que él, sonrió divertido al ver la otra llave en la pequeña mesa de la entrada. "Si olvidó su llave, lo dejaré dormir en el pasillo" Pero ese divertido pensamiento se fue a la basura al ver los zapatos del rubio y su maleta aun hecha. Confundido revisó el baño, hacía poco lo habían usado, aun olía a los jabones del hotel. Caminó un poco más por la habitación y vio en el solitario sillón de la esquina con las ropas que había usado el rubio esa noche, fue cuando vio el gran ventanal que daba a la terraza abierta.

"Por eso hacía frío" Se acercó con intenciones de cerrarla y un divertido pensamiento cruzó por su mente. Shizuo corriendo entre los árboles completamente desnudo. Soltó una risota al salir a la fría noche.

-¿Será que fue a marcar su territorio igual que un perro?- Dijo para sí mismo cruzándose de brazos divertido.

-Lamento romperte las esperanzas, pero no- Izaya volteó lentamente su rostro a su izquierda topándose con el rubio sumergido hasta los hombros en el agua tibia.- Mejor estrené el onsen... ¿No quieres acompañarme?- Sonrió con malicia al ver que el informante no salía de su asombro.

-No estoy tan loco como para estar desnudo en medio de la noche. Gracias por la "amable" oferta, pero prefiero no pescar una resfriado- dijo sarcástico, chocando con aquellos ojos color miel que lo veían de pies a cabeza, como queriendo escanearlo- ¿Qué?

-¿Encontraste algo interesante?- Izaya lo vio dudoso- Saliste a investigar, ¿no?

-Sí...- torció un poco para aclarar su voz-Fue a investigar... Todo el tercer piso esta clausurado. Parece que para mantenerse seguro, o mejor debería decir "ellos", compraron todo un piso- Escuchó a Shizuo soltar un "wow"- No puedes entrar ni al pasillo, la entrada por el elevador y las escaleras de emergencia están vigiladas por tipos enormes.

-¿Cuál es el plan?- Se puso de pie dejando ver al informante toda su anatomía.

-Eh...- Izaya aun le perturbaba que "eso" fuera más grande que el de él, eso no era humanamente posible, bueno no a menos de que se sometieran a cirugía o algo para alterar sus cuerpos. "A puesto que la bestia sigue siendo virgen... Digo... Esa cosa no podría entrar en ningún cuerpo sin destrozarlo en el proceso... Mis condolencias a las pobre mujeres que "sufrieron"... ¿Realmente sufrieron?"  Izaya se perdió en sus pensamientos sin apartar la vista de la entrepierna de su guardaespaldas, sin contestar a la pregunta que se le había formulado, cosa que el rubio se dio cuenta.

-¿Te gusta lo que ves, pulga?- Shizuo salió de la tina y se plantó frente a Izaya acomodando una mano en su cintura y con la otra sujetaba la toalla húmeda que tenía hasta ese momento en la cabeza. Importándole poco la fría brisa rodeando su cálido cuerpo.

-Para nada...- Salió de su estupor y fingió que no veía nada. Se sentía ligeramente abochornado, así que para salvar su dignidad decidió molestar al rubio- Aun debes de ser virgen Shizu-chan. Con esa cosa entre las piernas a puesto que espantas a todas la chicas. No creo que exista humano que pueda sobrevivir y disfrutar "aquello"- dijo con burla, colocando un dedo debajo de sus labios curvados en una burlona sonrisa.

-Oh, Izaya-kun- rió entre dientes- Disculpa, pero no soy virgen. Ya he tenido mis experiencias, y créeme que puede dejar a mi pareja más que saciado.

-Sí, como no. No logro visualizar a una loca, sobria, abriéndote las piernas.

-Oh, las he tenido, pero no fueron la gran cosa...Sin embargo mi favorito...- se acercó peligrosamente al informante acomodando su cabeza a lado de la de Izaya, con el fin de susurrarle suavemente en su oído- Es "loco" que me rogaba por más y más entre gemido pidiendo más duro, más fuerte... ¿Te gustaría intentarlo? I-za-ya-kun~ - Deletreó su nombre sensualmente para luego lamerle el lóbulo del oído, una "leve" caricia, causando que el informante se estremeciera.

-¿Qué rayos pasa contigo?- Retrocedió hasta que su espalda chocó con el borde del ventanal, cubriendo su oído con una mano, con el rostro sonrojado vio perturbado, intentando confundirlo con enojo, al rubio- ¿Acaso estas en celo bestia, o qué?

-Tal vez... ¿No te gustaría ser devorado por mí?- Izaya vio como Shizuo de nuevo tenía intenciones de acercarse a él.

-No gracias, no me van las bestias- intentó sonar indiferente y cortante. Pero su interior era un revoltijo, ni siquiera podía culpar a Psyche por ese calor que empezaba a cubrir su cuerpo, y eso que hacía un frío horrible para él afuera.

Sin decir una sola palabra más con el rubio, simplemente entró a la habitación y fue por su maleta buscando su ropa para dormir, al final tomaría un baño para bajar aquel bochorno que sentía. Y fue cuando cayó en cuanta de algo, solo había traído una camisa de manga larga que le quedaba un poco grande de color gris. Desesperado intentó buscar al menos un short o pantalón cómodo. Pero no fue así. "Tenía la idea de dormir solo..." Ya arto simplemente se metió al baño de un portazo.

Shizuo se dio cuenta de todo, quería reírse del "infortunio" del informante, pero se resistió. Cubrió su desnudes con la toalla seca amarrándola a su cintura, y cerrando los ventanales una vez ingresó a la habitación. En la cama ya lo esperaban sus ropas para dormir, se las puso sin mucha demora y se acurrucó en la suave cama y cubriéndose con las sabanas. Dormir en hoteles era agradable de vez en cuando, al instante se quedó dormido en la orilla de la cama que estaba al lado del pasillo.

"¿Debería de pedir otra habitación? No... Sería bastante sospechoso y las habitaciones del segundo piso están todas ocupadas, y no es conveniente quedarme en el primer piso o mandar a la bestia muy lejos de mí. Maldición... Estúpida Namie" Izaya buscaba una solución para aquello, pero su cabeza no hacía otra cosa que pedirle un buen descanso, así que con un suspiro resignado salió del baño.

-¿Qué rayos?- Dijo en un susurro Izaya al ver a Shizuo felizmente durmiendo en un lado de la gran cama. Tomó un panfleto que había en la mesita de noche del rubio, lo enrolló y le golpeo en la cabeza con todas sus fuerzas, sabía que el rubio apenas lo sentiría pero bastó para verlo de mala gana por despertarlo- ¿Qué crees que haces?

-Durmiendo...

-Pero no en la cama, anda fuera- Hizo un ademán con la mano como su tratase de pelear con un perro- No dormiremos en la misma cama, así que vete al suelo o la terraza, no me importa, pero fuera.

-Izaya... En serio, estoy cansado y no quiero tirar a la basura mi buen humor. Solo acuéstate en el otro extremo, la cama es jodidamente grande así solo quédate de tu lado y yo del mío- Intentó volver a acomodarse dándole la espalda al informante que aun estaba de pie junto a la cama.

-Pero yo no quiero dormir contigo.- Se cruzó de brazos.

-Ya hemos dormido juntos, así que deja de actuar como una chica virgen y duérmete- Dijo con malicia, haciendo que Izaya apretara los dientes con molestia.

-¡Bien!- Se subió a la cama y caminó por ella, pisando las costillas de Shizuo con cizaña, hasta llegar al otro extremo de la cama- Pero si me tocas...- Le muestra su navaja- Te amputare lo primero que me encuentre...- Lamió el filo de su navaja para luego guardarla bajo su almohada.

-Puedes lamer algo mejor que eso...- Rió entre dientes y más aun cuando Izaya le lanzó una almohada al rostro- Buenas noches...

-Buenas noches...- Dijo con un puchero molesto, dándole la espalda al rubio que al instante volvió a dormirse. Izaya se acomodó mejor, poniéndose boca abajo y terminó cayendo en los brazos de Morfeo.

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Ese mismo día Usagi había pasado la tarde con el mayor de sus hermanos en Ueno y con la compañía de su "gato mascota". Usagi presentía que algo pasaba por esos lugares, apenas ayer descubrió la llegada de un camión de carga bastante extraño sin placas, los lugareños habían dicho que le pertenecía a un empresario que estaba poniendo una nueva tienda en la zona turística. Con duda mandó a Takuma a recorrer las calles y que su punto de encuentro sería en la estación.

En cuando a Sora había tenido una cita con Hayato, paseando por Shinjuku e Ikebukuro. Para las cinco de la tarde se reunieron en el bullicioso distrito con el resto de sus hermanos para la hora de la cena, Hayato quería comer en un restaurante de Tepanyaki, pero Usagi se negaba a dejar al felino afuera y sin comer. Al final fueron a un puesto callejero de Oden. Sora y Usagi eran los más encantados, les gustaba la comida local de puestos pequeños.

-Ten Ku-chan, un poco de nabo- La albina le acercó la comida al felino que estaba sobre el regazo de Sora ladeando el rostro para que no le diera eso. Sabiendo de antemano que su compañero odiaba aquella verdura.

-Usa-chan no sea cruel con el pobre gatito. Ten cariño- Sora sopló un poco de Hanpen (Tipo de suri mi de sabor suave de color blanco en forma de triangulo) y se lo dio a Kuma que gustoso abrió su pequeña boca para comer gustoso- ¿Esta rico?- Como respuesta el felino frotó su rostro en su pecho mientras ronroneaba- Oh, es tan cariñoso. Me gustaría tenerlo para mí- Usagi contenía la risa mientras grababa como Takuma se dejaba llenar de mimos de su hermano.

Al final todo terminaron más que satisfechos, al llegar al departamento de la albina, fue la primera en tomar un baño. Sora consolaba Hayato porque no podría ir a ver a Izaya hasta que regresara de un trabajo. Mientras Usagi se bañaba junto a Takuma, a quien no dejaba de molestar diciendo que se había enamorado de su hermano recibió un correo.

-¿Quién es?- Takuma nadaba en la tina y recargó sus patitas sobre la rodilla de la albina que sobresalía del agua.

-Son de la agencia. Me acaban de confirmar que la muestra que mandaste salió positiva. Aquella tienda es solo una pantalla, ahí están fabricando aquella droga.

-Hay una compuerta en la parte trasera, donde dejan la mercancía común de la tienda. No pude entrar, había muchas personas y no tengo pulgares- Mostró su patita. Usagi casi muere de ternura por ver sus rosadas almohadillas- ¿Quieres ir esta noche?

-Sí, será mejor ir antes de que empiecen a distribuirla.

Ambos salieron del baño para ir a la habitación de Usagi, donde se cambió y puso su conjunto de short negro, una blusa del mismo color sin mangas, por debajo de su pecho tenía un cinturón delgado de color blanco dejando la parte baja de la blusa suelta. Preparó su mochila con sus armas, algunas bombas y robots si era necesario. A Takuma le volvió a poner su brazalete pero en el cuello, fue una suerte que le quedara perfecto. Solo necesitaba una buena excusa para salir de casa.

Si fuera por ella, saldría por la ventana, pero su hermano de alguna u otra manera siempre sabía cuando ella estaba a punto de escabullirse. Ni con todo su entrenamiento se salvaba de que Ryunosuke la atrapaba, cuando le preguntaba cómo lo sabía, él le contestaba que era su instinto de hermano mayor. Llegó un punto en que pesó que había cámaras o algo que la delataba en su antiguo hogar, pero nada todo estaba limpio a excepción de sus dispositivos de seguridad.

-Chicos tengo que salir- Usagi baja de las escaleras con su mochila y terminando de atar su cabello en dos coletas- Iza-nii necesita unos documentos que dejó en la computadora de su apartamento.

-Ten cuidado Usa-chan- le dijo con una sonrisa Sora, quien descansaba su cabeza en el hombro de Ryunosuke y en su regazo descansaba la cabeza de Hayato que tenía la vista fija a la película que veían.

-¿Irás en la moto?- Dijo el mayor de todo, Usagi solo asintió con la cabeza, temía que le impidiera salir. Él siempre tomaba el rol de "padre" y de algún modo Sora era como su "madre"- Mejor pasa la noche en el departamento de Izaya, no quiero que llegues muy tarde y corras peligro- Aquello tomó desprevenida a la menor, ya estaba a punto de hacer un berrinche o hacer un drama para poder salir- Ve, Izaya debe necesitar mucho esos documentos si te llamó a estas horas, ¿no?

-Sí... Nos vemos- Y sin decir nada más salió corriendo con Takuma en su hombro, sus guantes y casco en mano.

-Se fue...- Hayato habló al escuchar la pequeña reja de la entrada ser cerrada con llave. Se levantó de su cómoda posición y estiró lo brazos para des perezas- Tenemos casa sola...

-Entonces divirtámonos un rato, ¿Ryu?- Se puso de pie Sora siendo abrazado por Hayato, quien apenas se aferró a su cintura empezó a besarle el cuello.

-Vamos hermano, sabes que Sora no está satisfecho a menos que te unas, y créeme que estuvo muy entusiasta cuando te fuiste- Hayato vio divertido a su hermano mientras lamía el cuello del moreno.

-Ryu, nos dejaste por mucho tiempo. Y te extraño- Sora estiró una mano, al instante fue aceptada por el albino mayor. Vio a Ryu ponerse de pie frente a él y besarle la mano.

-Lamento dejarlos solos, pero eran asuntos importantes con los socios... Después les diré la razón y necesitaré de su ayuda- Sonrió de medio lado, acercándose peligrosamente a Sora hasta rozar con sus labios.

-Sabes que cuentas con nosotros- Dijo como palabra final Hayato antes de empezar su apasionada noche

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Lejos de ahí Usagi veía con unos binoculares en lo alto de un edificio como una rápida mancha negra salía de lo que era una tienda de camisas y recuerdos de Ueno. Con una sonrisa de satisfacción vio a sus espaldas, un grupo de hombres de mala pinta decapitados por todo el techo. Tal y como lo esperaba, esa noche se movilizarían para expandir la droga en aquella ciudad, así que mientras ella peleó con los guardias, distribuidores y el líder del local, Takuma se encargó de escabullirse al sótano que habían dejado abierto para salir a ayudar a sus compañeros que eran apaleados por una misteriosa jovencita que usaba un gorro de panda y antifaz plateado. Takuma entró con una pequeña mochila en su lomo, y al ver el lugar vació con una pila de cajas con aquellos fármacos, empezó a colocar las pequeñas bombas que tenía con él. Una vez terminó vio que no había nadie y siguió el aroma de su compañera, un olor dulce como a masa para hornear y sangre

-¿Las pusiste todas?- Usagi le quito la ahora bolsita vacía de su lomo.

-Sí, también me encargué de que pareciera un accidente causado por una fuga de gas.

-Perfecto. Vámonos- Apenas bajaron del edificio y Usagi se hubo ubicado en su moto, activó la detonación, causando un gran estruendo y un incendio. Sabría que dentro de poco llegarían las autoridades así que se marchó de regreso a Shinjuku.

A medio camino escuchó que su celular le llegaba un correo, aparcó y revisó quien podría ser. No cualquiera le mandaría un correo a casi media noche, al ver que era su primo y le explicaba su problema, le respondió que lo solucionaría apenas llegara al departamento del informante.

-Dale las líneas privadas de nuestro satélite, ingresa el código de ambos- Le dijo Takuma desde la mesita de centro del departamento de Izaya. Usagi apenas llegaron le pidió revisar el estado de la casa con las cámaras de seguridad.

-Seguro. Iza-nii me dio dos números de teléfono, esto le será de mucha ayuda. Es muy probable que el socio de mi tío tuviera control y registro de las redes del onsen- Usando su celular y la computadora de escritorio del informante se puso en sincronía con el satélite de la agencia.

-Pero que rayos...- Takuma había revisado habitación por habitación, sin encontrar anomalías, pero se le hizo raro que la habitación que ocupaban dos de los hermanos de la albina estuviera vacía, un poco preocupado revisó la cocina, vacía, al igual que los baños. Hasta que llegó de último a las cámaras de la sala, y grande fue su sorpresa al ver aquellas imágenes más que comprometedoras, quedándose de piedra. "¿Es físicamente posible que un hombre le quepan dos... dos...?" Ni terminó de procesar aquello cuando Usagi le cerró la pantalla de la laptop.

-Creo que los descubriste... Lo siento.

-¡¿Lo sabías?! ¡¿Que tus hermanos cometen incesto?!- Takuma se erizó completamente.

-Bueno, ¿cómo crees que me volví fujoshi?... Y también fue una razón por la que me fui de casa.

-Eso no tiene sentido... ¿No con mayor razón te quedarías para espiarlos?- Takuma fue tomado en brazos por la albina.

-Sí, así era al principio... Hasta que llegó un punto en el que comía y escuchaba su escándalo. Cuando intentaba estudiar, lo mismo. Dormir para ir a la escuela al día siguiente igual. Terminé por hartarme y me mudé por completo a la academia.

-Por eso no te ibas hasta que fueran las fiestas decembrinas- Dijo recordando como la albina buscaba excusa con su instructora para quedarse ahí- ¿Pero realmente están de acuerdo con eso? ¿Y desde cuándo?

-Eres muy curioso- Rió entre dientes- Veamos... Yo lo descubrí cuando yo tenía once años, así que... Nii-sama tenía veinte, Haya-nii diecisiete y Sora-chan dieciséis, pero sabía que ya tenían algo de tiempo haciéndolo. En cuanto al traro, es solo deseo carnal o eso me dicen ello.

-¿No confías en eso?

-No. Tengo el presentimiento que Nii-sama y Sora-chan están enamorados, y Haya-nii solo busca placer, pero no es más que una idea mí. Además es acuerdo de ellos, yo no intervengo en eso. Claro a menos que las cosas se pongan feas como hace años.

-¿Qué pasó?- Takuma escuchaba la historia sentado en la tapa del retrete mientras Usagi se tomaba un segundo baño, había terminado con sangre por todos lados.

-Eh... Haya-nii ya había presentado a dos novias antes con nosotros, Sora-chan lo tomó a bien y dejó de tener relaciones de Haya-nii hasta que él estuviera soltero y él mismo lo buscara. Pero hubo un día cuando Nii-sama nos reunió porque los inversionistas y socios deseaban un compromiso con mi hermano y una empresa asociada, la chica era linda, pero Sora-chan estalló en ira diciendo que no aceptaba aquello, todos nos sorprendimos, nunca lo habíamos visto así de enojado, incluso dejó de dirigirle la palabra, ni cama compartían. Esa misma semana Nii-sama rechazó el compromiso y Sora-chan volvió a ponerse de meloso con él, aunque la situación parecía al revés.

-Espera... Eso es demasiado obvio. Ryunosuke-san y Sora-san tiene sentimientos entre ellos, entonces ¿Por qué seguir compartiendo su intimidad con Hayato?

-No lo sé. Supongo que por morbo o porque así les gusta. Nunca se los pregunté. Pero basta de historias pervertidas. A dormir- Usagi y Takuma se acomodaron en la cama del informante y se quedaron completamente dormidos.

--0--

A la mañana siguiente Izaya se sentía de lo más cómodo, se sentía tan calientito y había dormido como no lo había hecho en años. No quería despertar pero el constante pitido de su alarma le turbaba su paz, solo tenía que estirar la manó a la mesita de noche y desactivar la alarma y dormir solo un poco más...

Su cuerpo no le respondía. ¿Por qué? Sus brazos estaban... Fue cuando sus cinco sentidos volvieron a él, podía sentir que estaba abrazando algo de gran tamaño, un brazo, que no era suyo, posado sobre su cadera de manera posesiva, otro brazo ajeno acunando su cabeza y una cálida y pausada respiración sobre esta misma moviendo sutilmente sus lacios cabellos negros, y para concluir sus desnudas piernas estaban enredadas en otras cubiertas de una suave tela, pantalones de algodón claramente. Recodó que no estaba en su departamento, estaba en Okutama, en un Onsen para descubrir los planes de su padre a través de sus alfiles... ¡Y no dormía solo! ¡Su nuevo guardaespaldas compartía cama con ÉL!

Temeroso abrió los ojos y vio una tela blanca, haciendo cosquillas a su nariz, sintiendo un dulce aroma a chocolate, almizcle y ligeramente a tabaco, más que aterrado levantó la vista viendo el pacífico rostro de Heiwajima Shizuo durmiendo cual bebé. Intentó liberarse de aquellos brazos que lo aprisionaban, pero solo causó que el rubio se quejara bajito y se aferrará aun más a su delgado cuerpo. Molesto le dio un buen cabezazo a la barbilla de Shizuo, aunque le doliera a horrores era mejor que estar prisionero en ese abrazo de oso meloso.

-¡Maldita bestia qué te dije de tocarme!- Apenas logró liberarse pateó al rubio fuera de la cama hasta que este, literalmente, besara el piso.

-Pulga...- Gruñó Shizuo con voz de ultratumba. Estaba teniendo un sueño de lo más lindo, sintiendo el aroma de su amado parasito cuando le dio tremendo despertar.

-Te lo advertí- Izaya tomó su navaja que aun estaba bajo su abandonada y fría almohada y se lanzó con todas las intenciones de enterrar su navaja, como mínimo, en su hombro o brazo.

Pero Shizuo lo detuvo al vuelo, teniendo Izaya sentado a horcadas en su vientre. El rubio tomó lo primero que encontró en la mesita de noche con la mano libre, encontrándose con el compacto reloj digital, y sin pensarlo golpeó a Izaya con esta en la cabeza tan fuerte que lo mandó a volar a un lado para sacárselo en encima.

-¡¿Estás demente?!- Shizuo se puso de rodillas viendo enfurecido al informante que se frotaba el golpe intentando aminorar el dolor y que su cabeza cimbrada volviera a enfocar sus orbes carmesí a los del rubio.

-¡Tú estás loco! ¿Qué haces abrazándome, cuando estrictamente te dije que no lo hicieras?- Izaya se sentó en el suelo, su cabeza aun la sentía vibrar.

-¡Yo no hice nada!-Con un suspiro se sentó frente al informante, tenía que calmarse, era muy temprano para destruir aquella habitación, y también sería una pena desperdiciar todo eso- A mitad de la noche te me acurrucaste a mi espalda y casi me tirabas de la cama, así que te volví a regresar al menos hasta la mitad, pero balbuceabas de que tenías frío y no sé qué cosa te iba a comer, y terminamos de esa manera... ¡Que no te hice nada!- Shizuo empezó a saltarle una venita de enfado, al ver como Izaya lo veía con desconfianza y empezaba a revisar sus piernas y brazos- Puedes pararte y caminar, ¿no?

-Por supuesto ¿Por qué preguntas eso?- Se levantó de un salto con intenciones de patear al rubio en el rostro, pero de nuevo Shizuo le detuvo, sujetándolo del tobillo.

-Porque si te hubiera hecho algo...- Besó el dorso de su pie y vio con picardía al informante- No podrías siguiera sentarte- Esta vez besó la punta de sus dedos.

-¡Eres un loco pervertido!- Izaya intentó al menos pisarle el rostro pero Shizuo se negaba a solar su tobillo- ¡Devuélveme mi pie! ¡Ya es tarde y tenemos trabajo!

Shizuo con una sonrisa zorruna lo dejó libre, Izaya lo ignoró y buscó entre su maleta las ropas que usaría ese día, él se cambiaría por mientras en la habitación hasta que su pulga saliera para poder hacer su rutina matutina.

-Su majestad está en plan de diva- Dijo divertido con el volumen considerable para que Izaya lo oyera, en respuesta recibió un portazo de la puerta del baño.

Shizuo se puso una camisa blanca con un estampado en negro en la parte de enfrente con calaveras, un chaleco ligero de color negro, los mismos pantalones de mezclilla de anoche y unos tenis negros con detalles rojos, su cabello solo lo peinó con sus dedos y un poco de fijador que había traído Izaya. En cuando al informante se puso una camisa manga tres cuartos de color gris, un suéter sin mangas de color negro con los bordes azules, pantalones de mezclilla claro y unos mocasines negros, su cabello al estar un poco largo lo aprovechó un poco para cambiar su imagen solo un poco, el flequillo lo peinó hacia su lado izquierdo casi cubriendo su ojo.

-Vamos a desayunar primero- Izaya se puso su reloj de muñeca, sus inseparables pulseras y anillos. En los bolcillos de su suéter metió un par de cosas que no supo identificar Shizuo- Ellos deben de estar ahí ahora.

Al bajar y entrar al restaurante que servía los desayunos, estaba un poco lleno. Eran las nueve de la mañana, lo más seguro es que la mayoría de los huéspedes comerían un poco más tarde o bien desayunaron antes para dar un clásico paseo por los alrededores. Izaya divisó como un hombre de cabello negro, lentes y de mirada seria bien vestido con un yukata color verde oscuro entraba detrás de unas mamparas blancas con flores negras y rojas, evitando que los otros huéspedes vieran quienes eran o de qué conversaban.

Izaya intentó pedirle a la hostess una mesa seca de esa área, pero le dijo que no se podía dado que sus huéspedes eran personas muy importantes y necesitaban privacidad, pero les dio una mesa cerca de la ventana.

-¿Y ahora? No podremos escuchar nada- Dijo Shizuo una vez que un mesero tomara su orden de desayuno.

-Solo tendremos que cambiar un poco nuestra estrategia- Sacó de sus bolsillos una pequeña araña y sus dos celulares. Al encender uno de ellos abrió un documento en el cual le explicaba como sincronizar el pequeño robot a su celular. Cuando lo logró este se movió- Listo...

Guardó su otro celular y con el que tenía en sus manos controló al diminuto arácnido hasta el otro lado de la mampara. Izaya podía ver el camino por el que iba el dispositivo por la mini cámara que tenía y esta se podía ver desde su mismo celular. Habían cuatro hombres, pero solo pudo ver con claridad a un hombre gordo que a cada tanto limpiaba su grasoso sudor con un pañuelo blanco y otro hombre maduro, parecía de cuarenta años, de cabello castaño y bien peinado. Optó por dejar al arácnido enganchado en la ropa del hombre de cuarenta.

-No puedo escuchar ahora lo que dicen...- dijo en un susurro, abriendo una opción en el pequeño menú, activando en modo "Grabar y guardar"- Lo escucharemos más tarde- Guardó su celular al ver llegar al mesero con el desayuno de ambos.

-¿Cómo es que tienes esas cosas?- Vio confundido al informante, sabía que tenía sus métodos, pero no eso.

-Usagi, ella me las dio, dijo que serían de ayuda y si lo son. Tienen buena imagen y graban muy bien los sonidos, incluso el más leve susurro- Vio con odio su tamagoyaki y su salmón, recordando aquella "desagradable" escena del rubio con Rokujo. Tomó ambos platos y se los dio al rubio, quien feliz comía su desayuno.

-¿Qué haces? Cómelo, saben bien- Shizuo iba a devolverle los platos.

-Cómelo tú, no tengo apetito para comer eso- Tomó su bowl de arroz y empezó a comerlo con los pepinillos y jengibre encurtidos.

-Pero el salmón es tu favorito...- A Shizuo se le hizo extraño eso. Cuando el informante era un felino amaba comer cualquier cosa que llevara salmón, ya sea ahumado o fresco.

-Pues hoy no, no quiero comerlo. Solo tráguelo- Le dio un sorbo a su sopa, sintió el cálido líquido caerle de maravilla a su estómago.

Antes de poder terminar su desayuno vieron al grupo de cuatro hombres salir del restaurante. Izaya le dijo al rubio que debía de seguirlos más tarde, ya que si lo hacían ahora levantarían sospechas. Después de comer, o al menos el rubio comió, Izaya solo picoteó su arroz y se tomó toda la sopa incluyéndola la de él, prefería que se la comiera antes de que le desmayara por falta de alimento. Cuando el mesero llevó para retirar los platos y ofrecer un postre Shizuo rechazó la oferta, pero el informante.

-¿Tienes algo con manzana? Como pay o strudel.

-Eh. Seguro, hay pay de manzana individual. ¿Le gustaría acompañarlo con un poco de helado?- El mesero le sonrió amablemente.

-No gracias, démelo para llevar- El mesero hizo una reverencia y se fue por el pedido del moreno- ¿Qué?- Shizuo lo veía extraño.

-Nada, solo que es raro verte pedir algo dulce.

-Solo se me antojó... ¿Acaso no puedo tener un simple antojo?-Tronó la lengua. Shizuo lo vio raro, Izaya primero estaba todo empalagoso o cariñoso con él, otra prácticamente lo mata.

-Estás susceptible...

-¿Cómo no estarlo? Te recuerdo que mi propio padre busca mi cabeza y la de la enana- Izaya se cruzó de brazos, empezaba a tener una migraña. Su mal humor se esfumó apenas vio al mesero dejarle un pequeño contenedor transparente con su postre y un tenedor de plástico- Vamos, tenemos que comprar unas cosas.

-¿Qué cosas?- Shizuo siguió a Izaya, quien apenas salieron abrió el contenedor y le dio un pequeño bocado, juraba que sus ojos le brillaron y las mejillas sonrojaron.

-Está delicioso...- Sacó el pequeño pay, tirando el empaque y el tenedor a la basura y mejor comió con las manos- Regresaremos por otro más tarde...- Susurró para él mismo- Compraremos Yukatas.

Por supuesto que comprarían yukatas, prácticamente todo el hotel las usaban, solo los empleados usaban sus uniformes, así que para mezclarse entre los otros huéspedes tendría que usar aquellas tradicionales ropas. Izaya sabía que de por sí ellos destacaban, su belleza era tal que siempre hacía que las jovencitas o jóvenes desviados, los voltearan a ver con esperanza en los ojos de que fueran simples amigos él y el rubio, en especial el rubio.

Al llegar a la tienda del hotel vieron varios diseños. Izaya le dijo a Shizuo que escogiera dos que le gustara, mientras él fue directamente por uno que le llamó mucho la atención. Un yukata negro con detalles blancos en forma de telarañas y algunas pequeñas mariposas rojas, e iba a escoger otro de color gris o blanco, cuando Psyche empezó con su berrinche.

"¡Izaya! ¡Déjame escoger uno para usar hoy! ¡Quiero escoger uno! ¡Vamos!" Izaya sentía su agudo quejido, llanto y su constante pataleo con su mente. Aquello hacía que su ya olvidada migraña regresara.

"Bien, solo cállate. Te daré el control por un momento... ¡Pero no escojas nada ridículo! Debemos pasar desapercibidos" Le recordó al su bola rosa que con un "Sí" y una gran sonrisa tomó el control del cuerpo del informante mientras este tomaba una siesta.

Shizuo se dio cuenta del entusiasmo del Izaya así que se acercó a preguntarle por su estado de ánimo, cuando se dio cuenta de que se trataba de Psyche. Ambos ya tenían los yukatas, getas y un bien escondido extra entre las ropas del informante. Psyche se encargó de pagar dado que Izaya seguía durmiendo y le dio algo de pena despertarlo.

Al llegar de nuevo a la habitación Shizuo fue el primero el ocupar el baño esta vez, Psyche se dedicó a fisgonear por el cuarto. Cuando salió a la terraza vio el onsen privado, tal vez podría tomar prestado una noche el cuerpo de Izaya y "jugar" un rato con Tsugaru. Pero sus pensamientos se desviaron al ver a aquel grupo de cuatro hombres que Izaya seguía, aunque en ese momento solo eran tres, pasar por el sendero que estaba frente a su habitación.

-Van al lago...- Psyche se asomó por el barandal y poniéndose de puntitas vio aquel punto azul que sabía que era un conjunto de agua.

-¡¿Psyche?!- Shizuo salió del baño y no vio a la bola rosa, temía que estuviera haciendo algo que no debía.

-Aquí- Psyche volvió a entrar a la habitación cerrando las ventanas y la cortina de nuevo- ¡Wa! Te vez muy apuesto Shizuo-san- Se llevó ambas manos a las mejillas y vio maravillado el hermoso yukata azul oscuro con un estampado de enredaderas, apenas visibles, en un azul más claro,  y las getas de madera oscura pulida y las cintas de color negro.

-Gracias- Sonrió agradecido, se acercó a Psyche y le acarició la cabeza- Cambia a Izaya aun tenemos cosas que hacer.

Psyche a toda prisa tomó el yukata que escogió y los otros objetos que compró para ese momento, dejando a Shizuo sentado en la cama mientras veía algo de televisión, sonrió al ver a su hermano en una entrevista por su siguiente dorama, donde sería por primera vez el villano, decía que le emocionaba probar algo diferente a ser el héroe protagonista, claro que no cambiaba su serio semblante.

Veinte minutos... Psyche llevaba veinte minutos ahí dentro, a él solo le tomó un par de minutos. Desesperado golpeó la puerta con fuerza.

-¡Psyche, sal! Hay trabajo que hacer, sino Izaya se molestará.

-¡MALDITA BOLA ROSA!- Se escuchó el enfurecido informante- ¡No pienso salir así! -Izaya abrió de golpe la puerta casi golpeando a su guardaespaldas- Me cambiaré por el que YO escogí... ¿Qué?- Izaya vio que el rubio lo veía con la boca abierta.

-Te ves bien...- Izaya se sonrojó en el acto.

-¡Eso es un kurotomesode! ¡El kimono para las mujeres casadas!- Izaya usaba un elegante kimono de color negro con estampado de flores rojas y blancas en la parte inferior y una flor blanca y roja en el hombro izquierdo, las mangas le llegaban a la muñeca y estas tenían detalles florales más pequeños en color rojo, y el delgado obi era de un color rojo con bordes negros. Su cabello peinado era el mismo de esa mañana solo que esta vez tenía un broche en forma de Sakura de color negro con cuentas doradas y rojas cayendo hacia abajo. Y un par de getas de madera de color vino brillante, con las cintas de color negro y pequeñas flores blancas en un extremo.

-En realidad los kurotomesonde solo tienen estampados en la parte de abajo... No en las mangas y el pecho- Caminó hasta ponerse detrás de Izaya y ver la etiqueta que tenía en el cuello- Sí es un kimono, pero es para hombres. Las mangas tienen el mismo largo que las mías.

-¿Qué hombre usaría esto?- Preguntó con una vena en la frente. En ese momento se preguntaba cómo terminó siendo él, el que se enojara por todo y el rubio tomaba el papel del tranquilo buscándole chiste a todo.

-Uno que le gusten las flores, tal vez- Rió entre dientes- Vamos te ves bien, además no creo que tengamos mucho tiempo, es casi medio día- Vio el reloj que estaba a espaldas de Izaya.

-Bien- soltó un suspiro- Pero las getas si son de mujer- Masculló haciendo un puchero mientras tomaba su celular y la llave de la habitación.

-Oye pulga- Izaya serio volteó a ver al rubio, y ni tiempo le dio de hacer algo pues apenas había volteado el rostro vio el flash de la cámara del celular de Shizuo cegarle un segundo- Esta me la quedo yo- Sonrió al ver el apacible rostro del informante con aquel adorno en el cabello y dejando ver parte del kimono.

-¡Borra eso inmediatamente!- Intentó quitárselo, pero Shizuo lo mantuvo en alto, ni con las getas Izaya podía alcanzarlo- ¡Bórralo!

-No, es mío. Tranquilo no se la mostraré a nadie, ni a Usagi- Izaya lo vio irritado y dejó de intentar saltar para tomar aquel endemoniado aparato- Ya te dije que te vez bien...- Shizuo, con su mano libre, acomodó el flequillo del informante tras su oreja, o al menos lo intentó- Está largo.

-Lo sé- Le dio la espalda y caminó fuera de la habitación- Muévete, tenemos que alcanzarlos.- Al salir primero y quedarse de pie en la entrada del elevador, estrelló su frente contra la fría puerta de metal.  "¿Qué diablos le pasa?"

-¿Te sientes mal?- Shizuo llegó poniendo una mano sobre su hombro.

-No...- soltó un suspiro- Dame la mano.

-¿Para qué?- Preguntó desconfiado. Izaya puso los ojos en blanco y tomó la muñeca izquierda del rubio.

-Este reloj es de Usagi, tiene un rastreador, y una mini grabadora. Aprieta este botón para activarlo- Le puso un elegante reloj de acero brillante y de caratula negra- Ahora tu celular, necesito sincronizarlo al mío, así si pasa algo y estamos separados, podremos activar las alarmas y en tu celular aparecerá mi ubicación- Shizuo le dio su celular de tapa- ¡Eso es una antigüedad! ¿No tienes otro?

-No... Y no insultes mi celular- Izaya quería lanzar al rubio por la ventana. Sacó uno de sus celulares de su manga y lo sincronizó con el reloj de Shizuo- Toma este mientras, ya le quité la clave, solo no hagas cosas raras con él.

-Pensé que no había servicio...- Guardó el pequeño rectángulo. Shizuo no era realmente bueno con la tecnología, por eso prefería su anticuado y simple celular.

-Y no lo hay, Usagi nos dio líneas seguras- Izaya se calló al instante, pues una mujer madura acompañada de una jovencita se pusieron a su lado esperando el elevador. "¿Por qué tarda tanto?"

-Buenas tardes- dijo la mujer de cabello negro amarrado en un moño y un sencillo yukata blanco y negro.

-Buenas tardes- Respondió Shizuo al ver que Izaya empezaba a matar con la mirada el ascensor, hasta que por fin abrió sus puertas. Shizuo sujetó a Izaya de la muñeca para que dejara pasar primero a ambas mujeres y luego ellos entraron. Notó que Izaya estaba perdido en su mundo.

-Que chicos mas caballerosos- Alagó la mujer, recibiendo una sonrisa de parte del rubio- Jovencito, tu kimono es hermoso, te vez adorable.

-¿Ah?- Izaya despertó de su trance Shizuo le codeó levemente, y al escuchar el comentario de la mujer se sonrojó levemente. "¡Que vergüenza! Dos mujeres me ven con estas pintas"- Muchas gracias, igualmente se ve encantadora.

-Oh, pero qué dices- Rió cubriendo su boca con su mano, y notó al rubio viendo fijamente al moreno- Parece que tu pareja piensa lo mismo que yo- Tanto Shizuo como Izaya la vieron confundidos- Son una pareja adorable. ¿Vienen como luna de miel o un simple escape romántico?- Los tres presentes se sonrojaron al instante.

-¡Madre!- Al fin habló la joven de cabello castaño largo y kimono rosado con un estampado de flores con vivos colores. Estaba completamente avergonzada a causa de su madre. Al llegar al ascensor se dio cuenta de lo apuesto que era aquel rubio, parecía un par de años que ella, aunque apenas tuviera diecisiete podría conquistarlo o mínimo pedir su teléfono- Lamento mucho la descortesía de mi madre- habló formalmente, dando a entender que ella era una joven dama- Espero no haberlos incomodado a usted y su amigo- Recalcó el "amigo", cosa que le molestó a Izaya. Era claro para él que aquella mocosa intentaba coquetear con su, SU, guardaespaldas.

-Está bien, no se preocupe- Intentó no sonar avergonzado Shizuo, pero aquel sonrojo no desaparecía de sus mejillas. Le gustaba la idea de que fuera considerado pareja del informante, por eso aquel color en sus  mejillas, pero la ilusa jovencita lo tomó como un "coqueteo" hacia su persona.

-Disculpe el atrevimiento pero... eh...- Los cuatro bajaron el ascensor, y fue entonces que Izaya notó a la chica colocar "tímidamente" su cabello tras su oreja. Sí, esa mocosa planeaba algo, y él no lo permitiría, tenía mucho trabajo como para lidiar con una hormonal adolescente.

-Shizu-chan, vamos. Quiero ver a los peces- Izaya se colgó del brazo del rubio, haciendo un tierno puchero- Vamos, no tenemos mucho tiempo. Con lo que nos costó estas vacaciones para tener tiempo... a-so-las~- Dijo con picardía, vio de reojo a la joven apretar los puños.

-Megumi-chan, vamos deja que la pareja se vaya- La señora suspiró, a su hija le gustaba coquetear con chicos rubios, era su debilidad.

-Pero ellos solo son amigos, ¿verdad?- Vio a Shizuo a los ojos.

-Lo siento, pero somos pareja- Izaya contestó antes que el rubio, acomodando su cabeza en el pecho del mayor, automáticamente Shizuo pasó su brazo sobre la cintura del informante. Quien sonrió con malicia al ver a la atónita jovencita.

-Pero... pero ustedes... dijeron...

-Nosotros no negamos nada. Que pasen una buena tarde- Dijo con una "dulce" voz el informante, arrastrando a Shizuo que parecía estar metido en su propia fantasía.

-Nos vemos, que pasan un gran momento- Se despidió la señora- Vamos Megumi-chan tu padre nos espera- Arrastró a su hija por el camino contrario.

Una vez que Izaya vio alejarse a ese par, se quitó el brazo de Shizuo de encima y a grandes zancadas se alejó del rubio sin siquiera dirigirle la palabra. El rubio terminó por despertar de su burbuja al ver que Izaya se alejaba, extrañado lo siguió a paso lento.

"¡¿Pero qué carajos hice?!" Izaya se recriminó sin poder creer lo que había hecho frente al elevador.

"Solo alejaste como se debe a esa mosquita" Psyche hizo un puchero cruzándose de brazos.

"Acabo de decir que soy pareja de esa bestia... No... ¡NO!"

"Calma, Izaya-kun, no es para ponerse así... Serénate, hay trabajo que hacer..."  Psyche intentó calmarlo, en vano, era como si ignorará todo lo que decía.

"Trabajo, eso trabajo... Estoy aquí como un turista cualquiera, no soy en este momento el gran Dios Orihara Izaya, soy Fujiwara Nakura... Porque yo no haría tales escenas, ¿verdad?"

"Eh, ¿sí? Normalmente no harías eso..." Psyche se veía entre divertido por las reacciones del informante, como nervioso que esto le cause una crisis emocional al moreno.

"Exacto, esto lo debo de usar a mi favor. Soy Nakura, un empalagoso y enamorado chico que salió con su apuesto y sensual novio. Debemos dar escenas dulces y empalagosas que causarían Diabetes tipo dos y vomitaran arcoíris y cachorros a cualquiera que nos viera, ¿no?"

"Eso ya fue exageración" Psyche ahora sí, temía que Izaya estuviera completamente loco.

-¡Kya!- Izaya soltó un chillido al verse sorprendido por el roce de algo cálido entre sus dedos, al voltear vio al mayor.

Shizuo vio al informante quedarse parado en la entrada del gran jardín donde paseaban familias y parejas, algunos que pasaban a su lado los veía y murmuraban de que eran una pelea de pareja, ya que él se había quedado unos pasos atrás de Izaya al ver que este veía a la nada con los brazos cruzados. Pero terminó por acercarse a él con intenciones de que despertara de su ensoñación, así que para seguirle el juego al moreno, se acercó con todas las intenciones de tomar su mano y empezar a caminar como el resto de los huéspedes. Pero casi suelta una carcajada ante aquel ruido que salió de los labios de Izaya.

-¿Qué fue eso pulga?- Se aguantó la risa pero sonreía divertido.

-Mejor diría, ¿Qué haces?- Vio como Shizuo entrelazaba sus dedos con los de él, causándole un cosquilleo en la mano y un extraño calor invadirle el cuerpo.

-Tú dijiste que éramos pareja, ¿no? I-za-ya-kun~

-Nakura- Izaya empezó a caminar serio, y vio la duda en el rostro de Shizuo- No uses aquí mi nombre, se supone que soy Nakura. Así mantendremos un perfil bajo, y usaremos el hecho de que somos "pareja"- Hizo comillas con su mano libre- Dormimos en la misma habitación así que es mejor aparentar o levantaremos sospechas.

-Como quieras... Nakura-chan- Izaya lo fulminó con la mirada- ¿No cambio yo también mi nombre?

-No es necesario, Shizuo está bien, mientras no estés gritando a los cuatro vientos tu apellido o digas ambos juntos, estaremos bien- Izaya hizo a un lado su flequillo, empezaba a molestarlo. Apenas llegara a Shinjuku iría a cortárselo.

-No es tan común mi nombre...

-No lo es, pero tampoco eres el único Shizuo en Tokio- rio entre dientes, al recordar ver a un tipo ser confundido por la bestia de Ikebukuro, tal vez algún día se divertiría con aquel pobre hombre.

Shizuo se dejó guiar por Izaya, caminaron por aquel sendero de concreto blanco viendo el verde pasto, los árboles cambiando de color, la fresca briza de la tarde, el sol en lo alto y el cantar de las aves, a veces veía pasar ardillas entre los árboles, lo más seguro es que los otros animales se encontraban alejados de la posada y los humanos. A lo lejos vio un gran lago de agua cristalina, siendo atravesado por un fuente rojo, en los flancos habían grandes sombrillas  y bajo estas bancas de piedra bastante cerca del lago.

-Ahí están- Izaya dijo en un susurro viendo de reojo a un grupo de tres hombres sentados en un gran mantel rojo y bajo una gran sombrilla a una mediana distancia del lago, no muy lejos de ellos vio a varios guardias bien vestido de negro en ciertos puntos que la gente común ni se daría cuenta de su presencia- Vamos a ver los peces, Shizu-chan- dijo con una dulce sonrisa, siendo escuchado por algunos turistas que estaba a su lado.

Al sentarse, Izaya sacó el celular el cual tenía sincronizado con el pequeño robot  y un "manos libres", lo puso en su oreja izquierda y la cubrió con su cabello. Se sentó lo más cerca posible del rubio y recargó su cabeza en su hombro. Shizuo vio lo que hacía el informante, todo eso para pasar desapercibido y poder escuchar la conversación de aquellos hombres, así que simplemente se dejó llevar, sentir el viento, ver el lago, las personas pasar y más que nada, el calor y el lento respirar del informante.

-Señores estamos metidos en problemas mayores- Izaya escuchó al gordo hablar nervioso mientras este se limpiaba su sudor con un pañuelo- Esta mañana me informaron que explotó la fábrica de Ueno que iba a tomar control.

-Tranquilo Toora-san, sabemos que la situación en Tokio está causándonos más problemas de lo esperado. Se suponía que sería fácil acabar con los Yakuzas y tomar control de los distritos más poblados. Pero todo se fue a la basura por estas ratas. Yagami-kun las imágenes- El hombre de cuarenta intentó calmar al obseso, para luego dirigirse a un joven de cabello negro bien peinado y con anteojos.

-Toora-san, Iida-san. Estas son las imágenes tomadas de las cámaras de todas las fábricas antes de ser destruidas- Sacó una tableta y abrió una galería donde todas las imágenes estaba borrosas en su mayoría o mostrando la sombra de un persona, pero todas de la misma complexión- Se hace llamar "Lady Killer", aun no se sabe quién es esta persona, dado que siempre cambia de apariencia, pero si se dan cuenta tiene la misma estatura y complexión- Resaltó a las chicas que vestían diferente y usaban peinados distinto- En Shibuya se alió con otra persona, de esta tampoco se sabe nada, pero lo curioso es que en el último ataque en Ueno, la chica tenía un gato, demasiado listo a mi parecer.

-Yagami-kun, ¿El jefe te ha habado?- volvió a hablar Iida- Mencionó de que sabía la identidad de esta chica, y que el mismo Kaoru lo sabe.

-Si Kaoru lo sabe, ¿por qué no ha acabado con ella?- Dijo serio Yagami- Estamos perdiendo mucho dinero por esto.

-Tal parece que se puso a jugar con el hijo de Orihara-san, y terminó herido, aun no se recupera. El jefe está enfurecido porque no le dio fin cuanto lo tuvo acorralado. Pero ese idiota me aseguró que ya encontró a alguien para hacer el trabajo- Dijo de nuevo Iida.

-Esperemos que esta vez sí cumpla su palabra, los últimos altercados contra el hijo del jefe y esta chica han fallado terriblemente. Es un hecho que el joven Orihara tiene a esta chica de guardaespaldas- Mostró ahora fotos del informante acompañado con diferentes chicas, pero de nuevo con la misma estatura.

-Y no se olviden que igual está jugueteando con ese muchacho... Heiwajima Shizuo- Toora empezó a abanicarse con un abanico de papel de color negro- Ese muchacho ya mandó a varios de mis muchachos al hospital. No lo he visto con mis propios ojos, pero aseguran que es capaz de alzar autos y sobrevivir que lo atropellen.

-Puede ser resistente, pero no inmortal- Aseguró Yagami- El jefe dice que vendrá a Tokio a encontrarse con nosotros.

-¿Cuándo?- dijeron los otros dos.

-No me dijo. Solo que estemos preparados, que hablar ya ni es seguro. Nos avisará en el momento así que hay que estar al pendiente.

-A lo que me recuerda, ¿dónde está metido tu amigo?- Toora vio a todos lados recordando a aquel joven de cara de vándalo de cabellos rojos teñidos y alborotados.

-Yuuta-kun está hackeado la red del hotel para asegurarnos que nadie esté metiendo sus narices en nuestros asuntos. y también le pedí que pusiera estos pequeños dispositivos en toda el área- Sacó un pequeño aparato negro que parecía un botón.

-¿Qué es eso?-Preguntó Toora.

-Esto mi obeso amigo- El hombre lo vio mal- Es un dispositivo que una vez activado creará una onda magnética que desactivara todo tipo de mini micrófonos o cámaras que intenten espiarnos...

-¿Qué pasara con las cosas del hotel y los otros huéspedes?- Dijo Iida, si eso funcionaba dejando a todos incomunicados causarían problemas y sospechas.

-De eso me encargue anoche, registré en mi base de datos, cada teléfono celular que tienen los huéspedes, aparato electrónico y todo el mobiliario del hotel, así cualquier anomalía será desactivada inmediatamente - Sonrió con superioridad ante los mayores. A pesar de tener veinticinco años se había ganado la confianza de Orihara Shirou por si inteligencia y habilidad con la tecnología.

-Perfecto, ahora entiendo porque Orihara-san te dejó al mando de esta operación- Iida se puso de pie y ayudó a Toora a ponerse de pie igualmente- Entonces nos vemos mañana ante del atardecer en la el salón Seika.

-Nos vemos- Vio a ambos hombres alejarse y en menos de dos minutos, un chico de cabello rojo alborotado, vistiendo un yukata gris azulado y desaliñado se sentó a su lado de un salto- ¿Terminaste, Yuuta?

-Por supuesto Yami-kun- Se rascó su pecho viendo a las personas que pasaban, pronto sería la hora del almuerzo- Vamos a comer...

-Podrías dejar de llamarme de esa manera, es molesto- Acomodó sus lentes y revisó la línea de internet, muchos correos, videos e imágenes subidas a redes sociales, nada de qué preocuparse.

-Pero eres mi caballero de la oscuridad. Sabes que amo tu cabello negro- Frotó su mejilla sobre la cabeza del otro- Es una lástima que no me dejes metértela ni estando ebrio.

-Ya te dije que no tengo mal gusto, no me gustas- Le pellizcó una mano para quitárselo de encima- Mejor diviértete con alguien más en este Onsen.

-De acuerdo, ya veré a quien robarme... ¿Cómo son los viejos?

-Idiotas, arruinarán todo antes de que esto pueda salir a nuestro favor. Tal vez te deje jugar con ellos cuando el jefe mande a sacar la basura- Se puso de pie.

-¡Genial! Sabes Yami-kun, vi las fotos del hijo de Orihara-san y es toda una belleza. Es realmente una lástima que tengamos que matarlo- suspiró decaído- Kaoru estuvo en su interior por un momento. No es justo, yo también quiero sentir ese estrecho y cálido interior- Empezó a babear.

-Podría pedirle al jefe que te deje tenerlo de mascota por un par de meses y después podrás acabar con él- Sonrió malicioso, pero se vio serio cuando vio a su compañero parar en seco, siguió su mirada y vio a una pareja pasar frente a ellos. Un rubio y un moreno que se veían muy acaramelados.

-Ya sé a quién me comeré esta noche- Se relamió los labios al ver al chico con el broche en sus cabellos negros cual carbón.

-¿No que preferías los chicos?- Lo vio con ironía.

-Es un chico, ese Yukata era costoso y vi a muchos "postres" intentar tenerlo.

-Tiene pareja- señaló al rubio que sujetaba la cintura del moreno.

-¿Acaso eso me lo ha impedido alguna vez?- Rió entre dientes al ver a aquel chico sonreír dulcemente y solo por una milésima de segundo sus miradas se cruzaron, sintió un escalofrío al ver aquellos ojos de rojo brillante- Sí, ya es mío.

Notas finales:

Este será como el ¿capi anterior¿... ok no recuerdo cuando les di capitulo doble, pero este será igual xD me quedó exesivamente largo asi que hoy por ser año nuevo será 2x1

usagi. Sí como no... ¬¬

nira. SHHHHH tu calle... ok disfruten el siguiente capitulo xD que no tardo en subir... sino en la noche lo verán ya arriba


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