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4 LUNAS por Fernia Saga

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Notas del capitulo:

Mil perdones x la tardanza pero tengo muchas cosas en este momento x eso no pude act. antes.

Sobre el cap:  REPITO este fic sera diferente de lo que estamos acostumbrados a ver... bue... x lo menos yo.

Aca veremos que paso con nuestros nostalgicos. Todo empieza con la conty  del cap anterior. 

-No lo haga… –suplicaba la pequeña doncella, con lágrimas en los ojos

-Silencio –exclamo

-Déjeme ir… -le fue imposible terminar ya que el mas alto, rompió el cierre del vestido dejando a la vista sus hombros

-No, por favor –volvió a suplicar la muchacha de cabellos dorados   

El mayor ignoro las suplicas de la joven y le planto sus colmillos en el cuello.

 

Narración Normal

 

-Takano-san…

Fue lo único que pudo decir, al verlo en ese estado. Cubierto de sangre.  

-Onodera

El castaño no soporto más y empezó a dejar sus lágrimas salir.

-¿Dime que no es cierto? –decía desesperado, mientras se agarraba la cabeza

-Cálmate… -el más bajo no le dejo terminar

-Esto no puede estar pasando -susurro angustiado

-Ritsu, cálmate -le sujeto de los brazos, obligándolo a mirarlo  a los ojos

-Dímelo… por favor -suplico, sin evitar sentir miedo

No deja de temblar.

-Tranquilízate -lo atrajo hacia él para encerrarlo en un abrazo contenedor –Todo está bien

El menor se sentía bien en sus cálidos brazos que lo protegían tan protectoramente.  Aun así, no era suficiente para calmarlo del todo.

-¿Seguro? –pregunto con algunas lagrimas en los ojos

Le beso la cabeza –Si  

-Entonces ¿Por qué estas cubierto de sangre?

-Porque tuve que mover el ciervo –explico sin importancia

-¿Ciervo?   

Asintió -Lo que atropellamos fue un ciervo

Onodera lo miraba desconfiado.

-¿No me crees?

-No es… -el azabache lo interrumpió

-Si quieres vamos a verlo –intento levantarse pero Ritsu se lo impidió

-No -apoyo su cabeza en el hombro del mayor –Solo quiero irme

Apretaba fuertemente la camisa del más alto.

-Está bien –le dio un beso en la frente

Sin perder más tiempo, el azabache cerró la puerta del copiloto y luego rodeo su auto para poder subirse e irse de aquel lugar. Justo cuando se iban a ir se escucho un aullido.

Logrando provocar cierto miedo en el menor y en el mayor una pequeña sonrisa en sus labios. 

-¿Qué fue eso?

-Nada  

Después de unos minutos llegaron a un camino de arboles con luces a los costados. Se adentraron y vieron a lo lejos una gigantesca casa.

La casa se veía antigua, descolorida, apagada y  la puerta era enorme de madera oscurecida.

-¿Es acá? –pregunto dudoso

-¿Tienes miedo? –más que una pregunta fue una afirmación

-Cla-ro que no –se cruzo los brazos 

-Vamos, entonces –le dijo 

El azabache salió del auto seguido de Ritsu y saco las maletas del baúl. Cuando iban a tocar, alguien abrió la puerta.

-Bienvenidos –saludo una mujer mayor, seria

Tenía cabellos blanco, ojos escarlata y un traje de dos piezas.    

-H-hola –decía el menor, mientras sujetaba la camisa de su acompañante

-Pasen, por favor –continuo

Masamune pasó e inmediatamente Ritsu lo siguió.

A diferencia del exterior, el interior se veía linda, ordenada y con muchos adornos de fantasías. Con solo entrar podía verse una gran escalera en el medio, los techos altos y algunos muebles antiguos.

-Takano-san, Onodera-san ¿Qué les paso? –pregunto con preocupación

-Asahina-san… -no pudo terminar

-Nada importante, ¿Podemos usar el baño? –le pregunto asqueado

-Claro –respondió –Les llevare a su habitación

-Permítanme sus malet… –susurro la mujer

-No hace falta –se apresuro a contestar

Pasaron por unos largos pasillos y varias habitaciones hasta que se pararon en una particular.

-Acá esta su habitación –hablo con una sonrisa

-¿QUE? –grito el más bajo

 -Gracias –pronuncio el editor en jefe, mientras metía al castaño a la habitación

Al azabache, sin importarle nada, ni las quejas de su amante dejo sus cosas a un lado y lo llevo directamente al baño.  

-Takano-san, ¿Qué haces? –le pregunto nervioso

-Desvistiéndote –respondió

Con solo eso fue suficiente para que las mejillas de Onodera se tornaran aun más rojas de lo que estaban.

-Ta-ka… -no pudo terminar ya que el más alto estaba devorando su boca

Sin perder tiempo el azabache lo metió en la tina y abrió la llave del agua.

-Es-ta frio –grito

-Pronto se calentara –volviendo a su boca

-Pa-ra… -pronuncio agitado

Cuando Masamune iba a intensificar las caricias se empezaron a escuchar gritos y la música fuerte.

-Bien –suspiro

 

En el estudio

 

Un castaño disfrazado de bufón de color blanco y negro al igual que el sombrero, se encontraba recostado en el sofá.

-Jamás pensé verte así –decía divertido, un hombre de cabellos dorados sentado en la ventana

-No tenían más disfraces en donde lo comprastes –continuo su amigo

-Apresúrense antes de que se queden sin parejas -mascullo

-¿Cómo? -el semblante de los dos hombres se endurecieron

-¿No lo sienten? –bufo    

-Ese maldito –el azabache apretaba con fuerza sus puños

-Lo voy a… –el castaño lo interrumpió

-Ni lo pienses –sentencio –Vayan a sus habitaciones a asearse y luego bajen  

Los dos hombres tomaron un gran bocado de aire y se fueron por donde vinieron.

-No dejen cubierto de sangre los pisos –susurro

 

En la entrada   

 

-Usagi-san… -pronuncio débilmente

-No puede asustarte esta simple casa –decía el profesor, abriendo la puerta del auto para salir

-¿Quién dijo que estoy asustado? –exclamo con sus mejillas infladas

-Perfecto, entonces vamos –le dijo el albino, saliendo del auto seguido del doctor

El escritor saco las maletas con ayuda del joven azabache. Mientras que los dos castaños tocaban la puerta de la casa.

-Bienvenidos –saludo la mujer

-Buenas noches –decía el mayor de los castaños mientras que el menor se escondía detrás de su profesor 

-Permítanme sus maletas –mascullo un hombre junto a otro

-Claro –contesto Usami

-Ellos les mostrara sus habitaciones –continuo la mujer

Subieron por la escalera y se encontraron con dos hombres disfrazados saliendo de una habitación. El más alto tenia usaba un disfraz de pirata con pantalones negros, saco largo azul entallado, camisa abierta y un sombrero negro. Y el otro tenía una bata de doctor y abajo una camisa blanca y un pantalón negro.

-Llegan tarde –proclamo sonriendo

-A Misaki le afecta los viajes largos –agrego el albino

El menor se sonrojo.

-Usami-sensei, ¿Cómo esta? –pregunto Ritsu

-Bien… aunque no como ustedes –le guiño el ojo

Onodera no entendió hasta que el escritor le señalo la marca roja que tenía en el cuello. Provocando que las mejillas del menor se tornaran rojas.

-¿Quiénes son ellos? –pregunto el azabache

-Kamijyou Hiroki y Kusama Nowaki –bufo divertido

-Un placer conocerlos –extendió su mano –Yo soy Takano Masamune

-Igualmente –contesto el castaño mayor

-Lo mismo digo –correspondió el saludo –Lindo disfraz    

-Gracias -sonrió -El es Ritsu Takano

-Mucho gusto soy Ritsu T… -se detuvo al ver el error que iba a cometer –¿Qué demonios estás diciendo? –se quejaba y a la vez se ponía mas colorado

-Nos vemos, abajo –exclamo, mientras se llevaba a Onodera

 

En una Habitación

 

-Ryuuichiro-sama –decía

-¿Ya llegaron todos? –le pregunto

-Los que faltaban acaban de llegar –contesto

-Ya veo –proclamó –¿Me ayudas?

-….

No respondió. Simplemente fue hasta él y lo ayudo con las tiras del pantalón.

-Te ves muy bien con ese traje –le sonrió pícaramente 

-Si usted lo dice –mascullo

-Asahina… -pronuncio con tono suave, mientras que sus brazos rodeaban el cuello de su amante

-Por favor no haga esperar a sus invitados –le recordó

-No es como si necesitase estar ahí –el castaño iba a besarlo pero el mayor fue más rápido y se separo de el 

-No diga eso –proclamo

¨Este idiota…¨pensó Isaka

-Vamos -saliendo del cuarto

 

En otra habitación

 

-Usagi-san, no quiero salir con esto –se quejaba el pequeño  

El más bajo usaba un disfraz de conejo color blanco.

-¿Qué dices? Si te ves muy adorable –contesto sonriendo  

El escritor tenía puesto un traje negro y camisa blanca de época.   

-No digas adorable… soy un hombre –mascullo molesto

-Misaki, te ves bien así –continuo el mayor  

-Pero… –no pudo terminar ya que el albino lo atrajo hacia el

-Nada de peros –le dio un corto beso en los labios –Bajemos, antes de que me arrepienta

El castaño se sonrojo.

Una vez afuera del cuarto vieron a Kamijyou y Nowaki. El castaño usaba un traje azul marino de policía y su pareja un conjunto blanco de rayas negras, como preso.

 

-Se ven muy bien –bufo divertido

-Ustedes también –hablo el azabache con el mismo tono

-¿Un conejo? –pregunto el profesor alzando una ceja

-Se ve adorable, ¿Cierto? –decía el albino

-No digas eso –exclamo colorado el pequeño

De pronto dos hombres pasaron corriendo. Uno vestia de militar y el otro de hombre del desierto. Fueron tan rápidos que los castaños no pudieron verles las caras.

Usami miro al azabache y ambos sonrieron.

-Acabemos con esto –suspiro con pesadez Hiroki adelantándose junto Nowaki  

-Como digas –proclamo el albino

Yendo de la mano con su pequeño amante. 

 

Hace una hora atrás…

 

-AHHH –grito la doncella

El mayor saco sus colmillos del cuello de la pequeña y la tiro sobre la mesa. Levanto su vestido y le rompió su ropa interior, dejando sus piernas al descubierto.   

La joven rubia no podía hacer, ni decir nada porque estaba fuera de sí. Tan solo escuchaba el ruido del cinturón desabrocharse.

Cuando el castaño iba a penetrar a la muchacha, tocaron la puerta.

-¿Qué pasa? –grito

-Lle-garon sus amigos –contesto con temor la mujer

-Ya voy –mascullo

Se acomodo su pantalón y se fue de la habitación dejando a la pequeña tirada sobre la mesa.

Luego de unos minutos la joven volvió en sí y miro confundida en el lugar que estaba. Reacciono al ver su sangre en su cuello y en la mesa. Inmediatamente se levanto, bajo su vestido y salió por la ventana.

 

En la sala de estar

 

-Hola, ¿Cómo estuvo su viaje? –pregunto el castaño

-Cansador –contesto el menor      

-Todavía es tempano, si quieres puedes ir a descansar –le dijo

-Eso hare –comento y la vez tocaba su hombro

-Miura, llévalo a su habitación –ordeno   

-Como diga, señor –hiso una reverencia para después subir por la escalera llevando las maletas

-¿No vienes? –pregunto el más bajo a su pareja

-No, vete vos a descansar –le dio un beso en la mejilla, haciendo que se ruborizada

-Idiota –susurro, mientras seguía al azabache

-Se ven tan lindos juntos –exclamo un hombre rubio recostado sobre la pared

-Yo también, lo creo –dijo con una sonrisa -¿Dónde está tu amorcito?   

-Mis dos amores están descansando –respondió -Mmm… tu presa acaba de escapar –mascullo divertido

-Pueden encargarse de eso –pronuncio con desgano

-Claro –contestaron al mismo tiempo los dos hombres

 

En alguna parte cerca de la casa

 

Una joven corría lo más rápido que sus piernas le permitían. Se encontraba débil por la sangre que había perdido. 

La pequeña corría, corría hasta que se tropezó con una piedra por lo oscuro que estaba y cayó al suelo. Lastimándose los brazos y parte de la cara.

-Mira que encontramos –proclamo el rubio sonriendo

-Una linda doncella –rio su compañero

-Por favor, no me hagan daño –suplicaba entre sollozos la joven

-Eso es imposible –continuo el mayor

-Pero… -el hombre de ojos miel lo interrumpió

-Todos los que sepan de nuestra existencia deben morir –le dijo

Termino de decir eso y se abalanzo sobre la muchacha.

-Y-o no sé nada –lloraba la pequeña

-Pero lo intuyes –exclamo el azabache, levantándole el mentón       

Con un pequeño movimiento pudo escaparse de las garras del rubio. Sin saber a dónde ir, la rubia empezó a correr sin impórtale el dolor de su cuello.

La joven a lo lejos pudo ver la carretera, asique sin pensarlo se apresuro a correr. Ni las ramas que lo golpeaban la detuvieron.

Al correr tan rápido no se fijo que un auto venia.

-Que suce… -miro por unos de los espejos del auto

-Déjame ir a verlo –decía el azabache, mientras salía del coche

Masamune fue a ver y vio a una mujer tirada al costado de la carretera.

-Wow… buena frenada –mascullo el hombre de ojos negros

-Idiotas, casi hacen que nos estrellemos –exclamo furioso    

-No exageres –agrego el rubio

La joven empezó abrir sus pequeños ojos azules.

-Por favor, ayúdeme… –susurraba la muchacha

-¿Quien es ella? –pregunto como si nada

La pequeña rubia le sujeto de la camisa con sus manos sangrentadas.

-No me toques –pronuncio molesto, deshaciendo el agarre

-Sigue viva -dijo Kirishima, rascándose la cabeza

-Encárguense de esto –se fue dejándolos solos con la joven

Con su última esperanza yéndose, dejo de respirar.

-Parece que se termino –exclamo el pelinegro

-Llévate su cuerpo, Miyagi –intentando inútilmente quitarse la sangre de su ropa

El mayor rodo los ojos y se lo llevo para luego desaparecer entre los árboles.   

  

No importa cuánto corras

Ni hacia donde lo hagas…

Nunca podrás escapar de ellos.

 

 

Continuara....

Notas finales:

En fin... ya vieron lo q realmente paso con masa y rits y tambien con la doncella. La verdad me dio cosita escribir sobre ella pero era necesario. (creo) 

Lo mas probable es q act despues d año nuevo.

Bye


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