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A Bloody Kiss por LadyHenry

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Notas del fanfic:

Funny Halloween!

Caminaba con paso fuerte, sus pisadas resonaban por toda la calle. Estaba oscuro, empezaba a llover y apretó el paso para no mojarse, detestaba que su ropa se empapara.

Al llegar a la esquina sintió un dolor inmenso que lo hizo arrodillarse, había sufrido un gran impacto, mientras estaba postrado en el piso pensó que había chocado con una farola, pero cuando alzó la vista lo vio, no era una maldita farola ni nada parecido, sino un chico muy joven. Calculaba que tendría unos dieciséis años y lo estaba mirando de una manera divertida, en sus voluptuosos labios se dibujaba una sonrisita sardónica muy provocadora.

Ante ese perturbador panorama trató de incorporarse, sentía como si el pecho le fuera a estallar, pero tenía que obligarse a reaccionar. El chico miró sus ropas empapadas con descaro y su sonrisa se tornó más abierta, mostrando unos pequeños e incisivos colmillos relucientes. Parpadeó intentando aclarar la mirada, no daba crédito a lo que tenía en frente. Ya de pie, estupefacto, no podía apartar la mirada de esos colmillos, y aunque trataba de articular palabra, de su boca no salía sonido alguno.

Pasaron apenas unos segundos en los que seguía concentrado mirando al joven, primero se detuvo en la boca, que le resultaba una extraña mezcla de ferocidad y magnetismo, sentía pavor al ver los colmillos, pero ansiaba tocar los hinchados labios, enrojecidos y mojados por la lluvia. Cuando consiguió apartar la mirada de la boca pudo ver el rostro en conjunto, quedando impresionado ante las suaves facciones que lo perfilaban dotándolo de un aspecto frágil y una falsa inocencia que se quebraba por su malévola mirada. Sus ojos eran de un azul gélido, enmarcados por unas largas y curvadas pestañas, que conferían a su mirada una belleza indescriptible.

 Mientras estos segundos se eternizaban, el chico permanecía en la misma postura, observando cómo lo devoraba con una mirada desprovista ya de cualquier tipo de recato o vergüenza. Intentaba ser paciente, porque le gustaba recrearse con el juego previo, desplegando toda la seducción que las circunstancias le permitiesen. Pero el olor de la sangre se hacía cada vez más denso, notaba cómo el corazón se le iba acelerando cada vez más, bombeando la sangre a gran velocidad, si seguía así no iba a poder contenerse.

Parecía que por fin empezaba a percatarse de la situación, hasta logró articular algunos sonidos congruentes: un “lo siento” salió de su boca, pero solo recibió una fulminante mirada del joven que clavaba sus ojos sobre él con desgarradora intensidad a la vez que se aproximaba, mientras él se limitaba a seguir sus pasos dócilmente.

Cuando sintió el tacto helado de la mano en su pecho ya era demasiado tarde para intentar escapar, aunque ni siquiera sabía qué era lo que quería hacer. El joven lo acorraló contra la pared mostrándole una expresión impasible, y con gesto lánguido rodeó su cuello y se puso de puntillas hasta quedar cara a cara con él. Ahora estaban a escasos centímetros el uno del otro, se estaban tocando, y entonces tuvo la certeza de que sus alientos iban a fusionarse. El joven lo atrajo con un último y delicado empujón, y entonces comenzó a besarlo, mientras él daba un pequeño respingo al notar la frialdad que albergaba el esbelto cuerpo que tenía entre los brazos, cosa que provocó que aflorase de nuevo la malévola sonrisa, mientras se limitaba a atraerlo de nuevo hacia sí, y le susurraba al oído: “solo bésame, no hagas nada más, y hazlo como nunca antes lo has hecho”. El pulso se desbocó por completo, su  excitación llegaba a tal grado que ahora era él quien sostenía al joven, mientras se entregaba al beso de forma frenética, sus lenguas se entrelazaban con desesperación cuando de pronto sintió una pequeña punzada, un dolor que atravesó su cuerpo como una flecha, para luego sentir cómo un líquido que ardía con violencia se iba desprendiendo de su boca y pasando a la del joven, que lo lamía con vehemencia.

La sangre era cada vez más abundante, y sin saber muy bien cómo, sus posturas iban cambiando .Ahora ya no era él quien estaba acorralado contra la pared, se separaron un breve instante para recobrar el aliento, la boca del joven estaba cubierta de sangre que limpió en un gesto rápido y ágil con la lengua, mientras él lo despojaba de sus pantalones el chico rio alegremente, y le susurró: “eso es, así podré devorarte de todas las formas posibles”, esta afirmación solo incrementó sus ganas, haciéndole pensar: 'quien va a poseerte soy yo' , el joven que leía en todo momento sus escasos pensamientos volvió a reír, pero le selló los labios con un nuevo y violento beso, fue entonces cuando empezó a embestirlo, imprimiendo un ritmo frenético que les llevó al delirio durante unos minutos… hasta que ya no hubo más sangre.

 


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