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¡No soy tu conejillo de indias! por Nira Tao

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Notas del capitulo:

adivinen quien estuvo inspirada xD jajaja si... honestamente ahora que volvía a leer el capitulo me he dado cuenta que me pasé de cruel en este capitulo yo misma me odio xD en fin disfrutenlo xD

En medio de las montañas de Okutama, cerca del Onsen Mori No Yu se encontraban dos jóvenes abrazados en el frío y húmedo suelo del bosque. Alejados del camino principal, lejos de las luces del hotel y de cualquier otra persona, uno de estos individuos lloraba amargamente.

En medio de la noche, los gritos y gemidos de dolor eran amortiguados por el pecho de la otra persona que lo refugiaba en sus brazos y el ruido del violento aire que movía los árboles, haciendo que la madera que quejara, era como si el mismo clima acompañara el lamento de aquel joven de cabellos negros como esa misma noche sin luna, de ojos rojos al igual que sus mejillas empapadas de lágrimas que caían cual cascada que no se encontraba lejos de donde estaban.

Izaya no había llorado de esa manera desde que era un niño, no desde que su padre le obligó a matar a su propio perro solo para proteger la vida de sus hermanas, y prometió no hacerlo de nuevo, que esa sería el único momento en que su padre lo viera destrozado. No había llorado siquiera por la muerte de su madre, no solo porque sabía la causa sino porque debía ser fuerte por las gemelas de apenas cinco años que lloraban desconsoladamente a su lado viendo la lápida de Orihara Kyouko. No lloró por el rompimiento de su primer novio en su último año de primaria por ser amenazado por su padre, tampoco la "desaparición" de sus pretendientes y posibles novias. Ya le daba igual, no le molestaba estar solo, mejor para él.

Conocer a Shinra fue algo que no tenía planeado, intentó mantenerlo alejado por el bien de ambos, pero este siempre buscaba la manera de estar con él, pensó que lo perdería tarde o temprano como el resto de las personas que estaban cerca de él. Le daba igual, no quería amigos, no los necesitaba, él sería un simple observador del mundo.

Tomó la mala costumbre de su padre, el dominar a otros a base de miedo para su propio beneficio, era lo que sabía hacer, lo mejor que sabía hacer. Pero no era por buscar poder y mera satisfacción como su padre, o al menos así fue al inicio de todo. Él necesitaba dinero y poder para escapar de las garras de su podrido padre, no soportaría más estar en esa gran casa donde vivía constantemente amenazado y la vida de sus hermanas pendía de un hilo, con un paso en falso que él diera, sus hermanas pagarían el precio por él.

Ser informante para los Yakuza fue lo mejor, pudo hacer un trato de protección para sus hermanas y conseguir el dinero suficiente para mandarlas en un internado fuera de las garras de su padre, poner la custodia de las niñas por parte de sus abuelos, quienes desconocían los sucios planes de su "hijo". Todo jugando sucio, tal y como su padre lo hacía.

Shinra en todo momento estuvo a su lado, no quería demostrarlo ante nadie pero le tenía cariño, era su amigo y por fin tenía el poder de protegerlo. Una vez entró a Raira ya podía mantenerse por su propia cuenta, había mantenido la distancia de sus hermanas para que ellas pensaran que las odiaba y no estuvieran cerca de él, de ese modo estarían a salvo. Todo parecía ser prometedor, incluso pensó divertirse esos tres años con el viejo amigo de Shinra que le presentó.

Aun recuerda el momento en el que se vieron, no entendía que era lo que sentía en su pecho, su corazón palpitaba con fuerza, ese ser era completamente diferente al resto de sus amados humanos, podía verlo claramente, no era solo su fuerza sobre humana que le daba tanta curiosidad poner a prueba, le hacía daño ser amigo de Shinra. Las palabras de Shizuo es momento lo hizo sentirse emocionado, y desde entonces sus fieros encuentros fue su mejor manera de escapar de su horrible realidad.

El tiempo que pasaba siendo perseguido por Shizuo era los mejores para él, tenía la completa atención del rubio, daba igual si era para matarlo, pero le gustaba el divertirse con él. Ese primer año fue el mejor, haciéndole bromas a Shizuo, una tras otra con solo el fin de provocarlo y llamar su atención.

Kadota muchas veces le dijo que no era correcto hacer eso, que si quería llamar la atención del rubio que hiciera algo para volverse más cercanos, esa tarde rió como un desquiciado, pero lo pensó. Ser amigo cercado, aun más que Shinra y Dotachin, sería bueno. Conocía el lado dulce y bueno del rubio, lo vio de ese modo con su primera novia, la cual solo le veía la cara y ponía los cuernos.  Ese momento lo hizo enfurecer, por algún motivo le dolió que ahora su atención fuera para otra persona, pero se veía feliz le gustaba esa sonrisa del rubio, pero el ver que su felicidad era igual de falsa que él lo hizo enfurecer, y decidió "ayudar" a su enemigo para que no saliera aun más herido.

Porque lo sabía, por muy fuerte e invencible que se viera Shizuo era como él, de un corazón tan frágil como el cristal. Era iguales eso le había dicho Shinra, y aunque lo negó, él sabía que era verdad. Desde entonces decidió seguir con el juego de los enemigos y se encargó de deshacerse de cualquier persona que amenazara la felicidad del rubio y sus juegos.

A mediados de segundo año pensó en ser bueno con el rubio y realmente volverse su amigo, pero su padre valió a aparecer y sabía de la existencia de su "amigo", se coló a su departamento que estaba algo retirado de la escuela.

-¿Cómo entraste?- Dijo molesto, lanzando su mochila a un lado de la entrada, se encargó de cerrar la puerta sin seguro, en caso de necesitar escapar, no era idiota su padre nunca andaba solo.

-Le dije a la casera que era tu padre- Dijo con una falsa sonrisa, tan parecida a la de él- Veo que te va bien, incluso sin mis ingresos- Caminó por la pequeña sala, viendo los muebles- ¿Qué tipo de trabajos manejas? Espero que no sea prostitución, eso se vería mal en un Orihara.

-No te interesa- Izaya metió las manos a su bolsillos y levantando los hombros restándole importancia. En un bolsillo ya tenía preparada su navaja y en el otro bolsillo guardaba su celular usando a tientas el marcado rápido para llamar a Kine, este sabía que solo lo llamaría en casos de emergencia, y esa era una- ¿Qué quieres?

-Solo vine a ver a mi querido hijo, temía que vivieran en un basurero o algo peor- dramatizó viendo a Izaya "preocupado"- Pero veo que me equivoqué, estas bien asentado, tus notas son las mejores...- Mostró la boleta que tenía en el bolsillo de su saco- ... Y veo que igual estas enamorado de nuevo...- dijo fríamente, viendo como Izaya lo retaba con la mirada.

-No tengo a nadie, y tampoco busco la compañía de nadie- Sonrió con cinismo- Solo me dedico a amar a todos mis querido humanos.

-A mi no me engañas mocoso de miarda- tronó los dedos y del armario que estaba a su lado salió un hombre corpulento para apresarlo, pero él se movió más rápido, cortándole el rostro y alejándose de ese hombre- Muy bien, muy bien- aplaudió- Veo que divertirte con tu noviecito por todo Ikebukuro te ha servido.

Izaya se puso de piedra, pero no bajó la guardia y evitaba verse perturbado. Pero tenía miedo, al igual de cuando era niño, empezaba a tener miedo, la presión que se hallaba en su pecho, sus manos sudorosas y ese inevitable instinto de saltar contra aquellos hombres para degollar sus cuellos se hacía cada vez más presente. Pero debía controlarse él no era idiota ni impulsivo como Shizu-chan.

-Creo que fumar esa miarda te hace daño viejo- Izaya lo vio divertido- Esa bestia no es nada mío, solo un simple juego para mí.

-Entonces supongo que no te importará que lo mande a desaparecer, ¿verdad?- Sacó su celular y parecía llamar a alguien.

-Como si me importara- Dijo restándole importancia, pero en su interior su corazón latía desesperado y asustado por arrebatarle aquel aparato a su padre. No quería perder a Shizu-chan, tenía miedo perderlo- Pero no es fácil acabar con él...

-Termínalo- dijo su padre con una sonrisa y colgando, ignorando a su hijo- Mañana verás el cadáver de ese muchacho en...

Shiruo no pudo continuar, la puerta fue derribada, las luces apagadas y una cortina de humo le hizo perder de vista a su hijo. Su guardaespaldas lo arrastró hasta la escalera de emergencia escuchaban disparos en el pasillo y en la planta baja donde estaba el resto de sus hombres. Shiruo vio enfurecido los autos que no eran de él, varios hombre aparecieron acabando con los suyos. No esperaba que su hijo tuviera ese tipo de refuerzos, se encargaría después de ese asunto tenía cosas más importantes que hacer.

-Dejaré que te diviertas un poco más hijo mío. Disfrútalo mientras puedas- Dijo con una sádica sonrisa al tiempo que se iba en una motocicleta con su guardaespaldas.

Izaya salió de su apartamento a toda prisa, pasando de largo a los Yakuzas que empezaba a "limpiar" el desastre, en la entrada de su edificio estaba Kine, ese joven de cabello corto castaño, que en un futuro afeitaría, y ojos oliva, este al ver al informante salir corriendo lo detuvo sujetándole del brazo.

-¿A dónde vas Orihara-kun? Ellos ya se fueron si buscas sus...- Izaya no paraba de removerse, nunca había visto al joven informante tan desesperado.

-¡Suéltame Kine! ¡Shizu-chan! ¡Shizu-chan!- Dijo en un desesperado intento de soltarse, sus fuerzas empezaban a fallarle y el miedo apoderarse de su ser.

La casa de Shizuo no estaba tan lejos de la suya y dada la hora el rubio debería de estar en su casa, debía de encontrarlo y advertirle. Pero un estruendo y un violento rugido lo hizo detenerse, vio a lo lejos un gran contenedor de basura, esos verdes que estaban en los callejones, volar por los aires. Shizuo estaba bien...

-Kine, quiero a hombres en esa zona, hay más de esos rondando por las calles- Izaya vio serio al hombre, quien sonrió y asintió con la cabeza- No dejaré que mi padre me arruine esto- murmuró entre dientes subiendo al auto con Kine.

-Vamos a la casa de Shiki-san, pasarás ahí la noche y contarás la razón por la cual nuestro informante estuvo en esta comprometida situación- dijo serio viendo como Izaya veía por la ventana del asiento trasero

Esa fue la primera vez que sintió temor de perder a Heiwajima Shizuo, después de ese día se encargó de crecer "odio" entre ambos, no dejaría que su padre buscara una debilidad en él, no de nuevo. Y estaba funcionando hasta su tercer año, donde Shizuo detuvo su persecución en un parque, el estaba sobre una cúpula de barras de metal y Shizuo lo veía seriamente, estaba atardeciendo, su persecución duró más de lo usual.

-¿Qué pasa Shizu-chan? ¿Ya te cansaste?- dijo con burla.

-Izaya, no te vayas de mi lado- Dijo casi en un susurro. Aquello lo descolocó, veía un extraño anhelo en sus ojos e iba dirigido hacia él, ese momento no había odio solo calma, sentía su corazón cálido y latir de nuevo. No, tenía que reprimirse.

-Dices cosas extrañas Shizu-chan- Serio bajó de un salto quedando frente al rubio, en ese entonces Shizuo ya lo superaba por un par de centímetros de altura- ¡Ah!~ Ya me aburrí y tengo tarea que hacer- Se estiró y caminó a lado del rubio sin que este lo siguiera más que con la mirada- Nos vemos, mañana...

Y así fue, día a día siempre se veía en la escuela, peleando en las calles. Incluso en su tiempo que hizo en la universidad se encargó de molestar a Shizuo, durante diez años. Diez años donde vivió ese amor/odio que sentía por el rubio, odio que le proclamaba en su cabeza, y amor que encerraba en su corazón, no podía dejar salir esos sentimientos. Jamás.

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-Izaya-kun, calma. Te dolerá la cabeza y tendrás los ojos hinchados mañana.

Izaya despertó de su ensoñación, de sus recuerdos. Sentía las manos de Psyche acariciarlo con cariño en la cabeza y espalda, intentando confortarlo, pero él mejor que nadie sabía la verdad, la razón por la cual no debía de estar con Shizuo, por mucho que les doliera a ambos.

-Estoy cansado- dijo con la voz rota. Se separó de su alter y se frotó los ojos con la manga de su yukata.

-Regresemos- Izaya lo vio dolido- Yo tomaré tu lugar, no te preocupes, puedes dormir hasta que lleguemos a casa, yo estaré afuera.

-No suena mal...- Ambos se pusieron de pie, Izaya sintió como su alter tomaba su mano y entrelazaba sus dedos, lo dejó ser. En ese momento ese toque lo confortaba.

Caminaron un poco tratando de re ubicarse entre la maleza y evitar caerse, Psyche terminó por colgarse de su brazo y temblada diciendo que tenía miedo, él solo bufó fastidiado. Sentí las hojas y la tierra entrar a sus getas y algunas telarañas pegarse a sus ropas, llegando le pediría a Psyche que se dieran un baño antes de dormir.

Cuando pensó que pronto llegarían al camino principal algo pasó rosando sus cabezas, de manera instintiva se agacharon, Psyche ya tenía lágrimas en los ojos.

-Izaya... Eso... Eso...- Psyche estaba tembloroso y tenía mucho miedo.

-No lo digas...- dijo igual intentando no entrar en pánico al escuchar el aleteó pesado sobre sus cabezas.

-¡Otro!- Psyche señaló entre la penumbra una gran lechuza pasar cerca de ellos. Ante el miedo el alter ego del informante terminó corriendo por un camino incierto.

-¡Psyche!- Lo llamó Izaya, intentó regresarlo a su cuerpo, pero el miedo de que aquel animal regresara no lo dejaba concentrarse- ¡Maldición!

Decidió seguir su camino al onsen, una vez seguro y calmado llamaría a la bola rosa de regreso. A paso rápido siguió su camino para salir lo antes posible de los árboles y el frío que empezaba a calarle los huesos no vio su camino y terminó tropezando con una raíz. Su geta se había roto, el listón se había salido de la madera, al menos no se había lastimado, se quitó el calzado y dispuesto a ponerse de pie y seguir su camino vio algo pequeño cerca de él. Sus pequeños ojos lo veía fijamente, escondido entre una pila de hojas y fue cuando se dio cuenta que era un pequeño ratón.

Segundos, un parpadeo, fue lo que le bastó al depredador alado en atrapar al pequeño roedor entre sus garras y matarlo con su pico. Izaya estaba petrificado, viendo a aquel animal alado, el ave notó la presencia del informante, viéndolo con ese redondo rostro y negro ojos. Izaya no se podía mover, sentía que había dejado de respirar, esos ojos, ese "rostro" le aterraba. Era como ver a la bruja de sus pesadillas que vendría por él y se encargaría de matarlo lenta y dolorosamente.

Ver a la lechuza hizo que Izaya, de nuevo, reviviera viejos recuerdos, recuerdos que tenía oculto en lo más profundo de sus ser, aun más profundo que sus sentimientos. Y ese era el miedo a las lechuzas. A la corta edad de cinco años su padre lo "castigaba" encerrándolo en un pequeño armario con aquel ave que no dejaba que chillarle y picotearlo, podrían pasar minutos y horas, dependiendo del ánimo de su padre, o el tiempo que le tomaba a Sora encontrarlo y sacarlo de ahí. Aquella ave era mascota de su padre, pero evitaba alimentarla seguido para hacerlo agresivo y torturar al pequeño Izaya.

-Psy... Psyche...- Intentó en vano llamar a su alter. Iba a correr y alejarse de aquella ave, pero otra más llegó con intenciones de pelear por el roedor muerto.

Ese fue su límite, Izaya volvió a correr descalzo, sin importarle que sus pies dolieran al rozar las pequeñas rocas o las ramitas que crujían bajo sus pies, él solo quería alejarse de aquellas aves. Corrió y corrió hasta que sintió que no sus pies no dieron más, su cuerpo se sentía cansado, cosa que se le hizo extraño, él podía aguantar las maratones en la ciudad con Shizuo, y no había corrido ni diez minutos y se sentía a desfallecer.

-Psyche...- Volvió a llamar a su alter, pero no hubo respuesta, vio a su alrededor no habían luces ni luna que iluminara su camino, incluso el ruido de la cascada o el río se oía muy lejano. Se alejó demasiado de la posada.

-Shizu-chan...- Dijo en un susurro, metiéndose en el tronco hueco de un gran árbol y abrazando sus piernas, ocultando de nuevo su rostro.

Se sentía tan insignificante, débil y miedoso como un niño pequeño y perdido. Solo quería estar en un lugar seguro con alguien que lo amara. Extrañaba los brazos de su madre, los pequeños brazos de sus hermanas consolándolo cuando su padre lo torturaba... Los brazos de Shizuo mientras dormían. Los besos de Shizuo que tanto le hacía su corazón latir...

-Shizuo...- dijo sorprendido. Una punzada le atravesó la cabeza, seguido de algunas imágenes donde veía al rubio sonreírle con infinito cariño-Shizuo... -Tenía que buscarlo, debía de sacar esa duda de su interior, lo obligaría a explicarle muchas cosas, aun si estuvieran enojados y dolidos el uno al otro, él le daría sus razones a cambio de sus recuerdos.

Confiaba en que Psyche fuera a buscar a Tsugaru o que este se diera cuenta que no estaban juntos y terminarían por buscarlos, como siempre lo hacía y Shizuo lo encontraría por su aroma. Salió de su "madriguera" asegurándose de no volver a ver aquella maldita ave, pero algo lo hizo dar un salto hacia atrás, a la escasa luz de las estrellas vio algo clavado frente a él, un cuchillo, un cuchillo de carne. Sorprendido vio hacia arriba.

-Te encontré...- Izaya vio aquellos ojos amatista verlo divertido, de un salto bajó de la copa de los árboles quedado a una distancia considerable del informante, que lo veía con indiferencia y odio.

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Shizuo estaba sentado en la silla que estaba en la terraza, ya había terminado con su cajetilla de cigarros y medio paquete de pañuelos. Lloró igual que cuando Izaya lo dejó, pero esta vez dolió aun más.

"No te odia" Le decía Tsugaru una y otra vez ante el pesimismo del rubio. "Izaya tiene mucha presión encima, es normal que reaccionara de ese modo. Igual no elegiste el mejor momento para confesarte"

-Lo sé, pero no pude evitarlo. Me da tanto coraje que ese imbécil que hace llamar su padre quiera hacerle todas esas cosas- Encendió su último cigarrillo viendo el cielo sin luna-  Ya sé que es muy hipócrita de mi parte decir eso, yo era el primero en decir que mataría a la pulga, pero ahora...

"Tranquilo, a pesar de todo. Tú nunca quisiste muerto a Izaya" Shizuo se vio confundido, causando una tranquila risa en su alter "Existo desde que estaban en Raira, no desde primer año, pero ahí estaba creciendo poco a poco, terminé de formarme en esa salida que hicieron en la escuela"

-Debes estar bromeando- Vio a su alter en su cabeza negar- ¿Por qué no me di cuenta antes?

"Porque eres estúpido e idiota, al igual que Izaya. Y solo se dejan llevar por lo que ven, y no por lo que sienten" Rió de nuevo al escuchar el gruñido del rubio ante su insulto.

-Debería ir a buscarlo... Hace frío- dijo en un susurro.

"Sería buena idea, pero él estará bien. Está con Psyche, lo sentí salir, ahora deben de estar juntos y de camino aquí. Tal vez Izaya no quiera tomar el control de su cuerpo, así que no te sorprendas si vez a Psyche"

-Sí, lo sé- Se puso de pie, entró a la habitación buscando el abrigo del informante y su bufanda. Estaba por salir por la puerta cuando un escalofrió de recorrió- Tsugaru...

"No es Psyche... Se separaron. Tienen miedo, Izaya no puedo regresar a Psyche y él tampoco puede entrar"

Shizuo olvidó la puerta y salió corriendo por la ventana, siguió el mismo camino que el informante cuando se fue sin siquiera voltear a verlo. No quería recordar eso, no ahora, sentía que algo no estaba bien con Izaya.

Intentó seguir el rastro que dejaba su aroma, pero el viento, la humedad y todos esos olores del bosque se combinaban y no podía encontrarlo como en la ciudad. Tenía que dejarse llevar por sus instintos, la mayoría de las veces funcionó, esperaba que esta también lo fuera.

Siguió corriendo hasta que escuchó un agudo chillido, ocasionando que aquel ruidoso chocara contra su pecho, al instante este intentó alejarse y volver a correr, gritando algo de un ave asesina y un monstro.

-¡Psyche!- Shizuo sujetó con fuerza por los brazos al alter, y cuando este lo vio a los ojos lo abrazó con fuerza- ¿Dónde está Izaya?

-No... Lo sé- dijo entre llantos- Lo perdí, tenemos miedo, la... la lechuza...

-¿Le temen a un ave?- Preguntó confundido.

-¡Es una larga historia! ¡Y un trauma!- dijo haciendo un puchero. Psyche golpeaba el pecho de Shizuo con sus puños, sin siquiera hacerle daño, era solo su berrinche y alivio de estar a salvo, pero se detuvo repentinamente, y sujetó su brazos- Duele...

-Izaya...- Shizuo lo vio quejarse de dolor y el viento trajo a sus fosas nasales el olor del informante combinado con su propia sangre y el de otra persona, haciendo de nuevo que Izaya "apestara"

-¡Espérame!

Shizuo corrió dejado atrás a Psyche, no podía vigilarlo pero antes de perderlo de vista dejó salir a Tsugaru y le pidió que lo llevara a la habitación, él se encargaría de Izaya. Ambos no podían escudarse y evitar la realidad usando a sus alters, eran adultos. Tercos y con muchos conflictos, pero adultos a fin de cuentas.

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-Eres más ágil de lo que pensé- Rió Yuuta al ver a Izaya sujetar su brazo herido. El muy maldito había empezado a atacar a Izaya con navajas, él las pudo esquivar y atrapaba unas al vuelo para regresárselas, pero su pie resbaló y terminó herido.

Izaya estaba en desventaja, lo sabía, no tenía sus navajas con él, su reloj para avisarle a Shizuo no lo traía, aunque no estuviera seguro de querer verlo de nuevo, esa era una emergencia, Psyche tampoco regresaba así que no tenía forma de comunicarse con la única persona que estaba a nada de él. Igual su bola rosa podía haberle volado los sesos, pero no estaba, frustrado sabía que no podría pelear, él no era "fuerte", al menos no como para derrotarlo. Yuuta aguantó más de un golpe de Shizuo y eso ya era mucho que decir, no tendría posibilidades de una pelea a puño limpio y menos si este cargaba con navajas.

-Sabía que tú eras Orihara-kun, esa belleza no podía ser repetida tan fácilmente- relamió el filo de su navaja viendo como Izaya lo mataba con la mirada- Hagamos un trato, ven a mí y yo no te lastimaré, se mi pareja un tiempo y luego te libero, ¿qué te parece?

-Eres más idiota de lo que pensé, si crees que yo me entregaré a ti tan fácilmente- Sonrió con cinismo, volviendo a actitud de siempre- Te dejaré pero de lo que quedó Kaoru... Dime, ¿ha podido revolcarse con alguien más?

-Me importa poco ese sujeto. Vamos, ven conmigo te haré disfrutar como nunca- Se acercó lentamente a Izaya, este solo lo veía fijamente- Sé que todo eso de "mi amor por el monstro" es una mentira, así que ven aquí y te mostraré lo que es la verdadera pasión. Ven lindo gatito- Yuuta pasó su dedo por el cuello de Izaya hasta subir a su mandíbula.

-Yo que tú, mejor que quito- dijo divertido.

Yuuta lo vio confundido y más cuando dio un paso atrás, lo siguiente que vio fue el bosque moverse de un modo vertiginoso y luego nada. Su cuerpo terminó a varios metros lejos del informante que veía la escena con una sonrisa satisfactoria, el pelirrojo terminó bajo un gran tronco, posiblemente muerto o mal herido, pero vivo no saldría esa noche. Había logrado escuchar un crujido a lo lejos, tal parecía imperceptible para Yuuta, mas no para él.

Era irónico, así como Shizuo podía encontrarlo por su aroma, él podía saber que tan cerca estaba el rubio con el ruido de los objetos siendo destrozados, desgarrados y lanzados hacia él. Lentamente volteó a su izquierda mientas se apoyaba en un pequeño árbol, a paso lento se acercaba aquel rubio que, de nuevo, lo había salvado.

-¿Encontraste a Psyche?- Fue lo primero que dijo, una vez estuvieron frente a frente.

-Ya está con Tsugaru en la habitación- Ambos se veía serios, Shizuo le ofreció el abrigo al informante, que gustoso tomó y mientras lo abotonaba, el rubio le colocaba la bufanda al rededor de su cuello- Pensé que no te encontraría.

-Pero lo hiciste...- Izaya alzó la mirada y vio directamente a Shizuo- Siempre lo haces.

Ambos se sonrieron y sin decir nada caminaron hasta el onsen, uno al lado del otro, Shizuo guiándolo por el camino correcto. No caminaron mucho cuando el rubio de dio cuenta que el informante estaba descalzo y con los pies sucios, caminó hasta ponerse frente a él y detener su andar, confundido el informante lo vio darle la espalda y ponerse en cuclillas.

-Subes.

-Estoy bien- Siguió andando ignorando al guardaespaldas.

-Te lastimarás aun más.

-La tierra es suave.

-¿Por qué se separaron? Psyche estaba muy asustado, y habló algo de una lechuza.

-¡¿Ah?!- Izaya lo vio molesto y ligeramente sonrojado- Estúpida bola rosa, no sabe cuando callarse- chasqueó la lengua, Shizuo ríe levemente.

-Dijo que tenían un trauma con las lechuzas- Vio a Izaya bajar la mirada. Aun le dolía su rechazo, pero se sentí confundido, ultimadamente Izaya parecía más abierto a dejar ver sus emociones frente a él, cosa que le calmaba el corazón- ¿Qué paso?

-Nada. No es nada. Solo se asustó por lo repentino que apareció y la oscuridad...- Iba a seguir con su mentira, cuando de nuevo otra lechuza pasó a su lado y terminó por soltar un grito y aferrarse al brazo del mayor.

-Sí, fue solo Psyche- dijo con burla, ganándose una mirada de odio- No te hará nada, solo buscan comida.

-Y por eso pueden herirte, te verán como su alimento si es necesario- dijo serio sin soltarse del rubio.

-Pulga...

-Sí es un trauma- Soltó un suspiro al ver las farolas del camino principal y a lo lejos veía las luces de la entrada del hotel- Cuando tenía cinco años, y por dos años "mi padre" me encerraba en un armario con una lechuza hambrienta. Siempre me picoteaba y arañaba, solo me sacaba cuando él le daba la gana o cuando Sora me encontraba y me ayudaba a escapar- Volvió a suspirar y sonrió con cinismo al rubio- Linda infancia, ¿verdad?

Shizuo no pudo decir nada, Izaya entró al hotel y casi corrió al elevador, tuvo que apresurar el paso para entrar con él. Usagi había tenido razón, al igual que Shinra, Izaya había pasado por muchos momentos dolorosos, siendo causantes de su horrible personalidad y sus terribles juegos. El recorrido fue tranquilo y no cruzaron palabra alguna, al abrir la puerta Psyche saltó en brazos de Izaya, pero este primero le dio un buen golpe en la cabeza.

-¿Izaya?- Lloriqueó Psyche mientas frotaba su cabeza.

-Ese es tu castigo por abandonarme en medio del bosque- le dijo ligeramente molesto- Entra…

-Habla con él- le dijo en un susurro mientras lo abrazaba- Los sentimientos no te hacen débil, son la fuerza que necesitas para seguir adelante- Psyche se desvaneció con aquellas palabras resonando en la cabeza del informante.

Tsugaru sonrió al ver como Psyche desaparecía en esa nube de pixeles rosados y blancos, se acercó al informante y acarició su cabeza para después caminar hasta quedar frente a Shizuo, ambos se vieron y con un ligero asentimiento del oji azul desapareció en una neblina blanquecina.

Izaya no dijo nada, se quitó el abrigo y la bufanda, tomó sus ropas para dormir y se encerró en el baño. Mientras esperaba a que la tina se llenara de agua caliente lavaba su cuerpo lleno de sangre, sudor y lodo. La herida de su brazo era superficial no necesitaría puntos con solo limpiarla y desinfectarla bastaría. Cuando se puso a lavar su cuerpo se dio cuenta de las pequeñas cicatrices que tenía su cuerpo, muchas de ellas causadas por Shizuo.

Sonrió mientras se metía a la tina, contando cada cicatriz y rozándola con la yema de sus dedos recordando el día y la razón de esas heridas. Sabía que Shizuo también tenía algunas causadas por él, muchas de esas veces ambos estaban juntos en la sala de Shinra siendo curados. No pudo evitar sentirse relajado y feliz en recordar esos tiempos, claro era unos mocosos, pero lo que hubiese dado por tener un momento a lado de Shizuo como algo más que enemigos.

Una vez satisfecho salió del agua vistiendo de nuevo sus bóxers ajustados de color negro y su camisa de manga larga gris, al salir del baño notó que no había nadie en la habitación, extrañado salió a dar un vistazo a la terraza, tampoco había nadie solo el cenicero lleno de cigarrillos, rió entre dientes el pensar a Shizuo frustrado fumando todo eso, pero luego al ver también los pañuelos usados en el pequeño cesto de basura se sintió un poco culpable. Él no fue el único en ponerse a llorar. Tal vez debía de aclarar las cosas con Shizuo, darle sus motivos y tal vez, solo tal vez. Bien, ya lo tenía confirmado, en hacer a Shizuo su aliado contra la guerra contra su padre, ahora más que nunca que no solo la vida de él y su prima corrían riesgo sino también su integridad.

Cerró la puerta corrediza de la terraza y también las cortinas y fue entonces que escuchó la puerta abrirse y cerrarse lentamente, el rubio debió de haber salido. Fue a esperarlo en la entrada del pasillo para hablar con él pero grande fue su sorpresa al ver al pelirrojo bañado en sangre y lodo, Izaya solo retrocedió un paso al ver como este ponía seguro a la puerta de su habitación.

"¿Cómo entró? Las puertas son automáticas" Pensó, no pudo haber perdido la llave en el bosque, cuando salió de la habitación fue por la ventana y no llevaba nada con él.

-O-ri-ha-ra-kun~- dijo con voz tétrica mientras caminaba hacia el sorprendido informante. Con una mano peinó sus cabellos hacia atrás, relamió su labio bebiendo de su propia sangre que caía desde la coronilla de su cabeza y manchaba la mitad de su rostro, y con la otra mano mostró una tarjeta- Es bueno que tenga esta llave maestra, ¿no lo crees? Pensaba tomarte por las buenas, incluso "hacerte el amor" cuando eras mi dulce cuarzo, pero veo que te gusta más lo rudo.

Izaya no le dijo nada, de nuevo solo se quedó viéndolo esperando por el primer movimiento. Sus alertas se dispararon y su cuerpo empezaba a liberar la adrenalina. Ese maldito desgraciado aun estaba con vida, no entendía cómo, pero si sobrevivió a aquello tendría problemas para enfrentarlo. Tenía unas navajas de su lado de la cama y otras en su equipaje, pero no se sentía con los ánimos para pelear aun se sentía extrañamente cansado.

- No por nada Kaoru comentó lo húmedo que era tu interior mientras jugaba contigo. Atado, amordazado, que vista más maravillosa, pero él muy idiota no supo domarte y mucho menos marcarte como debía- Izaya se quedó de piedra, qué Kaoru le había hecho qué.- Divirtámonos juntos, tu perro ahora debe de estar ocupado...

Izaya sintió su cuerpo estremecerse, el calor que invadió su cuerpo y asqueroso tacto de alguien que no era el rubio lo tocaba de manera descarada vinieron a su mente, alguien le obligó a... No, Usagi fue específica no tener relaciones sin protección sino él... él. Asustado retrocedió, Psyche parecía gritarle algo, pero no lo escuchaba. Y no solo era él, Shizuo igual estaba en peligro, de nuevo ese temor de perderlo, ese mismo sentimiento que se apoderó de él cuando estaba en Raira regresó a su ser.

Vio a Yuuta saltar hacia él para apresarlo, pero él se movió más rápido, saltó sobre la cama y tomó sus navajas, al instante se las lanzó con el fin de darle en algún punto vital, pero él las esquivo solo causándole un leve daño en los brazos y el rostro. El pelirrojo se quitó la navaja clavada en su brazo y la lanzó de vuelta al informante. Izaya estaba por salir por la terraza, pero al abrir las cortinas vio a uno de esos hombres corpulentos vestido de traje.

-No, no, no. Esta noche es solo para amar~- Cantó divertido ante la mirada llena de odio del informante.

Izaya volvió a evitar su agarre y lo golpeó con el puño en la boca del estómago, ahí estaba herido, lo escuchó quejarse. Tomaría esa oportunidad para escapar y buscar a Shizuo y salir de ese condenado hotel. Pero no funcionó, apenas pasó a Yuuta, este se lanzó contra él, tirándolo a la gran cama, Izaya peleo para quitárselo de encima, pero fue inútil, le tenía preso bajo su peso, y el asqueroso aroma de sangre y muerte que despedía le daban nauseas.

Recordó que tenía una navaja más bajo su almohada, con la cual había amenazado a Shizuo desde la primera noche y esa última se encargaría de cumplirla, no con el rubio sino con el pelirrojo.

Yuuta lo besó salvajemente, el informante tomó ese momento para morder su labio y golpearlo en la menilla herida, tomó la navaja para apuñalarlo, pero este lo volvió a detener y sin separar el filo de las manos del moreno incrustó el arma blanca en el hombro de Izaya, casando que soltara un quejido de dolor.

-Que expresión más hermosa- Dijo con una sádica sonrisa, apresó las manos de Izaya por sobre su cabeza, con la mano libre presionó la reciente herida causando que el rostro de Izaya expresara dolor- Te mostraré lo que es el dolor y el placer al mismo tiempo...- Separó las piernas de Izaya con sus rodillas y se frotó contra el informante- Me muero por estar en tu interior- le susurró al oído mientras lamía el lóbulo de su oreja.

Como si fuera un detonante, Izaya sintió una rabia y coraje, sentía que de nuevo su cuerpo sería ultrajado. No, esta vez no lo permitiría. Enfurecido, le dio un cabezazo a Yuuta, causando que ahora este se retorciera de color. Le dio tiempo para invertir las posiciones. El pelirrojo acostado en la gran cama y con Izaya sentado a horcadas en su vientre, para él sería una gran vista, sino fuera porque el informante lo veía con aquellos ojos rojos con un brillo rosado y con sed de sangre. En la cabeza de este habían aparecido unos audífonos blancos de la nada, cosa que le sorprendió, y aun más el ver como este le apuntaba la cabeza con una pistola en mano.

-Te volaré los sesos- siseó con odio, cargó el arma y antes de disparar sintió el frío cañón de otra pistola.

-Yo que tú no lo hago- Izaya vio de reojo al chico de cabello negro y anteojos bien vestido apuntándole en la cabeza- Tenías razón Yuuta, este chico es Orihara Izaya. De pie- le ordenó, Izaya obedeció, dejando libre al otro- Ahora suelta el arma.

Izaya y Psyche sonrieron en ese momento, dejando a ambos hombre sorprendidos. El informante tenía las manos levantadas, pero la pistola seguía en su misma posición, flotando frente al informante y apuntando al pelirrojo que estaba frente a él.

-¿Qué?- Yagami no pudo seguir pues sintió un cañón en su cabeza- Yuuta...

-Eh...- su compañero no sabía que responder, detrás de su compañero estaba alguien apuntándolo con un mosquete, para ser precisos un Arcabuz, una tipo de arma de fuego antigua- ¿Orihara?

-Su majestad para ustedes- dijo el hombre que estaba detrás de Yagami- Baja el arma- Yagami obedeció al escuchar el chasquido del seguro ser quitado- Ambos de rodillas- Sonrió con superioridad al ver como lo obedecían.

Los tres presentes vieron al joven de peculiares vestimentas. Era el mismo rostro de Orihara Izaya, la diferencia eran sus ojos dorados, vestía una camisa elegante de color blanco, pantalones con rayas verticales de color blanco y negro, botas altas blancas, las mangas de la camisa eran negras, llevaba igual guantes blancos largos, casi llegándole a los codos. Y lo más peculiar, una larga capa dorada y una corona de tres picos, que parecía más tiara que corona. Veía a ambos hombres arrodillados a sus pies con una sonrisa llena de superioridad.

-No tenía pensado salir, pero veo que me necesitan más de lo que pensé- dijo divertido, viendo a un confundido Izaya, tal parecía que Psyche había vuelto dentro de su mente, al ver que pistola desapareció.

-¿Qué clase de truco es este?- Dijo molesto Yuuta, recibiendo una patada del extraño chico.

-Cierra la boca, no te ordené hablar- Vio con desagrado su blanca bota estar manchada de sangre- Lámelo...- Yuuta lo vio con odio, el chico no bajaba el arma, aun apuntando a la cabeza de Yagami- ¿No que quería el cuerpo de Izaya? Pues empieza con mi bota.

-¿Quién eres?- Dijo Izaya a su otro yo.

-Es obvio, ¿no lo crees? Soy como Psyche- Sonrió altivo- Ahí viene el resto a salvar a estos plebeyos. Por cierto, mi nombre es Hibiya-sama.

Apenas dijo su nombre un grupo de hombre entró por la terraza rompiendo la puerta de cristal, llevándose a ambos hombres, y apuntando a Izaya y Hibiya con sus armas, estaban rodeados. El informante buscaba una manera de salir de esa, pero Hibiya parecía más tranquilo y sonreía con superioridad. ¿De verdad así se veía él? Ahora entendía un  poco por qué  Shizuo decía que se veía odioso haciendo eso.

-Saca a Psyche- le dijo en un susurro, sin bajar su mosquete.

-¿Qué?- Izaya no entendía, pero fue como si Psyche de nuevo tomara el control de su cuerpo, sonrió emocionado y sus ojos volvieron a ese brillante color magenta- ¡Chibiya!

-Te dije que no me llamaras así goma de mascar. Ahora, ¿Qué te parece una competencia de tiro?

-¡Sí!- Gritó emocionando Psyche, de nuevo aparecían únicamente sus audífonos en la cabeza del informante y dos pistolas en sus manos.

Aquellos hombres no salían de su asombro por lo que pasaba ante sus ojos, pero ante el primer tiro del chico vestido de príncipe la balacera empezó. Ellos tenían pensado en tener la ventaja al ser dos contra ellos ocho, pero terminaron siendo asesinados todos, al ver como una cantidad de pistolas blancas aparecían atrás de ellos matándolos en el acto.

-¡Gané!- Gritó emocionado Psyche.

-De nuevo hiciste trampa, volviste a usar tu comando de copiado- Hibiya guardó su mosquete y vio molesto al otro alter cruzándose de brazos.

-No te enojes, sino hacíamos esos podrían haber matado a Izaya-kun.

-A todo esto, ¿dónde está ese plebeyo rubio? Se supone que debería de estarlo cuidado.

-Tsugaru dijo que saldrían por algo de comer para Izaya-kun, pero parece que igual los atacaron- dijo un poco preocupado.

-No morirán tan fácilmente, y mucho menos si no se los ordeno.

-Sí, sí, sí. Su majestad. ¡Ah! Están volviendo- dijo con una gran sonrisa viendo la puerta.

-Entonces me voy, no puedo estar más tiempo afuera o causaré estragos en el cuerpo de Izaya. No soy tan "fuerte" como tú, al menos, aun no.

-Está bien, descansa Chibiya- Psyche juntó sus manos al ver como en una neblina brillante Hibiya se volvía un pequeño huevo de oro en sus manos- Igual tengo que dejar a Izaya-kun afuera, Shizuo-san está muy preocupado- Con un suspiro Izaya volvió a tener el control de su cuerpo, y de igual modo el huevo y los audífonos desaparecieron.

-¡Izaya!- Shizuo entró a tropezones, encontrándose con Izaya en medio de una masacre, y con sangre en su cuerpo. Corrió hasta a él y trató de revisarlo, pero este solo se dejó caer en sus brazos- ¡Izaya! ¿Dónde te hirieron? ¿Qué paso?

-Estoy mareado- Izaya no podía mantenerse en pie- Solo me hirieron el hombro. Debemos salir de aquí ahora- dijo intentando sonar serio, pero ahora que estaba de nuevo en su cuerpo el olor a pólvora y sangre le revolvían el estómago.

-Bien, pero deja te curo eso- Mostró el botiquín que fue a buscar- Se perdió la comida en el camino, unos tipos me atacaron y dijeron que iban por ti. No llegue a tiempo- Vio los cadáveres a su alrededor.

-Está bien, te dije. Igual se cuidarme solo- Shizuo levantó una ceja, terminando de vendar el hombro de Izaya- ¿Qué? Psyche cuenta como yo.

-Como digas- rio entre dientes- Vámonos, no tardará en llegar la policía.

Izaya se vistió solo con un pantalón, sus zapatos, se puso su abrigo y mientras salían por la ventana Shizuo salió con su equipaje. Aunque Izaya insistiera en que lo olvidara, este se negó. Y así en medio de la noche corrieron hacia el pueblo.

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En el camino vieron patrullas y ambulancias ir hacia el Onsen. No podían quedarse ahí y lo sabían, el informante tomó el primer autobús que pasó llevándolos al distrito de Hikawa, que estaba en el mismo Okutama. Al llegar no había gente circulando, así que Shizuo se acercó a un oficial preguntando por un lugar para pasar la noche. Este les mandó a una pequeña posada no muy lejos de la estación y cerca del río Tama, diciendo que lo más seguro es que aun hubiera habitaciones libres. Con un gracias y un buenas noches, se despidió el rubio.

La posada si tenía habitaciones libres, no era nada lujoso una agradable casa de tres pisos con varias habitaciones pequeñas pero eran mejor que nada. En especial si solo querían dormir un par de horas antes de ir a la estación y regresar a Shinjuku. Izaya molesto bajó al primer piso a tomar otro baño y limpiar la herida, esperaba no infectarse con nada al estar en contacto con la sangre de Yuuta, se vistió con el yukata de dos piezas del hotel de color verde, no le gustaba mucho dormir con prendas en la parte inferior así que al llegar  la habitación terminó por quitárselo. Ahora que lo pensaba no le había dicho nada a Shizuo sobre que este estaba aun con vida y había escapado junto a Yagami.

-¿Shizu-chan?- Al entrar a la habitación vio los dos futones ya preparados, pero no había nadie en la habitación.

"Acaba igual de bajar a tomar un baño. Tsugaru dice que dejó algo de comer ahí" Le dijo Psyche.

Cerca de la pequeña ventana había una mesita, ahí había una bolsa con comida. Ahora que se lo preguntaba, cómo le hacía el guardaespaldas para conseguir buena comida que no fuera del konbin (tienda de conveniencia abierto las veinticuatro horas).Dentro de la bolsa había un contenedor de plástico blanco, al abrirlo se encontró con arroz yakimeshi y en el otro pollo capeado en salsa de mostaza y miel, su estómago rugió. Tomó un par de los palillos desechables y se dedicó a comer un poco, igual vio el té verde embotellado, comió casi la mitad del arroz y apenas y tocó el pollo, satisfecho tapó el resto de la comida y se sentó en uno de los futones a revisar su celular.

-¿Comiste?- Shizuo entró con su pantalón y camisa para dormir, y con una toalla al rededor de sus hombros.

-Algo ¿No comerás tú?

-No, estoy bien- abrió un poco la ventana y se sentó en el otro futón, viendo al informante- ¿Quién nos atacó?

-Yuuta, sobrevivió. Él y Yagami escaparon antes de que Psyche me ayudara a deshacerme de ellos.-Vio al rubio fruncir el ceño y sacar la cajetilla de cigarrillos de la bolsa, sacó uno y lo encendió.

-Ahora irán por nosotros.

-Lo más seguro- Shizuo parecía estar tranquilo, pero por alguna razón sabía que no era así. Él solía fumar cada vez que se sintiera estresado o bien cuando él lo molestaba hasta sacarlo de sus casillas- Shizu-chan.

-¿Uh?- Shizuo se puso de pie para ponerse a lado de la ventana para tirar las cenizas.

-Tú sabes que sucedió esa noche que me secuestró Kaoru- No era una pregunta, era una afirmación, y aquello fue contestado por el rubio por la simple mirada turbada que tenía.

-Izaya, no...

-Hagamos un trato- No dejó seguir al rubio- Tú dime lo que pasó con nosotros dos esos tres días y yo te diré sobre...- se sonrojó levemente- Sobre porque no puedo corresponderte.

-¿No te vas a arrepentir?- Shizuo no se veía seguro, pero ver a Izaya asentir no le dejó de otra, igual quería saber por qué lo rechazó, tenía una idea pero quería tener la esperanza de que una vez terminando todo ese calvario podría estar con el informante- Bien, ¿Qué quieres saber?

-Todo, desde el principio.

Shizuo le contó todo, desde que sintió su aroma esa noche cerca de Russian Sushi, hasta cuando Tsugaru y Usagi le avisaron de que estaba en peligro, aunque le doliera y se sintiera mal en contarle que no quería hacerlo y al final terminó haciéndolo, le contó todo. Izaya solo lo veía sin emoción alguna, supuso que reuniendo igual información que pudiera ayudarlo en ese encuentro contra su padre. Le contó en el estado en el que lo había encontrado después de que Psyche desapareciera.

-Entonces si me violaron-dijo serio, Shizuo creyó haber visto tristeza en sus ojos- Se corrió en mi interior, ¿verdad?

-¡No!- Shizuo se adelantó a cualquier otra cosa que fuera a decir el informante- Shinra dijo que el desgarre que tenías fue por otros objetos, que no había restos de nada en tu interior- Vio la expresión de Izaya relajarse, hasta podía jurar que estaba aliviado- Te veías adorable con las orejas y cola de gato, pero no dejabas que nadie te tocara, atacaste a Shinra. Le arañaste la cara y no querías siquiera tenerlo cerca- Rió al recordar la tristeza de su amigo al ser rechazado por el moreno.

Le contó el resto de sus días, describiendo que se volvía cada vez más mimado por su culpa, sus "enfrentamientos" con Varona y sus salidas con Kadota y Erika. "Su cita “en Sunshine City,  y el "obsequio" de Erika. Hasta la noche que enfermó y a la mañana siguiente se había ido. Izaya ahora entendía muchas cosas, la razón por la que varias cosas se le hacían familiares.

-¿Era empalagoso como Psyche?- Preguntó avergonzado.

-Peor, no querías alejarte de mi lado- lo vio con cariño. Ya tenía que había terminado su cigarrillo y tirado por la ventana, se acercó al informante y le acarició la cabeza- Te gustaba acurrucarte a mi lado mientras dormías...

-¿Hicimos algo?- Sentía que su rostro ardía. Shizuo entendió eso, se rascó la nuca, nervioso y sin siquiera verlo a los ojos asintió con la cabeza- Te aprovechaste de mí...

-¡No! ¡Tú empezaste todo!- Pensó que Izaya lo odiaba por eso y lo veía con odio, pero al contestarle vio que solo hacía un adorable puchero- Eh, fue consentimiento por ambos. Ese fue todo, cuando desperté Usagi estaba en mi puerta buscándote, pero ya no estabas.

-Esto es tan vergonzoso- Izaya peinó con sus manos su cabello hacia atrás- Realmente sientes eso por mí, ¿no?- Shizuo asintió sonrojado. Izaya sonrió pensando que se veía adorable- Supongo que ahora me toca a mí.

-Sí. Aunque supongo que igual no fue el mejor momento para decirte eso.

-No, la verdad, no lo fue-Izaya dio un gran suspiro y tomó un poco de té antes de empezar- Para empezar, esto no es normal. Shizu-chan nos hemos odiado desde Raira... Bueno puede que de parte tuya, pero no tenía yo nada confirmado aún. Además aun tenía a mi padre encima de mí. ¿Recuerdas esa noche cuando te atacaron en las calles unos hombres vestidos de negro? Estábamos a mediados de segundo año.

-Sí, regresaba del konbin. Al día siguiente te di caza porque sabía que fue por tu culpa... Oh- Shizuo calló en cuenta.

-Mi padre fue por ti, pensaba que tú y yo teníamos algo y quería eliminarte. Tuve miedo esa noche, pensé que te perdería. Fuera lo que fuera que sintiera por ti en ese momento, no quería perderte. Éramos, o más bien somos, un par de monstros dentro de Ikebukuro, solo nosotros nos soportábamos. Después de esa noche me encargué de no sentir nada por ti, no podía dejar que mi padre me buscara una debilidad. La primera fue mi madre y mis hermanas, y luego fuiste tú.

-Izaya...- Shizuo sentía como su corazón empezaba a latir cada vez más. Izaya desde el inicio y sin que se diera cuenta, lo había protegido de las garras de su padre.

-No negaré la existencia de Psyche, ni... Lo que siento por ti- Su rostro empezaba a enrojecer- Pero no es el mejor momento, mi padre ya nos tiene a ambos en la mira. No quería involucrarte en esto pero...

Izaya no siguió, sus labios se vieron sellados por los del contrario. Sorprendido vio como Shizuo capturaba sus labios en un dulce y cálido beso, no dudo en corresponderle, quería recordar esa calidez sobre su rostro, ese aroma a vainilla, almizcle y tabaco que despedía el cuerpo de Shizuo. El casto beso empezó a subir de tono, sus labios se abrían para dar paso a sus lenguas sintiendo el sabor amargo del cigarrillo que acababa de fumar, no se apresuraron, se acariciaban como queriendo conocerse de nuevo, sentir que realmente estaban juntos. Shizuo besaba y lamía los labios del informante, escuchado como este suspiraba por sus caricias, sin poder quedarse quieto rodeó la cintura de Izaya con sus brazos, invitándolo a acercarse en un posesivo abrazo.

Izaya se puso de rodillas, rodeando con sus brazos el cuello de Shizuo, y al sentir como era traído a su gran cuerpo, se dejó llevar. Y como si sus cuerpos fueran imanes, se juntaron. Izaya se sentó en el regazo de Shizuo, sin romper ese beso hasta que sintieron que el aire les faltó.

-Nada me pasará- le dijo casi en un susurro Shizuo- Te protegeré, no dejaré que te lastimen de nuevo, ni que te alejen de mi lado- Acarició la mejillas de Izaya con ternura.

-Shizu-chan... No...

-Olvida todo. Olvida todo lo que te atormenta solo por un momento y déjame demostrarte cuanto te amo- Besó sus mejillas mientras hablaba, y fue bajando por su cuello haciendo que el informante suspirara- Todo saldrá bien, mañana buscaremos una solución juntos, incluso si quieres olvidarlo está bien. No importa cuántas veces lo hagas yo haré que lo recuerdes- Siguió llenando de besos el rostro del informante hasta llegar a su hombro ligeramente descubierto- Cada caricia, cada beso, te haré recordar todo lo que siento por ti.

Izaya sentía como se derretía ante las dulces palabras y las caricias que le daba Shizuo, sentía que podía confiar en él, no solo lo pensaba su mente sino también su corazón. Como si los muros de su corazón fueran demolidos con cada acción del rubio hacia su persona, sentía su agrietado corazón ser sanado y envuelto en una cálida manta de sentimientos puros, podía escuchar como sus latidos se sincronizaban. Pensó que todas esas cursilerías que le mencionaba su prima eran mera fantasía. ¿Amor verdadero? ¿Alama gemela? Mentía. Pero sentía en su corazón que aquellas se volvían reales estando con Shizuo.

Shizuo volvió a capturar los labios de Izaya en un cálido beso, no quería llevar las cosas tan rápido, quería disfrutar es momento, que ambos lo disfrutaran que sus cuerpos y corazones hablaran por ellos. Shizuo tomó a Izaya de la cintura, y con la otra mano sujetó su cabeza para recostarlo con cuidado en el futón, el informante no deshizo el agarre de su cuello, sintiendo como acariciaba sus cabellos aun húmedos por el agua, y sintió las piernas de Izaya rodearle la cintura, dándole espacio para recostarse sobre de él, pero sin dejar caer todo su peso en el menor.

Izaya se dedicó a acariciar los cabellos del rubio, y lentamente fue bajando el tacto sintiendo con la yema de sus dedos la piel de los brazos de Shizuo, subió lentamente de nuevo por el mismo camino, para luego bajar por sus costados, sintiendo la cálida tela de su camisa. Terminó por romper el beso para quitarle aquella prenda al rubio y poder tocar aquella cálida piel, sintiendo sus músculos marcados y las pequeñas cicatrices de sus peleas. Sonrió ante la idea de que Shizuo fue marcado por él desde hacía mucho tiempo, así como él por el rubio.

-La prueba de todo lo que hemos pasado- dijo en un susurro sonriéndole al rubio. Shizuo le correspondió el gesto, desatando el yukata de Izaya dejando al descubierto su delgado y blanquecino torso.

Volvieron a besarse con amor, Shizuo juntó sus pelvis sintiendo como el miembro de su amante empezaba a endurecerse al igual que el suyo, haciendo lentos movimientos empezó a frotarse con el informante. Izaya rompió el beso para soltar un jadeo, con las mejillas y los labios sonrojados, vio como Shizuo lo miraba como si fuera lo más preciado de su mundo.

Izaya quería sentir más, no por sobre las telas, empujó levemente al mayor, confundido se hizo a un lado, pero entendió lo que quería su amado al ver como se quitaba el yukata y su ropa interior para quedar completamente desnudo. Shizuo tragó duro, ya había pasado un buen tiempo desde que había dejado de ver al informante dispuesto a entregarse a él, sin pensarlo demasiado igual se despojó de su pantalón y ropa interior. Izaya volvió a recostarse posando una mano en el hombro de Shizuo para guiarlo a que se volviera a colocar sobre de él. Abriendo las piernas el informante para darle acceso al mayor para que sus miembros se rozaran.

El primer contacto los hizo estremecer, Shizuo usó un poco de su saliva para humedecer su mano y empezar a masturbar sus miembros. Izaya empezó a jadear al sentir aquello, era tan diferente a hacérselo él mismo, no podía decir que recordara completamente sus encuentros con el rubio, pero quería estar lúcido y recordar lo que era entregarse a la persona que amaba. Porque sí, el peligroso informante de Shinjuku aceptaba su amor por el hombre más fuerte de Ikebukuro.

-Shizu-chan... Ah- Shizuo aumentó y disminuyó la velocidad de su mano, ocasionando que el informante empezara a desesperarse.

-No tenemos loción o  lubricante, así que tendrás que aguantar un poco- Shizuo tomó el pre semen que sus miembros secretaron embarrando dos de sus dedos- Si duele dímelo y me detendré.

Izaya asintió con la cabeza y al sentir el primer dedo en su interior se estremeció y retorció un poco por la incomodidad, intentó alejarse. De nuevo sentía miedo, recodó el momento en que Kaoru se atrevió a meter aquel horrible aparato en su interior para interrogarlo.

-No... No...- Izaya empezaba a sentir su respiración acelerarse y sus ojos llenarse de lágrimas- Shizu-chan... Ah...

-Estoy aquí- Shizuo movió lentamente el primer dígito, se acercó para besarlo, supuso que de nuevo estaba teniendo esa regresión, al igual que su primera vez en su departamento- Soy yo...- Al romper el beso, le retiró las lágrimas con su mano libre, para luego tomar una mano de Izaya, entrelazar sus dedos y besar el dorso de su muñeca- Estoy contigo.

Izaya se dejó llevar por el aroma, el calor y las caricias que Shizuo le daba, cuando sintió el segundo dedo en su interior soltó un leve quejido, no le dolía solo era algo incómodo. El rubio se encargó de mantenerlo distraído, acariciando su cuerpo, besándolo, marcando su cuello con leves besos y mordidas, mimando sus pezones. Al llegar a ellos, Izaya no pudo evitar soltar un gemido, aquella mordida en su botón rosado y como Shizuo tocó un punto en su interior que lo hizo enloquecer, fue algo que no se esperó, ambas cosas lo hizo excitarse aun más.

Shizuo siguió frotando aquel punto mientras adentraba un tercer dedo, Izaya ya no parecía estar incomodo, sus gemido de placer empezaban a inundar la habitación, sus cadera se movían buscando mas contacto y profundidad, sus dedos empezaban a ser succionados por el interior de Izaya, estaba listo. Al retirar sus dígitos, notó como Izaya lo mataba con la mirada, quería que siguiera, su pecho subía y bajaba por si agitada respiración.

-Ya estás listo- Izaya extendió sus brazos, Shizuo se dejó abrazar por el informante antes de entrar en él. El moreno acunó con cariño su rostro entre sus delgadas manos, notando su rostro sonrojado y los ojos viéndolo con amor y deseo. Esa era la mirada que anhelaba, la mirada que su Izaya le diera.

-Hazme olvidar todo- Le plantó un corto beso- Hazme olvidar ese mal momento que me dieron. Márcame como tuyo y no dejes que mi corazón y cuerpo te olviden, Shizu-chan...

-Izaya- Ambos murmuraron sus nombres, y con delicadeza Shizuo fue adentrando su miembro en el interior del informante, viendo como este jadeaba y arqueaba la espalda.

Le tomó tiempo, pero no le importó, reprimió sus deseos e instintos de arremeter contra el pequeño cuerpo de el informante, dejó que se acostumbrara a la intromisión. Besó su rostro, sus labios, repartiendo caricias en todo su cuerpo, acariciando su fino rostro, sus hombros, delgados brazos, su plano vientre, su húmedo sexo, sus piernas. Eso era lo que más le gustaba del informante, aquellas delgadas y firmes piernas. Izaya tampoco se quedaba quieto, mientras besaba a Shizuo jugaba con sus cabellos, acariciaba su espalda ancha. Movió un poco sus caderas dándole una muda señal al rubio de que podía empezar a moverse.

El vaivén empezó lento, Izaya soltaba suspiros cada vez que el rubio salía solo un poco y valía a entrar con la misma delicadeza. No esperaba que aquel ser que contaba con una fuerza monstruosa pudiera tratarlo de esa manera.

-Shizu-chan... Ah... Más- Izaya rompió el beso que acababan de iniciar. Le gustaba esa delicadeza, pero su cuerpo pedía más, quería sentir más de ese placer que le era dado.

Shizuo empezó a embestir con más fuerza, se apoyó con sus manos colocados a los flancos del rostro de Izaya, quería verlo, ver su rostro, ver como cerraba los ojos y reprimía sus gemidos cada vez que encontraba su punto sensible, su hermoso sonrojo cubrirle las mejillas hasta las orejas, las pequeñas lágrimas de placer que escapaban por su rostro, y el sudor que empezaba a cubrir su frente y pecho. Izaya solo conseguía en ese momento, admirar el rostro excitado y lleno de amor que le brindaba, escuchar como sus pieles desnudas chocaban y ese excitante chapoteo que hacía el miembro de Shizuo cada vez que entraba y salía de él. En cada oleada de placer arañaba la espalda del rubio.

Shizuo sentía que no podría evitar dejarse llevar, quería más, llegar más profundo, ir más rápido. No tuvo siquiera que preguntar, la mirada que le daba Izaya era lo que le bastaba, él también deseaba más. Tomó las piernas de Izaya, besando el interior de estas antes de colocarlas sobre sus hombros y arremeter contra él. El informante soltó un grito de placer y sin acallar sus gemidos siguió dando aquel concierto de excitantes melodías a su amante, dándole a entender que disfrutaba tanto como él.

-Ya... No puedo... Izaya...- Decía entrecortado Shizuo, sintiendo como pronto llegaría al clímax.

-Yo también... Ah... ¡Ahí!- Izaya enredó sus piernas entorno a las caderas de Shizuo, impidiéndole apartarse de su lado.

Sin nada que lo detuviera, siguió apuntando a donde le pedía su amado, ambos no duraron mucho, sintiendo como sus piernas se entumecían, sus miembros palpitando y ese cosquilleo sus vientres que les avisaban la llegada del orgasmo. Ambos se corrieron al mismo tiempo, gritando y gimiendo el nombre del otro. Sudorosos y con la respiración agitada se vieron a los ojos, y sin separarse se besaron con amor.

-Te amo Izaya- Le besó los ojos, y apartó sus cabello húmedos de su frente.

-Y yo a ti, Shizu-chan- Cerró los ojos, y con un suspiró sintió como salía de su interior. Algo cálido empezaba a escurrir entre sus piernas y una sensación de vacío lo invadió- Debemos dormir, mañana tendremos un largo día- Sonrió dulcemente.

Shizuo asintió con la cabeza, se recostó a su lado, ocultando su rostro en el pecho del informante y los arropó con el cobertor que estaba cerca de ellos, dejando el segundo futón abandonado. Izaya tomó su celular y puso su alarma, se acomodó abrazando y acariciando los cabellos de Shizuo antes de quedarse dormido.

Una sensación cálida invadió el pecho de Izaya, esa calidez la sintió también cerca de su estómago, y con una sonrisa se dejó llevar por el sueño. Izaya tenía la esperanza de que todo terminaría pronto, volverían a Ikebukuro y podría estar con el rubio, tal vez sentía que apresuraba las cosas y que tampoco fue el mejor momento para entregarse a Shizuo, pero algo en su interior le había pedido a gritos que uniera su cuerpo con el del rubio, no era Psyche, era algo completamente diferente.

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Los últimos dos días Usagi había estado trabajando en localizar a su tío, al segundo día en el departamento de Izaya, Takuma había vuelto a la normalidad y esa vez no fue atacada por su amigo, mucho menos al darse cuenta ambos de que el departamento era vigilado. El moreno era casi de la misma estatura que Izaya, así que la albina terminó por usar a su compañero como distractor. Sabía que no podía comunicarse con su primo para no comprometer su posición, pero las cosas se habían puesto duras en ambos distritos.

Ella no podía salir sin estar alerta y aparentar que estaba todo bien frente a sus hermanos se hacía cada vez más difícil. Terminó por decir que ella se quedaría en el departamento de Izaya porque este necesitaba que viera unas cosas ahí. Cuando terminó por llamar a Izaya de emergencia él le había pedido una cita con el médico ilegal, confundida así lo hizo apenas cortó la llamada.

-Usagi, no hay nada en los aeropuertos ni en las casetas de las autopistas- Takuma, aun con las ropas de Izaya le entregó a Usagi una lista.

-Los trenes... No investigamos ahí.

-¿Cada línea?

-Cada una, desde el metro hasta el tren bala, todo- Usagi se centró de nuevo en su laptop que estaba en la sala, mientras Takuma volvía al escritorio del informante.

Esa tarde dejó de nuevo a su compañero solo, sus hermanos quería salir a cenar todos juntos antes de irse. Usagi les prometió que Izaya volvería para despedirlos, que había sido difícil convencerlo pero que llegaría a tiempo. Ella se encargaría de llevar a sus hermanos al aeropuerto de Shinjuku y de ahí Izaya los alcanzaría.

A la mañana siguiente Usagi ya había preparado los papeles de su información recabada para que Izaya los revisara, pronto sería medio día e Izaya aun no volvía, se le hizo extraño él había mencionado que le marcaría temprano para decirle que hacer esa tarde antes de ir al aeropuerto. Pero aun así espero. La hora del almuerzo estaba cerca, le preparó algo a Takuma, ya que ella de nuevo saldría con sus hermanos, pero Izaya no volvía, desesperada, tomó las llaves del auto y se fue, en el camino llamó al informante.

-Vamos, contesta...- Usagi escuchó aquel molesto tono de espera, hasta ese sonido cambió a que al fin habían aceptado la llamada- ¡Iza-nii!

-¿Usagi? ¿Qué pasa?- Escuchó la voz de Izaya ligeramente ronca y adormilada... ¡Se había quedado dormido!

-Iza-nii son la una de la tarde, y los chicos se van a las cuatro... ¡Muévete y regresa!- Cortó la llamada antes de estallar en risa, antes de gritarle escuchó la voz de Shizuo quejándose y mandando a Izaya a dormir de nuevo.

"Tal vez pasó algo bueno en el onsen" Pensó divertida mientras conducía de regreso a Ikebukuro

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Izaya estaba completamente dormido, se sentía tan cómodo y calientito, pero al igual que la mañana anterior sintió un malestar en su estómago, esta vez su cuerpo no le dejó quejarse, se sentó de golpe y a tropezones corrió al medio baño que había en su habitación. Le dolió la cadera y todo su cuerpo por el repentino movimiento, incluso se sintió un poco mal por haber dejado caer la cabeza de Shizuo que estaba sobre su pecho, pero no tenía tiempo. Volvió a devolver todo lo que había comido esa noche, seguido de una extraña sustancia blanquecina al ver que su estómago  no tenía nada más que devolver, parecía bilis.

-Izaya...- Shizuo se despertó por el busco movimiento de su pareja, se preocupo al escucharlo de nuevo vomitar, se puso sus pans y llevó la yukata de Izaya hasta él cubriendo sus desnudez con esta y frotando su espalda- Eso ya no es normal, ya son dos días que estas vomitando solo en la mañana y tampoco estás comiendo bien.

-Esta tarde iré a ver a Shinra, igual no me siento bien- Izaya aun tenía la cabeza metida en el retrete, le dolía la cabeza y no quería siquiera pensar en lo que le estaba pasando. Se puso de pie, lavó su cara y enjuagó su boca- Aun es temprano, dormiré un poco más.

Shizuo asintió y lo ayudó a recostarse en el futón, se recostó a su lado, acunando al informante en su pecho, acarició sus cabellos para ayudarlo a recuperar el sueño, al final él también terminó por quedarse dormido. La alarma si había sonado a las diez de la mañana, pero Shizuo solo la apagó al escuchar al informante quejarse de que quería dormir más.

Horas más tarde Izaya escuchó su celular sonar de manera insistente, medio dormido y aun sobre el pecho de Shizuo contestó, y grande fue su sorpresa al escuchar lo que le dijo la albina.

-¡Shizu-chan nos quedamos dormidos!- Izaya se sentó de golpe, arrepintiéndose en el acto. Su cuerpo un le incomodaba un poco y la cabeza le punzó por el repentino movimiento- ¡Despierta!

Izaya corrió o más bien cojeó por la habitación intentando poner orden a su equipaje, tomar algo de ropa limpia antes de correr a darse un rápido baño, su cuerpo estaba todo pegajoso, no pudo evitar sonrojarse y estremecerse al sentir como los restos de la semilla del rubio aun escurría por sus piernas.

-Si no te mueves, te dejaré aquí, bestia- Shizuo terminó por despertarse. Aunque quisiera seguir acurrucado con el informante, notó que este tenía otros planes.

-¿A dónde vas?- dijo en un bostezo.

-A tomar un baño, aun podemos alcanzar el tren bala de las dos- dijo viendo su celular.

-Voy contigo.

Izaya no le dijo nada, lo vio tomar igual sus ropas y salir con él. Había algo de gente, pero al menos esta vez nadie parecía notar su presencia o simplemente lo ignoraban, mejor para él. Pero se sintió peculiarmente observado cuando estaba lavando su cuerpo a lado de Shizuo, notó como algunos hombre se sonrojaban al verlo y desviar la mirada, confundido vio que en el reflejo de la loza frente a él podía ver los chupetones que le había dejado el rubio en todo su cuello, pecho y hombros, y Shizuo tampoco estaba libre de aquellas marcas que delataban su apasionada noche, el rubio igual tenía algunos chupetones en su cuello y todo su espalda estaba arañada. Al instante enrojeció y tenía ganas de desaparecer y dejar que Psyche saliera, pero este parecía no estar o quedarse dormido en su interior.

Izaya terminó lo más rápido posible, se vistió con una camisa blanca de manga larga, chaleco negro en la parte de atrás y en la parte de enfrente tenía rayas verticales rojas y negras, pantalones rojos, botas altas negras y su bufanda gris. En cuanto a Shizuo, volvió a sus ropas de barman, el informante casi lo golpea por eso.

-¡Te dije que trajeras otra cosa que no fuera eso!- Le regañó mientras salían de la posada.

-Ya da igual. Ya nos descubrieron y saben que estoy contigo- Le contestó con el mismo tono, pero luego sonrió con malicia al ver como Izaya lo mataba con la mirada sonrojado.

-¡SOLO MUEVE!

Izaya terminó corriendo a comprar los boletos, aun faltaban cinco minutos para que llegara el tren  que los llevaría de regreso a Tachikawa y de ahí a cambiar de tren para llegar a Shinjuku, donde los esperaría Takuma para llevarlos al aeropuerto. Esos eran los momentos en que odiaba las visitas de sus primos cuando tenía trabajo.

Al subir al tren se dejó desparramar en el asiento mientras Shizuo llegaba de haber guardado su equipaje, una vez que se sentó a su lado le ofreció una barrita de cereal con arándanos. No le importó lo dulce que pudiera ser, simplemente se la comió para que no colapsara en medio de aquella carrera por volver a casa, tal vez, una vez arribara a Shinjuku y comería algo en algún buen restaurante.

Cuando llegaron a Tachikawa, Shizuo vio al informante comprar sus últimos boletos para regresar, mientras él fue a un pequeño puesto a comprar algún bento que pudieran llevar en el camino no le gustaba ver como Izaya empezaba a comer cada vez menos y vomitando en las mañanas, esperaba que no fuera nada grave, así que confiaría en que su amigo lo revisara, le diera un par de medicamentos para los malestares y volviera a como antes. Ahora que aceptaban sus sentimientos, se encargaría de proteger a Izaya tal y como se lo había prometido. Si era necesario que lo vigilara o lo tuviese que acompañar a sus reuniones, él lo haría. Aunque posiblemente el informante lo mandaría a volar diciéndole que él podría cuidarse solo como lo había estado haciendo hasta ahora.

-¿Debería preocuparme por esa sonrisa de idiota que cargas?- Le dijo desconfiado Izaya, al ver a Shizuo sentarse a su lado.

-No es nada...- Dijo sin borrar su sonrisa y darle el bento- Intenta comer aunque sea un poco. Apenas lleguemos iremos al aeropuerto, ¿no?

-¿Iremos? ¿Me suena a manada?- Izaya abrió el bento y empezó a picotear el arroz y las verduras- Yo iré, puedes decirle a Takuma-kun que te lleve a tu apartamento o qué se yo.

-No pienso dejarte solo de nuevo con el pervertido de tu primo- dijo frunciendo el seño, dándole a Izaya sus vegetales, mientras este igual le daba el camarón frito y el huevo duro.

-Hayato no es tan idiota como para hacerme algo frente a Ryu y Usagi- Izaya siguió comiendo.

Los pasajeros que estaban cerca de aquella peculiar pareja, no sabían si reír o ignorarlos por aquella tierna y divertida escena. Por muy "molestos" que parecieran estar el uno con el otro, ambos parecían cuidarse en cuanto a su alimentación, o al menos el rubio lo hacía, pues medio de sus desafiantes miradas, le daba una preocupada porque no comía algo en especial, para seguir retándose. Bastante divertido, otros no pudieron evitar grabar aquella escena y subirlo en vivo por las redes. Aquellas personas no eran cualquier ciudadano de Tokio, eran los temidos enemigos de Ikebukuro, muy pocos lo reconocieron pero ese par de videos bastó para que toda la comunidad perdiera la cabeza, empezando por los Dollars, que propagaban igual la información en otros blogs, incluso las salas de chat estaban hablando de eso.

-Sabes qué, haz lo que quieras. Es inútil razonar con una bestia- Izaya cerró el bento casi vació y se cruzó de brazos ignorando al rubio.

-Pulga...- Shizuo siseo, pero lo dejó hacer su berrinche. Guardó ambos contenedores en la bolsa que traía, una vez que llegaran a la estación lo tiraría.

No dijeron nada en el resto del camino. Solo se encaminaron a la salida para encontrarse con Takuma vistiendo con una camisa morada y un saco blanco, pantalones negros y zapatos del mismo color. Estaba recargado en un Audi blanco, se quitó los lentes de sol al ver a la pareja llegar.

-Eres igual de llamativo que Usagi- Dijo divertido Izaya al ver como aquel moreno captaba la mirada de varias jovencitas- ¿Usagi-chan se pondría celosa si te viera coquetear?

-Sería divertido verlo- Rió entre dientes mientras ayudaba a Shizuo a subir las maletas en el maletero- Vamos tortolos que estamos justos de tiempo.

-¿Tortolos?- Shizuo vio confundido a Takuma. Él se había sentado en el asiento del copiloto mientras Izaya estaba en el asiento trasero.

-Son la comidilla de Ikebukuro y Shinjuku de nuevo- Sacó su celular y se lo pasó a Shizuo para que viera las notas de búsqueda donde sus nombres eran los titulares, entre otros títulos más llamativos.

-Vamos esto no tiene ni treinta minutos que pasó, ¿Cómo pueden sacar tantos chismes e historias?

-El poder del internet Shizu-chan- Dijo Izaya divertido, él también estaba revisando todas sus redes de información, y con la experiencia que tuvo con ese peligroso par de amigas, no dudó en entrar en la red más peligrosa- Eso no es nada Shizu-chan, estas personas son peores- Le dio su celular al rubio, mostrándole un foro de Fujoshis y Fudanshis.

-¡¿Cómo dibujaron esto en un par de minutos?!- Dijo sorprendido viendo los famosos "FanArts" de ellos en el tren, besándose, otras abrazándose, otras en aquella "discusión", y otras teniendo sexo en el baño del tren- Esto es raro... Ciento que han invadido mi privacidad...- Le devolvió a Izaya su celular mientras estallaba en risa.

-Y eso que no has visto nada. ¿Verdad Takuma-kun?

-No quiero recordar cosas perturbadoras Izaya-san. Gracias.

El resto del camino no dijeron nada, solo se dedicaron a escuchar algo de música que puso Takuma. Ahora que lo pensaba un poco Izaya, viendo los rasgos faciales de este, su acento y el tipo de vestimentas que le gustaba usar, podría jurar que aquel chico era de origen Chino. A los pocos minutos de llegar, se lo preguntó y este le dijo que así era, él era chino, su madre japonesa fue quien le puso el nombre, pero su apellido, que no tenía pensado decir, era por su padre que pertenecía a una poderosa familia de China. Izaya pensó en tener más de cerca a aquel chico, podría ser de mucha ayuda en un futuro, independientemente si era amigo o no de la albina.

Apenas llegaron al aeropuerto, Izaya salió al encuentro de sus primos, Usagi no paraba de hostigarlo con mensajes cada dos minutos, apenas y tenía tiempo de contestar uno cuando ya le mandaba otro. Shizuo no se quedó quieto y terminó por seguirlo, entes de alcanzar al informante, Takuma le gritó que los esperaría en el estacionamiento.

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-¿Dónde está Iza-chan?- Empezó Hayato a hacer su berrinche. No había parado de sus quejidos desde el día anterior cuando Ryu recibió la llamada de sus asociados pidiéndoles que regresaran.- Venimos a visitarlos y no pude salir ni una sola vez con Iza-chan~

-Haya-nii...- Usagi no sabía si golpear a su hermano o compadecerse de él.

-Basta Hayato, nosotros llegamos de improvisto y sabes bien que Izaya siempre tiene trabajo- Habló el mayor de los hermanos, llegando junto a Sora, después de confirmar sus vuelos y documentar su equipaje- Y el plan era verla a ella- Acarició la cabeza de la pequeña albina- Debes ir más seguido a casa, te extrañamos.

-Yo también los extraño- Usagi se abrazó a Ryu, ocultando su rostro en su pecho, aspirando el aroma de su hermano. Realmente los extrañaba.

-Estamos a cuatro meses de navidad. ¿Podrán visitarnos o mejor nosotros venimos?- Habló Sora esta vez, viendo como Usagi lo veía, pero sin soltarse de Ryu.

-Creo que estaré hasta con Iza-nii hasta Enero, o hasta que terminemos este trabajo, de ahí no sé qué haré. Tal vez tome la palabra de Nii-sama y me quede un tiempo con ustedes.

-Con ellos querrás decir. Yo vivo ahora en la ciudad, no sé tú pero hay momentos en que ni yo los soporto- Hayato hizo un puchero.

-Eso dices, pero pasas más tiempo en la mansión que en tu departamento- Rió Sora.

-Pero eso es porque necesito amor- Hayato abrazó a Sora, frotando su mejilla en la cabeza del moreno.

-Realmente son un grupo de hermanos incestuosos- Los cuatro voltearon a ver al moreno entrar con su peculiar andar, siendo el centro de atención de varias personas. Incluso los hermanos se sorprendieron al ver a Izaya con ese cambio.

-Wow- dijeron los cuatro.

-¿Qué?

-Me gusta el cambio Izaya-kun- Sora lo vio de pies de a cabeza con los brazos cruzados, analizando su nueva imagen- Hasta puedo decir que te vez de veinte.

-Tengo veintiuno- Dijo con una sonrisa molesta.

-Según él tiene los eternos veintiuno- dijo divertida Usagi, fue fulminada con la mirada por el informante, ella solo le sacó la lengua divertida.

-¿Pensé que se quedaría una semana?- Habló de nuevo Izaya, cambiando de tema, de reojo vio a Shizuo ponerse a su lado. "Demasiado cerca" Pensó tratando de mantenerse en calma.

-Puedo quedarme todo el tiempo que quieras Iza-chan- Hayato se soltó de Sora y tomó entre sus manos las de Izaya.

-No gracias- Lo hizo a un lado y se acercó a Sora- Debes entrenarlo mejor- Su primo rió suavemente.

-Ese trabajo no me corresponde, cuando consigamos el su verdadero domador, ya no te causará problemas.

-Todos ustedes, siempre me causan problemas- Sonrió de lado, viendo como Sora lo abrazaba.

-Cuídate Izaya-kun-Dijo sin romper el abrazo- Intenta visitarnos en Navidad, o si prefieres hacemos la fiesta en el departamento de Usagi.

-¿Qué yo qué?- Usagi parecía hablar con Ryu y Shizuo cuando escuchó que la nombraron.

-Sería divertido destrozar su casa- Izaya rió con malicia- Ryu...

-Izaya... - El mayor se separó de su hermana y se acercó al moreno para abrazarlo- La compañía Orihara está teniendo negocios turbios- le susurró, sorprendiendo al informante- Tu abuelo pidió que fueras tú quien tomara el control de la compañía, Usagi y tú no han sido llamados, pero eso pronto pasará. Los abogados aun están atendiendo unos desperfectos que aparecieron. La compañía te necesita...- Metió en el bolsillo del pantalón de Izaya algo.

-¿Cómo sabes todo esto?- dijo serio- ¿Y por qué me lo cuentas? Sora puede...

-Sora no está interesado y lo sabes, él prefiere la medicina- Soltó un suspiro, y sin soltar al informante siguió- Sé lo que haces Izaya, y tengo una idea de por qué Usagi te ayuda. Tu abuelo me llamó antes de que todo esto pasara, me dio unos documentos sumamente importantes, me pidió que te los diera personalmente si algo le sucedía- Se soltó de Izaya- Cuídense, puedes llamar cuando quieras si necesitas algo.

-Sí, lo tomaré en cuenta- Vio a Usagi, llorar en brazos de Sora e insultar a Hayato por algo- Cuidaré de ella, no te preocupes, nada malo nos pasará.

-Eso espero.

Mientras estos hablaban, Sora igual se despidió de Shizuo, pidiéndole que cuidara de su primo, que él ya prácticamente pertenecía a la familia, ocasionando que el rubio se sonrojara y agradeciera con una tímida sonrisa.

-Tienes mi número, puedes mandarme un mensaje cuando quieras esas fotos de Izaya-kun- sonrió travieso- Pero ya sabes que quiero a cambio.

-Sería un buen traro- dijo divertido Shizuo.

-Shizuo...- el rubio volteó a ver al mayor de los hermanos, no esperaba que él se despidiera de él. Le tendió la mano, estrechándolas en un amigable apretón- Cuídalos, por favor.

-No tienes que pedirlo, lo haré- Ambos se vieron decididos.

-¡Iza-chan!- Hayato se abrazó a Izaya, este estaba metido en sus pensamientos con lo que le había dicho Ryu que no pudo evitar que el albino se le volviera a pegar como lapa- Te vez muy guapo así, te enviaré este tipo de conjuntos.

-No lo hagas, por favor. Eso lo uso solo por...

Izaya no siguió puesto que de nuevo sintió que su espacio personal, por no decir su cara, y por cara más específico sus labios eran invadidos sin su consentimiento. Hayato lo tomó desprevenido, estampando sus labios con los de él, intentando con todas sus fuerzas alejarlo, pero este lo tenía bien sujeto de sus brazos en un abrazo de boa, apenas y se podía retorcer y sabía que si abría la boca para morderlo, este profundizaría el beso.

Pero el contacto le duró poco, de nuevo Shizuo se había encargado de quitárselo de encima. Lo separó de un fuerte empujón, poniéndose entre ambos, tomó a Hayato de la parte de atrás de su ropa alzándolo y viéndolo enfurecido.

-Te apuesto a que lo lanza hasta la banda de equipaje- dijo Usagi a Sora.

-Yo dijo que lo golpea ahora mismo- Dijo divertido y fue pensando en cuanto tiempo tomarían los paramédicos en llegar y curar a su hermano, todo eso sin perder su vuelo.

-Yo digo que lo lanza directo al avión- Ambos vieron sorprendido como Ryu se unía a la apuesta.

-Qué te dije de molestar a Izaya...- Dijo Shizuo con la ira mal contenida.

-Y yo te dije que, qué te importaba si no eres nada de Iza-chan- Le respondió en el mismo tono desafiante y molesto, no le importaba que el rubio pudiera hacerlo puré y mandarlo de vuelta a casa por paquetería.

-La pulga es mía... Y no dejaré que tú ni nadie lo toque. ¿Me entendiste?

-Shizu-chan, bájalo- Shizuo lo vio molesto- No lo digo porque me moleste que me lo quitaras de encima- Se acercó al rubio y tomó la mano que tenía en puño, liberándolo de su tención y entrelazando sus dedos- Pero si sigues diciendo cosas vergonzosas, terminaremos por llevarlos a ellos al hospital.

Izaya señaló con la cabeza a Sora y Usagi que estaba con cara de que pronto se desmayarían, pero sin soltar sus teléfonos. Ryu solo se puso detrás de sus hermanos menores por si tenía que detener su caía.

-Dime que lo grabaste todo, Usa-chan- Dijo Sora con los ojos llenos de estrellas, viendo a la menor asentir.

-Les falta poco para que tengan un derrame nasal- Dijo divertido Ryu.

-Shizu-chan...- Volvió a hablar Izaya, le sonrió de medio lado, pero no era de sus falsas sonrisas, era una dulce sonrisa, que logró evaporar la ira del rubio, haciendo que bajara y aflojara el agarre que tenía en Hayato.

-¡Iza-chan!- Hayato apenas fue liberada volvió a pegarse al informante- Te voy a extrañar, visítanos.

Shizuo volvió a molestarse, aun si era un abrazo de despedida entre familiares... ¡Pero que los familiares no tocan el trasero de otro de un modo tan descarado! De nuevo volvió a separarlo de Izaya y ahora sin dudarlo, lo tomó de las ropas arrastrándolo por el aeropuerto hasta ver a lo lejos la sala de espera interna, donde todos esperaban que vocearan sus vuelos para ir a sus salas correspondientes. Y con un poco de fuerza, sí solo un poco, lanzó a Hayato por sobre las maquinas de rayos X donde revisaban las bolsas y maletas de mano, haciendo que el albino aterrizara cerca de lo que sería su sección de abordaje.

-Yo gané- Ryu extendió la mano frente a sus hermanos menores.

-¡¿Ah?!- dijeron ambos.

-No llegó hasta la cabina- dijo Sora.

-Pero estuvo cerca.

-Entonces yo también gané, dije que llegaría hasta las bandas...

-Las bandas de equipaje están de ese lado- Señaló el pasillo opuesto a donde calló Hayato- Yo me acerqué, así que yo gane- Divertido, ambos hicieron un puchero, que a sus ojos fue adorable, y ambos le dieron un par de dólares.- Fue un placer hacer negocios con ustedes- Caminó hasta las autoridades que empezaban a empozar y llevarse a Hayato.

-No te preocupes, me encargaré de cobrárselas- Sora guiñó un ojo a Usagi.

-Confió en ti Sora-chan.

Una vez que vieron que Hayato fue liberado, gracias a la intervención de Ryu y los encantos de Sora, pasaron por la fila de revisión, donde casi vuelven a esposar a Hayato por cargar unas pisas para depilar, olvidó que las había puesto en su bolsillo y no las guardó en la maleta de mano de Sora, como le pidió. Causando que Izaya y Usagi se murieran de la risa.

-Vamos, tenemos que volver- Izaya volvió a ponerse serio, o al menos lo intentó, Usagi no dejaba de carcajearse- Ya detente o terminaras haciéndote encima.

-Perdón- Intentó retener su risa- ¿Dónde nos vemos? Yo traje uno de mis autos...

-Tú y yo vamos a mi departamento, tenemos mucho trabajo que hacer- Dijo Izaya llegando al estacionamiento, donde Takuma tenía su auto a lado del de Usagi. El chino los saludo, aun recargado en el cofre de su auto y con su celular en la mano.

-¿No almorzaremos juntos?- Preguntó Shizuo al informante.

-Mañana, Shizu-chan. Hoy ya te hice perder un día de trabajo- Rió entre dientes con malicia, pensando en la cara irritada de la rusa oxigenada- Ahora yo tengo algo de trabajo que adelantar, ¿recuerdas?- Se acercó peligrosamente al rubio sujetándolo del corbatín, sus narices casi se rozaban- Que Takuma-kun te lleve a casa para que descanses y llames a Tom, yo te llamaré cuando regrese de ver a Shinra, ¿bien?- Shizuo asintió levemente sonrojado por aquella sonrisa maliciosa- Buen chico...- Le dio un rápido beso en los labios y se alejó de él- ¡Usagi!

-¡Voy!- Usagi estaba que se moría en ese momento, su celular se trabó junto en el momento en que Izaya coqueteaba con Shizuo, así que le arrebató su celular a Takuma y se puso a grabar todo, reprimió sus gritos, porque si no se arruinaría el video.- Kuma-chan pásamelo más tarde- Corrió al asiento del piloto y encender el auto.

-Está bien. Te esperaré en tu apartamento- Shizuo se subió a su auto, viendo como la albina asentía con la cabeza y se despedía de ese par antes de ir por diferentes caminos.

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-¡IZAYA!- Usagi no dejaba de gritar, reír y hasta llorar, el informante, solo cubrió sus oídos, no tenía caso escucharla en ese momento en que solo soltaba balbuceos sin sentido.

-Cuando te calmes te aclaro lo que quieras.

Cuando llegaron al apartamento Usagi estaba un poco más tranquila y lista para atacarlo con preguntas, pero él lo detuvo diciendo que primero el trabajo. Cómo no aprovechó el momento en el auto se lo perdió, logrando molestarla un poco. Mientras Izaya se dedicaba a revisar lo que Usagi había trabajado, la albina vio feliz al informante, se veía diferente, radiante y feliz, rogaba por todos los dioses existentes porque todo ese tormento terminara pronto y dejaran ser feliz a su primo.

Usagi siguió revisando algunos documentos de los Awakusu-Kai que le pidió Izaya, hasta que este mismo le pidió algo para comer, que cualquier cosa estaría bien siempre y cuando no fuera algo frito o alguna carne grasosa, que su estómago no estaba muy bien esos días ultimadamente. Confundida, le preparó una ensalada, diciendo que mejor comieran algo más tardes después de ver a Shinra, porque si tenía que hacerse análisis debería de al menos tener tres o cuatro horas de ayunas, y eso era justamente lo que faltaba para ir a verlo.

El resto de la tarde se dedicaron a trabajar, cuando dieron las siete de la noche Takuma llamó a la albina para avisarle que había dejado al rubio en la cuidad y que este luego volvería a su apartamento, mientras tanto él había estado limpiando un poco el apartamento, y borrando lo que se había grabado en las cámaras de seguridad de los últimos tres días.

-Iza-nii, ya son las ocho...- Usagi vio a su primo estirarse y soltar un gemido.

-Vamos...

Izaya había tomado un baño media hora antes, así que había vuelto a sus habituales vestimentas. Al salir tomó su abrigo y cerró bien la puerta, viendo a la albina esperándolo en el elevador. Ahora que prestaba un poco de atención Usagi vestía una camisa negra, falda corta del mismo color, pero con el borde inferior blanco, como si estuviera manchado de pintura, botines negros, un cinturón blanco suelto, y tenía un abrigo muy parecido al suyo, solo que este era blanco y con la pelusa en color negro.

-Me gustó como estabas vestido hoy Iza-nii- Izaya pareció ignorarla mientras entraban al estacionamiento- Shizuo-nii tenía razón, el rojo y el negro te quedan bien- Vio a su primo voltearla a ver ligeramente sonrojado. Ella sonrió feliz.

-Shizu-chan es un tonto...

-Pero lo quieres- Izaya la vio con el seño fruncido- Me alegra.

-Cállate y conduce, que quiero terminar esto rápido que ahora si muero de hambre.

Usagi condujo sin decir nada, solo se dedicó a cantar su playlist de openings de anime. Izaya juraría que terminaría por aprenderse aquella canción si la repetía de nuevo. Parece que su prima encontró un nuevo anime y no podía sacarse nada de la cabeza de ello.

-¡Yes We were born to make history!- Izaya suspiró al escuchar la última nota de la canción- ¡Otra vez!

-¡No!- Izaya apagó el estéreo- Ya llegamos. Solo cállate y veamos a Shinra.

-Bueno... pero de regreso lo escucharemos de nuevo.

-¿No tienes otra canción?

-Umm....- Puso un dedo en su barbilla- La mayoría del soundtrack son instrumentales, pero ya me aprendí "Still alive" y "The King JJ"- Izaya la vio llorar de felicidad- Me encantan...

Izaya soltó un suspiro y tocó la puerta del médico, al abrir vio a la dulluhan con su casco, saludó a ambos y los hizo pasar. Usagi vio a la motociclista impresionada, esa era la primera vez que se encontraba con aquella leyenda urbana. Emocionada le pidió verla sin el casco, Celty lo dudó, pero Izaya solo asintió con la cabeza, pensando que se asustaría solo levantó el protector, pero la albina solo atinó a sorprenderse aun más y emocionada empezó a hablar con ella sobre aquella mitología que seguía a la dulluhan, Celty se emocionó hablando con ella, no pensaba que alguien más que los médicos locos supieran de ella.

Fue en ese momento en que Izaya saludó a Shinra y lo invitó a pasar a la habitación que era su consultorio. El informante se quitó el abrigo y se sentó en la camilla, esperando a que Shinra terminara de desinfectar sus manos, preparar sus instrumentos médicos y una tabla donde anotaría todo, como un buen doctor. Izaya rió para sus adentros ante la idea de un buen Shinra en su consultorio médico como médico con licencia.

-¿Qué es gracioso Izaya-kun?- Se paró frente a él.

-De lo gracioso que debió verse tu rostro cuando te rasguñé- le sonrió con malicia.

-¿Recuerdas todo?- le preguntó entre sorprendido y curioso- ¿Cuándo y cómo?

-Algunas cosas las "soñaba", otras... terminó por contármelas Shizu-chan- Shinra empezó con el estetoscopio, para revisar el corazón y los pulmones del informante.

-Entonces fue Shizuo... ¿Te contó todo?

-Todo, y muchas cosas que tú no sabes.

-Cuéntame entonces- Izaya negó con la cabeza- Vamos, qué tan malo puede ser. No es como que hubieran estado en cuarentena en casa de Shizuo y revolcándose como conejos ¿verdad?- Vio a Izaya sonrojarse y desviar la mirada. ¡Ese no era un comportamiento digno de Orihara Izaya!- Izaya-kun... no me digas que lo que ha salido en las redes es verdad...- Shinra dejó caer su tabla, poniendo sus manos en sus mejillas completamente sorprendido- ¡Oh por!

-¡Cállate Shinra!- Izaya lo pateo en el estómago- Eres muy ruidoso, solo apresúrate que tengo aun mucho trabajo.

-Se te está pegando esa manía de Shizuo- Entre quejidos se sentó frente a Izaya, recogiendo su tabla y pasando a la siguiente hoja- Tus signos vitales están normales y aparte de las heridas que tienes, no hay nada fuera de lo normal. ¿Qué es lo que sientes?

-He estado teniendo muchos dolores de cabeza, la mayoría de las veces se vuelve migraña si salgo muy temprano en la mañana, la luz me molesta. No he estado teniendo mucho apetito, y cuando tengo hambre no puedo comer cualquier cosa.

-Especifícate, ¿Qué tipo de alimentos?- Shinra no dejaba de anotar todo.

-Cosas fritas, o cualquier carne que tenga mucha grasa. Me da nauseas cada vez que siento su aroma- Izaya se estremeció de asco al recordar aquellos olores- No lo soporto.

-¿Qué has estado comiendo?

-Sopas, mucho arroz, verduras y fruta. Mi estómago parece contento con eso.

-¿Pescados?- Izaya negó con la cabeza- ¿Aves?- De nuevo volvió a negar- Así que prácticamente una dieta vegetariana. ¿Intentaste consumir lácteos? ¿Panes?

-Puedo comer postres sin problema, pero sabes que no soy aficionado a los dulces- Vio a Shinra anotar todo- He tenido cierta afición por el pay de manzana últimamente.

-¿Lo comes mucho?- Izaya asintió con la cabeza- Usagi-chan dijo que estabas en el Onsen, cuando todo esto te paso... ¿Algo más?

-Estuve vomitando dos mañanas seguidas- Shinra se quedó de piedra.

-¿Vómito?- El informante asintió con la cabeza- ¿Durante todo el día o?

-No, solo una vez por la mañana, por dos días hasta ahora. Después de vomitar temprano vuelvo a dormir... ¿Shinra?- El médico ilegal dejó caer su pluma al suelo- ¿Qué tienes ahora?

-Na... Nada... ¿Algún dolor?- Dijo nervioso- ¿La espalda, cadera?

-Me molesta un poco la cadera, pero he estado sentado trabajando fuera de mi cómoda silla.

-¿Te duele ahora?

-Solo es una... pequeña molestia, pero no es por trabajar- Tronó la boca intentando no sonrojarse, al recordar lo que había hecho la noche anterior. No tuvo problemas para caminar porque el rubio había sido muy suave con él. Terminó por cubrir su rostro sonrojado, no podía creer que lo haya hecho...

-¿Cuántas veces has tenido relaciones con Shizuo?- Dijo parándose por un par de ampolletas para análisis, una banda elástica y una jeringa.

-No lo sé... Dijo la bestia que por un par de días que estuve con amnesia- Izaya respiró al sentir como Shinra le tomaba la primera muestra de sangre-... Y anoche...

-¡¿Qué?!

-¡Idiota eso duele!- Shinra movió un poco la aguja que aun estaba en el brazo del informante, al momento de cambiar la ampolleta para tomar una segunda muestra.

-Lo siento- Una vez con tres muestras, las guardó y dejó a Izaya con el algodón con alcohol para evitar que siguiera saliendo sangre- Mira, no puedo hacer nada por ahora, tengo una idea de lo que pueda ser, pero prefiero hacer tus análisis como se debe antes de darte una respuesta, sabes que no me gusta basarme en suposiciones.

-Comprendo. ¿Me darás algo para mi estómago?- Se puso de pie.

-No por ahora, pero si quieres evitar vomitar en la mañana todo tu desayuno, come primero unas galletitas saladas, y después come como normalmente lo hagas. Dile a Usagi que te prepare jugos con muchas vitaminas, ya sabes jugos verdes, con betabel y esas cosas- Empezó a escribir una prescripción- No soy nutriólogo, pero después hablaré con ella para que regrese tu apetito.

-¿Y el cansancio?

-¿Te sientes cansado constantemente?- Izaya asintió con la cabeza- Duerme cuando tu cuerpo te lo pida, no te sobre exijas- Ambos salieron de la habitación encontrándose con Usagi abrazando a Celty- Tendré tus análisis en cuatro días, cuando los tenga te llamo.

-Bien- Izaya asintió con la cabeza- Usagi, vámonos o terminarás por asfixiar a Celty.

-Oh... Fue bueno conocerte, espero podamos vernos pronto de nuevo Celty-san. Y hacer esa carrera de motos

-"Pienso lo mismo Usagi-chan, y eso sería muy divertido"- Escribió la dulluhan en su PDA con una carita feliz en el texto.

-Usagi-chan, ve que Izaya-kun coma bien, no queremos que se nos desmaye- dijo divertido y con una sonrisa nerviosa. El médico vio a ambos irse, una vez que estuvo solo con su amada se puso serio.

-"¿Sucede algo Shinra?"- Le preguntó extrañada porque no empezaba a bromear con el "Izaya morirá pronto, preparemos su funeral" o "Tendremos que soportar más tiempo a Izaya, está en perfecta salud"

-¿Celty sentiste algo extraño cuando viste a Izaya?- Evitó su pregunta con otra, se cruzó de brazos y su rostro descansar en una de sus manos.

-"¿Extraño?"- La dulluhan se lo pensó un momento. No veía nada extraño en aquel par, solo que la albina era rodeada con un aura de muerte, pero eso se debía a su "trabajo", en cuanto a Izaya...- "Se veía feliz, y peculiarmente radiante"

-Creí que estaba volviéndome loco por ver eso también- Soltó un suspiro y se dejó caer pesadamente en el sillón a lado de Celty- No tiene ningún problema estomacal, ni un resfriado... Con lo que me dijo tengo una idea de lo que le pase, pero me da miedo con solo pensarlo, en especial si Shizuo está involucrado- Se estremeció.

-"¿De qué hablas?"- Shinra le dio la tabla donde anotó todo lo de Izaya, ella solo lo leyó, pero no pareció darle mucha importancia, hasta que llegó en la nota temblorosa donde decía "Relaciones sexuales, sin protección. Shizuo"- "¡¿QUÉ?! ¡BROMEAS!"- escribió temblorosa.

-Me encantaría decirte que sí, pero no... El mismo Izaya me lo confirmo- Rio nervioso- Izaya y Shizuo...

-¡NO LO DIGAS!"- Estampó su PDA en el rostro del moreno- "Debo hablar con Shizuo..."

-No Celty, es mejor no meternos en esto. Además solo es una suposición mía, igual las posibilidades de que "eso" sea verdad, solo hay un cuarenta por ciento. Usagi me dijo que solo dos de los tres conejos con los que experimentaron tuvieron crías, Izaya puede ser ese conejo que no, y simplemente su cuerpo rechaza lo que quedó de su "Conversión a Kanra"

-"Bueno... Igual no sentí realmente nada de Izaya, aunque si lo huera tocado o algo podría yo misma asegurarlo"

-No te preocupes mi amada, yo me encargaré de ver que le sucede a Izaya. Pero si pasa y las pruebas dan positivo... Necesitaremos refuerzos- Rió nervioso.

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-Entonces te quedarás con Izaya-san- Dijo Takuma, la albina le había marcado apenas llegaron ella e Izaya al departamento del informante.

-Es posible, aun tengo algunas cosas que hacer...- Usagi empezó a acomodar algunos víveres en los estantes y refrigerador de Izaya. Habían pasado al supermercado y aun puesto de Oden.

-Si necesitan ayuda solo avísame.

-Gracias. Mantén monitoreado Ikebukuro, y las entradas de Shinjuku. Nos vemos más tarde- Colgó y se acercó al comedor donde Izaya soplaba antes de comer un pedazo de nabo.- Si que tienes hambre...- Vio que ya iba a terminar su orden grande.

-No comí en todo el maldito día- Bebió un poco del té helado que le sirvió la albina- ¿Terminaste de hablar con tu novio?- Dijo con malicia para molestarla

-Creo que deberías hacer eso también, ¿no prometiste hacerlo?- Usagi no se dejaría molestar, en especial ahora que sabía que Izaya ya aceptaba sus sentimientos por el ex barman.

-Le mandé un mensaje cuando bajaste por el Oden- Dijo restándole importancia.

-Oh, que dulce es Iza-nii cuando está enamorado- Recibió una mirada matadora del informante, ella solo sonrió aun más- Cuéntame como te fue en el Onsen.

-No estuvo lleno de romance, eso te lo puedo asegurar- Dijo serio, sacó un segundo celular del bolsillo de su pantalón, dejándolo en medio de la mesa para que su prima lo tomara- Esto se pondrá peor.

Usagi extrañada tomó el celular y abrió las carpetas de los pequeños robots, donde habían más de un audio grabado, y algunas notas hechas por el informante. Leyó todo, pensando que varias situaciones ahora cobraban sentido, memorizó los nombres para eliminarlos ella misma después, esperaba encontrar el nombre del nuevo asesino que estaría detrás de Izaya pero nada, después fue con las grabaciones. No le gustó como alguien mencionaba que deseaba a su primo.

-Puedo deshacerme de ellos fácilmente- Volvió a dejar el celular en la mesa.

-Toora e Iida son pan comido, yo mismo puedo desaparecerlos, pero estos dos- Apareció un par de imágenes del moreno de lentes y el pelirrojo- Son los peligrosos, Yagami es la mano derecha de Shiruo, y Yuuta es su guardaespaldas. Ha sobrevivido a los ataques de Shizuo.

-Algunos lo hacen, Shizuo-nii no golpea a matar.

-Él buscaba matarlo- Usagi se sorprendió de eso, Izaya solo sonrió con malicia- Yuuta me quiere como su mascota, Shiruo le dio el permiso de hacer conmigo lo que quiera, siempre y cuando sea él quien me atrape. Shizuo quiso eliminarlo más de una vez por ir detrás de mí. Aun después de que me descubriera en el Onsen.

-Ahora yo también quiero matarlo- Una sonrisa sombría asomó su rostro- ¿Siguen con vida?- Izaya asintió con la cabeza- Empezaré a rástralos...

-Espera, tengo que preguntarte algo- Usagi se volvió a sentar- Psyche pudo salir de mí y hasta cierto punto "fusionarse" conmigo, era mi cuerpo, pero apareció sus audífonos y pistolas para deshacernos de algunos imbéciles...

-Creo que se debe a que ya aceptas tus sentimientos por Shizuo-nii, recuerda que Psyche es la representación de...

-No era eso lo que quería preguntar... ¿Pueden existir más de un alter ego en mi interior?

-Bueno, teóricamente. Algunos libros dicen que los alter egos son la representación de cada parte de la personalidad de una persona. Pueden dividirse en: Amor, Lujuria, Pereza, Celos. Entre otros, todo depende de la persona. Si dividimos tu personalidad- Usagi se recargó en el respaldo de la silla viendo fijamente a su primo- Podríamos decir que... Está Psyche, tu amor. Tu lado infantil, tu inocencia, tu depresión y odio... Y ese raro complejo de Dios o realeza que tienes. ¿Por qué la pregunta?

-Apareció otro alter- Usagi lo vio sorprendido- Es como Psyche, o mejor dicho como yo. Sus ojos son dorados, y vestía como un príncipe. ¿Qué es lo gracioso?- Vio a su prima carcajearse a tal punto que lloraba y sujetaba su estómago hasta caer al suelo sin dejar de reír- ¿Puedes parar?

-Perdón... -Respiró hondo intentando reponerse y volver con su ataque de risa- Supongo que ese es tu complejo de realeza, no sabría cómo es su personalidad ni nada, ya que lo no conozco. ¿Tiene nombre?

-Se hace llamar Hibiya- Se puso de pie para dirigirse a su escritorio- Y parece molesto, siempre decía que lo llamaran alteza y llamaba a los demás plebeyos.

-Sí, tu complejo de Dios es ese- Entre risas recogió la mesa.

Izaya y Usagi siguieron trabajando hasta que casi dieron las once de la noche, el informante investigaba todo por sus redes de información mientras seguía uniendo cabos con lo que la albina le dejó, realmente pensó en abrir aquella memoria que le había dejado Ryunosuke, estaba seguro que Usagi no sabía nada de eso, él mismo se lo aseguro. Usagi estaba en el segundo piso re ordenando las carpetas que había usado ese día, intentando de poner algo de orden y dejar espacio para más información. Tal vez una rápida leída ayudaría...

-¿Usagi?- Antes de sacar la memoria de su bolsillo escuchó algo romperse en el segundo piso, pero la albina no dijo nada. Extrañado se acercó a las escaleras- Usagi contesta.

-¡No subas!- La escuchó quejarse y muchas cosas caer.

Lo primero que pasó por su cabeza fue correr a la entrada a buscar su abrigo donde estaban sus navajas, era lo más cercano que su escritorio. Sentía la adrenalina recorrer de nuevo su cuerpo, sus manos le picaban y tenían un malestar que no lo dejaba. Volvió a escuchar más cosas caerse y luego un quejido, seguido de un grotesco chapoteo, volteó a ver a las escaleras, una cabeza rebotó hasta sus pies, era la de un hombre.

Dio un salto hacia atrás al ver como su puerta era derribada, gruñó al ver a un hombre corpulento entrar con un gran mazo, esquivó sus ataques con facilidad, el peso de aquel gran objeto hacía los movimientos de este lento, sin problemas apuntó sus navajas a la yugular y cabeza de su atacante, matándolo en el acto. Al caer vio que habían dos hombre de menor estatura detrás de él, al verlo ahí de pie en el umbral de su puerta, entrando tan tranquilos lo hizo congelarse en su lugar.

Sus ojos rojizos chocaron con aquellos maduros ojos castaños, tan parecidos a los de sus hermanas. No podía estar ahí, no ahora, y menos acompañado de ese cuatro ojos. Si él estaba ahí eso quería decir que... El grito de Usagi y verla cual peso muerto a su lado desde el segundo piso lo hizo salir de sus pensamientos. Vio a Usagi ponerse de pie con dificultad, tenía un par de golpes en el rostro y cortadas en sus piernas y torso, su arma favorita, la Kwan Do, estaba partida a la mitad, ella solo conservaba el lado inferior donde estaba aquella punta decorada con un colgante, ahora roto.

-Lo siento Iza-nii, me tomaron de sorpresa- Se puso de pie, sujetando la cortada que tenía en su costado derecho. Enfurecida vio al segundo piso- Maldito bastardo, me encargaré de hacerte picadillo- Gritó al joven que de un ágil salto se colocó al otro lado del hombre que vestía elegante.

-Me sorprende que la peligrosa Lady Killer pudiera ser tan débil- Rio con burla aquel joven de cabellos rojos y ojos amatista, vestía una camisa negra de manga larga, con los primeros dos botones abiertos, pantalones de mezclilla negro y zapatos negros, tenía un par de pulseras plateadas- Nos vemos de nuevo mi bello rubí- Se relamió los labios.

-Yuuta- escupió con odio- ¿Era necesario aparecer con estas pestes y destrozar mi departamento? ¿Padre?- Izaya se enderezó y vio retadoramente a su progenitor. Usagi se puso en guardia a su lado en caso de protegerlo, aun si deseara ir tras el pelirrojo que la sorprendió mientras salía del baño, siendo derrotada por él y no por los otros cuatro hombre armados que estaba en el segundo piso mutilados.

-Veo que realmente te divertiste hijo mío- Caminó un par de pasos entrando hasta el recibidor, viendo todo a su alrededor- En definitiva, cada vez recibes mejor honorarios por hacer tu trabajo de puta- Shiruo vio a la albina gruñirle y verlo con extremo odio- Usagi-chan, ¿cómo están tus padres? ¿Tus hermanos saben que te gusta el mismo sucio trabajo que mi hijo?

-Vete al infierno, hijo de puta.

-Oh, que vocabulario para esta señorita. Estoy seguro que tu madre no te enseñó eso... ¿Verdad?- Vio a la albina contener lágrimas de ira, todo su cuerpo temblaba y parecía estar a nada de saltar sobre él para matarlo- Aunque igual, una señorita no se vestiría como una ramera...

-No dejes que te provoque- le susurró Izaya en ruso. Usagi solo apretó los dientes.- Deja de molestarla, no querrás que te deje como a tus asesinos y mercenarios, ¿verdad?- Sonrió con cinismo- ¿Qué quieres?

-Creo que sabes bien lo que quiero. Yagami...- El chico de lentes sacó del portafolios que tenía un par de documentos- Algo sencillo que podrán hacer, solo tienen que firmar su renuncia a la familia- sonrió.

-No pienso firmar, maldito viejo asqueroso- Soltó Usagi lanzando una navaja contra su tío, haciendo que su bolígrafo que les ofrecía los partiera en dos.

-Y yo que vengo a hacer esto a las buenas- Soltó un suspiro.

-Yo lo firmaré- Usagi lo vio sorprendió, su padre sonrió maliciosamente- Solo aléjate de Japón y desparece de nuestras vidas- A paso tranquilo empezó a acercarse, tomando el bolígrafo que ahora Yagami le ofrecía.

"Iza-nii ¿qué haces? Esto no es más que una trampa" Pensó aterrada, viendo como se acerca a aquellos tres, tenía miedo, algo no estaba bien, sentía su respiración acelerarse. Confunda empezó a ver a su alrededor, hasta chocar con los ojos de Yuuta, quien tenía una maliciosa sonrisa de victoria.

-¡Izaya!- Intentó acercarse pero Yuuta se puso frente a ella, dispuesto a atacarla de nuevo. A tiempo esquivó sus golpes, ella igual le contestaba con la misma intensidad y odio.

-Lindas pantaletas, pequeña.

-¿Pequeña?- Enfurecida, le dio una patada, la cual fue sujeta con facilidad. Ella sonrió clavándole la punta de su arma rota en el costado Izquierdo, había apuntado al torso para perforar su pulmón pero lo esquivó a duras penas apuntando posiblemente a un riñón- Te mostraré lo que es jugar con Lady Killer- Rió como una niña pequeña, sacando un par de navajas de su abrigo.

Mientas ese par peleaba, Izaya que parecía que estaba a punto de firmar el papel que estaba sobre el portafolio, que era sujeto por Yagami, escuchó el grito de Usagi. En ese momento clavó la pluma en el cuello del chico de lentes y de un salto se alejó a tiempo antes de que otro hombre apareciera del segundo piso dispuesto a dispararle. Izaya se enfrentó a aquel hombre, lanzándole sus navajas mientras esquivaba las balas. Cuando logró matarlo, otros dos aparecieron cerca de él, teniendo a uno casi sobre de él, vio al segundo dispuesto a golpearlo con sus puños cubiertos por guantes de hierro con picos, pero antes siguiera que se acercara a él, este fue alejado por el cuerpo de otro hombre.

Usagi fue atacada al mismo tiempo por otro hombre mientras estaba contra Yuuta, apenas lo esquivo notó a Izaya en problemas, de un buen salto se subió a sus hombros rompiéndole el cuello y lanzando aquel cuerpo contra el otro. Entra más peleaba más hombres aparecían, ella no tenía muchos problemas por seguir, recuperaba las armas del suelo para contra atacar, pero Izaya empezaba a lucir cansado.

-Muy bien, terminen con esto- Shiruo aplaudió, hacía poco Yagami fue llevado por sus hombres para que lo mantuvieran con vida, Izaya no tuvo el tiempo suficiente para acabarlo- Yuuta.

Usagi jadeaba al ver al último hombre morir en sus manos al estrellar una y otra vez su cabeza contra la esquina del escritorio de Izaya, el informante estaba recargado en el respaldo del sofá intentando recuperar el aliento, sacando la navaja del cuerpo inerte que estaba en el mismo sillón. Vio que solo quedaba ella con Izaya y su tío. Solo un salto, era lo que necesitaba para acabar con ese hombre y todo terminaría...

-¿A donde vas?- Yuuta, quien parecía que había muerto desangrado volvió a aparecer a sus espaldas, apresando su cuello con un brazo y con el otro le sujetaba de las manos a la espalda- Realmente eres de temer. Solo hay que tomarte en el mejor momento- Metió su rostro en la nuca de la albina- Hueles a muerte y a dulces... Que delicioso aroma, ¿Qué tal eres en la cama, princesa de la seducción?

-Te cortaré el pene y te violaré con él mismo...Agh- Yuuta apretó su cuello evitando que siguiera hablando y haciéndole soltar un gemido de dolor.

-Sostenla un momento Yuuta- Shiruo se acercó a Izaya. El informante estaba listo para apuñalarlo, pero lo vio detenerse a nada de él- ¿Recuerdas lo que te dije hace diez años?- Vio a Izaya serio- ¿Qué te dije de tener a ese monstro como amante? Espero lo que hayas gozado este tiempo... -Del bolsillo de su abrigo sacó su celular, mostrándole a Izaya un video- Yo no falló dos veces, hijo.

-No...- Izaya vio como Shizuo entraba algo tarde a su departamento con ropa de casa y con una bolsa del konbin, a los pocos segundos, todo el segundo piso explotó- ¡No! - Izaya dejó caer su navaja, seguido de grandes lágrimas correr por sus mejillas, intentando reprimir el grito de dolor que tenía en el pecho y amenazaba por salir- Te voy a...- No siguió con su amenaza, su padre le dio una fuerte cachetada, haciéndolo caer al suelo.

-Te lo dije. Me encargaría que quietarte todo lo que te haga feliz, hijo mío.- Le hizo una señal con la mano a Yuuta- No vuelvas a meterte en mis asuntos. No necesito tu firma, ni la de ella... Ya todo es mío.

-Buenas noches princesa- Yuuta soltó de golpe a Usagi haciéndola caer en cuatro, tosiendo intentando recuperar el aire, antes de siquiera moverse, sintió un terrible dolor.

Usagi estaba de rodillas y con las manos en el suelo, bajó lentamente la mirada viendo como de su estómago un largo sable la había atravesado; viendo como la sangre empezaba a bañar el filo, sintió otro golpe igual, una segunda espada atravesándola. Tosió sangre y se dejó caer al suelo, viendo a Izaya llorar, ella no puedo evitar llorar también. Había fallado, Izaya estaba indefenso, solo, habían matado a Shizuo.

-Vámonos- Yuuta regresó a lado de Shiruo- Espero no verte más, maldito engendro.

Izaya escuchó como ambos se fueron, no sentía fuerzas para nada, estaba asustado y hecho pedazos, no podía pensar en nada, le dolía tanto el pecho y todo el cuerpo. Escuchó un quejido y una tos forzada, volteó a ver a sus espaldas, aterrado gateó hasta la albina, tenía dos espadas en su espalda, estaba bajo un gran charco de su propia sangre, lloraba y su cabello igual estaba todo enredado y manchado de aquel rojo, casi negro de su sangre.

-Usagi...- Temblando se acercó, sin estar del todo seguro que hacer.

-Iza-nii...- Dijo en un susurro- La ayuda ya está en camino...- Movió su mano, mostrando como su brazalete parpadeaba con una pequeña luz roja- Busca mi bolso...- Empezó a toser sangre- Rápido, dentro hay...

-Ya sé...- De nuevo se dejó llevar por la adrenalina, corrió hasta el segundo piso, encontrando se con una masacre, estuvo a punto de vomitar, pero no lo hizo. Corrió hasta el escritorio de Namie, sobre este estaba la mochila de panda de Usagi. Sacó un pequeño bolso donde se guardaba el maquillaje, donde adentro había unas jeringas y ampolletas con medicamentos.

Al bajar tomó la que tenía anestesia regional, tomó la cantidad que decía la ampolleta y se la inyectó en el brazo a su prima. Aquello debería evitar que sintiera dolor por un rato. Usagi empezó a sentir un alivio instantáneo, su cuerpo empezaba adormecerse y relajarse, ya no sentía tanto dolor solo molestia. Cuando Yuuta la había inmovilizado, logró mover solo un poco sus dedos para activar la alarma de emergencia de su brazalete, confiaba que Takuma llegaría a lo mucho en veinte minutos. Si tenía suerte sobreviviría, sino al menos ayudaría a Izaya a escapar lejos y mantener a las gemelas a salvo. Quería llorar de nuevo, había fallado a sus hermanos y a Takuma.

-Iza-nii...- Con trabajo vio a Izaya guardando las cosas- Sácalas...

Izaya sin decir nada, rompió los restos de tela de su propia camisa, sacó de una sola vez ambas espadas y vendó como pudo las heridas de Usagi, se aseguró de buscar de nuevo en el pequeño bolso un coagulante, al encontrarlo lo aplicó en sus heridas, eso bastaría pro ahora.

-Lo siento Iza-nii...

-No es tu culpa- Izaya se puso de pie y subió al segundo piso.

Al entrar a su habitación vio su ventana rota, de ahí habían entrado. Sin poder soportarlo más calló de nuevo de rodillas, gritó y lloró al recordar aquella horrible imagen de Shizuo dentro de su hogar y todo siendo volado en pedazos. De nuevo su padre le había arrebatado todo, no solo a Shizuo, Usagi igual estaba pendiendo de un hilo. Se sentía tan herido, solo... Pero sobre todo, odio. Sentía un terrible odio invadir su cuerpo, deseaba venganza, deseaba la sangre de todos aquellos que lo lastimaron. Aun con lágrimas en los ojos se puso de pie, recorrió su habitación, se cambió de ropa y me dispuso a re hacer la maleta que había llevado a Okutama.

Usagi se sintió destrozada al escuchar el lamento de Izaya, sabía que lloraba la muerte del rubio. Se le hacía tan injusto, apenas habían aceptado sus sentimientos, y se los arrebataban de la manera más cruel posible. Escuchó a Izaya bajar las escaleras a un paso rápido, seguido del golpeteo de algo bajando con él, lo vio con un equipaje. "¿Escapará?"  Pensó confundida, pero lo vio ir directo a la cocina, tomó una de las pistolas que estaban en el suelo y de un par de balazos rompió el candado del estante de la cocina. Ella sabía que era ese ruido. No se podía mover y su boca estaba entumecida.

-Usa-chan... Volveré pronto- Izaya se arrodilló frente a ella con una sonrisa tétrica, los ojos del informante parecían muerto. Quería decirle algo, lo que sea, que no cometiera una locura- Kuma-kun, no tarda en venir, ¿verdad?- No dejó que contestara la albina solo se puso de pie y lo vio comer un chocolate que parecía tener pintura dorada en la parte de arriba- Adiós.

Usagi sentía que el aire se le iba, su corazón bombeó deprisa, tenía que calmarse o los medicamentos perderían su efecto. Vio como Izaya se alejaba arrastrando aquella maleta, mientras unas orejas y cola de gato aparecían en su cuerpo, las cuales cubrió con su abrigo, antes de perderse por el pasillo, vio sus ojos. Los ojos de Izaya tenían esa pupila rasgada, característica de los felinos, combinado con aquel rojo brillante con sed de sangre y venganza le hizo temer, si ella ponía esa misma mirada, entendía ahora porque sus víctimas temblaban y suplicaban por piedad.

-Iza-nii...- dijo apenas en un balbuceo/susurro, antes de escuchar como el elevador era usado.

Notas finales:

LISTO~ ahora si acepto amenazas de odio y demás xD 

así que nos vemos en el siguiente capitulos mis amores xD 

bye bye~


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