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¡No soy tu conejillo de indias! por Nira Tao

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Notas del capitulo:

holis~ nira esta de vuelta... y... la inspiracion me llego a tiempo xD y estoy de buenas para subirlo de una vez jajajaja

oh bueno... espero que este capitulo les guste... ¬w¬ nee Yuuram-chan y Try-chan... espero les guste esto jojojojo que me dierte hacidno algo de maldad xD

en fin empecemos ^^

-Maldición, esto apesta, ninguno de estos me dijo lo que quería- puso un pie sobre la cabeza decapitada de un hombre.

-Eso te pasa por emocionarte y desesperarte, recuerda que son simples hombres que siguen órdenes, y con la cara que te traes es obvio que por el miedo atacaran de esa manera... My ladie.

-Tks, cállate Takuma que tengo que pensar en la...- Usagi tenía puesto un vestido chino de color negro con bordados de flores en plateado, sus zapatillas negras estaban manchadas de sangre al igual que su peluca corta de color negro- ¿Kuma-chan?- vio que su compañero un chico de cabello negro lacio, vistiendo una camisa china de color negro sin mangas, con los bordes de color amarillo, unos pantalones del mismo color con un bordado de dragón, color amarillo en la pierna izquierda, y usaba igual unas zapatillas negras.

-Deja de pensar por un momento...- Mientras Usagi seguía viéndolo, como si quisiera matarlo, el siguió caminando entre los cadáveres buscando alguna pista.

-¡No dejare de pensar! ¡Necesito encontrarlo ahora! Ese desgraciado... se atrevió a tocar a mi Iza-nii- con furia aplastó la cabeza que tenía bajo su pie, escuchándose un grotesco sonido de chapoteo, como si aplastaran a un huevo.

-Lo sé, Kaoru se metió con tu familia- Takuma tomó a Usagi de los hombros haciendo que lo viera directamente a sus ojos, chocando el rojo de la albina y sus ojos color miel- Lo encontraremos a tiempo, ya acabamos con algunas fabricas, él no debería de estar lejos, si Izaya está con vida, él también, mal herido pero con vida.

-¿Cómo estás tan seguro de eso?- dejó caer su cabeza en el pecho de su compañero.

-Porque tú misma me ha contado de lo que es capaz tu primo... además ya lo he visto hacer lo suyo- rio entre dientes al escuchar como Usagi soltaba una risita- Vamos, debemos de ir a Shibuya.

-¿Por qué a Shibuya?- Takuma no dijo nada solo le mostró una notita arrugada y con un par de machas de sangre donde decían que se encontrarían con Kaoru para tratar sobre los progresos en Shinyuku- Eres increíble, gracias. Sabía que podía contar contigo Kuma-chan- de la felicidad Usagi lo abrazó, y este le correspondió el abrazo.

-Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, ahora... salgamos de aquí que esto empieza a parecer una película apocalíptica donde sobreviven los únicos dos seres humanos... para re poblar el mundo- dijo lo último con picardía, ganándose un buen puñetazo en la boca del estómago- Ah... aun tienes muchas fuerza.

-Sabes que treinta hombre armados no son nada para mí, ahora vámonos- Ambos caminaron a la salida de aquel almacén abandonado, cuando subieron a un pequeño auto y estuvieron lo suficientemente lejos volaron todo el lugar, y como siempre Usagi dejó su huella, declarando la guerra contra quien se suponía ser su familia.

"No permitiré que te lastimen de nuevo Iza-nii, toda esta basura tiene que terminar de una vez por todas"

-Vamos al hotel muero de hambre y quiero un baño...- Usagi sacó su teléfono donde vio que justamente entraba un mensaje de Shizuo, le contesto en el momento, se alegró que llegaran a su apartamento, sabía que no lograría convencerlo en quedarse, pero al menos podría usarlo si era necesario, ya sabía la calve de acceso, tenía las llaves y la ubicación.

-Me parece buena idea...- El camino hacia su hotel pronosticaba a ser tranquilo, pero a medio camino Usagi dio un gran grito, haciendo que casi chocara contra otro auto- ¿Qué rayos fue eso?

-¡Kya! Oh por... Kuma-chan, Kuma-chan... mira...- Usagi estaba que moría de la emoción, después de haber contestado a Shizuo que era su prioridad, revisó los otros mensajes, donde Erika y las gemelas le pasaban el chisme de última hora.

-¿Qué se supone que deba ver? A parte de tu primo... que se ve lindo con esas orejas, debo de admitir- solo le dio un rápido vistazo pues tenía que mantener la vista en el camino.

-¡El Shizaya vive! ¡Existe!- Su emoción se apagó al instante al imaginar a su primo al fin feliz con alguien que lo ame, y ese era el problema, si él averiguaba de que Izaya era feliz de nuevo, buscaría la manera de aplastarlo de nuevo, y eso incluía exterminar lo que le produjera felicidad- Oh, no... Kuma-chan hay que partir lo antes posible- dijo nerviosa, mandando mensajes, buscando información por las redes y más importante mantener un ojos sobre su primo, debía de advertir a Shizuo cuanto antes.

 

 

Un nuevo día comenzaba, Shizuo al despertar de nuevo se encontraba abrazando a Izaya, que aun siguió durmiendo cuando se levantó para ir al baño, a salir vio que el moreno seguía acurrucado en su cama abrazando su almohada, al acercarse escuchó como ronroneaba y movía la cola lentamente.

"Se nota feliz sintiendo tu aroma" Dijo Tsugaru viendo con ternura a Izaya. "Haciendo eso, se parece a Psyche" Suspiró con melancolía.

-Pero no es él, o en parte. No es ni Psyche ni Izaya- acarició detrás de una de las orejas de Izaya, generando en el menor más ronroneos- Iré preparado en desayuno.

Y como el día anterior el rubio preparó un sencillo desayuno, que Izaya comió gustoso, el resto del día Shizuo se puso a jugar con Izaya, usando uno de sus corbatines como juguete, pasando el día jugando y mimando a Izaya, lo segundo era realizado por Tsugaru, Shizuo terminó dándole parte del control de su cuerpo, cosa que le encantó a Izaya.

-Li-kun recupérate pronto- le decía dulcemente mientras le acariciaba debajo de la barbilla.

-Shizu...- dijo en un susurro Izaya viendo como el rubio recuperaba el control de su cuerpo. Izaya parecía sentir cuando Tsugaru estaba "afuera", pues este solo se dejaba mimar y le hiciera lo que deseara, en cambio cuando sentía que Shizuo volvía en sí, era él el que se mostraba cariñoso- Shizu...

Volvió a repetir con una sonrisa, enterrando su cabeza en el cuello del mayor y enrollando su cola en una de las piernas de Shizuo, ambos estaban sentados en el suelo, Shizuo con la espalda recargada en el sofá, levemente sonrojada por la cercanía del moreno se dejó abrazar y acarició su cabeza, jugando de vez en cuando con una de sus orejas, Izaya contento que no lo rechazara aferró sus manos en la camisa semi abierta del rubio.

Shizuo terminó por quedarse en esa posición por un largo rato, de vez en cuando sus miradas se encontraban, pero en ese momento su corazón empezó a bombear cada vez más rápido, Izaya lo veía seriamente, ya no era esa tierna mirada, sus ojos se veían más... como el Izaya real, por un momento pensó que el moreno había vuelto en sí, pero supo que no porque le dio una pequeña lamida en su barbilla, como si fuera un beso, y fue el momento en que su cuerpo empezó a tomar el control de su mente, acarició el rostro de Izaya, bajando lentamente por sus hombros, sus delgados brazos para volver a subir, y delinear su espalda, cintura deteniéndose ahí para aferrarlo en un posesivo abrazo, mientras daba estas caricias escuchaba como el moreno empezaba a ronronear y a soltar uno que otro suspiro, sin apartar su mirada rojiza de la de color miel, instintivamente sus rostros empezaban a acercarse. Izaya ya tenía el rostro ladeado y los ojos cerrados, con un ligero sonrojo en sus mejillas, aquella vista era la más hermosa que Shizuo había vistos y jamás pensó encontrarse de esa manera con quien se suponía era su enemigo por hace muchos años.

"Tal vez, nunca fuimos enemigos a muerte" Pensó, cerrando sus ojos y esperando ese ligero roce de sus labios, solo un pequeño toque bastó para que una fuerte corriente eléctrica le recorriera por todo el cuerpo, pero antes de poder besar, lamer, morder y comer como se debe aquellos delgados labios su celular sonó, rompiendo aquella burbuja que lo hacía sentir en el cielo.

Se puso de pie repentinamente, caminando hasta la cocina que era donde había dejado su celular, dejando a un Izaya confundido y con las orejas abajo. Vio que no era nada más que su alarma, recordándole que tenía una hora para alistarse y verse con Varona en el Sunshine City, chasqueó la lengua fastidiado, no podía cancelar a último momento. Y para empezar, por qué iba a cancelar, por qué deseaba quedarse en casa y no salir por nada del mundo.

Un maullido y alguien jalándole la camisa le hizo obtener aquella respuesta. Con un suspiro acaricio la cabeza del felino y se fue a tomar un baño, aunque deseaba hacerlo solo para pensar un poco, Izaya no se lo permitió apenas entró a lavarse, Izaya ya estaba a su lado desnudo esperando a que lo lavara primero, con una sonrisa y algo de resignación terminó bañando a Izaya también.

El baño no duró mucho, ya que Shizuo no quería pensar de más en lo atractivo y apetitoso se veía el moreno desnudo junto a él. Le dio a Izaya lo que parecía usar de pijama, un suéter ligero de color gris con capucha de mangas largas, y un cómodo short negro, el moreno se lo puso y corrió hasta la sala a ver la televisión. Shizuo terminó por ponerse unos pantalones negros, una camisa de vestir color azul marino con diminutos puntitos blancos, mangas tres cuartos, no había usado nada de la ropa casual que Kasuka le había regalado, así que optó por ponérselo, y usar algo diferente. Tomó sus lentes de sol y cuando pasó a la sala vio a Izaya acurrucando en el sillón, medio dormido.

-Izaya...- se puso en cuclillas para ver al moreno a los ojos- Saldré un momento, regresaré pronto y prometo traerte algo delicioso si te portas bien- recibió un maullido y una sonrisa en respuesta- Bien, tienes el refrigerador y la televisión para tu uso, nos vemos en un rato.

Antes de irse vio por última vez a Izaya que apenas cerró los ojos y quedarse dormido, un poco preocupado Shizuo salió de casa y cerró con llave la puerta.

"Si te preocupa tanto debiste dejarme salir" Le dijo Tsugaru viendo como Shizuo encendía un cigarrillo.

-Confió en que estará bien, además si te dejo a solas con él temo que intentes algo- dijo serio, y lo que parecía ser ¿celos?

"No voy a tocar a Li-kun, solo puedo hacerlo con Psyche" Dijo con una sonrisa. "Otra cosa, ¿era necesario estar tan arreglado para salir con Varona-chan?"

-No estoy muy arreglado, solo cambie un poco mi vestimenta es todo, tengo los mismos pantalones y zapatos de siempre. Y no, no es una cita, solo seré su guía en Sunshine City.

"Como quieras" Después de eso Tsugaru no siguió insistiendo a Shizuo. Confiaba que esa salida con la rusa no causaría ningún tipo de cambio en los sentimientos de ellos, porque aunque Shizuo quisiera mantener alguna relación amorosa con cualquier otra persona le sería prácticamente imposible.

A Tsugaru le agradaba Varona, era una chica linda y bastante graciosa, a su punto de vista, era como ver a una hermanita. Aunque quisiera pasar la tarde con Izaya, sabía que Shizuo se negaría ya había prometido acompañar a Varona, y sería muy grosero cancelarla a último minuto.

"Psyche... regresa pronto" Tsugaru se encontraba al fondo de la mente de Shizuo, así que no podía escuchar lo que se decía a sí mismo. Shizuo se vería con Varona en una cita, aunque este lo negara era bastante obvio para él que la rubia sentía algo por el mayor, pero no podría enamorarlo no importase cuanto lo intentara. El corazón de Tsugaru al igual que toda su existencia era para Psyche, así como Shizuo era de Izaya. "El día que lleguen a comprenderlo... será el día que todo esto termine" Pensó con una sonrisa, viendo en su regazo un pequeño destello de luz blanco con pequeños destellos rosados. "No te desesperes, pronto saldrás, solo ten un poco más de paciencia" Acunó aquella luz entre sus brazos y decidió perderse por aquel mundo lleno de calma.

 

Cuando Shizuo llegó al gran edificio, pudo ver a Varona esperándolo, ese día llevaba un sencillo vestido rosado de mangas cortas, era bastante corto le llegaba al ras del muslo, parecía no molestarle ese hecho, ya que llevaba unas mallas negras y botines del mismo color. Su cabello estaba suelto como siempre, pero ahora era adornado por un broche en forma de mariposa de color rosa pálido, en el lado izquierdo de su cabeza.

-Lo siento, ¿esperaste mucho?- le dijo apenas llegó a su lado.

-Negativo, acabo de arribar- dijo sin expresión alguna, aunque en su interior estaba más que feliz y emocionada- Hoy se ve muy apuesto senpai.

-Ah, gracias. Igual te vez muy bien hoy- le devolvió el cumplido con una sonrisa y acariciando su cabeza. "El cabello de la pulga es más suave, y es más hermoso" Con ese pensamiento se sonrojó y se volteó para que Varona no lo viera. Se sentía estúpido, pensando en Izaya en ese momento, ¿en qué pensaba?- Vamos...

Varona lo siguió, había visto como se sonrojaba, así que tuvo la esperanza de que podía causar algún efecto en su superior, solo tendría que coquetear como había leído. Al entrar vieron la gran recepción, sin saber por dónde empezar, fueron a ver el gran mapa para ver donde se encontraban los lugares más interesantes, o como Varona lo veía, los lugares donde tenía mayores posibilidades de coquetear. Tal vez en la noche podría hasta tener un beso, pensando en aquello sentía la cara arder, por suerte Shizuo estaba concentrado viendo el mapa.

 

 

Izaya no pudo dormir como esperaba, apenas cerró los ojos, sentía que el sueño lo invadía, pero el escuchar como Shizuo bajaba las escaleras lo despertó, espantando su sueño, fastidiado corrió al dormitorio del rubio y vio por la ventana con este se alejaba fumando un cigarrillo. Por alguna razón se sentía abandonado, solo y sentía ganas de llorar, aunque el rubio le había prometido volver pronto y con cosas deliciosas, no quería cosas ricas si eso implicaba tener a Shizuo lejos.

-Shizu...- murmuró, tomó una de las almohadas del rubio y volvió a la sala a ver la televisión. Tenía suerte de haber aprendido rápido en como cambiar de canales, así se la pasó al menos unos cinco minutos cuando pasó por las noticias, en ellas una entrevistadora conversaba con un hombre maduro de ojos negros al igual que su cabello, tenía una mirada dura aunque sonreía abiertamente y reía sobre alguna que otra broma de la chica. Escuchar aquella voz, lo hizo temblar, sus ojos empezaban a humedecerse, rápidamente cambio de canal donde había una novela- Shizu... Shizu...- repetía una y otra vez abrazando la almohada.

Su temor empezó a irse cuando sintió el aroma de Shizuo entrando en sus fosas nasales, aquel aroma lo relajaba; fue cuando escuchó como en la novela, una chica intentaba llevarse el novio de la protagonista, un trió amoroso pensó. La rubia quería llevarse al otro chico rubio lejos de la morena, quien era la protagonista. Vio molesto a la rubia de cabello largo, algo dentro de él le decía que se fuera, que no hiciera caso a la orden de Shizuo.

Pero él quería ser un buen chico y esperar, entre más avanzaba la novela, más se debatía, no fue entonces que la rubia besó al chico frente a la morena, terminando el capitulo. Una imagen pasó por su cabeza, Shizuo siendo besado por una rubia, y alejándolo de su lado, ¿pero quién era? No conocía a nadie así. Su corazón empezó a bombear rápido y dejando que su mente y el instinto lo guiaran entró a la habitación que compartía con Shizuo, más bien que se había colado.

Se vistió con lo primero que vio y al correr a abrir la puerta se dio cuenta que estaba encerrado, gruñó y arañó la puerta molesta, cuando una idea cruzó por su mente. Corrió a la ventana de la habitación y la abrió de un tirón, estaban en el segundo piso y había un gran muro, así que podía saltar sin problemas, y como buen gatito salió de su casa con una gran sonrisa, corriendo y saltando entre las casas siguiendo el aroma de Shizuo.

-¡Shizu!- dijo feliz al ver que el rastro de Shizuo terminaba en aquel gran edificio, y entró corriendo. El aroma era más fuerte, se detuvo en el gran mapa, sintiendo su presencia vio a todos lados, pero se dio cuenta que el aroma de Shizuo empezaba a combinarse con otro que desconocía. "Mujer..." fue lo que pensó, su tierna mirada, se volvió seria y afilada, gruñendo un poco siguió aquel despreciable olor que planeaba fundirse con su Shizuo.

 

 

-Parece que hoy hay un evento- Shizuo caminaba junto a Varona, veían las tiendas pero no entraban a ninguna, realmente ninguno tenía interés por las compras, pero era necesario pasar por ahí antes de llegar al acuario.

-Afirmativo, es una exposición de anime- dijo seria.

-¡Ey, Shizuo-san!- el rubio volteó cuando lo llamaron, encontrándose con una morena muy enérgica, vestía su típico atuendo negro, y era seguida por su inseparable amigo, ambos cargando una gran cantidad de bolsas- Es raro verte por aquí y más vestido de esa manera, ¿estás en una cita?- dijo toda emocionada.

-Ah... Erika... No es una cita, solo estoy acompañando a Varona, quien no conoce el lugar- dijo restándole importancia.

-¿Varona?- Fue entones que se dio cuenta que el rubio no estaba acompañado de Izaya, sino que una chica rubia, cosa que le sorprendió- ¿Dónde está Iza-iza?- Shizuo la vio confundida, y fue donde ella calló en cuenta que él no sabía nada de lo que pasaba en las redes- Mira...- Erika le mostró una serie de fotos donde los protagonistas eran Shizuo e Izaya muy juntos y con diversos fondos.

-¿De dónde sacaste eso?- dijo un poco irritado, de nuevo se metían con él.

-Internet, toda la ciudad está loca por su romance, porque lo están, ¿no?- dijo viéndolo con grandes ojos y brillantes, esperando una respuesta afirmativa.

-Shizuo-senpai, no saldría con alguien tan despreciable como Orihara Izaya- interrumpió molesta, pero sin demostrarlo.

-No digas cosas desagradables de Iza-iza, puede no ser la persona más agradable del mundo, pero si encontrara a la persona correcta, en este caso Shizuo-san, él podría cambiar para bien.

-Una escoria como él no cambiara con nada, y sería un desperdicio que Shizuo-senpai se interesara en él, sería asqueroso...- y dio en la vena de Erika, justo donde le dolía, o más bien, le hacía rabiar.

-¡Tú...!- Erika estaba a punto de mandarla muy a la... cuando Shizuo intentó detenerlas poniéndose entre ambas, incluso Yumasaki tenía sujeto a Erika, él no quería meterse pero terminó por intervenir, no era bonito ver a una fujoshi pelear para defender sus ideales.

-Ya basta las dos... Erika, la pulga y yo no tenemos nada- Erika iba a argumentar pero fue detenida de nuevo- Y Varona, no hables de esa manera de Izaya, hay muchas cosas que no conoces de él...

-Pero tú mismo fuiste quien me dijo aquello.

-Lo sé, pero eso fue antes de...- Erika empezaba a emocionarse, incluso estaba grabando con su celular esperando una confesión indirecta, como mínimo, el pobre de Yumasaki, termino alejándose lentamente antes de que su amiga se emocionara.

-¿De qué Shizuo-san?- le alentó Erika, tenía suerte, Shizuo no la veía a la cara, ni a ella ni a Varona, intentando ocultar aquel ligero sonrojo que tenía en las mejillas, que ellas claramente podían ver.

-Antes de saber la verdad... Izaya... ¡Izaya!- Shizuo, al levantar la vista vio que algo corría hacía ellos, saltando desde el gran candelabro que estaba sobre la rubia, ignorando a todos corrió hacia lo que había caído con gracia al suelo y saltado sobre el rubio haciéndolos caer- ¡¿Qué rayos crees que haces, te dije que te quedaras en casa?!- dijo molesto.

-Shizu...- Izaya logró encontrarlos, y apenas reconoció a Shizuo saltó desde el candelabro, que por alguna razón logró subirse, y lanzarse a los brazos del rubio, no le importó que lo regañaba, no podía evitar estar feliz.- Shizu...- Volvió a repetir viendo con tiernos ojos a Shizuo, ambos aun seguían en el suelo, Izaya sentado en su regazo y con los brazos alrededor del cuello del rubio.

-Tks, no hagas eso...- dijo dando un suspiro aliviado, Shizuo se alegró al ver que Izaya ya parecía estar mejor físicamente, si podía volver a saltar de esa manera, con una sonrisa acaricio su cabeza.

-¡Erika!- Yumasaki gritó sacando de su trance a la "pareja", su amiga había grabado todo y terminó por desmayarse de la emoción- Erika, resiste, si mueres ahora no podrás mandarle esto a...- No fue necesario completar la oración Erika ya estaba despierta, viendo como Shizuo ayudaba a un adorable Izaya a poderse de pie.

-¡Es verdad!- dijo toda contenta, y empezó a decir tantas cosas que nadie logró entenderla.

-Senpai...- Varona se acercó a Shizuo, viendo como Izaya estaba colgado de su brazo, el moreno se dio cuenta que lo miraban y fue ese momento en que ambos se vieron a los ojos y se vieron con decisión y furia- Senpai, pronto empezará el espectáculo de las focas.

-Ah, es verdad. Izaya, ¿regresarías a casa?- dijo suavemente, Varona se sintió feliz al ver que no sería incluido el moreno.

-Shizu...- Izaya puso su más adorable carita, se alejó un poco del rubio y vio a su alrededor- Shizu...- parecía deprimido, cosa que le provocó malestar a Shizuo.

-Ah, pensándolo bien, creo que sería peligroso si vuelves solo... y si algo te pasara, ella me mataría- lo último lo dijo en un susurró- Vamos pulga- Izaya contento volvió a colgarse del brazo de Shizuo, viendo con superioridad a Varona.

Shizuo se dio cuenta de lo lindo que se veía Izaya, se había puesto una camisa azul cielo, un suéter negro de manga corta con capucha, y esta tenía orejas de gatito, eso hacía disimular muy bien sus verdaderas orejas. Sus pantalones negros y unos tenis del miso color, Izaya de nuevo traía puesto sus anillos y algunas de sus pulseras. Eso le alegraba un poco, sentía que dentro de poco volvería el viejo Izaya, pero ¿eso era lo que quería? Ese Izaya era dulce y bueno con él, lo veía con cariño y dulzura, no había burla ni superioridad como siempre.

"Regresa, Shizuo..." Escuchó a Tsugaru, y fue cuando salió de sus pensamientos, viendo como Varona e Izaya se retaban con la mirada, esa mirada en el moreno, lo hacía ver como siempre, pero ahora no era dirigido a él aquella superioridad, sino a... ¿Varona?

-Eh, hay que darnos prisa, antes de que no encontremos buenos lugares para el espectáculo- Shizuo intentó aligerar un poco el ambiente. Cuando llegaron a la entrada Shizuo pagó las tres entradas.

El rubio terminó sentándose en medio de ambos, tuvieron suerte de último momento, les tocó sentarse muy cerca de la gran piscina donde las focas hacían varios trucos, Izaya estaba más que maravillado, era como ver a un niño pequeño que va por primera vez a un espectáculo. Shizuo le gustaba ver como Izaya aplaudía emocionado, unas veces lo llamaba y le señalaba lo que le gustaba, causándole ternura. Varona no era indiferente a lo que pasaba entre ellos dos, aunque intentara entablar una conversación con el rubio, este rápidamente se distraía con el moreno o con las focas.

Uno de los entrenadores, mandó a llamar al público para que alimentaran a las focas, Izaya se levantó emocionado queriendo participar, con su adorable mirada logró convencer al entrenador, Varona igual se puso de pie, tal vez si demostraba agrado con los animales el rubio ahora prestaría atención en ella. El entrenador terminó pasando a ambas "bellezas", les dio algo de pescado y les dijo como alimentarlos.

Izaya le dio el pescado a la foca, el entrenador le ordenó al animal que le agradeciera, y le dijo al moreno que se agachara, acto seguido la pequeña foca le dio un beso en la mejilla, emocionado Izaya le acarició la cabeza, la foca parecía agradarle y le dio una de sus patas como saludo antes de saltar de nuevo a la piscina. En cuanto a Varona, imitó al informante, dándole el pescado a la otra foca, más este solo lo comió y saltó al agua salpicando sus zapatos y parte de su vestido, las otras focas que estaban cerca parecían burlarse de ella, o eso pensó. Irritada se fue, mientras el moreno la seguía feliz de la vida, le guiñó un ojo a las focas que aplaudieron.

-Creo que estaba de malas el que te tocó- le dijo Shizuo a Varona intentando quitarle el mal humor, ella solo asintió con la cabeza.

El resto del paseo en el acuario fue bastante tranquilo, vieron todo tipo de peces, pingüinos, tiburones, incluso nutrias. Izaya parecía estar muy emocionado al ver a las orcas, aquellas ballenas asesinas, incluso parecía que Izaya quería jugar con ellas desde el otro lado del gran cristal. Cuando salieron del acuario pasaron por la tienda de recuerdos, Shizuo le regaló a Izaya un peluche de orca, quien feliz le dio un beso en la mejilla y corrió por los alrededores jugando con su nuevo amigo.

-¿No quieres uno?- le preguntó a Varona, ella algo irritada terminó aceptando, eligiendo el pequeño pingüino bebé, no es que le gustara aquel animal, pero al menos tendría algo que le haya dado el mayor.

-Gracias- dijo con una pequeña sonrisa, se puso en las puntas de sus pies a punto de besar al rubio en la boca, Shizuo se sorprendió de aquella cercanía, tanto que no podía moverse, estaba a punto de detenerla con gentileza, pero algo había golpeado de repente en el rostro a Varona haciéndola caer.

-¿Estás bien?- Shizuo la ayudó a ponerse de pie- ¿Qué fue eso?

-Sí...- se sobó la mejilla afectada y vio que no lejos de ella, Izaya asomaba su cabeza detrás de unos estantes, viéndola con recelo y burla, molesta vio la misma orca que hace poco tenía el moreno, sería el momento perfecto para quedar como la víctima- Creo que Orihara fue el causante, mire...- levantó el peluche que estaba a pocos pasos de ella.

-¿Izaya?- Shizuo se vio un poco molesto, cosa buena para ella- ¡Izaya!- llamó serio al moreno más este no contestó ni se acercó, empezaba a irritarse, caminó hasta donde podía sentir su aroma y lo vio parado frente a un estante donde vendía esferas de nieve- Izaya...

-Shizu...- con una sonrisa le mostró cómo caía la nieva en las esferas, donde habían unos pingüinos.

-¿Tú le lanzaste esto a Varona?- le mostró el pelucho, Izaya parecía confundido y negó con la cabeza- ¿Dónde está el tuyo?- Izaya volteó y le mostró que lo había puesto en el mismo estante para ver mejor las esferas- ¿Estás seguro de que no fuiste tú?- Izaya volvió a negar con la cabeza- ¿Entonces quién?- el moreno abrazó a su orca con fuerza y puso los ojos llorosos, alzando los hombros, dando a entender de que no sabía.

-Miente...- Varona llegó a intervenir, el informante quería hacerse pasar por el inocente y que ella quedara mal, pero ese juego se puede de a dos.

-Izaya...- Shizuo parecía molesto, Izaya lo sabía, quiso abrazarlo, pero este lo rechazó, Izaya sorbió un poco su nariz y señaló hacia la gran cesta donde habían peluches en descuento, el rubio vio lo que le señalaba. Ahí habían un grupo de tres niños lanzándose muñecos, se acercó a ellos a paso lento- ¿Chicos, ustedes lanzaron este?

-Oh, sí, lo siento... pero mi hermano empezó con la guerra la peluches- dijo un niño señalando a su hermano.

-Entiendo, dejen de hacerlo, ya le pegaron a alguien- dijo señalando a Varona.

-Oh, lo sentimos señora- dijeron los niños y salieron corriendo.

"Señora" Pensó Varona, ella era más joven que Shizuo y más que Izaya, pero eso no la tenía del todo molesta, Izaya la veía con superioridad y burla, era como si el informante fingiera ser la cosita más dulce del planta.

Cuando salieron del acuario se dirigieron al café "Quu Quu Quu", la hostess les dio una mesa cerca de la ventana donde podían ver la ciudad y el sol a punto de caer, Izaya le hizo señal a Shizuo de que quería ir al baño, y antes de que la hostess se fuera él le preguntó.

-Disculpe, pero tiene problemas de habla- dijo contestando la duda que mostraba en su rostro la joven.

-Oh, mis disculpas- dijo algo apenada, y luego le sonrió a Izaya- Puede seguirme por favor, es por aquí- Izaya la siguió, dejando su orca en la mesa.

-Shizuo-senpai- Varona llamó al rubio cuando vio que el informante se alejaba lo suficiente para que no lo escuchara, pero Izaya, sabía que la rubia hablaría con Shizuo, sus orejas captaron la primera parte de la conversación, pero la dejó pasar- ¿Por qué se comporta de esa manera con el informante?

-¿Ah? ¿Izaya? Bueno... Es algo complicado y largo de contar- se recargó en la silla y pasó una mano por sus cabellos- Además no quiero involucrarte en algo peligroso...

-Estaré bien, no confió en Orihara Izaya, que se comporte de esa manera es muy sospechosa. ¿Y si intenta hacerle algo? Siempre busca la manera de meterlo en problemas...

-Esta vez no.

-¿Cómo está tan seguro que mientras duerma no lo apuñalará? Porque todos saben que ustedes ahora viven juntos- Shizuo se sorprendió de aquello, ¿cómo que lo sabía toda la ciudad?- Por eso aquella mujer preguntó sobre un posible romance entre ustedes, les tomaron una fotografía donde ambos iba a su apartamento y con una maleta.

-En primera, no estamos saliendo- suspiró y por alguna razón no le gustó escuchar de sí mismo que no había nada entre la pulga y él- Sí, Izaya está viviendo conmigo, pero es temporal. Él no es el mismo de siempre, pasó por... cierta situación que le hizo olvidar quien era, incluso ha olvidado a todas las personas que han estado con él, excepto a mí, y no solo eso también perdió el habla, él no habla...- dijo serio viendo la silla vacía, tenía las manos hechas puños, el solo recordar lo que había pasado con Izaya lo hacía sentir mucha ira.

-¿No se lo buscó él mismo? Siempre está provocando a muchas personas peligrosas, es normal que alguien al fin le diera lo que se merece.

-Izaya puede ser una escoria, ser el ser humano menos humano, pero él no merecía "aquello"- dijo molesto- Nadie puede eliminar a la pulga que no sea yo... Además entendí que su manera de ser tiene una razón. Él no escogió ser lo que es ahora.

-¿Cómo está tan seguro de ese "sufrimiento"?- Varona no lo entendía, Shizuo siempre había odiado a muerte a Orihara, y de la noche a la mañana lo defendía, no había ningún sentido, ¿desde cuándo se comportaba el rubio de esa manera? ¿Alguien lo hizo cambiar de opinión, le lavaron el cerebro, algo? Sí eso debía de ser porque no podía estar del todo segura.

-Ella me lo contó todo, y yo mismo he visto la soledad y tristeza que pasa por las noches.

-¿A qué se refiere con todo esto? Habla como si durmieran en la misma habitación, y ¿a quién se refiere con, "ella"?- Varona estaba empezando a atar cabos, pero necesitaba toda la información para saber su siguiente movimiento.

-Bueno, recuerdas la vez que me fui corriendo por Izaya y tenía orejas y cola de perro, ¿no?- vio como la rubia sentía con la cabeza- Bueno esa noche y los siguientes tres días me convertí en un perro e Izaya cuidó de mí, y ahora que no recuerda nada está a mi cuidado.

-¿Devolver el favor?

-Algo así. La persona de la que hablo es Usagi, la prima de Izaya, ¿la recuerdas? Los presenté en el café.

-Sí, ella no es de fiar, tiene muchos secretos, no es inocente como lo aparenta.

-Lo sé, Usagi no es una chica dulce, lo es a veces pero es muy peligrosa. Ella me pidió que lo cuidara por ahora mientras ella regresa...

-No debería hacer ese tipo de favores. Ha mencionado que tiene otros compañeros, ¿por qué no dejarlo con alguno de ellos?

-Porque ella me lo confió a mí, y en parte... quiero hacerlo, no pienso permitir que de nuevo se lo lleven- lo último lo dijo en un susurro que lograron escuchar Varona e Izaya, quien estaba oculto detrás de un pilar.

Varona estaba a punto de seguir la discusión, no podía permitir que Shizuo e Izaya se levaran bien, porque ella se dio cuenta que Izaya tenía sentimientos por el rubio, pero ella tenía la ventaja, ¿o no? Ella era una mujer, lo más natural sería escogerla a ella como compañera de vida, no a él, que no solo era un hombre, sino que también causó mucho dolor, sufrimiento y furia  a su senpai. Sí, ella estaba segura de ganar aquella "competencia por el corazón de Shizuo", si Izaya tenía amnesia, ese no era problema, aquella condición tiende a ser temporal, y cuando Izaya regrese a la normalidad, ellos volverán a odiarse como siempre.

Izaya, no tenía mucho que  había vuelto del baño, pero al escuchar como Varona decía que él podría matar al rubio mientras dormía le molestó, él no sería capaz amaba al rubio, le daba seguridad y calor, por lo que terminó escondiese detrás de un pilar que estaba cerca de su mesa, escuchó como el rubio lo defendía, mencionó que había perdido la memoria y algo sobre una prima, que veía por él, pero por alguna razón  no estaba en ese momento. Y, así como se sintió feliz por ser defendido,  se sintió miserable, Shizuo solo lo cuidaba porque se lo habían pedido, él lo hacía por su prima, tal vez él no lo quería sino a ella. Pero, lo último que dijo, "... quiero hacerlo, no pienso permitir que de nuevo se lo lleven" Tal vez, Shizuo si sentía algo por él, feliz decidió salir, porque sabía que la rubia intentaba ponerlo encentra de él. Lo sabía ella sentía algo por Shizuo, pero no la sentía como una amenaza total, él confiaba, sentía que Shizuo le pertenecía así como él era del rubio.

Después de eso, se dispusieron a cenar, Varona había pedido un panini de jamón, un capuchino y un strudel de manzana, Shizuo comió un croissant de roast beef, un café y un pudín, Izaya terminó pidiendo un croissant de salmón y queso cottage, un té helado y un pastel de crema y fresas. Ambos rubios conversaban de cosas triviales, desde el trabajo hasta algunos de sus gustos, el moreno no podría participar aunque lo deseara, no salía ninguna palabra de su boca que no sea un maullido, así que terminó por ver cada detalle del café, observando a las personas, que era lo que más le llamaba la atención.

Vio a muchas parejas en ese lugar, unas se besaban, coqueteaban se tomaban las manos, incluso se alimentaban el uno al otro. Ese último acto le llamó la atención, vio que aún le quedaba menos de la mitad de su pastel, así que pensó que podría hacer lo mismo, vio de reojo a Varona, coqueteándole descaradamente, haciendo un puchero, tomó una cucharada de su pastel y llamó al rubio.

-Shizu...- dijo en voz baja, pero Shizuo lo escuchó claramente, al voltear a verlo vio que le tendió una cuchada de su pastel y abría la boca- Shizu... Ah...

-De acuerdo- le comió lo que le dio- Está delicioso- se relamió los labios, haciendo sonrojar tanto a Izaya como  a Varona, el moreno feliz movió un poco sus orejas que aun eran cubiertas por la capucha y su cola terminó por escaparse de su abrigo, moviéndola de un lado a otro- Izaya... tu cola- Se acercó a su oreja y le susurró mientras con cuidado volvía a acomodar la cola del moreno dentro del abrigo.

Izaya asintió sonrojado, ambos se vieron a los ojos, estaban muy cerca el uno del otro, podía sentir su respiración muy cerca de su rostro, sus ojos color miel le gustaban demasiado, aquel aroma que le hacía estremecer. Shizuo no supo en qué momento el mundo dejó de existir a su alrededor, solo podía mirar aquellos grandes ojos rojos que adoraba, el aroma que el moreno despedía, aquél olor que él decía odiar, entraba libremente por sus fosas nasales, era como cuando siempre que se enfrentaban y estaban lo suficientemente cerca para tocarse, el aroma se intensificaba, repetía una y otra vez que le provocaba nauseas, que era asqueroso, pero no era verdad, ese aroma lo hacía olvidarse de todo y pensara en nadie más que Izaya, por eso odiaba aquel aroma, lo hacía sentirse dependiente de él, y ahora se daba cuenta de ellos.

Con lentitud posó una mano en la mejilla de Izaya, acariciándolo con su  pulgar, sus narices casi te tocaban, y ninguno apartaba la mirada del otro. Aquel momento era...

-Shizuo-senpai, hay que ir ahora a las atracciones- dijo Varona haciendo ruido con la silla, mientras ellos se perdieron en su mundo, ella pidió la cuenta y pagó por todos, aunque no quisiera pagar lo del informante, lo hizo para salir de ahí lo más rápido posible.

-¿Ah? Eh, sí... vamos- Shizuo e Izaya despertaron de su transe, evitando su mirada por el momento y ambos sonrojados, se pusieron de pie y siguieron a Varona hasta la salida. Esta vez Izaya no se colgó del rubio, solo caminó a su lado mientras jugaba con su orca.

 

 

Durante todo momento alguien seguí a ambos rubios y al moreno muy de cerca, observando lo que hacían, decían, etcétera. Tomaban fotografías de todo, desde el momento de que entraron al acuario hasta ahora que se dirigían a la zona de atracciones del lugar.

-Tenemos muy buenas tomas- le dijo feliz a su compañero, viendo las fotos donde Izaya y Shizuo estaban a escasos centímetros el uno del otro, donde demostraban que había algo entre ellos.

-Eso parece, pero ¿quieres seguir con esto, Erika-chan?

-¡Por supuesto! Los seguiré hasta el fin del mundo- dijo Erika emocionada, para luego sacar su celular- Usa-chan me pidió que los siguiera y tomara fotografías de los momentos perfectos, y no pienso defraudarla...

-Lo haces para tener portadas para tus fanfics, ¿verdad?- su respuesta fue una amplia sonrisa de Erika, y siguieron con su "misión" de fotografiar a la pareja del año.

 

 

Mientras tanto en la estación de Shibuya, al lado de la estatua de Hachiko, una chica de cabello rubio ondulado, usando un vestido morado de manga corta, una boina negra y zapatillas bajas del mismo color, revisaba los mensajes que le llegaban. Con una sonrisa vio algunas de las fotos que le habían mandado, notando que alguien ayudaba, tanto como estorbaba en sus planes.

"Busca a un chico, quiero que lo hagas coquetearle en sus narices, grábalo, quiero ver qué cara pone"

-¿Te diviertes?- le dijo un chico de cabello castaño y ojos del mismo color, usaba lentes y vestía una camisa roja que le hacía ver sus músculos, nada exagerados, unos pantalones de mezclilla y unos tenis.

-Sabes que sí- sonrió con malicia al ver una respuesta afirmativa- ¿Encontraste algo bueno?

-Escaparon, nadie se presentó donde habían acordado, pero hubo un auto bastante sospechoso, no está registrado, le puse un rastreador...- saca su celular y le muestra como se movía un pequeño punto rojo por la ciudad.

-Perfecto, sigámoslo, cuando se detengan entraré a buscar pistas- se acercó al joven castaño, pasando sus brazos al rededor de su cuello- Sabes... me gusta cuanto usas los lentes- le susurró en su oído, antes de alejarse y caminar hacia la estación.

-Usa-chan, no me tientes...- sonrió con malicia y siguió a la pequeña rubia- Por cierto, él apareció en una entrevista esta tarde...

-Lo sé.

Usagi vio como Takuma caminaba a su lado, aquel chico era su compañero desde hacía mucho tiempo, después de terminar con el trabajo que Shiki le encargó mandó de regreso a los muchachos, y ella se quedó, sentí que esta vez no podría hacer el trabajo sola, y terminó por llamar a Takuma, el mejor agente de su compañía, claro después de ella. Usagi lo llamó pidiéndole de favor, que le ayudara con un asunto personal, él aceptó diciendo que no tenía nada interesante que hacer, y así terminaron encontrándose en Shinyuku, poniéndolo al tanto de la situación.

Takuma respetaba mucho a Usagi, se había ganado su confianza, cuando ella llegó a la academia era cuatro años más joven que él, pensó que sería una niña mimada que quería hacerse la dura, pero después de conocerla mejor y ser su compañera un par de veces vio que no era lo que pensaba. Llegó un momento en sus vidas que ambos ya conocían la vida del otro, cosa que claro, Takuma ya no veía a Usagi como la niña peligrosa de la academia, sino como algo más, por eso le gustaba molestarla con comentarios de doble sentido. Usagi pensaba que solo jugaba pesado, en ese aspecto era como Shizuo, bastante despistada cuando se trata de ella en medio de un "romance", aunque claro ella igual considera a Takuma un chico muy atractivo.

-Kuma-chan... creo que jugaremos de nuevo- dijo con una dulce sonrisa, ambos habían seguido al auto hasta un gran edificio de oficinas, ellos se encontraban en el edificio de enfrente, observando cómo un par de hombre hablaban con alguien por una gran pantalla.

-Bien, es bueno hacer algo de ejercicio de vez en cuando- se puso un antifaz al igual que Usagi, y ambos se prepararon para saltar al edificio vecino.

 

 

Varona e Izaya se divertían con todo tipo de atracciones desde las tazas giratorias, las montañas rusas, los carritos chocones, lo disfrutaban tanto que por un momento se olvidaron de su odio mutuo, Shizuo le agradaba verlos a ambos felices, pero no podía dejar de pensar en Izaya, de lo hermoso que se veía en ese momento, y ver aquel delicado rostro mostrando lo que realmente era, y no aquellas máscaras que siempre mostraba.

Izaya y Varona regresaron a su enfrentamiento cuando llegaron al área de concursos donde vieron como las parejas ganaban premios para dárselos entren ellos, ambos se vieron con decisión a los ojos, ambos ganarían el mejor premio para dárselo a Shizuo.

El rubio ni cuenta se había dado cuenta de lo que planeaban y hacían Varona e Izaya, él estaba muy ocupado tomando una dura decisión, comprar algodón de azúcar o una orden de Takoyaki, al final escogió el pulpo, ya que había comido postre en el café, tal vez más tarde iría por unas crepas para todos. Cuando terminó su compra buscó a ese par, al inicio se preocupó un poco por Izaya, que no parecía muy a gusto entre muchas gente, pero recordó que estaba con Varona y se lo había encargado cuando se subieron a la montaña rusa, fue entonces que vio a una gran cantidad de gente rodeando dos puestos de juegos.

Izaya y Varona tomaron posesión de un centro de juegos cada uno, la rubia tomó el juego de pistolas donde tenía que derribar los blancos que ponían, en este caso unas botellas, cosa que le resultaba pan comido, en cuanto a Izaya fue al juego de los globos donde tenía que lanzar unos dardos para reventarlos, al lanzar el primero falló cosa que alegró a Varona, pero Izaya no se daría por vencido, vio atentamente los dardos y luego su objetivo, aunque el encargado le indicaba como debía lanzarlos no le hizo caso, dejó que si instinto lo guiara, tal vez su mente no recordaba que era experto lanzando navajas, pero su cuerpo si, jugó un poco entre sus dedos el dardo y lanzó el segundo dando perfectamente al globo, y así siguió hasta reventar tantos como pudo.

La precisión de ambos era tan asombrosa que la gente empezó a agruparse a su alrededor, ambos deseaban vencer al otro, así que no prestaron atención a sus espectadores, al final ambos dueños terminaron por entregarles el premio más grande a ambos, Varona consiguió un perro de peluche gigante, e Izaya un oso, pero no cualquiera un Rilakkuma, del mismo tamaño. Ambos recibieron el premio al mismo tiempo, se volvieron a ver desafiantes y luego buscaron con la mirada al rubio entre toda la muchedumbre, apenas lo localizaron empezó una carrera por ver quién era el primero en entregárselo.

Al final Varona fue la primera en llegar, Shizuo le pareció divertido que Varona haya ganado un premio y se lo regalara, pero no veía a Izaya en ninguna parte, y se suponía que ambos estaban juntos, así que empezó a buscarlo por encima de las personas.

Izaya estaba a punto de ganarle a Varona en la carrera, pero mientras corrían la rubia pasó muy cerca de una pequeña niña que comía un helado, del susto la pequeña había dejado car su helado, viéndolo en el suelo intentó no soltar en llanto, pero le era imposible grandes lágrimas empezaba a asomar en sus ojos, Izaya se había dado cuenta, ya que escuchó como algo cayó al suelo y una nariz siendo sorbida muy cerca de donde estaba y fue cuando la vio, a la pequeña llorando su helado.

Dejando de lado la carrera, el moreno regresó y se arrodilló frente a la niña, y le acarició la cabeza para que lo mirara, con una sonrisa se quitó la capucha dejando ver sus orejas, al instante la niña dejó de llorar y, con una impresión y alegría vio las orejas de Izaya que se movían bajo su tacto, él solo dejó que la niña jugara con sus orejas.

-Waaa, Onii-chan es un gatito- Izaya asintió con la cabeza, la pequeña se divertía con sus orejas.

-Nya...- con gentileza le retiró las manos de sus orejas, y le dio el gran oso, la pequeña con grandes ojos brillando de la emoción abrazó al peluche que era casi de su estatura.

-¡Gracias Onii-chan!- Dijo emocionada, pero la emoción le duró poco cuando empezó a ver a su alrededor con angustia, Izaya ladeó la cabeza en forma de duda- Onii-chan, no veo a mis padres...- dijo la pequeña angustiada.

-¿Nya?- Izaya no sabía qué hacer, no podía hablar y preguntar por el nombre de la pequeña, así que se puso de pie, y tomándola de la mano buscó con la mirada al rubio, cuando lo vio caminando entre la gente acompañado de otra cabellera rubia, fea en su opinión- Nya...- Izaya le indicó que la siguiera, a paso lento caminaron entre la gente hasta llegar muy cerca de los rubios- ¡Shizu! Shizu...

-Izaya, al fin te encuentro, creí que te habías perdido o algo...- Shizuo apenas escuchó al rubio corrió a su encuentro dejando a Varona atrás, cuando verificó que no tenía nada malo y le re colocó la capucha vio a la pequeña niña- Ah... ¿Hola?

-Emm, hola- tanto la pequeña como Shizuo vieron confundidos al moreno.

-Izaya... dime que no secuestraste a esta niña.

-Nya- efusivamente negó con la cabeza e hizo un montón de gestos intentando decir que la encontró llorando y perdida, a medias le entendió, la pequeña rió por lo gracioso que se veía Izaya.

-Disculpe, pero Onii-chan me encontró y me regaló esto- mostrando el gran peluche, que no era nada discreto y menos si era de su tamaño- Pero no encuentro a mis padres...- bajó la mirada triste.

-¿Senpai?- en ese momento llegó Varona.

-Descuida te ayudaremos- Shizuo cargó a la niña y la puso sobre sus hombros, mientras le dio a Izaya el oso para que lo cargara.

-¡Oh! Es la señora que casi choca conmigo y tiró mi helado- dijo medio molesta, hizo un tierno puchero, y tanto Izaya como Shizuo vieron a la rubia.

-Yo no hice nada...

-De seguro fue un accidente. ¿Cómo te llamas?

-Soy Saya- dijo la pequeña de cabello negro recogido en dos coletas, llevaba una camisa larga color azul cielo y con estampados de copos de nieve y unos caquis de mezclilla, y zapatillas rosas- ¿Cómo se llama gatito Onii-chan?

-Su nombre es Izaya, ella es Varona y yo Shizuo.

-Oh, no me agrada Varona-san, tiró mi helado- dijo mientras intentaba tocar las orejas de Izaya que estaba al lado de Shizuo, los tres caminaron un buen tramo hasta llegar a una cabina de seguridad.

Mientras esperaban la llegada de los padres de Saya, la pequeña e Izaya jugaron un buen rato, al aparecer los padres agradecieron y se disculparon con el trió, Saya se despidió de un abrazo a Izaya y le agradeció el obsequio.

Shizuo felicitó a Izaya con una caricia en la cabeza y prometiéndole una buena comida al día siguiente, mientras era alagado el informante, Varona veía con odio al moreno, cuando siguieron con su camino, Izaya le devolvió la mirada con superioridad, en definitiva dentro de poco Orihara Izaya volvería a la normalidad o eso era lo que pensaba Varona.

Después de caminar un buen rato, los tres comieron las crepas, porque Shizuo comió solo los Takoyaki mientras los buscaba. Cuando terminaron sus crepas decidieron darle fin al recorrido visitando el gran laberinto de espejos.

Aunque aún faltaba mucho para ver en Sunshine City, hicieron varias cosas desde que llegaron, necesitarían más de tres días para ver completamente todo lo que ofrecía el gran edificio. El Sky Circus era la nueva atracción del lugar, aunque almorzaron en el café Quu Quu Quu, no tendrían tiempo para disfrutar de las atracciones como el vuelo en bala de cañón de realidad virtual, además Shizuo pensaba que eso podría asustar a Izaya, ya era mucho verlo tranquilo entre tantas personas, no quería seguir tentando a la suerte y que callera en un momento de crisis en algún momento. Así que decidió llevarlos a lo que parecía ser lo más inofensivo, la sala de espejos.

Al entrar Izaya se emocionó al ver tantos reflejos de ellos, Varona seguía sin expresar emoción alguna, entre los tres el que más disfrutaba era Izaya, y eso conllevaba a que Shizuo disfrutara aun más las compañía de Izaya por sobre la de ella.

Izaya hacía caras raras con algunos espejos distorsionados al inicio, y cuando llegaron al laberinto Izaya se puso a jugar, escondiéndose de Shizuo y apareciendo de la nada, el rubio le seguía el juego, incluso le tomaba algunas fotografías cuando no se daba cuenta, en un momento que Izaya se escondió Shizuo se tomó una con Varona para no tenerla tan excluida, porque sin darse cuenta toda su atención era para Izaya y no lo compartía con Varona, quien era la que buscaba divertirse.

-¿Te estás divirtiendo?- le preguntó con una sonrisa, viendo como Izaya se volvía a esconder.

-Seguro- dijo seria.

-Lamento que hayas tenido que pasar el día también con Izaya, pensaba dejarlo descansar en casa, pero como vez logró la manera de seguirme- dijo un poco apenado.

-¿Puedo hacerle una pregunta, senpai?- Shizuo asintió con la cabeza, ambos seguían a Izaya- ¿Acaso usted...?

Varona se vio interrumpida de nuevo, ese día, no era su día, tenía ganas de subir a la Torre de Tokio, o mejor, para qué ir tan lejos, el Sunshine City igual tenía una gran altura para lanzarse de cabeza. Shizuo aceleró el paso al escuchar un gruñido que provenía de uno de los pasillos de espejo, la rubia se limitó a seguirlo. Al llegar Shizuo donde sabía que se encontraba Izaya se sorprendió al ver la escena que había.

Un hombre rubio de piel clara y ojos azules, obviamente extranjero, podría jurar que era el hermano gemelo perdido del actor que hacía de Thor, Chris Hemsworth, vestía una sencilla playera de manga corta gris, sobre esta una  chaqueta de cuero negro, y pantalones ajustados. Aquel chico tenía a acorralado a Izaya contra una de las paredes de espejo, una mano la posaba a un costado del rostro del moreno y con la otra había tomado su pequeña mano y besado en el dorso de esta.

Izaya se veía incómodo, de vez en cuando le lanzaba miradas de odio y le gruñía, mientras recorría los pasillo se topó con uno sin salida, así que pensó en saltar sobre Shizuo para sorprenderlo y hacer molestar a Varona, pero no resultó puesto que el rubio al que le saltó era otro, los espejos lo engañaron, vio a Shizuo en otro espejo y cuando iba por él fue demasiado tarde aquel otro rubio lo había acorralado contra la pared.

-Eres una hermosura, que suerte que me perdí, porque he encontrado el tesoro del laberinto- dijo seductoramente, veía con lujuria al de ojos de rubíes, era hermoso, delicado y olía...

-Grrr.... Nya...- Izaya se revolvía y trataba de alejarse pero le era imposible, entre el forcejeo su cola salió erizada y su capucha calló dejando al descubierto sus orejas que estaban un poco abajo y erizadas.

-Oh, pero qué tenemos aquí- el joven acercó su rostro hasta las orejas de Izaya rozando su nariz con estas, haciendo que se movieran- Pero si son reales, me pregunto...

 

-Shizuo-senpai, creo que deberíamos irnos, parece que Orihara está ocupado- pensó alegre, tal parecía que Orihara si era una zorra como decían algunos rumores, tomó el brazo de Shizuo para dejar "a la pareja" a solas- ¿Senpai?

Shizuo no podía moverse de donde estaba, todo se empezaba a ver rojo, sentía si ira ir creciendo, y sumando el repentino odio que empezaba a surgir en Tsugaru, hacía que él mismo se diera miedo, la furia e ira que expresaba cuando perseguía a Izaya no era nada comparado con lo que sentía en ese momento.

Ver a Izaya en brazos de otro hombre no le gustaba, su aroma empezaba a mezclarse con aquel extranjero y eso era lo que daba nauseas, ese asqueroso olor empezaba a aparecer en el ambiente. Ah, ahora estaba claro, cada vez que se solía encontrar a Izaya era cuando el regresaba de alguna reunión y su aroma se mezclaba con el de otras personas o el del entorno en el que se había encontrado, por eso cuando estuvo más cerca de él y su escancia limpia y libre de otros agentes del exterior entraba a sus fosas nasales era lo más delicioso que había olido en toda su vida. En especial, si se combinaba su aroma con el de Izaya, el moreno al despertar olía a él, y eso le reconfortaba, le daba esa paz que buscaba y deseaba.

Un maullido combinado con un gemido fue lo sacó de sus pensamientos, regresando a la realidad, vio como aquel hombre había tenido el descaro de darle una mordida a la oreja izquierda de Izaya. Esa fue la gota que derramó el vaso.

Izaya al sentir ser mordido se estremeció y no pudo evitar soltar un gemido, aunque intentó reprimirlo, aquello le aterró y sintió asco de él mismo, aquel hombre lo estaba tocando por sobre la camisa. "Solo Shizu puede tocarme" Pensó y armándose de valor lo alejaría de un buen zarpazo. Pero alguien se le adelantó, de la nada ya era libre, abrió los ojos sorprendió, viendo a uno de los rubios en el suelo y otro frente a él dándole la espalda.

-¡Maldito bastado! ¡¿Cómo te atreves a tocarlo?!- Shizuo había saltado contra el otro rubio y le dio un buen puñetazo mandándolo a volar hasta el final del pasillo son salida.

-¡Imbécil! No molestes, yo lo vi primero- indignado y molesto, se puso de pie limpiando la sangre que comenzaba a salir de su boca y nariz, en su vida lo habían golpeado tan duro.

-Oh, con que eso...- Shizuo se acercó a paso lento, se tronó los nudillos y sin problemas tomó al otro hombre del cuello de la camisa y lo levantó con una sola mano, sorprendiendo al otro- Escucha bien insecto, no tienes permitido tocarlo...- lo acercó, quedando sus rostros completamente cerca, Shizuo tenía una sonrisa sádica y con voz grave vio al pobre rubio aterrorizado- ... él me pertenece...- dijo serio y lo dejó caer al suelo- Piérdete...

No tuvo que decir más, el extranjero corrió como pudo a la salida, chocando con Varona en el camino, tanto la rubia como Izaya vieron como se fue, y luego dirigieron su mirada a Shizuo que seguía sin voltearse. Varona estaba por acercarse, pero Shizuo dio un fuerte puñetazo a uno de los espejos haciéndolo pedazos, su mano sangraba, la rubia vio como Izaya seguía en shock, o eso parecía, así que con paso decidido sacó un pañuelo de su bolso y sin decir nada vendó la mano herida de Shizuo, este solo se dejó hacer.

-Debemos irnos, pronto cerrarán- dijo con su clásica voz monótona y carente de emoción, iba a tomar la mano de Shizuo para guiarlo a la salida, pero este se alejó de ella.

Varona vio como Shizuo ni siquiera la miro, y sin dudarlo caminó hasta Izaya, este bajó la cabeza al igual que sus orejas, tenía las manos hechas puños y su cola estaba metida entre sus piernas, y fue cuando cayó en cuenta que las orejas de la capucha de su abrigo no era un simple adorno, el informante tenía extremidades de un felino.

Shizuo con la mirada sombría se acercó a Izaya, pero este ni siquiera lo miró, tenía la mirada gacha, chasqueó la lengua, haciendo que el informante se contrajera a sí mismo, poniendo sus manos a la altura de su pecho, aun hechas puños. De la nada, Shizuo abrazó a Izaya por encima de sus hombros, ocultando su rostro en la cabellera azabache; tanto Varona como Izaya se sorprendieron ante eso.

-Lo siento, ¿te encuentras bien?- le preguntó en un susurró al menor, haciéndolo temblar ante la cercanía de su sensible oreja. Se limitó a asentir con la cabeza- No dejes que nade te toque... Si no lo deseas...- Izaya lo empujó con mínima fuerza, pero se dejó hacer, él seguía mirando el suelo, y entendió el mensaje, él tampoco quería que lo tocara él.

Algo dentro de su ser se quebró, repentinamente sentía mucho dolor, y no era por la mano cortada, algo aun más doloroso, no se comparaba a ninguna de las heridas que le habían hecho en toda su existencia, por primera vez sentía ganas de llorar. No prestaba atención a lo que Tsugaru trataba de decirle, en su mente solo estaba el dolor y el rechazo de Izaya.

-Shizu...- Pero ahora el rubio tenía la mirada en el suelo, Izaya se separó del rubio para ver su rostro pero este lo ocultó bajo su fleco apenas se separaron, sentía un aura de soledad y tristeza que empezaba a rodear a Shizuo, y esa sensación le desagradaba, él estaba ahí a su lado, y siempre lo estaría- Shizu...- Volvió a llamarlo sin éxito. Ligeramente molestó, tomó su rostro entre sus manos y lo obligó a mirarle.

Por una fracción de segundo se vieron a los ojos, carmesí y miel, chocando de nuevo en ese día, pero esta vez fue diferente. Y como si de un manga shoujo se tratase, las luces se apagaron, dejándolos a oscuras, por no más de tres segundos, para que el lugar se viera iluminado de diversos tonos amarillos cálidos, rosados y blancos, haciendo distintos diseños que se reflejaban de una hermosa manera a su alrededor, creando un ambiente perfecto para ese momento.

Izaya vio con amor al rubio que de igual manera le correspondía la mirada, con cariño acarició su rostro ocasionando que Shizuo cerrara los ojos y suspirara, juntando sus frentes se dejaron invadir por esa sensación de calor y paz que empezaba desde la punta de sus cabellos hasta llegar al dedo pequeño del pie. Sentían como sus corazones empezaba a aumentar su ritmo, pensando que él otro podía llegar a escucharlo, y no era que les molestara que pudieran escucharse sus latidos, mejor aún, que los escucharan, así no era necesarias las palabras y menos en ese momento.

La rubia se sentía triste, abandonada, molesta, entre muchos otros sentimientos más acumulándose en su interior, sus manos tomaban la correa de su bolso con fuerza, como si de esa manera podría liberar al menos, un poco, aquella ira e impotencia que sentía en su ser. Desde muy pequeña Varona había a prendido a reprimir e ignorar toda clase de sentimientos, evitando mostrar desde la ira, su felicidad y su tristeza también, pero en ese momento podía sentir como aquel líquido que los humanos secretaban por los ojos, llamados lágrimas, empezaban a acumularse y amenazaban por salir. Una solitaria lágrima fue la que calló por su mejilla y con eso, a paso lente, salió del lugar, los esperaría a fuera.

Varona no fue más que una simple espectadora, de como Shizuo mimaba y dejaba mimar por Izaya, vio como el rubio con cuidado pasó sus brazos por la cintura del moreno, obligándolo a acercase a su cuerpo en un cálido y tierno abrazo, seguido de un beso en la frente, ocasionando en Izaya un adorable sonrojo, para luego bajar a sus labios, un toque fue lo que bastó, para que ella abandonara el lugar, se sentí sola y derrotada, no quería terminar de presenciar como el simple toque de labios terminaba en un apasionado y fogoso beso.

-Yo nunca pierdo...- se dijo a sí mismo, limpiando aquella solitaria lágrima, volviendo a su rostro carente de expresión- Yo no me daré por vencida- decidida, le mandó un mensaje al rubio, diciéndole que tenía que irse por asuntos personales y que lo vería en el trabajo- Disfrútalo por el momento Orihara, que Shizuo-senpai terminará por elegirme cuando descubra que no eres más que una simple farsa.

 

 

-¿Sí?... Ah... espera, quítate... ¡Dije que te quites Takuma!- Usagi había recibido una llamada cerca de las doce de la noche, cuando terminaron su "investigación" regresaron al hotel, bañados y bien alimentados, ahora peleaban cual de las habitaciones se quedarían. En la gran suite que eligieron, tenía dos habitaciones, una con vista a la ciudad o la otra con vista a la piscina, ninguno quería la última.

-Entonces vete- Usagi había entrado primero a la de vista a la ciudad, pero él no daría el brazo a torcer, importándole poco las sencillas ropas de Usagi, un camisón de tirantes color negro que le llegaba al ras del muslo y unos bóxers, al menos no era pantis, podía pensar en los bóxer como shorts. Empezaron una pelea cuerpo a cuerpo, hasta que el celular de la albina sonara, y aprovechara para hacerla caer, sentándose en su espalda.

-¡No me iré! ¡Entré primero así que largo!- con un rápido movimiento lanzó el celular al aire, e invirtió sus posiciones, dejando a Takuma boca arriba en el suelo y ella sentada en su estómago- Y cállate, que tengo una llamada- atrapó el celular como si nada y volvió a contestar- Lo siento, Eri-chan, ¿sucede algo?

-Ah, no te preocupes Usa-chan, te llamo para decirte que la misión fue todo un éxito- Dijo emocionada Erika desde el otro lado de la línea, mientras se bajaba de la van y se despedía de sus amigos con un gesto de la mano- Editaré todo esta noche, y te lo mandaré a primera hora.

-Gracias, pero no es urgente el asunto... ¿Y cómo fue con lo otro que te pedí?

-Está bien, tengo día libre mañana- Erika entró a su departamento, y fue directamente a su escritorio a conectar su cámara- En cuento a lo otro... ¡Fue magnífico! ¡Morirás de la emoción cuando lo veas! Eso sí, le deberé una grande a Ricardo, pero valió la pena- rió con malicia.

-Perfecto- sonrió maliciosa viendo a Takuma aun debajo de ella, el pobre se limitó a temer por su vida- Algo más Eri-chan...- pasó con cuidado su dedo por en medio del rostro de Takuma hasta detenerse en su pecho- ¿Viste algo sospechoso?

-¿Sospechoso?- la morena se detuvo a pensar un segundo, mientras la cámara terminaba de exportar todo a la computadora- Emm... pues creo que no. Solo vi un par de chicos con lentes oscuros, gabardina y sombrero haciendo lo mismo que yo.

-¿Alguien más?

-Sí, se notaba que eran hombre, de seguro temen que sean descubiertos por ser fundanshis, que tiernos- dijo emocionada.

-¿Cuántos eran?

-Dos... ¿Sucede algo?... Ah, ¿y cuando regresas?- esperó, pero no obtuvo respuesta, solo un quejido de parte de alguien más- ¿Usa-chan?

-No es nada, gracias por todo Eri-chan, nos vemos...

-Espera...- la llamada había terminado- Ya no me dijo cuándo volvería, bueno a ver estas hermosuras...- Y así Erika terminó desvelándose toda la noche para tener todo listo para Usagi, y posiblemente para sus foros, si la albina le daba el permiso, claro.

Notas finales:

LISTO les gusto¿¿ quieren que siga torturando a varona¿¿

claro que shizu-chan no se salva... 0n0 aun merece sufrir shizu-chan con muchos celos muajajaja y si esta vez usagi no me esta interrumpiendo porque la tengo bien entretenida

-usagi. leyendo doujinshi de Nacion Fujoshi, y comiendo papitas-

ven... y no quiere que la interrumpan... oh termino...

usa. NO ME PUEDEN DEJAR ASI, WAAA... NOOO- se retuerce de dolor-

ah, lo sé, igual me quede con ganas de mas... en fin chicas y chicos {si tenemos por ahi xD} nos vemos en la siguiente... que espero no tardar... ejem... bueno es todo bye bye ^^

usa. ¬¬ torturare a alguien en el siguiente capitulo...

nira... eh, no... hasta dentro de dos lo haras xD ADIOS

 


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